5- Ultimátum
Después de discutir durante un buen rato, Spike consiguió que Coudy se fuera a bañar, y mientras tanto, encargó a Suilma que hiciera la cena.
- ¿¡Yo!?- preguntó la joven alarmada.
- Si, no veo a nadie más que este aquí.
- Pe... pero... la cocina y yo...
- Oh, vamos, pet- respondió Spike con tono de burla- ¿Sabe el idiota de Harris y no sabes tú?.
No es que ella no supiera ni freír un huevo, cosa que sabía... si había alguien más con ella. Cada uno de sus intentos por preparar algo comestible, habían logrado que en urgencias del hospital más cercano, la conocieran. Era algo horrible el llegar a la enfermera del mostrador y que ella te saludara como si te conociera de toda la vida, preguntándote por tu vida mientras rellenaba el impreso de memoria... si, patético.
Pero aun así, Suilma hizo de tripas corazón y se encamino hacía su archinemesis: la cocina. Observo todo completamente recogido, mientras pensaba que cosa podría hacer que fuera la más fácil, la que menos manchara y la menos, menos, menos toxica. Al final decidió hacer una receta que Josh le había enseñado tras una de sus ultimas visitas a urgencias. Para ser sinceros, él le dijo textualmente "te voy a enseñar a hacer tortilla de patata porque solo se usan cuatro cosas... pero hazlo bajo la supervisión de un adulto". Tras esa charla, Suilma pegó un puñetazo al pelirrojo, pero él no se enfado, tan solo la sonrió y empezaron las clases.
Primero, pelar las patatas, eso esa mi fácil, había pelado cosas que andaban ¿no iba a ser capaz de pelar unas tristes patatas?, vale, después... después... ¡ah, si! Freírlas un poco para que se pocharan, esto también era relativamente fácil, si no andaba nadie cerca. Cuando acabo cogió un plato hondo para poner cuatro huevos, los batió y los mezcló con las patatas mientras las trituraba. Vale, llegados a este punto, es cuando las cosas empezaban a andar mal... sabía que tenía que hacerlas, teóricamente era: sartén un poco de aceite de oliva mezcla de patatas con huevo sabrosa tortilla de patatas... Así se lo había explicado Josh, pero cuando le toco a ella, descubrió que no era tan bonito como el pelirrojo se lo había puesto.
- ¿Qué haces?-preguntó una voz tras ella, consiguiendo que la mayoría de las cosas saltaran por los aires, pero sus buenos reflejos, heredados de cualquiera de sus padres, lograron que nada acabara en el suelo.
- Supongo que un intento de tortilla de patata... pero no creo que quede, así que no sé que acabará siendo.
Spike, pues era él, se sentó en una de las sillas de la cocina y se dispuso a observar los movimientos nerviosos de la joven, ¿por qué estaría tan nerviosa? Estaba seguro que ella no era tímida, la había visto hablar muy suelta con los demás, pero ahora estaba dando rodeos, sintió como la joven emanaba temor, lo que le sorprendió ¿por qué le temería?
- ¿Puedo ayudarte en algo?- si quería sacarle algo, lo mejor era empezara hablar con ella, y ayudándola era la mejor opción.
- Bueno- la joven lo pensó un instante- vale, pero tú te haces cargo de la sartén.
Le explicó un poco por encima lo que tenía que hacer, y mientras tanto, ella mezclaría los huevos con las patatas, al cabo de un rato decidieron poner a la mezcla algo más, un poco de cebolla, otro de baecon y pepino, y "voila" cuatro perfectas tortillas quedaron en sus respectivos platos en la encimera de la cocina. Suilma tuvo que controlar para no ir a por un cámara de fotos para enseñárselas a Josh... si podía salir de allí.
- ¿Te pasa algo?
- ¿Qué?
- Estas en otro lado, te has quedado mirando las tortillas y parecías ida. –Spike sonrió al ver la cara de sorpresa de Suilma- ¿qué te pasa?
- Creo que tengo miedo. Temo no poder volver a casa- con leve movimiento se quito una traicionera lagrima sin que Spike se diera cuenta, no iba a comentar nada, pero tenía que relajar el ambiente, ya que el vampiro la miraba muy preocupado- creo que acabare siendo una Dorothe cualquiera, ¡ahora me tendré que comprar un perro y ponerle un estúpido nombre!
Ambos se rieron y la tensión del ambiente desapareció levemente, Suilma se puso de pies para empezar a limpiar los utensilios que habían estado usando, pero una silueta en el patio la detuvo.
- ¿Puedes continuar tú?- y añadió rápidamente- creó que se a colado un gato en el jardín, voy a ver si le pillo.
Sin esperar una respuesta del rubio, Suilma salió de la casa, intentando aparentar una tranquilidad que había dejado junto a las tortillas. Todo estaba muy tranquilo, no se oía ni a los molestos grillos, la joven dio unos pasos hacía uno de los árboles, y no se sorprendió al ver caer una pierna de una de las primeras ramas.
- Sabía que eras un idiota y un pendenciero... pero no pensaba que además fueras un suicida.- Suilma intentó sonar lo más fría posible, e ignoró el hecho de que hablaba mirando a la valla, ¡no iba a dignarse a levantar la cabeza! ¡¡No-señor!!
No recibió ninguna respuesta, pero en cambio, un par de hojas cayeron sobre su cabeza... no, si todavía le iba a bajar a tortas.
- ¿Qué haces aquí, James?
- Ya ves, pasaba por aquí y me dije "¡Hey! ¿Por qué no hacer una visita a la preciosa Suilma?", el otro día estabas muy aburrida, princesa, que tal si te bienes un rato conmigo.
- No, tengo q... espera, ¿por qué bloody razón te estoy dando una excusa? Vete al infierno Dyer.
- No- James bajó del árbol, iba con un traje negro, el pelo despeinado y su sonrisa de seductor puesta.- Desde que no voy contigo el infierno ya no es lo que era.
- Y aparte de fastidiarme la noche, ¿has venido para algo más?- le estaba costando mucho aparentar que no le importaba que el joven se acercara a ella con esos aires de George Cloony y Harryson Ford.
- Vengo a darte un ultimátum antes de abrir esta guerra. Si vuelves conmigo, todo se quedará como está... menos esta estúpida tensión sexual de la que nos encargaremos.
- ¿Y si no, qué piensas hacer? ¿Acabar con el mundo, tal vez? – la joven comenzó a andar dando vueltas alrededor de James, como si ella fuera el lobo y él el indefenso corderito- ¿matarme? Si vas a hacerlo, por favor, hazlo de una forma creativa.
Dando por zanjada la conversación, Suilma se dio la vuelta dejando a James solo en el jardín, murmurando maldiciones contra la joven.
2026
Hacía varias horas que Willow hubo llegado a la Tienda Mágica. Ella y Mona se metieron en la trastienda a acabar el hechizó, mientras Josh daba vueltas por la tienda y Andy tecleaba rápidamente en su teclado. El maldito tic de las teclas consiguió que el pelirrojo empezará a pensar sobre lo que hacia el demonio en su portátil.
- ¿Qué intentas hacer, Andy? ¿Ligando otra vez en un Chat o hablando con Fred por el Messenger?- Josh sonrió al ver que el chico paraba de escribir y le miraba resentido.
Andy era una mezcla de Fred y Willow, y mantenía con ellas una perfecta relación de sociedad, solía hablar mucho con Fred, ya que ambos se pedían ayuda en sus respectivos proyectos, y había trabajado en varias ocasiones con ambas en proyectos de W&H... pero el chico tenía un pasado oculto en respecto a los Chat, había quedado en dos ocasiones con dos chicas, pero una era un demonio come cerebros, y el otro un camionero con el nick de "Alicia la sensible", aparte de que el vampiro sabía que el demonio estaba secretamente enamorado de la científica... y por eso el chico era motivo de burla entre sus compañeros.
- ¿Sabes qué, listo? Te vas a quedar con las ganas y no te voy a contar nada hasta que no sea imprescindible.
- Tampoco es para que te piques, chico.
- ¿Otra vez pegándoos?- preguntó burlonamente Mona, entrando por la puerta con Willow y todos los ingredientes que necesitarían para la poción que localizaría a la joven.
Tardaron un rato en colocar todos los ingredientes y en mezclarlos mientras murmuraban palabras en otros idiomas que tanto Andy como Josh, desconocían por completo.
- Bien- sentenció Willow, al fin, en un idioma que todos los presentes conocían- tan solo nos queda lo más importante: algo que pertenezca a ella.
- ¿Para qué?- preguntó Andy frunciendo el cejo- no te sirve cualquier otra cosa.
- No, necesitamos algo de ella. Se supone que la energía de ese objeto, será la misma que la de Suilma, así que el objeto nos servirá de localizador. ¿Por qué lo preguntas?
- Es que nadie me dijo que necesitábamos algo de ella.- Andy se encogió de hombros- Mona me dio una lista y no ponía nada de la cosa.
- Maldita sea, Andy.
- ¿Vale cualquier cosa?- preguntó el vampiro llevándose al mentón.
- Cualquiera- respondió Willow sin saber a que le llevaría esa conversación- pero tiene que ser ya. La poción acabada solo sirve durante media hora antes de mezclarla con el objeto...
- ¡No nos dará tiempo a ir a su casa!- sentenció Andy dándose leves cabezazos con la mesa- ¿Y ahora qué hacemos?
- ¿Sirve cualquier cosa? ¿Aunque no haya estado en su poder durante mucho tiempo?- insistió el pelirrojo a Willow.
- Si, tan solo con que sea suyo. Puede haberlo usado una solo vez, la cosa es que sea suya.
- Ok- Josh metió la mano en su chaqueta y sacó de ella unas gafas de sol azules y con los cristales de espejo, y se las tendió a la bruja.- Haz el hechizo.
- Pero... esas...
- Son las gafas de sol de Suilma- respondió el vampiro- ¿servirán?
- Por supuestos. Vamos, Mona.
La bruja metió las gafas en la mezcla y cogió la mano izquierda de Mona, mientras con dos dedos de la otra escribía símbolos extraños. La más joven repetía los movimientos de la mayor a la vez que ambas repetían cánticos en lenguas muertas. Cuando acabaron, una luz verdosa cubría las gafas.
- ¿Ya esta?- preguntó Andy sorprendido- ¿para esto tanta tontería?- Pero el joven se cayó al ver la mirada asesina de las dos brujas- perdón.
- No sabremos si funciona hasta que lo probemos.
- Pues vaya birria... lo siento.-rectificó rápidamente el demonio.
- Así que lo usamos y si funciona nos llevará hasta Suilma- Josh pasó la mirada de las brujas a las gafas- ¿y si no?
- Pues... no lo sé.
- ¿Entonces como regresamos?- pregunto Andy.
- He encontrado un hechizo muy fácil de retorno.- Respondió orgullosa Mona enseñando una bolsa de tela que contenía una tiza y una hoja de papel- se traza un circulo en el suelo, se entra en él y ¡plaff! Vuelves a casa.
- Como los zapatos de Dorothe.- Susurró el joven vampiro sin darse cuenta.
- Si, como en el mago de Oz, solo que esta vez será sin casa, sin espantapájaros, hombre de hojalata o león- Le respondió Willow en el mismo tono.
Callaron durante unos segundos, en los que ninguno apartó la mirada de las gafas de sol.
- Bueno, ya que no lo dice nadie, lo haré yo, ¿quién va a ir?
- Iré yo- respondió Josh.
- ¿No sé por qué me lo esperaba?- suspiró Mona.
- ¿Algún problema?
- No, no... tan solo- Mona sonrió levemente ante la atenta mirada del joven- solo pensaba que estaría bien que fueras tú, nada más.
- Bien, entonces lo haremos mañana por la noche.
2012
Era de noche, y aunque la antigua nave de ropa estaba totalmente abandonada, gritos y ruidos de cosas rompiéndose, resonaban dentro de ella.
Las cosas que había estaba totalmente destrozadas, y el culpable estaba todavía destrozando una estantería de hierro, lanzándola de aquí para allá hasta que quedaron tan solo los escombros. El hombre miró a ver si encontraba algo más, pero ya no había más objetos con los que pudiera expresar su frustración, así que, derrotado, se sentó en el suelo enterrando la cabeza en sus rodillas y acogiéndose el pelo con las manos.
Tranquilamente, Drusilla esperó a que a James se le pasara el cabreó, y cuando lo vio un poco más relajado, se acercó a él.
- Ves como no tenías que haber ido a hablar con ella- la vampiro se puso de cuclillas delante de James.- ¿Ves ahora como ella te está matando? Tú antes no eras así, seguro que antes no habrías ido a ofrecerla un pacto... al que por cierto ella ha escupido. ¿Qué vas a hacer ahora, querido James? ¿Estas conmigo en todo o en nada?
James levantó la cabeza lentamente, su expresión era terrorífica, como si estuviera completamente desquiciado, pero lo peor era su sonrisa diabólica, que helaría la sangre al más valiente.
- Estoy contigo en todo, Dru.
- Bien- sonrió Drusilla mientras se acercaba a él y le acariciaba la cara antes de besarle violentamente.
