Disclaimer los personajes de Harry Potter pertenecen a JK Rowling, sólo son míos aquellos no reconocidos. No obtengo nada realizando esta historia salvo sus comentarios, es decir no se hace con fines lucrativos.
Advertencia es un universo alternativo/paralelo al POA, donde Harry Potter no es el protagonista y lo más importante este fic contiene Slash, sino te gusta POR FAVOR NO SIGAS, a partir de aquí es responsabilidad tuya.
Pensamientos = "cursivas y entre comillas"
Capítulo quinto: Mi compañera de la noche.
Después del primer día, el nuevo profesor de "Defensa contra las artes oscuras" no tuvo más sobresaltos como ese día. Claro si no contaba la resaca que sufrió durante tres días; la interesante clase con Harry; las miradas de odio o rabia, la verdad nunca es que nunca supo diferenciarlas en Severus, de las que era víctima; Su hermano no le había escrito, lo que significaba que estaban muy molesto con él y las bromas Peeves.
Peeves, el fantasma más alborotador e insufrible de la historia de Howgarts, además eterno enemigo del Sr. Filch, conserje del Colegio. Sí tenía ganas de gastar bromas inocentes de acuerdo, incluso podía menospreciarlo ante los alumnos, que se atendiera a las consecuencias como ser objeto de enseñanza de sus clases. Pero hubo algo que Remus no estuvo dispuesto a tolerar, ¿conque derecho le estropeaba uno de sus discos favoritos? El resultado de tal acción había llevado a tomar cartas en el asunto, debía hacer algo drástico. Después de pasar siete años con dos bromistas profesionales algo sabía sobre éstos y sus temores.
Al final nadie supo nada de Peeves en una semana y cada vez que alguien preguntaba por él, Remus no podía evitar sonreír pensando en la situación en que le había dejado, encerrado y con compañía no grata para el fantasma, su abuela el único ser que realmente respetaba y temía. A partir de ese momento el joven profesor no tuvo más problemas y cuando se veían le decía.
- "¿Cómo se encuentra su abuela?"- el ser translúcido, tomaba la dirección opuesta del satisfecho licántropo.
Sí realmente habían sido unos días tranquilos, tenía la impresión que agradaba a sus alumnos incluso a los Slytherin, pero estos jamás lo admitirían y mucho menos teniendo a Snape como Jefe de su casa, pero Remus lo sabía; eran respetuosos, le obedecían, no había muchas miradas descaradas y soberbias, sin lugar a dudas de Draco Malfoy sino lo hiciera el hecho es que llamaría demasiado la atención.
Ya había tenido casi todas sus clases, solo le faltaba una más, y después la cena, estaba realmente hambriento, su apetito aumentaba de forma considerable cuando se acercaba el plenilunio. El viernes por la noche tendría su cita con el satélite por suerte el domingo ya estaría recuperado para sus clases del lunes, nadie se daría cuenta de la ausencia del nuevo profesor o pensarían que ha ido con su familia a pasar el fin de semana.
Hoy empezaría a tomar la poción Wolfsbane, solamente de pensarlo se le revolvía todo, el sabor era realmente desagradable a parte de sus efectos secundarios como la somnolencia y el cansancio, la primera vez que la tomo estuvo sonámbulo toda una semana.
La marca de su maldición le dolía como era habitual, cuando se acerca la cita con la luna, la cicatriz de la cadera le recordaba que era y el origen de esa herida. Desde esa noche sólo la había visto en libros, fotografías, películas, aún así le influenciaba de forma leve, se ponía tenso y nervioso. En el fondo de su corazón anhelaba volver a ver la luna llena, que su luz le iluminara y no saliera esa criatura oscura que él no podía controlar. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que vio la inspiración de los poetas, la musa de la noche? Sí recordaba la última vez, al principio sólo tenía recuerdos vagos, difusos e incluso incoherentes.
FLASHBACK
Los paisajes eran maravillosos y nuevos para un niño de siete años que nunca había salido de su ciudad, era una vegetación tan distinta a lo que podía encontrar en el Hyde Park o cualquier parque de Londres, los árboles que veía por la ventana eran abetos enormes y majestuosos, de vez en cuando veía algún animal qué únicamente podía ver en el zoológico de su ciudad, que había visitado recientemente con sus compañeros del colegio.
- "John siéntate bien, puedes caerte" - el padre advertía al niño que estaba de pie sobre el asiento mirando por la ventana.
- "Mira papá, un ciervo, un ciervo" - gritaba el pequeño.
- "Sí hijo, no te preocupes que verás muchos" - el adulto de pelo rubio y ojos azules sonreía a cada comentario de su hijo.
- "Papa, ¿por qué no ha venido mamá?" - dijo el niño sentándose bien.
- "Ha tenido que ir a ver a un familiar que está enfermo" -
- "¿Y por que no hemos ido nosotros?" - preguntó curioso el niño.
- "Porque teníamos que venir aquí" - el padre no podía decirle a su niño que era porque había miembros de la familia que no aceptaban el matrimonio y estaban convencidos que no duraría nada.
- "Mamá vendrá volando" -
- "No lo sé, seguro que llegará antes que nosotros al castillo del Sr. Velum." -
Al atardecer llegaron a la estación indicada, debían bajarse rápido antes de que el tren prosiguiera su recorrido, el padre cogió las maletas, mientras el niño cogía su libro, a pesar de su corta edad había desarrollado un gusto por la lectura no normal para los niños de su edad, especialmente por los libros de aprendizaje de magia, ya que no era un niño común sus papas eran magos.
- "Usted debe ser Frank Lupin" - el niño se acercó a su padre, quien acababa de hablar era un hombre de unos cincuenta años vestido completamente de negro, al igual que su sombrero y unas gafas que no permitían ver sus ojos, ese hombre iba demasiado tapado, no hacía tanto frío además era julio - "Soy Ivan, el Sr. Velum me ha pedido que le disculpen pero hemos tenido "pequeños problemas" en el castillo, así que de momento se hospedarán en la casa del guardabosques de momento."
El niño miró a su padre que se mordía el labio inferior, lo cual hacía solamente cuando estaba nervioso, su padre lo cogió de la mano y ambos siguieron a Ivan al coche que les esperaba a la salida de la estación. El trayecto fue silencioso, ninguno de los dos adultos pronunció palabra alguna, había preocupación en el rostro de ambos, el niño no entendía el motivo, ya que sus padres tenían ese semblante muy frecuentemente en los últimos días.
Al llegar el niño se enamoró del lugar, ya no le importaba nada ir al castillo del Sr. Velum, la casa parecía sacada de uno de los cuentos de los Hermanos Grim, creía que en cualquier momento saldría uno de los personajes que habían sido inmortalizados.
- "Venga John tenemos que entrar pronto anochecerá"- el niño lo siguió hasta la casa, cuando entró vio sobre la mesa una tarta de chocolate y platos.
- " ¡Chocolate! ¿Puedo comer un trozo?"- se había soltado de su padre, dirigiéndose a su segundo postre favorito.
- "Más tarde"- el niño refunfuñó. Siguió a su padre a una de las habitaciones - "Quiero que te quedes aquí, ni se te ocurra salir la habitación, no nos moleste a Ivan" - el niño asintió a la orden de su padre.
Al cabo de media hora de estar leyendo un libro que supuestamente no tenía que leer hasta los once años, miró hacia la ventana y vio una ardilla blanca entrar en la estancia, si había visto estos animalitos pero nunca uno de es color, tal vez era hora de tener una mascota, intento cogerla pero el travieso animal se zafó del niño y salió por la ventana, pero se detuvo, parecía que le invitaba a seguirle, el pequeño imprudente la persiguió al bosque.
Después de haber seguido al roedor y jugar un rato, se percató que no sabía dónde estaba. Ahora no le parecía tan divertido él haber desobedecido a su padre, tendría que haberse quedado en la casa, no haber seguido a la ardilla, ahora estaba en el bosque, perdido y llorando, quería volver con sus padres que su madre le abrazara fuertemente y le besará en la frente, diciéndole "No te preocupes mi pequeño, mama está aquí, nada malo puede pasarte"
- "Mamá" - susurró el niño asustado, como si su madre pudiese oírle su mama era una bruja muy buena y poderosa, había estudiado para ser algo relacionado con la policía mágica, nunca se acordaba de cómo era la palabra, pero lo dejó todo cuando se caso con un humilde mago, un hijo de muggles que no tenía nada que ofrecerle salvo su amor y eso le había bastado a ella.
Miró hacia el cielo, la luna llena había salido, la contempló, nunca había visto el satélite tan redondo y brillante. El niño la observaba embelesado sin sentir ni oír nada más, sólo hasta que oyó el aullido del lobo, volvió a la realidad estaba solo en un bosque y con luna llena.
Escuchó las ramas romperse detrás de él, un animal no estaba muy lejos, tal vez era la ardilla, pero antes de que pudiera comprobarlo salió corriendo y gritando.
- "¡SOCORRO! ¡PAPÁ!" - corría todo lo que sus pequeñas piernas le permitían, oía algo detrás de él, no quería mirar a su espalda, pero lo hizo y al hacerlo tropezó con las raíces de uno de los sombríos abetos, a la luz parecían majestuosos. Se quedó quieto sin moverse, oía la respiración del animal cerca, estaba aterrado, lentamente se giró para encontrase a su perseguidor.
Una bestia de pelo gris oscuro que le recordaba a los lobos que había visto en el parque zoológico, pero muy alargada y grande, con una boca enorme, no podía dejar de mirar los amarillentos colmillos, levantó un poco su cabeza para ver esos ojos grises que lo estudiaban, había inteligencia en ellos.
- "¡¡¡AH!!!" - antes de darse cuenta aquella criatura le había mordido en la cadera, el dolor era indescriptible, cerró los ojos convencido de que lo que le ocurría era una pesadilla, cada fibra de su ser gritaba de dolor ¿iba a morir?. Pero el dolor cesó un poco cuando sentía algo húmedo en su cadera, con la poca fuerza que le quedaba abrió los ojos, el lobo le lamía la herida que le había provocado ¿iba a ser devorado? Entonces todo se volvió negro.
Cuando volvió a abrir los ojos todo estaba borroso oía alguien llamarle, a una mujer su voz le es muy familiar.
- "Remus despierta, mi niño mi tesoro abre esos ojitos, enséñaselos a mamá -
- "Mami"- pronunció tan débilmente el niño que parecía un suspiro.
- "Si mami esta aquí y papi también"- la mujer lloraba abrazando dulcemente al pequeño, besado le suavemente las mejillas, la frente, la nariz y los labios - "No te preocupes, mi amor todo irá bien".
FIN FLASHBACK
"Aquella noche de verano mi vida cambió, en realidad nunca tuve la vida que yo creía mía, todo era mentira, años mas tarde supe la verdad del día que vi la luna llena por última vez, tal vez hubiera sido mejor no saber los secretos, a veces es mejor vivir ignorando la verdad. Con el tiempo he aprendido a aceptar lo que soy y quien soy. Al día siguiente conocí a Mistral Velum y a mi padrino, Maximus Iulia. Y años más tarde conocí al hombre lobo que me hizo."
Transcurridas las dos horas de enseñanza, se dirigía a sus aposentos a descansar un rato antes de la cena, la clase fue amena como siempre, pero el ciclo pretransformación no ayudaba en nada.
- "Profesor Lupin"- reconoció la voz del conserje, se dio la vuelta y lo miró - "Hay alguien que pregunta por usted. No son horas de visita pero ese Stonheart nunca le han importado mucho las normas, sé que rompió muchas durante su estancia, aunque nunca pude atraparle."
- "¿Garrick está aquí?"- Remus estaba sorprendido.
- "Sí, está en la entrada hablando con el Director Dumbledore, será mejor que vaya parece que se siguen llevando tan mal como antes"- comentó el conserje.
El licántropo se dirigió con paso apresurado hacia la entrada principal del castillo, pronto vislumbró las dos figuras, una enfrente a la otra, se detuvo para contemplarlos parecían un león y un tigre apunto de atacarse, nunca entendió de donde venía esa hostilidad entre el que es un antiguo conocido y su jefe. Garrick Stonheart es una de las pocas personas capaces de exasperar al antiguo profesor de transfiguraciones. Seguro que había un motivo para esa relación entre ellos, ¿cuál era? Eso si que es una buena pregunta, los dos saben mucho de todo el mundo, pero cuando se trata de decir algo referente a ellos se cerraban en banda y no les sacabas ni una sola palabra de su vida personal.
- "Hola Remus"- el joven del pelo castaño oscuro saludo al recién llegado con su sonrisa seductora, la sonrisa reservada a su persona especial- "¿cómo te van las clases? Recuerdo que siempre se te dieron bien los niños y los no tan pequeños, te encantaba enseñar."
- "Sí, es una suerte que el Director me haya ofrecido tan amablemente este puesto vacante."- le dijo, sonriendo luego al anciano.
- "Claro ¿y Black no tiene nada que ver?" - los dos lo miraron - "Es por eso que estoy aquí. Tal vez sería mejor hablarlo en su despacho Dumbledore."
Remus se percató de que a escasa distancia del hombre que hasta ahora había hablado se encontraba un baúl grande y negro, ese tipo de baúles se empleaban para viajar una temporada larga o para trasladarse. Tenía un mal presentimiento.
- "¿Por qué tenemos que hablar en mi despacho? Deberías irte Garrick vamos a cerrar las puertas, te dejaré uno de los carruajes para que te vayas, aquí no puede haber personal ajeno a Hogwarts, no quiero correr riesgos con los dementotes ni con Sirius Black."- el anciano tenía ganas que se fuera.
- "Es por eso que estoy aquí, el Ministro me a nombrado encargado del caso Black y así poder controlar a los dementotes, para que no ocurran posibles accidentes"- declaró orgulloso Garrick ante dos sorprendidos Albus y Remus.
- "Desde cuando trabajas para el ministerio de Magia"- preguntó el más joven.
- "Remus has estado doce años fuera de Inglaterra, ahora soy uno de los aurores especiales del Ministerio de Magia, si quieres después de la cena nos ponemos al tanto de nuestras vidas"- dijo aproximándose.
- "¡Cómo es que no me lo han notificado!¡ Soy el Director del Colegio! Además tú habías dicho que estabas aquí por Remus."- el comentario provocó el sonrojo de Lupin.
- "¡Es que no me distes tiempo a que te entregara esto!" - el hombre de ojos grises le entregó un pergamino oficial, el director lo cogió con desgana y lo leyó un par de veces en el intento de encontrar un error y de esta manera deshacerse de la molestia que le suponía el recién llegado.
- "Parece que todo está correcto"- dijo molesto el anciano - "El Sr. Filch, llevará tus cosas a uno de las habitaciones desocupadas."
- "No se moleste puedo compartir la habitación con Remus"-
- "¡NO!"- gritó el aludido, haciendo que Garrick volviera a sonreírle -"Me voy a cenar"- los dejo discutiendo algunos aspectos de la seguridad del Colegio Magia y Hechicería más conocido de Europa.
"Garrick ¿Es auror especial? ¿Desde cuando existe eso? Y yo estaba contentó porque tenía unos días tranquilos. Cuando se enteré Severus que va estar aquí para capturar a Sirius" el nuevo profesor detuvo el paso "No detendrá a Sirius le matará si tiene la ocasión. Le odia." Continuó caminando "¿por qué me preocupo por un traidor que entrego aquel que era su hermano?"
"Remus yo te amo, siempre te amaré pase lo que pase, no me olvidaré de ti jamás."- la voz de Sirius estaba en su cabeza, desde que había llegado los recuerdos no cesaban.
Al llegar al Gran comedor se sentó en su lugar habitual, el profesor de pociones ya había llegado, tenía su habitual mueca de disgusto, miró al recién llegado con desprecio aun que por dentro era otra cosa.
- "Cómo estamos Lupin, mañana va a ser una noche muy despejada deberías salir a dar un paseo."- Remus lo miró aburrido - "Después de la cena ven a las mazmorras, te he preparado tu poción"- se había acercado a su oreja para susurrarle estas palabras pero en realidad deseaba oler ese aroma tan característico del joven de ojos dorados, la verbena, esa aroma fresca le enloquecía.
- " Buenas noches Severus Snivellus Snape, hacia tiempo que no te veía."- los ojos del profesor más detestado de Howgarts por cualquier alumno que no fuera un slytherin, se ensancharon, conocía esa odiosa voz grave, sólo había tres personas que se atrevieran a llamarle con ese apodo, una estaba muerta, James Potter, la otra no se arriesgaría a ser visto, Sirius Black, así que solo que daba una persona.
- "¿Qué demonios haces aquí Stonheart?"- preguntó levantándose, para enfrentarse a eso ojos altivos y burlones.
- "Vengo a quedarme una temporada. Tengo la misión de capturar al prófugo de Azkaban."- dijo sonrientemente - "¿Sabes que tienes el pelo más graso que la última vez?"
- "Sr. Director, debe ser una broma"- dijo arrastrando las palabras.
- "No Severus, me temo que no. Vamos a tener al Sr. Stonheart con nosotros hasta la captura de Black."- ante tales palabras Severus volvió a sentarse, respirando profundamente. Mientras que él recién llegado saludaba al resto del profesorado, quien le dio una calurosa bienvenida fue Fliwick, la verdad es que el bajito profesor se alegraba de volver a ver su antiguo alumno, el más problemático de toda la historia de la casa pero también él más deslumbrante en encantamientos y transfiguraciones de su promoción y otras anteriores.
La hora de la cena estuvo llena de murmullos acerca de la persona que se sentaba junto al profesor que en pocos días se había convertido en uno de los preferidos por casi todos los alumnos, sobretodo les gustaba su forma de enseñar a ritmo de swing y humor, las clases habían mejorado sustancialmente y estos tenían la sensación de estar aprendiendo y no contemplando la sonrisa ganadora de la Revista "Corazón de bruja" como fue el año anterior. Eso sin olvidar el atractivo del profesor que no pasaba desapercibido en especial por el alumnado de cursos superiores.
Al finalizar la cena la teoría de la mayoría es que era un auror venido para capturar al asesino que había conseguido huir de la prisión más segura del mundo mágico, aquel que fue el fiel vasallo del que no debe ser nombrado. Los jefes de su casa confirmaron lo que todo el mundo suponía, pero no entendían porque se encontraba en el castillo en lugar del pueblos, la respuesta fue sencilla por si el prófugo podía entrar en Howgarts, lo que era totalmente improbable.
En el Gran comedor se fue vaciando, el Director acompañó a Garrick a sus aposentos y al cabo de unos instantes Remus se dirigió a tomar esa poción tan desagradable y amarga, varias veces se había preguntado cuál de los ingredientes le daba ese insufrible sabor. Al llegar a las mazmorras, los recuerdos volvían a él.
FLASHBACK
Dos alumnos, un chico y una chica, con los colores de la misma casa, Gryffindor se dirigían a su última clase del día, era lunes la semana acababa de empezar pero para el chico de cabello castaño, solo deseaba que terminara.
- "¿No piensas hablarme?"- preguntó la chica pelirroja.
- "¿Cómo?"- preguntó sorprendido.
- "Se puede saber qué te sucede, llevas toda la semana que apenas hablas, sólo abres la boca para comer. Remus estoy preocupada, no tienes buen aspecto."- en los ojos de impresionante color verde había una preocupación inusual.
- "Nada Lily, es sólo que las cosas no van bien. Estoy preocupado por mis padres, detrás de los muros de Howgarts se está librando una guerra, la gente desaparece y no vuelve"- el chico detuvo su paso - "no vuelve porque está muerta."
- "Venga Remus, no seas paranoico. De acuerdo que están ocurriendo cosas raras y que ese Lord Voldemort es peligroso pero estamos en el lugar más seguro de todos. Dumbledore no permitirá que nos pase nada."- dijo ella tratando de animarle - "Yo no creo que la situación sea tan grave."
- "Lily, si que lo es, hace tres días soñé con una hermana de mi madre, la única que apoyo siempre a mis padres, era una auror. Se despedía de mí, me dijo que fuera fuerte y que averiguara la verdad, y que le dijera a su hermana que la quería mucho, que se lo dijera yo ya que podía. ¡Sé que está muerta!" - el joven no pudo evitar llorar, su amiga le abrazó fuertemente y le susurraba.
- "No seas tonto, sólo fue una pesadilla."- pero ella misma lo dudaba sabía que su amigo del alma tenía ciertas habilidades extra sensoriales, en ocasiones él sentía cosas que nadie más podía.
- "Remus, ¿qué pasa?"- ninguno de los dos se había percatado de la presencia de una tercera persona, un chico que llevaba los colores verde y plateado se acercó a ellos, Remus se secó las lágrimas con la manga de la túnica -"¿ha sucedido algo con los idiotas? ¿Han vuelto a molestarte?"- Lily sabía que se refería a Potter y Black, desde que hacía un mes que Severus y Remus se presentarán juntos a la fiesta de Hogsmeade, los dos bromistas de Hogwarts no dejan de decirle que eso era un error. En especial Sirius Black que cada vez que se encontraba con Severus estaba a punto de golpearle o lanzarle un hechizo, incluso una maldición. Ella bien sabía que el león más famoso de Gryffindord estaba loco por el chico de ojos dorados, aunque no era el único no nos olvidemos de Stonheart, quien era el más evidente y también tenía sus admiradoras, él pobre chico no sabía que veían en él.
- "No, sólo es que mi familia no sabe nada de mi tía desde hace unos días y estoy preocupado."- lo decía mientras dos lágrimas caían por sus mejillas. Lily lo miraba preocupada, iba a volverlo abrazar, le dolía ver a Remus de esta manera, esta era la segunda vez que veía lágrimas en un rostro normalmente alegre que tenía siempre una sonrisa amable para todo el mundo. Cuándo iba a darle el abrazo, se quedó helada al ver que lo hacía Severus, jamás creyó ver hacer al estoico muchacho un gesto de cariño en público, y mucho menos susurrarle palabras tranquilizadoras a alguien ¿seguro que ese es Severus? ¿Se habrá golpeado la cabeza, provocándole un cambio de personalidad tan grande? ¿O ese era el Severus que sólo aparece para las personas que aprecia? Recordaba que él siempre la trata bien, a ella y a Remus, también al Director, pero para el resto del mundo era frío y para la mayoría de los Gryffindors insufrible.
Ella miraba la escena maravillada, Severus abrazando y consolando, Remus que era por lo menos unos centímetros más bajo lloraba en su hombro. Cuando éste último se hubo tranquilizado entraron en la clase por suerte aún no había nadie, normalmente las clases que Gryffindor y Slytherin compartían sus alumnos llegaban cuando ya era casi la hora de empezarlas, por lo que faltaban todavía unos minutos para que Remus recuperara la sonrisa, Lily pudo comprobar como el chico moreno hacía lo posible para que su mejor amigo riera y lo consiguió, siempre le había gustado escuchar la risa dulce de Remus y también la risa agradable de James Potter claro que eso no lo admitiría.
Al cabo de unos momentos los alumnos empezaron a llegar, Severus se fue con los compañeros de su casa, no quería empezar una discusión con Black y Potter. Lily permanecía sentada al lado de Remus, cuando miraba su rostro nadie diría que había estado llorando.
- "¡Hola Moony!" -entró alegre e incombustible Sirius Black, dirigiéndose a los dos amigos - "Hola Evans, porque no me haces un favor y te sientas con James."- ella levantó las cejas y miró como el sonriente Potter la miraba embelesado y ella le sonrío, haciendo que James Potter pusiera cara de tonto, para luego mirar a Sirius.
- "Lo siento Black, pero no. Además por qué me lo preguntas si sabes mi respuesta" -
- "No seas mala, Evans." - dijo con falsa tristeza el chico de sonrisa atractiva - "James no se merece que lo trates así." - Black se acercó más al rostro de Remus, estaba analizándolo- "Oye Moony ¿estás bien?" - mirando directamente a los ojos dorados - "¿has llorado?"- lo dijo muy bajito pero lo suficiente para que James lo oyera y fuera junto a Sirius para comprobarlo.
- "Pero que estáis diciendo, es la primavera y estoy en clase de pociones, ¿habéis olvidado lo sensible que soy a ciertos ingredientes en esta época del mes?"-
- "¿Snivellus te ha hecho algo?" - la jovial voz de James Potter se volvía fría cuando pronunciaba ese nombre, el cazador de Gryffindord era muy protectivo de sus amigos, en especial de Lily, Remus y Peter, de Sirius no se preocupaba tanto normalmente se metían junto en todos los problemas y la mayoría de las veces estaban castigados juntos, a veces parecían mellizos de lo unidos que estaban.
- "Por supuesto que no. Dejar de tratarle así, salgo con él porque me gusta."- sus dos amigos ponían cara de espanto cada vez que lo decía, en especial Black.
Antes de que pudieran seguir hablando la profesora de pociones entró, los dos Gryffindord se sentaron detrás de su personas especiales, cosa que no gustó nada a cierto Slytherin, que miraba con desprecio a su enemigo y éste a su vez con rencor.
- "Es mío"- siseaba Snape.
- "No por mucho tiempo"- le contestaba el heredero de los Black.
La voz de la profesora de transfiguraciones desde la puerta interrumpió la interesante explicación de la clase.
- "Disculpe profesora, puedo llevarme un momento al Sr. Lupin, el Director debe hablar con él"- preguntó de forma solemne Minerva Mcgonagall, la otra profesora asintió. Remus miró a Lily, aquello sólo podía ser una cosa que el chico no había tenido ningún sueño.
FIN DEL FLASHBACK
Aquel día su tía Casiopea había sido encontrada muerta en las afueras de un pequeño pueblo, donde el Ministerio la había enviado a investigar extraños acontecimientos relacionados con desapariciones y enloquecimientos sin motivo de los muggles que vivían allí. Le contó a su madre el sueño, desde la noche en que quedó maldito no había vuelto a ver llorar de forma tan desconsolada a su madre, ella había tenido una discusión tonta la última vez que se vieran las dos y ahora no podría decirle a su hermanita que ella también la quería. Con los años supo por Moody que su querida tía había recibido la maldición imperdonable "Crucio" hasta la muerte, éste le dijo que tenía que estar muy orgulloso de ella había sido una heroína los mortífagos no habían conseguido que se les uniera.
- "Los héroes siempre son los primeros en morir"- declaró el joven profesor a la oscuridad.
Camino deprisa hacia el despacho de Severus Snape como había cambiado las cosas en veinte años. Este es el mundo por el que murió tanta gente, ahora se les olvida, ya que creían que si se les olvida también el dolor desaparecería, pero qué ocurrirá cuando aquel que creen destruido vuelva con más fuerza, ¿dirán que es mentira?, ¿Estarán dispuestos a luchar o de lo contrario se esconderán en sus casa denunciándose unos a los otros?. Remus notó su varita vibrar.
"Tengo miedo Kaie, el futuro esta lleno de horror, será peor que la otra vez. Tal vez no sobrevivamos" la varita vibró con más intensidad "No te preocupes es el ciclo pretransformación y estos recuerdos. Se me pasará."
- "Se puede saber que has hecho para tardar tanto, tengo otras cosas que hacer que esperarte Lupin". - la voz del maestro de pociones sonaba enfadada, Remus entendía el motivo la llegada de Garrick le había hecho menos gracia que a él. No era difícil olvidar las confrontaciones que habían tenido en el pasado, durante la época de prefecto de Stonheart, éste había quitado más puntos a Severus que nunca y le había humillado más que nadie, bueno James y Sirius no se quedaban atrás, claro que el humillado no se quedaba en un rincón auto compadeciéndose, él también se tomaba su venganza contra aquellos que se metieran con él y tener a Severus como enemigo no era nada bueno y sano.
- "Buenas noches de nuevo, lo siento me he entretenido por el camino."- entró en el despacho, sobre la mesa estaba ese asqueroso mejunje, lo miro. - "¿De verdad que no puedes echarle un poco de azúcar?"
- "No, bébete la y márchate de aquí licántropo"-
- "¿Y chocolate?"-
- "Tampoco"-
- "¿Miel?"-
- "No"-
- "¿Sacarina?"-
- "¡Quieres tomártela de una maldita vez!"- exclamó ya furioso Snape.
El profesor de DCAO cogió de mala gana la copa humeante, cerró lo ojos y se bebió el líquido pastoso lo más rápido como pudo, el sabor era horrible, tendría que habérsela tomado antes de cenar. Cuando se bebió hasta la última gota, depositó la copa en la mesa, esperaba que el gusto desagradable de su boca durara poco en su habitación le esperaba una barra de chocolate, eso le ayudaría.
- "Hasta mañana Severus"-
- "Buenas noches Lupin"-
Al llegar a su cuarto abrió la ventana y buscó a su eterna compañera, la noche era estrellada, enseguida la vio brillante y hermosa, mañana se convertiría en lo que más odiaba en una bestia, aunque con la poción le permitiría conservar su mente humana, al menos de esta forma no tendría que ir a la Casa de los Gritos, su parte animal habría buscado desesperadamente al ciervo, el perro y a la rata, sus compañeros de juegos y aventuras en las noches más dolorosas del mes. Pero ahora ya no que daba nadie, el perro asesinó el ciervo y la rata.
- "Mañana tampoco faltarás a nuestra cita. Por supuesto que no, en más de vente años no lo has hecho. ¿Algún día podré verte sin sufrir?"- pegó otro mordisco a la tableta de chocolate que había cogido nada más llegar.
Nota de autora; mil perdones por la tardanza, supuestamente tengo que subir al menos un capítulo por semana como mínimo, pero la inspiración no entiende de plazos. Además las musas no vuelven. La verbena es un arbusto que crece en Provenza, su fragancia es fresca y deliciosa. Espero que hayan disfrutado de este capítulo, cualquier pregunta se la contestaré.
Katie-Soul-Sieth: me alegró mucho que te siga gustando este fic, tus comentarios son siempre muy gratificantes. Te puedo contestarte a ciertas cosas el secreto que sabe Malfoy, he dado pistas ¿no te pareció raro su comportamiento en la enfermería? El personaje de ojos verdes tendrá que esperar. Respecto a la varita y es bastante especial, Kaie es su nombre, es celta y su traducción en inglés es "Combat". El nombre de Garrick también tiene un significado. Muchos besos a ti también.
Tomoe KR Lupin: muchas gracias por el comentario, hicieron que me sonrojara. Yo soy más bien fan de Sirius y Remus, pero adoró también a Severus. No te preocupes te aseguro que hay Sirius/Remus. Espero que la historia siga gustándote.
Muchas gracias por leer el fic, si lo desean pueden dejar un review.
