DISCLAIMER: Ninguno de estos personajes son mios. Todo pertenece a JK Rowling, Warner Bros, etc, etc... NO gano dinero con esto
ADVERTENCIAS: Este fic contiene slash, si no te gusta no
lo leas. ¡¡¡Estás avisado/a!!! ¡¡¡No quiero problemas!!! Podrá tener
escenas de violencia o sexo explícito, pero yo voy a avisar cuando suceda para
que si no quieren no las lean.
Además va a haber un romance entre Lizeth y Sirius..o por lo menos algunos
acercamientos. Así que a quien no le guste este tipo de ffs, también lo puede
ir dejando.
¡¡NO QUIERO QUEJAS POR ALGO QUE YA ESPECIFIQUE EN LA ADVERTENCIA!! SI SEGUIS LEYENDO ES BAJO TU RESPONSABILIDAD.........
En fin, para todos los que sigan leyendo....¡GRACIAS!
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PAREJAS: Harry/Draco, Remus/Severus, Ron/Hermione, Lizeth/Sirius/Narcissa.
TIEMPO: After Voldemort. La guerra terminó y Harry está en séptimo año.
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CAPITULO 14: EL PLAN DE LUCIUS.
Después de una refrescante ducha, se sentó en su cama, y no pudo evitar dirigir su mirada a la puerta de su dormitorio. La puerta cerrada que no solo era un trozo de madera, no era roble medieval, veteado y lo suficientemente desgastado para parecer elegante.
Esa puerta era, tal vez, la única oportunidad de conocer ese sentimiento esquivo, incomprensible, doloroso y revitalizante que muchos llamaban amor.
El amor no estaba hecho para un ser como él. Fue un iluso cuando pensó que podía cambiar su destino. Recordaba cuando le preguntó a su padre por el amor. Tenía cinco años, y la respuesta de Lucius fue una constante en su cerebro desde entonces: "Rl amor no existe. Es sólo una excusa de los débiles para dejarse dominar. Ningún Malfoy amó jamás y ningúno amará."
Comprendió, en el momento en que él se fue, que era el primer Malfoy en amar. Pero el destino y la historia se interpondrían entre su ángel de ojos verdes y él. Harry Potter jamás iba a ser para él; como él jamás iba a ser para Harry Potter.
El "Salvador del Mundo Mágico" iba a asarse con una bella, dulce y comprensiva bruja, iba a tener tal vez una docena de hijos, y los iba a amar hasta el día de su muerte, sin importar lo que fueran o hicieran. No había Draco Malfoy en su futuro.
Y Draco Malfoy iba a cumplir con su prometida, iba a educar a su heredero para que sea un hombre culto, valiente y tan distinguido como él y su padre. El heredero de los Malfoy iba a mantener en alto su apellido, pero iba a haber una gran diferencia con él. El hijo de Lizeth iba a crecer rodeado de amor. Él iba a dar a ese niño todo el amor que sus antepasados no le dieron a los suyos. Y no había Harru Potter en su futro.
Sólo reparó en que lloraba como hace años no lo hacía, cuando dos suaves, finas y amantes manos secaron sus lágrimas con dulzura y comprensión. Nadie lo había tocado así jamás. Su madre, tal vez, pero ese simple gesto decía tanto... Nadie lo había querido así jamás.
Abrió los ojos lentamente, esperando encontrarse con que él había vuelto y lo quería. Pero se encontró con un par de ojos celestes tan llenos de lágrimas como los suyos.
Lizeth y Draco se miraron a los ojos por tanto tiempo que pareció una eternidad. Ambos intentando ver el motivo del sufrimiento del otro. Ambos seres, educados para ser armas destructoras, ambos destrozados por el estúpido amor.
-No vas a dejarlo ir. -dijo Lizeth de repente -¿Me oyes? Nunca me perdonaría que ambos sean infelices.
-No se de que hablas.
-Harry te ama -Lizeth no dejó nunca de acariciarle el cabello -y tu lo amas a él.
-El amor....
-...no existe. -terminó Lizeth por él. -Existe y lo sabes. Es lo mas maravilloso que pueda pasarte. Yo jamás voy a arrepentirme de haber amado a Lukas.
-Lo mataron. -murmuró Draco.
-Cierto. Pero eso no me impide seguir amando. Amos y voy a amar hasta el día que me muera a mi hijo, a ti, a Harry, a tu madre...
-Y a Black. -Lizeth asintió y esquivó su mida -Eso está prohibido Liz. Te pueden expulsar.
-También tenía prohibido amar. -dijo ella acostándose en la cama, mirando al techo.
-Pero Black...
-Hay cierto "aroma" en estas sábanas -Lizeth sonrió ante el sonrojo de Draco y el abrupto cambio de tema -¡Winky! ¿Puedes cambiar las sábanas de esta cama, por favor?
-Claro Señorita Lizeth Avery, enseguida Señorita Lizeth Avery.
En menos de dos minutos, las sábanas estaban limpias y con un delicioso perfume a bambú. La elfina le entregó luego el desayuno que debía consumir cada mañana, muy consciente de que no había comido nada en la habitación de Sirius.
-Si Harry pretende que desayune esto cada mañana, voy a terminar mi embarazo con el estómago de un troll. -murmuró entre risas.
-¿Por qué esa elfina acude a ti cuando la llamas?
-El profesor Black dijo que McGonagall propuso poner un elfo a mi disposición las 24 horas y Harry le pidió el favor a Winky.
-¿Puedo? -Draco señaló unos tentadores waffles.
-Ciertamente no voy a comerlo todo. -dijo Lizeth alcanzándole el plato. Desayunaron en silencio, sobre la cama y luego Lizeth se acostó, arrastrando a Draco con ella -¿Por qué no me dices que pasó con Harry?
-¿Por qué no me dices que sucedió con Black? -retrucó Draco.
-Es justo -dijo Lizeth abrazándose a él y escondiendo el rostro ewn su cuello -Sólo dormimos. Luego tuve náuseas y él sugirió si no preferiría no tener al bebé. Corrí de la habitación y mis pies me trajeron aquí.
-Bastardo. -siseó Draco.
-Sólo está preocupado. Ahora dime tu.
-Peleamos, dormimos, nos besamos y nos frotamos hasta acabar en nuestros pijamas. Brillante, ¿no crees?
-Somos algo patéticos. -rió Lizeth.
-No, no. -aseguró Draco abrazàndola mas fuerte. -MUY patéticos..
-No lo creo. -dijo Narcisa Malfoy desde la puerta. Su mirada llena de tristeza y su corazón partido. Nunca iba a robarle a Lizeth la esperanza de se feliz con Sirius.
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Amigos. Hermanos. Padre e hijo. Tantos vínculos unían a Harry Potter y Sirius Black, que ni ellos podían explicar el infinito e incondicional amor que se profesaban mutuamente.
Uno con el corazón herido, casi muerto si no fuera por la presencia del otro. el mayor, con la peor y mas grande de sus confusiones. Sentimientos tan parecidos, por dos personas ta diferentes y tan iguales a la vez.
-¿Y tu qué? -preguntó Harry de pronto -No creas que no he notado como miras a Lizeth.
-No lo se.
Sirius suspiró rendido. Ni él se comprendía. Toda su vida había amado, sin esperanzas, a la misma mujer, a su prima. Siempre soñando con despertar junto a ella después de una noche apasionada, o tan solo haberla sostenido en sus brazos toda la noche.
Pero ahora, la heredera Avery estaba infiltrándose poco a poco en su corazón y pensamientos. Lo hacía sentir vivo y necesitado otra vez. Le llenaba el alma de dicha cada vez que lo miraba con amor o reía, y le estrujaba el corazón verla llorar. y esa mañana, hacía solo media hora, ella había dejado su habitación en medio del llanto.
-Simplemente no lo se. No creí que pudiera volver a sentirme así jamás.
-Así.... ¿Cómo? -presionó Harry.
-No sé que es. Sólo se que no es posible. Es tan poco realizable como lo tuyo con Draco malfoy.
-La vida apesta.
-No. Nuestra vida lo hace. Sino mira a Moony, la sonrisa boba no deja su rostro ni un minuto.
Harry tuvo que sonreír ante esas palabras. Era cierto que Remus estaba en otro planeta. Vivía pendiente de Snape. Ambos lo estaban, pero el profesor de Pociones era un maestro en ocultar sus sentimientos para proteger su dignidad de los entrometidos alumnos, profesores y periodistas.
-Y.... ¿De quién te enamoraste antes? -preguntó Harry sin saber lo doloroso que era el recuerdo, y no tan recuerdo, para Sirius.
-De otro imposible. No entiendo por que la vida se empeña en hacerme sufrir.
-Deberías verlo de otro modo. -dijo Harry en un intento por levantarle el ánimo -Ambos moriremos viejos y solos, pero juntos.
-Awww... ¿No son patéticos? -dijo Snape desde la entrada, antes de que Remus pudiera evitarlo.
-No te equivoques Snape -dijo Harry sonriendo -somos dos almas incomprendidas que jamás hallarán la felicidad.
Severus Snape y Harry Potter rompieron en risas, ante el asombro de Sirius y la sonrisa complacida de Remus. Cuando al fin se calmaron, Snape informó que Dumbledore había llegado.
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El despacho de la Directora pronto estuvo lleno de gente. Narcisa, Draco, Lizeth, Sirius, Remus, Harry, Severus y Dumbledore. Todos con un interés en común: detener a Lucius.
Albus Dumbledore observó el rostro de los presentes. Minnerva se veía agotada. Severus y Remus al fin parecían estar en paz el uno con el otro y consigo mismos. Los demás, sus ojos mostraban la tristeza y melancolía de quienes piensan en lo que pudo ser.
-Gracias por acudir tan rápidamente albus. -dijo McGonnagall sin sonreír.
-Un placer querida, como siempre. Es bueno estar en casa nuevamente.
-Sabes que no es una visita de cortesía Albus. -dijo Snape sin comprender como, aún en tiempos difíciles, el viejo mantenía ese brillo en los ojos.
-Bien, bien. -concedió Dumbledore -Mis informantes me dijeron que hay mucha magia oscura en los alrededores de Malfoy Manor. Pero nadie sabe que es lo que pretenden hacer.
-Genial. -murmuró Harry, evitando mirar a Draco.
-¿Puede ser que nadie lo haya notado? -se exasperó Lizeth. -Es tan sencillo. Los Avery y los Malfoy son las familias de sangre mas pura que existe. Un niño con ambas líneas de sangre será mas que poderoso.
-¿A dónde quieres llegar? -preguntó Narcisa.
-A que si Lucius quiere ser el nuevo Dark Lord, sólo necesita un arma casi imposible de vencer. Una persona que haya sido criada con sed de sangre y llena de odio. un niño entrenado para matar desde su nacimiento.
-No TU hijo. -dijo Draco observándola furioso.
-La idea original era un hijo tuyo y mío. este niño -dijo Lizeth tomándose el vientre -solo aceleró sus planes.
-¡Por Merlín! -exclamó Sirius.
-Creo que todos coincidirán en que lo mejor será que la Señorita Avery....
-No voy a dejar Hogwarts Dumbledore -lo interrumpió Lizeth con tanta decisión en su mirada que el ex-Director no pudo hacer mas que asentir. -No soy una cobarde y Lucius no va a tocar a MI hijo mientras viva.
-Liz... -dijo Draco tomándole la mano -Tal ves...
-¿Este no es el lugar mas seguro del mundo? No pienso irme.
-Lucius va a intentar matarte -dijo Snape.
-Lo se. Por eso ya arreglé unos papeles que después quiero que firme Dumbledore.
-¿Qué papeles? -preguntó Harry alarmado.
-La tenencia de mi hijo, sólo en caso de que muera.
-No hay nada que firmar. -dijo Draco -Yo ya te dije que voy a hacerme cargo.
-Y yo ya te dije que no quiero. Además, si Lucius disputa contigo la tenencia vas a perderla. Necesito alguien a quien nadie pueda decirle que no.
-Oh por Merlín -dijo Snape masajeándose el puente de la nariz -No Potter.
-Claro que Harry. Dígame quien en el Ministerio va a quitarle la tenencia de un niño al Salvador del Mundo Mágico.
-Pe... pero Lizeth... yo no.... No puedo.
-No veo alguien mejor que tu Harry.
-¿Por qué no Sirius? -gimió Harry.
-Dame una buena razón para dejarle a mi hijo al profesor Black y cambio los papeles a su nombre.
-Yo tengo una -dijo Draco alarmado -Va a convertirlo en un apestoso Gryffindor.
-Draco... yo estoy en Gryffindor. -Lizeth se estaba divirtiendo a lo grande, al gual que Dumbledore y Snape.
-No. tu eres tan Slytherin que convenciste a esa "cosa" de que te ponga en Gryffindor.
-en ese caso... tengo mas razón aún. Porque Harry debería estar en Slytherin, pero también convenció al Sombrero de lo contrario.
-Tu no lo hiciste -murmuró incrédulo Draco.
-Claro que si Malfoy. ¿Creías que hablo parsel porque sí?
-Tu solo hablas parsel porque....
-Bueno tórtolos, no discutan -dijo Lizeth, apreciando el rubor alcanzando las mejillas de ambos.
-10 puntos para Gryffindor por hacer sonrojar a un Malfoy, Señorita Avery. -dijo Snape, a quien los ojos le brillaban divertidos.
-¿Podemos enfocarnos en el problema? -dijo severamente McGonagall, que no encontraba diversión en todo eso.
-Claro. Bien. Estamos de acuerdo en que la Señorita Avery permanecerá en Hogwarts entonces -dijo Dumbledore -Y necesitamos atraer a Lucius hacia nocostros.
-Una vez que el bebé haya nacido eso será sencillo -dijo Lupin.
-Cierto -concedió el anciano. -Entonces esperaremos al nacimiento y lo mantendremos en secreto hasta que madre e hijo se encuentren en buenas condiciones. Luego, los llevaremos a un lugar seguro y Narcisa avisará a Lucius que ha nacido su....
-Nieto -dijo la rubia. -Me informó que Lizeth está embarazada de Draco.
-Disculpe Dumbledore, pero yo voy a enfrentarme a Lucius.
-No creo que sea prudente dejar al niño solo -dijo Sirius.
-No estará solo. Winky y Dobby pueden cuidar de él. Pero yo voy a vengarme de esa porquería.
-Ya veremos -dijo Albus -Minnerva, creo que lo mejor sería una habitación individual para Lizeth, fuera de la torre y con cuadro y barreras. Y... ¿Alguien que viva con ella? No creo que sea conveniente que esté sola.
-Yo lo haré. -dijo Draco
-Muy considerado de su parte Señor Malfoy, pero lo mejor será un mago adulto -dijo Dumbledore -¿Qué opinas Minnerva?
-¿Sirius? Tu puedes hacerte cargo ¿verdad? -dijo la directora -Lamento decirlo de este modo, pero eres el único que no tiene pareja ni compromisos fuera del colegio.
-Seguro Minnerva.
Albus Dumbledore tenía que felicitarse a si mismo. Aún era bueno en, como él decía, "llevar a la gente a decidir lo que él mismo había decidido de ante mano." Sirius iba a cuidar bien de Lizeth y su hijo, se veía a la legua que se estaba enamorando de la alumna.
Y, si esa relación prosperaba, entonces Harry y Draco tenían el camino libre para ser felices juntos. Lo único que lamentaba era que Narcisa aun veía negada su posibilidad de amar.
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Esa misma tarde, Lizeth y Sirius mudaron todas sus pertenencias a sus nuevas habitaciones, con la ayuda de varios elfos domésticos.
El lugar contaba con dos amplios y amoblados dormitorios, una sala de estar, dos baños, y una pequeña cocina, ya que Lizeth había dicho que uno de sus pasatiempos favoritos era cocinar.
En cuanto todo estuvo listo, Narcisa envió a Lizeth a descansar, mientras se reunía en la sala con Sirius. Le dolía el corazón pensando en lo que haría a continuación, pero era lo necesario.
-Cuídala, por favor.
-Sabes que lo haré.
-Si. Pero... Ella te ama Sirius, y puedo ver que tu la quieres.
-Narcisa, ¿Qué estás diciéndome?
-Puedes hacerla feliz. -dijo la rubia mirándolo a los ojos -Sean felices. Mereces una familia Sirius, tanto como ella. Y no te preocupes por el riesgo de expulsión. Si Dumbledore sugirió que la cuide un adulto, y "milagrosamente" eras el adecuado para hacerlo, es porque piensa del mismo modo que yo.
-¿De verdad crees que es lo que debo hacer? -Sirius no sabía si alegrarse o llorar -No se que es lo que me pasa con ella y no quiero jugar con su corazón.
-Díselo -le aconsejó Narcisa -Dile que no lo sabes. Pero si nunca lo intentas, nunca tendrás la respuesta a tu duda.
-Gracias.
Sirius la abrazó y así estuvieron un largo tiempo, en brazos del otro, despidiéndose silenciosamente. Despidiendo ese amor imposible que los perseguía desde pequeños. Despidiéndose de lo que nunca fue y nunca sería.
Narcisa se separó de él antes de dejarse vencer por las lágrimas, le besó la mejilla y partió a su Mansión, donde el monstruo que se hacía llamar su marido, la esperaba.
Y Sirius se quedó solo, de pie en medio de la sala, mirando el cuadro de la entrada cerrarse y, con él, la historia de amor que nunca fue.
-¿La amas? -preguntó Lizeth desde la puerta de su habitación, con el corazón prendiendo de un hilo.
-¿Qué haces levantada? -preguntó Sirius evitando la respuesta.
-Si la amas, no debería dejarla ir. ¿La amas?
-No. Ya no. Ahora hay alguien mas en mi corazón, pero no estoy seguro de que sea amor.
-Oh. -Lizeth mostró su decepción abiertamente. -Voy.. a hacerme un te. ¿Quieres?
-Por favor -dijo Sirius sonriendo.
Tenía que dejar de pensar en Sirius Black. Tenía que olvidarlo y concentrarse en ella, su bebé y su venganza. Pero no podía.
Y nunca iba a poder si Sirius eguía viviendo con ella, si Sirius la seguía abrazándola, si Sirius seguía acariciando su vientre con amor, y si Sirius seguía besando su cuello con ternura.
-¿Me ayudarías a definir lo que siento por ti? -susurró el animago directamente en su oído, haciendo que Lizeth volteara y lo mirara a los ojos.
-Pero tu dijiste que...
-Te hice llorar -susurró Sirius, y besó el camino que habían recorrido las lágrimas -Pensé que ibas a comprender que hablaba de ti.
-No juegues conmigo. -Lizethnintentó soltarse.
-No lo hago. De verdad te quiero. Y me gustaría saber si esto que siento en el pecho cada vez que te acercas a mi o sonríes es amor.
-¿Y qué sientes? -preguntó Lizeth sonriendo.
Por toda respuesta, Sirius tomó una de sus manos y la llevó a su corazón, que latía tan rápidamente que parecía querer salirse de su cuerpo. Lizeth sabía que el suyo estaba en iguales condiciones y decidió arriesgarse una vez mas.
-Te amo. -dijo, sintiendo como el músculo bajo su mano latía aún mas rápido.
-Liz...
-Te amo. Y quiero ser tuya.
-¿Qué me estás diciendo? -preguntó Sirius pensando que había entendido mal.
-Quiero que me hagas el amor, Sirius.
-¿Estás segura? -preguntó el animago acariciándole el rostro.
-Si. A menos... a menos que tu no quieras.
-Será un placer. -murmuró Sirius sobre sus labios, antes de besarla.
Sirius pasó uno de sus brazos por detrás de las rodillas de Lizeth y la levantó sin avisar. Ella se río en su cuello, abrazándose a él, mientras la llevaba a una habitación.
Su cuerpo fue depositado en la cama y el de Sirius la cubrió. Sirius la besó con pasión, entrelanzándo sus lenguas en una danza sedienta de amor y sus manos comenzaron a acariciar los costados su cuerpo.
-Quiero que me digas si estás incómoda y me detendré -le susurró Sirius, apoyándose en sus codos, para poder mirarla a los ojos. -¿Cómo te sientes ahora?
-¿La verdad? -Sirius asintió -Tengo miedo.
Sirius hizo el intento de alejarse, pero ella lo abrazó mas fuerte y se lo impidió. Le sonrió cuando Sirius la miró sin comprender y le acarició la espalda.
-Tengo miedo. Pero me niego a recordar las manos de Luicius cada vez que me toques. Quiero que sigas. Sólo.... vayamos despacio.
-No tenemos que hacerlo.
-Lo se. Pero QUIERO hacerlo y se que no me harás daño. Confío en ti.
-Eres tan hermosa -dijo Sirius acariciándole los labios. -Tu hijo será tan afortunado al tener una madre como tu.
-Sirius. -lo llamó Lizeth al ver que se había perdido en sus pensamientos -Bésame.
Sirius sonrió y la besó con toda la dulzura que encontró dentro suyo. Con su gran experiencia, recorrió el cuerpo de Lizeth con sus manos y su boca, llevándola al límite mas de una vez.
Nunca dejó que ella deje de mirarlo. Quería que en todo momento viera que era él quien la reclamaba como suya. La amó de forma tan lenta que fue desesperante pero maravilloso para ambos.
Cuando al fin estuvieron unidos, tuvo que controlarse para hacerlo lentamente. Quería que ella disfrutara mas que nunca y su auto-control no lo traicionó esa vez. Llegaron juntos, explotando de placer y susurrando sus nombres, mientras se miraban a los ojos.
Después de un hechizo limpiador y de cubrirse con las mantas, se durmieron. Desnudos, uno en brazos del otro. Felices y juntos.
Así fue como los encontró Draco, que no pudo evitar un grito.
-¿QUÉ DEMONIOS SUCEDI" AQUÍ?
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BUENO, DESPUÉS DE MUCHO MEDITAR....
ESTE FUE EL ANTE ULTIMO CAPITULO.
AQUI LO TIENEN. ESPERO QUE LO HAYAN DISFRUTADO.
NO PUEDO RESPONDER CADA REVIEW, PORQUE NO TENGO TIEMPO, PERO LES DEJO UN BESO MUY ESPECIAL A: Danybel, holaaa, Camille Potter, Luna-Loveblack, Galindezlmp, ALi, Kailey Hamilton y Ophelia Dakker.
BESOS!!!!
GALA
