Harry está en tu vida, y tú no puedes evitar preocuparte por él.
Sabes bien que no son nada, que incluso poca gente podría consideraros amigos, porque sois personas que, debido a las circunstancias, os habéis tratado bien poco.
Pero Él no piensa lo mismo cuando se introduce en tu mente y te pregunta por él. Ves perfectamente en la oscuridad sus ojos brillantes, con un toque de maldad y de lujuria que te hacen temblar. Sabes que te desea, y que Él tiene que auto convencerse de que si alguna vez ha tenido un orgasmo contigo ha sido por todos los años que lleva sólo.
Y no es verdad.
Desde que te vio te deseó, con tu dulce voz de niña, tus trenzas apretadas y tu suave piel nívea salpicada de pecas extremadamente inocentes. Deseó no sólo tu cuerpo, sino tu alma y tu ser, tu corazón y tu amor.
Por eso y de este modo, le diste una razón más para odiar a Potter. Al hablarle de él, sólo hacías que cada poro de su cuerpo desease destrozarlo, no porque te hacía sufrir, no seas una ingenua y creas que le importas tanto, sino porque así, sin él, su camino para tu conquista sería más fácil.
Nunca te enamoraste de él, más bien lo consideraste parte de un excitante juego dónde tú eras la protagonista. Sólo cuándo la sangre de los animales muertos de Hagrid apareció en tu ropa te asustaste de verdad.
No tuviste en tu vida buena memoria, en eso te parecías a tu madre, y por ello al principio no te diste cuenta de que te poseía y que controlaba cada uno de tus movimientos.
Pudo hacerte cualquier cosa, pero ya eras para Él demasiado. Te conseguiría, si quería seguir en el poder debía tener a su lado a alguien. Una mujer como tú es una buena opción. Eres de las familias tradicionalmente más respetadas en Gran Bretaña, no especialmente por su dinero, eres poderosa y sensual.
Y Potter no lo ignora.
Por eso, cuando por la noche te oye gemir en La Madriguera, es el primero en levantarse y correr a tu habitación. Y Él siente cómo hundes tu rostro pálido y demacrado por las noches en vela en su pecho y aspiras su aroma perturbador.
Tus padres no entienden lo que te pasa, y Harry sólo les pide con amabilidad que te dejen sola con él, aunque sabe que tu pena es difícil de resolver. ¿Por qué será que este chico lo sabe todo?
Te ruborizas al pensar si él ve lo mismo que tú en las noches en que Tom te visita. Sí, porque es el adolescente de diecisiete años quien se introduce entre tus sábanas y te acaricia mientras duermes, no el asesino sin escrúpulos que es ahora.
Eso te consuela, y sigues creyendo en Harry.
Sabes que él es tu única salida.
Porque si Voldemort gana, Tom nunca te dejará.
&&&&&
Fic escrito debido a la necesidad de hacer salir las ganas de escribir un Tom/Ginny/Harry.
No me peguéis por favor.
REVIEWS
