DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... NO gano dinero con esto
ADVERTENCIAS: Este fic contiene slash, si no te gusta no
lo leas. ¡¡¡Estás avisado/a!!! ¡¡¡No quiero problemas!!! Podrá tener
escenas de violencia o sexo explícito, pero yo voy a avisar cuando suiceda para
que si no quieren no las lean.
Ademas va a haber un romance entre Lizeth y Sirius..o por lo menos algunos
acercamientos. Asì que a quien no le guste este tipo de ffs, tambièn lo puede
ir dejando.
¡¡NO QUIERO QUEJAS POR ALGO QUE YA ESPECIFIQUE EN LA ADVERTENCIA!! SI SEGUIS LEYENDO ES BAJO TU RESPONSABILIDAD.........
En fin, para todos los que sigan leyendo....¡GRACIAS!
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PAREJAS: Remus/Severus, Ron/Hermione, Lizeth/Sirius/Narcissa, Harry/Draco.
TIEMPO: After Voldemort. La guerra terminó y Harry está en septimo año.
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RESPUESTAS A REVIEWS:
Ayda merodeadora: Me alegro que te gusten mis parejas, y mi manera de escribir. La pareja de Ron y Hermione a mí me gusta, pero no me inspiro mucho para escribir sobre ellos, no se por que. Espero que sigas leyendo. Un beso.
Deedee: Gracias por los ánimos. Espero que te siga pareciendo bueno el ff. Un beso.
Lunaloveblack: Bueno, vos pedís...vos tenés. Qurés un poco de acción entre Lizeth y Sirius.. No se le puede llamar acción acción...pero algo es algo. Ya vas a ver. Y en cuanto a Severus..es que él es un incomprendido, por eso nadie lo ve apasionado. Un beso.
LiamBlack: Tenés toda la razón. Sirius no estuvo nada inteligente en su conversación con Lizeth, pero ya van a mejorar las cosas. Y puedo asegurarte que, por lo menos, van a intentar darle su merecido a Lucius. Un beso.
Magical Krystal: Me alegro que te haya gustado. Un beso, ahora lo sigo...
Agusstina: Gracias por dejarme tu review, como siempre. Me tardè un poco mas que lo habitual, pero es que me tienen como tonta en la facultad. Espero que este capítulo también te guste. Un beso.
Angelgótico: Bueno bueno...no puedo decirte que va a pasar entre Draco y Harry, ni entre Narcissa y Sirius, porque sino se terminaría el suspensito...pero van a pasar unas cuantas cosillas entre todos..ya vas a ver.. No te procupes si no podés dejar un review por capítulo, lo importante es que los leas...Besos.
Kailey Hamilton: Me alegro que gracias a mí hayas descubierto que te gustan los D/H...jajaja. Por otra parte, respectod e Lizeth...nadie sabe como aguantó a Bellatrix, ese es un verdadero misterio. Creo que Lucius debió casarse con ella, son tal para cual. Y no creo que Lizeth los tricione...por lo menos, por ahora. Todo bien si no leiste el lemon, sé que hay gente que no le gustan, por eso aviso cuando hay. Te dejo un beso, espero que te guste este capítulo.
Ophelia Dakker: Como verás, acá estoy escribiendo. Tardé mucho, lo sé..pero es que me tienen entre libros y mas libros en la facultad. Que bueno que te haya gustado el capítulo y el lemon. Es medio complicado escribir acá, porque te censuran...así que tenía miedo de que me lo saquen. Te mando un beso.
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CAPITULO 11: Revelaciones
Un poco mas de una semana había pasado desde aquella tarde en la que los destinos de varias personalidades de Hogwarts se entremezclaron. Cambios, cambios y más cambios. Enemigos en tregua, nuevos amigos, nuevos...amantes. Los alumnos mas perspicaces del colegio sospechaban, pero nadie estaba seguro de nada.
Sirius caminaba por los pasillos, haciendo su usual ronda nocturna, pensando en los recientes acontecimientos. Harry y Draco Malfoy habían hecho "las paces" y solían encontrarse a escondidas para intentar descifrar el plan de Lucius. Entre los dos interrogaban discretamente a Lizeth, pero ninguno podía recopilar mucha información, la rubia era muy hábil.
Aún recordaba el impacto que se llevó cuando Remus lo invitó a tomar el té en su sala de estar y le informó que había comenzado una "relación" con Severus Snape. No podía creerlo, y le costó mucho aceptar que el Slytherin no estaba jugando con su amigo. Odiaría verlo herido, pero también sabía que tenía derecho a ser feliz. Por eso fue que, después de muchos gritos y peleas con Remus y Harry, terminó aceptando ser cordial con Snape y no volver a llamarlo "Snivellus".
Todos parecían estar encontrando sus parejas, o por lo menos, alguien con quien estar y disfrutar de la compañía. Todos menos él. Si cerraba los ojos podía recordar ese momento en su habitación en el que Narcissa y él se hundieron en las profundidades del otro, mirándose a los ojos. Por un momento pensó que podía llegar a besarla y confesarle ese amor que le tenía desde que eran pequeños, y compartían sus clases en el colegio.
Pero ella era su prima, y si el decía algo así, lo iba a despreciar. Ya se imaginaba el caudal de insultos que iba a ganarse. Por otra perte, estaba Lizeth. Algo había en ella que lo atormentaba. Necesitaba y deseaba protegerla, cuidarla, acariciarla, besarla y...otra vez llegaba a la misma conlusión. Era un depravado. Ella era su alumna y estaba comprometida con Malfoy, no era posible.
Perdido en sus propios pensamientos y conclusiones, siguió su ronda, haciendose el distraído cuando escuchaba sonidos "extraños" provenientes de algún aula vacía. Tampoco era cuestión de interrumpir a los estudiantes y sus necesidades. Sonrió al recordar sus andanzas de adolescente. Tantos salones fueron testigos de sus romances...
Un sollozo interrumpió sus pensamientos. Agudizó el oído para detectar la fuente del triste lamento y caminó hacia donde creía haberlo escuchado. Dobló en un pasillo lateral, alumbrando con la luz de su varita, y la mandíbula casi se le cae cuando descubrió al alumno fuera de su cama.
Lizeth estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, abrazándose las piernas flexionadas, y observando la luna en cuarto menguante, a punto de desaparecer. Se preguntó que era lo que hacía fuera de la cama, y se dio cuenta de que la rubia se veía muy ausente durante las comidas, aunque intentara disimular.
-¿Lizeth? -preguntó en un susurro, intentando no asustarla -¿Qué sucede pequeña?
-Lo siento profesor, no podía dormir.
-Ven. Debes tener frío -dijo Sirius notando que estaba sólo en su ropa de dormir -Te invito un té.
-No se moleste, yo no...
-No es molestia -dijo Sirius ofreciéndole el brazo.
Profesor y alumna caminaron por los pasillos oscuros de Hogwarts hasta llegar al cuadro que marcaba la entrada de los aposentos del profesor de Transfiguraciones. Sirius pronunció la contraseña y entraron.
Mientras Sirius, hacía aparecer la tetera y las tazas, Lizeth se sentó en el sofá. Aún no sabía por que había accedido a ir con el preofesor. Está bien. Admitía que era absolutamente guapo y que su sonrisa era una de las mas bellas que había visto, pero....Se estaba volviendo loca, era un profesor.
Sirius la observó mientras preparaba las infusiones. Definitivamente hermosa, pero en su rostro había algo extraño, algo nuevo, que no estaba ahí antes. Cansancio, dolor, preocupación. Sus ojos celestes ya no eran los mismos que él conoció el primero de Septiembre. Y, aunque antes lo miraban con desprecio, los prefería, porque los de ahora parecían muertos.
-¿Quieres contarme qué es lo que te sucede?
-Ya le dije, no podía dormir.
-Está bien, pero si no podías dormir es porque estabas preocupada por algo. Y sé que no son tus calificaciones, porque haz recuperado todo el tiempo perdido en las primeras semanas de clases. Confía en mi Lizeth, por favor.
-Estoy bien, no se preocupe. -dijo Lizeth esquivando su mirada.
-Lizeth -Sirius pensó en algo, pero lo había descartado en seguida, aunque...tal vez valía la pena preguntar -¿Hace cuánto que no puedes dormir por las noches?
-Desde la noche que dormí aquí.
-¿Qué? No puedes hacer soportado todo este tiempo sin dormir.
-Duermo, pero sólo una hora o dos. Después... -Lizeth bebió su té y permaneció en silencio, pero al ver que Sirius la miraba fijamente y no hablaba, decidió continuar -Después....sueño una y otra vez con Lucius y lo que pasó, y no puedo ni quiero volver a dormir. Entonces bajo a la Sala Común o salgo por los pasillos.
-¿Todas las noches?
-Todas.
-Lizeth -dijo Sirius arrodillándose frente a ella -¿Por qué no me dijiste nada? Te pedí que confiaras en mi.
-Ya le dije que confío en usted, profesor. Pero no puede hacer nada para evitarlo.
-Puedo conseguirte una poción para dormir sin soñar -ofreció Sirius.
-No. Casi me volví adicta después de la muerte de mi madre y el medimago que me atendió me prohibió volver a beberla.
-Pero pequeña...si sigues sin dormir vas a colapsar, vas a hacerte daño.
-Lo sé, pero no hay nada que...
-Puedes dormir aquí -dijo Sirius sin pensarlo.
-Pero...eh...no es... -Lizeth bajó su rostro escondiendo su sonrojo.
-Escucha. -susurró Sirius levantándole el mentón -Prometí cuidarte y voy a hacerlo. Si para eso, tienes que dormir conmigo cada noche, que así sea entonces.
-No quiero su lástima -le gruñó Lizeth poniéndose de pie.
-No es lástima -Sirius la agarró de un brazo, evitando que se fuera -Lizeth..me preocupo por ti, dejame ayudarte, por favor.
Lizeth estudió el rostro de su profesor. Sus ojos azules reflñejaban la preocupación que decía sentir, y pudo ver en ellos la súplica. Le estaba rogando para que acepte cuidarla. Una sensación de calidez se apoderó de su cuerpo cuando Sirius levantó su mano y le acarició la mejilla. Hacía mucho tiempo que alguien no la acariciaba así, con amor.
-Está bien -fue un susurro casi imperceptible, pero Sirius sonrió.
-Ven, vamos a la cama.
Sirius dejó a Lizeth acostarse, mientras él se cambió de ropas en el baño. Cuando volvió a entrar a la habitación, la rubia estaba acostada, con las mantas hasta el cuello. Su rostro cansado estaba intranquilo y tenso. Sirius comperndió lo que le sucedía y se acercó con cautela, sentándose en el borde de la cama, junto a ella.
-Lizeth...si quieres puedo dormir en el sofá.
-No, está bien. Es sólo que...
-No voy a hacerte daño. Te lo prometo.
Lizeth sonrió y asintió, mientras corría las sábanas, para que Sirius se acueste junto a ella. El mayor se acostó, procurando no acercarse demasiado, por miedo a asustarla. La situación era incómoda, pero él le había prometido a Narcissa cuidar de Lizeth. Y, aunque le costara aceptarlo, deseaba cuidar de ella.
Después de algunos minutos de incomodidad y silencio, Sirius escuchó una risita a su lado. Se volteó para ver a Lizeth y ella le sonrió, encogiéndose de hombros.
-¿Qué es tan gracioso?
-Nada...sólo...imaginaba el rostro de Draco si me viera durmiendo en la misma cama que usted. -confesó Lizeth acercándose mas a su profesor -Gracias.
-De nada. Ven aquí -dijo Sirius tomándola de la cintura.
Lizeth apoyó su cabeza en el pecho de Sirius rodeó su cuerpo con uno de sus brazos, mientras él la abrazaba y apoyaba su mentón sobre su cabeza. Un suspiro proveniente de Lizeth fue lo que Sirius necesitó para saber que la chica ya se había calmado, se estaba relajando y confiaba en él.
Sin darse cuenta de lo que hacía, Sirius comenzó a trazar círculos sobre la espalda de Lizeth. El agarre de la rubia de apretó aún mas y la mano que descansaba sobre su torso comenzó a moverse también.
Ambos tenían los ojos cerrados, como si al abrirlos la magia del momento se fuera a esfumar. Sirius depositó un beso en la frente de Lizeth y su boca se movió para besar su mejilla, y luego su nariz, hasta que sus labios se posaron sobre los de su alumna.
Un simple contacto hizo que ambos se estremecieran y que una corriente eléctrica recorriera sus cuerpos simultáneamente. Lizeth devolvió el beso tímidamente, sintiendo esos sensuales labios sobre los propios y deseando que el tiempo se detenga. No quería pensar en nada mas que en ese hombe que le estaba haciendo sentir todas esas sensaciones olvidadas.
Sirius lamió su labio inferior, pidiendo permiso y Lizeth dejó que esa lengua tomara posesión de su boca. Suavemente, Sirius recorrió toda la húmeda cavidad, reconociéndo y explorando. Lizeth expulsó la lengua de su boca y cambió el ritmo, siendo ahora su turno para probar la de su profesor.
Mientras se besaban, sus manos seguían prodigándose caricias. Sirius acariciaba su espalda, subiendo y bajando, mientras que ella hacía los mismo en su torso. Pero cuando la mano de Sirius se aventuró un poco mas, dirigiéndose a la entrepierna de su acompañante, Lizeth se separó bruscamente.
-No..por favor... -pidió la rubia en posición fetal al otro lado de la cama.
-Lizeth...yo...lo siento...yo...
-Por favor... -solloz
-Perdóname Lizeth...perdóname, por favor. -pidió Sirius acercándose lentamente y poniendo una mano sobre su hombro. -Lo siento, yo no....por favor...
Lizeth no contestó, pero se acercó a su profesor y, sollozando en su pecho, aferró sus manos a su pijama. Sirius la abrazó con cuidado, suplicándole perdón al oído, y maldiciéndose mentalmente.
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Harry estaba en su cama, no podía dormir. El sentimiento de vacío en su pecho era desesperante. No podía hacer nada para ayudar a Lizeth si ella no les decía lo que sucedía. Pero la rubia no hablaba con él sobre Lucius, y tampoco con Malfoy.
Malfoy...ese era otro tema. Siempre le había parecido atractivo, pero desde que hicieron una especie de tregua por el bien de Lizeth la atracción aumentó considerablemente. Solía encontrarse junto a él, en algún salón vacío, hablando de Lizeth, aunque siempre se desviaban de tema y terminaban hablando de sus años antes de Hogwarts, de todo lo que les había pasado, y de sus familias.
Así fue como Harry supo que Snape era el padrino de Malfoy, y que Narcissa no era como todos creían. Era una madre amorosa y sobreprotectora. Ella había intentado por todos los medios evitar que Lucius lo entregue al Dark Lord y, gracias a su muerte durante la última batalla, no recibió su marca.
Pero lo que mas le llamaba la atención era que el rubio no sabía que era lo que verdaderamente quería. No sabía si hubiese querido portar la marca o no. Admiraba a su padre. La manera de llevar a cabo sus ideales, su carácter..todo su padre era perfecto a los ojos de Draco Malfoy. Aunque le había confesado que después de lo que hizo con Lizeth estaba confundido.
Harry intentó hacerle ver que no todo era blanco ni negro, y que él debía separar a su padre del mortífago. Pero ni siquiera él mismo estaba seguro de lo que le había dicho. Porque él no podía separar al padre del mortífago.
Siguió pensando en Draco durante un tiempo mas. ¿Cómo era posible que le gustara el rubio? Porque de eso estaba seguro. Antes era atracción física, pero ahora...ahora estaba peor que nunca. Él estaba comprometido y, aunque no lo estuviese, sabía que nunca le haría caso y que su tregua era sólo por Lizeth.
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Manos bronceadas acariciaban su torso, dandole mas placer que el que nunca soñó. Un par de labios ardientes besaban su estómago, encéndiendolo con facilidad. Toda su piel ardía de deseo y su propia boca no podía evitar gemir, mientras sus manos se aferraban fuertemente a las sábanas.
Sus ojos cerrados se abrieron, mostrando sus pupilas dilatadas. Tan dilatadas que a penas podía vislumbrarse una pequeña porción gris. Necesitaba esos labios sobre los suyos, y no esperó demasiado.
Atrajo con sus brazos a su amante, esperando encontrarse con una cabellera tan rubia como la suya, y esos ojos celestes que brillaban con luz propia, como su dueña, como Lizeth. Pero entonces lo que llegó a él fue cabello oscuro, negro azabache, desordenado y húmedo. Observó el rostro de su acompañante y ahogó un grito cuando vio las esmeraldas.
Draco Malfoy se despertó de golpe, casi gritando, con el corazón latiendole a mil por hora y su pecho agitado como si hubiese corrido la carrera mas larga de su vida. En su entrepierna podía sentir un bulto doloroso.
Confundido, Draco se levantó y llegó como pudo hasta el baño, se quitó el pijama y abrió la ducha. Un baño de agua fría era lo que necesitaba, porque estaba claro que no se iba a autosatifacer pensando en Potter. Y, cada vez que cerraba los ojos, veía la cara de su antiguo enemigo acercándose a la suya.
El agua corría sobre su cuerpo, casi se estaba congelando, pero necesitaba pensar con claridad. ¿Por qué había soñado con Potter? Reconocía que el moreno era atractivo, pero de ahí a desearlo había un gran trecho que él no estaba dispuesto a transitar.
¡Maldición! Si no fuera por Lizeth, nada de esto estaría pasando. Por ella había hecho la tregua con Potter. Por ella se encontraba con el Gryffindor en salones vacíos. Por ella estaba muerto de celos. Porque odiaba cuando la veía reír junto a Potter, o cuando lo besaba en la mejilla, o cuando tomaba su mano.
Siempre creyó que sus celos eran debido a que era una persona posesiva, pero ahora estaba descubriendo que, tal vez, se debieran a que ella podía hacer todo eso con Potter y él no. Definitivamente el mundo se había vuelto loco, y él no era la excepción.
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La mañana descubrió a dos amantes en un enriedo de sábanas y piernas. El mas alto fue el primero en abrir los ojos, y se permitió una sonrisa al ver que, nuevamente, Remus estaba con él. Tenía que admitir que la situación era bastante mas fácil de lo que esperaba.
No le molestaba que Remus llegue de imprevisto a su despacho o a sus aposentos. Así como tampoco le disgustaba que pasara la noche con él. Aunque, si tenía que ser sincero con sigo mismo, le gustaba que Remus hiciera todas esas cosas.
El licántropo era un ser comprensivo y cariñoso. Pero no era agobiante ni lo ahogaba. Cada uno tenía su espacio personal, y agradecía por eso. Porque no era una persona fácil, ni estaba costumbrado a tener una pareja estable. Y Remus parecía comprender todo sin siquiera preguntar.
Mientras acariciaba ausente la espalda de su compañero, pensaba en lo mucho que estaba cambiando su vida en tan poco tiempo. Ya no estaba solo, como siempre pensó que iba a terminar sus días. Ahora tenía a Remus con él y no pensaba dejarlo ir.
Un par de labios se posaron sobre los suyos, y no pudo evitar sonreír al sentirlos, mientras correspondía al beso.
-¿En qué pensabas? -preguntó el licántropo.
-En...nosotros -dijo bajando la voz a un susurro.
-Mmmm ¿En algo en especial?
-No.
-¿Eso es bueno o es malo? -preguntó Remus presionando un poco mas.
-Es bueno, es bueno. -gruñó Severus.
-Está bien, no te enojes. Sólo quería molestarte un poquito. -Remus le dio un pequeño beso en los labios y se levantó de la cama, dispuesto a vestirse.
-¿A dónde crees que vas? -preguntó Severus abrazándolo desde atrás.
-A mi cuarto. Tengo que bañarme, cambiarme la túnica y dar clases. ¿Por qué? ¿Tienes alguna idea mejor en mente?
-Si -Severus acercó su boca al oído de Remus -Báñate conmigo, desayunemos aquí y luego te vas a clases.
-¿Y no crees que todo el comedor va a preguntarse donde estamos? -preguntó Remus, sabiendo que el Jefe de Slytherin quería que su vida privada continúe siéndolo.
-Mejor vete. -dijo Severus soltándolo bruscamente -No vaya a ser que Black venga a buscarte pensando que te hice algo, o que todo el colegio se entere que duermes con un Mortífago.
-Severus...
-Vete.
-No. -dijo Remus cortante -Estás siendo ridículo. En primer lugar, porque TU no quieres que se enteren de lo nuestro. Y, en segundo lugar, YO soy un licántropo y creo que van a preocuparse mas por TU integridad que por la mía. Todo el mundo sabe que actuabas de nuestro lado.
-...
-Sev...sé que te cuesta manejar "esto". Pero no me rechaces, no me expulses sólo porque malinterpretas lo que digo. Háblame.
-.....
-Sev...
-Mmm.
-Vamos a ducharnos. -dijo Remus tendiendole la mano.
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Casi no había podido dormir. Toda la noche estuvo pensando en lo que había pasado entre ellos. Porque él la había besado, pero ella...ella respondió hasta que...su falta de cordura hizo acto de pesencia.
¿En qué demonios estaba pensando? Estaba mas que claro, sobretodo después de ese beso, que le importaba Lizeth, y mucho. La quería con él. Quería ser el causante de su risa, quería ser el que recibiera sus besos, sus abrazos y sus caricias. Quería dormir junto a ella por siempre, y despertar abrazados como estaban ahora.
Pero era su alumna y, después de lo acontecido la noche anterior, lo mas probable era que ella lo odiara. Que pensara que se quiso aprovechar de ella. ¿Por qué se había dejado llevar de esa manera tan estúpida?
Un movimiento entre sus brazos le indicó que Lizeth estaba despertando. Aún no sabía como reaccionar. Estaba claro que tenían que hablar sobre la noche anterior. Tenía que pedirle disculpas por su comportamiento y prometerle que nunca mas iba a hacer algo así. Pero era tan difícil prometer algo de lo que no estaba convencido....
-Bueno días -susurró Lizeth con los ojos aún cerrados.
-Hola Lizeth. ¿Estás bien?
-Si, gracias por permitirme dormir aquí. Necesitaba unas horas de sueño.
-No es nada. Pero yo me refería a....
-Está bien, no se preocupe. -dijo Lizeth sentándose en la cama, dándole la espalda.
-Lizeth, perdóname. -dijo Sirius -No sé por qué te besé. Está mal. No debería haberlo hecho...
-Ya le dije que no se preocupe.
-Lizeth...¿Te lastimé?
-No -la rubia sacudió su cabeza -Sólo me asusté. Supongo que es algo lógico.
-No actúes como si nada te importara Lizeth -dijo repentinamente serio -Dime qué dientes respecto a lo que sucedió anoche.
-¿Qué quiere que le diga? -preguntó Lizeth poniéndose de pie -¿Que el único motivo por el que dormí es porque sabía que usted estaba conmigo y que no iba a dejar que me suceda nada? ¿Que hacía tiempo que no me sentía bien en los brazos de alguien? ¿Que no me arrepiento? ¿Qué fue el mejor beso de mi vida? Bien, ya se lo dije.
Lo siguiente que supo Lizeth fue que los mismos labios que la habían besado la noche anterior, estaban nuevamente sobre los suyos, despertándo los mismos sentimientos que el anterior beso.
Enredó sus brazos en la nuca de su profesor y lo obligó a profundizar el beso. Sirius la abrazó por la cintura, perdiendose en la montaña de sensaciones que le producía besarla. Cuando la falta de aire hizo necesario que se separaran, Lizeth escondió su rostro en el cuello de su profesor.
-Lizeth...
-No diga nada, por favor...
-Pero esto...está mal.
-Lo sé. -reconoció ella con pesar -Pero..¿cómo puede estar mal algo que se siente tan bien?
-Lizeth, yo queiro cuidarte. -dijo Sirius apretando el abrazo -Pero si esto vuelve a pasar, vas a terminar sufriendo mas. Si alguien se enterara...Quiero decir, una relación así está prohibida por las normas de Hogwarts.
-¿Se arrepiente?
-No hermosa. Jamás podría arrepentirme de algo así.
-¿Puede besarme otra vez? -preguntó la rubia, pero Sirius no se movió -Por favor. La última vez.
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El trío dorado caminaba hacia el Gran Salón. Ron y Hermione iban de la mano, tranquilizando a Harry. Pero el moreno no podía dejar de pensar en Lizeth. Se enteró por Hermione que la noche anterior la había escuchado levantarse y que esta mañana no estaba en su cama.
Al llegar a la mesa de Gryffindor, su preocupación aumentó mas si era posible. Lizeth no estaba allí. Tampoco Sirius, ni Remus, ni Snape. Aunque...tal vez Remus y Snape no tenían que ver con la desaparición de Lizeth.
Mientras desayunaba, sintió una mirada clavarse en su nuca. No tenía que pensar mucho para saber de dónde provenía. Volteó hacia la mesa de Slytherin y encontró las orbes de Draco Malfoy clavadas en él.
El rubio sintió un leve calor en sus mejillas, y puso todo su empeño en no sonrojarse ante las imágenes que llegaban a su mente. Disimuladamente, miró hacia la puerta y luego volvió la vista a Potter, que asintió comprendiendo el mensaje.
En menos de dos minutos, estaban fuera del Gran Salón, en un pasillo cercano al aula de Encantamientos. Los dos incómodos por la cercanía y lejanía simultánea.
-¿Dónde está? -preguntó Malfoy.
-No lo sé. Hermione dijo que anoche se levantó y que hoy a la mañana no estaba en su cama. Mi última esperanza era que estuviera contigo.
-¡Mierda! ¿Dónde pudo haberse metido?
-¿Crees que estará bien? -preguntó Harry tentativamente.
-Eso espero. Y cuando la encuentre me va a escuchar.
-No te atrevas a tocarla Malfoy.
-Dije "escuchar", ¿o es que no entiendes lo que eso significa? No puede desaparecer así.
-Lo sé. -dijo Harry volteando para irse, cuando vio a Lizeth pasar por el pasillo principal. -Ahi está.
Draco salió corriendo tras Potter. En cuanto ambos llegaron cerca suyo, la rubia detuvo su camino hacia el Gran Salón y les regaló una sonrisa. Le gustaba ver que se estaban entendiendo entre ellos, sobre todo, porque ella SÍ sabía leer sus expresiones y sabía que se atraían mutuamente.
-¿Dónde pasaste la noche? -fue la diracta pregunta de Draco Malfoy.
-No creo que te importe -respondió Lizeth con una sonrisa divertida.
-Lizeth, dime donde y CON QUIEN pasaste la noche...
-Déjame en paz Draco.
-¿Necesitas ayuda para controlar a tu prometida Draco? -preguntó una fría voz desde la entrada del castillo.
Lizeth se estremeció al oírlo, pero inmediatamente ocultó todas sus emociones y volteó para encontrarse cara a cara con Lucius Malfoy. Harry escuchó el susurro de Malfoy y fue a buscar a Sirius. Mientras el rubio se ponía frente a la rubia, protegiéndola del avance de su padre.
-Padre. ¿Qué te trae por aquí?
-Nada en especial. -dijo Lucius mirando fijamente a Lizeth -Sólo quería segurarme que las cosas entre ustedes estén bien.
-Mejor que nunca -respondió Lizeth levantando el mentón orgullosamente.
-Parece que la mocosa aún no sabe a quien tiene que respetar. No me gusta el tono que estás utilizando conmigo Lizeth. ¿Quieres que te recuerde quién manda aquí?
-No te le acerques. -siseó Draco en el momento en que llegaba Harry, seguido por Sirius, Snape y Remus.
-Vete Malfoy -dijo Sirius sacando su varita.
-Sólo quería hablar con mi..."nuera"...no veo nada de malo en eso.
-Pues yo SI lo veo -dijo Sirius apuntándole.
-Vamos Black...no seas ridículo. ¿Con qué motivo vas a maldecirme? ¿Por acercarme a mi familia?
-Vete Lucius -dijo Severus esta vez.
-No. Lizeth, quiero hablar contigo. AHORA.
-Es una lástima Lucius -dijo Lizeth sonriendo de costado -Porque yo no tengo nada que hablar contigo.
-No me faltes el respeto.
-¿O qué? ¿Qué vas a hacerme? -dijo Lizeth poniendose delante de Draco -Ten cuidado con lo que me haces, Lucius. Tus planes están sobre ruedas y puedes echarlos a perder.
-¿De qué hablas?
-Oh vamos...no te hagas el distraído. ¿Qué es lo que necesitas? ¿Qué es lo que buscas? -preguntó Lizeth sin dejar de sonreír -Un heredero. Un heredero para la fortuna Malfoy.
-Ya tengo mi heredero para la fortuna.
-Bueno, bueno...eso ya lo se. Entonces voy a ser mas específica. Necesitas un heredero para lograr ciertos..."objetivos" no muy lícitos, ¿verdad?
-No sé a que te refieres.
-Si lo sabes, Lucius. Y escúchame bien. No vas a tocarme un pelo nunca mas, porque podrías poner en peligro a tu heredero.
-¿Perdón? -preguntó el mayor de los Malfoy confundido.
-Felicidades Lucius -dijo Lizeth tocándose el vientre -Estoy embarazada.
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NO ME MATEN...POR FAVOR.
TARDÉ AÑOS EN SUBIR ESTE CAPÍTULO PORQUE ESTOY ALGO ATAREADA CON MIS CLASES Y EXÁMENES.
AL PARECER, LA UNIVERSIDAD Y LA IMAGINACI"N NO VAN DE LA MANO EN MI CASO.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO Y QUE ME DEJEN SUS REVIEWS...
¡¡¡UN BESO ENORME!!!
Gala Snape
Miembro de la Orden Severusiana
