El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000

Algo Distinto
Capítulo 9: "¡Se acaba el tiempo!"

Si iba a ser un asesino, y pasar todos los días de clases en el Bosque Prohibido, tendría que encontrar a alguien que lo excusara. Y esa persona iba a ser la más vulnerable de las que lo conocían lo suficiente. Una persona que no tuviera miedo de arriesgar la existencia por él. Esa persona era...

...Ginny Weasley.

No tenía idea de qué clase tendría Ginny como para ubicarla lo antes posible. Salió del bosque y caminó hacia el colegio, pero cerca de él se oían murmullos de estudiantes que iban hacia los invernaderos. Miró hacia allá y vio a un grupo de Gryffindors, claramente distinguidos por sus bufandas amarillo y escarlata. Entre todos, destacaba una cabellera roja, así que después de todo no podía estar más sencillo. Avanzó hacia ellos antes de que entraran al invernadero 4.

-¡Ginny, espera!

Ella se volteó, sorprendida.

"¿Qué está haciendo aquí?. ¿Y todavía se atreve a llamarme por mi nombre?" Pensó Ginny.

-Escúchame Harry, no tengo tiempo para hablar contigo ahora, tengo clase...

-Eso no importa, tengo que hablar contigo, y ahora -la interrumpió, mientras la miraba con esa mirada fría, con esa que no era propia de él.

Los otros alumnos ya habían llegado al invernadero, así que no había nadie cerca de ellos que pudiese escuchar.

-Vamos a hablar al bosque -dijo Harry.

-Yo no pienso volver allí. ¿Para que tu amiguita la serpiente trate de matarme de nuevo? No gracias -le espetó Ginny, tratando de hacerse la dura. Muy bien no le salía.

No pudo hacer nada. Harry la tomó del brazo y la llevó casi a la fuerza hacia el límite del bosque. Ignoró completamente los "Harry... ¡me estas lastimando!" de la pelirroja. Al llegar, entró y tras pasar unos árboles, aún tironeando a Ginny, paró en seco y la soltó.

-No tienes que tratarme así.

Harry bufó.

-Necesito que hagas algo por mí.

-¿Y ahora vas a pedirme un favor? -preguntó Ginny, tratando de no mirarlo a los ojos.

-No exactamente. Si quieres, lo tomas como favor... si no, te obligo a hacerlo de todas maneras.

Ginny se estremeció con ese comentario. Y parecía que Harry lo decía completamente sin culpa, con calma, como si estuviera hablando de ir a comprar caramelos.

-¿Qué quieres? -inquirió ella, titubeante.

-Tienes que cubrirme cuando me ausente.

-¿Qué?

-Inventar excusas para los profesores si te preguntan algo por mí, a Ron y Hermione también, porque estoy aburrido de tener que decirles que no me molesten... y tú, prácticamente eres la única que sabe donde estoy, y quizás lo que estoy haciendo -Ahora era Harry quién intentaba esquivar su mirada.

-Es un poco arriesgado -musitó luego de analizar lo que Potter le estaba pidiendo.

-Sí, puede ser, pero es lo más sencillo.

-¿Y qué se supone que les tengo que decir?

-Lo que sea, ingenia algo, una historia, qué se yo.

-Pero Harry...

-¿Lo aceptas por las buenas o no?

Ginny vaciló.

"¿Cómo se supone que haga esto?" Pensaba. "¿Será posible que llegue a hacerme algo si le digo que no? Aunque... ¿realmente quiero decirle que no?"

Una fría ráfaga de viento los golpeó súbitamente.

-Sí... -respondió Ginny en medio de un suspiro.

-Bien, ahora vuelve a clase... ¿no querías eso?

Harry puso las manos en sus bolsillos y se internó en el bosque. Ginny caminó lentamente en dirección contraria. Ya no iba a volver a los invernaderos, pero esperaría por allí cerca a que sus compañeros salieran y pasar insospechadamente con ellos hacia el comedor.

En ese segundo, en el aula de Aritmancia, a una castaña de cabello enmarañado le estaba costando ponerle atención a la clase. Por lo general, ésta le interesaba mucho, pero ahora no podía concentrarse en lo más mínimo.

"¿Qué me está pasando?" Pensaba. "Vamos Hermione... ¿qué día cambiaste que no te diste cuenta? Ahora no prestas atención en una de las clases más importantes para tu futuro y luego andas juntandote con Malfoy... Alto. ¿Por qué te acordaste de Malfoy? Porque acaso es tan guapo, tan divertido, tiene esa sonrisa encantadora... ¿Por eso?" Se sonrojó luego de darse cuenta lo que pensaba en su subconsciente. "Realmente tengo que estar loca para pensar esas cosas de él. Vaya..."

No había ido a la primera hora de Cuidado de las Criaturas Mágicas porque tenía un pendiente de la asignatura en la que estaba ahora. Últimamente no se daba el tiempo nocturno diario para hacer las tareas, los trabajos y estudiar un poco; en cambio salía a pasear por el colegio, aunque no le tocara vigía nocturna.

Sonó la campana. Todos los alumnos se levantaban y salían de la sala con la prisa de ir a comer. Pero Hermione no tenía hambre, así que salió hacia los terrenos del colegio, a caminar a la orilla del lago. Aún se sentía frío matinal, pero había un radiante sol en el cielo que, a pesar de lo radiante, no calentaba nada. No avanzó mucho cuando se sentó junto a un árbol, mirando en dirección al lago, rodeando sus rodillas con los brazos. Por un extraño motivo, a ratos se sentía observada, pero al voltear hacia atrás no había nadie. Luego prefirió ignorar ese sentimiento acosador, se puso de pie y se fue de vuelta al castillo.

SoSoSoS

A la última hora de la tarde tenían doble de Pociones con los Slytherin. Pudo percatarse de que ni Harry ni Ron habían asistido, así que se sentó junto a Neville. Toda la hora y media, entre que hacía su trabajo y ayudaba al pobre Longbottom con su caldero, echaba fugaces miradas hacia unas mesas por delante de la suya, donde justamente estaba Draco y sus amigos, riendo como siempre. Sin embargo, no notó las veces que Draco miró de reojo hacia donde estaba ella.

-Draco, te vi -le dijo Zabini, captando el instante en que Malfoy se agachaba a recoger una bolsita con un polvillo rojo que a propósito había tirado al suelo para mirar más detenidamente a Hermione.

-Date vuelta y trabaja en tu caldero -respondió el rubio amenazadoramente, enderezándose en su silla.

-¿Y si no lo hago?

-Te las vas a ver conmigo.

-Aún me debes la penitencia... -Zabini puso cara pensativa y Draco puso los ojos en blanco. -Supongo que ya al menos te la... - Hizo un gesto obsceno con las manos (no voy a especificar cual ¬.¬). - ¿No?

-El día de la penitencia dijiste ligártela, no eso otro-dijo Draco, un poco nervioso-. ¿O qué creías que pienso ir más allá con la sangre sucia de Granger?

-Espero que así sea Draquito, porque tú me dijiste que en un día la ibas a tener... -Miró a Hermione cuatro mesas más atrás. -Y aún no veo resultados... el domingo está más cerca de lo que te imaginas...

Siguieron trabajando. Draco no evitó dar una última mirada hacia atrás y esperar a que esta pesadilla terminara pronto, pero... ¿realmente quería que así fuera?

Después de clases, en vez de ir a dejar sus cosas a la sala común, Hermione fue directamente al laboratorio químico del primer piso. Draco no se hizo esperar y en dos minutos ya estaba allí, junto a ella. La quiso saludar de beso en la mejilla, pero Hermione, sonrojándose, lo ignoró y abrió la puerta con Alohomora otra vez. Sacó una bata en silencio, se la puso y fue detrás de uno de los mesones, corriendo un banco y sentándose en él. Malfoy hizo lo mismo.

-¿Qué te pasa, te comieron la lengua los ratones? -se burló Draco, pero al ver que ella no reaccionaba, se alejó, tomando un atril de tubos de ensayo y poniéndolo en la mesa, luego fue a sacar algunas cosas más del estante-. En serio... ¿por qué tan callada?

-Nada...

-¿Segura?

-Si fuese así... ¿qué te importa?

-N... no sé...

Draco se sintió confundido.

"Y pensar que ayer habíamos avanzado tanto y ahora sale con esa... negatividad... acaso... ¿habrá averiguado algo?" Pensó, asustado. Luego la miró. "O como si hubiese levantado una muralla de seguridad y misterio invisible alrededor suyo... tan fáciles no podían estar las cosas para mí... hasta ahora... tengo que hacer algo... y ya"

Continuará...