DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... NO gano dinero con esto
ADVERTENCIAS: Este fic contiene slash, si no te gusta no
lo leas. ¡¡¡Estás avisado/a!!! ¡¡¡No quiero problemas!!! Podrá tener
escenas de violencia o sexo explícito, pero yo voy a avisar cuando suiceda para
que si no quieren no las lean.
Ademas va a haber un romance entre Lizeth y Sirius..o por lo menos algunos
acercamientos. Asì que a quien no le guste este tipo de ffs, tambièn lo puede
ir dejando.
¡¡NO QUIERO QUEJAS POR ALGO QUE YA ESPECIFIQUE EN LA ADVERTENCIA!! SI SEGUIS LEYENDO ES BAJO TU RESPONSABILIDAD.........
En fin, para todos los que sigan leyendo....¡GRACIAS!
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PAREJAS: Remus/Severus, Ron/Hermione, Lizeth/Sirius/Narcissa, Harry/Draco.
TIEMPO: After Voldemort. La guerra terminó y Harry está en septimo año.
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QUIERO PEDIRLES DISCULPAS POR HABER TARDADO TANTO. ES QUE ESTUVE CON EXAMENES Y CON POCA IMAGINACI"N ESTAS SEMANAS.
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-Si lo sabes, Lucius. Y escúchame bien. No vas a tocarme un pelo nunca mas, porque podrías poner en peligro a tu heredero.
-¿Perdón? -preguntó el mayor de los Malfoy confundido.
-Felicidades Lucius -dijo Lizeth tocándose el vientre -Estoy embarazada.
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CAPITULO 12: TUS BRAZOS.
El silencio reinó entre Sirius, Severus, Remus, Harry, Draco y Lucius Malfoy. Lizeth observaba maravillada como la máscara de frialdad había caído del rostro de Lucius y había abierto los ojos de forma antinatural. Claro que sólo le tomó unos segundos recobrar su comportura, dejando entre ver una sonrisa macabra.
Sirius sintió que el corazón se le partía en miles de pedazos. O, más bien, que alguien lo tomaba entre sus manos y lo estrujaba, quitándole su vida, para luego cortarlo en minúsculos pedacitos y tirarlo a la basura.
-¿No vas a decir nada Lucius? -preguntó Lizeth sin dejar de sonreir calculadoramente.
-Vienes conmigo -fue lo que dijo el hombre girándo sobre sus talones.
-No, Lucius. No voy a ir a ninguna parte contigo. Voy a quedarme en Hogwarts.
-Escúchame mocosa -siseó peligrosamente Lucius, aprovechando la turbación de los demás -TU vas a hacer lo que YO diga o...
-¿O qué? -lo retó Lizeth -Tu no puedes hacer nada. ¿Sabes qué pasaría si, digamos, por "casualidad" yo tomara una poción muuuuy desagradable que, también "casualmente", reside en el bolsillo de mi túnica?
-No te atreverías -murmuró Lucius entre dientes.
-Claro que si. Con tal de ver tu rostro desencajado nuevamente, haría eso y mucho mas.
-Vete Padre -dijo de repente Draco, con una furia incontrolable.
-Draco tu no pue...
-¡VETE ANTES DE QUE MALDIGA TU INMUNDA PRESENCIA HASTA QUE MUERAS! -le gritó el rubio menor.
-Ups -dijo Lizeth inocentemente -Parece que hasta Draco se dio cuenta de la clase de mierda que eres. Vete Lucius.
-Me voy. Pero mas vale que no se te ocurra...
-¿Qué? ¿Deshacerme de él? -preguntó Lizeth -No lo haré, siempre y cuando, nos dejes tranquilos. Vete Lucius, antes de que seas humillado por tu propio hijo.
Lucius abandonó Hogwarts luciendo elegantemente derrotado. Pero Lizeth sabía que sólo era una batalla, y la guerra se venía pronto. De alguna manera, iba a tener que solucionarlo. No iba a permitir que Lucius convirtiera a su hijo en un asesino desalmado. Porque, aunque fuera producto de un acto atroz, era SU hijo.
Draco observó las puertas hasta que su padre no fue mas que un punto en el horizonte y se volvió hacia Lizeth. Demasiadas cosas habían pasado desde que Lizeth había sido "nombrada" su prometida. Y ahora estaba embarazada.
Lizeth estaba esperando un hijo de su padre. No sabía como, pero tenía que poder manejar la situación. Él iba a hacerse cargo de ese hijo como si fuera suyo. Después de todo, era su sangre también.
Harry fue el primero en salir de sus pensamientos internos y mirar a Lizeth. La rubia no parecía querer voltear hacia ellos nunca. No dejaba de mirar la puerta por la que había salido Lucius Malfoy y no dejaba de jugar con algo que había dentro el bolsillo de su túnica.
-¿Lizeth? -la llamó tentativamente Harry -¿Estás bien?
-Si Harry -dijo ella sin voltear. -Sólo esperaba que Lucius tardara un poco mas de tiempo en venir.
-Y... ¿Qué...qué vas a hacer ahora?
-Nada. -dijo la rubia partiendo hacia algún lugar del castillo.
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El día había sido de lo mas agotador. Dar clases pensando en las nuevas noticias no era nada saludable para su cabeza. No había visto a Lizeth desde la mañana, cuando enfrentó a Lucius Malfoy.
Remus, Snape y él se sintieron tan inútiles en ese momento. Ninguno atinó a hacer nada en defensa de su alumna. Estaban demasiado pasmados como para poder reaccionar. Y, cuando al fin, dejaron sus pensamientos y se dignaron a fijarse en ella, se estaba yendo.
Y nadie la había visto desde entonces. En ningún momento fue a la torre de Gryffindor. Y ni hablar de las mazmorras. Parecía que se había esfumado. Ni siquiera Draco Malfoy tenía idea de donde encontrarla. Y el Mapa Merodeador no la señalaba en ningún lugar del castillo.
Ya habían acordado una cita con Albus Dumbledore la mañana siguiente. Algo oscuro había en las intenciones de Lucius para con ese hijo. De lo contrario, no habría dudado en maldecirla.
Llegó a su habitación dispuesto a cambiarse de ropas para salir a buscar a Lizeth. Se habían dividido hasta el último rincón de Hogwarts entre los profesores. Si no aparecía por la mañana, iban a tener que dar aviso al Ministerio. Y era lo último que querían hacer, pues Lucius Malfoy iba a sacarla de allí en cuanto se enterara, alegando que estaban "incapacitados para cuidar de sus alumnos", o algo así.
Antes de entrar, Godric Gryffindor, el residente del cuadro de la entrada, le pidió la contraseña. Y después de reproducírsela, le guiñó un ojo y le dijo que había alguien esperándolo. Con cautela y sorpresa, se acercó al sillón de dos cuerpos que enfrentaba la chimenea. Podía ver en uno de los apoya-brazos, una inconfundible cabellera rubia.
Sirius se arrodilló en el suelo, frente a Lizeth y la observó por un largo tiempo. La chica dormía ajena al mundo. Una sonrisa se dibujo en sus labios al acariciar su cabello, pero se desvaneció tan pronto como recordó que ella NO era suya.
Intentando no hacer demasiado ruido, se acercó a la chimenea y se comunicó con Minnerva, diciéndole que ya había encontrado a Lizeth, para que suspenda la búsqueda. La Directora se mostró aliviada y le exigió que la envíe a su torre, pero Sirius se negó explicándole que estaba dormida y no quería despertarla.
Regresó junto a ella, después de pedirle a Gryffindor que no dejara pasar a nadie sin la contraseña nueva (que, oportunamente, cambió en ese momento). Su mano le acacriciaba el rostro, sin intención de despertarla. Y luego se dirigió a su bajo abdomen, donde estaba creciendo un nuevo Malfoy.
Se detuvo unos momentos, sin saber por qué tenía de repente la necesidad de proteger a ese pequeño con su vida, si fuera necesario. Era un Malfoy y no le hacía gracia ese apellido. Todo lo que tocaban lo destruían. Lucius destruy a Narcissa y, sin dudarlo, iba a hacer lo mismo con Lizeth. Aunque el mayor daño ya lo había causado.
Una mano cubrió la suya tiernamente y Lizeth sonrió sin abrir los ojos. Sirius la observó y acarició esa sonrisa con uno de sus dedos, como rogándo que nunca se fuera. Poco a poco Lizeth abrió los ojos y su sonrisa se amplió al ver que era imitada por Sirius.
-Disculpe que ingresé en sus aposentos profesor, es que...
-Está bien. Te dije que SIEMPRE podías contar conmigo y me gusta que vengas aquí. Lo que me pregunto es cómo es posible que no hayamos podido encontrarte durante todo el día.
-Me lancé un encantamiento anti-rastreo -dijo sonriendo tímidamente -No quería hablar con Draco.
-¿Cómo estás? -preguntó Sirius sin poder evitar mirar furtivamente las manos sobre su vientre.
-Es mi hijo -declaró Lizeth como si no fuera obvio -Aunque no sea fruto del amor, o su padre sea un bastardo sin escrúpulos, él es mi hijo.
-Lizeth, Dumbledore quiere... -comenzó Sirius después de unos momentos de silencio.
-Por favor. No esta noche. No deseo hablar de él.
-Está bien. Pero mañana no vas a escaparte de mí -dijo Sirius guiñándo un ojo.
-¿Y quién le dijo que quiero escaparme de usted, profesor? -preguntó Lizeth levantando una ceja y causando que Sirius se ¡SONROJARA!
-Lizeth...yo...
-¿Puedo pedirle que no hable? -definitivamente NO quería escuchar las palabras que su profesor iba a pronunciar. Sólo quría sentirse segura y dejar de ser la chica fuerte que siempre aparentaba. Y sólo con él se sentía segura.
-Puedes. -dijo Sirius, que no quería, bajo ningún punto de vista, recordar que esa mujer ahora sentada en su sillón, era su alumna.
-¿Qué...qué dijo Draco? -preguntó Lizeth después de sonreírle.
-No mucho. Por lo que Harry habló con él, dice es "su" hijo. Y que va a casarse contigo antes de que nazca.
-Es demasiado honorable -dijo Lizeth negando con la cabeza -No tiene por que hacerlo, no cuando yo SE que no está enamorado de mí, sino de alguien mas. Aunque...no creo que lo haya notado todavía.
-¿Y tu? No puedes hacerle frente a Malfoy sola. No puedes tenerlo sola.
-¿Y quién va a quererme con un hijo de otro? ¿Con un Malfoy dentro mío? -preguntó Lizeth sonando muy cansada y, antes de que Sirius pudiese contestar, continuó -No importa como, pero yo voy a cuidar de él. Y no voy a permitir que Lucius se le acerque.
-Tienes que comprender que esto no es un juego. Es muy peligroso Lizeth.
-Lo se, no se preocupe. De todos modos, tengo algunos meses para ver cómo me las arreglo. ¿Piensa que podré quedarme en Hogwarts?
-Claro -dijo Sirius sorprendido -¿Por qué no?
-No lo sé. No encontré nada en las reglas sobre alumnas embarazadas. Pero si me alejo de aquí, Lucius va a tener una gran ventaja.
-Nadie va a impedir que te quedes en Hogwarts. -dijo Sirius acariciándole la mejilla tiernamente -Y creo, que es hora de dormir.
-¿Puedo...puedo quedarme? -preguntó Lizeth sonrojada.
-Me encantaría. -dijo Sirius tendiendole una de sus manos para dirigirse a la habitación.
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Furia, odio, resentimiento, decepción. Draco Malfoy caminaba como león enjaulado por su habitación, bajo la atenta mirada de Harry Potter.
No podía creer que su padre fuera una criatura tan ruin e inescrupulosa. ¿Para qué necesitaba un hijo de Lizeth? No sabía sus motivos, pero sí sabía que no podían ser nada buenos.
Ese bebé era su "hermano", Pero él iba a críarlo como si fuera su hijo. Iba a darle su apellido, iba a cuidarlo y a educarlo con el amor que su madre siempre le dio. No iba a repetir la historia familiar.
Ya había tomado una decisión y fue la mas dura de toda su vida. Siempre había admirado a su padre. Siempre lo había idolatrado. Y SIEMPRE había querido ser como él. Se llenaba de orgullo cuando Lucius le decía que había hecho algo bien, por mínimo que fuera. Pero ya no mas.
Draco Malfoy dejaba de ser un niño malcriado para convertirse en lo que su padre siempre deseó. Ya era un mago mayor de edad. No iba a dudar en aplicar cuanto hechizo o maldición sabía. Iba a ser el mas despiadado de los magos si era necesario. Y el receptor de su furia iba a ser Lucius Malfoy.
-¿Puedes dejar de caminar por la habitación? -Harry interrumpió sus pensamientos -Me estás mareando.
-Es MI lugar Potter. -dijo el rubio con arrogancia -Si no te gusta, ya sabes donde queda la salida.
-No seas imbécil Malfoy. Sabes que no voy a irme de aquí hasta que vengan a avisar si encontraron a Lizeth o no.
-No veo por que te importa tanto. Dices que no la amas, pero a juzgar por como te comportas, no parece ser verdad.
-¡Es mi amiga, maldita sea! Yo sé lo que está sufriendo y me atrevo a decir que su vida ha sido peor que la mía. Porque no importa que tanto abusaron de mí mis tíos, a ella le causó todo ese daño su propio padre.
-Vamos Potter, ¿unos muggles abusando del "Salvador del Mundo Mágico"? -escupió Draco con resentimiento -¿De verdad pretendes que crea eso?
Y ese fue el punto en el que Harry ya no soportó mas. Sabía que la tregua se iba a romper en algún momento. Porque Draco Malfoy se negaba a verlo como realmente era y seguía con esos idiotas prejuicios hacia él.
Se puso de pie furioso, ante la preocupada mirada del rubio, que suponía se venía un duelo con el Gryffindor. Pero NUNCA hubiera imaginado que Potter se iba a quitar la túnica con fiereza, arrancándo los botones, y luego la corbata del uniforme, para seguir con la camisa.
Harry se acercó con furia a Draco, que estaba tan impresionado que no podía moverse. Extendió su brazo izquierdo frente a la mirada gris del rubio, de modo que pudiera apreciar la cicatriz que una quemadura había dejado en él.
-¿Sabes que es esto, Malfoy? -preguntó Harry con un tono tan frío que a Draco se le erizaron los pelos de la nuca -Esto me lo hice cundo tenía cinco años. Y ¿sabes cómo? Mi tía decidió que ya era lo suficientemente mayor para cocinarles el desayuno todas las mañanas. Puso una silla frente a la cocina y me indicó que hacer, para luego irse a despertar a su hijo. Y la sartén donde estaba fríendo los huevos se me cayó de la mano. Y fue a parar directamente a mi antebrazo. ¿Y sabes lo que hizo mi tía cuando me vio, cuando vio mi quemadura y la sartén en el suelo? -Draco negó con la cabeza -Me dijo que era un imbécil, me obligó a limpiar todo y me encerró en la alacena donde dormía por tres días sin comer! ¿ESO TE PARECE UN BUEN TRATO PARA UN NIÑO DE CINCO AÑOS?
-Potter...
-¿Y esto? -dijo Harry, mostrándole una cicatriz en el torso, justo debajo de las costillas -Esto es un "obsequio de mi primo Duddley. Creyó que sería divertido colpearme con una madera que tenía un clavo en la punta. El clavo estaba oxidado y la herida se me infectó. ¿Crees que me llevaron al hospital? Oh no. Ellos se fueron de vacaciones y me dejaron en casa de una vecina. Y la señora Figg fue quien descubrió la herida y me llevó al médico. Y esta cicatriz de aquí...
Pero Harry ya no continuó con su monólogo, porque Draco lo abrazó sin previo aviso. Rodeó con sus brazos la espalda del muchacho frente a él. Harry ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando y temblando de furia, hasta que sintió que Draco le hablaba al oído.
-Sssshhhh Potter, tranquilízate o vas a volar la Casa de Slytherin en pedazos. -le susurró mientras acariciaba su espalda con una mano y el cabello negro y rebelde con la otra -Cálmate.
-Yo no...
-Está bien. Tu tranquilízate. -Draco sonrió cuando sintió los brazos de Harry rodear su propia espalda y apretarse a él. -Perdóname. Yo no sabía lo que esos muggles....
-Nadie sabe.
Draco se separó delicadamente de Harry, para poder verlo a los ojos, pero sin dejar de abrazarlo. La confesión del Gryffindor lo había desestabilizado, pero mas lo hizo que le diga que él era el único que sabía como lo habían tratado sus parientes.
-¿No le has contado a Black? -Harry negó con la cabeza, sintiéndose avergonzado e indefenso - ¿Y Dumbledore?
-Dumbledore tenía la obligación de enviarme allí cada verano. La sangre de los Evans era lo que me protegía de Voldemort. Y Sirius...de haberlo sabido, los hubiera matado con sus propias manos. Hubiera ido a Azkaban y yo hubiera quedado sólo nuevamente.
-Pero Potter. Tus amigos...ellos...
-¿Qué iba a decirles? ¿Que el "Gran Harry Potter" no se podía defender de unos simples muggles? No. Es demasiado...humillante.
-Pero si hubieras dicho algo, no hubieras vuelto nunca mas a ese lugar. -dijo Draco acariciándole la mejilla, sin saber lo que hacía.
-TENÍA que volver. Dumbledore no podía arriesgarse a dejar desprotegido a su "salvador".
-Maldito viejo manipulador. -murmuró Draco abrazándolo nuevamente.
-Lo sé. Pero está bien. Ya no voy a regresar.
Así se quedaron durante un largo tiempo. Tan sólo disfrutando de la compañía del otro. Como si ya no se sintieran solos, como si de pronto comprendieran que el odio infundado que se tenían era absolutamente estúpido y que deberían haber estado juntos, apoyándose el uno al otro, desde el comienzo.
Draco sintió un temblor en el cuerpo de Harry y se percató que estaba practicamente sin ropa. Si bien su habitación no era tan fría como el resto de las mazmorras, no hacía tampoco calor como para andar con el torso desnudo a media noche.
-Potter -le dijo suavemente al oído, provocándo un estremecimiento del moreno -Estás helado.
-Hace frío. -dijo Harry declarando lo obvio.
-Ven.
Draco se dirigió hasta su cómoda y sacó de ella un par de pijamas negros. Le tendió uno a Harry, que lo miró interrogante.
-No me mires así. Si vas a quedarte aquí hasta que encuentren a Lizeth, te aseguro que vas a pasar la noche en esta habitación. Con el entrenamiento que tiene, si no quiere ser encontrada, no hay manera de ubicarla.
Harry tomó la parte de arriba y se la puso agradecido. De verdad estaba congelándose y quería ponerse algo mas cómodo. Draco lo imitó, quitándose la túnica y el uniforme, de espaldas a él.
Los ojos verdes de Harry no podían apartarse de la figura de Draco. El rubio era lo mas perfecto que había visto en su vida. Su piel parecía la porcelana mas pura, sin siquiera un rasguño. Su espalda firme pedía a gritos ser acariciada. Sus piernas....
Harry se obligó a dejar de observar a Draco. No quería que el rubio se diera cuenta de que se sentía atraído hacia él. Y, si seguía del modo que venía, iba a darse cuenta por cierta parte de su anatomía, que quería despertar.
Draco se giró a mirar a Harry. Y se sorprendió de encontrarlo mirando al suelo, con las mejillas sonrojadas y estrujándose las manos. Desde su punto de vista, era la visión mas hermosa que podría haber imaginado jamás. Era aún mas bello que la imagen de su sueño.
Harry jadeando, con el cabello húmedo de sudor, su aliento recorriendo su cuerpo lascivamente, sus pupilas dilatadas y sus labios hinchados a causa de los besos que él mismo le había dado. Sacudió su cabeza y apretó sus ojos, para expulsar esos inoportunos pensamientos de su mente. No sólo no había posibilidad de tener algo con Harry, sino que él ahora iba a ser la cabeza de una familia. Y no iba a cometer los mismos errores que su padre.
Cuando Draco abrió los ojos, vio a Harry acomodándose en el sillón, dispuesto a dormir muy incómodamente. La pareció tan absolutamente ridículo que no pudo evitar soltar una risita. Harry lo miró con detenimiento, pensando en qué era lo que el rubio encontraba tan gracioso.
-¿Qué haces Potter? -Harry lo miró interrogánte -No voy a dejarte dormir ahí. La cama es lo suficientemente grande para los dos.
-Estoy bien aquí, gracias -dijo Harry, sabiendo que iba a ser demasiado tentador.
-No seas estúpido. No voy a morderte. -bromeó Draco arrepintiéndose al instante cuando ciertas imágenes volvieron a su mente.
Draco tomó del brazo a Harry y lo llevó a rastras hacia la cama. Retiraron las mantas y cada uno se acostó sobre un costado, dándose la espalda e intentando no moverse, para no rozarse con el otro. ambos sabían que, al mínimo roce, iban a sucumbir ante la tentación.
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Mientras, en otra habitación de las mazmorras, dos amantes recuperaban sus respiraciones. Severus se había desplomado sobre Remus, apoyándose en sus codos para no aplastarlo.
Remus tenía los ojos cerrados, el rostro completamente sonrojado y lleno de sudor, su cuerpo aún temblaba a causa del maravilloso orgasmo que había tenido segundos atrás y Severus aún seguía unido a él.
-Eres hermoso -dijo de pronto Severus, en uno de sus extraños arranques de "sentimentalismo".
-No lo soy. -dijo Remus abriendo los ojos.
-Eres absolutamente hermoso. Y no intentes llevarme la contra, porque yo SIEMPRE tengo razón.
-Suenas como un chiquillo angreído -dijo Remus riendo suavemente.
-Lo se. -dijo Severus riendo también, mientras se separaba de Remus cuidadosamente.
Con rapidez, Snape alcanzó su varita y realizó un hechizo que los libró de las evidencias de sus actividades nocturnas, y se acomodó en la cama. Remus apoyó su espalda en el pecho de Severus y éste lo abrazó al instante, entrelazándo sus piernas y acariciándole el estómago.
El licántropo sonrió, mientras volvía a cerrar los ojos. Así era como quería pasar el resto de su vida. Compartiendo su vida con el profesor de Pociones. Ese que solía ser frío y sarcástico, irónico y odioso, pero que podía ser absolutamente cariñoso cuando bajaba sus barreras.
-Sev -murmuró Remus somnoliento.
-Mmmm..
-Olvidamos avisarle a Malfoy y Harry que Sirius encontró a Lizeth.
-Mmm...
-Sev, hablo en serio. Deben estar a punto de asesinarse mutuamente.
-Remus, para ser un licántropo, utilizas muy poco tu sentido de la percepción.
-¿Qué significa eso? -preguntó Remus confundido.
-Que apuesto 100 Galleones a que, en este momento, se encuentran en una situación bastante similar a la nuestra.
-¿QUÉ? -dijo Remus despertándose del todo y girándose para enfrentar a su amante. -¿Quieres decir que ellos....?
-Bueno, tal vez con ropa. -dijo Severus sonriendo ante el rostro de Lupin -Pero te aseguro que esos dos se odian mucho menos de lo que creen.
-Pero...
-Nunca creí que iba a decir esto...pero me alegraría si Draco aceptara lo que siente y se lo dijera a Potter. Porque, definitivamente, él siente lo mismo.
-¿Estás seguro?
-Si. Y ahora...¿me haces el favor de volver a la posición anterior y dormir? Es muy tarde ya.
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ESTE ES EL FIN DEL CAPÍTULO.
ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO. YA SABEN, DEJENME SUS REVIEWS...
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RESPUESTAS A REVIEWS:
Nicolehp3: Me alegra que te guste la pereja de Sirius y Lizeth. Y yo también espero que se queden juntos, aunque me da algo de pena dejar a Narcissa sola. No se que voy a hacer aún. Pero, por lo menos, hoy durmieron juntitos otra vez.
Lunaloveblack: Feo feo que esté embarazada...pero lo bueno, es con eso tal vez pueda mantener a Lucius detrás de la raya. Y si, que lindos sus besitos. Es ams que obvio que algo está creciendo entre ellos, habrá que ver que pasa.
Dioney: Soy mala, lo sé lo sé. Pero es que tenía que dajarlo ahi, porque sino me iba a quedar muuuy largo el capítulo. Por otra parte, intenté escribir esto antes, pero se me complicó muchísimo. así que pido disculpas. Espero que te siga gustando.
LiamBlack: Ya sé...todo el mundo me quiere matar. Lo sé, lo sé. PEro es que, como ya dije, si no la cortaba ahí, iba a ser un capítulo kilométrico. Por suerte ya terminé la universidad, así que tengo tiempo para mí. Ahora me estoy dedicando a visitar amigas que no veo muy seguido, leer mucho y ese tipo de cosas. ¡AMO LAS VACACIONES!
Agusstina: Bueno, ya te quitaste la intriga con lo del embarazo. La chica verdaderamente está embarazada. La verdad es que hay que matar a Lucius Malfoy...Ya veremos como se ls arregla.
Ali: Yo sabía que tenías que alegar algo sobre Severus y Harry. JAJAJAJA. De verdad yo me estoy inclinando cada vez mas a esa pareja, pero como no puedo escribir nada sobre ellos (no me preguntes por que, porque no lo se), los intercambio. Y coincido en que Lizeth y Sirius son una pareja preciosa. Pero ya veremos que pasa, porque no hay que olvidarse a Narcissa, que vuelve a la acción en el próximo capítulo. un besote.
Kailey Hamilton: ¡Gracias! Tus reviews definitivamente animan a escribir, y son muy divertidos, sobre todo cuando exigís los Sirius/Nercissa. Lamento que en este capítulo tu rubia preferida no haya tenido participación, pero te lo compenso en el próximo. Lo juro. Y Harry y Draco se acercaron mas, como habrás leído. Espero que te haya gustado este capítulo y que me dejes tus siempre constructivas críticas.
Ophelia Dakker: ¡Sos una desalmada! ¿Como vas a querer que Lizeth pierda su hijo? está bien que es hijo de Lucius y que fue bien feito lo que le hizo, pero tampoco para tanto. Además, yo creo que el hijo le viene muy bien para extorsionarlo...jajajajaja. Espero que esta vez también me perdones la tardanza. Un besote.
¡¡¡GRACIAS A TODOS POR SUS REVIEWS!!!
UN BESO A TODOS.
GALA SNAPE
-Miembro de la Orden Severusiana-
