CAPÍTULO IX: La Semana M.

Blaise Zabini entró a la sala común de Slytherin, Draco sabía que era Blaise porque el muchacho siempre llevaba consigo un olor especial que, parecía, nadie más había notado. El pelirrojo no notó a Malfoy, se paseo por entre los sillones negros murmurando algo para sí mismo, distraído y completamente ensimismado.

- Zabini?

A Draco le desesperaba que no lo tomaran en cuenta. Blaise dio un respingo, volteó hacia la dirección de Malfoy y sonrió.

- Malfoy...

- Qué sucede?

- Perdón?

- Que qué sucede? Estabas murmurando algo.

Zabini hizo un ademán con la mano quitándole importancia al comentario.

- He estado buscando... un libro que perdí, es todo, fui a buscarlo al despacho de Lupin. Y tú qué haces aquí en horario de clases?

- Snape está dando una asesoría de pociones para el TIMO, no la necesito... y por qué lo buscabas en el despacho del licántropo? – Draco hizo un gesto de desprecio – tiene algo que ver con él?

- Hummm... no, pero no me quedan muchos lugares más donde buscar dentro del castillo.

Malfoy encogió los hombros e intentó volver a su lectura: "Cuidados y Castigos para las Criaturas Fantásticas", pero no pudo, Zabini no le quitaba la vista de encima.

- Qué?

- Nada...

Draco dejó el libro a un lado y echó la cabeza hacia atrás, recargándola en el respaldo del sillón y cerrando los ojos. Sintió a Blaise acercarse pero no dijo nada, el muchacho puso un dedo sobre su mejilla.

- Auch... – Draco se quejó, abriendo un poco los ojos – estás frío, Zabini.

- Ya lo sé... – Blaise se miró su propio dedo – como muerto.

*   *   *

Tom paró y dejó libre el carrito, trato de ver de reojo a David pero éste ya sabía que hacer.

- Diablos!! Vas a matarme Boretti, dejé las llaves pegadas a la puerta de la camioneta.

-  Rayos, Riddle – contestó el viejo, haciéndole mala cara a Dave – debes ser más cuidadoso, hoy no te pagaré!!

Y lanzando pestes, regresó el camino andado.

- Es aquí, cierto? – dijo, David, señalando con la cabeza la pared – 9 ¾ , nunca lo olvido.

Tom alistó sus cosas, debía atravesar la barrera antes de que el señor Boretti volviera.

- Menos mal que esta vez no vino Fairweather, me cuesta más trabajo deshacerme de ella – David sonrió tristemente hacia Tom – es hora, verdad? – casi dijo sin quererlo.

Tom asintió sin mirarlo y con el entrecejo fruncido... casi podía asegurar que a él le costaba más trabajo dejarlo. David volvió a ver la barrera entre las estaciones 9 y 10.

- Me gustaría acompañarte más lejos pero... – David sonrió divertido – seguramente rebotaría.

Tom miró a su amigo, parecía tener una batalla infernal interior en ese mismo momento, una parte de David parecía querer forzar esa sonrisa hasta romperse las comisuras de los labios y la otra... parecía querer salir corriendo, dejándolo sólo.

- No tenías que haber venido.

- No haber venido? Y cómo te hubieras deshecho de Boretti? – David no despegaba su mirada de la barrera, Tom pensó que tal vez quería desintegrarla – Anda, será mejor que te apresures, ya casi son las once.

David tomó las manijas del carrito y lo puso exactamente enfrente de la barrera.

- Te espero en verano – dijo, mientras lo soltaba, le daba unas palmadas a Tom y se alejaba.

Siempre era lo mismo, en las despedidas, ni el ni David decían nada, sólo... se despedían y ambos quedaban con la esperanza de verse en unos cuantos meses. Sin más preámbulos, Tom atravesó la pared y se encontró de frente con el Expreso de Hogwarts, aguardando. Caminó solo cinco pasos sin la compañía de nadie.

- Tom!! Tom!!

- Gedeli… - respondió el saludo sin mirarlo.

- Qué tal tus navidades?

- Bien...

- Mis padres han venido.

- Que bien...

- También Sally – Gedeli hizo un gesto de desagrado – quería verte, estuvo preguntándome por ti, les pondré una excusa si no quieres ir a saludarlos.

- Está bien...

Tom dejó su baúl en manos de uno de los acomodadores del expreso y se dirigió a donde esperaba la familia Nadal. Todo su andar mantuvo los ojos fijos en Sally, la hermana menor de Gedeli que estudiaba en Beaxbatons, la chica se puso nerviosa.

- Buenos días – saludó, inclinando un poco la cabeza.

- Oh, buenos días, Tom – contestó la señora Nadal – que agradable sorpresa, pensábamos que Gedeli ya no llegaría a tiempo, el vuelo desde Francia estuvo fatal, verdad cariño?

La señora trataba a Ged con una debilidad lastimosa.

- Tom, Tom, Tom – Harold Nadal, el padre, se acercó hasta él y le puso una mano en el hombro – te voy a pedir un favor, si?

Tom miró a Ged por un segundo y después asintió.

- Ten mano dura con Gedeli, nos ha llegado una carta durante las vacaciones, de Dippet, decía que Ged estuvo implicado en un asunto grave durante el último mes de clases. Sé que los slytherins son muy aplicados, y me gustaría que Gedeli tomara tu ejemplo.

Riddle sonrió a manera de respuesta, el expreso dio la segunda llamada para salir.

- Bueno, será mejor que suban ya, no queremos que estando aquí, pierdan el tren, verdad?

Tom se despidió de la familia Nadal, notó que cuando Sally le dio la mano, ésta se estremeció notablemente.

- Nos veremos en la "Semana M", Gedeli, recuerda que iremos con el tío Renau!! – gritó, la señora Jane agitando la mano despidiéndose de su hijo.

Tom alcanzó a oírla.

- Qué es eso de la "Semana M"? – preguntó en voz baja.

- La semana del muggle... se celebra cada 7 años.

- La semana del muggle? – Tom hizo un gesto extraño.

- Si... no te lo había dicho por que sé cómo los odias. Se supone que cada 7 años los muggles están invitados a pasar toda una semana activa en la comunidad mágica, claro se supone que deben ser de confianza o estar dispuestos a borrarles la memoria al termino pero...

Gedeli dejó a la mitad su explicación y sacó la cabeza por la puerta del vagón tratando de localizar a Tom pero éste ya se había perdido entre la gente que abordaba.

*   *   *

Harry alzó su varita y apuntó justo en la frente del unicornio joven que se retorcía tratando de liberar su cuello de las gruesas manos que lo sujetaban.

- Cornus Emendô!!

El cuerno reapareció ya curado de las heridas posteriores. Los alumnos de sexto grado de Gryffindor aplaudieron mientras el jurado de la primera etapa del TIMO, conformado por magos del Ministerio, profesores de Hogwarts y magos intelectuales, se agachaba sobre las mesas para colocar su puntuación. Hagrid soltó a la criatura dejándola en libertad en dirección al Bosque Prohibido.

Harry regresó a la fila de su casa, mientras Seamus Finnigan salía de esta para presentar su prueba. Hermione le sonrió mientras Ron le daba unas palmaditas en la espalda.

- Bien hecho, Harry, nadie había intentado eso.

Harry guardó su varita y se alejó, excusando tener que ir al baño, pero en realidad tenía pensado ir a los dormitorios y perderse de la vista de todos por varias horas.

- Terminaste, Potter?

Levantó la vista y vio una túnica de slytherin parada enfrente de él.

- Si – contestó.

- Te dieron la prueba del unicornio?

Harry tenía ganas de responderle con un "qué te importa" pero Zabini estaba siendo amable... amable a la manera de slytherin, así que... no tenía motivos para hacerlo.

- Si, así fue...

- Es decir, que tienes la toda la tarde libre, verdad?

- Por qué?

- Necesito hablar contigo.

Harry frunció el entrecejo notablemente y abrió la boca para responder algo pero Blaise se la tapó con una mano fría.

- Son sólo dos preguntas, pero tal vez te tardes en responderme...  si no quieres, no voy a obligarte.

Desvió la vista hacia las escaleras, desprendiéndose de aquella mano helada, y empezó a subirlas, pero cuando llegó al rellano miró de nuevo al pelirrojo.

- A las seis, en la biblioteca.

Blaise sonrió quedamente y siguió su camino.

Draco bostezó, torciéndose el cuello mientras caminaba por el pasillo con rumbo al Gran Comedor, el primer día del TIMO había sido agotante para él, la prueba de Cuidado de Criaturas Mágicas había sido, en su caso, curar a un gusarajo de escupir su propio excremento: la experiencia más asquerosa y agobiadora de su vida, pero, después de todo, había resultado satisfactoria para su promedio general, ya que había tenido que utilizar las mejores artimañas de pociones y hechizos posibles para curar al maldito animal, lo que había provocado una gran ovación por parte del jurado y una prueba extraordinariamente recompensada por su parte.

- Malfoy, Malfoy, estuviste fantástico...

- Si, seguro que eres el de mejor calificación, a Potter le dará chorrillo.

- Si, eso, seguro que superaste su actuación con el unicornio.

Draco se volteó y quedó cara a cara con Crabbe, Goyle, Pansy Parkinson y Milicent Bulstrode que lo habían seguido desde terminada la prueba y no dejaban de alardear.

- No importa, pueden dejar de hablar? Me duele la cabeza.

Y con un gesto de pocos amigos se entró el sólo al comedor. Casi todos los  alumnos ya estaban sentados en sus mesas esperando la comida, la mayoría de los de sexto grado presentes tenían caras angustiadas o extremadamente cansadas. Hermione Granger parloteaba algo sobre sabe-Merlín-qué acerca de su prueba, algo relacionado a cómo la había resuelto. Draco sonrió al ver la cara de Weasley, estaba pálido y parecía que iba a vomitar en cualquier momento... "y cómo no?" pensó, "después de tener que cambiarle el ácido gástrico a un dragón bebé a estómago abierto", pero sonrió más aún cuando recordó que él sabía perfectamente cuál hubiera sido el hechizo ideal para no tener que hacer eso. Llegó a su mesa y asiento de siempre y se dejó caer, tenía que comer algo ya.

La última parvada de estudiantes entró y la comida apareció en platos grandes centrales, era un bufete exquisito, algo que Dumbledore había ordenado para alagar el esfuerzo que habían hecho los alumnos de sexto para presentar el TIMO.

- Que bien!! – exclamó Crabbe, metiéndose un gran pedazo de pastel de carne a la boca.

Draco estiró el cuello y observó todo lo que había, casi todo exquisito, pero siendo un Malfoy, no podía repetir lo comido el día anterior, su alimentación debía ser variada. Decidió servirse una rebanada de pescado frito acompañado de zanahorias bañadas en queso y empezó a comer agradablemente... hasta que sintió una mirada insistente sobre él, volteó hacia la mesa principal y sus ojos grises se encontraron con una mirada azulada que se retiró segundos después.

- Draco?

Draco regresó la vista a sus compañeros, generalmente su comentario hubiera sido ofensivo por hablarle cuando estaba comiendo, algo que verdaderamente no soportaba, pero al ver que se trataba de Blaise, una voluntad ajena a la suya lo hizo hablar de diferente modo.

- De nuevo, Castoriadis está viéndome.

Zabini levantó las cejas y miró discretamente a Marius Castoriadis que en, ese momento, hablaba con McGonagall.

*   *   *

Tom cruzó la barrera del andén del Expreso de Hogwarts al mundo muggle tan velozmente que estuvo a punto de estrellarse con un oficial de la estación. Corrió por los pasillos siempre mirando en los anunciadores el reloj, tenía 7 minutos para hacerlo, antes de que el tren partiera.

Salió de King's Cross y miró a ambos lados de la acera, divisó que la camioneta gris del Internado aún estaba estacionada a una cuadra pero no veía a nadie en ella, ni cerca. Sus ojos empezaron a moverse tan rápido que parecían estar leyendo cada centímetro de la calle... y, en realidad, así era.

De pronto, su vista se fijo en un muchacho que atravesaba por la esquina, con un uniforme gris gastado y un periódico en las manos. Sonrió y rápidamente se abalanzó en su dirección.

- Dave!!

David alzó la cabeza frunciendo el entrecejo notablemente, en realidad parecía acostumbrarse a que le llamaran Dave sólo cuando Tom estaba con él, pero inmediatamente después de que partía, su cabeza volvía a semi-desconectarse del mundo. Tardó cinco segundos en comprender de dónde venía ese grito.

Tom atravesó la calle pero antes de llegar con David, se topó con la cara del señor Boretti que lo veía encrespado.

- "Riddle dos", y tú que haces aquí?? – miró enojado a David – no que ya se había ido, Riddle?

- Eh... eh... – David parecía más confundido que el mismo señor Boretti.

- Mi tren está a punto de partir, sólo vine... sólo vine...

Las campanas del reloj principal de la estación de trenes sonaron, anunciando las 10:55, entonces Tom se desesperó, jaló a David de la playera llevándolo consigo en dirección al interior de la estación, dejando tras suyo a un Boretti mas malhumorado que de costumbre y gritando cosas como: "no te espero ni un minuto más de lo necesario, Riddle!!".

- Qué pasa? Pensé que ya estarías a varios kilómetros de aquí.

- No, mi tren sale a las 11 en punto... cállate y escucha... hay una semana especial que podremos pasar juntos.

- Qué?

- Si, si... no sé bien cuando es pero te mandaré una lechuza informándote todo.

- Una lechuza?

- Por eso tenía que hablarte, tienes que asegurarte que nadie más la vea, entiendes?

- Pero...

- Veré la forma de que puedas llegar, eso déjamelo a mí.

Eso fue demasiado para David, se paró y obligó a hacer lo mismo a Tom.

- Espera, no entiendo que intentas decirme...

Tom hizo una expresión de alegría inmensa que David no había visto hace mucho tiempo en su rostro.

- Pasarás una semana en Hogwarts, conmigo...

*Comentarios en los reviews.

GABRIELA: Pues, gracias por animarte a leer esta historia y que bueno que no te haya decepcionado. Sobre David, si, tienes razón es un Lupin cualquiera (^^) jejeje... que digo, si Lupin es otro de mis personajes favoritos. Sobre Harry y Draco, si, tendrán más acción pero antes quiero darle un poco de más sabor al asunto, por eso no han tenido otro encuentro. En el próximo capítulo me entenderás mejor.

ANDIE: Gracias por tus comentarios.

MORYN: aquí ya está el capítulo, claro que lo voy a continuar.

ANITA: calma, calma, aquí está este capítulo, pero temo informarte que todavía falta para el final.

MORWEN: mi sacro santa cruz... que voy a hacer contigo, maldita mutante!!!  Claro que me anoté un 10, híbrida... digo, quien puede saber más de Riddle que yo?? Bueno, Castoriadis es medio menso pero... hay cosillas que justifican el que no reconozca a Draco... jejeje... pero todavía no es momento para que las diga.

Te advierto que esta me la pagas!! Cómo te atreves a revelar mi identidad???