Capítulo 6

No me olvides

Harry estaba muy nervioso, hacia un buen rato que Remus y Snape se habían ido y todavía no habían dado señales de vida. No podía comprender como Paige estaba tan tranquila, o lo aparentaba por lo menos mientras limpiaba la casa de una manera un tanto psicótica. Al fijarse en ella detenidamente se dió cuenta que para nada estaba tranquila, podía ver en sus ojos el temor de la chica de perder a Remus.

Él también tenía miedo de perderlo, practicamente era lo único parecido a un padre que le quedaba era el único que podría relatarle las aventuras que sus padres vivieron en el colegio. Se negaba a creer que algo malo iba a pasarle, debía confiar en Remus y saber que iba a salir de esa.

- Ehh, Paige... ¿Podrias dejar de limpiar? Me estas poniendo nervioso.

- ¿Qué? Oh, lo siento es que... Esta espera me está matando - la chica se sentó en el sofá al lado de Harry y le acarició la pierna - Sé que volverá siempre lo hace pero no puedo evitar el ponerme nerviosa, sobretodo si pienso que no volverá. Pero bueno, Remus es un buen luchador, seguro que vuelve sano y salvo con Malfoy.

La castaña sonrió y aquello tranquilizó a Harry un poco, podía ver en sus ojos lo confiada que estaba asi que él también decidió confiar en que Remus volvería. Ella le abrazó y él se sorprendio aunque después se dió cuenta de que aquello no estaba tan mal, y pensó que estaría mucho mejor si otra chica le abrazara asi. Y se sorprendió a si mismo al pensar en aquella pelirroja que era hermana de su mejor amigo, es decir al pensar en Ginny Weasly.

Escuchó unos pasos seguros que conocía demasiado bien, se volvió junto a la chica y vieron a Severus Snape. Antes de que Paige se separara bruscamente notó como su pulso se aceleraba, después fue directa a Snape. Harry volvió a ponerse nervioso, que él estuviera allí solo no era buena señal. Miró a su maestro a los ojos y sorprendentemente le pareció ver culpa en ellos, intentó ver en los de su madrina pero no supo muy bien sus sentimientos, parecía que se debatía entre el pánico y el odio.

- ¿Qué ha pasado? ¿Le ha pasado algo a Remus, Severus?

- No, tranquila, tú lobito sigue perfectamente por lo menos cuando le dejé. Vine a ver si había traido ya a Draco pero por lo que veo no, todavía estará ocupado con eso mortífagos.

- ¿Mortifagos? ¿Has... Has dejado a Remus solo con tu protegido para que se enfrenten solos a los martífagos? - Snape asintió lentamente sin despegar los ojos de la joven que parecía a punto de darle un ataque - ¡Seras insensato! ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómo? ¿Y si le ha pasado algo? Entonces, ¿qué haras? Echarle la culpa a él.

Paige no puso sorportarlo más, levantó la mano y le dió una bofetada a Snape. Él se quedó impasible, mirándola todavía con la mirada llena de culpa, después le cogió de la mano y la atrajo hacia él con cuidado entonces la abrazó. Ella comenzó a llorar, levantó la vista llena de lágrimas hacia Severus.

- Sabes que tenía que hacerlo, sino estropeare mi tapadera y será peor...

- Lo sé, siento haberte pegado Severus, no quise hacerlo en realidad pero estoy tan nerviosa. Además tu siempre te has portado tan bien conmigo - el comentario sorprendió a Harry - Soy una idiota pero es que Remus está muy débil todavía y no me hace caso cuando le digo que espere por lo menos tres noches después de la luna para trabajar...

- Tranquila, te conozco muy bien y sé que eres muy temperamental. Venga mujer en cualquier momento llegará y estará bien, tal vez herido pero vivo al fin y al cabo. No sabía que ayer fue luna llena cuando vine, he estado ocupado, si lo hubiese sabido no le hubiese pedido ayuda.

La puerta se abrió violentamente, los dos adultos salieron rapidamente del salon diciéndole a Harry que se quedara atrás. El moreno se quedó en la puerta y vió como Malfoy entraba a Lupin por la puerta, los dos parecían heridos sobretodo el licántropo. Harry pudo apreciar desde donde estaba que entre Snape y Paige llevaban a Lupin arriba, seguramente a su habitación y le pedían a Draco que fuera al salón.

El rubio cogeaba pero rápidamente entró en el salón, al verlo abrió los ojos sorprendido aunque después hizo una mueca de asco que Harry vió perfectamente y sospechó que a Malfoy no le importara que la viera. Draco se sentó en el sofá.

- ¿Qué haces aqui Potter? Te hacia en casa de tus tíos, viviendo lleno de lujos y comodidades siendo el rey de la casa.

Harry se rió por lo bajo, Malfoy no había dado para nada en el clavo aunque no pensaba decírselo. Después se rió al imaginarse como sería su vida si él estuviera en el papel de su primo y él en el suyo.

- Ahora vivo aqui, es mi casa - respondió friamente.

- Ah, veo que mi querido tio Sirius te dejó a ti todo - comentó irónico.- Desde luego Dios los cria y ellos se juntan.

- La pregunta es, ¿qué haces tú aqui? O también podrías responderme a la siguiente, ¿qué le ha pasado a Remus?

- El hombre lobo estaba intentando salvarme de los mortífagos, ellos pensaban que me había secuestrado y eran demasiados, incluso para él. Asi que está hecho polvo aunque espero que se cure - Harry hizo una mueca extraña, no se esperaba esa reaccion de Malfoy - ¿Qué? ¡No me mires asi! Podré ser malo pero no soy insensible, casi se muere al salvarme. Me pregunto que tal le irá.

En el piso de arriba Remus estaba tumbado en su cama, muy dévil. Había perdido mucha sangre al traer a Malfoy hasta la casa pero no era muy consciente de que se estaba muriendo. Tenía los ojos entreabiertos pero su vista estaba mal, en vez de a Paige y Severus veía dos manchas. Tampoco podía entender muy bien lo que decían, asi que aguzó un poco más su oido.

- Menos mal que siempre tengo pociones en el botiquin, toma aqui está la poción cicatrizante pero... ¡No tengo la poción repone sangre!

- Tranquilízate, iré a la cocina a hacerla mientras tú cúrale las heridas lo que importa ahora es que no pierda más sangre... ¡Ah, ya también desinféctaselas!

Lupin intentó levantar un poco la cabeza para ver mejor que pasaba pero sintió la suave mano de Paige en su frente, obligándole a tumbarse en la cama. Instantes después notó un líquido cálido por la piel, le habían dado tantas veces aquella poción que podía reconocerla al tacto. Cuando era joven e iba a la casa de los gritos solía dañarse a sí mismo y aunque por su condición se curaba mucho más rápido que los demás necesitaba la poción cicatrizante para volver a clase cuanto antes.

- Remus cariño escúchame bien - dijo Paige dulcemente mientras le lavaba las heridas con agua tibia - Tienes que aguantar hasta que Snape venga con la poción, asi que abre los ojos y mírame, hablame, cualquier cosa... Venga, amor, despierta tú no puedes irte, no puedes dejarme sola. ¡Despierta! Por favor no te vayas, tú no, no podré soportarlo. Tú has sido lo mejor de mi vida, lo que me hizo volver, lo que me sacó de aquella mala vida por favor no me hagas esto, no te vayas.

Lupin notó que en los ruegos de la chica había mucha más desesperación que otras veces en las que había sufrido, por eso se obligó a seguir consciente. Se obligó a recordar el día en que la conoció, la primera vez que la besó, la primera vez que hicieron el amor... Después recordó cuando Dumbledore le mandó ir a Europa a buscar a Quirrell y la encontró después de muchos años y como volvió a amarla de nuevo.

- No... No me iré... Paige - consiguió decir en un susurro para tranquilizarla aunque le costó una barbaridad.

Nada más decirlo notó calor humano, entreabrió los ojos de nuevo y comprobó que la chica lo abrazaba, y se sintió mucho mejor. Permaneció asi hasta que Snape volvió a entrar en la habitación con una pocion roja, que se utilizaba para regenerar la sangre que había perdido. En cuanto se la aplicaron se sintió mucho mejor y consiguió dormir un buen rato.

....

Harry estaba durmiendo en su cuarto, era muy tarde pues no había querido irse a la cama hasta asegurarse de que Lupin se encontraba perfectamente. Se había quitado las sábanas pues tenía mucho calor, por eso también había abierto la ventana de par en par. Una suave brisa le removía los cabellos y le hacía sentirse como un niño pequeño al que acunaban, asi cosniguió dormirse con una sonrisa en los labios.

Volvía soñar que los Merodeadores estaban todos vivos, y que le contaban a él, Ron, Hermione y Ginny sus aventuras en Howarts y era felices. Sus padres estaban cogidos de la manos y parecían muy felices, rodeándole. Remus tenía el pelo corto (ultimamente también se lo había dejado largo, sobretodo el flequillo) y jugueteaba con Paige mientras decía que él era el bueno. Y Sirius, Sirius estaba limpio afeitado y también tenía el pelo corto. Sus ojos azules brillaban y su piel era morena no pálida como cuando le había conocido.

- Bonito sueño Harry - dijo la voz de Sirius pero mucho más estropeada que la del Sirus del sueño - Quizá pueda hacerse realidad...

Harry miró alrededor y vió que detrás del Sirius de su sueño, su verdadero padrino, al que había conocido se acercaba por detrás. Estaba mucho más pálido que de costumbre y mucho más cansado, se sentó al lado del otro Sirius.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó Harry nervioso.

- Ahora no, no tengo tiempo, ya vienen... Harry no me olvides, ni les olvides a ellos - señaló a sus padres - la maldición, recuerda también la maldición y sálvame por favor, hazlo, no podré aguantar mucho más.

- ¿Sirius qué quieres que haga? Dime algo más por favor - suplicó mientras todo iba desapareciendo y se encontraba en su habitación, solo.

Abrió los ojos de par en par, y se puso las gafas. Entonces vió algo que le sorprendió, una estela plateada foltaba delante suyo aunque luego se movió y desapareció por la puerta. Se levantó rápidamente y siguió a la estela, todo lo rápido que podía.

"Sirius sé que eres tú, llévame hasta donde pueda ayudarte por favor" se repetía una y otra vez mientras la seguía.

De repente chocó con alguien y ninguno de los dos pudo evitar el gritar. Harry sacó su varita y susurró "lumos", en la punta de la varita apareció la llama azul que iluminó el rostro de Draco Malfoy.

- ¿Qué demonios haces tú aqui? - preguntó Harry asustado - Casi me matas del susto, ¿sabias?

- Será mejor que hablemos en otro sitio, Snape está por aqui - comentó Malfoy mientras lo empujaba hacia su habitción y luego cerraba la puerta - Salí a investigar, esta gente esconde cosas por la casa...

- ¿Qué clase de cosas? Si te refieres a Buckbeak te diré que si lo tienen escondido aqui es por tu culpa y si te acerca a él...

- Ya, ya, la chica me dijo eso pero yo me refiero en el sotano, guardan a un animal o algo asi. Tal vez un dragón... Me parece que me va a gustar vivir aqui, podré entretenerme curioseando por aqui.

- ¿Por qué te escapaste de tu casa?

- No es asunto tuyo - Harry notó que Malfoy se sentía incómodo pero aún asi insistió, no estaba dispuesto a no saber porque iba a vivir con él - ¿Paige te lo dirá si se lo preguntas? - preguntó al fin malhumorado no quería explicarle nada a él pero antes si que lo había echo, y no sabía si la chica se lo acabaría contando o no.

- Sí, supongo que sí. Además ya me han ocultado demasiadas cosas, asi que si insisto ella me lo contará - se aventuró.

- ¡Oh esta bien! - replicó molesto, en realidad quería contárselo para desfogarse ya que con la chica no había podido hacerlo - Veras mi cumpleaños es mañana y si hubiese estado en mi casa Voldemort - a Harry le sorprendió que pronunciara ese nombre - me hubiera reclamado como mortífago y me hubiese encargado matar a tus amigos, yo no les tengo cariño pero no quiero matar a nadie - se excusó antes de que Harry dijera algo.

- Pero, entonces, ¿estas de nuestro lado? Del de Dumbledore quiero decir...

- No lo sé, no estoy en ningún bando a mi esta guerra realmente ni me va ni me viene pero em intereso por ella porque gente a la que quiero está implicada como mis padres por ejemplo o mis amigos. No todo es blanco ni es negro, ¿sabes?

- Ya lo sé.

- Y, ¿qué hacias tú a estas horas de la noche en pijama vagabundeando por la casa? - le preguntó el rubio que quería cambiar de tema cuanto antes.

- Nada que te interese.

- Vamos, yo te he contado mi secreto... Que raro es todo esto, ¡ni que fuéramos amigos! - exclamó el albino levántandose y yendo hacia la puerta, ya que no quería saber nada más de Harry.

- ¡Espera un momento! Tu madre se apellidaba Black, ¿verdad? Y era familiar de Sirius, tu mismo has dicho antes que era tu tio, asi que ella debe de ser su hermana asi que puedes ayudarme - el cerebro de Harry empezó a ir a toda prisa pensando en como ayudar a su padrino.

- No exactamente, mi madre era su prima yo le llamaba tío cariñosamente cuando creía que te había matado aunque en cuanto mi padre me contó la triste verdad dejé de llamarle asi... Y ahora, ¿qué te pasa a tí con los Black?

- Creeras que estoy loco pero creo que Sirius está vivo, verás desde hace noches sueño con él y me pide ayuda una vez incluso me dejó una marca - se arremangó la manga y dejó ver lo que quedaba de ella - Y luego descubrí no sé que de una maldición que afecta a todos los Black, según la señora del cuadro el primer Black consiguió su fortuna matando a una familia y su mujer lo maldijo en su lecho de muerte a que las almas de los Black nunca entrarían en el cielo. Sirius no ha sido nunca malo asi que no podría ir ni al cielo ni al infierno asi que puede que esté vivo. Lupin y Paige dicen que no es verdad que es algo que se ha inventado la señora Black.

- Me parece que tienen razón y me parece que sí que estas loco aunque la verdad si que hay una leyenda asi pero no me la sé, hay un libro en mi casa sobre "La noble historia de la familia Black".

- ¡Tienes que buscarlo!

- ¿Qué dices? ¡Ni loco! Además, ¿por qué iba yo a ayudarte si ni siquiera somos amigos? Paso de jugarme el pellejo por tí.

- Dime que quieres, dímelo, dime que quieres por el libro. ¿Dinero? ¿Un elfo doméstico? ¿Qué te ayude con Defensa de las Artes Oscuras? Tú dime lo que quieres y yo te lo daré, tengo que salvar a Sirius.

- Nada de lo que tienes puede interesarme, ahora déjame quiero irme a dormir que es tarde.

- ¡Malfoy no me hagas esto!

- Está bien, ya pensaré algo...

- ¿Me vas a ayudar? - Malfoy asintió con desgana - Gracias, de verdad muchas gracias - Harry se sintió extraño al escuchar esas palabras dirigidas a Malfoy, su enemigo número uno después de Voldemort.

Draco salió de la habitación preguntándose por qué iba a ayudar a Potter después de todo, porque al fin y al cabo que le podría dar él que no tuviera ya. Mientras bajaba hacia la cocina para beber algo se encontró con Ojoloco Moody y con algún otro miembro de la Orden al que no conocía.

- Vaya Draco Malfoy - comentó el viejo auror mientras Draco se asustaba un poco recordando aquel episodio en que lo convirtió en hurón - creo que mi otro yo te convirtió en un hurón saltador, venga muchacho no tienes porque ponerte asi al fin y al cabo no era yo.

- ¿Lo convertiste en hurón Alastor? - preguntó Paige que estaba recibiendo a los recién llegados en la cocina.

- Yo no, el idiota de Crouch cuando se hizo pasar por mi aunque según tengo entendido porque se metió con Potter.

- A lo mejor fue al revés - comentó Snape secamente - siempre le dais la razón a Potter, al pobre Potter... Draco será mejor que vayas a la cama, es tarde y estarás cansado.

- Si no lo haces, te convertiré en hurón - bromeó Moody.

Draco se fue pero a medio camino se volvió y se escondió todo lo mejor que pudo, no estaba dispuesto a no enterarse de que pasaba en esa casa a diferencia de "San Potter". Desde su escondite pudo ver que mientras los dos recien llegados cenaban, Severus y Paige se sentaban cerca para escuchar lo que tenían que decir.

- ¿Hay noticias desde Rumanía? - preguntó Paige.

- Están a punto de obtener lo que Dumbledore quería pero no se sabe nada más, ¿qué tal vuestra misión? - dijo Moody con la boca llena.

- Bien, gracias a mis pociones agunta bien en el ático parece que se ha echo amigo de Buckbeak aunque sigo sin entender para que lo quiero Dumbledore - observó Snape mientras los demás se incogían de brazos.