NOTA: siento la tardanza para este capítulo pero he tenido millones de tarea, sin contar el hecho de que un rollo de foto se me echó a perder y tuve que repetirlo. Sé que este capítulo era para hace una semana o más, así que voy a compensar a la gente que lee esto y voy a continuarla sólo compaginando con "Las lágrimas de Elendil", así que a partir de este, actualizaré cada semana. Y discúlpenme de nuevo.

CAPÍTULO VI: El sabor de Tom.

- ... y entonces decidí aceptar, ayudar a Boretti unas horas me salvarían de gimnasia, además prometió darme unas monedas cada semana, y sabes lo difícil que es tener dinero en San Charbel – terminó con un susurro más bajo del que estaba usando – o... el gran Lord Voldemort ya no lo recuerda?

Tom alzó la cabeza al oír como David lo había llamado, lo miró y sólo colocó el dedo índice extendido sobre su boca, pidiéndole silencio. David volvió a recargar la espalda en el asiento de la vieja camioneta, sonrió con sarcasmo y miró las cosas que pasaban a través de la ventana. Ninguno de los dos volvió a hablar en todo el camino... en realidad, Tom no había abierto la boca después de que se despidiera de los Nadal y se había limitado a escuchar como David le relataba el porqué en ese momento estaba en la camioneta del Internado.

- Riddle, vamos, baja a ayudarme con las bolsas!!

De un momento a otro habían llegado a San Charbel, David sonrió de nuevo, pero inmediatamente después se puso serio.

- A qué Riddle se refiere? Habemos dos aquí!! – contestó.

Casi inmediatamente después, el señor Boretti, el chofer, plomero, carpintero, electricista, portero y algunas cosas más del Internado, asomó su blanca cabeza por la ventana derecha.

- Hazte el gracioso!!... Pero tienes razón, tu bajarás las bolsas que trajimos del Mercado y tu Riddle... Riddle – Boretti se rascó la cabeza – Tu, "Riddle Dos" – al fin dijo, señalando a Tom – baja también y llévate tu pesado baúl, que yo no pienso ni siquiera tocarlo – y se fue hacia la parte trasera refunfuñando - ... faltaba más, todo viejo y encorvado, y todavía cargar semejante amastrote!!

David le dirigió una mirada cínica a Tom y bajó de la camioneta... él se quedó un tiempo mirando el portón gris, era detestable: de metal y estaba roído por las esquinas, la chapa no funcionaba bien y cuando se abría la puerta, temblaba todo. Bajó los pies como enfrentándosele.

- No, espera!!

Tom volvió la cabeza hacia David quien le hacía señas con las manos, pero era demasiado tarde, sintió como la humedad avanzaba por todos sus pies... alguien había estado lavando el patio, muy seguramente, porque había un charco enorme de mezcla de detergente con aromatizante. Riddle maldijo un par de veces más a San Charbel, sacudió los pies en lo seco de la baqueta y fue a sacar el baúl de la cajuela.

- Por qué sonríes? – le preguntó a David cuando iban por el corredor inmenso que cruzaba prácticamente todo el lugar, pero él no le contestó sólo lo miró y sonrió aún más – desde la camioneta te vi sonreír... que? No me vas a decir que San Charbel ya es muy agradable... o si?

David negó con la cabeza.

- No... sigue siendo la misma porquería de siempre... espera.

Llegaron a la altura de la cocina, que era un cuarto gigante con una estufa enorme de piedra, con estantes de alambre llenos de verduras y alguna que otra bolsa maloliente, un refrigerador pequeño ocupaba una de las esquinas mientras que en la otra había una mesa llena de tiliches de cocina en la que tres jóvenes picaban diferentes legumbres. En la estufa había una olla enorme que echaba vapores y olía a ejotes demasiado cocidos, David entró y dejó las bolsas que traía sobre la mesa, Tom se quedó fuera pero logró ver que una de las 3 muchachas tomó las bolsas y le sonrió a su amigo.

- Esta listo, Don Boretti.

- Bien, bien, muchacho, está bien por hoy.

David se acercó hasta la olla.

- Que vamos a cenar, doña Gertrudis... discúlpeme usted, pero huele bastante desagradable.

Una señora regordeta, morena y con el pelo recogido, que Tom no conocía, se acercó hasta la olla, le dio un codazo a David para que se apartara y echó algunas legumbres que le habían dado las chicas.

- No te importa, David... además ya sabes que la Srita. Fairweather decide lo que comen y siempre es lo mismo... anda, anda, disfruta tu descanso.

David encogió los hombros y salió del cuarto, encontrándose de frente con Tom.

- Oh!... aún sigues aquí?

- Me dijiste que te esperara.

- Ya lo sé, sólo que nunca me haces caso.

Sin decir más, David tomó una de las asas del baúl y ayudó a subirlo por las escaleras que llevaban a los dormitorios que se encontraban en el sexto piso de aquél ruinoso edificio. En cada descanso, Tom lo miraba y sabía perfectamente que su amigo lo sabía. Llegaron hasta el piso, que abría en un pequeñísimo descanso en el que descansaban tres vistas: una, daba al baño común de los chicos de 16 años; las otras dos, daban a pasajes con 20 camas cada uno.

Entraron al del lado derecho, y metieron el baúl al closet común. David se tiró en la cama que le pertenecía.

- Cuál es la mía? – preguntó, Tom.

- La misma de siempre, nadie se atreve a ocuparla.

Tom se quitó el abrigo y lo botó en la cama continua a la de David.

- Parece que tienes muchos amigos ahora...

- Amigos?... crees que Boretti y Gertrudis con mis amigos?... hummm...no, yo no podría llamarlos así.

- Entonces? Te tratan mil veces mejor de como lo recuerdo.

- Riddle, has estado demasiado tiempo fuera de San Charbel.

- Tres meses es mucho tiempo?

- Bueno... si... – David se paró de la cama – de los doce meses que tiene un año, tu sólo estas dos y medio.

- Que quieres decir? – Tom frunció el entrecejo notablemente, David lo miró por un momento.

- ... Nada, olvídalo Riddle...

Y caminó hasta la ventana, pero Tom lo siguió aún con ganas de ser respondido.

- A que te refieres con eso?, vamos, dímelo...

Tom tomó la cara de David con una sola mano, obligándolo a verlo.

- Me refiero a mí!! – contestó el pelirrojo, soltándose – no te das cuenta? Yo estoy aquí, en este maldito lugar al que odias, siempre, todos los días... y aunque mi primer impulso es actuar igual que tú cuando vienes... no puedo... solo trato de hacerme la vida menos difícil, entiendes?... sólo menos difícil... – Tom bajó la vista, quería decir algo pero David continuó -... menos difícil... mientras te espero, porque yo soy siempre el que te espero.

David se acercó a Tom y, con muchísima cautela, le besó suavemente los labios.

- Ahora entiendes por qué sonrío?

Tom asintió muy quedamente y acercó a David dándole un abrazo.

- Gracias – fue la única palabra que salió de sus labios.

*   *   *

La demostración de la Copa Sindafalas había sido un éxito, Ron aún gritaba eufórico por los pasillos y todos, desde los pequeños de primero hasta los mayores hacían comentarios como: "que genial", "conocía a algunos de Estados Unidos pero nunca había visto a los de México o los de Brasil, viste la rapidez con la que dan vuelta?", "viste a Daniel García? Es guapísimo!! Escribiré a Corazón de Bruja para que lo entrevisten".

Harry estaba sentado aún en los vestidores de Gryffindor, se había duchado y estaba poniéndose el uniforme cuando Malfoy entró.

- Que haces aquí? Tu no puedes entrar...

- Ya entré así que ve a hacer tu queja oficial a otra parte, Potter.

Draco venía todo mojado y con las ropas mal puestas.

- Buen espectáculo, no? – Harry encogió los hombros como respuesta – no estuviste tan mal.

- Por lo menos yo no dejé caer la quaffle en vez de pasarla a Ivankov antes de enredarme con una de las banderas...

Malfoy soltó una carcajada al igual que Harry.

- Richardson... que idiota!!!

- Pobre, eso lo tomarán de comentario por lo menos una semana...

- Una semana dices?? Tal vez en Gryffindor... en mi casa se burlarán de él por lo menos un mes... primero por ser tan estúpido y luego porque era de esperarse de un hufflepuff.

- Por qué "era de esperarse de un hufflepuff"?

- Oh... vamos... en serio no crees que son medio idiotas?

- Bueno, ya viste lo que pasó hace unas semanas...

- Lo del cristal? – Malfoy hizo un gesto de obviedad – por favor, Potter, te apuesto a que ni siquiera lo pensó – volvió a reír – de seguro la piedra se le safó y ni cuenta se dio.

Harry intentó poner cara de enfado pero no pudo.

- Lo ves?? – dijo riéndose más, Draco, ante las risitas de Harry.

Malfoy terminó de vestirse y Harry, quien había terminado mucho antes, lo observó lavarse la cara antes de salir.

- Malfoy... acabas de ducharte, por qué vuelves a lavarte?

- Costumbre de aseo, Potter – le contestó acercándose, con el uniforme sucio de quidditch en mano.

Entonces Harry lo vio, Draco tenía una cadena plateada que no le había visto, al cuello. Al parecer la extrañeza se reflejó en su cara porque Malfoy se volteó a ver el pecho y sacó de él el dije que se había encontrado en la mañana.

- Ah! Que bueno que me recordaste... para esto venía, quería preguntarte si no es tuyo.

Harry observó el objeto, era muy extraño y el diamante incrustado en el centro lo hacía brillar más de lo común. Negó con la cabeza.

- Dónde lo encontraste?

- Eso – contestó, Malfoy, metiendo de nuevo el dije entre sus ropas – es algo que no te interesa si no es tuyo.

Draco salió del vestidor, Harry alcanzó sus ropas de juego y tomó la manija de la puerta para retirarse él también, pero antes, la imagen de aquel dije se le vino a la mente... por alguna razón tenía la impresión de haberlo visto antes en algún lado.

*   *   *

Un gemido salió de la garganta de David, mientras las manos de Tom se introducían por sus ropas hasta tocar la piel de su pecho y su lengua trataba de comunicarse con la suya. David le desabrochó ágilmente la camisa gastada que traía, dejó la boca de Tom y se dedicó a recorrer su cuello salvajemente, tan fuerte y desesperadamente que lo apretó contra la pared del cuarto. De pronto, Tom lo separó un poco y David sintió como si estuviera muy hambriento y le hubieran quitado el bocado cuando ya estaba enfrente de él.

- Alguien puede venir – dijo casi en un susurro.

David negó con la cabeza, sonrió, se acercó de nuevo a Tom y le besó el cuello.

- Ya nadie ocupa este cuarto...

- Estás seguro?

Asintió con la garganta.

- Relájate, si?

Empezó a bajar hasta su pecho que ya estaba descubierto, aunque Riddle aún tenía puesta la camisa. Tom, dentro de la satisfacción que empezaba a sentir, observó el cuartucho donde se encontraban. Hace algún tiempo, cuando tenía poco tiempo de haber ingresado a San Charbel, los grados tenían un titular que dormía cerca de los alumnos por si había algún problema por la noche, pero el gobierno había escatimado en gastos a los Internados de Servicio Social y ya no tenían para pagar esos puestos, por lo tanto los cuartos habían quedado inutilizados. Era realmente deprimente, un camastro con las cobijas parvas y, en algunas partes, tiesas de mugre, una pequeña mesa junto a un retrete sin tapa... más parecería el cuarto de una prisión sino fuera por un pequeño clóset que se alzaba en una de las paredes, si Tom hubiera tenido sus cinco sentidos alertas en el aspecto del cuarto, jamás habría entrado en él, pero estando con David en una situación que había soñado los tres meses que había estado en Hogwarts, no le era posible comprender del todo la miseria de éste.

David de estar prácticamente hincado, subió hasta la altura de su amante y lo besó nuevamente.

- Estás listo?

Tom lo miró, y exactamente al mismo tiempo, sintió cómo los pantalones se resbalaban por sus piernas, los ojos azules increíblemente fuertes le sonrieron, suspiró casi imperceptiblemente y, sin mirar, bajó la bragueta de David. No traía cinturón y era tan delgado como él, así que los pantalones cayeron sin chistar hasta el suelo, al notarlo, David se miró a sí mismo sólo con su ropa interior, Tom sonrió por primera vez desde que había dejado el expreso del colegio.

- Creo que ya sé qué regalarte esta Navidad... – dijo, mientras iba avanzando enfrente de David.

- Qué?

- Un cinto.

David llegó hasta la orilla del camastro y fue acostándose lentamente en él, mientras Tom hacía lo mismo pero hincándose encima de él. Ahora era su turno, empezó a recorrer al pelirrojo con la lengua, de pronto, de la nada, la imagen de Gedeli le vino a la cabeza... y pudo sentir su lengua corriéndole por el cuello en aquel día del cristal roto, pegó los labios a la costilla de David un momento, lo decidió en dos segundos: rápidamente bajó la braga de David casi al mismo tiempo que la suya, y subió una mano hasta la boca de éste, tomó aire e igualmente resuelto lo penetró y lo mordió al mismo tiempo.

David cerró un puño y golpeó el colchón con todas sus fuerzas, pero la sensación mezclada entre placer y dolor parecía infinita y, hasta cierto punto, inaguantable así que abrió las manos y asió las mantas tratando de contener el impulso de gritar.

Tom sentía el movimiento de David, pero eso no le impidió seguir aferrando su piel con los dientes hasta que sintió que algo más espeso que el sudor mojaba sus labios, hasta entonces la dejó en libertad. Lamió un poco de la sangre que aún salía de la herida y apartó la mano de la boca de David.

- Estás loco... – logró decir el lastimado, entre gemidos y suspiros cuando todo hubo terminado.

Tom se recostó a su lado con una amplia sonrisa mientras David examinaba su costilla y hacía una mueca de dolor. Volteó a verlo con recelo.

- Por qué lo hiciste?

- Porque me dio la gana – contestó normalmente.

- Porque te dio la gana?? Que clase de respuesta es esa??... Me dolió.

Tom se recargó en un brazo para poder estar, más o menos, a la altura de David.

- Nunca has probado tu propia sangre?

David lo miró un poco desafiante, Tom sonrió, lo tomó del cuello para acercarlo. David sintió cómo, por toda su boca, se esparcía un sabor diferente a todo lo que había probado antes, era sangre, sí, pero con un toque exquisito que definió como el sabor de Tom.

* Comentarios en los reviews.

LULU POTTER: Marius, bueno, lee el siguiente capítulo y sabrás un poco más acerca de él.

PALI: Bueno, en eso de Copas y Mundiales... En fútbol, hay una cosa que se llama Mundial Europeo en el que sólo participan los equipos de Europa y uno que otro seleccionado de otro continente... lo supe por mi hermano así que si hay alguna cosa mal, cúlpenlo a él... jajaja... si te referías al Mundial que aparece en el cuarto libro, no me refería a ese, según me cerebro y mi invención hay otras copas de Quidditch además del Mundial lo que se llama Mundial... Ya pedí una disculpa por la tardanza, ya no me regañen...

MAIKA YUGI: uuuhhh... cuantas preguntas, jejeje... Bueno, lo del título... aún no lo sabrán... Marius... digamos que tiene aún cosas que ver con Voldemort pero... es de una manera más complicada, mejor ahí te dejo que probablemente te voy a confundir más. A Gedeli?? Bueno, sólo el castigo y al otro (al de la época de Harry) mmm... lo que quieras, ese no es importante.

ARCA: (Aina se pone roja) wow... cuantos cumplidos!! Jamás me habían dicho todo eso... gracias!! Bueno, en realidad este fic sería Riddle/Ged/David pero... oh, rayos!! No hay una categoría así... así que mejor, pensé en poner a mi segunda pareja: Harry/Draco.

Gracias a todos los que leen este fic, a los que dejan y a los que no dejan reviews.