- Según lo que me a contado Dumbledore, el ministro ha silenciado tu visita al ministerio, se ha prohibido a los funcionarios que conocen tu llegada que cualquier filtración acarreará el despido inmediatamente y como el año anterior Fugde ha vuelto a tomar el control del profeta – Remus estaba sentado con los chicos hablando sobre la situación actual, ya que por orden de Dumbledore, Harry sería informado con todo lo referente a la orden excepto en la información clasificada como de alto secreto.
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Las negociaciones sobre si el ministro estaba o no preparado para seguir en el cargo fueron larga y tediosas ya que muchos veían su alto puesto pender de un hilo en caso de que Fugde fuera retirado de su cargo. Aun así la mayoría de los magos y brujas allí presentes estaban reacios a la idea de cambiar de ministro, según ellos, el ministerio no se había podido recuperar del shock inicial de la vuelta de Voldemort y que era cuestión de tiempo que el ministerio actuara correctamente.
Todos los ojos de la comunidad mágica inglesa estaban puestos ahora en el ministerio de magia, Fugde viendo que cualquier tropiezo podría suponer su despido reunió a sus colaboradores más confiable los cuales se encerraron en su despacho por varios días en el cual sólo salían para pedir comida y volverse a encerrar. Cuando Fugde salió de su despacho seguido de sus colaboradores todos con miradas arrogantes, se declaró una rueda de prensa.
Consejo mágico de Guerra.
Después de deliberadas reuniones con mis colaboradores, así como gente de confianza, hemos llegado al acuerdo de crear un nuevo departamento en el ministerio donde se reunirán hombres y mujeres altamente cualificados para dirigir las tropas de aurores contra las fuerzas del innombrable.
Según uno de los colaboradores las órdenes de este consejo sólo podían ser revocadas por el mismo ministro y el Wizengamot en una mayoría absoluta, los miembros serían interrogados bajo la poción de la verdad en espera que el que no debe ser nombrado no infiltrara a ninguno de sus espías.
Otra cosa que Fugde declaró es que Albus Dumbledore, así como varios miembros de la orden de Merlín serían integrados por su lucha a través de los años contra las artes oscuras. ¿Será que el ministerio comienza a reaccionar con la inminente guerra que asola las puertas del mundo mágico?
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Ajenos a toda clase de negociaciones llevadas a cabo en el ministerio, nuestros jóvenes protagonistas comenzaban a planear lo que sin duda sería unas vacaciones moviditas, después de que Harry le hubiera mostrado a sus amigos toda la mansión, comenzaron lo que sería unas verdaderas vacaciones, casi todos los días se iban al lago para darse un buen chapuzón en ella, en donde había que recalcar que los chicos se quedaban mirando a las muchachas como verdaderos idiotas al verlas vestidas con sus bañadores. Ya que las tres tenían un verdadero cuerpo de modelo, con todas sus curvas justo donde debían estar, unas caderas de ensueño y unos pechos que les hacían a los chicos pensar en cosas de mayores. Aunque las muchachas tampoco se quedaban atrás al ver a los chicos ya que en sólo cinco días que llevaban en la mansión, los tres muchachos se encerraban por más de dos horas en el gimnasio formando un verdadero cuerpo atlético. Si bien el que más desarrollado tenía su cuerpo era Harry al llevar más tiempo ejercitándose, Ron tampoco se quedaba atrás ya que siempre había sido un muchacho fuerte, y Neville que siempre había sido gordito parecía haber dado un verdadero estirón y lo que antes era grasa lentamente se le iba moldeando en puro músculo, eso sin contar con que a los tres muchachos les estaba apareciendo poco algunos pelillos por toda la cara anunciando que dentro de poco tendrían su primer afeitado.
Otra cosa de la que en ningún día faltaba era que Harry montara a Nogmarum, poco a poco iba cogiendo experiencia montando a tan magnífico semental, de vez en cuanto montaba con alguno de sus amigos ya que ninguno de ellos quería intentar montarlo sólo, la razón era porque Ron diciendo que no le pasaría nada intentó montarlo ganándose una buena caída al suelo y estar dos horas murmurando sobre animales con problemas de temperamento lo que hizo reír a todos los chicos.
- Bueno chicos, habéis pensado que hacer sobre la ED – Preguntó Neville después de un divertido día de acampada en los terrenos volvían hablando sobre el colegio.
- Bueno realmente es Harry quien tiene que decidir si seguir o no – Dijo Ron dándole unos golpes amistoso en la espalda de su compañero.
- Realmente no lo sé, si tenemos un profesor de DCAO como dios manda, creo que no haría falta seguir con la ED – Dijo Harry después de meditarlo durante unos segundos.
- Pues yo creo que deberíamos continuar – Dijo Luna mirando a Harry fijamente
- Creo que estoy de acuerdo con Luna – Apoyó Hermione y siendo secundado por los demás
- Bueno tendré que pensarlo y ver que tal es el profesor de defensa – Dijo después de pensarlo unos segundos.
Al llegar de vuelta a la mansión los chicos charlaron con Remus sobre lo que se habían dedicado a hacer durante todo el día, después de una tranquila charla Dobby apareció con una bandeja en la que llevaba té y algunas galletas recién echas.
- Bueno, que hacemos en lo que queda de día – Preguntó Ron tragando la quinta galleta (cuando los demás iban por la primera todavía).
- A mi me gustaría visitar la biblioteca, apenas le hemos echado un ojo a esas maravillas – Dijo Hermione con sus ojos centelleantes.
- Podríamos dar un paseo, las estrellas tienen que estar muy bonitas ahora y la luna se ve hermosa – Dijo Ginny señalando a la ventana en donde la luna en cuarto creciente comenzaba a rodearse por miles de puntitos que anunciaban que la noche pronto caería.
- Eh, podríamos ir a la discoteca del pueblo – Sugirió Luna mirando por la ventana en la que había señalado Ginny.
- Si eso estaría bien, eh oído a papá hablar de ellas dicen que son lugares donde los jóvenes van a divertirse por la noche y donde van a ligar – Dijo Ron apoyando por primera vez a Luna sin lanzarle una mirada incrédula.
- Si tal vez podríamos conocer algún chico guapo – Dijo Ginny ilusionada
- Ey y nosotros que somos parte del mobiliario – Dijo Harry haciéndose el ofendido haciendo reír a las chicas – Pero Ron no te quedes callado, vamos di algo – Ron lo miró con cara de incrédulo para luego encogerse de hombros – Estupendo, porte de su parte, vamos Neville apóyame tú – A lo que Neville sólo le dedicó una pequeña mueca burlona – Estoy condenado, pero esto no queda así se lo diré a Remus – En estos momentos las chicas estaban desternillándose de la risa y los chicos hacían esfuerzo por no reírse mientras Harry ponía cara de perro degollado.
- Pero que infantil puedes llegar a ser a veces Harry – Dijo Hermione cuando pudo parar de reír y haciendo algo que Harry no se lo esperó se acercó a él y le dio un beso en la mejilla – Bueno chicas si vamos a salir al pueblo tendremos que arreglarnos – Y sin más dejó a Harry aturdido viendo como salía la pelirroja de la sala seguida de las dos chicas mientras que Harry seguía con su cara de tonto.
- Ey quita esa cara, vas a manchar la alfombra con tus babas si sigues mirando así a Hermione – Dijo Ron mirando a su mejor amigo de forma pícara.
- Eh, quien, yo – En un momento pareció salir de su aturdimiento – pero que dices Ron, yo no estaba mirando a Hermione de ninguna forma, si serás – Y sin más se levantó para ir a pedirle permiso a Remus para ir y que no se preocupara.
- Si como el diga, pero yo lo e visto como miraba con cara de idiota cuando iba saliendo de la habitación – Le dijo en un murmullo a Neville
- Bueno será mejor que nosotros vallamos a cambiarnos, ¿no crees? – La verdadera intención de Neville era intentar desviar el tema de conversación.
Al cabo de media hora todos estaban listos para partir, mientras Remus hacía una parodia fingiendo que lloraba y dando alaridos como "mi Harry ya es mayor" o "ya sale a buscar novia" cosa que hacía avergonzar al muchacho y hacer reír a sus amigos, mentalmente Harry agradecía el que no hubiera vecinos por los alrededores.
- Bueno nos vamos ya – Dijo Harry que llevaba unos pantalones desmontables beige, unos deportes de marca y una camisa blanca con un colacuerno húngaro estampado en su espalda.
- Si venga andando – Dijo Ron que ya le empezaba a incomodar los gritos de Remus, Ron llevaba unos pantalones vaqueros y una camisa de pegada al cuerpo de color blanco con algunas letras en chino, prestada de Harry.
- No vengáis muy tarde – Gritó Remus cuando los muchachos habían comenzado a dirigirse a la verja.
- Dios a veces parece peor que un niño pequeño – Dijo Harry al ver que Remus ya había entrado en la casa.
- Vamos Harry no se de que te quejas, si hubiera sido mi madre nos viera ahora mismo estaría llorando a lagrima viva – Dijo Ginny y poniendo una voz muy parecida a la de su madre – Mis niñitos, que rápido crecen, y tu Ron cuida de tu hermana que puede que algún aprovechado intente sobrepasarse con ella – Todos rieron cuando Ginny termino su parodia y Ron no pudo hacer otra cosa que darle la razón a su hermana – Oye Hermione tus padres que dirían – Preguntó la pelirroja curiosa mientras se estiraba un poco la falda azul marino que tenía ya que la falda en cuestión le llevaba hasta la mitad de los muslos cosa que no había echo mucha gracia a su hermano al principio, llevaba un top rojo que hacía juego con su pelo y unas botas altas de cuero que le llevaban por debajo de las rodillas.
- Yo creo que mi padre no me hubiera dejado salir – Dijo Hermione que llevaba unos pantalones de cuero apretados de color rojo y un top negro – Mi padre diría algo como así "No princesa, no puedes salir todavía eres muy joven y menos con tres chicos a los que no conozco".
- ¿Princesa? – Dijo Ron de forma burlona
- Bueno tus padres conocen a Ron y a Harry ¿no? – Preguntó Neville intentando evitar una confrontación entre ambos de las que ya había sido testigo, iba vestido con una camisa azul con el dibujo de un oso atacando en su espalda y unos vaqueros parecidos a los de Ron.
- Técnicamente si, en nuestro segundo año lo conocieron en el callejón Diagon y yo les e hablado mucho de ellos, pero es precisamente porque les hablo mucho de ellos por lo que no me dejaría ir – Dijo Hermione que puso una cara como imaginándose a su padre hablarle sobre chicos.
- Es comprensible, creo que mi padre diría lo mismo, cuando vino Remus a mi casa costó trabajo convencerlo para que me dejaran venir pero como sabe que no tengo muchos amigos me dejó – Dijo Luna que llevaba un vestido de tirantas de un color rosa pálido.
- ¿Porqué? – Dijo Ron una vez iban entrando por la calle principal del pueblo en donde se veían a muchos jóvenes pasear por allí y entrando y saliendo de locales.
- ¿Ron, alguna vez has usado el cerebro? Mi padre, chicos, hablar mucho de ellos... Intenta relacionar los elementos y sacar una conclusión – Dijo Hermione con cara de frustración pero viendo que ahora no solo era Ron el que tenía la cara de confusión si no que también Harry y Neville también miraban a las chicas como si fueran bichos raros
- A ver, chicos los padres tienen una extraña fijación con proteger a sus hijas – Dijo ahora Luna intentando aclarar a los chicos
- ¿Y eso? – Preguntó realmente confuso Neville
- Algo así como tu con Ginny cuando te enteraste el curso pasado que tenía novio – Dijo Hermione un poco ya exasperada al ver que los chicos seguían sin entender ni papa.
- Aaaahhh, no entiendo como me puse yo con Ginny – Ron miraba a sus amigos como pidiendo ayuda al enorme rompecabezas que les estaban dando las chicas pero fallando ya que ellos estaban igual o peor que Ron
- Hermione habla a su padre de sus dos mejores amigos, ahora a ver ¿Qué es lo que más teme un padre de su hija? – Ginny intentaba explicarle a su hermano pero él con cara de tonto – Arrgg, lo que el padre de Hermione como papá y el padre de Luna, bueno y el padre de cualquier chica temería que Hermione crezca y se relacione con chicos.
- No entiendo, Harry y yo nos relacionamos con Hermione desde primero – Esta aclaración tuvo movimientos afirmativos de cabeza en señal de apoyo por parte de sus dos amigos
- De veras, no entendéis nada. ¿Verdad? – Dijo Luna con una cara de resignación – Para unas cosas seréis muy maduros pero desde luego para otras parecéis niños de 5 años
- Sed más directas chicas – Dijo Harry comenzando a tener un pequeño dolor de cabeza por tanto rodeos
- Hablad con Remus sobre chicas y padres sobre protectores – Dijo Hermione mientras continuaba su marcha seguida por ambos chicos que se quedaron plantados en medio de la calzada mientras veía como las chicas avanzaban murmurando algo para luego estallar en unas incontrolables carcajadas
- Ey, esperadnos – Gritaron los tres a la vez mientras veían como las chicas se iban alejando y ellos se quedaban parados con caras de idiotas.
Caminaron por varias calles guiados por Luna y Neville que conocían mejor que los otros el pueblo hasta llegar un local realmente grande con letras luminosas en el que mostraban el rótulo las letras "el dragón blanco". En la pared pintada el fondo de un azul oscuro tenía pintado un dragón blanco su cuello alargado y la boca abierta en donde estaba situada la puerta. La puerta estaba custodiada por un hombre de por los menos dos metros de alto con una espalda que parecía un ropero empotrado que iba controlando la larga cola que allí había. Los muchachos se pusieron a la cola viendo como poco a poco la cola iba avanzando y por detrás de ellos se iban colocando mas jóvenes de su edad y mucho mayores que tenían una mirada impaciente por que pudieran entrar para tomar algo.
Cuando llegó el turno de los chicos el portero los miró de arriba abajo como evaluándolos, quitando la argolla que estaba en una cinta roja, hizo un gesto a las chicas para que pasaran pero cuando iban a pasar los chicos el gorila le hizo un gesto con la mano.
- Esto no es para niñitos – Dijo el portero haciendo un gesto a los chicos para que se apartaran de la fila
- Disculpa pero es que venimos juntos – Dijo tímidamente Hermione intimidada un poco por la mirada que le lanzó el hombre.
- Lo siento preciosa, pero tendréis que dejar a vuestros novios en la calle – Dijo el guardia volviendo hacer un gesto a los chicos para que se apartaran.
- Espera – Dijo el guardia rápidamente a Harry cuando los muchachos se estaban apartando de la fila y las chicas se disponían a volver a salir – Eres tú.
- Ay viene de nuevo – murmuro Harry pero perfectamente audible.
- Lo llevas crudo chaval – Neville comenzó a dar unas palmaditas en la espalda de Harry.
- Creo que eres nuestro billete para entrar eh Harry – Dijo socarronamente Ron viendo como el portero miraba fijamente la cicatriz de Harry que había quedado al descubierto al moverse un poco el flequillo por una brisa.
- Eres Harry Potter – Nada más decir esto los murmullos por la fila comenzaron a correr como la espuma mientras todos miraban fijamente y muchos se salían de la fila para intentar verlo – Disculpe señor Potter que no lo reconociera, discúlpeme señor, sus amigos y usted siempre son bienvenidos al dragón blanco – Con un movimiento rápido hizo pasar a los muchachos mientras que todos se apresuraban a entrar nada más entrar Harry.
- Era necesario que gritara a todo pulmón quien era – Dijo Harry fastidiado ya que los que habían entrado después de él se le quedaban quedando mirando, por lo que en menos de 15 minutos todo el local sabía quien era, aunque los chicos intentaban ignorarlo.
- Vamos Harry, al menos hemos podido entrar no. Vamos no te quejes – Dijo Ron empujando a su amigo hasta la barra
- 6 cervezas de mantequilla – Pidió Ron a la chica que había detrás de la barra
Después de pedir algo de beber y que los chicos se recuperaran del shock inicial al ver a las chicas bailar de una manera, como decirlo, sensual, siguiendo el ritmo de la música las chicas tomaron cada una un brazo de los chicos y lo instaron a bailar. Después de mucho bailar los chicos se dieron cuenta de que muchos chicos que bailaban alrededor de ellos miraban a las chicas con lujuria cosa que las chicas no se daban cuenta ya que estaban muy ocupadas poniendo mala cara a cualquier chica que hacía el intento de acercarse a los muchachos.
Otra cosa de la que había que señalar era que una de las chicas que bailaban cerca de los chicos intentó acercarse a Harry pero cierta castaña que veía las intenciones de la muchacha se acercó más a Harry y se puso a bailar con él de forma muy provocativa cosa que hacía poner de los nervios a Harry que no estaba acostumbrado a tener a ninguna chica tan cerca moviéndose de esa forma tan sexy.
Pasadas las 3 de la madrugada los chicos deshacían el camino de vuelta a la mansión comentando lo bien que se lo habían pasado, pero realmente agotados aunque satisfechos por la gran noche tan divertida que habían tenido. Cuando llegaron a la mansión encontraron a Remus en el salón durmiendo en el sofá con un libro recargado en el pecho, claramente esperando a que llegaran los chicos.
- Remus, e vamos Remus despierta – Harry sacudía a Remus intentado que despertara cuando lo único que conseguía era sacarle gruñidos – Oh vamos Remus despierta – Y poniendo una voz que se parecía mucho a la profesora McGonagall exclamó con voz potente – 5 puntos menos Señor Lupin – Nada más acabar de decir eso Remus dio un salto potente del sofá mientras intentaba disculparse.
- ¿Pero que...? – Remus miró a los chicos que se estaban desternillando en el piso por la risa – HARRY JAMES POTTER no tiene ninguna gracia – Aunque su cara le delataba porque estaba sonriendo tímidamente.
- Nosotros nos vamos a dormir ya Remus, y tu deberías hacer lo mismo, la luna llena se acerca y debes descansar – Dijo Hermione un poco más seria que los demás chicos.
A la mañana siguiente los chicos se encontraban en la salón-comedor mientras que las chicas se habían encerrado en la biblioteca ya que Hermione les iba a explicar a las chicas algo de sus deberes que no entendían.
- Sabéis chicos, ayer me di cuenta de una cosa – Dijo Ron poniéndose repentinamente serio – Y llevo toda la mañana pensando...
- Tu sólo – Dijo Harry con sorna
- Muy gracioso – Respondió con sarcasmo – No en serio, sabéis tenemos 16 años, o en vuestro caso queda poco para cumplirlos, y sin embargo todavía no sabemos nada de chicas, no sabemos como tratarlas.
- Te refieres por lo de ayer – Preguntó Neville.
- Por eso mismo, ayer dejamos a ver nuestra ignorancia con respecto al tema de las chicas, y si mal no recuerdo Harry, el año pasado no sabías como actuar con Cho, puede que si nos aconsejaran un poco podrías volver a conquistarla.
- No gracias, no me interesa ya Cho, pero creo que tienes razón, podríamos preguntarle a Remus sobre chicas, por lo que me contaba Sirius, Remus traía locas a muchas chicas cuando era joven – Dijo un Harry pensativo – Así pues los chicos fueron a buscar a Remus por toda la mansión encontrándolo en la chimenea hablando con Mundungus Fletcher.
- Remus tenemos que hablar contigo un momento – Dijo Ron para hacer notar su presencia en la conversación.
- Si decidme ¿que ocurre? – Dijo Remus dejando un momento de lado la conversación con Dung.
- Es que es un poco personal – Dijo torpemente Neville – Se trata de chicas.
- Ahhh – Remus se largó a reír durante un buen rato acompañado de las risas de Dung, mientras que la cabeza desaparecía del fuego para aparecer al cabo de un rato – Nada más que acabe la conversación con Dung hablamos, de acuerdo chicos.
Los chicos volvieron al salón estando realmente nerviosos por el tema de conversación y la desaparición de la cabeza de Mundungus no ayudaba mucho a calmar los ánimos al cabo de unos 5 minutos Remus entró en el salón, pero pese a como los chicos se imaginaban no venía sólo ya que venía acompañado de los gemelos con una sonrisa burlona en el rostro Bill y su padre que venían un poco serios detrás de ellos estaban Dung mirándolo todo con un rostro de satisfacción y un poco rezagado Kingsley mirando desaprobadoramente a Dung. La cara de los chicos en este momento era todo un poema, el pelo de Ron parecía marrón comparados con las caras que tenían en este momento los chicos.
- Bien parece que algunas personas que se han enterado – Dijo Remus Lanzándole una mirada furtiva a Mundungus - quieren estar presentes en la... digamos charla
- ¿Algunas? – Dijo Ron viendo que casi toda su familia estaba presente – Porqué no llamáis también a Ginny, Charlie y a mi madre para que esté toda la familia al completo
- Mmm... Charlie, ehhh – Dijo Fred rascándose la barbilla pensativamente.
- Si creo que ahora tiene un hueco libre – Dijo George – Voy a llamarlo
- NO – Gritaron los chicos que ya estaban bastante abochornados al ver tanta gente all
- Bueno chicos, al parecer queríais hablar de chicas no – El señor Weasley parecía el que más serio estaba de todos los que allí había.
- Bueno si, pero no es nada importante, podemos dejarlo para otro día ¿verdad chicos? – Ron y Neville movieron la cabeza afirmativamente dándole la razón a su amigo.
- Oh vamos, vamos no tenéis porqué avergonzarse, además así podréis recibir consejos de más de una persona – Dijo Bill con una sonrisa. Los chicos se vieron resignados al ver que tendrían que aguantar ese bochorno
- Bien, a ver cuales son las dudas que tenéis – Comenzó Remus intentando sonar lo más serio posible.
Antes que ninguno de los chicos pudiera comenzar a discutir sobre quien comenzaba a explicar quien era el que hablaría, llamaron a la puerta y por ella apareció Dobby.
- Disculpe amo Harry, pero los profesores Dumbledore y Snape, han venido – Dijo Dobby haciendo una reverencia.
- Que pasen que pasen – Mundungus se había adelantado a cualquier reacción de los chicos y antes de que estos pudieran reaccionar ya estaban dentro ambos. En el caso de Dumbledore con una sonrisa afable y en el caso de Snape con su cara crispada como cada vez que tenía que ver a Harry.
- Buenos días a todos, después de leer la nota que había en la sala de reuniones decidí pasarme por aquí y ya que el profesor Snape pasaba por allí muy amablemente decidió acompañarme – Snape bufó ante el comentario de Dumbledore ya que claramente le gustaría estar en cualquier otro lugar menos ahí.
- Espero que ahora por lo menos me digas para que hemos venido Albus – Snape se había retirado de todos y se había sentado en el sillón más alejado de los chicos.
- Bueno Albus, llegas justo a tiempo los chicos iban a exponernos su problema – Kingsley había tomado una taza de té que había aparecido en la mesa con una bandeja de galletas, cortesía de Dobby.
La situación ahora había cambiado por completo, una cosa era que todos estuvieran casi todos los miembros de la orden, y otra muy diferente es que Dumbledore estuviera allí y acompañado de más ni menos de Snape en el que seguro lo usaría para abochornarlos en el colegio, y sus pensamientos se vieron reflejados en sus rostros porque no dejaban de mirar a Snape que intentaba buscar una excusa convincente para salir de ahí.
- Bueno, creo que más o menos lo que pasó es – Ron miró a los adultos que lo miraban expectantes – Díselo tu Neville.
- Eh, si... esto... – La atención de los adultos estaban ahora en Neville – Harry lo explicará mejor
- Ey, y porqué yo – Miró a sus dos amigos que le hacían gestos de que era él quien tenía que hacerlo, por lo que viéndose resignado a hablar delante de todos comenzó a explicar la charla que tuvieron con las chicas. Cuando acabaron de dar toda la conversación con las chicas los adultos lo miraban como si fueran bichos raros.
- Os estáis quedando con nosotros verdad – Preguntó Fred mirando a su hermano como si en verdad fuera de otro planeta.
- Y tu eres un Weasley – Dijo el otro gemelo – Papá me parece que en hospital nos cambiaron a nuestro hermano, ese de ahí – dijo señalando a su hermano menor con una cara de repugnancia como si fuera indigno de siquiera señalarlo – no puede ser de la familia, no tiene el magnetismo Weasley.
- Y encima es prefecto – Sentenció otra vez Fred como si por el echo de ser prefecto lo aclarara todo
- No se de que os quejáis – Dijo Bill mirando a sus dos hermanos gemelos con una mueca burlona – O tengo que mencionar cierto asunto que pasó en vuestro 5º curso... – No pudo seguir hablando porque los gemelos se habían lanzado encima de su hermano mayor y le habían tapado la boca.
- Chicos vamos controlaos – El señor Weasley intentaba calmar a sus hijos mientras que los demás reían de las payasadas que hacían – Bien chicos – Dijo Girándose hacia Ron, Harry y Neville – Lo primero, un padre lo que teme que su hija crezca y se relacione con chicos, o sea que tengan novios, los padres tendemos a ser un poco sobre protectores con nuestras hijas, por eso si Hermione habla mucho de vosotros delante de sus padres, puede que llegue a pensar que le gusta uno de los dos.
- Si Harry – Dijo Ron con sorna – y el también.
- Oh mi pequeño Harry sé a enamorado, que feliz me hace – Soltó Bill habiéndose librado de sus hermanos.
- Cállate – Le gritó a su mejor amigo – a mi no me gusta Hermione – Harry tomó un bonito color carmín que le hacía verse indefenso ante estos ataques.
- Bueno chicos no estamos aquí para discutir quien os gusta – Kingsley habló por primera vez.
- Aunque de eso hablaremos después – En el rostro de Remus se había formado una sonrisa diabólica que claramente decía que se lo dirían si querían salir bien parados de esa.
- Bueno, lo que debéis saber es que a las chicas le gustan que les halaguen - Bill
- Que le tomen de la mano – Kingsley
- Que no le estén todo el tiempo hablando de quidditch - Fred
- Que no le mencionen a otras chicas mientras están con ellas - George
- Que sean atentas con ellas – Señor Weasley
- Que le regalen flores - Remus
- Que le digan lo guapa que está hoy - Dung
- Que se interesen por sus problemas – Dumbledore
Los chicos creían que les iban a estallar la cabeza con tanta información, de verdad creían que podían acordarse de todo lo que les estaban diciendo
- Y por supuesto nunca halaguéis a una chica delante de la que os gusta – Dijo Bill después de pensarlo unos segundos – Os digo que después si intentáis conquistarla os lo echará en cara si el sentimiento es correspondido.
- Claro, como no se me había ocurrido algo tan fácil como eso – Expuso Ron con su voz llena de sarcasmo - ¿Algo más?
- Creo Potter, que está muy lejos de comprender la sutileza de una mujer ni aunque se lo estuvieran susurrando al oído en el momento de declararse – Snape que había estado todo el tiempo haciendo gruñidos por estar obligado a oír toda "la charla" no pudo aguantar más el hacer un comentario mordaz – una mujer es una mujer, un cuerpo y una mente, no existe gran misterio
- Vamos Severus, no seas así con los muchachos – La voz de Dumbledore se había escuchado en el silencio que había producido las palabras del profesor de pociones.
- No le hagáis caso chicos – El señor Weasley le había mandado a Snape una dura mirada advirtiéndole que mantuviera la boca cerrada – Es cierto que una mujer es sutileza, pero lo que hay que entender es que...
- son muy guapas y muy agradables al principio – Fred tenía una sonrisa maligna idéntica a la de su hermano gemelo
- Y después se van convirtiendo en personas posesivas de mal carácter – Acabó su hermano George
- Si eso – el señor Weasley pareció reaccionar a aquello que sus dos hijos habían dicho – No eso no es. Chicos, no le hagáis caso a estos dos, a las chicas hay que saber tratarlas, ya que aunque parezcan que son fuertes y valientes con respecto a los sentimientos son frágiles y sensibles.
- Y así es como debéis tratarla con sentimiento, con delicadeza, con tacto vamos – Acabó Remus la charla – Bueno y ahora lo importante, ¿Quiénes son las afortunadas que se han ganado vuestro corazón? – Todos los presentes se removieron emocionados mientras que los chicos se lanzaban miradas furtivas para intentar salir de esta
- Pues... – Neville no pudo seguir hablando porque en ese momento apareció Ginny por la puerta – Ginny – Gritó su hermano al verle al ver la salvación.
- ¿Qué hacéis todos aquí? – Preguntó la chica curiosa – Harry venía a verte porqué Hermione quiere pedirte un favor.
- Si, voy enseguida – De un salto Harry llegó hasta la pelirroja que lo miraba asombrada – Vamos, chicos nos vemos después – Sin más Harry tomó la mano de Ginny y la arrastró fuera de la habitación bajo la atenta mirada de unos cuantos pelirrojos y unos envidiosos adolescentes que ahora tenían que buscar una forma de salir de ahí.
- Gracias, me acabas de salvar la vida y condenar a Neville y a Ron – La chica lo miró curiosa viendo como el joven Potter iba con una sonrisa pensando en el destino de sus amigos y que después se la cargarían con él – Es una larga historia, quizás algún día te lo explique.
Al llegar a la biblioteca se encontró con Luna y Hermione las dos enfrascadas en un gordo libro, cuando entraron en ella, ambas levantaron la mirada y miraron a ambos con una sonrisa un tanto curiosa a ambos adolescentes.
- ¿Desde cuando tan cariñosos chicos? – Preguntó Hermione con fastidio en su voz.
- ¿Cómo que cariñosos? – Preguntó Harry y al momento Luna señaló las manos de ambos, que no se habían soltado cuando salieron del salón. Al momento ambos se separaron quedando más rojo que el pelo de Ginny, a lo que a cierta castaña no le hizo gracia y más oyendo la risa histérica de Luna – Bu.. bueno, para que me querías Hermione – Entre balbuceos Harry intentaba desviar la atención ya que la verdad es que no se había dado cuenta que llevaba cogida la mano de Ginny como si lo hiciera todos los días.
- Ah si claro mira – Hermione le tendió el libro que tenía en las manos y olvidando por completo lo anterior – Habla sobre los orígenes de la magia, y sobre la magia que usaba los antiguos, en muchos hay muchos hechizos que podían ser útil, para... para... bueno para cuando nos enfrentemos a los mortifagos.
- ¿Enfrentemos? – Harry levantó una ceja escéptico – Parece que no e entendido bien.
- Pues entiende, después de mucho pensar e decidido que voy a estudiar para auror – Dijo la chica orgullosamente – así el trío fantástico no se separará.
Al cabo de media hora Ron y Neville entraron en la biblioteca dispuestos a golpear a Harry y el ojiverde viendo venir un gran enfado por parte de sus amigos se escondió detrás de Ginny que era la que estaba más cerca en esos momentos.
- TU – Gritó Ron señalando con un dedo – Potter maldito sal de detrás de mi hermana y afronta tu cobardía como un hombre.
- Vamos Harry – Dijo Neville más calmado pero igual se le veía furioso – Si colaboras será una muerte rápida, no te dolerá... mucho – El sarcasmo era patente en Neville y aunque el joven Longbottom era un chico tímido catalogado de no amenazar a nadie su estancia con Harry y Ron había echo que cambiara su personalidad.
- No gracias, aprecio mi vida lo suficiente como para perderla – Los chicos dieron un paso adelante, pero Harry como si tuviera a Ginny de rehén dio un paso atrás con ella sujetándola – Vamos Hermione di algo – Mientras que Ginny, Hermione y Luna se reían disimuladamente mientras la primera intentaba apartarse para dejar el camino libre a su hermano.
En ese momento entraron en la biblioteca Remus, el señor Weasley, los gemelos, Bill y Tonks, que cambiaron de sendas caras de felicidad que cambiaron al ver el panorama, sobre todo el señor Weasley al ver a su niñita haciendo de escudo a Harry y su hijo menor y uno de sus amigos amenazándolo, en ese descuido Ginny consiguió librarse de Harry para ir corriendo hacia su padre.
- Papi – Dijo mientras lo abrazaba – menos mal, creí que te irías sin despedirte.
- Ahora Neville – Gritó Ron al salir de su estado de confusión, lo que después pasó era digno de recordar, ambos se lanzaron sobre el niño que vivió mientras le atacaban haciéndole cosquillas.
- Suplicarás clemencia – Dijo Ron mientras se sentaba en la espalda de su amigo.
- La llave del caos, episodio mortal – Dijo Neville con una voz imitando a de un loco mientras agarraba el cuello de Harry y con sus nudillos frotaba su pelo
- Nunca – Dijo intentando recuperar algo de aire que le arrebataban sus amigos por la opresión de tener a ambos encima de él.
- Vamos niños, comportaos – El señor Weasley se había separado del grupo y se había acercado a los tres alborotadores que seguían jugando como si fueran niños de 5 años. Cuando pararon Harry los invitó a almorzar y agradeció gracias a Merlín ya que Bill sujetaba fuertemente a sus dos hermanos gemelos que intentaban unirse a la "fiesta"
Después de una incesante charla en la que todos comieron hasta saciarse, comenzaron a dispersarse, los gemelos a su tienda, Tonks y el señor Weasley al ministerio debido a que ambos, aunque más de rumores eran gritos en las puertas, Remus y Bill salieron a hablar por los jardines de la mansión mientras los chicos se preparaban para volver al gimnasio y las chicas para volver a la biblioteca a curiosear por allí.
