DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... NO gano dinero con esto

ADVERTENCIA: este fic contiene slash, si no te gusta no lo leas. Tambien hay escenas ed violencia y violación (pero les voy a avisar cuando sucedan, para que el que no quiere no las lea).

Contestacion a Reviews:

Nicolas: Gracias por el review!! En este capitulo hablo un poco mas de Harry, Ron y Hermione. También se irán delineando por dónde van a ir los dilemas amorosos. Otra cosa...prometo parte "no apta para menores" en el proximo capitulo!

CAPITULO 3: Noche de confesiones.

Ron, Harry y Hermione descansaban en la Sala Común de Gryffindor, ya era tarde en la noche y muy pocas personas estaban despiertas. Los tres inseparables amigos estaban mas unidos que nunca. Aunque Harry sabía que entre Hermione y Ron podía haber mas que una simple amistad si alguno de los dos dejaba de hacerse el estúpido y confesaba sus sentimientos. Pero para eso iban a necesitar un empujón...que él estaba dispuesto a dar.

-Sabes Ron? Escuché por ahí que hay una hermosísima alumna de 5° año que está perdidamente enamorada de ti.

-De...de mi? –preguntó Ron con incredulidad, pues los "galanes de Gryffindor" eran su amigo y Neville.

-Bueno..eres el único Weasley masculino que hay en el colegio, verdad? Y ella decía que "había visto a Weasley caminando junto a Harry Potter al salir de Defensa...y que era el pelirrojo mas lindo que había visto en su vida" –dijo Harry haciendo gestos de niña enamorada con las manos.

-Vamos Harry...pudo haber sido cualquier otro chico....

-Ron! Te tienes menos confianza que Neville en primer año! –le recriminó el "niño que vivió", mientras observaba la expresión de Hermione, que pasaba del blanco al rojo en un segundo.

-No lo se.....

-Hermione....por qué no me ayudas? No es verdad que Ron es un chico muy popular?

-Si –respondió Hermione aún pensando en cómo descuartizar a la insolente que osaba a mirar a su amado.

-Y...no es un chico lindo?

-Si.

-Y simpático?

-Si.

-Y qué cualquier chica estaría feliz de ser su novia?

-Si.

-Y que estás enamorada de él?

-Si.

Silencio absoluto entre los tres amigos. Ron abrió los ojos de manera antinatural, mientras su mandíbula inferior se movía por su propia cuenta, de arriba abajo, sin emitir sonido alguno.

Hermione tardó unos segundos en darse cuenta de que había estado pensando demasiado en venganzas contra la maldita mocosa, y no prestó atención a las preguntas de Harry. Ahora había confesado sus sentimientos y no había manera ed salir de esa. Por lo pronto, lo único que podía hacer era evitar la mirada de Ron y concentrarse en la grieta que había en el suelo de la sala comun, como si fuera lo mas interesante del mundo.

Harry, por su parte, sonreía satisfecho. Ahora lo que faltaba era que Ron admita que él también la quería y...problema solucionado. Pero como iba a hacerlo cuando los dos estaban en universos paralelos, a juzgar por sus expresiones. Le dio un codazo a Ron, y cuando él lo miró le hizo señas para que hable con Hermione, mientras le guiñaba un ojo y se levantaba sigilosamente para dirigirse al despacho de Remus, donde lo esperaban los dos amigos de su padre para conversar un poco.

***

Abrió los ojos muy lentamente, como si sus párpados le pesaran mas de lo normal. Tardó un poco en darse cuenta donde estaba. No era su habitación en la Torre de Gryffindor, ni tampoco la de Draco en el sector de Slytherin. El techo blanco, la cama mullida, pero medio desvensijada, las sábanas blancas, las figuras que estaban de pie a su alrededor.

Lizeth Avery estaba en la enfermería de Hogwarts, tendida en una cama, y a su alrededor, Severus Snape, Sirius Black, Madamme Pomfrey y Minnerva McGonagall. Ok. Eso no estaba bien. Por qué demonios estaba en la enfermería? Poco a poco su mente respondió a su pregunta, mientras recordaba los hechos de esa tarde. La reunión en el despacho de Snape, el ridículo ofrecimiento de romper el compromiso, su partida, Snape llevándola a la enfermería, tomando esa sustancia y despues...nada.

-Qué hago aquí? –preguntó con un hilo de voz.

-Señorita Avery...no recuerda que el profesor Snape la trajo? –preguntó Madamme Pomfrey.

-Si...pero no estoy enferma. No tengo idea por qué el estúpido grasiento me obligó a venir. Y después usted me hizo beber esa cosa asquerosa...

-Cuide sus modales, Avery –dijo Snape, aunque no sonó demasiado serio –Quiere hacernos el favor de explicarnos cómo se hizo todos esos moretones y como se quebró la costilla?

Mierda! La cara de Lizeth se tornó blanca de repente. Tenía que encontrar una buena mentira en su repertorio, porque no era muy común que alguien ande por ahí con todas esas marcas. Y si decía la verdad...mejor no pensarlo.

-No sé de qué me habla.

-Lizeth –dijo McGonagall suavemente –dinos qué fue lo que sucedió para castigar al culpable.

Snape fulminó a la Directora con la mirada. Justamente había dicho lo que no debía. Ahora tenían mas posibilidades de integrar el euipo de Quidditch de Inglaterra que de que Avery abriera la boca para incriminar a Draco Malfoy.

-Me caí. Por las escaleras. –respondió Lizeth.

-Se cayó? Sola? –preguntó Snape.

-No, claro que no! No soy tan idiota! Me empujaron. –dijo sin pestañar.

-Bien. Quién la empujó, Avery? –preguntó Snape nuevamente.

-Potter.

-Eso no es verdad! –dijo Sirius sin contenerse.

-Oh...si lo es Profesor Black. Me empujó porque le dije que era un idiota consentido, que no hacía mas que pavonearse por los pasillos, con esa ridícula cicatriz en la frente. Todo por qué? Porque tuvo suerte de vencer al Lord.

-Y por qué le dijo todas esas verdades a Potter, Avery? –preguntó Snape sonriendo, esa chica le caía bien.

-Porque quiso seducirme. Claro..supongo que no hay chica que se le niegue. Pero yo soy una mujer decente. Tengo un novio y no pienso engañarlo, por mas que el sea el "Estúpido Niño que Vivió y Mató". –culminó el relato con una sonrisa, que fue imitada por Snape.

-Bien, señorita Avery, castigaré a Potter. No se preocupe. Ahora....

-De qué estás hablando? Harry es incapaz de lastimar a una mujer Severus! –excalmó Sirius, hirviendo de furia.

-Oh...cállate Black! Todos sabemos lo idiota que es ese mocoso! –dijo Snape sonriendo mas de la cuenta –Como le decía...creo que lo mejor va a ser que avisemos al señor Malfoy que usted se encuentra aquí. Para que venga a hacerle compañía.

-No! –exclamó Lizeth –No es necesario. No lo preocupen con estupideces. Yo...eh....él...si se entera de lo que Potter me hizo va a tomar represalias contra él y logrará que lo expulsen de aquí. No le digan nada.

-Está bien. –dijo Snape triunfante –No le informaremos esta vez. Pero si vuelve a suceder algo así, no dude en decirnos, para que podamos darle su merecido a Potter. Nadie tiene derecho a obligar a otra persona...por mas que sea el "héroe" de la comunidad mágica. Ahora, lo mejor será que descanse aquí. Mañana por la mañana podrá salir.

Los tres profesores abandonaron la enfermería. Uno de ellos mas que orgulloso de sí mismo. Había logrado confirmar sus sospechas. Los otros dos, mas confundidos que nunca. Harry no era capaz de hacer algo así....o estaban equivocados? En silencio, cada uno enfrascado en sus pensamientos, caminaron hasta el despacho de la Directora.

***

Harry recorrió la distancia que separaba la Torre de Gryffindor y el despacho del Profesor de Defensa intentando no tropezarse con el Señor Filch o su gata. Sabía que tenía derecho a andar por los pasillos, los Prefectos podían salir a la noche para hacer guardias, pero mejor era ni siquiera cruzarselos.

Golpeó dos veces a la puerta antes de escuchar la voz de Lupin del otro lado, autorizándolo a pasar. Entró sonriente al despacho, con un poco de suerte, sus dos mejores amigos estaban besándose en ese momento. Pero Lupin no sonreía. Se lo veía preocupado, ausente.

-Estás bien, Remus? –preguntó Harry acercándose a él.

-Si...claro. Por qué lo preguntas?

-Porque...no importa.

-Tu pareces muy feliz –dijo Lupin dejando la silla y sentándose en un sillón rente al sofá en donde se encontraba Harry.

-Si...hice que Hermione confiese que está enamorada de Ron.

-Eso es una buena noticia. Quieres te?

-Si, gracias.

-Harry...hace tiempo que quiero preguntarte algo...no lo tomes a mal, pero...

-Oh vamos Remus...eres tan padre mio como Sirius...hay confianza. –lo animó Harry.

-Es que...siempre te veo formando parejas...jugando a cupido. Ron y Hermione, Ginny y Neville, Parvati y Lavender, Dean y Susan Bones, Justin y Seamus...pero tu...

-Yo?

-Tu siempre estás solo. No hay nadie que te interese?

-Ah..era eso...es que...cómo te lo explico?

-Como puedas.

-Había alguien que me...gustaba...creo. Pero...no es posible..por muchas razones.

-Tengo toda la noche para escucharte. –dijo Remus acomodándose en el sillón y sonriendo.

-Bien...eh...primero...es un chico...pero en realidad eso no sería inconveniente...salvo por el hecho de que a él le gustan las chicas.

-Estás seguro de eso?

-Si. Pero ese no es el único impedimento. Digamos que...está "ocupado".

-Mmmm. Bueno...pero...no puedes fijarte en alguien mas? Hay miles de chicos y chicas que darían cualquier cosa por estar contigo.

-Justamente eso es lo que me molesta Remus. Todas esas cartas de gente desconocida, de hombres y mujeres que dicen "amarme", sólo por el hecho de haberme enfrentado a Voldemort. Quiero a alguien que me quiera por lo que soy, no por "quién soy".

-Aja...entonces...tu dices que todos se te acercan por ser Harry Potter, el super niño que vivió.

-Es así Remus, no intentes disuadirme porque lo se.

-Es probable que muchas personas piensen así. Pero no todas. Tal vez debas darles una oportunidad...no sé.

-Puede ser. Pero...ya que estamos en este terreno...y tu? Por qué no me dices quién es esa persona que te quita el sueño? Tal vez pueda ayudarte. –dijo Harry intentando cambiar el rumbo de la conversación.

-Ah...no! "Eso" es un secreto mío, y sólo mío.

-Remsie...por favor... –suplicó Harry haciéndo un puchero. –Déjame adivinar...

-No lo harás..pero inténtalo. Juro que si nombras a la persona te lo digo.

-Ok. Mmmm...Sirius?

-Jajajaja! No! Jamás! Sirius es mi hermano!

-Está bien..tenía que preguntar. Eh...Ya sé! Micaela...esa auror de la Orden, la que tiene locos a todos.

-No! Por Merlín! Jamás lo adivinarás...

-Aja...entonces es la persona menos esperada...digo, si estás tan convencido de que nunca lo adivinaré...Snape!

-Seve...Severus...eh....no...

-Te descubrí! Estás completamente sonrojado! Te gusta Snape! Jajajajaja!

-No te burles jovencito. –dijo Remus recobrando la compostura.

-Lo siento...eh...hay que hacer algo al respecto entonces..

-No!

-Oh...lo siento Moony...pero no voy a quedarme de brazos cruzados. Es cierto que creía que tenías mejor gusto...porque no es lo que se llama un bombón..pero...debe tener lo suyo. En fin..ya pensaré en algo...tu tranquilo. Como que me llamo Harry Potter que Snape se va a enamorar de ti. –y diciendo eso se fue del despacho, dejando a un profesor de Defensa completamente sorprendido.

***

Harry atravesó el retrato de la Dama Gorda, dejando a Ron Weasley y Hermione Granger en silencio. Ron aún no sabía cómo reaccionar, si hablarle, si besarla, si abrazarla o que. Hermione, por su parte, estaba tan avergonzada que no se atrevía a enfrentar los ojos celestes de su amigo.

-Her...Hermione? –dijo Ron arrodillándose frente a ella.

-Lo..lo siento Ron....yo....

-Hermione –repitió Ron ahora un poco mas seguro, tomándola del mentón para verla a los ojos. –Por qué estás llorando?

-Eh...yo....está bien si no quieres seguir siendo mi amigo –se defendió Hermione, haciendo un intento para ponerse de pie.

-Mione...cómo puedes pensar eso? –preguntó Ron poniendo sus manos en los hombros de su amiga, para evitar que se vaya.

-Es que....yo...

-Déjame hablar, quieres? –Hermione asintió sin mirarlo –Recuerdas cuando nos peleamos en 3° año? Yo estaba furioso, enojadísimo contigo....y, sin embargo, lo único que quería era volver a hablar como lo hacíamos antes, que nos regañes por no hacer las tareas, por levantarnos tarde...ya sabes. Después..en 4°, cuando vino Krum...nunca estuve tan celoso en toda mi vida. Ese Búlgaro se estaba llevando a mi mejor amiga. En 5°, cuando Lucius Malfoy te lanzó esos Cruciatus...tenía tanto miedo de perderte, todos esos días que estuviste en San Mungo yo no me moví de tu lado. El año pasado, cuando Ernie se te declaró y decidiste salir con él...creí que me moría. Sabes por qué?

-Porque eres un buen amigo.

-No. Porque, aunque no me di cuenta hasta el año pasado, ya estaba enamorado de ti. Porque eres la única mujer que tengo en mente las 24 horas del día. Porque si no te tengo a mi lado, no soy feliz.

-Y...Padma? –preguntó Hermione haciendo alusión a la exnovia del pelirrojo.

-Es una buena chica, a la cual aprecio mucho, pero no estoy enamorado de ella. Vamos Hermione, si ni siquiera me dolió que me deje! No escuhaste lo que acabo de decirte? Te amo, Hermione Granger. A ti y solo a ti.

Ahora los dos sonreían, mirándose a los ojos, mientras sus rostros se acercaban, para dar paso al primer y tan esperado beso entre ambos. Un beso delicado, suave, lento, para que pudieran disfrutar de todos esos sentimientos que tenían dentro suyo. Un beso que tendrían que haberse dado hace varios años ya.

Hermione entrelazó sus brazos detrás de la nuca de Ron, mientras él la levantaba y la abrazaba por la cintura. Dios! Tanto tiempo esperando ese momento! Cómo describir las sensaciones que estaban experimentando? Porque si la corriente eléctrica que sentían recorrer sus cuerpos, las caricias que se regalaban mientras se besaban, la danza sensual que realizaban sus lenguas o los latidos cada vez mas acelerados de sus corazones no se debían al amor, entonces el amor no existía.

Cuando el oxígeno comenzó a faltar se separaron, pero sus manos seguían acariciando el cuerpo del otro. Ese instante pareció durar años, siglos, y fueron sólo unos segundos los que tardaron en volver a besarse, mientras Ron la conducía a la habitación. Estar de novio con la Prefecta de Gryffindor tenía sus ventajas...una habitación solo para ella. Una habitación en donde le iba a demostrar todo lo que la amaba y todo lo que había estado deseando el momento en que sus cuerpos se unieran, para formar uno solo.

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