La casa de los Asakura se veía un poco lugubre, hacia mucho que no recibian otra visita que no fuera la de Manta y la de Ryu. Anna como siempre estaba viendo la televisión comiendo un plato de galletas, haciendo como si nada le importara pero esos pensamientos eran equivocados... realmente Anna observaba a Yoh que estaba a su lado con un semblante debil. Por primera vez no se había atrevido a ponerle un entrenamiento al notar que su espíritu estaba decaido y su sonrisa ya no aparecía en su rostro, algo le sucedía pero no sabía que era.

Mientras en el otro lado del mundo en una aldea apache se veía como unos cuantos apaches que habían sobrevivido a ataques que habían recibido unas semanas anteriores se reunian para hablar. Faltaba uno entre ellos... y ese era el joven Silver, todos se preguntaban si había muerto en el incidente o permanecía escondido, lo que nadie sabía era que Silver, días atrás, se había encaminado hacia Japon, solo, para avisar a Yoh sobre el regreso de su hermano... el hermano que pensaban muerto.

Ding dong

El comun timbre de casa de los Asakura sonó... como siempre Manta fue a atender a la puerta y se llevo una sorpresa al ver lo siguiente:

Manta: RYU! HORO-HORO! PILIKA!! ¿Qué tal? ¿Qué los trae por aquí?

Ryu: bueno venía a ver a Don Yoh y Doña Anna como siempre...

Horo-Horo: yo necesito hablar con Yoh... mi hermana se empeño en acompañarme

Pilika: ¿No ha venido Len?

Manta: no... solo una vez vino a traer unos alimentos pero desde hace mas de un año no sabemos nada de el

Horo-Horo: muy tipico de el! Yo escuche que se había ido por unos largos meses a entrenar, pero solo fueron rumores departe de Pilika ¡que nunca se de donde los consigue!

La pequeña Peliazul se sonrojo ante el comentario de su hermano... ¡¡Que indiscreto era!! No entendia como se atrevia a decir cosas asi frente a sus amigos. Antes de que Manta cerrara la puerta un pie se opuso entre el marco de la puerta y esta misma, un pie que luego abrio la puerta y mostro su cuerpo completo...

Horo-Horo: ¿¡CHOCOLATIN!?

Chocolove: ¡asi es pues! Aquí me tienen para hablar con Yoh de una cosa urgente...

Horo-Horo: ¿Tu también?

Chocolove: ¡hola Pilika!

El chico moreno solto un pequeñin sonrojo al ver a la joven, la cual no lo noto ya que miraba detrás de la puerta por si alguien mas se asomaba, pero al parecer nadie venía.

Horo-Horo: muy bien Manta, dinos ¿Dondé esta Yoh?

Ryu: para estas horas es mas seguro que se encuentre en el patio entrenando ¿No es asi manta?

Manta: ehh... no, se encuentra en la sala con Anna...

Todos se impresionaron ¿Había ocurrido algo para que Anna no lo pusiera a entrenar como siempre? O tal vez estaba haciendo alguna clase de meditacion y por eso no requeria estar afuera... de todas maneras era muy raro, casi siempre cualquier entrenamiento de Yoh se llevaba a cabo en ese patio verdoso y no dentro de su hogar...

Chocolove: ¡pues estara meditando este!

Manta: eeh... no, esta viendo la tele "aparentemente".

Sin pensarlo todos corrieron hacía la sala, abrieron la puerta y se encontraron a Yoh, que en vez de mirando la televisión parecía absorvido en su propio pensamiento, tanto que casi le gritaban para que este volteara y notara su prescencia.

Yoh: hola.

Dijo secamente, tristemente, sin sonrisa, con seriedad... algo le pasaba, algo no estaba bien y todos podían notarlo, nadie hablaba de la impresión, Anna no quizo interrumpir, solo salio sigilosamente de la habitación como si nada hubiese ocurrido y se encerro en una alcoba cerca de ahí, todo era silencioso hasta que alguien se atrevio a cortar el estrés.

Horo-Horo: Yoh, Chocolove y yo tenemos que hablar contigo de algo importante, por lo menos yo se sobre que, desconosco el tema que el quiera tratar y...

El muchacho se levanto con seriedad, habia un aire lugubre en el, el silencio lleno la habitación hasta que habló:

Yoh: que bueno que vinieron... hay muchos temas por discutir ¿Por qué no se quedan unos días para hablar de ellos? Lamento ser grosero... pero no puedo hablar con ustedes, no ahorita... siento un gran llamado, algo mas poderoso que yo me habla y yo debo de atender eso...

Chocolove: ¡¿ME QUIERES DECIR QUE NOS VAS A DEJAR COMO SI NADA PUES?!

Antes de que Chocolove continuara con su pelea Horo-Horo levanto una mano hacia su boca, no tapándola, solo rozándola, en señal de que este debía de guardar silencio

Horo-Horo: ya escuchaste Chocolove... nos quedaremos aquí, ya habra mucho tiempo para hablar con Yoh.

El joven ainu, mas serio que nunca, tomo su tabla y le hablo a su espiritu, ambos sabían el camino que tomar para el cuarto de visitas, su hermana lo siguió con una mochila por detrás y Chocolove solo quedo viendo a esa chica... algo pasaba, desde la ultima vez que la veía, ella estaba cambiada y de alguna manera sentía que le hacía falta.

Knock knock

Llamaron al a puerta... y Manta fue de nuevo

Manta: ¡¡Hola!! Cuanto tiempo ¿Eh?

Ryu volteo lentamente y vio al pequeño Lyserg ahí, como siempre, un poco mas alto, mas fornido la cara mas adolescente, con su pequeña hada Morphin a un lado, acompañandolo como siempre.

Manta: ¡¡Vaya casi todos estan aquí!! Ademas de Len solo falta...

Fausto: buenas tardes.

Manta: ¡Fausto! No te habiamos visto desde la semana ante pasada ¿has venido a visitarnos?

Fausto: algo asi...

Fausto miro sin sorpresa alguna a los jóvenes que se encontraban ahí reunidos y los saludo pacíficamente

Fausto: sabía que estarían aquí

Chocolove: º0º orale pue'! aquí noma' falta el tiburoncin...

Así pasaron la tarde en casa de los Asakura, ninguno hablaba de sus problemas, Horo-Horo mantenía una seriedad que pocas veces mostraba, le había avisado a todos la decisión de Yoh y todos respetandolo decidieron aguardar lo que tenían que decir... confiaban en el joven Asakura... ellos le confiarian su vida si fuera posible.

Ya en la noche las estrellas destellaban en el cielo, el cual se encontraba despejado, dejando ver una luna llena de gran tamaño, todos estaban cenando menos Yoh, quien se encontraba en el techo mirando las estrellas... solo... sin nisiquiera Amida Maru que lo acompañara. Sentía una enorme nostalgia en su corazón desde días atrás, sus amigos se divertian abajo y por alguna razon el no sentía ganas de compartir esa alegría con ellos, el quería estar solo, pensando en muchas cosas, que habían pasado, en sus amigos, las personas que mas apreciaba... en las que habían muerto... personas como su madre.

Yoh: Okaza... (Mamá en japones)

La figura de su madre se veía en el cielo, no sabía porque pero de alguna manera era muy borrosa, casi no la recordaba ¿Qué estaba pasando? La presencia de su madre estaba desapareciendo lentamente de su mente ¿Por qué? Algo había en el, los ultimos días sentia como si su madre lo llamara constantemente pero no podía sentirla, queria pedirle a Anna que la llamara para ver como estaba pero algo estaba mal... su madre no era la que lo llamaba ¿Pero lo era? Era como si tuviera dos madres... sin pensarlo bajo del techo, se vistio con su mejor ropa y salio de aquel lugar lleno de risas y platicas...

Anna: ¿A dónde vas?

Interrogo la joven desde la puerta que veía a su prometido alejarse lentamente, este al escuchar su voz se detuvo y volteo la vista para verla a ella... a alguien que sin duda había estado junto a él durante mucho tiempo, siempre lo había apoyado aunque a veces su carácter y duros entrenamientos no le dejaban ver que ella realmente se preocupaba por el, pero de alguna manera el lo sabía... el contaba con ella y sabía que ella le tenía toda esperanza.

Anna: Te estare esperando

Amida Maru intento seguir a su dueño pero Anna se lo prohibio poniendole una mano por delante

Yoh: gracias Anna... solo saldre a hacer un viaje... debo de ir a visitar al familiar que hace mucho no veo.

Anna de alguna manera sabía a quien se refería su prometido, lo vio alejarse mientras este con un aire de tranquilidad iba caminando por entre la obscuridad, sin miedo, sin espiritu... pero con al esperanza de hablar con quien le había dado la vida... su madre.