Capítulo 5

Highway to hell

Draco Malfoy estaba asustado. A diferencia de otras veces, estaba asustado de verdad. Era de noche y estaba tumbado en su gran y comfortable cama, aunque no podía dormir a causa de los pensamientos que le asaltaban el pensamiento.

Mientras volvía a cambiar de postura, peleándose con sus mantas, recordaba el día en que perdió a su padre. Aunque realmente lo echaba de menos, no era aquello lo que no le permitía dormir sino todo lo que sucedió después.

Un montón de gente que él ni siquiera conocía empezó a llegar a su casa, a hablar con su madre que desde que se llevaron a Lucius no hacía otra cosa que lloriquear por las esquinas. Todos iban encapuchados y todos hablaban en susurros pero lo que más le inquietaba era la sensación de que hablaban de él. Sobretodo cuando pasaba delante de ellos para decirle a su madre que se iba con sus dos amigos y todos se callaban de repente y lo miraban y en cuanto creían que no les escuchaba comenzaban a hablar.

Aquella situación le molestaba tanto y le producía tanta curiosidad a la vez que acabó escondiéndose para escuchar como su madre hablaba con uno de aquellos mortífagos que rondaban su casa.

- Tranquilizate Narcissa - dijo el mortígafo mientras veía a la mujer dar vueltas por la cocina, nerviosa - No es para tanto...

- ¿Dónde demonios está ese elfo cuando se le necesita? - comentó la mujer mientras se ponía fregar.

- ¿Qué haces fregando? Llama al elfo ese, pégale y que lo haga él...

- Lucius siempre se encargaba de hacer eso...- la voz de la mujer se apagó y Draco pudo escuchar como volvía a llorar aunque intentaba parar - Lo echo tanto de menos... Y además no está ahora con todo lo que se avecina.

- Bueno, tranquila mujer, ya sabes que no es para tanto.

- ¿Qué no es para tanto? Sí, que lo es. Draco cumplirá dieciseis años en Agosto y para eso quedan muy pocas semanas y entonces nuestro señor lo reclamará como mortífago.

- No sé porque te pones asi, eso debería ser un honor no una preocupación. Me asombra que te lo tomes asi - dijo seriamente el hombre - Lucius estaría muy contento, por cierto, ¿sabes quien será su primera víctima?

- No, ¿quien?

- Hermione Granger y Ron Weasly.

- ¿Ellos? Pero si son dos críos.

- Ya pero son el apoyo emocional de Potter, ahora que ha perdido a su padrino sólo los tiene a ellos... Bueno y al estúpido de Lupin, pero él no es problema también acabaremos con él tarde o temprano...

- No deberias subestimarle - avisó Narcissa mientras se tranquilizaba.

- Ya, ya sé que es bueno pero nosotros somos mejores...

- ¿Y la chica?

- ¿Qué chica?

- ¿Pues quien iba a ser? ¡La novia de Lupin! Esa chica oculta algo, Kreacher le tiene pánico y no sé por qué.

- Ese estúpido elfo le tiene miedo a todo el mundo, con nosotros se sobresalta todo el rato. No sé que le ves de raro...

- Pues que sólo se asusta con los que realmente pueden hacerle daño, como los miembros de la familia, los hombres lobo, los mortífagos...

Draco no escuchó nada más ya que los dos se fueron de la cocina para ver quien llamaba a la puerta, él aprovechó y corrió hacia su habitación y se encerró en ella lleno de pánico. Desde aquel día no podía dormir, se imaginaba el rostro de aquel que no puede ser nombrado mirándole y tatuándole aquella cadavera en el brazo. Cada vez que cerraba los ojos se veía él matando a Granger y a Weasly. Aunque no tenía buena relación con ellos, sino todo lo contrario, no quería hacerles eso. No quería matarlos.

A decir verdad ni siquiera quería ser un mortífago, una cosa era ser el malo de la escuela, el matón pero otra muy distinta era servir a un dictador que quería dominar el mundo. Desde que era un niño le habían introducido en la cabeza que los únicos que podían vivir eran los sangres limpia y él lo sintió asi durante muchos años. Hasta que mantuvo una conversación con uno de sus pocos verdaderos amigos, Severus Snape.

Tras la encarcelación de su padre quería a toda costa acabar con Potter, tenía tanto rabía en su interior que tenía que controlarse para no salir a buscarlo y romperle un par de huesos. El profesor Snape lo sabía y por eso un día lo llevó hasta su despacho y le contó que era mejor que su padre pasara un tiempo en Azkaban.

Aunque al principio lo había mandado a la mierda siguió escuchándolo, ya que empezó a decir cosas que tenían sentido. Sobretodo relacionado con la limpieza de sangre, le explicó que él había sentido eso durante casi toda su adolescencia hasta que se enamoró de una chica sangre sucia o media sangre como lo denominaban algunos. Aquella revelación le sorprendió mucho, no se imaginaba a su profesor amando a alguien aunque no se lo dijo.

Desde entonces empezó a plantearse todo lo que sus padres le habían explicado hasta el momento, a plantearse que iba a pasar con su vida. Si iba a aceptar la vida de mortífago y de mago temido por casi toda la sociedad, que sus padres le ofecían como ellos habían echo.

Le hubiese gustado decirle a su madre que se estaba replanteando irse de casa, vivir por su cuenta pero aquello no podía ser. No podía fallarle a su madre, a la única persona junto a su padre a la que nunca había fallado y a las únicas personas que quería en realidad.

Aquella noche era la anterior a su cumpleaños y sabía que la celebración iba a ser muy divertida. Aparecería quien no debe ser nombrado con el hierro para hacerle la marca de mortífago y le diría, aqui estan Granger y Weasly, vé y mátalos o sino te mataremos nosotros. Tal vez por ese temor que tenía ya que eligiera lo que eligiera acabaría perdiendo se levantó y se dirigió hacia su mesa.

Escribió una nota para el profesor Snape, sabía que era un mortífago pero también sabía que le ayudaría a esconderse del señor Tenebroso si aquello podía hacerse. En cuanto acabó mandó a su lechuza y él se visitió, luego salió de su casa sigilosamente con la idea de perderse y que no le encontraran.

Harry estaba esperando a que apareciera Snape para dar clases de Oclumancia. Pero no vino, en su lugar vió como hablaba con Lupin y con Paige. Los tres parecían preocupados, y hablaban deprisa como planeando algo. Harry pudo entender que iban a salir a buscar a alguien que se había perdido y que Remus le rogaba a la chica que se estuviera con Harry, que estaría más segura.

- Harry sabe cuidarse solo, déjame acompañaros. No aguanto estar encerrada en casa mientras vosotros os jugais el pellejo, seguramente los mortífagos lo esten buscando, llevará unas doce horas desaparecido.

- Yo también se cuidarme solo - dijo Lupin seriamente mientras Snape se alejaba hacia la puerta pues no quería saber nada de peleas de enamorados.- Por favor, quédate en casa. El chico no te conoce, no iría contigo.

- Pero podría seros útil contra los mortifagos, además no podría aguantar que te sucediera algo... ¡Oh, esta bien! Te odio Remus Lupin, siempre consigues de mi lo que quieres cuando me miras asi... Poneos una gabardina o algo, va a llover y como vayais con esa ropa llamareis la atención.

La chica les tendió un par de gabardinas y les acompañó a la puerta, después se volvió y se dirgió hacia donde Harry esperaba. Él rápidamente se sentó en un silla e hizo como si estuviera esperando a que llegara Snape, al verla puso cara de sorpresa.

- ¿Qué haces aqui? ¿Y Snape??

- No te hagas el tonto, te ví espiarnos...

Harry sonrió y ella también lo hizo, después se sentó con él y le contó todo lo que ella sabía. Los dos se preguntaron que tal les iría a los dos, ya que todos sabían que no se llevaban demasiado bien.

Lupin y Snape caminaban por las calles de Londres sin dirigirse la palabra. El segundo porque no quería, es más hacía muchos esfuerzos por estar con el licántropa. Y el primero porque se sentía muy incómodo.

- Parece que Malfoy se ha escondido bien, ¿no tendras alguna idea de donde puede estar?

- ¡No!

- Ah. ¿Y alguna idea de por qué se ha escapado?

- Sí pero no voy a decírtelas, si quiere que os las cuente él. Escucha Lupin si te he pedido ayuda es porque eres le mejor trastreando y porque eres bueno en la lucha con los mortífagos y alguien tendrá que luchar con ellos en caso de que ataquen ya que yo no puedo hacer nada pero eso no quiere decir que nos hablemos.

- Todavía no entiendo por qué estas tan enfadado conmigo Severus. Cuando éramos pequeños no solía meterme contigo, cierto es que alguna vez me comportaba como un... Como un...

- Psicópata, esa es la palabra - respondió secamente mientras Remus sonreía al recordar esos tiempo y como se ganó el mote.- Pero tranquilo, no sigas, no tienes porque hacer las paces conmigo.

- ¡No! Tengo que solucionar esto, y ahora mejor que nunca. Puede que me comportara a veces como un psicópata pero no fueron tantas como para odiarme de la manera que me odias...

- Te oido porque no sabes ver en realidad - rugió Snape aunque Remus no entendió que decía - ¿Todavía no te has dado cuenta? Cuando le pediste a Paige que no viniera pensé que sí pero veo que no...

- ¡Espera! ¿Sientes algo por... Paige?

- Mira, ahí está Malfoy. Y se acercan mortífagos, he de irme antes de que me vean, dile que vas de mi parte y escondelo.

Snape desapareció y Lupin se dirigió hacia el rubio, que parecía muy nervioso. Remus le dió un leve toque en la espalda, y el chico dió un salto del susto. Después se volvió y se sorprendió al ver al adulto que tenía delante.

- ¿Profesor Lupin? ¿Qué hace usted aqui?

- Salvarte la vida por lo que veo, no te separes de mi... - susurró elevando la varita - Con un poco de suerte no nos atacaran ya que hay mucha gente por aqui, pero lo malo sea como nos sigan...

- Creeran que me has secuestrado, asi que no te quepa duda de que atacaran...

- Saca tu varita, sácala, no te enviaran a Azkaban por protegerte de los mortífagos, además Fudge está de nuestro lado.

- El problema es que de momento no estoy en ningún lado...

- Bueno pues de todas maneras si quieres esconderte tendrás que venir conmigo y para hacerlo tendremos que acabar con ellos, ¿preparado?

- No pero me temo que nunca lo esté.

- ¡O, tranquilo, uno pronto se acostumbra! Tienes suerte, soy uno de los mejores o por lo menos eso dicen...

- Supongo, sino Severus nunca te hubiese pedido ayuda.

- Llegó el momento, a la de tres, ¿de acuerdo? Una... Dos... ¡Tres!

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¡¡Quinto capítulo!!! Cuyo título lo saqué de una canción de AC/DC... Ya me direis que os ha parecido, asi que aprovecho para pediros de nuevo que me mandeis rewiews, please.

También quiera dar las gracias a Diana-Lily-Potter: no puedo decirte nada sobre tus peticiones pero en el próximo capitulo retomaré ese tema, ejeje. Y tb a Seccottine: Mira por dónde, cuando leí tu rewiew me reí porque como vez he escrito mucho de malfoy, ejje.

Buenas noches, queridos lectores (si tengo, jejee) hasta el proximo capitulo.