miroku x inuyasha

heaRtache

Drabble V- A Quiet Moment with you.

"Sango y yo iremos a la aldea vecina a buscar algunos comestibles. No les molesta, ¿Verdad? Volveremos mañana por la mañana." la voz de Kagome se levantó por encima del silencio que se había formado entre Miroku e Inuyasha, sentado uno en cada extremo de la habitación. "¿Inuyasha?"

"Keh." exclamó el hanyou, ignorando olímpicamente las palabras de la joven y sumergiendo la nariz dentro de la revista de comics que ésta le había llevado por la mañana.

Kagome simplemente frunció el cejo, antes de volverse hacia el monje.

"¿Miroku-sama?"

Cabeceando y rompiendo sus rezos, el houshi le sonrió, amablemente.

"No hay problema, Kagome-sama. Espero que usted y Sango-san se diviertan mucho en la otra aldea."

Y sonriendo, Kagome se inclinó para tomar su mochila.

"Llevaremos a Shippou para que nos ayude. ¡Les traeré algo!" y con esto salió corriendo de la habitación que habían conseguido para pasar aquella noche.

Un momento de silencio siguió al movimiento de los cabellos negros de la chica desapareciendo por la puerta abierta, siendo el viento el único osado a romper suavemente el sopor con el lento balanceo de la campanilla que colgaba del techo.

Los ojos dorados de Inuyasha aparecieron por encima de las páginas blancas entonces, todavía enterrados en los dibujos de grandes ojos y largas piernas.

"¿Ya se fue?"

Miroku se limitó a asentir con la cabeza.

Y al segundo siguiente, sin previo aviso, el cuerpo del hanyou estaba sobre el del houshi, empujando con fuerza a su amante hacia el piso, en un desesperado intento por arrancarle la ropa.

"¡I-Inuyasha, ¿qué es lo que..?!" gimió Miroku, tratando de respirar entre el beso ahogado que los labios del semi youkai presionaban contra los suyos.

"Ha sido suficiente religión por esta tarde, bouzou." ronroneó el otro en respuesta, despegando su boca de la del humano y descendiendo rápidamente a los hombros ya semi desnudos.

"Inuyasha.." jadeó el monje. "¿Q-qué si nos ven?"

"¿Quién nos vería?"

Los labios apasionados del hanyou trazando nuevos diseños sobre su piel lograron arrancar un gemido de placer de la garganta de Miroku. Sus manos se cerraron alrededor de la nuca de éste y con las mejillas ruborizadas comenzó a hacerse a la idea.

"I-Inuyasha..."

"¿Mmhh?"

Un gemido más.

"¡Inuyasha!"

Entonces la puerta se abrió, de golpe, y Kagome entró por ella, con la respiración agitada y el cabello ligeramente revuelto tras haber corrido.

"¡Gomen nasai! ¡Olvidé el dinero!" exclamó, sonriendo avergonzada mientras se inclinaba por el dinero. "¿Miroku-sama?"

Y el joven arrodillado en el otro extremo de la habitación, con la coleta semi deshecha y parte de su túnica sobre las rodillas le sonrió en respuesta, ignorando los quejidos del hanyou inconsciente sobre el piso a muchos, muchos metros de él.

Drabble VI- Between your pain and my sorrow.

Miroku dio un nuevo paso, muy despacio, apretando fuertemente los ojos y mordiéndose la lengua en un intento de reprimir el gemido que amenazaba por escaparse.

Y a su lado Inuyasha, sosteniéndole de la manera más cómica que un hanyou pudiese tratar de ayudar a un humano a caminar.

El monje se detuvo entonces y el demonio se detuvo también, mirándole con sus ojos inocentes.

"¿Qué sucede?"

La mirada acusadora que le lanzó Miroku le hizo retroceder un par de pasos, temeroso, antes de que éste la jalara por un brazo y se aferrara a él con ambas manos.

Las mejillas del hanyou se encendieron ligeramente cuando la cabeza de cabello negro de Miroku descansó sobre su hombro y, de forma mecánica, levantó la mirada hacia el frente.

"¿T-Todavía te duele m-mucho?"

Sonriendo de lado, Miroku negó con la cabeza.

Y si realmente ver aquél lado del temperamento de Inuyasha iba a ser su recompensa no le importaba tener que ir por ahí, cada noche, teniendo que sostenerse de su brazo para poder andar.

"Miroku-chan..."

"¿Si?"

Los ojos dorados del hanyou se aguaron ligeramente, antes de tirar del muchacho en un abrazo apretado.

"Discúlpame si te lastimé, te prometo que no volveré a...", pero sus palabras se vieron interrumpidas por los labios del houshi, que poniéndose de puntitas había cerrado su boca con un beso.

"Inuyasha, te amo..."

Y en silencio, Inuyasha se estremeció y permitió que sus labios tibios acariciaran a los suyos una vez más.

"Y-yo también, bouzou..." sentir el abrazo caliente de Miroku lo sería siempre todo para él. Ahora se daba cuenta. "Yo también."

En realidad el dolor comenzaba a disminuir.

Drabble VII- Give me your chocolate lips.

"¿Chocolates?" alzando su nariz hacia el pequeño paquete, Inuyasha se inclinó hasta que su rostro estuvo a pocos centímetros del de Kagome. "¿Para mí?"

Haciéndose para atrás, ruborizada, la joven asintió, con una sonrisa tímida y el paquete de dulces firmemente sostenido entre sus manos.

"Verás, Inuyasha.." carraspeó. "En el Japón actual existe una tradición... tú sabes.. cuando es 14 de febrero (como hoy), las chicas y los chicos suelen obsequiar chocolates a la persona que le agrada..." se detuvo, sintiendo cómo su corazón latía cada vez más fuerte.

"¿Agradar?"

"S-sí.. ya... ya sabes... gustar..."

"¿Cuando te gusta alguien le obsequias chocolates?"

"Sí... bueno.. es una forma de decirle a alguien que lo amas sin necesidad de... hablar.." su voz cada vez más apagada. Incluso para Inuyasha, quien sacudía de forma incómoda las orejas, tratando de comprender las palabras entre los dientes de Kagome.

"Y.. bueno, Inuyasha, yo..." tomando aire fuertemente, Kagome levantó la cabeza y extendió los chocolates hacia el hanyou sentado frente a ella. "...yo quería..."

Sin tomarse tiempo para escucharla, Inuyasha se incorporó, le arrebató el paquete de las manos y echó a correr colina abajo, con un Gracias, Kagome! que la chica apenas si alcanzó a interpretar.

Chocolates. El 14 de febrero obsequias chocolates a aquella persona a la que amas.

Eso era fácil.

"¡¡Bouzou!!"

Al final del camino, junto a la cerca de piedra que bordeaba la aldea y sentado junto a un animado Shippou, Miroku levantó la mirada hacia él.

"Hola, Inuyasha." sonrió, incorporándose casi de inmediato. "¿Qué haces aquí? Pensé que estarías todo el día con Kagome-sama.."

Con dos grandes trancos Inuyasha cortó la distancia entre ambos y extendió el paquete hacia él.

"Feliz catorce de febrero, bouzou." exclamó el hanyou, precipitadamente, ante las miradas estupefactas de Miroku y Shippou-chan.

"¿Q-qué?"

"Kagome dice que el 14 de febrero debes obsequiar chocolates a la persona que amas y... bueno, yo..." e inclinando el rostro levemente ruborizado, Inuyasha sintió cómo Miroku le sonreía.

"Inuyasha..."

"¿S-sí?" levantó la mirada. Miroku había llegado hasta él.

"Yo también te amo." luego se inclinó hacia él, depositó un beso suave sobre su mejilla izquierda y recibió el obsequio de manos de un fuertemente sonrojado demonio.

Detrás de ellos una campanita sonó, haciendo que ambos volviesen el rostro hacia una enfurecida Kagome, que les observaba sentada sobre su bicicleta.

"¿K-Kagome-sama?"

Con una mirada fría, Kagome observó el chocolate en las manos de Miroku.

"Inuyasha..."

"¿Si?"

"¡¡OSUWARI!!" y luego se fue, dejando a Miroku seguro de que aquella tarde le costaría más trabajo sacar a su compañero del agujero en la tierra.

Notas: Drabbles 5 a 7 o.o han quedado más o menos igual que la primera vez que los escribí (o al menos conservan la esencia x.x). Espero reviews n---n!!