DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK
Rowling, Warner Bros, etc, etc... NO gano dinero con esto
ADVERTENCIA: este fic contiene slash, si no te gusta no lo leas. Tambien hay escenas de violencia y violación (pero les voy a avisar cuando sucedan, para que el que no quiere no las lea).
RESPUESTAS A REVIEWS:
Liam_Black: hola! Me parece que si Harry quiere hacer de celestino con Remus y Severus tiene que llevarse bien con el, no? En todo caso, ya veremos si la historia sigue siendo de tu agrado.
AgusstinaMalfo: hola! Que bueno que me dejaste tu opinion. No estaba segura sobre el capitulo. Tal vez no estaba demasiado inspirada. Por lo pronto, lo voy a seguir. Si hay algo que no te gusta, podes dejar tus criticas, que son bienvenidas: todo para mejorar!
CAPITULO 6: SEX TOY.
El estómago le crugía, no había comido nada en todo el día anterior. No tenía idea de donde quedaban las cocinas y Draco le había prohibido ir al Gran Salón. Por qué su vida era así de desastroza? Daría cualquier cosa por salir de allí corriendo. Maldito Sombrero que se había negado a ponerla en Slytherin.
Lizeth se sentó en la mesa de su casa, por mas famélica que estuviese, tenía que desayunar con lentitud y serenidad, toda una lady. Había veces que odiaba el maldito protocolo. Una mirada a la mesa de Slytherin le bastó para saber que su prometido había pasado la noche en cualquier lado menos en su cama. Investigando, notó que Pansy Parkinson tampoco estaba. Era de esperarse.
Un par de picotazos en su mano derecha la sacaron de los insultos mentales que estaba profiriendo a la Slytherin. La lechuza de Lucius Malfoy, de carácter arrogante y orgullosa, estaba frente a ella. Negra como la mas oscura de las noches, como la magia que practicaba su familia, como las intenciones del mayor de los Malfoy. Sólo que tenía ciertos reflejos cobrizos, que la hacían ver absolutamente demoníaca.
La nota era corta y sencilla. Lucius Malfoy iba a ir por ellos en unos días, para arreglar todos los papeles y documentos del enlace. Les informaba que ya había mandado una misiva a la Directora del Colegio, para que supiera que ese día se iban con él. Cuando dejó de leer, las puertas del Gran Salón se abrieron y todo el alumnado se quedó mudo al ver entrar a Draco Malfoy, con Pansy Parkinson colgada de su cuello.
Lizeth respiró hondo, sintiendo todas las miradas en ella y se acercó a la parejita que acababa de entrar. Esa humillación la iba a pagar caro, aunque después tenga que soportar una sesión de golpes. Draco Malfoy iba a saber con quien se estaba metiendo. Una cosa era que se acueste con medio colegio, pero otra era que lo haga en frente de todos.
-Buenos días –dijo Lizeth interceptando a los recién llegados. –tu padre te envió esto –continuó entregándole la carta –Puedo ver por qué la lechuza no te encontró –agregó mirando despectivamente a Pansy.
-Querida....cualquiera diría que estas celosa. –Dijo Pansy sonriendo con arrogancia.
-De ti Parkinson? –dijo riendo fríamente, ahora todo el comedor les prestaba atención –Olvídalo. De todos modos voy a darte los motivos: Primero, eres absolutamente horrible, no entiendo como Draco tuvo el estómago para acostarse contigo. Segundo: todo el mundo sabe que las mujeres "decentes" se conservan para la noche de bodas, por lo tanto, no lo eres –A medida que Lizeth hablaba, el rostro de Pansy enrojecía y Draco sonreía divertido –Tercero: no tengo por qué estar celosa del "Juguete sexual" de Draco, porque eso es lo que eres. O acaso no sabes que YO voy a ser la Señora Malfoy?....Tal vez, con suerte, tu logres ser...mmmm...la señora Goyle? O Crabbe? Y por último, nadie podría sentir celos de una prostituta como tu.
El Gran Salón estalló en carcajadas. Pansy Parkinson soltó algunas lágrimas de furia y humillación, dio media vuelta y se fue, deseando matar a esa idiota. Lizeth dirigió su mirada a Draco, que le sonrió como siempre, de forma malvada y se le acercó, con claras intenciones de besarla.
-No pienses ni por un segundo que voy a dejar que me toques después de que te acostaste con terrible puta Draco. –dijo Lizeth alejando su rostro y saliendo del Gran Salón, lo que produjo otra cataratas de risas, esta vez, burlándose del "Príncipe de Slytherin.
Los profesores observaron la escena preocupados. Sabían que después de eso se iba a venir una tormenta imposible de detener. Los alumnos aún reían, salvo uno. Harry Potter empezó a sentirse mal por Lizeth Avery. Impotencia, furia, odio, lástima, entendimiento, todos sentimientos que se agolpaban dentro suyo sin saber por qué. Se puso de pie de golpe y salió del Gran salón.
***
Ron y Hermione vieron a Harry que se iba del Gran Salón como alma que la lleva el diablo. Definitivamente algo le estaba pasando. Algunos otros ojos curiosos también notaron la apresurada salida del Niño que vivió. Sirius lo miró confundido, Remus sonrió tímidamente y Snape, dirigió su vista preocupado a la mesa de los alumnos de su casa.
Draco Malfoy estaba colérico. No sólo su prometida lo había despreciado en frente a todos sus compañeros, sino que Potter salía tras ella. No le cabían dudas, esos dos tenían algo, y él no se dejaba pisotear. Ahora sí que se iba a arrepentir. NADIE le hacía eso a un Malfoy.
Snape le hizo señas a Lupin, y ambos salieron del Gran Salón, rumbo a las mazmorras. A diferencia de lo que cualquier persona esperaría, el despacho del profesor de pociones se caracterizaba por su calidez. La chimenea siempre estaba encendida y con un hechizo que impedía que el calor se pierda en el frío de esa zona del castillo.
-Dile a Potter que deje de hacerse el héroe. –dijo Snape cuando entraron al despacho –lo único que acaba de lograr es enfurecer mas a Draco Malfoy. Lo vio salir detrás de Avery, y te puedo asegurar que no le gustó en lo mas mínimo.
-Severus...sabes que no tiene complejo de héroe –respondió Lupin en defensa de Harry –Es sólo que le molestan ese tipo de cosas.
-A mi también me molestan algunas cosas, y sin embargo, no voy por ahí poniendo en peligro a los demás, porque eso es lo que hizo. Pero...a quién le estoy diciendo eso? –exclamó observando con superioridad a Remus –Si el señor licántropo y sus amigos adoran poner en peligro a la gente!
-No Severus. Creo que ya habíamos aclarado que yo no tuve nada que ver con el incidente del Sauce Boxeador. Hasta Sirius reconoció que estuvo mal.
-Ahora se llama "incidente". Bien....porque yo podría haber muerto Lupin. Podría haber sido tu cena.
-Me estás agrediendo sin motivo Severus.
-Sin motivo?
Severus se acercó lentamente a Lupin, con su mejor mirada asesina, dispuesto a maldecirlo si no dejaba de quitarle importancia al asunto. Remus se quedó estático, cerró sus ojos pensando que, de moverse, iba a sufrir las consecuencias de encolerizar a Severus Snape. Por qué demonios no podían llevarse bien? Hasta Harry lo había logrado.
Abrió los ojos nuevamente, preguntándose por que aún no había recibido ningún golpe, cuando se encontró con dos orbes negras que se clavaron en sus ojos. Podía sentir la mirada penetrante de Snape que, en otros momentos, le habría hecho girar y mirar para otro lado, pero ahora no. Él era valiente, como todo Gryffindor ("que gran mentira", pensó) y no se iba a mover de allí.
Por primera vez en mucho tiempo, Snape se perdió en una mirada. Nunca había notado que los ojos de Lupin eran dorados y que eran mas expresivos que los de cualquier otra persona. Por un instante, tuvo el impulso de acercarse y besarlo, besarlo como no había besado a nadie, y tomarlo, allí mismo en su despacho, hasta que sus cuerpos agotados ya no pudieran mas. Pero el sonido de la puerta al abrirse de golpe y dar contra la fría pared de piedras lo hizo desistir de esos pensamientos que no sabía de dónde habían salido.
Sirius Black se quedó de piedra al ver a su amigo Remus, con el rostro sonrojado, a centímetros del de Snape. Estaba sucediendo lo que pensaba o estaban discutiendo y él estaba malinterpretando las cosas? No importaba demasiado en ese momento, pues había problemas más urgentes que solucionar. Snape se separó de Remus, sintiendo vergüenza de sus pensamientos y furia hacia Black, que lo había interrumpido.
-Que yo sepa, este es MI despacho, Black –siseó con odio –Qué es lo que quieres?
-Malfoy está en el retrato de la Dama Gorda, diciendo que si no lo dejan entrar a la Sala Común de Gryffindor, va a romperlo. La Dama Gorda no deja de gritar y se fue del cuadro, o sea, que es imposible ingresar o salir de la Torre.
-Y...eso debería interesarme porque....
-Porque eres el Subdirector de Hogwarts Snivellus! –exclamó Black perdiendo la paciencia –Y porque es un alumno de tu casa el que está armando el alboroto!
-Bien, bien –respondió Snape –Vamos.
***
Lizeth corrió hacia su Torre, luego de haber abandonado el Gran Salón. Con suerte, Draco no la seguiría y podía buscar alguna excusa para librarse del castigo por humillarlo frente a todo el colegio. Atravesó el retrato y notó que, para su suerte, la Sala Común estaba desierta. Todos los Gryffindors estaban desayunando, por lo que se sentó en el suelo, recargando la espalda contra la pared, y abrazándose las piernas.
Harry entró unos minutos después que ella. Iba a dirigirse a las habitaciones de las chicas, cuando sintió unos ahogados sollozos provenientes de un rincón alejado, dentro de la Sala Común. Buscó a Lizeth y la encontró, llorando y meciéndose suavemente. Al parecer, no había notado su presencia.
-Lizeth? –la llamó Harry arrodillándose frente a ella.
-Déjame Potter! –exclamó limpiándose las lágrimas bruscamente e intentando ponerse de pie, pero Harry fue mas rápido y la volvió al suelo.
-No. Escúchame. Si no estás de acuerdo con lo que te digo, entonces no te hablaré mas. Está bien?
-Terminemos de una vez con esto.
-Lizeth...no hay nada que se pueda hacer para terminar con el estúpido compromiso? Tiene que haber alguna manera....tu no lo quieres, eso se nota.
-No es cuestión de amor, Potter.
-Lo se. Pero no es justo que te condenen a pasar tu vida unto a una persona que no te ama, por la que no sientes nada, y encima te maltrata. Por qué no dejas que alguien te ayude? Qué es lo que sucedería si te niegas a casarte?
-Van a seguir muriendo. Yo no quiero que nadie mas muera por mi culpa...
-Quién murió?
-Mi mamá, Lukas, Katri –lloró Lizeth abrazándose mas fuerte.
-Quienes eran? –preguntó Harry con un nudo en la garganta. –Quién los mató? Por qué?
-Mi mamá...porque se negó al compromiso. Katri era mi mejor amiga....la mataron por intentar ayudarme a escapar....Y Lukas...Lukas era mi amor, mi luz, mi vida...y ya no está. Apagaron su vida sólo porque me amó y yo lo amé.
-Lo siento –dijo Harry levantándole el mentón –Si quieres yo puedo ayudarte.
-Nadie puede Potter. No entiendes? Todo el que se acerca a mi muere!
-Esa frase es mía. –dijo Harry intentando hacerla sonreír –Si hay algo que aprendí de todo lo que tuve que vivir, y todas las muertes que tuve que soportar, es que culpándose a uno mismo no se logra nada. Los únicos culpables son quienes los mataron, quienes acabaron con sus vidas, no tu. Tu no eres mas que una persona, con derecho a vivir su vida como tenga ganas, como cualquiera de nosotros.
-Ya perdí ese derecho –dijo amargamente Lizeth. –No hay nada que puedas hacer.
-Puedo ser tu amigo. –propuso Harry, a lo que Lizeth respondió alejándose de él. –ey! Tan desagradable soy?
-Mira Potter. Hay muchas cosas que tu no entiendes. Nosotros no podemos...
-Si si. Ya lo sé. Lo tienes prohibido. –respondió Harry –Pero él no tiene por qué enterarse. Nadie tiene que saberlo. Ni siquiera Ron y Hermione. Te parece?
-No lo se....yo...
-LIZETH AVERY!!! SI NO SALES INMEDIATAMENTE DE LA SALA COMÚN VOY A ENTRAR POR TI!!! –se escuchó la voz de Draco proveniente del pasillo.
-Mierda! –exclamó Lizeth –Olvida lo que hablamos Potter. –dijo encaminándose a la salida.
-No! –dijo Harry tomándola del brazo –No vas a salir ahora! Estás loca? Está furioso!
-Te aseguro que si entra va a estar peor.
-No puede entrar. No sabe la contraseña y la Dama Gorda no lo va a dejar entrar. Ve a tu habitación, por las dudas, yo me voy a quedar aquí.
***
La mayoría de los alumnos de Hogwarts, se habían arrimado a la Torre de Gryffindor al escuchar los gritos encolerizados de Draco Malfoy y las exclamaciones de horror de la Dama Gorda. Nadie comprendía muy bien que era lo que sucedía, pero lo que sí sabían es que no deseaban estar en el lugar de Avery.
Snape, Black y Lupin llegaron minutos mas tarde, agitados por haber corrido, y se hicieron paso entre los alumnos. Cuando llegaron hasta Malfoy, Severus le puso una mano en el hombro, haciendo que se gire a verlo. Batalla de miradas. No se sabía cuál de los dos estaba mas furioso, pero sí cual de los dos iba a ganar la pulseada.
-Qué se supone que está haciendo, Señor Malfoy?
-Intento hablar con mi prometida. Algún problema con eso?
-Le sugiero que modere el tono de su voz –dijo el amenazante profesor –Sígame a mi despacho.
-No.
-Malfoy, si no quiere sufrir una desagradable detención, sígame. Ahora. –dijo Snape, sin dejar opciones al rubio. Cuando volteó nuevamente, notó que todas las miradas estaban en él –NO HAY NADA QUE VER! A CLASES! TODOS!
Como si el mismo Voldemort lo estuviese diciendo, todos los alumnos salieron corriendo del pasillo y se fueron a sus respectivas clases, incrédulos por la escena que habían presenciado. Nunca antes Draco Malfoy había perdido la serenidad de esa forma. Era definitivamente gratificante verlo gritar como un loco frente a un retrato vacío.
Lupin y Black, convencieron a la Dama Gorda de regresar a su puesto, y entraron a la sala Común. Sólo encontraron a Harry, leyendo un libro de Defensa contra las Artes Oscuras, sentado en un sillón. Pero el modo en que levantó la vista cuando entraron, les hizo notar que no estuvo todo el tiempo leyendo.
Harry observó a las dos personas frente a él. En otros momentos se habría alegrado de ver a su padrino, pero no ahora. Aún se sentía dolido por las palabras del animago, por su desconfianza y por sus estúpidos celos. Sin decir una palabra se levantó y se encaminó a la salida. Pero Black le impidió el paso.
-Dónde está Lizeth, Harry?
-No lo sé, profesor Black –dijo Harry, enfatizando las dos últimas palabras.
-Harry...no hagas esto...yo...
-Profesor, disculpe, pero tengo que ir a clases. No tengo intenciones de ausentarme para que Trelawney diga que al fin se cumplió su última predicción. Es decir, mi muerte.
-No vas a clases. Le voy a enviar una nota a la profesora. Necesito hablar contigo.
-No se cual será el motivo, pero si es por algún asunto de su materia, podría esperar a que llegue su hora, no?
-Harry! –exclamó Sirius –Puedes dejar de hablarme como si fuera Snape?
-El profesor Snape ya no me desagrada –dijo Harry sonriendo lateralmente –Parece que se han intercambiado los papeles.
-Por favor, discúlpame Harry, yo...no se...estaba celoso.
-Explíquese, profesor.
-Sentí que no me tenías confianza. Que Snivellus estaba tomando mi lugar...No sabía que sentías todas esas cosas, no sabía que....lo siento. Soy un idiota.
-Eso es la verdad mas grande que escuché en mi vida –dijo Harry sonriendo –eres un idiota, pero también eres lo mas importante para mí. Yo también me sobrepasé un poco.
Sirius abrazó a Harry como si fuera la primera vez. Lo había extrañado esos días. No podía vivir sin el amor de su ahijado, su hijo, su amigo, su hermano. Tantas cosas simbolizaba ese pequeño, que la idea de perderlo era aterradora. El menor le sonrió a Remus, que miraba la escena divertido, por ser la segunda vez que veía a su amigo disculparse con alguien tan sinceramente. La primera había sido cuando mandó a Severus al Sauce Boxeador.
Severus...qué demonios había sucedido en su despacho? Por un segundo Remus sintió que el profesor de Pociones correspondía a sus sentimientos. El recuerdo de la profunda mirada negra atravesándolo le dio un escalofrío, y sintió el rubor asomar en sus mejillas. Si tan solo el hombre no fuera tan frío. Si tan sólo pudiese confesarle sus sentimientos, pero lo mas seguro era que iba a recibir la peor burla de su vida.
***
Por su lado, el profesor de Pociones se encontraba en la misma situación que Remus. Caminaba, con Malfoy detrás, pensando en lo que viese sucedido si Black no hubiera entrado de esa forma a su despacho. Probablemente ahora estaría sobre Lupin, sintiendo su cuerpo sudado, su respiración agitada, sus gemidos, escuchando su nombre pronunciado con pasión, uniéndose a él en una danza que sólo los amantes saben bailar.
Se maldijo a sí mismo por sus pensamientos. Remus Lupin era su enemigo, un licántropo, una bestia....el lobo de apoderaría de él en los momentos de pasión? "BASTA" Se dijo a sí mismo. Tenía que encontrar algo mas saludable en que pensar. Además, lo mas probable era que Lupin se riera de él. No le hubiera correspondido el beso de ninguna forma, estaba casi seguro de que tenía algo con Black.
En qué momento se había metido el licántropo en sus pensamientos eróticos? La respuesta a esa pregunta no era fácil. Recordó sus tantos sueños con él, de adolescente, cuando compartían sus clases. Recordó como deseaba ser él único que recorriera ese cuerpo, que para algunos era flacucho y enfermizo, pero para él, era el paraíso. Por eso le daba miedo Lupin. No por ser un licántropo, sino por la posibilidad de enamorarse de él. El amor estaba prohibido para el Jefe de Slytherin. Era un sentimiento idiota que no hacía mas que complicarle la existencia a las personas. Él no iba a ser víctima de eso....no señor!
-Piensa hablarme? –Malfoy interrumpió sus pensamientos –A qué me trajo a su despacho?
-Mas respeto señor Malfoy –respondió Snape, sosteniendo su máscara –Qué pretendía amenazando al retrato y gritando frente a la entrada de la Sala Común de Gryffindor?
-Ya le respondí esa pregunta. Quería hablar con Lizeth.
-No creo que el término sea hablar, Malfoy –respondió Snape.
-De todos modos, eso no le interesa. Ella es MI propiedad, puedo hacer lo que quiera.
-Lo se. No voy a negárselo. Pero déjeme decirle una cosa....si su comportamiento se debe a la actitud de Avery esta mañana en el Gran Salón, creo que debería dejarlo pasar. Es lógico que la chica reaccione así. Después de todo, usted se estaba pavoneando con Parkinson frente a todo el colegio.
-No es solo eso. Potter salió tras ella.
-Mire Malfoy. Si lo que está pensando es que esos dos lo engañan, quítese las ideas de la cabeza, porque se odian. Conozco a Potter como la palma de mi mano, y está furioso por el castigo injusto que le puse. Sé que no fue Potter quien la golpeó, pero quién puede culparme por castigarlo? Es algo tan placentero.... –dijo Snape, y Malfoy sonrió.
-Está seguro?
-Tranquilícese Malfoy. Le aseguro que lo único que hay entre ellos es odio. Ahora...creo que tiene clases a las que asistir, verdad?
-Hasta luego. –dijo Draco saliendo del aula.
ACA TIENEN UN NUEVO CAPITULO!!! ESPERO QUE LES GUSTE!!!
EN LA PROXIMA ENTREGA, VIENEN MOMENTOS DIFÍCILES PARA GENTE IMPRESIONABLE..JEJE
DEJENME SUS REVIEWS!! QUE NO HAY COSA QUE ME HAGA MAS FELIZ QUE LEER SUS COMENTARIOS!!!!!!!
GRACIAS A TODOS!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gala.
ADVERTENCIA: este fic contiene slash, si no te gusta no lo leas. Tambien hay escenas de violencia y violación (pero les voy a avisar cuando sucedan, para que el que no quiere no las lea).
RESPUESTAS A REVIEWS:
Liam_Black: hola! Me parece que si Harry quiere hacer de celestino con Remus y Severus tiene que llevarse bien con el, no? En todo caso, ya veremos si la historia sigue siendo de tu agrado.
AgusstinaMalfo: hola! Que bueno que me dejaste tu opinion. No estaba segura sobre el capitulo. Tal vez no estaba demasiado inspirada. Por lo pronto, lo voy a seguir. Si hay algo que no te gusta, podes dejar tus criticas, que son bienvenidas: todo para mejorar!
CAPITULO 6: SEX TOY.
El estómago le crugía, no había comido nada en todo el día anterior. No tenía idea de donde quedaban las cocinas y Draco le había prohibido ir al Gran Salón. Por qué su vida era así de desastroza? Daría cualquier cosa por salir de allí corriendo. Maldito Sombrero que se había negado a ponerla en Slytherin.
Lizeth se sentó en la mesa de su casa, por mas famélica que estuviese, tenía que desayunar con lentitud y serenidad, toda una lady. Había veces que odiaba el maldito protocolo. Una mirada a la mesa de Slytherin le bastó para saber que su prometido había pasado la noche en cualquier lado menos en su cama. Investigando, notó que Pansy Parkinson tampoco estaba. Era de esperarse.
Un par de picotazos en su mano derecha la sacaron de los insultos mentales que estaba profiriendo a la Slytherin. La lechuza de Lucius Malfoy, de carácter arrogante y orgullosa, estaba frente a ella. Negra como la mas oscura de las noches, como la magia que practicaba su familia, como las intenciones del mayor de los Malfoy. Sólo que tenía ciertos reflejos cobrizos, que la hacían ver absolutamente demoníaca.
La nota era corta y sencilla. Lucius Malfoy iba a ir por ellos en unos días, para arreglar todos los papeles y documentos del enlace. Les informaba que ya había mandado una misiva a la Directora del Colegio, para que supiera que ese día se iban con él. Cuando dejó de leer, las puertas del Gran Salón se abrieron y todo el alumnado se quedó mudo al ver entrar a Draco Malfoy, con Pansy Parkinson colgada de su cuello.
Lizeth respiró hondo, sintiendo todas las miradas en ella y se acercó a la parejita que acababa de entrar. Esa humillación la iba a pagar caro, aunque después tenga que soportar una sesión de golpes. Draco Malfoy iba a saber con quien se estaba metiendo. Una cosa era que se acueste con medio colegio, pero otra era que lo haga en frente de todos.
-Buenos días –dijo Lizeth interceptando a los recién llegados. –tu padre te envió esto –continuó entregándole la carta –Puedo ver por qué la lechuza no te encontró –agregó mirando despectivamente a Pansy.
-Querida....cualquiera diría que estas celosa. –Dijo Pansy sonriendo con arrogancia.
-De ti Parkinson? –dijo riendo fríamente, ahora todo el comedor les prestaba atención –Olvídalo. De todos modos voy a darte los motivos: Primero, eres absolutamente horrible, no entiendo como Draco tuvo el estómago para acostarse contigo. Segundo: todo el mundo sabe que las mujeres "decentes" se conservan para la noche de bodas, por lo tanto, no lo eres –A medida que Lizeth hablaba, el rostro de Pansy enrojecía y Draco sonreía divertido –Tercero: no tengo por qué estar celosa del "Juguete sexual" de Draco, porque eso es lo que eres. O acaso no sabes que YO voy a ser la Señora Malfoy?....Tal vez, con suerte, tu logres ser...mmmm...la señora Goyle? O Crabbe? Y por último, nadie podría sentir celos de una prostituta como tu.
El Gran Salón estalló en carcajadas. Pansy Parkinson soltó algunas lágrimas de furia y humillación, dio media vuelta y se fue, deseando matar a esa idiota. Lizeth dirigió su mirada a Draco, que le sonrió como siempre, de forma malvada y se le acercó, con claras intenciones de besarla.
-No pienses ni por un segundo que voy a dejar que me toques después de que te acostaste con terrible puta Draco. –dijo Lizeth alejando su rostro y saliendo del Gran Salón, lo que produjo otra cataratas de risas, esta vez, burlándose del "Príncipe de Slytherin.
Los profesores observaron la escena preocupados. Sabían que después de eso se iba a venir una tormenta imposible de detener. Los alumnos aún reían, salvo uno. Harry Potter empezó a sentirse mal por Lizeth Avery. Impotencia, furia, odio, lástima, entendimiento, todos sentimientos que se agolpaban dentro suyo sin saber por qué. Se puso de pie de golpe y salió del Gran salón.
***
Ron y Hermione vieron a Harry que se iba del Gran Salón como alma que la lleva el diablo. Definitivamente algo le estaba pasando. Algunos otros ojos curiosos también notaron la apresurada salida del Niño que vivió. Sirius lo miró confundido, Remus sonrió tímidamente y Snape, dirigió su vista preocupado a la mesa de los alumnos de su casa.
Draco Malfoy estaba colérico. No sólo su prometida lo había despreciado en frente a todos sus compañeros, sino que Potter salía tras ella. No le cabían dudas, esos dos tenían algo, y él no se dejaba pisotear. Ahora sí que se iba a arrepentir. NADIE le hacía eso a un Malfoy.
Snape le hizo señas a Lupin, y ambos salieron del Gran Salón, rumbo a las mazmorras. A diferencia de lo que cualquier persona esperaría, el despacho del profesor de pociones se caracterizaba por su calidez. La chimenea siempre estaba encendida y con un hechizo que impedía que el calor se pierda en el frío de esa zona del castillo.
-Dile a Potter que deje de hacerse el héroe. –dijo Snape cuando entraron al despacho –lo único que acaba de lograr es enfurecer mas a Draco Malfoy. Lo vio salir detrás de Avery, y te puedo asegurar que no le gustó en lo mas mínimo.
-Severus...sabes que no tiene complejo de héroe –respondió Lupin en defensa de Harry –Es sólo que le molestan ese tipo de cosas.
-A mi también me molestan algunas cosas, y sin embargo, no voy por ahí poniendo en peligro a los demás, porque eso es lo que hizo. Pero...a quién le estoy diciendo eso? –exclamó observando con superioridad a Remus –Si el señor licántropo y sus amigos adoran poner en peligro a la gente!
-No Severus. Creo que ya habíamos aclarado que yo no tuve nada que ver con el incidente del Sauce Boxeador. Hasta Sirius reconoció que estuvo mal.
-Ahora se llama "incidente". Bien....porque yo podría haber muerto Lupin. Podría haber sido tu cena.
-Me estás agrediendo sin motivo Severus.
-Sin motivo?
Severus se acercó lentamente a Lupin, con su mejor mirada asesina, dispuesto a maldecirlo si no dejaba de quitarle importancia al asunto. Remus se quedó estático, cerró sus ojos pensando que, de moverse, iba a sufrir las consecuencias de encolerizar a Severus Snape. Por qué demonios no podían llevarse bien? Hasta Harry lo había logrado.
Abrió los ojos nuevamente, preguntándose por que aún no había recibido ningún golpe, cuando se encontró con dos orbes negras que se clavaron en sus ojos. Podía sentir la mirada penetrante de Snape que, en otros momentos, le habría hecho girar y mirar para otro lado, pero ahora no. Él era valiente, como todo Gryffindor ("que gran mentira", pensó) y no se iba a mover de allí.
Por primera vez en mucho tiempo, Snape se perdió en una mirada. Nunca había notado que los ojos de Lupin eran dorados y que eran mas expresivos que los de cualquier otra persona. Por un instante, tuvo el impulso de acercarse y besarlo, besarlo como no había besado a nadie, y tomarlo, allí mismo en su despacho, hasta que sus cuerpos agotados ya no pudieran mas. Pero el sonido de la puerta al abrirse de golpe y dar contra la fría pared de piedras lo hizo desistir de esos pensamientos que no sabía de dónde habían salido.
Sirius Black se quedó de piedra al ver a su amigo Remus, con el rostro sonrojado, a centímetros del de Snape. Estaba sucediendo lo que pensaba o estaban discutiendo y él estaba malinterpretando las cosas? No importaba demasiado en ese momento, pues había problemas más urgentes que solucionar. Snape se separó de Remus, sintiendo vergüenza de sus pensamientos y furia hacia Black, que lo había interrumpido.
-Que yo sepa, este es MI despacho, Black –siseó con odio –Qué es lo que quieres?
-Malfoy está en el retrato de la Dama Gorda, diciendo que si no lo dejan entrar a la Sala Común de Gryffindor, va a romperlo. La Dama Gorda no deja de gritar y se fue del cuadro, o sea, que es imposible ingresar o salir de la Torre.
-Y...eso debería interesarme porque....
-Porque eres el Subdirector de Hogwarts Snivellus! –exclamó Black perdiendo la paciencia –Y porque es un alumno de tu casa el que está armando el alboroto!
-Bien, bien –respondió Snape –Vamos.
***
Lizeth corrió hacia su Torre, luego de haber abandonado el Gran Salón. Con suerte, Draco no la seguiría y podía buscar alguna excusa para librarse del castigo por humillarlo frente a todo el colegio. Atravesó el retrato y notó que, para su suerte, la Sala Común estaba desierta. Todos los Gryffindors estaban desayunando, por lo que se sentó en el suelo, recargando la espalda contra la pared, y abrazándose las piernas.
Harry entró unos minutos después que ella. Iba a dirigirse a las habitaciones de las chicas, cuando sintió unos ahogados sollozos provenientes de un rincón alejado, dentro de la Sala Común. Buscó a Lizeth y la encontró, llorando y meciéndose suavemente. Al parecer, no había notado su presencia.
-Lizeth? –la llamó Harry arrodillándose frente a ella.
-Déjame Potter! –exclamó limpiándose las lágrimas bruscamente e intentando ponerse de pie, pero Harry fue mas rápido y la volvió al suelo.
-No. Escúchame. Si no estás de acuerdo con lo que te digo, entonces no te hablaré mas. Está bien?
-Terminemos de una vez con esto.
-Lizeth...no hay nada que se pueda hacer para terminar con el estúpido compromiso? Tiene que haber alguna manera....tu no lo quieres, eso se nota.
-No es cuestión de amor, Potter.
-Lo se. Pero no es justo que te condenen a pasar tu vida unto a una persona que no te ama, por la que no sientes nada, y encima te maltrata. Por qué no dejas que alguien te ayude? Qué es lo que sucedería si te niegas a casarte?
-Van a seguir muriendo. Yo no quiero que nadie mas muera por mi culpa...
-Quién murió?
-Mi mamá, Lukas, Katri –lloró Lizeth abrazándose mas fuerte.
-Quienes eran? –preguntó Harry con un nudo en la garganta. –Quién los mató? Por qué?
-Mi mamá...porque se negó al compromiso. Katri era mi mejor amiga....la mataron por intentar ayudarme a escapar....Y Lukas...Lukas era mi amor, mi luz, mi vida...y ya no está. Apagaron su vida sólo porque me amó y yo lo amé.
-Lo siento –dijo Harry levantándole el mentón –Si quieres yo puedo ayudarte.
-Nadie puede Potter. No entiendes? Todo el que se acerca a mi muere!
-Esa frase es mía. –dijo Harry intentando hacerla sonreír –Si hay algo que aprendí de todo lo que tuve que vivir, y todas las muertes que tuve que soportar, es que culpándose a uno mismo no se logra nada. Los únicos culpables son quienes los mataron, quienes acabaron con sus vidas, no tu. Tu no eres mas que una persona, con derecho a vivir su vida como tenga ganas, como cualquiera de nosotros.
-Ya perdí ese derecho –dijo amargamente Lizeth. –No hay nada que puedas hacer.
-Puedo ser tu amigo. –propuso Harry, a lo que Lizeth respondió alejándose de él. –ey! Tan desagradable soy?
-Mira Potter. Hay muchas cosas que tu no entiendes. Nosotros no podemos...
-Si si. Ya lo sé. Lo tienes prohibido. –respondió Harry –Pero él no tiene por qué enterarse. Nadie tiene que saberlo. Ni siquiera Ron y Hermione. Te parece?
-No lo se....yo...
-LIZETH AVERY!!! SI NO SALES INMEDIATAMENTE DE LA SALA COMÚN VOY A ENTRAR POR TI!!! –se escuchó la voz de Draco proveniente del pasillo.
-Mierda! –exclamó Lizeth –Olvida lo que hablamos Potter. –dijo encaminándose a la salida.
-No! –dijo Harry tomándola del brazo –No vas a salir ahora! Estás loca? Está furioso!
-Te aseguro que si entra va a estar peor.
-No puede entrar. No sabe la contraseña y la Dama Gorda no lo va a dejar entrar. Ve a tu habitación, por las dudas, yo me voy a quedar aquí.
***
La mayoría de los alumnos de Hogwarts, se habían arrimado a la Torre de Gryffindor al escuchar los gritos encolerizados de Draco Malfoy y las exclamaciones de horror de la Dama Gorda. Nadie comprendía muy bien que era lo que sucedía, pero lo que sí sabían es que no deseaban estar en el lugar de Avery.
Snape, Black y Lupin llegaron minutos mas tarde, agitados por haber corrido, y se hicieron paso entre los alumnos. Cuando llegaron hasta Malfoy, Severus le puso una mano en el hombro, haciendo que se gire a verlo. Batalla de miradas. No se sabía cuál de los dos estaba mas furioso, pero sí cual de los dos iba a ganar la pulseada.
-Qué se supone que está haciendo, Señor Malfoy?
-Intento hablar con mi prometida. Algún problema con eso?
-Le sugiero que modere el tono de su voz –dijo el amenazante profesor –Sígame a mi despacho.
-No.
-Malfoy, si no quiere sufrir una desagradable detención, sígame. Ahora. –dijo Snape, sin dejar opciones al rubio. Cuando volteó nuevamente, notó que todas las miradas estaban en él –NO HAY NADA QUE VER! A CLASES! TODOS!
Como si el mismo Voldemort lo estuviese diciendo, todos los alumnos salieron corriendo del pasillo y se fueron a sus respectivas clases, incrédulos por la escena que habían presenciado. Nunca antes Draco Malfoy había perdido la serenidad de esa forma. Era definitivamente gratificante verlo gritar como un loco frente a un retrato vacío.
Lupin y Black, convencieron a la Dama Gorda de regresar a su puesto, y entraron a la sala Común. Sólo encontraron a Harry, leyendo un libro de Defensa contra las Artes Oscuras, sentado en un sillón. Pero el modo en que levantó la vista cuando entraron, les hizo notar que no estuvo todo el tiempo leyendo.
Harry observó a las dos personas frente a él. En otros momentos se habría alegrado de ver a su padrino, pero no ahora. Aún se sentía dolido por las palabras del animago, por su desconfianza y por sus estúpidos celos. Sin decir una palabra se levantó y se encaminó a la salida. Pero Black le impidió el paso.
-Dónde está Lizeth, Harry?
-No lo sé, profesor Black –dijo Harry, enfatizando las dos últimas palabras.
-Harry...no hagas esto...yo...
-Profesor, disculpe, pero tengo que ir a clases. No tengo intenciones de ausentarme para que Trelawney diga que al fin se cumplió su última predicción. Es decir, mi muerte.
-No vas a clases. Le voy a enviar una nota a la profesora. Necesito hablar contigo.
-No se cual será el motivo, pero si es por algún asunto de su materia, podría esperar a que llegue su hora, no?
-Harry! –exclamó Sirius –Puedes dejar de hablarme como si fuera Snape?
-El profesor Snape ya no me desagrada –dijo Harry sonriendo lateralmente –Parece que se han intercambiado los papeles.
-Por favor, discúlpame Harry, yo...no se...estaba celoso.
-Explíquese, profesor.
-Sentí que no me tenías confianza. Que Snivellus estaba tomando mi lugar...No sabía que sentías todas esas cosas, no sabía que....lo siento. Soy un idiota.
-Eso es la verdad mas grande que escuché en mi vida –dijo Harry sonriendo –eres un idiota, pero también eres lo mas importante para mí. Yo también me sobrepasé un poco.
Sirius abrazó a Harry como si fuera la primera vez. Lo había extrañado esos días. No podía vivir sin el amor de su ahijado, su hijo, su amigo, su hermano. Tantas cosas simbolizaba ese pequeño, que la idea de perderlo era aterradora. El menor le sonrió a Remus, que miraba la escena divertido, por ser la segunda vez que veía a su amigo disculparse con alguien tan sinceramente. La primera había sido cuando mandó a Severus al Sauce Boxeador.
Severus...qué demonios había sucedido en su despacho? Por un segundo Remus sintió que el profesor de Pociones correspondía a sus sentimientos. El recuerdo de la profunda mirada negra atravesándolo le dio un escalofrío, y sintió el rubor asomar en sus mejillas. Si tan solo el hombre no fuera tan frío. Si tan sólo pudiese confesarle sus sentimientos, pero lo mas seguro era que iba a recibir la peor burla de su vida.
***
Por su lado, el profesor de Pociones se encontraba en la misma situación que Remus. Caminaba, con Malfoy detrás, pensando en lo que viese sucedido si Black no hubiera entrado de esa forma a su despacho. Probablemente ahora estaría sobre Lupin, sintiendo su cuerpo sudado, su respiración agitada, sus gemidos, escuchando su nombre pronunciado con pasión, uniéndose a él en una danza que sólo los amantes saben bailar.
Se maldijo a sí mismo por sus pensamientos. Remus Lupin era su enemigo, un licántropo, una bestia....el lobo de apoderaría de él en los momentos de pasión? "BASTA" Se dijo a sí mismo. Tenía que encontrar algo mas saludable en que pensar. Además, lo mas probable era que Lupin se riera de él. No le hubiera correspondido el beso de ninguna forma, estaba casi seguro de que tenía algo con Black.
En qué momento se había metido el licántropo en sus pensamientos eróticos? La respuesta a esa pregunta no era fácil. Recordó sus tantos sueños con él, de adolescente, cuando compartían sus clases. Recordó como deseaba ser él único que recorriera ese cuerpo, que para algunos era flacucho y enfermizo, pero para él, era el paraíso. Por eso le daba miedo Lupin. No por ser un licántropo, sino por la posibilidad de enamorarse de él. El amor estaba prohibido para el Jefe de Slytherin. Era un sentimiento idiota que no hacía mas que complicarle la existencia a las personas. Él no iba a ser víctima de eso....no señor!
-Piensa hablarme? –Malfoy interrumpió sus pensamientos –A qué me trajo a su despacho?
-Mas respeto señor Malfoy –respondió Snape, sosteniendo su máscara –Qué pretendía amenazando al retrato y gritando frente a la entrada de la Sala Común de Gryffindor?
-Ya le respondí esa pregunta. Quería hablar con Lizeth.
-No creo que el término sea hablar, Malfoy –respondió Snape.
-De todos modos, eso no le interesa. Ella es MI propiedad, puedo hacer lo que quiera.
-Lo se. No voy a negárselo. Pero déjeme decirle una cosa....si su comportamiento se debe a la actitud de Avery esta mañana en el Gran Salón, creo que debería dejarlo pasar. Es lógico que la chica reaccione así. Después de todo, usted se estaba pavoneando con Parkinson frente a todo el colegio.
-No es solo eso. Potter salió tras ella.
-Mire Malfoy. Si lo que está pensando es que esos dos lo engañan, quítese las ideas de la cabeza, porque se odian. Conozco a Potter como la palma de mi mano, y está furioso por el castigo injusto que le puse. Sé que no fue Potter quien la golpeó, pero quién puede culparme por castigarlo? Es algo tan placentero.... –dijo Snape, y Malfoy sonrió.
-Está seguro?
-Tranquilícese Malfoy. Le aseguro que lo único que hay entre ellos es odio. Ahora...creo que tiene clases a las que asistir, verdad?
-Hasta luego. –dijo Draco saliendo del aula.
ACA TIENEN UN NUEVO CAPITULO!!! ESPERO QUE LES GUSTE!!!
EN LA PROXIMA ENTREGA, VIENEN MOMENTOS DIFÍCILES PARA GENTE IMPRESIONABLE..JEJE
DEJENME SUS REVIEWS!! QUE NO HAY COSA QUE ME HAGA MAS FELIZ QUE LEER SUS COMENTARIOS!!!!!!!
GRACIAS A TODOS!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gala.
