Capítulo 4: Naomi y Kurama

La tarde estaba en alba, aunque todo parecía tranquilo... pero se podía observar que Kurama estaba muy preocupado, no había encontrado a Naomi por ninguna parte y eso lo preocupaba mucho, por una parte se alegraba que Hiei entendiera un poco todo eso, aunque por otro lado le hubiese gustado que lo ayudara a buscarla..

Busca por todos los lugares donde una niña de 10 años pudiese estar pero no... va al parque, al cine, al centro comercial.... a todos lados y nada.

- Naomi... dónde... dónde podrías estar??- se decía Kurama en forma preocupante.

El gran temor de Kurama era que ella estuviese en peligro y no pudiese ayudarla, aunque al mismo tiempo recordaba algunas cosas de ese pasado junto con ella.

-flash back-

En una casa, una niña estaba llorando, la casa estaba casi destruida y a lado de ella estaba mujer... una mujer cubierta de sangre yacía sin vida cerca de la niña, ella lloraba de horror a lo que había pasado en ese momento.

- Mamá! Mamá!!!!!!!!!!!- Naomi lloraba asustada.

Naomi estaba ahí, al fondo de lo que quedaba de la casa, lloraba por su madre pero... ve una silueta que se acercaba a ella y...

- Entrégame el anillo!- la silueta le hablaba en forma amenazante.

- No.... nunca es de mi mamá!- la niña por su parte se resistía.

La chica tenía en sus manos un pequeño anillo el cual lo cuidaba casi con su vida, el demonio estaba por acabar con su vida en ese mismo instante cuando se detiene... Naomi mira un poco y ve una silueta con algo alargado.

El demonio desaparece y Naomi se desmaya, ese ser que la salvó corre hacia ella y la mueve un poco para hacerla regresar en si.

- Naomi! Naomi!- Kurama intenta despertarla.

La pequeña abre sus ojos y ve que era Suichi...

- Primo...- niña con sus ojitos lo mira con alegría.

De nuevo pierde el conocimiento y Suichi se la lleva....

-fin del flash back-

El cielo se nubla y a causa de eso, una lluvia un poco fuerte iniciaba... los cabellos de Kurama estaban totalmente mojados al igual que sus ropas, por alguna extraña razón, algo le dice que debía entrar a una casa abandonada.

Por lógica ese lugar era un poco aterrador, se notaba que nadie vivía ahí desde hace mucho tiempo y comienza a buscar a su prima, a la pequeña Naomi.

Al subir por las escaleras de ese lugar tan destruido escucha unos ruidos, parecían ser de alguien que sollozaba.

Kurama ve al fondo una silueta sentada en una caja de madera que parecía llorar, éste se acerca lentamente hacia ella y... la niña lo mira del modo que sus ojos se mostraban llorosos, ella estaba paralizada al verlo y éste contento de verla del modo que sonríe.

- Yo...- intenta acercarse a la niña.

- No me toques... eres igual a ellos, como los que mataron a mamá!!!!!!!!!- la niña lo miraba con terror y odio, no quería que se le acerca.

De nuevo Kurama intenta acercarse a la pequeña y ésta se aleja de él, parecía tenerle miedo y éste se sentía mal ante eso.

- Creo que debí decírtelo desde ese momento...- el pelirrojo se siente un poco mal e intenta de nuevo.

- Que eres como esos... como esos que mataron a mi mamá hace cinco años???- decía la niña gritando y casi llorando.

El chico se queda callado, para él de igual forma fue duro ver el cuerpo de la madre de Naomi sin vida y cubierto de sangre .

- Por eso... no te quería decir nada... sabía que algún día sabrías quien soy realmente y reaccionarías de esa forma.- Kurama intentaba explicarle todo.

La niña se le queda viendo por unos instantes, Naomi de nuevo le da la espalda mientras gruesas lágrimas salían de sus ojos violetas.

- Desde siempre no soy humano... soy un demonio como esos seres que le quitaron la vida a tu mamá....

- Si eres así... de una vez quítame la vida, vamos...- el tono de voz de Noami era frío y triste.

Kurama estaba helado ante eso, nunca había escuchado hablar tan fríamente a esa pequeña risueña.

- No soy como ellos en ese sentido... mis amigos tampoco lo son.- se acerca a naomi y la mira con preocupación.

Cuando escucha eso la pequeña se queda sorprendida y mira a los ojos a su primo, este parecía estar triste.

- Es... cierto eso?...- la niña no creía lo que decía Kurama.

- Si...

- Eres un bakka! Tú no sabes lo que estoy pasando y me ocultas algo tan así?????MALO!!!!!!!!- la niña grita mientras llora.

Y la niña llora casi a mares y se lanza hacia Kurama este estaba un poco desorientado a lo que decía la niña, pero la abraza con ternura... parecía que ya lo tomaba en serio.

- En ese caso... en ese caso... ayúdame a que no me quiten el anillo de mi mamá!! No quiero que se lo lleven de mi lado!!!!!!!! Tú me puedes ayudar... Suichi-chan!!!!!!!!!- ella loraba mientras sentía como Kurama la hacía sentir mas tranquila.

El chico pelirrojo escucha atentamente lo que decía la niña, él por unos instantes tiene la visión de ver un anillo en la mano de la madre de Naomi en una ocasión que fue de visita.

- Naomi...

Entonces la pequeña deja de sollozar por unos instantes y lo ve, éste se agacha para estar a la altura de ella.

- De todas formas te protegeré, no permitiré que te quiten el anillo de tu mamá, sé muy bien lo importante que es para ti...

- Suichi-chan.... gracias...eres el mejor!!!!!!!!!!!!!!!!- le agradece con todo su corazón a su primo.

Y Naomi sonríe para luego abrazar a Kurama y casi asfixiarlo, el pobre sonríe al saber que ella estaba mejor.

- No me digas Suichi...

- o.o nani?? Por qué...

- Mejor dime Kurama.

- Ahora que lo veo... si, Kurama se te sienta mejor! Si Kurama-chan!!!!!- decía muy animada.

Ambos chicos salen de esa casa y ven que se había detenido ya la lluvia, ellos se van directo hacia su casa...

Cuando llegan Kurama le dice a su prima que haría la cena, ella muy alegremente le dice que estaba bien y sube a su habitación...

- Después de la cena, le mostraré el anillo... ya decía yo que no era una persona ordinaria.- comentaba para si la niña.

De la mochila, ella saca una cajita y la abre... ahí estaba ese anillo de piedras turquesas que brillaba con mucha intensidad, ella toma el anillo y lo ve hacia la luz.

- Pronto.. nadie irá por ti...- miraba el anillo entre sus dedos.

Decide ponérselo en su dedo y le quedaba casi perfecto, ella queda un poco fascinada ante el anillo y luego se lo quita.

- Ahora que lo recuerdo mi mamá siempre decía que no hay que ponérselo porque si...

Respira profundamente y lo vuelve a guardar, mientras hacía eso no se da cuenta que no estaba sola, por la ventana alguien la observaba y ese alguien no estaba muy contento que digamos, se entornaba en la rama de ese árbol que daba con la habitación de Kurama... Hiei había visto todo... había visto el anillo que Koenma les habló.

- Esa niña... tiene el anillo...- decía Hiei desde la rama del árbol que daba a esa ventana.

Por unos instantes Naomi decide voltear, cuando hace eso ya no había nadie en esa rama... ella por su parte se queda extrañada.

- Uhhm?- sentía que alguien la miraba.

No pasó mucho tiempo cuando Kurama la manda a llamar a cenar, ella baja corriendo y ve que estaba por probar uno de los manjares que el buen cocinero de Kurama solía hacer.

- Y qué te pareció?- preguntaba Kurama ansioso por la opinión de la niña.

- Delicioso Kurama-chan! Eres el mejor!- la chica estaba fascinada ante el buen sazón de Kurama.

- ... realmente no estás molesta?

- No, ya no lo estoy... pues desde siempre supe que eras especial...- decía Naomi con una sonrisa en sus labios.

El chico se queda una poco extrañado ante eso, Naomi no solía decir eso pero estaba contento porque ella ya lo reconocía.

- En ese caso, no quieres ver mis plantas?

- Todavía coleccionas esas cosas tan feas??- dice la niña un poco sorprendida.

- No son feas, son lindas!- Kurama se siente un poco ofendido pero sonríe.

Naomi se queda un tanto aterrada cuando escucha eso pero sabía que Suichi o mejor dicho Kurama desde siempre tuvo ese extraño gusto por las plantas de todo tipo; desde plantas de ornato hasta las plantas mas extrañas de las regiones desconocidas por el ojo humano.

Después de la cena, Kurama lleva a Naomi a un pequeño invernadero que tenían en el jardín, ella se queda maravillada al ver lo que estaba observando y Kurama la lleva hacia sus rosas, sin duda alguna una de sus flores favoritas.

- Esas son las flores que siempre me regalas!- decía maravillada por las rosas.

Aunque la chica se asusta un poco al ver que las ramas de la planta se movían y se acercaban a ella.

- Este... Kurama-chan... no me quieren!- decía un poco nerviosa.

Eso lo decía la niña porque estaba casi envuelta de esas plantas y un poco asustada.

- Jajaja no, ellas están bajo mis órdenes no te harán nada si no se los pido!- Kurama por su parte intentaba tranquilizar a la chica.

Y de pronto, las ramas dejan de rodear a la niña, pero Kurama se extraña un poco ante ese pequeño suceso.

- Wa... tengo sueño...- la chica bosteza luego de un día tan agitado.

- Venga, te llevo a la cama!

- Si! como los viejos tiempos!!!!!!!!- la niña estaba contenta por eso.

Ambos salen del invernadero y se dirigen a su habitación, Naomi se cambia y se acuesta en la cama de Kurama, a él no le importaba en lo mas mínimo... se sienta en una mesa que tiene y comienza a escribir un poco en una hoja blanca pero... siente algo que aturde; ve si Naomi estaba dormida y sale sin hacer ruido de la habitación y baja hasta el jardín...

Cuando llega, ve que en la puerta que daba con el invernadero estaba recargado alguien, Kurama sonríe.

- Hiei!- el kitsune ve al pequeño demonio.

- La encontraste?- estaba un poco serio.

- Si, la encontré...

- Porque no me hubiera gustado ver tu otro lado... sería peligroso.- una sonrisa un tanto divertida sale de su boca al decirlo mientras cruza sus brazos.

- Mmm...

- En qué piensas?- Hiei lo mira algo pensativo.

El chico de los ojos esmeralda mira por unos instantes a Hiei, se había dado cuenta que estaba un poco raro.

- Te pasa algo? Te noto diferente..

- No me pasa nada, solo que veo que no pones de tu parte en todo esto!...- decía molesto el koorime.

- Celos de mi prima?- decía deivertido el kitsune.

Hiei no entiende eso mucho a la perfección, hace como si no hubiese escuchado eso y Kurama se ríe.

- Otra cosa... los seres que nos atacaron buscan ese anillo que Koenma nos habló.- seguía Hiei hablando.

- Lo sé bien, ya me había dado cuenta desde hace mucho tiempo.- una sonrisa se escapa de los labios del chico de ojos esmeralda.

- No te entiendo nada!

Kurama no le dice nada y mira hacia la ventana de la habitación donde dormía tranquila y a salvo Naomi.

- Esa niña, no es como cualquier humano... además tiene lo que busca el enemigo, aún así confías en ella?- decía serio el pequeño mientras miraba fijamente a Kurama.

- Desde que Koenma nos habló y mostró el anillo ya sabía de antemano que es el anillo que su familia poseía hace mucho tiempo.- Kurama parecía tranquilo con lo que estaba diciendo, eso deja mas extrañado a Hiei.

- Pues pídelo, que no sabes que nos está metiendo en un gran problema??- se estaba desesperando.

- Lo haré a su debido tiempo.

- No deberías de ser tan compasivo.- serio le contesta Hiei.

- Sabes? ese anillo es el único recuerdo que tiene vivo de alguien especial para ella, así que por ahora no se lo pediré.- se estaba cansando un poco a todo eso y lo mira raro.

Para Hiei eso era el colmo, pues Kurama no quiere que el anillo se fuese de las manos de Naomi... Hiei no dice mas y se va de ahí muy molesto, Kurama por su parte también lo estaba.

- Hiei... nunca cambias...

En el caso de Hiei, éste estaba algo molesto.

- Ese Kurama... si no se lo quita él .... lo haré yo!!!!- el demonio estaba muy molesto

Tiempo después Kurama entra a la habitación y ve a Naomi dormir tranquila, éste sonríe y se acuesta de igual forma, solo escucha unos palabras que la niña dice entre sueños.

- ...mi... Kurama-chan...

Así Kurama se queda dormido pensando qué hacer, pues además de que Naomi estaba semi enterada de todo, el anillo que Koenma les mostr y el que tiene Naomi eran exactamente el mismo objeto que el enemigo estaba en su búsqueda...

De nuevo amanece, entre las sabanas de una mullida cama una pequeña se despertaba.. lentamente abre sus ojos y mira hacia el otro lado de su cama... no estaba ahí.

- Se fue..- decía Naomi.

Naomi piensa que el chico posiblemente se fue a la escuela, ella no iba porque estaba de vacaciones. No duda en levantarse y ver que era un lindo día, se viste y baja a la cocina para prepararse algo, aunque cual va siendo su sorpresa...

En la mesa había un delicioso desayuno y una pequeña nota que decía lo siguiente:

Naomi, estoy en la escuela.. espero que te guste, nos vemos en la tarde!

Kurama

La niña sonríe y se sienta para disfrutarlo, pero no se da cuenta que no estaba sola... una sombra parecía estarla vigilando desde afuera de la casa.

Al paso de una hora la niña decide salir de la casa a caminar un poco, sale de ahí y se encamina en dirección a una tienda un tanto rara.

- Cuando regrese no se esperará a lo que le compré.- Naomi parecía que tenía una idea sobre lo que le compraría a Kurama.

Llega a su destino que era un tienda de dulces y pide algunos caramelos de varios colores, luego corre en dirección a su casa.

- Jejejeje dulces para Kurama-chan!- la niña en sus manos tenía una bolsa de color oscuro.

En lo que parecía ser una escuela, Kurama estaba sentado en su asiento y leía un poco, miraba al mismo tiempo la ventana, no se podía concentrar con lo que le dijo Hiei...

- Pueda que Hiei tenga razón.. demo, Naomi ama ese anillo.. su último recuerdo de su mamá.- estaba perdido en sus pensamientos.

Estaba perdido en sus pensamientos y más porque Hiei nunca se comportaba de esa forma con él, no le gustaba mucho que su amigo, que Hiei se molestara.

En ese mismo instante pasan su mano, al parecer eran algunos de sus compañeros.

- Hey Suichi! Estás en otro mundo!- uno de sus compañeros lo saca de sus pensamientos.

- Acaso piensas en la novia?- una chica igual lo interrumpe.

- No como creen, ni siquiera tengo novia...- estaba un poco ya fastidiado a ese tema.

Mira por su reloj dándose cuenta que ya era hora de salir de clases, toma sus cosas y sale de ahí.

- Mejor me apuro... me deben de estar esperando.- se decía así mismo y sale del aula rumbo a la salida.

Cerca de ahí, Naomi caminaba alegremente hacia su casa en su mano llevaba la bolsa con los caramelos que compró... la niña se detiene.

- Quién... quién está ahí??- la niña estaba un poco asustada.

Ella fugazmente logra ver una silueta que se acercaba a ella a toda velocidad, pero por alguna extraña razón logra esquivarla.

- Nani? qué pasa?

De nuevo esa silueta negra intenta lo que parecía ser... atacarla, ve como un hilo de sangre aparece en su brazo y choca contra unos tambos de basura. Ella estaba asustada, luego siente claramente como la alzan.

Naomi ve quien era su atacante... era.. Hiei.

- Dame ese anillo ahora!- le decía de forma amenazadora.

- Tú... por qué... eres el amigo de Kurama...- no podía creer que el amigo de Kurama estuviese en ese estado.

Hiei se queda helado al escuchar que Naomi nombraba a su primo con su nombre verdadero.

- Dame de una buena vez ese anillo.- le exigía el koorime.

- Anillo?... pero de qué tanto...- Naomi estaba extrañada.

Y la niña parece entender a lo que se refería, hablaba del anillo de su madre la causa de la muerte de ella.

- No sé que dices... pero nunca te daré el anillo de mi mamá!

- No me importa de quien sea... por tu culpa hay problemas!- hacía caso omiso a las palabras de Naomi.

- Problemas!? No me importa! No te lo daré!!!

El chico demonio no le importaba lo que dijera la niña, él solo deseaba que ella le entregara el anillo y así evitarse muchos problemas con los enemigos.

- Entrégalo!

- No!

Pero Hiei siente como alguien le lanza una botella de vidrio en la cabeza, era la primera vez que no pudo evitarla del modo que...

- Quien... fue el idiota??- menciona el koorime adolorido a causa del golpe.

Naomi ve a su salvador, para desgracia de ella era Kuwabara y estaba solo.

- Miren que tenemos aquí.. al idiota del equipo Urameshi!- mira Hiei al chico que estaba al fondo muy serio.

- No me importa lo que digas Hiei, pero acaso no tienes delicadeza con las chicas?? Depravado!- decía gritando Kuwabara y al mismo tiempo muy molesto.

El demonio se queda extrañado y al mismo tiempo molesto con lo que había escuchado.

- Que yo que??- el demonio no entendía todo lo que le decía.

- Depravado! Como te atreves a molestar así a una niña!- seguía alegando el chico de ojos pequeños.

- Eres tú... ese idiota?- Naomi se lamentaba al ver su salvador de ese instante.

- Beberías de dar las gracias!- Kuwabara escucha todo y se molesta ante el 'agradecimiento' de la niña.

Hiei deja libre a Naomi y ella recoge los dulces que se habían caído, se quita un poco el polvo en su ropa y se acerca a Kuwabara.

- Gracias pero podía hacerlo sola!- Naomi le agradecía de forma seria y seca al chico.

- Grrrr eres de igual de detestable que Hiei.- Kuwabara discutía con la niña, Hiei escucha ese comentario.

- A mi nadie me compara con una humana!- decía muy molesto Hiei al verse comparado con la prima de Kurama.

Naomi gira su vista y le sonríe al chico, éste no entendía el cambio de actitud de ella.

- Por qué quieres el anillo? Ni de chiste te lo daré... pero-le enseña la bolsa de los dulces- no quieres dulces??? Le he comprado algunos a Kurama-chan...- la niña intenta arreglar un poco las cosas, nota que Hiei se le queda viendo a los dulces.

- Esos dulces...- en voz baja hablaba Hiei.

Kuwabara no entendía nada de nada, pero Hiei recordaba que había visto esos dulces en otra parte.

- Son... los que compra... Kurama... como sabe...- se decía en su mente el koorime, pues parecía recordar en algún instante esos dulces.

- Estos dulces siempre han sido los favoritos de mi primo...- comentaba sonriente la niña.

- Esos dulces..- el tono de voz de Hiei era un poco mas seria.

La niña se queda extrañada pues Hiei estaba perdido en sus pensamientos, al demonio no le gustó mucho que ella supiera lo que le gustaba a Kurama.

- Recuerdo que esos dulces.. me da en algunas ocasiones...- parecía recordar el koorime algo.

-flash back-

En una tarde como todas... Kurama estaba sentado en su escritorio haciendo tarea, en esa mesa estaban algunos libros y el escribía en su libreta, de pronto escucha un ruido.

- Mmm?- Kurama escucha el ruido y deja de escribir.

Se levanta de su asiento y ve a Hiei parado, éste sonríe y le abre la ventana para que pueda entrar.

- Me da gusto verte de visita Hiei...- saluda el kitsune al chico con una sonrisa de las de siempre.

- ... opino lo mismo.- de igual forma saluda Hiei, aunque con su tono seco de siempre.

- No seas así tan frío conmigo, bien que sabes como me siento.- alegaba un poco el pelirrojo ante la actitud de su amigo.

Hiei se sienta en la cama de Kurama y éste sigue haciendo lo suyo, de pronto siente curiosidad hacia lo que hacía y ve escribir a su amigo de forma concentrada, pero sobretodo que mientras eso hacía, de una bolsita sacaba unas esferitas de colores que comía.

- Qué es eso?- Hiei miraba curioso lo que comía el chico de ojos esmeraldas.

- Dulces, no quieres?- Kurama tenía en sus dedos un dulce y se lo muestra mientras sonríe.

Hiei estaba extrañado pues nunca había visto esas cosas en su vida ni menos haberlas probado y un poco temeroso toma una y lo saborea, de sus mejillas aparece un pequeño rubor.

- Verdad qué son deliciosas? Desde siempre me han gustado estos dulces, toma... te los regalo!- Kurama estaba alegre porque a Hiei le habían gustado, le da en sus manos la bolsita con los dulces.

El pelirrojo le da la bolsita en manos a Hiei y este queda sin palabras y se le queda viendo a los dulces por un buen rato...

-fin del flash back-

- Los dulces de Kurama…- decía casi un susurro.

Y de forma inconsciente toma uno de los dulces y luego se va saltando de ahí, Kuwabara estaba que se le salía la baba al ver tan suculentos dulces.

- A ti no te doy!- decía molesta la niña gritando y le quita de su vista dichos dulces.

- Qué???? Pero por qué a ese tarado que te atacó si y a mi no?- Kuwabara no estaba de acuerdo al buen trato de su 'atacante' y con su 'salvador'.

- No te metas en mis asuntos! Y donde está Kurama-chan?- le pregunta de forma seria.

Kuwabara de igual forma se extraña al escuchar el nombre de Kurama salir de los labios de la chica pero no le toma mucha importancia..

- Yo que sé, no estoy en su misma escuela...

- Te creeré?- la niña lo miraba con desconfianza.

- Cree lo que quieras, si quieres te llevo; nos reuniremos todos en la casa de Urameshi- comenta fastidiado el chico y nota que Naomi estaba interesada.

- En ese caso, llévame!- la niña se lo ordena, igual que una princesa ordenando a su sirviente.

Kuwabara se arrepiente de decir eso, pues eso la chica lo dice con aires de ser la jefe y él el esclavo. Así ellos se van rumbo hacia ese departamento.

Continuar

Como ven, Naomi se ha dado cuenta que Kurama no era un humano común y corriente pero Hiei parece estar un poco celoso de la niña... jejejeje pero ella a pesar de todo le agrada... y bueno que pasará? no se pierdan el siguiente capitulo de esta historia!!!!!!!!!!!!

Se despide con cariño...

Bunny