El profesor Potter bajó muy tarde a desayunar el domingo. Se sentía doblemente mal porque lo que debería ser un día soleado se había convertido en una masa informe de tiempo gris, con nubarrones de tormenta rondando la cabeza de Harry como moscones fantasma. Intentó aferrarse a los únicos dos pensamientos alegres que se le ocurrieron: 1, que Snape no estaba en la mesa y ya debía haber desayunado, 2, que esa tarde Cho le traería su contrabajo. Lo había echado mucho de menos...
Oh, no, Cho... No se encontraba de humor para enfrentarse a sus reproches. Pero... ¿por qué no le hacía ilusión una visita de su novia, sino que sólo pensaba en su lado negativo? Definitivamente, no era su día. Y la cara de decepción de Oliver no ayudaba mucho.
-Buenos días, Harry, ¿cómo andas?- preguntó el profesor de vuelo, a pesar de todo, pero nada animado.
-Mejor, Oliver, gracias. No sé qué pudo pasarme...
Oliver no contestó, concentrado en sus cereales "muggle" hipervitaminados.
Harry, resignado, probó el café, pero tenía la cabeza tan ocupada en funestos y culpables pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de su extraño sabor. Había soñado que tenía un contacto carnal con Severus Snape y eso lo había encendido más que nada en el mundo... no sólo eso, puesto que no se trataba exclusivamente de sexo... era aún peor... recordaba sus manos posadas en su espalda, y el temblor tan diferente a la excitación que eso provocó en él... esa sensación de querer pertenecer a ese hombre... y cómo se había comportado durante el partido... qué ridículo más espantoso, haberse dejado llevar como un adolescente... seguro que todo el mundo se había dado cuenta. El café estaba realmente espantoso... Oh, pero ese sueño... las imágenes no se le iban de la cabeza... esas manos... después de verlas tantas veces manejando los delicados ingredientes de las pociones... ¿cómo no imaginarse qué otras maravillosas artes y caricias podían proporcionar... Oh, no, noooo, ya estaba otra vez... un sudor frío invadió a Harry mientras se daba cuenta de la risa de Elyttis y Flitwick.
-Oh, Potter, ¡qué extraña expresión hay en tu rostro!
Los dos venerables catedráticos ya no disimulaban su risa: Harry pensó que su expresión de desconcierto debía de ser un poema. Menos mal que no había casi nadie en el comedor...
Flitwick se sujetaba la barriga de risa, coreado por Elyttis
-Ay...ay, chico... no sigas poniendo esa cara, me vas a matar de la risa...
-Después de todo sólo es una broma...- reía el profesor de Literatura mágica.
Un momento... una broma... ¡Eso era! Aquel par de viejos guasones le habían puesto ese sueño en la cabeza... malditos infantiles... Harry fue recomponiendo un rostro normal y una escasa sonrisa, aliviado por comprender que ese sueño con Snape no correspondía a sus deseos, sino a una estúpida novatada... pero por otra parte, sintió un pequeño pinchazo de decepción.
-Así que sólo era una broma, ¿eh? Bueno, ha sido bastante divertida, pero creo que ya es hora de que vaya a preparar mis clases...
El chico se alejó por el comedor. Entonces Oliver, un poco mosqueado (no fuera a ser que la famosa "broma" hubiera sido la culpable del fracaso en Quidditch, y también para irse preparando por si le tocaba a él), comentó entre risas forzadas:
-Bueno, ¿y qué broma le habéis gastado, eh?
Elyttis y Flitwick se miraron, con complicidad, como si no se atrevieran a revelar la terrible novatada...
-Venga, chicos, no se lo diré a nadie- insistió Oliver, ya un poco procupado.
Elyttis y Flitwick se volvieron a mirar, como si hubieran cometido un pecado imperdonable, y confesaron tímidamente:
-¡Sal en el café!
Oliver miró hacia el cielo del gran comedor, que ese día mostraba un bello cielo de otoño, como pidiendo clemencia.
...oooOOOooo...
Había entrenamientos de Hufflepuff en el campo de Quidditch, y varios alumnos estaban sentados en las gradas, mirándolos jugar.
Pero el partido no estaba muy interesante... Sayuri Ashura agitaba la banderita de su casa más por inercia que por entusiasmo.
-¿Nunca os habéis preguntado qué se siente al saber el futuro?- dijo Kitiara Waylan.
-No- le contestó Toya, su hermano.- Ya es bastante horrible, a veces, saber el pasado.
Todos guardaron silencio. Estaban tristes por el papel que había hecho su amigo en el partido, poniéndose tan nervioso...
-Pues yo creo- apuntó Neko, la hija de Charlie Weasley- que hay cosas que sería bueno saber. Pero que es peligroso...
-¿Alguno tenéis un horóscopo mágico?- dejó caer Kenny Black. Todos la miraron con curiosidad.
-No, ¿qué es eso?- preguntó Kitiara.
-Se trata de un procedimiento astral relacionado con las artes oscuras- respondió Kenny. Era la primera vez que un miembro de su antaño prestigiosa familia caía en Gryffindor, pero ella se había pasado la vida entre otro tipo de gente.- Predice exactamente siete acontecimientos del futuro, y sólo esos siete para cada persona. Es muy complicado hacerlo, y sólo sale una vez. Pero lo malo es que, de esas siete cosas, algunas pueden ser importantes y otras no.
-¿Puede predecir que un día determinado, por ejemplo, te vas a torcer un tobillo?- preguntó Neko.
-O que te vas a aburrir en clase de Binns.-respondió la chica.- Pero todo es estrictamente verdad.
-Bueno, no hay que ser Nostradamus para lo de la clase de Camel- apuntó malévolamente Sayuri, que odiaba la clase de Binns y le había puesto ese mote al profesor translúcido como el humo con doble intención.
-Bueno, tendremos que investigar todo esto- propuso Kitiara, con una nueva lucecita en sus ojos.
-Ay, qué peligro tienes cuando se te pone esa mirada...- rió su mellizo.
...oooOOOooo...
Harry deambulaba por los pasillos, sin rumbo fijo. Miró por una ventana y vio a un grupo de amigos de primero y segundo charlando en la fuente, en el que se alegró de ver a Sarah Freewood, la buscadora de Quidditch Gryffindor, junto con su amiga y compañera de casa Consuelo González. Pero los otros tres... ¡eran de Slytherin! Andrew Hewson, Niea Fowl y Amazona Verde, la buscadora rival...
Harry se dio cuenta de que muchas cosas estaban cambiando en Hogwarts. En sus tiempos, nunca hubiera sido posible un grupo tan amigable de casas rivales... ¡y menos con dos buscadores en él!
Entonces, una voz semejante a terciopelo negro dijo, muy cerca:
-Ya veo que te sorprenden ciertos detalles...- murmuró Severus, burlón.
Un escalofrío estremeció cada vértebra de Harry al escuchar, tan cerca, el timbre de suave rugido de la voz de Snape, oscuro como una pantera.
-No... no comprendo nada, Severus, y nadie me quiere explicar porqué hay tantos alumnos en Slytherin... y porque son tan variados. Chicos como Andie, Niea, Amazona... ¿cómo no apostar por que fuera Gryffindor? Y mírales, ahí charlando juntos...Es tan extraño.
-Potter, a pesar de que no prestaras usted demasiada atención en clase de la señora Trelawney ni del Profesor Binns, como bien me consta; por cultura general deberías saber que el mundo mágico atraviesa... digamos "ciclos", o fluctuaciones de las diferentes intensidades y presencias. ¿Nunca te han trazado un horóscopo?
-Sí, soy Virgo con ascendente Acuario, y según el año chino...
-No me refiero a esa clase de horóscopo, Potter, no seas ridículo- murmuró Snape con desdén.- Uno de verdad.
-Recuerdo vagamente algo en clase de astrología... pero por las noches estaba tan cansado... creía que una de las lunas de Júpiter tenía pelo.
Snape sonrió, al borde de su desprecio habitual, y casi con simpatía. Pero en seguida recompuso su máscara neutra.
-Esta es una época propicia para Slytherin. Piénsalo un momento, Potter... estos niños nacieron, o fueron concebidos cuando tú empezabas la escuela...
-¿Justo cuando Voldemort estaba intentando cobrar cuerpo?- aventuró Harry, con la voz un poco temblorosa. No se atrevía a mirar a Severus, y admiraba atentamente la talla de una columna.
-Exacto- confirmó Severus con un susurro.- El Señor Oscuro prestó atención a muchos de estos niños, y les concedió algunos dones, por si existiera la posibilidad de ocupar sus cuerpos en el futuro...
-... como las brujas de los cuentos...- murmuró Harry, como en un sueño.- Entonces, ¿todos ellos tenderán al lado oscuro?- preguntó con temor.
-Todos elegimos, Potter. Tú mismo recibiste más dones y atenciones que nadie por parte del Señor Oscuro, y eso no te hizo unirte a él- Harry detectó una sombra de amargura en la voz de Snape.- Estos chicos escogerán su propio camino.
Harry se quedó pensativo, y Severus le miró largamente.
-Ya no has de preocuparte por el equilibrio entre las fuerzas del bien y el mal más allá de ti mismo, Harry. La verdadera lucha está en el interior- dijo Snape, señalándose a sí mismo. Y si me permites un consejo- dijo cambiando totalmente de tono-, el mejor que puedo darte es que te andes con ojo, Potter. Hogwarts puede ser más peligroso que la corte de los Borgia o de Nerón...
Harry asintió, sin atreverse a mirar de frente al hombre tampoco esta vez.
-...sí, me estoy empezando a dar cuenta... sólo espero poder sobrevivir- murmuró inaudiblemente Harry.
-No basta con sobrevivir, Potter. Hay que saber para qué o quien se vive...
Severus Snape se alejó, con un ruido de telas aleteando que recordaba a los pájaros del bosque. Harry no pudo evitar quedarse mirando, embobado, su paso geométrico y voladizo, que no parecía apoyar los pies en el suelo.
...oooOOooo...
-¡Harry! ¡Mi amoooor!
Los alaridos de Cho resonaron por todo el vestíbulo, despertando a Peeves el poltergeist, el cual, sin embargo, en vez de molestar a Cho, la sonrió. Esto extrañó mucho a Harry.
-¿Cómo es que Peeves es amable contigo?
-No sé, siempre ha sido así- dijo afectadamente Cho- Supongo que le gusto- añadió, presumida, mientras le lanzaba un beso al fantasma, que fingió recibirlo como si fuera una flecha.
Harry acompañó a su novia hasta las habitaciones, sosteniendo el contrabajo en el aire mediante un hechizo.
Mientras se alejaban hacia los dormitorios de profesores, un grupo de chicas de Slytherin (cuya curiosidad se había despertado al oír el chillido de Cho), los miraba atentamente, interesadas en la nueva información de la presencia en el castillo de la novia del profesor Potter.
...oooOOOooo...
Tras la cena, en la sala principal de Ravenclaw, cinco amigas opinaban sobre la novia del profesor Potter:
-La busqué en los anales de Ravenclaw, y la verdad es que sólo fue una buena estudiante en los cursos fáciles. Sólo destacaba en Quidditch...- dijo Peggy Cannon.
-...y por estar muy buena según los cánones de aquella lejana época, no te olvides- puntualizó Salamander.- Pero hay que ver qué rápido cambian los tiempos...
-Bueno, yo creo que sigue siendo mona. Lo que pasa es que tiene demasiadas arrugas para su edad... yo creo que es porque siempre está poniendo esa cara tan tensa, como de preocupación, ¿verdad?- comentó Azalea Duckett, mientras jugueteaba con un peluche.
-Bueno, no es el físico lo que más mi importa... ¿visteis qué mal trató al profesor en la cena? Estaba todo el rato como riñéndole, por cada pequeña cosa...- dijo Nevi.
-Sí- corroboró Katina Fanel-. La verdad es que el profesor no parecía muy a gusto con ella... ¿Por qué será que los mejores chicos siempre están con las peores mujeres?- se preguntó.
-Bueno, debe de ser porque las mejores mujeres están con otras mujeres, Katina- puntualizó Salamander, mientras las otras cuatro ponían cara de "ya empieza"-. Por cierto, Azalea ¿me has sacado esas fotos de la hija de Trelawney?
-Oh, yeah- dijo Azalea, sacando las copias en blanco y negro.
-Faaabuloso...
-Y hablando de mujeres poco interesantes, ¿os disteis cuenta de cómo Peeves miraba a la china?- dijo Katina.
-Oh, no la llames así, suena muy racista...- dijo Peggy.
-Sí... las pobres mujeres asiáticas no tienen la culpa de que ella lo sea- puntualizó Nevi, despertando las carcajadas del grupo.
-No... lo digo en serio. Creo que el poltergeist está enamorado de ella, ¿no?
-Bueno, desde luego, eso parecía- aprobó Peggy.
-¿Y cómo puede ser eso? ¿Un fantasma y una chica pueden... quiero decir...- preguntó Nevi, ruborizándose un poco.
-Oh, dulce misterio de la vida...-canturreó Salamander-. Ya sabemos a dónde quieres ir a parar, Nevi, y me temo que la respuesta es sí. No me preguntes porqué, pero un día que estaba muuuuuy aburrida porque tenía que hacer un trabajo para Binns, decidí incluir algunos datos "históricos" sobre las posibilidades de los fantasmas de establecer relaciones más que amistosas con humanos, y por lo visto hay muchos precedentes. Os juro que Binns se puso rojo como una bola de navidad.
-Tenemos que documentarnos más- dijo Katina, decidida.- Hay que ayudar al pobre Peeves a que encuentre por fin la felicidad...
-...y deje de dar por saco- añadió con finura Salamander.
-Un momento, ¿estáis haciendo planes para que la novia del profesor se vaya con un fantasma?- preguntó Nevi, asustada.
-¡Claro!- corearon las otras cuatro, encantadas de su brillante idea.
...oooOOOooo...
Cho había encontrado 37 defectos que había que corregir de inmediato en la habitación de Harry, y varias decenas más no tan urgentes. Harry la escuchaba, aburrido, y por primera vez se dio cuenta de lo poco atractiva que era su piel brillante e hipermaquillada, aunque con mucha sutileza. El chico se dio cuenta de que no estaba exactamente seguro de cómo sería el rostro de Cho sin nada de maquillaje... ¿lo habría visto alguna vez?
Ella seguía hablando y hablando y hablando. Harry se sirvió una copa de coñac camuflado mágicamente como zumo de piña, y desconectó totalmente de la conversación... entonces, empezó a oír gotas de sonido puro fluyendo en el viento...
¿De dónde salía esa música maravillosa?
...oooOOOooo...
Lilith llegó a la mesa donde estaban sus amigas, en la sala común de Slitherin, muy excitada.
-He tenido una idea genial. Estuve buscando en la sección de libros prohibidos y encontré esto; escuchad:
"Potione Intercorpus
Aquesta mezcla sirve para ser convertido en otro por un lapso indefinido de tiempo."
-¿Veis? Es cómo la multijugos, pero mucho más duradera.
Ana y Erica la miraban sin comprender. Sí, de acuerdo, la poción te hacía intercambiar el aspecto físico con el de otra persona, ¿y qué?
-¿No lo comprendéis? Sólo tengo que conseguir una pestaña, un trozo de piel y una uña del pie de la novia de Harry, entonces me convertiré en ella, y podré estar con Harry por fin...
Las otras se quedaron pensativas. No parecía la mejor idea del mundo, la verdad, pero Lilith estaba tan emocionada...
-¿Y qué pasará con ella? Quiero decir, ¿se quedará con tu cuerpo?
-Sí, eso es lo malo. Pero supongo que bastará con que la narcoticemos un par de días, con ese tiempo bastará para que yo pueda disfrutar del profesor Potter...
Ana y Erika sonrieron. Pero en la mesa de al lado, tres oídos escuchaban muy atentamente: los de Sibyl Circe Trelawney, Nereida Hooper, y Gizeh Prym.
...oooOOOooo...
Severus Snape terminó de tocar, detectando perturbaciones inesperadas en su estado de ánimo. No le gustaba sentir emociones, por muy leves que estas fueran, así que sentirlas si no eran leves en absoluto le trastornaba demasiado.
Vació una copa de un trago. Lo peor era no oír nada de nada, ni risas, ni juegos, ni conversación de ningún tipo.
De repente, la puerta de su cámara se abrió violentamente, para dejar pasar a un Harry Potter semivestido... que parecía estar siendo arrastrado por algo contra su voluntad. En una de sus manos había un libro, que parecía un pedazo de hierro acercándose al imán de Severus.
-¡No puedo detenerlo! ¡No sé qué pasa! Dijo el chico, asustado, cuando por fin el libro se detuvo, en la mano de Severus.
-No te preocupes- respondió una cálida voz- Ya te dije que todos mis libros estaban hechizados. Te advertí que no tardaras más de una semana en devolvérmelo...
Harry había sido llevado, casi en volandas, por la tracción mágica del libro prestado hasta encontrarse a un milímetro de su dueño. Estaban tan cerca, que no tuvieron más remedio que mirarse.
-Lo siento... se me olvidó- musitó Harry, débilmente.
Severus le miraba con intensidad. Sus ojos se encontraban flotando los unos dentro de los otros, y por un momento se suspendió el tiempo.
-No importa- susurró Severus, que admiraba la cara de sorpresa y turbación de Harry. Era como si sus deseos más profundos hubieran cobrado cuerpo...
Hechizados en esa mirada infinita, Severus oía el ritmo aleteante de la respiración de Harry, y éste se perdía en la magnética presencia y el olor del maestro de pociones... podrían haberse quedado así toda la vida, tan cerca que podían saborear sus respectivas respiraciones, tan cerca que escuchaban los latidos de su corazón...
Podrían haberse quedado así toda la vida, pero en ese momento entró Cho, persiguiendo a Harry.
-¿Pero qué demonios...- gritó con ira, hasta que algo le hizo cambiar de opinión- Oye, Harry, ya te podían haber dado un pisito como este...
.....ooooooOOOoooooo.....
Ya casi casi tengo los siguientes dos caps... mandadme lo que queráis que hagan vuestros personajes, a ver si es posible... adelanto que el plan de Lilith no va a salir como ella espera... ya sabéis lo que le pasó a la primera que llevó ese nombre. ;P
Gracias por reviewear, de verdad...a las que me escriben aunque sólo sea una vez, que se agradece un montón; y a las que lo hacen con frecuencia, que las amo...
