Marco: Jeanne!!! Doncella Jeanne!!
Una joven de hermosa cabellera grisácea se paseaba entre una pacifica aldea de hermosos paisajes, todos se paseaban también entre tiendas y tiendas de un pintoresco lugar.
Jeanne: Marco!! ¿Qué pasa?
Marco: es su madre... es su madre de nuevo
Jeanne: ¿¡mi madre!?
Sin pensarlo dos veces la joven salio corriendo hacía un hogar hermoso, igual que aquel lugar, una casita acogedora, empujando la puerta la joven logro entrar y rapidamente subio las escaleras y corrio hasta llegar a una habitación donde se encontraba una mujer en cama, acostada mientras pegaba de gritos
Samantha: NOOO PORFAVOR REGRESAA!!
Jeanne: ¡¡Madre!! Estoy aquí... porfavor reacciona
Samantha: ¡Mi hija! Quiero a mi hija porfavor regresemela vayan por ella ¡¡¡¡¡¡porfavoor!!!!!!!
La dulce joven se entristecio ante las palabras de su madre
Jeanne: madre ¡Soy tu hija también! Porfavor reacciona que yo sí te necesito
Entre forcejeo de Jeanne por intentar que su madre recordara que ella era su hija termino regresando a Samantha a la realidad quien vio el rostro de su hija y comenzo a llorar.
Jeanne: madre... sigo sin entender porque te mutilas pensando en ella, me tienes a mi que he estado siempre a tu lado
Samantha: hija...
La mujer acaricio con ternura la cara de su hija y sus ojos comenzaron a lagrimear
Samantha: mi hija... porfavor, comprende esta mente tan desfavorecida, estoy enferma y la ida de tu hermana jamas me hizo bien
Jeanne: ¡yo lo se... pero eso no significa que estes sola mamá! Yo permanecere a tu lado siempre y te voy a cuidar de esa rara enfermedad que te aqueja...
Asi fue como la madre se recosto de nuevo, su hija la ayudaba y después la arropo
Jeanne: pronto estara la comida, te traere algo para que te tranquilices
Le susurro la dulce jovencita, y con un dulce beso en la frente de su madre se dirigio a la puerta la cual cerro con cuidado para no perturbar la tranquilidad que había nacido.
Tras media hora de pasarse en la cocina la joven por fin logro preparar todo para una comida nutritiva y dedicada, subía con una bandeja al cuarto de su madre cuando la escucho a esta gritar de nuevo, sin pensarlo dos veces tiro la bandeja y corrio al cuarto de la mujer de piel clara ojos rojizos como ella, cabellera llena de rizos de un negro intenso. Al abrir la puerta se encontro a su madre con un ataque de nuevo reclamando a una hija perdida, asustada la dulce muchacha intento hacer de nuevo entrar en razon a su madre pero esta vez parecía mas difícil que la anterior, por alguna razón parecía que alguien habia perturbado a su madre y se había esmerado tanto en hacerlo que ahroa no sabía como quitarle la idea de que ella misma no era su hija, entonces la mujer comenzo a gritar cosas distintas que en sus ataques normales
Samantha: ¿¡¿¡MI HIJA!?!? ¡¡¡TU NO ERES MI HIJA!!! Mi hija... mi hija es de cabellos lisos y obscuros y una extraña mirada de verdes hojos ¡Yo lo se! Ella estuvo aquí ¡¡Aquí, vino a visitarme!! Le importo ¡¡Pero se va!! ¡¿por qué?! DIOS MIO AYUDENME QUIERO A MI HIJA
Los gritos sorprendieron a Jeanne, su madre parecía realmente haber enloquecido ¿Su hermana? ¿Ahí? No podía ser posible, ella no había regresado nunca y jamas le interesaba su familia como para ir a visitar a su madre, de seguro algun travieso del pueblo se había encargado en molestarla a tal punto de hacerle creer eso. Entonces sin mas que hacer la doncella levanto su mano y le lanzo una enorme cachetada a su madre.
Jeanne: YO SOY TU HIJA
Le reclamo a su madre que se tocaba la mejilla intentándose recuperar del golpe
Jeanne: ¡Esa idiota que tu aclamas no es tu hija! Ella te abandono... ¡Yo me quedare contigo!
La mujer se enojo y miro a su hija y comento con desprecio: tu también me abandonaste.
Las palabras para la doncella fueron como una daga que se le clavaba en el pecho, una lagrima salio de sus ojos y salio corriendo de la habitación de su madre ¿Cómo podía ser tan malagradecida? Ella se había quedado a su lado, si es cierto una vez abandono a su familia y había sido en el torneo de los shamanes ¿pero no lo había hecho para bien de todos? Tantos pensamientos terminaron agobiando la mente de la joven, la cual decidio esperar a que su madre se calmara un poco sola y camino hasta llegar a la puerta principal, donde salio y se sento en un banco que daba la vista a el gran pueblo.
Marco: ¿su madre mejoro Doncella Jeanne?
Jeanne: sigue insistente en que necesita a esa.
Marco: tu hermana.
Por primera vez Jeanne perdio la cordura y vio a Marco con unos ojos fulminantes
Jeanne: ELLA NO ES MI HERMANA!!!
Al ver lo que había hecho tapo su boca impresionada y recobro su fino y dulce carácter.
Jeanne: ningun ser tan maligno como ella podría serlo... y lo peor de todo es qué mi madre ahora ha dicho que ella vino a visitarla... ¡va empeorando Marco! Ya a veces pierdo la esperanza de que se recupere... ni los mejores doctores pudieron diagnosticar lo que tenía y siempre mantuve la esperanza fija que siempre Dios me ayudara a aliviarla...
Marco: Doncella... disculpe por interrumpirla, pero he escuchado buenas referencias a unos manantiales en Japón
Jeanne: ¿Japón?
Marco: así es... usted podría viajar, yo me ofrezco a acompañarla si usted lo desea, pero si no podría cuidar a su madre.
La bella muchacha sonrio con gratitud al hombre que siempre había estado a su lado, el era como un padre para ella y le tenía un enorme cariño que no había encontrado con nadie más... ya que ella nunca había tenido un padre.
Bajo el cielo azul se veía como el desierto yacía con calma ese día, todo estaba tranquilo, el viento era agradable ese día y había unas cuantas nubes que amenazaban una intensa lluvia nocturna, así que el sol no amenazaba tanto calor. El espiritu de fuego caminaba por entre la arena tranquilo también, con el pequeño opacho de un hombro que sonreía en serenidad y con un joven en el otro que no parecía tan tranquilo como ese paisaje, su cara estaba cubierta de sudor, sus ojos estaban fijos en la nada, sus manos temblaban al sostenerse del espiritu y su respiración era entrecortada como sus pensamientos.
Hao: ¡¡Detente!!
Ordéno a su espíritu, el cual se detuvo alterminar la ultima vocal de la palabra
Opacho: ¿Pasa algo señor Hao?
Hao: otra vez... ¿Nos siguen?
Opacho: Opacho no ve a nadie señor Hao...
Hao: ¡¿DE QUE ESTAS HABLANDO? CLARO QUE NOS SIGUEN!
El pequeño Opacho se estremeció al ver la mirada de furia que le lanzaba el gran Hao y sin pensarlo se disculpo enormemente con el.
Hao: perdoname tu Opacho, eres el unico que se quedo a mi lado después de todo esto... y yo... no se que pasa, probablemente algún espíritu con fuerzas de ocultarse intenta juguetear con nosotros... ¡Espiritu de fuego! Desprende llamaradas de fuego por todo el lugar que nos rodea.
La ordén de Hao no se hizo esperar y el espíritu de fuego lanzo fuego por todo alrededor, y después de hechar cuanto fuego podía... no había respuesta... no mas que la de algunos cactus que se habían incendiado que se encontraban a por lo menos dos kilómetros de ahí. Entonces Hao temió, por vez primera un miedo recorrio todo su cuerpo ¿Qué era lo que sentía? ¿Sería alguna culpa? ¿El hechizo inútil de alguna bruja? O... ¿El llamado de alguién que sabía que estaba vivo?
Bueno espero con toda el alma que les este gustando n.n aomesita grx por leer el fanfic y espero q muchos de uds los esten leyendo tb ooU de tdas maneras pienso continuarlo y espero con toda el alma que lo lean. Au revoir!
