A los once años el mundo es un preciado lugar. Tienes un padre y una madre que te aman y te dan todo su cariño. Unos hermanos mayores que, aunque a veces te hagan sufrir con sus travesuras, sabes que en los días más tristes lograrán arrancarte una sonrisa, y que siempre podrás contar con ellos para lo que sea. Y que decir, que a esa edad te empiezas a fijar en aquel chico, de noble corazón que todos aman. Un chico que sería perfecto para ti pero que sin embargo aún no se ha dado cuenta de esa simetría.. ¡Hombres!.
Claro que no todos son así, tienes a tu fiel y leal compañero, tu diario, aquel preciado tesoro, que toda niña de 11 años posee y resguarda de ojos ajenos, pero que para ti es más que un simple objeto porque el si te comprende y te escucha. Sonríes al recordar su paciencia, el tiempo que dedica a escucharte y a aconsejarte. El es Tom. Tom, aquel nombre que recordaras para hasta el día de tu propia muerte...y claro, ahora con 16 años, si, la edad que tenia él no puedes evitar dejar de oír esa voz :Mata, Mata, Mata
Intentas apagar esa voz que retumba en tu cabeza, pero no puedes: Mata, Mata, Mata.
Intentas decirte a ti misma que no quieres volver a hacerlo. Fue un accidente..tu no querías...los nacidos-muggles...no fue tu culpa.
Mata, Mata, Mata, dice esa voz. Voz que te trae a la memoria aquel recuerdo de un chico, que te llevó a la Camara de los Secretos...donde viste por primera vez a aquel ser que él hacia que tu dominaras. Aquel chico que te dio el poder para...Matar. Para matar a aquellos que podrían destrozar tu mundo...a esos sangre-sucias..Basta, por favor basta. No quieres oír tus propios pensamientos.
"No huyas Ginebra, sabes que quieres hacerlo". Otra vez la voz. "Mata, mata, Mata
Cállate, cállate, cállate...Yo no...Yo nunca quise hacerlo...Nunca..tu...tu me...
"Sin embargo, lo hiciste" dice la voz con leve susurro en tu cabeza. "Hazlo por mi"
Las lagrimas empiezan a rodar por tu cara. Mata, Mata, Mata. Quieres que se calle. No te queda elección. Tienes que matar. ¿Pero a quién? Sonríes. Las lagrimas ya no fluyen de tus ojos. La respuesta es sencilla....
Horas más tarde te encuentran con una soga alrededor del cuello, una cuerda colgando del techo. Muerta. Tu hermano llora. Sientes mucho haberle hecho esto...que cobarde has sido...pero ya no le oyes a él, a Tom ...su voz ha desaparecido de tu cabeza , y eso es todo lo que importa.
