Lo prometido es deuda, aquí esta el nuevo capi.

Laura, Dru y Afrodita:  muchas gracias por sus reviews.

Capítulo 10.- Sentimientos Encontrados

Se alejaron de la puerta de Mordor y sintieron un alivio dentro de ellos. Pero la jornada por este nuevo camino apenas si iniciaba.

Frodo miró hacia atrás y vio como dejaban atrás la fortaleza de Mordor. Sintió que el peso del anillo disminuía un poco. Frodo suspiró. Cada vez el anillo pesaba más y a él le era más difícil resistir la tentación, pero sabía que debía mantenerse firme. Destruir ese anillo era su destino y él haría todo lo posible por cumplirlo...sea cual sea el final de su aventura. Una vez más Frodo deseó jamás haber tocado aquél anillo, deseó estar descansando bajo la sombra de un enorme roble en La Comarca, jamás haber ido en esa misión....

Josie tomó su mano y basó su mejilla. Frodo salió de sus pensamientos para mirar a su amada que le sonreía. Frodo sonrió mientras se arrepentía de sus pensamientos. De no haber ido en esa misión, jamás hubiera conocido a Josie. La abrazó y besó su frente, mientras ella susurraba palabras de amor a su oído.

Sam los miraba de reojo con las mano en puño. No lo soportaba, simplemente no podía. Sabía que su amo amaba a Joselyn con toda su alma, que ella lo era todo para él. Jamás la creyó capaz de semejante atrocidad; parecía tan linda e inocente...pero las apariencias engañan.

-¿Qué fue eso?-preguntó Josie de pronto, dejando de abrazar a Frodo. Los hobbits agudizaron su oído para escuchar atentamente. A lo lejos se oían pisadas. Miles de ellas.

-Más hombres que van a Mordor-murmuró Gollum delante de ellos.

-Siempre he querido ver un Olifante-dijo Sam repentinamente.

-¿Un qué?-Josie lo miró confundida mientras Frodo soltaba una carcajada.

-¿Qué te hace pensar que llevan Olifantes, mi querido Sam?

-Bueno...-Sam se sonrojó. Sólo había oído de ellos en leyendas y viejas historias. Pero sabía que si existían, éstos hombres los poseían.

-¿Qué es un Olifante?-preguntó Josie. Sam la miró de reojo mientras cruzaba las manos tras su espalda y recitaba aquél poema que su viejo le había contado una vez.

Al terminar Josie le aplaudió, mientras Frodo reía con ganas. Gollum se limitó a escrudiñar los alrededores.

-No-dijo temeroso.-Ningún Olifante.

Después de aquella interrupción continuaron la jornada, preguntándose si de verdad verían un Olifante. La fría noche los tomó por sorpresa y tuvieron que buscar un refugio entre las rocas para protegerse. Sam miraba impaciente a su amo y a Josie descansar abrazados. Hubiera deseado que Frodo se hubiera quedado despierto, de esa forma hubiera podido contarle sus terribles noticias, pero poco después de haber dicho "Buenas noches" ya había caído dormido.

Al día siguiente llegaron a una hermosa laguna poco profunda, y bebieron hasta saciarse.

Fue entonces llegaron a una hermosa laguna poco profunda donde se detuvieron para beber hasta saciarse. Gollum aprovechó la parada para ir de cacería.

Mientras lo veía desaparecer entre las rocas, Josie arremangó su blusa y lavó sus manos, acto seguido lavó su rostro y su cuello. En otras palabras, lavó toda parte de su cuerpo que su ropa no cubría.

-¿Por qué simplemente no saltas al agua?-le dijo Frodo riendo.

-Eso quisieras-respondió Josie con el ceño fruncido.-A ti un baño no te caería nada mal, créeme-agregó con una sonrisa traviesa. Frodo sintió que se sonrojaba y miró su reflejo en el agua.

-Tienes razón-dijo suspirando, y empezó a lavarse también. Sam, hizo lo mismo.

-Debemos buscar un lugar para refugiarnos-dijo Sam mientras sacudía sus manos para secarlas.

-¿Ahora?-preguntó Josie.

-Sí, ahora-respondió Sam.

-Oh...

-¿Qué sucede?-preguntó Frodo.

-Quería lavar mi cabello-respondió Josie mientras hacia un puchero y tocaba su castaña melena.

-¡Debes estar bromeando!-exclamó Sam. Frodo guardó silencio. Extrañaba el delicioso aroma que los cabellos de Josie soltaban y que se había perdido cuando ella cayó en las ciénagas.

-¿Tomará mucho?-preguntó tímidamente.

-¡Sr. Frodo!-protestó Sam.

-No lo sé-respondió Josie examinando sus cabellos trenzados.-No tengo idea de que tan sucios están.

-Bueno, creo que podemos esperarte-empezó Frodo.

-Tengo una mejor idea-lo interrumpió  Sam.-Usted y yo vamos a buscar un lugar donde descansar mientras ella lava sus cabellos. Una vez que encontremos un sitio, regresamos con ella.

-No creo que sea buena idea dejarla sola-dijo Frodo negando con la cabeza.

-Por mí está bien-dijo Josie deshaciendo su trenza.

-Pero Josie...

-En serio, no me pasará nada-dijo Josie quitando pedazos de hierba de entre sus cabellos.

-En vez de estar discutiendo ya estaríamos buscando un refugio-dijo Sam a Frodo.

-De acuerdo, pero será mejor que nos apresuremos. No tardaremos nada-agregó volviéndose a Josie. Ella sólo asintió mientras rebuscaba algo en su mochila.

-Espero que ese apestoso no se haya ido muy lejos-murmuró Sam mientras daba media vuelta.

-¿Por qué haces eso?-le preguntó Frodo molesto.

-¿Qué cosa?

-Insultarlo. Denigrarlo todo el tiempo-respondió Frodo.

-Por qué sí-dijo Sam, sorprendido.-Por que eso es lo que es, Sr. Frodo. Sólo contiene engaños y mentiras. Quiere el anillo, es lo único que le importa.

-No sabes lo que el anillo le hizo, lo que todavía le está haciendo-respondió Frodo secamente. Luego su voz se ablandó.-Quiero ayudarle, Sam.

-¿Por qué?

-Porque tengo que creer que puede regresar.

-No lo puede salvar, Sr. Frodo-susurró Sam mientras negaba con la cabeza.

-¿Qué sabes tú?-le espetó Frodo súbitamente.-¡Nada!

-Sé más de lo que usted cree-respondió Sam con preocupación.

-¿A qué te refieres, Sam?-preguntó Frodo cambiando el tono de su voz.

-Sentémonos aquí. Es buen escondite.

-¿Sam...?-Frodo lo miró expectativo.

-Una noche después de que salimos de las ciénagas-empezó Sam.-Me quedé dormido en mi turno, pero Gollum se encargó de despertarme mientras discutía con su otra personalidad, ese lambiscón de Sméagol.-Sam miró a su confundido amo antes de continuar. Sabía que el corazón de Frodo se rompería en mil pedazos, pero era necesario. Tomó un suspiro y se lo dijo todo.

Josie escuchó atentamente para asegurarse que los hobbits no venían. Miró a su alrededor una última vez y se despojó rápidamente de sus ropas y saltó al lago. Sabía que sólo disponía de unos segundos, así que se lavó el cuerpo con la botellita de perfume que había traído de Lórien. Una vez que hubo terminado, volvió a asegurarse que nadie venía y saltó del agua para envolverse en su otra capa. Tomó las ropas que tenía guardadas en su bolsa y se cambió rápidamente. Mientras volvía a sujetar sus cabellos con su listón decidió que su viejo vestido ya no tenía remedio así que lo guardó para usarlo como alimento para el fuego, si es que llegaban a hacer una fogata.

Una vez que estuvo lista, se sentó sobre una roca a esperar a los hobbits.

-¡No es cierto!-repitió Frodo por millonésima vez.

-Lo lamento mucho, Sr. Frodo-murmuró Sam con tristeza.

-¡Ella jamás haría semejante cosa!-exclamó Frodo poniéndose de pie.-¡Estás equivocado!

-Usted sabe que no-dijo Sam suavemente mientras de ponía de pie.

-¡No!-sollozó Frodo.

-Vamos, Sr. Frodo-dijo Sam poniendo una mano sobre el hombro de su amigo.-Mejor vayamos por ella, no me gustó nada eso de que se quedara sola después de que Gollum se fuera a cazar. Si usted me pregunta, de seguro hay gato encerrado...

-¡Ya basta!-gritó Frodo mientras tomaba a Sam por el cuello de su camisa.-¿Me oíste? No quiero oír otra palabra.-Frodo miró asesinamente a Sam antes de soltarlo con desprecio y dirigirse al lago.

Sam lo siguió con la distancia prudente. No podía apartar de su mente la mirada llena de angustia de Frodo ni su voz quebrándose mientras hablaba. Se sentía terrible por causarle semejante mal a su amo, pero sabía que era lo correcto.

Frodo iba casi corriendo. Quería escapar de ahí. Huir de todos esos sentimientos que lo atormentaban. Josie no jugaría así con él, nunca lo haría. Era imposible que tras ese angelical rostro existiera maldad. Sam debía haber escuchado mal, tal vez sólo lo había soñado. Era imposible que toda la felicidad que Frodo sentía era una mentira, que todos sus sueños y esperanzas eran en vano, que las promesas de amor de Josie fueran mentiras....¿O eso era lo que quería creer?.

Finalmente llegaron al algo y encontraron a Josie sentada sobre una roca, con un atuendo diferente, el cabello mojado recogido con un lazo y su piel blanca completamente limpia. Frodo sintió otra ola de sentimientos encontrados atacar su corazón. Al verla tan hermosa, deseó correr a abrazarla, pero la advertencia de Sam lo frenaba.

-¿Me veo mejor?-preguntó Josie sonriente acercándose a los hobbits. Sam desvió su mirada y Frodo apenas pudo balbucear algo con sentido.-¿Qué sucede?

-Nada-dijo Frodo al fin.-Te ves bien.

-¿Sólo bien?-le preguntó Josie mientras lo abrazaba.

-Vámonos-dijo Frodo ignorando a Josie. La tomó del brazo y se internaron en los bosques.

-¿Ya regresó Gollum?-preguntó Josie mientras caminaban.

-No, no lo ha hecho-respondió Frodo entre dientes.

Llegaron al lugar donde habían dejado sus cosas y se sentaron a comer. Un silencio incómodo reinó mientras masticaban sus lembas. Josie miraba a los hobbits constantemente, segura de que algo malo había pasado.

-Bien-dijo Sam rompiendo el silencio.-Con su permiso, yo me voy a dormir.

-Buenas noches, Sam-dijo Josie. Pero Sam no respondió. Se cubrió con su capa y les dio la espalda. A los pocos minutos, ya estaba roncando.

-¿Se han peleado?-preguntó Josie apoyando su cabeza en el hombro de Frodo.

-Algo así-respondió Frodo con la mirada fija en Sam.

-¿Qué sucedió?-preguntó Josie de nuevo, mientras jugaba con los rizos de Frodo.

El pobre hobbit no pudo responder. No pudo evitar notar el hecho que Josie rozaba constantemente la cadena del anillo mientras jugaba con su cabello.

-¿Frodo?-lo llamó Josie.-¿Estás bien?

Frodo no respondió. Sólo miraba a Josie de reojo y no se dio cuenta de la mueca de desprecio que se formaba en su rostro.

-Mi pobrecito hobbit-susurró Josie besando el rostro de Frodo.-Ven, descansa en mis brazos.

Frodo dudó antes de acceder al ofrecimiento de Josie. Se sentía inseguro, confundido. Él le había dicho antes que adoraba dormir entre sus brazos, ¿aprovecharía entonces Josie que él iba caer rendido para tomar el anillo?. No respondió y miró fijamente a Josie.

"Imposible" se dijo mientras miraba sus ojos. "No veo mentira en sus ojos, sólo preocupación. Está preocupada porque cree que algo anda mal. Está preocupada por m

"¿No será que le preocupa fallar?" susurró una voz dentro de la cabeza de Frodo. "¿Y qué tu la descubras y ella fracase?"

"¡No...!"

Josie miró a Frodo llena de preocupación. Sabía que algo andaba mal con él y no quería decírselo. Sintió un nudo en su corazón. Frodo había prometido que confiaría en ella, que no le ocultaría nada más.

-Frodo-susurró mientras apoyaba su frente en la mejilla de éste.-Dijiste que confiabas en mí. ¿No irás a faltar a tu promesa?-Josie acarició los labios del hobbit y a continuación lo besó tiernamente.

"¡Lo ves!" continuó la vocecilla. "Te está probando. Sabe que no resistirás a sus caricias y besos. Sabe que una vez que caigas ante ella podrá quitártelo. Quitarte el tesoro..."

"¡No...!" Frodo no respondió al dulce beso de Josie. Simplemente se quedó tieso, mirando al vacío.

-¿Frodo?-lo llamó Josie más que preocupada al ver el comportamiento del hobbit.-Amor, dime lo que te pasa.

Lentamente los ojos de Frodo se posaron sobre Josie. Ella ahogaba los sollozos mientras miraba la expresión fría de su amado hobbit.

-¿Cómo pudiste?-fue lo único que Frodo pudo articular.

-¿Qué...?-Josie se limpió las lágrimas que empañaban sus ojos.

-Fuiste lo mejor que me había pasado-dijo Frodo con la voz quebrada.-Sabes que te amo más que a mi vida.

-Frodo, ¿de que hablas...?-preguntó Josie con voz llorosa. Sentía un miedo intenso ante la fría mirada de Frodo.

-¡¿Cómo pudiste jugar conmigo de esa forma?!-gritó Frodo mientras se ponía de pie y se alejaba de Josie.

-¡Frodo, espera!-Josie fue tras él.

-¡No me toques!-exclamó Frodo cuando ésta lo tomó por el brazo. Se volvió hacia la asustada chica y la miró fijamente.-Se acabó, Josie. No quiero saber más de ti.

Josie abrió la boca en una expresión de sorpresa. Miró fijamente a Frodo mientras su aturdida mente registraba las últimas palabras. "Se acabó."  Las lágrimas nublaban sus ojos y el llanto se ahogaba en su garganta. "No quiero saber más de ti." No. Frodo no había dicho eso. Él la amaba, jamás diría semejante atrocidad.

Entonces, ¿Por qué se alejaba de ella? ¿Por qué no le daba las buenas noches y la tomaba entre sus brazos?

-¡Frodo....!-Josie trató ir tras él, pero sus rodillas temblaban y fue incapaz de dar un sólo paso.-¡Frodo!-Josie cayó de rodillas sobre el duro suelo. Pero no sintió el dolor. Aquél dolor era sólo un cosquilleo comparado al de su corazón que se rompía en pedazos.

Frodo se tiró junto a Sam y se cubrió con la capa. Sentía que la furia que lo había invadido desaparecía, dando lugar a una infinita tristeza.

 "¿Por qué?, ¿Por qué me hiciste eso, Josie?...Eres lo que más amo en este mundo" Frodo calló un sollozo. "Caí como un tonto ante ti. Creí todas tus palabras, todas tus promesas. Me sentí el hombre más feliz del mundo."

-Imbécil-susurró Frodo. "¿Cómo pudiste creer ella se había fijado en ti? ¿Qué te amaba?....Todo era una farsa. Cada beso que te dio fue una mentira. Cada sonrisa, cada caricia...¡todo fue mentira! Ella nunca te amó. Nuca te quiso." Frodo pensó en Legolas de pronto. Sam lo había dicho. Había sugerido que Josie en realidad lo quería a él, pero no lo siguió porque debía obtener el anillo. O tal vez sólo jugaba con ambos. El hobbit sintió la ira apoderarse de él de nuevo. "Tú también caíste ante ella. No pudiste evitar amarla con locura. Nos cegó a ambos con sus sonrisas y coqueterías. Pero no más. Su juego ha terminado. Todo ha terminado."  Suspiró y apoyó su cabeza sobre su brazo. Se sintió cansado, demasiado cansado....casi enfermo. Hacía mucho tiempo que no se sentía así, pues Josie siempre estaba ahí, para animarlo con un beso...un dulce beso. "¡No!" Frodo trató de contener el llanto una vez más. ¿Qué iba a hacer ahora? Era su amor por Josie lo que lo motivaba a seguir. La única razón por la que luchaba día a día con el anillo era porque tenía la esperanza de que todo terminaría, entonces él y Josie podrían estar juntos y serían felices. Pensaba pedirle matrimonio una vez que el anillo fuera destruido, llevarla a La Comarca y vivir con ella en el Bolsón Cerrado, tendrían hijos y los verían crecer mientras ellos envejecían juntos. Juntos. Su único deseo era estar junto a Josie para siempre.

Frodo cerró los ojos para que las lágrimas pararan. Ese futuro se esfumó para siempre. Tal y cómo Galadriel había dicho, el destino de Frodo era estar solo. ¿Qué sentido tenía vivir entonces? ¿Cómo iba lograrlo sin su amada Joselyn?. Solo. Frodo repitió esa palabra en su mente hasta que perdió todo sentido y él cayó dormido.

Josie rodeó su cuerpo con sus brazos intentando darse calor. La brisa helada la hacía tiritar de frío. ¿O temblaba por lo que acababa de pasar?. Frodo la había dejado. Todo se había acabado. El frío aumentó. Jamás volvería a besarlo. Jamás sentiría sus brazos rodearla de nuevo. Jamás volvería a escuchar su voz susurrarle "Te amo" al oído. Sus hermosos ojos azules no la mirarían nunca más. Ella jamás volvería a ser feliz.

Josie se quitó su capa y se cubrió con ella. Pero no lograba que el frío disminuyera.

-Frodo...-sollozó de nuevo mientras miraba a su amado hobbit. Quería arrastrarse junto a él. Abrazarlo y sentir el calor de su cuerpo. ¿Qué había pasado? ¿Por qué Frodo había empezado a actuar tan raro y después la había dejado? Él le había jurado amor eterno. Había jurado que nunca la heriría, que la protegería de todo daño. Entonces...¿qué había pasado? "¿Cómo pudiste jugar conmigo así?. Sabes que te amo más que a mi vida" Esas palabras se repetían una y otra vez pero Josie no les hallaba significado. ¿A qué se refería Frodo? ¿Jugar con él?

"Nada tiene sentido" concluyó Josie. "Frodo me ama, yo lo sé....¡¿entonces, por qué actuó así?!" Una y otra vez Josie repasaba todo lo que había pasado. Cada palabra que Frodo y ella había intercambiado, cada mirada, cada sonrisa, cada beso. Sintió su corazón en un puño al recordar el primer beso que Frodo le había dado, aquella noche en el baile. La había hecho temblar, dudar de sus sentimientos por Legolas. Jamás pensó que alguien pudiera besar con la ternura con la que lo hacía Frodo. Su amor. Su primer amor. Su único y verdadero amor. Josie se tiró al piso y miró al cielo, pero las lágrimas le nublaban la vista una y otra vez. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso Frodo ya no la quería? ¿Ella había hecho algo mal? ¿Para Frodo todo había sido un juego?

-¡No!-Josie se llevó las manos a la boca para evitar un grito. No, no era posible. Frodo no había jugado con ella....de ser así, no habría arriesgado su vida por ella, no habría puesto tanto empeño en ganar su amor. No. No, no, no, ¡no!. Entonces, ¿qué era? ¿Qué estaba pasando?. Josie regresó al punto de partida. Terminó donde había comenzado. Con la diferencia de que ya no le quedaban lágrimas para derramar y un sabor salado inundaba su boca. Y sin poder hacer otra cosa que darle vueltas al asunto para tratar de hallar una respuesta, cayó dormida.

Sam despertó con los primeros rayos de Sol. Miró a su alrededor mientras se desperezaba. Frodo se encontraba a su lado y Josie era un bulto en el otro extremo. "Algo me dice que anoche no hubo besos ni abrazos" pensó mientras de ponía de pie. "Espero que Frodo la haya puesto en su lugar". Miró a su alrededor y buscó a Gollum. No lo había visto desde ayer.

Como respuesta a su búsqueda, Gollum apareció tras él con dos conejos en la mano. Sin prestar atención a Sam, los tiró sobre el regazo de Frodo haciendo, que éste despertara sobresaltado.

-¡Mire!-le dijo mientras hacia un extraño baile.-¿Ve lo que Sméagol encontró?

Frodo sonrió y miró a Sam. Éste puso los ojos en blanco.

-Son jóvenes-continuó Gollum tomando un conejo entre sus manos y partiéndolo en dos, causando que los huesos del conejos crujieran.-Son tiernos, son ricos. Sí, son ricos. Cómaselos, ¡Cómaselos!

-¡Lo harás vomitar si te portas así!-exclamó Sam apartando a Gollum de Frodo y arrebatándole los conejos.-Sólo hay una forma de comer conejos.

Sam empezó a sacar sus casuelas para hacer un buen guisado. Mientras hervía el agua y preparaba todo, Gollum curioseaba a su alrededor. Frodo reía mientras veía a Sam lidiar con Gollum y discutir sobre las "patatas" que iban en el guisado.

Entonces, la vio frente a él. Entre un bulto verde sobresalía la cabellera de Josie. Frodo sintió su corazón caer a sus pies una vez más. Su buen humor se fue y la tristeza lo invadió de nuevo. No supo cuanto tiempo la estuvo viendo, peor no dejó de hacerlo hasta que Sam puso el plato con guisado frente a él.

-Gracias, Sam-dijo Frodo y empezó a comer gustoso. Sam miró a Josie.

-Disculpe mi atrevimiento, pero ¿habló usted con ella anoche?-preguntó Sam en voz baja.

-¿Hablar?-repitió Frodo en un murmullo.-No, no tuvimos una buena plática. Pero puedo asegurar que todo ha acabado.

Sam no respondió. Miró como una mueca de desprecio cruzaba el rostro de su amo.

-Me sorprende que no se haya ido-observó Sam.

-A mi también-acordó Frodo.-No sé que gana con quedarse.

-Tal vez es que no conoce estos rumbos-dijo Sam.-O tal vez piensa que puede engañarlo a usted de nuevo...

-Eso no va a pasar-dijo Frodo secamente.

-¿Y ahora qué hacemos?-preguntó Sam.-¿Seguimos a Gollum?

-No tenemos otra opción-respondió Frodo.-Sméagol será fiel a su palabra, pues lo ha jurado por el anillo...

Frodo calló cuando vio que Josie se movía. La vio incorporarse y tallarse sus ojos mientras ponía su típica expresión de confusión de la mañana.

Josie no entendía porque le dolían los ojos ni porque sentía tanto frío. Buscó a Frodo con la mirada y lo encontró sentado al otro extremo. Josie le sonrió pero él no le devolvió la sonrisa, sino que fingió no haberla visto y desvió su mirada. Entonces Josie lo recordó todo. Frodo ya no la quería. Se puso de pie sin saber muy bien que hacer y se dirigió a los hobbits.

-Buenos días-los saludó, pero por toda respuesta Sam le dirigió una gélida mirada y Frodo se puso de pie y se alejó de ellos.

Josie no dijo nada, sólo lo miró alejarse lentamente. Sam se dirigió a la cazuela donde estaba el guisado.

-¡Qué bien huele!-exclamó Josie acercándose con Sam.

-Gollum ha traído unos conejos-dijo Sam sirviendo una mínima porción en el plato de Josie.

-Gracias-dijo ella tomando el guisado y empezando a comerlo. Sam empezó a levantar todo. Josie lo miraba mientras se preguntaba si él podría decirle que le pasaba a Frodo.

-Sam...-empezó. Pero fue interrumpida por unas voces.

-¡De aquí!, ¡De aquí venía el humo, síganme!

Frodo le lanzó una mirada a Sam y empezó a recoger sus cosas. Gollum gritó algo incomprensible y salió corriendo. Josie tomó a toda prisa el guisado y extendió la cazuela a Sam.

-Vaya-le dijo éste tomando la cazuela.-No te funcionó la trampa anoche y decidiste llamar a tus amigos, ¿eh?

-¿De qué rayos hablas?-dijo Josie poniéndose de pie. Se cubrió con la capa y se giró para ir por su bolsa cuando cuatro montaraces los rodearon salieron de la nada, y los rodearon.

-¿Qué son estos?-dijo uno.

-Orcos no son-afirmó un segundo.

-Tal vez sean elfos...-dijo otro no muy convencido.

-No lo creo-dijo el cuarto que parecía ser el jefe.-Los elfos ya no usan estos caminos y se dicen que son increíblemente hermosos.

-Lo que significa que nosotros no lo somos-dijo Sam molesto.-Pues, gracias, muchas gracias.-Dando un paso al frente, se enfrentó a aquél hombre.-¿Podrían ahora por favor decirnos quienes son ustedes, y por qué molestan a los cansados viajeros?

El cuarto hombre rió.

-Soy Faramir, Capitán de Gondor, y en estos tiempo no hay viajeros, solo servidores de la torre oscura o de la blanca.

-Pues no somos de una ni de otra-dijo Frodo tomando la palabra.-Y somos viajeros, digas lo que digas.

-Entonces les pido que nos digan quienes son y cual es su objetivo-dijo Faramir con voz imponente.-Y de paso nos dicen quien es su cuarto amigo, el fisgón, por que lo vimos cuesta abajo.

-Nosotros no respondemos por él ni sus acciones-dijo Frodo determinado.-Pueden traérnoslo de vuelta si quieren, o no. Frodo Bolsón es mi nombre, y él es Samsagaz Gamyi.

-¿Tu guardaespaldas?-se burló Faramir.

-Su jardinero-respondió Sam con desprecio.

-Somos hobbits de la Comarca-explicó Frodo.

-¿Y él?-preguntó Faramir señalando a Josie.

-Mi nombre es Joselyn Antâirë-dijo ella quitándose la capa.

Ninguno de los montaraces pudo ocultar su asombro ante la belleza que acababa de aparecer.

-Belleza como esa sólo se ve en los elfos-dijo Faramir arrodillándose frente a Josie y tomando su mano para besarla frente a la mirada de desprecio de Frodo.-¿Cómo es que es usted tan pequeña?

-Larga historia-dijo Josie sonriendo.

-¿Y que hace una elfa en compañía de estos...hobbits?

-No lo sé-dijo Josie mostrando evidentemente molesta.

-¿Así que no lo sabes?-interrumpió Frodo aún más molesto. Josie no le respondió. Se limitó a mirarlo inexpresiva.-Nosotros hemos venido desde Rivendel.

Faramir se sobresaltó al oír este nombre y se acercó a Frodo con el interés reflejado en su rostro.

-Éramos parte de una compañía de 8 compañeros-continuó Frodo.-A uno lo perdimos en Moria y de los otros nos separamos en Parth Galen. Había otros 2 más de mi especie, un enano, un elfo y dos hombres: Aragorn  y Boromir.

-Cuéntale la historia de tu vida-murmuró Josie cruzando los brazos.

-¡Boromir!-exclamaron los cuatro hombres.

-Han de saber-dijo Faramir tratando de sonar sereno.-Que Boromir era nuestro capitán

Una expresión de asombro cruzó el rostro de los medianos (en especial en el de los hobbits, pues estaban seguros que los hombres eran aliado de Sauron).

-Necesitamos saber más de esto-decidió el capitán de Gondor.-Dejaré dos hombres para que los custodien, pues uno no se puede fiar de un encuentro así de casual por estos rumbos.

-Adiós entonces-dijo Frodo.-Piensa lo que quieras pero yo soy amigo de cualquier enemigo del único.

Faramir se alejó con uno de los montaraces. Los tres medianos se sentaron de nuevo, sin poder pronunciar palabra, pues los dos hombre montaban guardia muy cerca. Sin embargo, al oírlos hablar Frodo y Sam notaron que hablaban algo muy parecido al élfico y sin necesidad de ponerse de acuerdo, miraron a Josie, quien estaba escuchando la conversación con interés.

Frodo y Sam entablaron una platica con los montaraces. Después de varias horas, el sueño empezó a vencerlos y preguntándose que pasaría a continuación, cayeron dormidos.

Josie miraba fijamente la cajita de madera donde guardaba la perla. Galadriel se la había dado, cuando partieron de Lórien. Con ella, Josie se podía comunicar con Galadriel cuando quisiera. Una vez que se cercioró de que los hobbits durmieran y que los montaraces no le prestaban atención, se concentró totalmente. Tenía que decírselo todo a Galadriel. Se puso la capa y empezó a llamar a la Dama Blanca. Después de lo que le pareció una eternidad, pudo escuchar la voz de Galadriel responderle. Y apenas la saludó, empezó a contarle todo lo que había pasado, sin poder contener las lágrimas.