Otra vez olvidaba actualizar, el capitulo en si esta bien raro, extraño de hecho se hará a quienes le lean, se que los caracteres saldrán de personaje, es algo que debo aclarar en este mismo instante, mas espero que dentro de todo, el capitulo pueda serles de su agrado, hace tiempo ya que le redacte, la verdad es que le releí ahora, mas preferí no hacer cambios, dado que al hacerlo estaría enmarañando la trama futura, así que, me disculpan si el capitulo no les agrada U.U, supongo es probable que así se de la situación, ya saben que cualquier reclamo me lo dejan presionando con el cursor el botón GO, si por el contrario ( por más difícil e irreal que me parezca) el capitulo ha sido de vuestro agrado, me lo hacen saber de igual forma- o-

Dedicado a mi Primi Aiosami, se que la pareja te gusta, y se que por lo mismo, nos deleitarás con tus fics o- te mando un beso y agradecimiento por todo, además de decirte que te extrañare demasiado mi primi, te quiero- recomiendo al cien por ciento sus fics de Harry Potter, están llenos de emociones ToT. También a mi buena Yashi (sis, ;o; no diré todo lo que deseo decir, pero… te quiero demasiado y te debo mucho más, TE ADORO HERMANIS!)-¿Cómo anda mi manía?- Sayo quiere leerle, ayer alguien me dijo que adoraba tu fic, ¡por algo es!, esta espléndido. Iyari!, mi sis, no se si leas esto, sin embargo, también a ti por ser mi hermanita pequeña y que tanto quiero, jeje, y así también a tres chicas que ayer tuve la suerte de conocer ToT ¡fuerón muy dulces! (kagomechan51, aomechan5, kagomebonita2)

Ahora si voy con el fic XDDD

Verdades Tras Nuestro Presente

Los personajes que se utilizan en este fic no son de mi pertenencia, son resultado la gestión de Rumiko sensei (ídola), yo solo los pido prestados para usarlos en manera de entretención sin fines de lucro. (Aunque aún sigo queriendo tener a Kirara ¬¬)

Por- "Sayis"

Capitulo VI-

"Salidas Equivocas A Dolorosa Verdad"

Fecha de Inicio Capitulo VI- 18 de Marzo de 2004

Notas Autora- En negritas tiempo presente, pensamientos en cursiva.

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Pasos lentos, uno tras del otro, la primera sonreía con malicia, sabía que el rechazo que había sufrido hacía tan poco pronto sería vengado.

La anterior luna nueva le había visto allí, se acercó a él, mas esta vez su respuesta fue una frialdad insólita, la ex viva no entendía la razón de actuar del Hanyou, mas este se excusó en un "los sentimientos a veces no son como pensamos", entonces, ¿Ella había sido una confusión?, Inuyasha le explicó entonces que él le había amado de sobremanera, pero eso había sido antes de que por las razones ya conocidas hubieran sido víctimas de un engaño, ¿Qué es lo que deseas entonces?- le había preguntado fríamente ese día la ex viva, el hanyou bajo la mirada, "lo único que deseo es ser un Youkai"- respondió este con voz apagada. Kikyou quería desaparecer en ese mismo instante, más aún cuando se enteró de que este mantenía una relación con la exterminadora.

-¿No me digas que la Miko tampoco significaba nada para ti?- Inquirió, con un tono dolido, buscando hacerle daño, luego del daño que él ya le había causado.

-Kikyou, lo que vez no es más que la búsqueda de una compañía, pero Sango sabe ya que yo no le amó, por un minuto pensamos que había cierto amor, pero...- Inuyasha se detuvo, comprendió que la ex – viva guardaba un enorme rencor en su mirar- Muy pronto me convertiré en un Youkai, si he esperado ha sido solo por que sí, pero cuando sea un Youkai, ya no tendré las debilidades humanas y- se quedo en silenció, bajando su mirar- en cuanto a Kagome, ella ha regresado a su época y prefiero sea así- espetó con tosquedad en su voz- "prefiero no verla nunca más, a que se enteré de la atrocidad que hice"-Pensó sintiéndose desfallecer.

"Ya vez como todo se revierte, me heriste Inuyasha, pero ahora"-Pensaba Kikyou.

-Ahora sabrás que nadie me hiere y queda inmune- murmuró. Kagome fue detenida por enésima vez, el monje trataba de convencerla.

-¿Sabes algo Miroku?- dijo con un tono fastidiado- Si sigues así pensaré que de verás hay algo malo, si no quieres ir, no lo hagas, quédate aquí, yo quiero saber de que habla Kikyou- dijo con determinación. Volteó con rapidez para notar la escena, quedó sin habla, sumida en su interior, sin creer, sin poder sentir, su vista le fallaba, eso no era la realidad. "¡Era Imposible fuera verdad!"- Se negó a si misma, más en una suplica que en una aseveración.

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Inuyasha había llevado a Sango a un claro en los alrededores, habían hablado por largo rato, tanto de la vida de ambos y cosas similares, Inuyasha entonces le relató su ferviente deseo de ser un Youkai y sango viéndole tranquila supo bien que eso también determinaba una despedida, después de todo, ese "romance" entre ellos siempre había sido una farsa, pensaron quererse, viendo en el otro una compañía, alguien que les entendiera, pero en todo ese tiempo, siempre hubo tristeza, el hecho de engañar a quienes quieres, el dolor en Sango al ver al Houshi, y aunque Inuyasha se negase a reconocerlo, el hecho de que a la única mujer a la que hubiera podido amar de verdad hubiera sido la única a la que le destrozo el corazón. Inuyasha siempre al llegar al tema Kagome, respondía igual, melancolía en sus facciones denotaban la tristeza.

-Prefiero no verla más, a que se enterase de todas las atrocidades que hice-

Aquella noche tras la charla, sango le vio tranquila, sabía que no había nada que hacer, de hecho, sabía que la única capas de disuadir en la elección del hanyou era Kagome, pero Kagome ya no estaba en el Sengoku, Inuyasha entonces se transformaría en un Youkai.

-¿Cuándo planeas hacerlo?- preguntó Sango.

-Esta misma semana - murmuro- Debía decírtelo antes, aunque no te he amado, has sido la única que me ha comprendido- Comentó con ternura Inuyasha.

-Ella también te hubiese comprendido- susurró la Exterminadora.

-Ella no esta aquí y es mejor así- Bufó el Hanyou acercándose a la joven, la beso una última vez con ternura, se separó de ella y le abrazo para en un siseo hablarle- Este es un beso de despedida, desde mañana parto un viaje a solas para en esa soledad, llegar a ser lo que deseo- Sango solo asintió, estaba tan triste, mas no era por el hanyou, sino por ella misma y ver lo que había hecho de su vida, había perdido lo que más amaba y aunque deseba ir a recuperarlo, la vergüenza le ganaba, ¿Cómo pedirle al que amas te perdone, después de tal falta?. Sango permaneció segundos más así, y el hanyou, abrazándola espero un rato, luego de eso, se iría nada más, para volver a verlos algún día, pero ya no siendo más un humano, ni hanyou, sino que un verdadero Youkai.

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Silencio

Absoluto silencio

Kikyou volteó para ver el rostro de la aludida, esperaba ver la reacción de esta, conociéndola esta iría a reclamar lo amado o usaría el hechizo del rosario contra Inuyasha. Mas nada ocurrió. Kagome, con su mirada oculta tras sus cabellos azabache, tras de estos mechones, sus ojos, sus ojos se mantenían cerrados tratando de borrar la imagen, pero esta había quedado clavada en su mente, en su corazón que sentía desgarrar. Sin embargo, lágrimas no corrían esta vez por sus mejillas, estaba tan cansada ya, estaba tan vencida, levanto lentamente la mirada, su brillo, su sonrisa, ya no estaban y era tan drástico el cambio que la misma Kikyou se asusto de lo que había hecho. Parecía que en el rostro de la Miko ya jamás volvería a haber una ilusión, ni una cálida y reconfortante sonrisa.

Había llegado justo en el momento preciso, Inuyasha estaba besando a Sango, su amado besando a su amiga, su amiga besando a su amado. "Era igual"- pensó- "el daño es el mismo"-Creyó rompería en llanto en cualquier minuto, más no, estaba seca, totalmente seca y ya no quería más, había estado sufriendo silenciosamente, y ya no podía más, lo que parecía luz en el camino se torno sombras y las sombras tomaron una nueva forma, la imagen en su mente gravada de Inuyasha besando a sango se mezclo con al imagen de su madre que ya no volvería a ver y de repente, de repente la luz desapareció y la oscuridad hizo presa al ser de la joven.

-¿Hace cuanto sabías de esto?- preguntó recriminatoriamente al houshi. Este solo bajo la mirada, tanto por saber que la respuesta no sería para mejor, como por... por el dolor que le causo esa mirada, esa Kagome dulce y comprensiva, esa Kagome alegre, esa Kagome viva, había muerto. Ahí frente a él se blandía un muro, con la mirada lo más inexpresiva posible, pero con su voz quebrándose. Una Kagome tratando de sobrevivir inconscientemente, por que ya no le quedaban ganas de hacerlo.

-Perdona- musitó el houshi.

Kagome solo asintió- No es tu culpa- bajo su mirada nuevamente- Ya no importa-

Kagome comenzó a caminar en sentido contrario, hacía donde venían, seguramente deseaba regresar a su época, pero al houshi le daba cierto temor dejarla partir en ese estado.

-Señorita Kagome déjeme acompañarla- suplicó el houshi, esta se volteó, ahora si, sus ojos estaban repletos de lagrimas, más no salían, no bañaban su rostro. Se mantenían internas ultrajando su alma.

-No, no quiero- murmuró deteniéndose, con voz endurecida.

-Pero señorita Kagome- reprochó el houshi tratando de acercársele.

-No quiero que el sepa que he descubierto... como siempre jugó con mi corazón- su voz era dolida, sus ojos se cerraron con fiereza, sintiéndose morir, siempre ella fue un juego, la que le entrego corazón sin preámbulos, a la que le pisoteó el corazón sin piedad.

-Señorita Kagome.- Habló con tristeza el houshi tratando de acercarse, pero recibiendo una bofetada en sus manos.

-Quiero estar sola- murmuro con la voz desquebrajándosele- ¡DEJENME EN PAZ!- grito al tiempo que salía a toda velocidad, sin dejar que nadie, ni nada le alcanzara.

-Kagome- susurro el hanyou separándose de la exterminadora. Había sentido la voz de esta, la había oído- "no, es tu conciencia que te culpa"- pensó- "pero ya no más, lo de Sango se ha terminado, y el sentimiento humano de culpa ya no existirá más en mi vocabulario"- se separó de la exterminadora, Quería estar solo ahora. Se despidió de esta en caso que al día siguiente partiera sin previo aviso, sin saber, que lo que tan tranquilo pensaba jamás sería descubierto, había sido desenmascarado, y había causado aún más daño del que el alguna vez imagino.

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Kagome secó sus lagrimas al notar al kitsune aún allí. No le dirigió mirada alguna, el Kitsune muy pequeño y además sorprendido por un reciente encuentro no notó la diferencia.

-Adiós Shippo, Kirara- le susurro, sin darle tiempo y cruzando precipitadamente el pozo.

-Pero Kagome Sess...- Se detuvo en seco- Vaya ni me escucho y a mí tanta sorpresa que me hizo ver a Sesshomaru y hasta me hice el valiente- murmuro con tristeza a la Mononoke, que se mantenía quieta junto a él, mirando el pozo con un deje de temor.

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-Vaya, pero no me has dicho ¿de donde conoces a mi hija?- preguntó el hombre, sirviendo un nuevo pedazo de helado a la pequeña.

-Rin le conoce por el señor Sesshomaru- respondió la pequeña esbozando una gran sonrisa.

"Sesshomaru, que nombre más raro"-Pensó divertido el hombre, mas viendo la sonrisa de la pequeña quedo embobado.

-Te pareces mucho a mi hija a tu edad- confesó el hombre con gran cariño.

-En serio- dijo contenta la pequeña- Rin quiere que la señorita Kagome sea su madre- comentó con sinceridad la pequeña.

-¿De verás?- preguntó sorprendido, la pequeña asintió mientras se llevaba otro bocado de suculento helado a sus labios, ella había bajado y el hombre que había regresado, primero le vio receloso, para luego rendirse, la pequeña le recordaba a su hija.

La puerta sonó estrepitosamente, unos pasos acelerados. El hombre se puso de pie, la había buscado sin hallarla, pero sentía debía hablar con ella, como aquella voz se lo había recomendado.

-Kagome, hija, por favor hablemos- trato de detener el hombre, mas la chica parecía nublada y guiada por una fuerza mayor.

-Ya luego- comentó casi de manera aprendida, seguramente algo le había pasado, prefirió no molestarla, ya después hablarían.

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Las escaleras se le hicieron eternas, quería estar tranquila, quería estar donde nadie le hallará, pero sobre todo, deseaba desaparecer, todo se veía tan oscuro, todo le causaba tanto temor. Su puerta no tenía cerrojo, esa misma noche regresarían de su visita familiar el abuelo y Sota, justo ese día, no deseaba nadie le molestará, solo quería... solo quería a su.

-Madre- susurro en un acongojado sollozo. Entro a la habitación de esta en vez de a la propia y puso el cerrojo.

Ya dentro se sumió aún más en ese estado de congoja, viendo a su alrededor, plagado de recuerdos de épocas felices, de fotografías familiares, de hermoso cuadros, a luz apagada, en la oscura noche aún así podía distinguir los colores y las formas en el cuarto, su mirada quedo absorta entonces en la cajonera de su madre, allí se veía en caída un antiguo pañuelo que su madre usaba como prenda extra, pero siempre hubo algo en particular que a Kagome le encantaba de aquel, ser su aroma, siempre olía a flores silvestres, olía a su madre, un aroma femenino y dulce, un aroma que solo le pertenecería a ella. Abrió con suavidad el cajón, sacó el pañuelo y lo llevo a su rostro, aún tenía ese aroma, ese aroma que tanto extrañaba.

-Te necesito tanto- sollozo, dejándose caer de rodillas allí mismo. Bajo la mirada, ¿por que se veía todo tan oscuro?, ¿por que no veía salida posible?, ¿por que sentía que nada tenía ya un sentido?, ¿que había dejado de habitar en ella?, ¿por qué se sentía rota?, pero sobre todo, ¿por qué sentía tantos deseos de desaparecer por completo?, veía en esa idea la salida única, estaba cegada por una fuerza mayor, se sentía burlada, se sentía innecesaria, se sentía sola, mas ella misma se estaba aislando, pero ella no lo veía así, ella ya no veía nada más que, OSCURIDAD.

Comenzó a sentirse extraña, como fuera de lugar, el cuerpo que veía no le pertenecía, se puso de pie, se observó al espejo, vio sus ojos, otra vez lloraba, pero esta vez era tan extraño, esta vez era distinto, se habían burlado de ella, su madre con su mirada comprensiva no estaba para , aún sin saber que ocurría, darle una cálida mirada de apoyo, la que considerase su amiga le había apuñalado por la espalda, y al que le regalase en bandeja su corazón, lo había tirado al piso y mancillado sin piedad, fue a la única que le hizo ese daño, por que era la única idiota que se dejo pisotear, por que nadie le necesitaba. Poco a poco se sumía más, poco a poco se le hacía imposible salir, y es que de pronto se vio dentro de si misma, cada vez más empequeñecida, rodeada por la nada, rogando que alguien le ayudase, estaba atormentada, viendo salidas en los lugares donde jamás había habitado la escapatoria, por que no se trataba de escapar, se trataba de afrontar de vivir, pero ella, ella nublada, cegada, deseaba evadirlo todo, deseaba escapar, aún si eso, le costaba su vida.

Entreabrió el cajón, había notado algo extra en este. Tomo en sus manos temblorosas el frasquito.

-Ya nadie se burlará de mí- susurró recordando a Inuyasha y Sango- Mamá te necesito tanto- murmuró cayendo en temor, sintiendo un dolor punzante en el pecho, llanto desesperado salía de sus labios, era un sollozo que le desgarraba antes de la salida, el pecho oprimido, la dificultad para respirar, se sentía ahogada, tomándose la cabeza entre las manos, no sabía que hacer, donde ir- Mamá por favor- rogó, el frasco cayó abierto junto a ella, sus manos actuaron por acción propia, al tiempo que su mente se dedicaba a los desgarradores pensamientos, su mente, su peor enemigo, le estaba convenciendo, le estaba mostrando la soledad como una atormentante situación.

"te burlaste de m"- "ese día no me dijiste nada, ese día en que me fui"- su mente le hablaba, le recordaba- "De seguro reías de mí, te di mi corazón y tu me lo devolviste hecho trizas"- pensó cada vez más furiosa, para nuevamente caer en la tristeza- " me quede junto a ti, sin saber lo que a mi madre ocurría"-el rostro de la joven se deformo en una mueca de sufrimiento.

-Kikyou tenía razón- musitó con voz destrozada, se llevo la mano con el contenido en polvo que había obtenido de las píldoras del frasquito, tragándolo, sin siquiera pensarlo dos veces.

¿Por qué la mente confunde para tratar llevar a rumbos no apropiados?, quizás en algún momento esta confabula contra uno, quizás llega a un momento de lasitud, y solo desea descansar, tomando en su rumbo frenético la salida del cobarde, por que al cerrar los ojos no verás la luz, por que al cerrar los ojos también cierras el alma y aunque mil luces le rodeen, aunque mil manos desinteresadas se extiendan, si no dejas que lleguen a ti, cerrando las compuertas no podrán ayudarte, no podrán salvarte.

Kagome cayó en cuenta de lo hecho muy tarde, arrepentida vio los envoltorios, más resignada se dejo caer en el sueño, poco a poco, cerró sus ojos, un malestar se volvió cada vez más profundo en la boca de su estomago, sentía como ácido en la zona, sentía veneno en sus venas, pero más fuerte que eso, sentía el deseo profundo de dormir eternamente. Las lágrimas caían solas por su rostro, pero junto a estas el llanto silencioso, ese que va lacerando por dentro, que corta en el interior, daña, desgarra, que ahoga el corazón, que nubla cada segundo más los sentidos.

-Madre, necesito tanto tu sonrisa, ¿me sonreirás cuando llegue junto a ti? ¿verdad?- dijo esbozando una solitaria sonrisa, su mirada era entristecedora y su voz parecía la de una niña pequeña y temerosa, recostada en el piso, con la mirada perdida, cerró sus ojos, víctima de un sueño, que amenazaba con robar la vida, que prometía durar una eternidad.

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Sesshomaru había sentido su aroma en ese dirección pero, no pudo encontrarla, no se preocupo en ir rumbo al aroma de su hermano, un temor cruzo su mente en cuanto sintió el aroma del su híbrido hermanastro, un mal presagió, Se devolvió a toda velocidad, para notar que Shippo estaba aún ahí, le miró algo ansioso.

-¿La has visto pasar?- preguntó nuevamente, pues había sido la misma pregunta que efectuará al llegar. Shippo asintió.

-Regresó a su época- respondió algo asustado el pequeño. Sesshomaru apreció horrorizarse.

-¿Viste si estaba bien?- interrogó, tomando al pequeño y sacudiéndolo.

-La verdad es que....- dijo tembloroso- no me haga daño- Sesshomaru notó que dañaba al pequeño, era una perdida preguntar, lo soltó y cruzo el pozo.

Entro a la casa, irrumpiendo como endemoniado, el padre de la muchacha se puso de manera protectora frente a Rin y algo temeroso trato de echarlo, pero este ni se inmuto, siguió el aroma de la joven "!Demonios!, ¿qué hizo?, esta desapareciendo"- advirtió notando que el aroma de la muchacha, ese aroma tan dulce, se estaba borrando, mezclándose con un nuevo olor, un olor similar a hiervas- "Químicos"- Pensó, recordando, el aroma de las pastillas que tomo la pequeña Rin durante su convalecencia, Kagome se los nombro como químicos, pero el aroma que se mezclaba en Rin era mínimo comparado con este, que se apropiaba por completo. Llego frente a una puerta, allí aún se percibía el aroma de la muchacha, trato de abrir la puerta sin resultado, el padre tras de el desconocido, y tras la explicación de la pequeña de que aquel era el señor Sesshomaru, tuvo un extraño presentimiento, bajo las escaleras corriendo, para llamar una ambulancia.

Sesshomaru golpeo otra vez más no obtuvo respuesta.

-¡KAGOME!- grito, aún manteniendo en su tono algo de su indiferencia característica, tratando de no entrar en colapso, tratando de mantener la poca calma que le quedaba.

Nada, ni un simple sonido. Vio a su lado, era imposible, mas lo notó, pasaba por su lado casi de manera invisible, uno de aquellos espíritus, uno de esos seres que asechando cual aves de rapiña esperaban la muerte de la muchacha dentro, asechaban por la vida de Kagome.

-NO SE LOS PERMITIRÉ- grito, cayendo en la euforia, sacó su espada y corto uno, más otro de los espíritus paso por su lado, exasperado, entro en total desesperación. Ya no golpeo más a la puerta, ni llamo a Kagome por su nombre, tomo distancias para romper la puerta a fuerza de patadas y sus propias garras, lográndolo sin mucho esfuerzo.

Entro con gran velocidad, para notar el cuerpo de la muchacha, la palidez de esta mostraba que era grave, la respiración era entrecortada. La mirada del Youkai se torno fría.

-¿Qué hiciste?- susurro, de manera desgarrada, Mas manteniendo su tono casi inmutable . Se acerco a ella, arrodillándose junto a ella, llevo el cuerpo de esta sobre sus piernas, con sus fornidos brazos atrajo a la joven, la observo, pudo notar alrededor como los espíritus restantes rondaban, danzando burlescamente, se burlaban de él, se burlaban de sus emociones, de verlo así, "sufriendo por una humana"-pensó- "la humana que quiero".

Se acerco al rostro de la joven, sintió como algo húmedo le brotaba por los ojos, un poco del liquido rodó por su tosca mejilla, "¿esas eran lagrimas?"-se pregunto a sí mismo- " si, el aroma salino me lo dice, estoy llorando"- pensó alarmado y temeroso, estaba llorando, por que no quería perderla, no dejaría que se la arrebatarán, no importaba fuese humana, Youkai o lo que fuera, era una mujer, la mujer que con su dulzura derritió el hielo que cubría su alma, como Rin tocó su parte paterna, esta mujer le había desnudado el corazón, por que no había otra por la que pudiera sentir latir este en la misma intensidad, ni había otra por la que sintiera la locura de salvar, fuera, como fuera.

Allí, con su rostro sumido en los cabellos de la joven, aspirando el ahora leve aroma, se sentía desfallecer. Algo tenía que hacer. Sin mucha concentración, sacó su espada blandiéndola sin mucha precisión, cegado por sus lágrimas, mas cortando uno que otro espíritu que no alcanzaba a arrancar.

-Kagome ¿qué hiciste?- murmuró, esta vez dejando salir su desesperación en el susurro, su voz fría se tornaba temerosa, por primera vez lloraba así, por primera vez temía de esa forma por alguien. La tomó en brazos, cargándola con cuidado, observo sus ahora pálidos labios, esos labios que antes eran de un tono carmesí, el rostro de la joven, tan apagado. "De seguro, de seguro había sido culpa del híbrido ese"- pensó con furia, sentía sed de venganza, por que no podía crees que algún ser dañase a tal ángel. Escaleras abajo le recibió el padre, palideció al instante al ver a la muchacha. Rin se acercó temerosa, mas Sesshomaru le pidió se alejará.

-Gracias- murmuro el padre, al sentir llegar la ambulancia. Tomo a la joven entre sus brazos, aunque Sesshomaru no se mostrase muy a gusto con la idea.

-No creo que puedas ir con nosotros- le comentó el hombre, era verdad, el debía permanecer oculto, sino solo traería más problemas.

-Si, me quedaré aquí- musitó recobrando su frialdad, mas no del todo- por favor, avíseme cualquier cosa- murmuró. El hombre le vio conmovido y asintió agradecido, al tiempo que salió y los paramédicos subían a la muchacha. Sesshomaru se quedó estático, sentía que al moverse caería, mas la pequeña manita de Rin le ayudo a aliviarse.

-Ella es muy fuerte, Rin sabe que todo saldrá bien- murmuro la pequeña, esbozando una pequeñísima sonrisa.

-Si, estará bien- susurró con tristeza el Youkai.

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Fecha Termino Capitulo VI- 18 de Marzo de 2004

Si demoré, además para lo que demoré ¬¬ se que, esta bien, reclamos, pastelazos, criticas, pareceres, amonestaciones (nada de vulgaridades XDD), ya saben, me dejan en GO.

Ahora si, agradecimientos o

Aiosami- Primi de mi corazón, cuanto me alegra este fic te guste!, espero este capitulo sea de tu agrado, aunque esta bien raro U- Sin embargo le subí, aprovechando para decirte que te voy a extrañar mucho, pero que esperaré ansiosa tu regreso, ¡TE QUIERO MUCHO!, gracias por tus palabras en tu fic ;o;, de verdad, eres un cielo mi primi hermosa y escribes como las diosas ( ¡por que como los dioses?, na diosas!)

Bunny Saito- ::sonrojada:: gracias, la verdad es que es un honor contar con tu apoyo, por eso te lo agradezco mil veces, creo que seguramente no errabas en tus ideas de esta capitulo, espero que dicho sea de paso halla sido de tu agrado, pues eso y muchos ánimos con tus fics (sabes que tu también cuentas con mi apoyo no?) cuídate.

Yashi- mi hermanita, sabes, tengo demasiado que decirte, mucho que agradecerte, hermanis, te quiero mucho y agradezco tanto el contar contigo, eres la hermanita por elección (como dices tu) que siempre pude desear, por que de verdad, eres mi gran apoyo, como una esperanza- te quiero mucho, y te agradezco todo lo que haces por mi-

Darki- jaja, eres una loquilla, que bueno que me escribiste y leíste, pero un reclamo… estuviste en Santiago y no me avisas ToT, injusto!!, te agradezco que me leas, pero…la otra vez avísame ToT.

Daniels- me extraño lo corto de tu review, otra cosa, ToT quiero ver más de ese manga, por que me entusiasmas con cosas, sabes que aquí no llega nada ::pucheros:: sabes en que me baso ¬¬, ya me conoces bien.

Yan- muchas gracias por vuestra apreciación del fic, espero este capitulo pese a la demora y… lo raro que este, sea de tu agrado.

Coolis- Jessy!, llevo siglos sin saber de ti ToT, y sigues apoyándome, como te lo agradezco, cuando actualizaras tu?, si puedo ayudarte, me envías un mail, no me agradaría que se perdiese tanto talento si amiga?, cuídate mucho, te agradezco todo y espero hablemos pronto.

DarkCam- siempre me has apoyado, eso te lo agradezco mucho, en verdad me es muy valioso tu comentario, espero que la escuela halla dejado tanta exigencia, un rato de descanso viene bien o- te deseo mucha suerte en todo amiga, te cuidas si y… a mi también FF no me dejaba hacer nada!

Saludos también a Belén, Mandy y Kim, a ver si algún día las vuelvo a ver, por que de verdad, son un sol- ToT-

Gracias a quienes leen hasta aquí, espero no haberles cansado, cualquier opinión ya saben donde, estaré gustosa y agradecida de saberlo-¡hasta pronto!