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Algo Distinto
Capítulo 10: "¿Sólo piensas en ti?"
"Y pensar que ayer habíamos avanzado tanto y ahora sale con esa... negatividad... acaso... ¿habrá averiguado algo?" Pensó Draco, asustado. Luego la miró. "O como si hubiese levantado una muralla de seguridad y misterio invisible alrededor suyo... tan fáciles no podían estar las cosas para mi... hasta ahora... tengo que hacer algo... y ya"
Caminó de vuelta a la mesa y se sentó a su lado. Dejó lo que había sacado del estante a un lado y se puso de frente, para que ella no pudiese evitar hablarle. Hermione se volteó hacia él asustada.
-¿Es algo que te molesta de mi? -preguntó Malfoy.
Tenía una estrategia bastante simple, pues no poseía más recursos. Faltaba poco para el domingo, exactamente cinco días, y no se podía dejar estar. ¡Cómo iba a lograr su objetivo con un límite de tiempo tan cercano!
-No... -respondió ella, fijándose en un punto de la pared al fondo.
-Escucha -dijo él, pasando su mano justamente por el lugar hacia el cual miraba la chica. Ciertamente había una forma de saber si ella había caído en sus redes. -Si tú no quieres seguir con esto, yo no tengo ningún problema... ¿ok? Puedo buscar otra persona que... me ayude.
-No es eso Draco, es sólo que... -Miró hacia el piso. "¿Draco?. ¿Desde cuándo es simplemente Draco? Esta ya es la segunda vez que lo llamo por su nombre..." Pensó a continuación.
Y Draco al parecer se dio cuenta, porque sonrió y bajó su cabeza hasta quedar a la altura de ella, para verla directo a los ojos, haciéndola sonrojar más.
-¿Entonces qué? -preguntó suavemente, como para que ella tomara confianza. "¿Desde cuándo tengo esa voz tan... tan no de mí?" Se preguntó a si mismo.
"Me estoy acercando demasiado a él" Pensó ella de inmediato. "¡Pero cómo le voy a decir eso! Tendría que estar demasiado loca... pero... ¿lo estoy? Si no lo estoy... ¿qué hago aquí dejando que Draco Malfoy me intimide?"
Se enderezó en su puesto, haciendo que Draco la imitara. Tomo aire profundamente.
-No es eso Malfoy, yo estoy aquí para ayudarte con tu trabajo de Pociones, no para que me preguntes cosas... personales.
-¿Entonces por qué dejaste que pasara eso? -Ella iba directo a donde él quería.
-¿Eso qué? -preguntó ella extrañada.
-Esto...
Se acercó y la besó, pero esta vez no rápido como la última vez, sino lentamente, como para disfrutar el momento. No quiso hacer nada más que dejarse llevar. Ella, al parecer, había captado el significado, porque le respondió y no quedamente, sino poniéndole todas las ganas, como si fuera el último beso que fuera a dar en su vida.
Duró al menos un par de minutos, sólo separándose de vez en cuando para respirar y continuar. Luego se separaron, esta vez en serio, y al mirarse a los ojos ambos se sonrojaron completamente.
"¿Qué paso?... ¿Qué... qué me pasa?. ¿Por qué hice esto?. ¿Por qué me dejé?!" Pensó la exasperada y confusa Hermione.
"No entiendo... ¿no se supone que no debí sentir nada, como las tantas miles de veces que he besado a otras chicas? Pero esto fue... diferente..." Pensó Draco.
Hermione se rió para sus adentros. Era muy raro ver a Draco sonrojado, pero imaginaba que ella debía estar igual o peor, así que no comentó nada.
En eso, en otra parte del colegio, de los terrenos de Hogwarts más bien, Harry dormía apoyado en un árbol en algún lugar del Bosque Prohibido, sin ningún miedo ni remordimiento; ni por haber matado a un niño, ni por obligar a Ginny a hacer lo que él quería... aunque su subconsciente le planteara todo lo contrario.
Todo es blanco, todo. Las paredes, el techo, el piso, todo, absolutamente todo. Harry se despierta parado en el centro de la nada, cegado por la luz. Trata de arreglar sus lentes, pensando que producto de ellos no puede ver bien. Pero no, no es eso.
De repente, de la nada, aparece un pequeño niño de unos 11 años, vestido de Gryffindor, con un letrerito luminoso en el pecho que dice "Stefan Couldter. ¿Te acuerdas de mí?". El niño le clava los ojos cafés con una fijeza que da miedo a Harry. Como el niño empieza a avanzar, Harry se echa hacia atrás, pero al parecer pisa mal y cae de espaldas.
No, no pisa mal. Ginny le puso una zancadilla. Él ni vio el minuto en que apareció la pelirroja, pero lo cierto es que estaba tras él, y lo había hecho caer. Y se reía, se estaba riendo de él. ¿¡Cómo rayos se atrevía!? Pero al intentar pararse alguien lo vuelve a empujar hacia atrás, y esta vez no es Ginny, es Ron, su supuesto mejor amigo.
-¡Qué les pasa! -grita Harry, en medio de su confusión.
No sabe por qué ni de dónde salen todos. Pero ahora, el escenario cambia... ya no es todo blanco. De repente, oscurece. No puede ver nada más que lo que está a unos metros de él. Y de algún lado, sale Hermione, y también se ríe. Todos se ríen de él. Trata de ponerse de pie, y no una, sino varias veces, pero los otros no lo dejan. Y se ríen, y no es una risa normal; es como esas risas que te perforan la mente. Harry se tapa los oídos con ambas manos, intentando no escuchar... ¡pero es inútil! Inconscientemente se pone en posición fetal, y aprieta los dientes, como si de algo le fuera a servir eso.
Luego ve que todos sacan sus varitas de las túnicas y le apuntan. Una luz verde de parte de todos a la vez y se dirige a sí. Y mientras eso sucedía una voz, aguda y tenebrosa, le susurra desde dentro de su cabeza:
-¿Ves que al final no tuve que matarte yo, Harry? Tus amigos hacen todo el trabajo sucio... ¿O es que realmente no son tus amigos?. ¿Realmente son tus amigos, Harry?
Era Voldemort.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! -grita Harry, y cierra los ojos... pero no estaba muriendo, estaba sufriendo... con el dolor más intenso que pudiese sentir un humano... el dolor de su corazón.
Lentamente, todo va desapareciendo... borroneándose, los contornos se hacen neblinosos, las figuras se desvanecen, los colores ya no existen.
Harry despierta en el suelo del bosque, jadeando, bañado en sudor. Ve el suelo paralelo a su cabeza. No, él esta en el suelo. Eso le recuerda inmediatamente los sueños del pasillo oscuro el año anterior, por el que Voldemort entraba a su mente, por culpa de los sueños que Sirius había muerto. No, mentira, Sirius Black no murió por eso, no por culpa de él...
Se puso de pie, y se da cuenta de que Colmillos de Acero lo esta mirando, parado en su cola. Harry se quita el polvo y las ramitas y hojas secas que habían quedado prendidas en su pantalón al caer, y Colmillos sonríe maliciosamente...
Continuará...
