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Algo Distinto
Capítulo 3: "Hijo de la oscuridad"

Harry había estado sobre su cama desde que volvió del lago. Desde que Ginny le preguntó que qué le pasaba.

"¿Qué le importa a ella, de verdad?" Pensaba. "Ni se imagina todo lo que he pasado, todo lo que he sufrido..."

Quiso olvidar el tema. Se puso de pie y miró por la ventana. Ahí estaba su reflejo, pero no era él. Era la infinita noche, la infinita y oscura noche, un mar de pequeños puntos luminosos. Y la perfectamente redonda luna, ahí, en la altura, en todo su esplendor.

"Qué daría por ser como la noche; aparecer cuando quiera, irme cuando quiera, que aunque me critiquen ellos no pueden hacer nada para que desista de hacer lo que se me antoje. Tan misteriosa, tan enigmática, guardando en secreto todo lo que este más allá de la escasa luz que un humano pueda provocar"

¿Así se sentía él? Probablemente. Ya nada le causaba gracia. Era que la risa no podía salir, aunque no solo eso; ¡La risa no quería salir! Qué mejor explicación que esa.

Su mundo era un caos, un agujero sin fondo, por el que caía, siempre caía. Si veía a alguien sonreír, o con la más mínima gota de alegría en su cara, no era capaz de comprender el motivo. Absolutamente todo había perdido la emoción, el sentimiento llamado felicidad. Quería morir, pero no podía hacerlo. Su destino era, intentar aunque sea, eliminar a Voldemort. O dejarse matar por él.

"Dime ahora, cuál es el propósito de matar a El Innombrable. ¿Así voy a sentirme satisfecho? No. ¿Así voy a ser feliz? No. Nunca más voy a sentir eso. Me lo prohíbo. Morir tampoco es la solución. No hay solución. ¡Nada es la solución! Sólo me queda seguir viviendo esta falsa vida, todo es inútil. El futuro no existe, tengo que dejar de vivir el presente y olvidar el pasado. Muriendo no lo voy a lograr. Quiero ser como la noche..."

Ni siquiera Neville, quien había entrado a la habitación dando un torpe portazo, lo puso sacar de sus pensamientos. Menos Ron, quien minutos después le agitó desde el hombro buscando respuesta a sus llamados. Y absolutamente nada, Dean y Seamus, quienes entraron al final, se pusieron los pijamas y apagaron la luz. Harry seguía contemplando la oscuridad.

Algunas habitaciones más allá, dentro de la misma sala común, Ginny despertaba agitada, con la cara bañada en un sudor frío. Miró el reloj de mesa, marcaba las 1:40am. No hace más de 3 horas que se había acostado y ya tenía una pesadilla.

Otra de esas pesadillas, que la estuvieron perturbando todo el verano y el pasado mes de clases. Y siempre trataban de lo mismo. Harry adentrándose en el Bosque Prohibido, corriendo hacia delante, hasta que se perdía de su vista. Luego una gran explosión y el bosque en llamas, con ella atrapada en él, sin escapatoria.

Se sentó y tomó aire por un par de segundos, luego exhaló. Tomó un vaso con un líquido rosáceo y tragó con disgusto la amarga poción. Se suponía que eso la haría dormir bien nuevamente. Madame Pomfrey le dio una botellita entera auto renovable cuando ya no soportó más y le fue a contar su problema, claro que sin los pormenores del sueño. Existía otra poción para evitarle cualquier tipo de sueño durante toda la noche, pero la enfermera de la escuela no se la quiso dar, ya que en dosis diarias muy consecutivas tendría efectos secundarios, como bajas energéticas durante todo el día. La poción que le dio se tomaba después del primer sueño, evitando algún siguiente. Pero el primer sueño, en este caso pesadilla, era inevitable.

Se volvió a recostar, se tapó bien y se quedó dormida, pensando en qué estaría haciendo su Harry en ese momento.

SoSoSoS

El sueño venció a Harry, así que éste sin más ni menos se acostó sobre la cama sin deshacerla, corrió las cortinas y murmuró:

-Mañana no voy a clases, ya veré qué hacer...

Y se durmió.

A esa hora en la sala común, Hermione le daba los últimos toques al trabajo de Astronomía. Draco no pudo hacerse notar con ella, porque no se despegó de Ron en todo el camino de vuelta a la torre Gryffindor.

El chico Malfoy, en ese momento intentando dormir, sentía algo, un aborrecimiento hacia Ron; no sabía que era, pero parecía como tener ganas de estrangularlo por lo dejar ni un segundo sola a su víctima. ¿Eran celos? En su vocabulario no existía esa palabra, si él era el mejor, todos tendrían que envidiarle a él, no él a los demás.

Con esos pensamientos cerró los ojos y entró en sueño.

Al otro día, en la mañana, Draco averiguó que la primera asignatura en el horario de la sangre sucia era Aritmancia, a la cual iba sin sus amigotes; el pobretón y el cara-rajada.

En el desayuno -al cual Harry por cierto no había ido-, estuvo muy atento a sus movimientos y apenas ella salió del Gran Comedor él fue corriendo hasta alcanzarla, mientras pensaba una excusa.

-Granger... ¡espera!

Ella se dio media vuelta, pero como al único que vio fue Draco, siguió su camino. Él llegó hasta ella y la volteó del hombro. Como quedaron a una altura ella lo miró extrañada, sacando la mano de él de su hombro con delicadeza.

-¿Qué quieres Malfoy, me vas a molestar, acaso?

-¡No! Cómo crees... -Le dedicó una de sus sonrisas derretidoras. -Quiero pedirte ayuda... con una tarea de... pociones - "Oops, pésima idea Malfoy, justo la asignatura en que mejor te va" Pensó.

-Pociones... ¿eh? Yo pensé que te iba incluso mejor que a mí...

-Últimamente no me va tan bien como crees.

-De seguro Snape te ayudaría sin molestia y con mucho gusto, Malfoy.

-No lo creo, sabría que me está yendo mal y dejaría de ser su alumno predilecto.

-Como que tu orgullo está sobre todo -rió ella. ¿Desde cuándo un comentario de Malfoy la hacía reír?

-Sí, bueno... ¿y me vas a ayudar? -Ahora le puso la cara de perrito afligido, la cuál practicó durante mucho tiempo para recién venir a usarla hoy.

Hermione no se pudo resistir.

-Bueno ya, pero ahora -miró su reloj-. ¡Me tengo que ir! -Se fue corriendo por un pasillo.

Draco exclamó un "¡sí!", y se marchó.

Desde lejos, Ron había visto la escena.

"¿Qué estaría hablando Hermione con el imbécil?" Se encolerizó, apretando los puños.

-Oye Ron -Lo sacó de sus pensamientos Neville, quien apuntó la escalera -Vamos.

-Ah, verdad, Neville... ¿no has visto a Harry?

-En toda la mañana, incluso cuando desperté ya no estaba. Está muy raro... ¿no crees?

Ron asintió y lo siguió a Transformaciones.

Esa mañana temprano, Harry había salido por la parte del colegio más cercana al Bosque Prohibido. Sentía una adicción a la oscuridad y a la soledad. Estuvo dando vueltas mucho rato, pero más o menos una hora después, y con sólo la varita en el bolsillo del abrigo, se adentró en el bosque.

Ginny lo había visto desde una ventana de Historia de la Magia.

-Señor Binns... ¿me da permiso para ir al baño? Es que ya no me aguanto... -Lo interrumpió.

-Mmm -musitó el profesor, dándose vuelta y mirando al techo-. No. Continuemos por favor -Y siguió hablando, volteándose a anotar algo en el pizarrón de nuevo.

"¿Qué voy a hacer ahora?" Pensó. "Quizás la pesadilla era una profecía o algo"

"Y parece que va a cumplirse" Le respondió una vocecita desde la parte de atrás de su cabeza. "Muy pronto"

Continuará...

Gracias por haber leído el tercer cap de mi fanfic, T.T ay qué emoción. Jejeje, bueno a ver si me dejan un review por muy fome que sea y ya saben, si no entienden algo me preguntan.

Bye!!!