Hola. Esta es una idea que tría ya desde hacía varios días en la cabeza, solo que no había tenido tiempo de plasmarla en papel. (Técnicamente). Espero que la disfruten.
Título: Pirámides Egipcias
Rating: General
Género: Humor. Supongo.
El antiguo Egipto fue la cuna de una gran civilización en los tiempos antiguos. Hoy en día es un centro turístico, donde cualquiera, mago o muggle puede apreciar las obras de uno de los pueblos con mayor avance científico en la historia.
Por el momento uno se puede enfocar en un pequeño grupo de gente al norte de la tumba de Tutankamón, un gran Faraón antiguo. Están a punto de entrar al lugar, sin embargo, el guía; un viejo muggle de mas de cincuenta años, el cual masca tabaco y escupe cada cinco segundos, para gran desagrado de la madre de todos los pelirrojos; les impide el paso.
-Es peligroso entrar ahí- les dice con voz apenas audible, arrastrando las palabras.
-¿Por qué?- pregunta uno de los gemelos con gran interés. Todos se miran entre sí preocupados.
-¡Fred! ¡No le vaya a decir señor!- chilló la madre, pero fue demasiado tarde. El viejo ya le estaba explicando al muchacho todo acerca de las maldiciones que los antiguos sacerdotes ponían en las tumbas, para que se mantuvieran intactas. La leyenda decía que el que el primer investigador que había entrado ahí se murió al poco tiempo. Lo mismo sucedió con los demás.
-¡Chicos! ¡Vamos al hotel!- gritó la señora Weasley, tratando de distraer a los gemelos. Demasiado tarde. Ellos estaban ya impacientes por entrar. Sin embargo, la mujer comenzó a empujarlos suavemente, hasta que se alejaron de ahí. La familia se dirigió a donde la madre indicaba, excepto tres personas. Fred, George y Percy. Caminaron sin ser vistos de regreso a la pirámide.
-No entiendo para que me traen aquí. Es solamente una tumba. Guarda objetos de un muerto- gruñó el mayor de ellos.
-Exacto Percy, de un muerto. Alguien que llegó al trono demasiado joven. ¿Sabías eso?. Fue muy poderoso. Dicen que ahí dentro guarda el secreto de su poder, y solo un mago calificado podría sacarlo de ahí- le susurró Fred con una sonrisa torcida, en tanto George sacaba un libro falso y se lo mostraba en menos de un segundo.
-En este libro citan que es un pergamino de oro con un sello extraño. ¿Tú crees que podrías hacerlo? Imagínate Percy... El secreto para llegar a ser Ministro de Magia.... Eres un Prefecto... pronto, Premio Anual... y al final... ¡Vual! Ministro de Magia- El pobre muchacho que portaba la insignia no sabía bien si hacerlo o no. En primer lugar, estaría quebrantando las reglas si llegaba a hurgar en la tumba, y en segundo lugar, su madre les había dejado muy claro que no quería que nadie se metiera ahí.... Sin embargo... el secreto para llegar a ser Ministro de Magia.... Su labio inferior comenzó a temblar, para gran satisfacción de los gemelos, que se frotaron las manos al mismo tiempo. Ya casi era suyo.
-¿Están seguros de eso?- preguntó inseguro.
-¡Por supuesto que si! De no haber descubierto muchas cosas como éstas, no podríamos tener seguro el éxito que tanto nos ha costado conseguir...- George se acercó y le colocó una mano reconfortante en el hombro. –Eso es tuyo Percival Weasley. ¿Lo quieres?-
El aludido tomó aire. Después de todo, era solamente sacar un pergamino, a nadie le estaba haciendo daño, y si seguía ahí era por que nadie mas quería ese viejo papel.
Colocó el primer pie dentro. Luego el segundo. Todo estaba oscuro como boca de lobo. Tomó una de las antorchas que había ahí y dio un par de pasos más.
-Esperen aquí- les ordenó a sus hermanos. Éstos asintieron con una sonrisa que no podía ser más grande por que se saldría de su rostro. Percy continuó caminando un poco más. Rápidos como un rayo, los gemelos lanzaron al suelo unas pequeñas cápsulas, y al instante apareció una gran roca que impidió la salida al pelirrojo.
-¡George! ¡Fred! ¡Auxilio! ¡Algo sucedió! ¡Estoy atrapado!- escucharon los débiles gemidos de su hermano, preso dentro de la pirámide y rieron.
-¿Qué dices Percy? ¡No te escucho! ¿Encontraste el pergamino?- George reía con fuerza, mientras Fred hacía simulados esfuerzos por quitar la roca. Así pasaron unos quince minutos, hasta que de pronto los gemelos sintieron como si el sol se hubiera ido. Y no era otra razón más que la ira de su madre, la cual los había descubierto.
-¡Fred Y George Weasley! ¡AL HOTEL AHORA MISMO!- había aparecido de quien sabe donde y abierto la pirámide con su varita. Percy salió respirando sofocadamente, con media túnica chamuscada (Nadie supo como pasó eso) y una mirada que hubiera amilanado a cualquiera que no fueran los gemelos. La madre lo abrazó tiernamente y le ayudó a caminar un poco, mientras les lanzaba una mirada asesina a los jóvenes. Éstos captaron el mensaje y echaron a andar atrás de la mujer y su hijo.
-Al menos se puede decir que lo intentamos- susurró tristemente George. Fred asintió. Ya tenían otra buena historia para divertir a Harry cuando lo fueran a rescatar. Sonrieron con complicidad. Algún día se presentaría otra oportunidad.
Eso es todo, creo, muchas gracias por tomarse la molestia para leer esto.
