El Mundo SubReal
Escrito por: Rod M.
Side Story:
Intervención Divina

Escrito por: Zen
Traducido por: Hukarovi Yanoki

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Ranma maldice otra vez. A este paso, Akane nunca iba a confiar en él. ¡Él solo reclamo la injusticia! ¡Él no había pedido nada de esto! ¡No era su culpa! Pero no importa lo que pasara, Akane siempre parecía encontrar una manera de culparlo.

Ranma troto hacia la localización del próximo poste. Él había tomado un pequeño trabajo este fin de semana poniendo un cerco de postes alrededor del perímetro de un terreno local. Él había esperado poder ganar el suficiente dinero para talvez invitar a Akane a comer.

La idea, sin embargo, se había desplomado. Ranma había oído que Akane todavía estaba furiosa con él por moverse a una casa llena de mujeres extrañas. No había ayudado que ella hubiera visto a Urd y Nuku en la Televisión. Pero su actitud era más de lo que Ranma podría soportar. Simplemente, no importaba cuántas veces él había peleado por ella, no importaba cuántas veces él había enfrentado la muerte para protegerla, no importaba cuántas veces él había hecho lo imposible sólo para mantenerla a salvo, no importaba cuántas veces él había perdido la oportunidad de una cura a su maldición por ella, Akane no confiaba en él. ¿Dónde esta la justicia en eso?.

Aun así, él se había comprometido con el trabajo, y había siempre un uso para el dinero. Gruñendo, Ranma levanto el poste y procedió a clavarlo en la tierra. Los maderos estaban un poco desgarbados, tres metros de longitud, y veinticinco centímetros cuadran, pero Ranma había encontrando el trabajo sorprendentemente fácil. Él miro sobre un árbol grande contra el cual estaban apoyándose un mazo, un pico, y una pala. Ociosamente él se preguntó para que eran.

### OO ###

A las seis de la tarde, Ranma toco el timbre de la puerta de su patrón. Él fue atendido por un sirviente, y le pidió que esperara mientras el señor era llamado. El vestíbulo era de buen gusto en su elegancia, decorado con una simplicidad severa que Ranma encontró extrañamente satisfactoria. Él había llevado una vida simple, y aunque le gustaba tener cosas, él no era impresionado por chucherías y posesiones extravagantes.

Notando la caligrafía que posaba sobre la pared de la alcoba, Ranma sonrió. Tú tenía que respetar a un hombre que daba la bienvenida a otros a su casa con una cita de Sun Tzu.

"Aaah, muchacho," La voz de un hombre mayor sobresaltó a Ranma un poco. Él se movía muy sigiloso para su avanzada edad. Él se volvió para ver al anciano que le sonreía. "¿Y a qué hora debo esperarlo mañana?"

"¿Mañana?" Ranma preguntó, desconcertado.

"Para poner el resto de los postes."

"¿Usted tiene más de ellos?"

El hombre parpadeo y miro a Ranma por encima de sus gafas. "Mi muchacho, hay ciento veinte de esos postes que necesitan ser puestos."

Ranma asintió. "Sí señor. Ciento veintisiete, que yo encontré. Todos están en los lugares marcados, puestos a dos metros, justo como usted dijo."

"¿Tú los pusiste todos?"

"Sí señor."

"¡Esto tengo que verlo. Si dices la verdad, te pagaré el doble de la cantidad convenida!"

Juntos ellos dejaron la casa para inspeccionar el trabajo de Ranma. El anciano miró fijamente, una mirada de puro asombro en su rostro. Todos y cada uno de los postes estaban en su lugar apropiado, y derechos. "¡No lo creo!" Él contuvo el aliento.

Ranma se encogió de hombros. "Yo no veo por qué no. Fue un trabajo fácil."

Una suave carcajada. "Por favor perdona a un hombre viejo su escepticismo, mi muchacho. Los buenos trabajadores son tan difíciles de encontrar en estos días. Venga y yo le pagaré por su labor." El anciano se dirigió de regreso a la casa con Ranma siguiéndolo. Un tono de diversión se noto en su voz cuando él continuó. "Simplemente una cosa más. Cuando yo le dije 'póngalos a dos metros', quise decir que los pusiera con dos metros de su longitud sobre la tierra."

Ranma parecía apenado. "Oh."

### OO ###

Darien estaba sentado sobre uno de los sofás, leyendo un periódico, mientras Kyousuke estaba sentado en otro, limpiando el lente de una de sus cámaras con una tela especial. La bolsa de las cosas de Kyousuke ocupó una lugar en el suelo, y su equipo regado encima de la mesa del café. En el lado opuesto de Kyousuke, Ranma hacia ejercicios de estiramiento.

Cuando Ranma terminó su calentamiento y empezó con la próxima rutina, Ataru entro.

"Hey, ¿Qué estas asiendo aquí?" El pervertido preguntó. "Yo pensé que saldrías con esa prometida tuya..."

Ranma hizo una mueca. "Naw... ella esta enfadada conmigo otra vez. Yo definitivamente no necesito ese tipo de agravante."

"Bien, entonces, ¿Por qué no invitas a salir a alguien más?"

"Tiene que estar bromeando. Además, ¿A quién invitaría?"

"Bueno, tienes tres prometidas más..."

"NO me lo recuerdes... y son DOS prometidas más." Ranma parecía considerarlo por un momento. "Nahh... si le pregunto a cualquiera de ellas, Akane realmente me mataría. Ella siempre está enfadada, y eso la llevaría al limite."

"Sabes... no lo entiendo..." Ataru meditó. "Quiero decir, ¿Por qué ella siempre se enfada por eso, si ella no quiere casarse contigo en primer lugar?"

Ranma suspiró. "Rayos, si yo lo supiera."

"Bien, allí están las otras chicas... tú siempre puedes preguntarle a esa linda camarera pelirroja de Akie."

"¿Te refieres a Nuku Nuku?"

"No, la otra... esa candente pelirroja de la trenza." Un tono de celos se notaba en la voz de Ataru. "Ella realmente esta loca por ti..."

Ranma parecía nervioso. "¿Qué te hace decir eso?"

"Bueno, en primer lugar", intervino Kyousuke, mientras todavía limpiaba un lente, "Ella siempre está saliendo furtivamente de tu cuarto por las tardes."

"¿Ella... lo hace?" Ranma palideció.. "Ustedes están imaginando cosas."

Kyousuke sonrió abiertamente. "No, tengo pruebas." De un bolsillo de su estuche fotografico, él saco un par de foto y las puso sobre la mesa. Las fotos eran de Ranma-chica, todavía vestida en el uniforme de Akie, pasando a través de la ventana del cuarto de Ranma en el segundo piso.

Mirando las fotos incriminatorias, Ranma suspiró. "Tengo que presentarte a Nabiki. Ustedes dos se llevarían muy bien."

Agarrando una de las fotos, una mueca lujuriosa cruzo por la cara de Ataru. "¡Vaya, pequeño suertudo!."

Ranma tragó. "¡Realmente! ¡No es lo que parece!"

"Seguuuuuro, no lo es," Ataru le guiño conspiratoriamente. "No te preocupes, hombre. Nosotros no le diremos a nadie. ¿Eh, Kyousuke?"

"Nuestros labios están sellados" Convino él.

Ranma pensó rápidamente. "¡Realmente! Miren, chicos... verán... ella es mi prima."

"¿Tu prima?"

"Sí. Su nombre es Ranko. Ella no tiene ningún lugar a donde ir, así que le permito quedarse en mi cuarto en las noches. Sólo es hasta que ella pueda encontrar un lugar donde vivir... Yo simplemente no podría echarla a la calle, ¿Verdad?"

Ataru lo miró de reojo y dijo, "Hey, hombre, simplemente dile que puede quedarse en mi cuarto. ¡Yo cuidaré de ella!"

"Yo no pienso así" Ranma gruó.

"¿Por qué no?" Gimoteo el libertino. "¡Tú tienes a todas esas otras chicas tras de ti! ¡No seas tan egoísta!"

"¡Hey! ¡Ahora eso no fue mi idea! ¡Yo no pedí por ninguna de ellas!"

"¿Me estas diciendo," El tono de Ataru era de incredulidad, "que tú tienes a todas esas hermosas mujeres tras de ti, y no te gusta?"

"Realmente no es tan genial", Ranma dijo miserablemente. "Yo quiero decir que supongo es adulador y todo, pero es mucho más problemas que diversión. Créanme."

Ataru pensó sobre eso por un momento. "Extrañamente, te creo. Yo puedo ver tu punto", Él dijo por fin. "Las cosas se pusieron más locas desde que Lum llego, pero seguro no más divertidas..."

Ranma asintió. "Loco es la palabra correcta. Y todos quieren culparme a mi. Akane me golpea cuando ella piensa que yo he hecho algo malo, que es prácticamente todo el tiempo... Ryouga y Kuno quieren golpearme por lastimar a Akane, Mousse quiere golpearme por robarle a Shampoo... sólo no parece haber un fin a ello. Nadie quiere ser solo mi amigo."

"Sí... sé lo que quieres decir..." Dijo Ataru en voz baja. "Y yo que pensé que era el único."

Ranma miro a Ataru curiosamente, mientras esperando que él continuara. Cuándo Ataru permaneció en un poco característico silencio, él incitó, "¿Oh?"

Agitándose fuera de su súbita lasitud Ataru sonrieron débilmente. "Sí. Lum me electrocuta cada vez que veo a otra chica, Shinobu me golpea por lo mismo, Megane y su grupo me golpean si hago llorar a Lum, y las cosas son peores cuando intento hacerla feliz. Entonces hay esta Mendou... créeme, yo sé justo por lo que tú estás pasando."

"Lo dudo", Ranma murmuro bajo su respiración. En voz alta él dijo, "Siento oír eso."

Darien terminó de leer su periódico, se levantó y se dirigió hacia las escaleras. En el camino, él le dio una sección del periódico a Ranma. "Aquí. Esto podrían ayudarlos a los dos", Él dijo. Darien se alejo agitando su cabeza tristemente. "Y pensé que yo tenía problemas de pareja..."

Ranma miro el periódico y frunció el seño. Había un anuncio remarcado con un circulo en los clasificados. Sobre su hombro, Ataru leyó en voz alta; "Grupo de apoyo para las víctimas de abuso doméstico - Reuniones todos los lunes, Centro Cívico de Nerima. Llamar para más información."

Ranma y Ataru se miraron el uno al otro por un momento. "Noooooo", Ellos dijeron al unísono.

Ataru se encogió de hombros. "Yo podría soportarlo mejor, si mis padres no me odiaran."

Recordando a su padre, y sus métodos 'únicos' de entrenamiento, y a la madre que él probablemente nunca vería de nuevo como un hombre, Ranma se estremeció. "Rayos, no me hagas empezar a hablar sobre los padres." Él hizo una pausa por un momento. "Demonios, esto es deprimente. Vamos a la cocina a comer algo."

"Voto por eso", Ataru dijo, recuperando el animo. El par camino a través de la puerta, y hacia el refrigerador. "Mira, Ranma... si tú quiere mi consejo, lo que necesitas es terminar con esa violenta prometida tuya..." La voz de Ataru resonó a través del sonido de las botellas y recipientes siendo sacados de la nevera. "Tú eres duro, hombre, pero no indestructible. ¡Si ella no te comprende, al demonio con ella!"

"¿Comprenderme? Yo diré que ella no me comprende - ella siempre me llama fenómeno, idiota y pervertido. ¡No es como si yo pudiera hacer algo, o nada! ¡Ella simplemente es tan injusta!"

"¡Exactamente! ¡Simplemente porque me gustan las chicas eso no me hace un pervertido! ¡Y tú tampoco!" Ataru se puso de pie y le pasó una botella de cerveza de raíz a Ranma. "¡Tú puedes sostenerte a ti mismo, hombre! ¡Dile a ella que se borre! ¿Tú no la necesitas si ella no te quiere, correcto?"

"Bueno..."

"Oh vamos. Hay esta es chica china sobre la que estabas hablando... Ella parece como una buena opción."

"¿Shampoo?"

"Sí, ella. ¿Te ama, verdad? La manera como ella siempre esta mirándote..."

Ranma parecía dudar... "Lo se. Tal vez ella me quiere. Pero no estoy tan seguro. Nunca puedo decir lo que ella realmente está pensando."

"Bueno entonces, que tal tu primera prometida... la cocinera de okonomiyaki; ¿Cómo dijiste que se llama?"

"¿Qué, te refieres a Ukyo?"

A la mención de 'Ukyo', Urd que había estado sentada en la mesa de la cocina solo jugueteando con su collar, hablo. "Él tiene un punto", Ella señalo. "¡De lo que tú has dicho, ella por lo menos, quiere casarse contigo!"

Ranma resopló. "Con excepción de Akane, todas quieren..."

"Ranma, mírame."

Ranma se encontró a si mismo perdido en la profundidad del par más increíble de ojos que él había visto alguna vez. Urd le sonrió y su voz se puso casi hipnótica. Parecía llevar un fondo especial, una urgencia que golpeó contra su conciencia como un trueno.

"Después de todo," Ella dijo, "¿No es 'Ukyo' tu mejor amiga?"

"Sí, ella lo es, pero..."

"Y no ha estado ella allí cada vez que tú necesitaste a un amigo?" Urd interrumpió.

"Sí, pero..."

"¿Y ella ha intentado golpearte todo el tiempo como las otras?"

"No, no todo el tiempo, pero..."

"¿Y ella te alimenta cuándo tienes hambre?"

"Sí, pero..."

"¿Y ella te ha intentado narcotizar alguna vez?"

"No, pero..."

"¿Y tú piensas que ella es linda, correcto?"

"Sí, pero..."

"¿Pero qué?" Presiono la Diosa de cabello platino. "Eso seguro suena como amor para mí."

Ranma no tenía nada que decir a eso. ¿Después de esperar por el latir en su cabeza para aclarar un poco, y unos momentos de intensa consideración, él preguntó, "¿Tú realmente piensas así? Yo quiero decir... nunca pensé en ella realmente de esa manera antes..."

El tono de Urd era bajo... imponente. "¿Entonces no es tiempo ya de que lo hagas? La chica te dio diez años de su vida. Eso es suficiente prueba para cualquiera, ¿No lo crees?"

"Yo supongo que si, pero..." Ranma dijo, perdido en el pensamiento. Lo que Urd había dicho tenia sentido. Él se preguntó por qué nunca lo había visto antes. Era ahora todo tan obvio. Todo lo que necesito era a alguien que le mostrara esa perspectiva. Como ultima resistencia el pregunto. "¿Estas segura...?"

Urd le dio a Ranma la mejor de sus sonrisas. "¡Claro que estoy segura! ¡Confía en mí! ¡Yo soy la Dio... Esta clase de cosa son mi especialidad!"

Ranma pensó sobre eso, antes de tomar una decisión. "¡Tienes razón!" Él dijo, azotando un puño en su palma abierta. "Lo haré. ¡Si voy a casarme con alguien, entonces que sea con alguien que quiere casarse conmigo! Cuando salgamos de este lugar, iré con Ukyo, y será '¡Sayonara Akane!'"

Ataru le sonrió abiertamente y dijo, "Allí. ¿Lo ves? ¿Te sientes mejor ahora?"

"¡Puedes apostarlo!" Ranma dijo. "¡Gracias, Urd. Muchas gracias!"

Mientras Ranma saltaba feliz fuera de la cocina, Urd suspiró. Mirando una tarjeta arrugada en su mano, ella murmuró en voz baja, "Bien. Esa fue una asignación fácil. ¡Disfruta tu deseo, señorita!" Urd lanzo la tarjeta lejos mientras ella se dirigió hacia su cuarto.

Se leía en la tarjeta, "Ucchan Okonomiyaki Ya"

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Epílogo:

"Bien, en lo que respecta... gane de nuevo."

"¡Tu hiciste trampa!"

"¡No es cierto!"

"¡Ese fue un truco sucio! ¡Se supone que tú eres de los 'buenos'!"

La diosa sonrió serenamente a través de la mesa de juego... Ella era encantadora, vestida simplemente en una túnica de manto azul y pantalones oscuros, una vestimenta casi masculina que no hizo nada por esconder su estupenda figura. Su pelo largo, castaño atado atrás con un gran listón blanco. El diamante azul en su frente hacia juego con el color de sus ojos, los cuales brillaban con entretenimiento. "Realmente, ahora, tú sabes mejor de eso. ¡Ese fue un movimiento perfectamente legal!"

Su compañera, era una delgada pero muscular demonio con el pelo corto oscuro. La corta túnica amarilla que ella llevó dio énfasis a su buena figura atlética de muslos, y la faja suelta le permitió colgar abierta al frente. Cubriendo sus firmes pechos lo suficiente para reunir los requisitos de decencia, pero sólo apenas. Ella habría sido linda, si no fuera para la expresión de enfado que torcía sus rostro.

"¡No lo fue! Esa fue Intervención Divina!" Ella gruó de nuevo enfadada. "¡Él era mío!"

"¡Oh por favor!" La Diosa respondió. "¡Tú eres solo una mala perdedora! ¿Recuerdas el último juego? ¡Yo también estaba ganando ese, así que tu lo MATASTE a él para que no lo ganara!"

"¡Huh! ¡Yo aun digo que usar a otra Diosa es trampa!"

"Uhmmm... Disculpen..." Dijo una voz tímida.

"¿Qué quieren USTEDES?" Diosa y demonio gruñeron a las recién llegadas. Las recién llegadas. Eran dos, una diosa con el pelo largo púrpura, y un ajustado vestido de seda que no dejaba nada a la imaginación, y la otra una demonio en un leotardo negro con motivos florales.

"¡Hey! ¡Tú aun no terminas ese trabajó! ¡Nosotras solo queríamos saber si podíamos unir en el próximo juego!"

"Oh, que rayos", Dijo el primer demonio. "Traigan algunas sillas. Ukyo, si tú reacomodas el tablero, yo iré a conseguir algunas bebidas y bocadillos para todas."

La diosa sonrió y empezó a asentir de acuerdo cuando un pensamiento la golpeó. "Sabes que, Akane... TÚ prepara el tablero, y mejor yo haré los bocadillos esta vez."

EOF.

Zen no Itan-sha