Capitulo 11

Charlas.

-¿Piensas ir a Hogsmeade?- dijo una voz grave a mi espalda y me di vuelta con una gran sonrisa en rostro para dar los buenos días a mi padrino. - ¿tienes unos minutos para tomar el té? - me pregunto.

-Hola!!! Severus... bueno si... pensaba ir... pero igualmente me sobra el tiempo - dije no sabía bien si decirle que iba a salir con Potter sabiendo bien que el no le soportaba.

Pero algo me decía que confiara en él y después de todo él era muy cercano al director ¿no estaría ya enterado de todo?, y después de todo no iba a decirle lo que sentía por Potter simplemente le diría que iba a salir con él, **no, no con él, con ellos "el trío de oro"**.

-Bueno entonces vamos a mi despacho, tengo algo para ti- dijo y le seguí hasta una puertas más allá del salón de Pociones que correspondía al deposito de la clase, después y antes de finalizar el oscuro pasillo, estaba la entrada a las habitaciones de mi padrino, detras de un cuadro al que conocía muy bien aunque la primera vez que lo vi no pude evitar largar una gran carcajada, cosa que obviamente enfado a mi padrino, se trataba de un cuadro de rozados cerditos con alas que danzaban entre sí.

Cualquiera que lo viera se preguntaría que hacia un cuadro tan infantil en el final de un lúgubre pasillo de las mazmorras, pues bien, después de mucho indagar me entere que el mismo director lo había puesto allí, "para alegrar el pasillo", y aunque mi padrino había puesto el grito en el cielo, el Profesor Dumbledore se negó rotundamente a cambiar el cuadro y desde entonces esos cochinitos custodiaban la entrada de las habitaciones de mi padrino.

Dijo la contraseña "sabiduría es poder" y entramos, contrario a lo que cualquiera pensaría las habitaciones de mi padrino no eran lóbregas y sombrías, sino que eran espaciosas y bástate comunes, la salita era redonda, dentro había una mesa redonda rodeada por tres sillones que tenían aspecto de ser muy cómodos, en las paredes había diferentes fotos de mí, su única familia.

Yo con mi padrino en mi quinto cumpleaños, yo estrenando mi primer escoba, yo en mi primer día de clases antes de abordar el tren, yo volando en un partido de Quidditch, yo de bebito chapoteando en al agua, yo de bebé ¡¿ORINADO EN DETRÁS DE UN ÁRBOL?!.

Era una fotografía en la que yo estaba parado frente a un viejo roble, con una mano saludaba y con la otra me sostenía para orinar, tendría dos años y medio pero, era igualmente vergonzoso saber que todos los profesores que pasaron por esta sala habían visto esta fotografía, y estaba seguro que eran muchos.

-¡SEVERUS!- exclame indignado al ver la fotografía - ¿qué diablos significa eso?- por dios de solo pensar cuantas personas la habían visto me sonrojaba.

-¿Qué?- me pregunto mientras se iba hacía la cocina para preparar el té.

-¡¿CÓMO QUE?!, Que significa esa fotografía en la pared- dije esta vez más sereno si quería convencer a mi padrino de sacar la fotografía de la pared tenía que estar sereno.

-¿Cuál? ¡A esa! pues me la dio Narcisa y decidí colgarla en la pared, me sobraba un lugar desde que decidiste que la otra no era moralmente correcta- dijo de manera sarcástica. La imagen en cuestión, era una donde me encontraba bailando ridículamente sobre la mesa, totalmente desnudo y mojado hasta la coronilla después de darme un baño. En esa ocasión tenia tres años y me había escapado de la elfa que me había estado bañando me encontró mi padre bailando y me fotografió, pero era la misma situación que con esta fotografía, cualquiera podía verla-¿quieres té de limón o común?- dijo como para cambiar de tema.

-No me cambies de tema Severus sabes bien lo que creo sobre esta clase de retratos- dije muy enfadado por dios no podía tener un poco más de tacto en la cuestión de mi desnudez, -lo único que falta es que las publiques en el profeta ¿es que no tienes un poco de sentido común?- termine cada vez más enfadado con mi padrino.

-Mira Draco, puedes chillar, gritar, amenazarme, y dejar de hablarme, nada hará que saque esa fotografía de esa pared- dijo desde la cocina y yo sabía que estaba hablando en serio. Eso acortaba el rango de ataque así que termine ofendiéndome y mirando hacía otro lado, si no podía hacer que el la sacara yo mismo lo haría.

-Y ni imagines romperla o quitarla, tiene más conjuros protectores que Hogwarts- dijo, exagerando la verdad pero aclarando que había asegurado una vida larga para la imagen. Volvió con una bandeja de té, y numerosas golosinas que empecé a engullir, demasiado ofendido como para hablarle, pero no tanto como para dejar de comer.

-Draco trata de tragar un poco antes de ponerte otra cosa en la boca- me dijo mi padrino muy divertido al verme como me atragantaba con una de las ranas de chocolate que había en la bandeja, la verdad era que mi padrino odiaba el chocolate, una cuestión de recuerdos me había dicho, pero siempre tenia una buena guarnición para mis visitas.

-Eggs quge egstagn mugy gguegnas- dije mientras intentaba tragar lo que tenía en la boca.- es que están muy buenas- dije cuando termine de tragar traduciendo lo anterior.

-Si bueno las compre ayer en Hogsmeade y las pague bien caras así tienen que estar buenas.- dijo con su usual tono autoritario y presentí que se avecinaba una charla seria, lo ultimo que quería en ese momento era descubrir mis sentimientos frente a él, no era que no confinara en su juicio sino que quería tratar de tener un día "normal" con Potter, si es que eso era posible.

Así que antes de que me abordara con sus "consejos" decidí evitarlo y de paso averiguar algo que estaba dando vueltas por mi ente hacia varios días.

-Heee... es un gran día para que los pichones aprendan a volar- intente, pero mi padrino solo atino a mirarme como diciendo ¿de qué estas hablando?.

-mmm... supongo que sí, no se... - dijo, mientras tenia en su rostro una gesto de total ingenuidad.

-umju, si, un gran día para criar pichones, espero que el cazador no este en el bosque- dije esta vez para ver si se descubría, sin duda mi padrino era un gran mentiroso realmente parecía no saber de que estaba hablando.

-Si bueno, ya sabes con Hagrid de guardabosques habría que ser muy estúpido para meterse en el bosque prohibido a cazar- dijo sin mucho interés - pero bueno a que viene toda esta charla sobre pichones ¿ es que quieres una nueva lechuza' en ese caso puedo compratela esta semana... - dijo como si no supiera sobre que hablaba, era un gran encubridor.

-Mira no te hagas el que no sabes que sucede, tu y yo sabemos de que se trata lo de los pichones así que vamos, confiesa- dije bastante enojado. Me miro a los ojos como buscando algo.

-De que diablos estas hablando Draco, ya déjate de tonterías y dime que diablos quiere saber.- dijo muy enojado **como si no supiera de que estaba hablando ¿qué demonios era tan importante para que me lo oculte?**.

-¡Basta ya¡ no te hagas el inocente Severus! Sabes bien de que estoy hablando- le grite más enfadado aún.

-No te digo que no se!!!!- dijo a su vez más enfadado.

-Me vas a decir entonces que no sabes nada de la conversación en el despacho de Dumbledore hee, hee, dime que no sabes nada sobre unas crías de Augureys.- deje cada vez más enojado ¿acaso me estaba tomando por tarado?.

-Conversación en el despacho de Dumbledore, pero de que estas hablando, yo no... ah!! La... ja, ja, conversación... ja, ja en el... ja, ja, despacho... de, ja, ja, Dumbledore... ja, ja, ja, los pichones... ja, ja, ja, - empezó a burlarse de mi lo que me puso furioso. Si algo no me gustaba era se rieran de mí.

-Basta!!! Severus basta ya deja de reírse y dime que sucede- pero mi padrino no paraba de reírse y daba la impresión de que que cada vez le causaba más gracia. Así que decidí salir de allí antes de que le lanzara algo por la cabeza, dando un portazo que retumbo por todo el oscuro pasillo.

Cuando salí y mire mi reloj me di cuenta que realmente había pasado el tiempo y faltaban quince minutos para la salida, así que me apure para llegar y encontrarme con el trío de oro.

A medida que me a cercaba a la puerta se me revolvía el té que había tomado con mi padrino, miles de pensamientos daban vueltas en mi cabeza predominaban aquellos que terminaban en desastre ¿por qué mi padrino se había burlado de mí de esa manera? ¿Qué eran los pichones? ¿Echaría todo a perder cuando me encontrara con Potter?, Después dé todo nadie me podría asegurar que mi actual racha de suerte no se desvanecería dejando peor parado de lo que ya estaba.

Llegue a la puerta y divise al trío, Granger miraba preocupara para ambos lados, obviamente buscándome mientras le decía algo a Potter **wow, que guapo esta hoy** pensé pero me obligue con mucha concentración mental, mientras que Weasley decía algo que hizo que los tres se largaran la carcajada.

-Bueno es tiempo de hacer frente al mal tiempo- me dije a mi mismo y me encamine hacia los tres muchachos que al verme llegar dejaron de hablar y me miraban evaluadoramente.

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