El resto del viaje lo pasaron riendo y cantando alguna que otra canción. Cuando llegó el carrito de las golosinas, Lily lo vacío literalmente y se sentó en su asiento a engullir, observada por sus tres amigos.

- Lily, eso te va a matar- Kate miraba con dolor como Lily tragaba ranas de chocolate de dos en dos.

- Será una muerte dulce... Además mejor que me mate el azúcar que no Tracy ahogándome con unas medias de seda...

- O James tirándote desde la torre de astronomía...- la apoyó Artemis

- Sí, en definitiva, me voy a morir igual- y se comió un pastelillo de crema

Sus amigos negaban con la cabeza.

Al atardecer llegaron a la estación de Hogsmead, y cuando fueron capaces de sacar del vagón las dos guitarras y el piano de Elise (lo llevaba desmontado en uno de los baúles y Kate y Elise no dejaban que nadie tocara sus instrumentos), se acercaron al guardabosques del colegio, Hagrid, un muy buen amigo de los cuatro y de Artemis en especial, ya que tenían en común la pasión (o como decía Kate, la paranoia) por los animales.

- ¿Qué tal el verano chicos? – les preguntó mientras dirigía con dificultad a la multitud de estudiantes de primero hacia las barquitas del lago.

- Ya sabes- contestó Kate- como aquí, en ningún sitio. Hagrid sonrió por detrás de la barba.

- ¿Os ayudo a cargar estos trastos en el carruaje? - Sí, por favor- contestó Artemis frotándose la espalda, no estaba acostumbrado a llevar a cuestas pianos de dos toneladas.

Hagrid levantó sin dificultad el baúl y lo colocó en uno de los carruajes, luego se despidió de los cuatro hasta la cena. Elise y Artemis entraron en el carruaje, pero ya no había espacio para nadie más, así que Lily y Kate fueron a sentarse en otro que estaba vacío, llevando consigo una de las guitarras. Cuando ya estaban a punto de salir, la puertecita del carruaje se abrió: Eran Sirius y Remus.

- ¿Podemos?- preguntó Remus educadamente mientras Sirius hacía muecas de asco- No hay ya carruajes vacíos y...

- Sí pasad, pasad- contestó Lily amable mientras Kate miraba el terciopelo del asiento.

- Que sepáis que no estoy aquí por gusto propio- murmuró Sirius molesto

- Que sepas que tampoco estás aquí por mi gusto- contestó Lily acomodándose en su asiento e ignorando la presencia del moreno.

Remus empezó a hablar con Lily de los EXTASIS que tendrían que pasar ese año mientras Kate miraba por la ventanilla y Sirius refunfuñaba algo de niñas estúpidas, hasta que reparó en la guitarra apoyada en el asiento.

- ¿Es una guitarra?- preguntó a la rubia, que se sobresaltó un poco

- No, Black, es un pony. ¿No lo ves?- contestó Lily

- ¿Y la sabes tocar?- continuó Sirius ignorando la respuesta de Lily

- No, la llevamos porque combina con nuestros zapatos- continuó la pelirroja

- Sí- contestó tímidamente Kate por fin

- ¿Y que sabes tocar?- Sirius fingía no escuchar a Lily, pero se estaba picando.

- Las cuerdas pares, las impares no las sabe tocar- contestó por tercera vez

- ¿Te quieres callar ya Evans? ¡no estoy hablando contigo!

Remus sonreía y Kate estaba un poco cohibida, Lily simplemente se miraba las uñas. Luego miró al moreno.

- ¿Decías algo?

- ¡Aggg!

- Pues de todo- se apresuró a decir Kate para acabar con la discusión- toco desde hace mucho.

- Mi prima también toca la guitarra - recordó Sirius

- Sí, y el piano.

- Es que por si no te habías dado cuenta es nuestra amiga- dijo Lily, y Sirius la volvió a ignorar

- A mí me encanta cantar- anunció orgulloso Sirius

- A respirar no se le llama cantar- musitó Lily lo suficientemente alto como para que todos la oyeran.

Entonces el carruaje paró suavemente y Lily abrió la puerta. Mientras bajaba, Sirius comentó.

- Ja, ja. Ya sé por qué no me gustan las chicas como tú...

- ¿Porque tiene cerebro?- preguntó Elise que llegaba en ese momento.

Remus bajó riendo del carruaje detrás de Sirius y Kate. De carruajes cercanos descendieron los otros dos merodeadores y las chicas del tren, que se dirigieron a ellos liderados por Tracy.

- Oh- murmuró Kate apoyando una de sus manos en la cadera y estirando la otra hacia arriba- El NTCPSP al rescate. Será mejor que vayamos a ayudar a Artemis con tu piano...

Y riéndose por la gracia fueron a ayudar al chico que se estaba ocasionando una hernia discal.

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Los primeros días de clase pasaron con normalidad, Lily continuaba en su discreto anonimato, pero como chica inteligente, procuraba evitar a James, que estaba que echaba chispas después de lo del pulso y temía su venganza. Kate quiso hacer correr el rumor por la escuela, pero Lily no la dejó, no le gustaba la idea de tener a medio colegio (los que creían que los merodeadores eran Dios o algo así) en contra por haber dejado a Potter en ridículo. Para ella había sido sólo un medio para conseguir salirse con la suya, para James, sin embargo había sido una gran ofensa.

El primer sábado por la tarde, Lily preparó su bolsa con todos los bártulos que necesitaba para el club de encantamientos y con la ropa que usaba para hacer ballet y se ajustó los pesos de sus brazos y piernas (llevaba bandas de peso que sumaban un total de 20 kilos, ya que no podía entrenar tanto como quería). Kate hojeaba una revista en su cama, y Elise hacía una traducción de runas especialmente difícil y soltaba alguna barbaridad de cuando en cuando acordándose de toda la familia del quien las inventó.

- No te olvides de llegar antes de las diez- le dijo Kate distraída- sobre esa hora es cuando los "mega- chachis" se escapan a Hogsmead, no querrás encontrarte con esa panda que te tiene tantísimo amor tu sola...

- De acuerdo mamá- Lily ya salía por la puerta- y haz el favor de ponerte a estudiar transformaciones que el buzón que transfiguraste el otro día tenía orejas de conejo todavía.

Kate hizo un saludo militar y continuó a lo suyo. Lily hechó a correr hacia el aula de encantamientos. Cuando entró el profesor Flitwick todavía no había llegado y buscó con la mirada algún sitio para sentarse entre las primeras filas. Remus le hacía señas desde su pupitre y sonriendo se dirigió donde estaba él.

- Hola- Lily se sentó en el banquillo y sacó sus libros- ¡Oish! Estoy tonta, este no lo tenía que traer...- dijo para si misma sacando un libro gordísimo de su bolsa.

- ¿"Transfiguratzione humana"?- Remus leyó el lomo del libro extrañado, conocía muy bien ese libro...- ¿Para que quieres eso?- preguntó preocupado. Lily guardó rápidamente el libro debajo del pupitre y se limitó a contestar:

- Bueno, todos tenemos secretos ¿no?

Flitwick entró entonces, trayendo consigo un montón de vasijas: iban a aprender a transformar los cuatro elementos, y Remus no pudo seguir preguntando.

....

- ¿Te ayudo con algo?- preguntó el chico al final de la clase, observando con rareza la gran bolsa de la pelirroja

- No, no, puedo sola... Esto, me marcho, que tengo prisa... Nos vemos- y salió echando chispas pasillo allá.

Cuando ya casi había llegado a la torre Este, donde estaba el aula que Dumbledore le había cedido, se acordó de su libro. - ¡Mierda!

Y desanduvo el camino con la misma velocidad que antes. Al doblar la esquina del pasillo de encantamientos, oyó un murmullo de voces dentro del aula y se detuvo, no quería molestar al profesor Flitwick si estaba reunido... Pero de las voces que oía ninguna pertenecía a ningún profesor... pudo más la curiosidad que la buena voluntad, vigiló que no viniera nadie por el pasillo y espió por la rendija de la puerta:

- Tenía esto- Remus señalaba su libro y James, Sirius y Peter se sobresaltaron al verlo.

- Ese no es...- empezó James

- Es- confirmó Sirius

- ¿Y por qué lo tiene ella?- preguntó Peter- ¿No será una animaga, no?

Lily se sobresaltó fuera, si descubrían su secreto... era animaga ilegal desde los catorce años y sólo lo sabía Artemis, juntos habían aprendido para poder visitar el bosque impunemente. Había vuelto a pedir el libro para desarrollar otra transformación diferente, en forma de águila no se podía desenvolver muy bien entre los espesos árboles y no le podía seguir el paso a Artemis, que se transformaba en zorro.

- Que va- contestó James convencido- es una niña- perfecta- animal- de- libros. No se saltaría las normas ni aunque le fuera la vida en ello.

El "animal de libros" apretó los puños fuera, Sirius y Peter parecieron convencidos pero Remus seguía frunciendo el ceño.

- No seas bobo, Moony. Además debemos pensar en su castigo... y en el de sus amiguitas- a James le brillaron los ojos

- ¿Castigo?- preguntó el licántropo

- Nadie desafía a un merodeador- le recordó Sirius- si no quiere padecer las consecuencias

...

Lily escuchó detrás de la puerta todo el plan de los chicos y echó a correr hacia la Torre Este justo antes de que los merodeadores salieran del aula. Se iban a enterar esos estúpidos... lo que más le fastidiaba era que Remus no había dicho nada para parar a los demás, ¡ y eso que creía que era su amigo! Su entrenamiento esa tarde fue corto, y después de ir a recuperar su libro, volvió enseguida a su habitación para contarles a Kate, a Artemis y a Elise lo que había escuchado y lo que había decidido hacer, que se quedaron con la boca abierta. Elise enseguida se ofreció a hacer todo el trabajo, en cuanto supo que su primito la había incluido en la venganza.

...

El domingo por la mañana los merodeadores bajaron a desayunar inusualmente pronto, no querían perderse el efecto de su broma, con una poción y un soborno a los elfos, iban a conseguir que Lily, Elise y Kate se hincharan como globos después de tomar sus cereales y salieran volando por encima de todas las mesas... y la pelirroja y sus amigas no se hicieron esperar demasiado y bajaron a desayunar tranquilamente. Los cuatro chicos no pudieron menos que poner caras extrañadas al verlas a las tres: Elise llevaba un vestido hippie larguísimo con unas mangas tan anchas que Hagrid se podría esconder dentro, Lily llevaba unos vaqueros por debajo de la cintura y tres tallas más grandes y una camiseta larga con una fotografía de un tiburón, y Kate, bueno, a Kate le había dado la vena punk ese día y llevaba unas medias rotas, una mini- falda escocesa y un jersey de cuello vuelto. ¿Por qué tenían que ser tan raras y no podían ir como todas las chicas de la escuela? Así era normal que no se les acercara ningún chico, ni que no fueran nada populares, pero rápidamente detuvieron sus meditaciones al ver que las chicas comenzaban a comer y... y... y... ¡y! ¡no pasaba nada!

- Hola pichurrín- saludó Tracy mientras James daba un bote, estaba concentrado mirando a la pelirroja y no se había dado cuenta de la presencia de su novia, luego la besó en forma de saludo- ¿Qué? ¿No me notas nada diferente?

- Eeeeeee... ¿Tu pelo?- la rubia negó- ¿La blusa?- la rubia negó picada- ¿Los zapatos?

- ¡No James, no! ¿ya no te fijas en mí?- preguntó Tracy a punto de llorar- ¡el brillo de labios! ¡Ya no es rosa, es lila! ¡No me haces nada de caso!

- Cariño si es que ya sabes que yo...- sus amigos se escondían detrás de la servilleta para reírse a gusto mientras la rubia lloraba desconsoladamente- Es que estás tan guapa hoy que no me había fijado en eso- Tracy hipó un poco más pero pareció conformarse con la respuesta mientras James degollaba a sus amigos con la mirada.

Entonces llegaron Moniq (la novia de Sirius, que a pesar de ser de Ravenclaw desayunaba con el NTCPSP) y el resto de las chicas, que hablando animadamente de un nuevo tono de esmalte de uñas se pusieron a tomar su desayuno bajo en grasas, en azúcares, en sales, en... todo. Mientras una comentaba extasiada lo monos que eran los nuevos bolsos de Madam Malkin, algo empezó a ir mal. Las chicas comenzaron a hincharse y empezaron a chillar asustadas. Como si les estuvieran metiendo helio en vena, comenzaron a subir como enormes globos de feria. El jaleo que se montó en el gran salón fue monumental: Los profesores intentando calmar a los alumnos que chillaban asustados o muertos de risa, los merodeadores subidos a las mesas para intentar sujetar a las chicas por los pies, Peter había sujetado a Moniq y a otra chica por los tobillos, pero ellas habían podido más que él y ahora estaban volando por todo el salón como un zeppelín... Mientras, Lily, Elise y Kate, acompañadas por Artemis que acababa de llegar, siguieron desayunando tranquilamente, pero haciendo muecas de disgusto por el ruido de su alrededor. Kate se hartó y se subió en la mesa de Gryffindor.

- ¡¡¡EEEEEEEEEEEEEE!!!- gritó con su portentosa voz, todo el mundo en el Gran Salón se quedo congelado- que estamos intentando desayunar, por favor, un poco de respeto.

Mientras, Elise y Lily se acercaron riendo y meneando la cabeza donde estaban los merodeadores y los profesores y sacaron sus varitas.

- "Attacho"- gritaron a la vez, de sus varitas salieron unas cuerdas que atraparon a las chicas- globo por los tobillos. Luego le pasaron las cuerdas a los merodeadores y a los profesores.

- Así no se les escaparan- sonrió Lily.- y las podrán bajar

- ¡Muy bien, señorita Evans y señorita Black, muy buena idea1- las premió Dumbledore sonriendo mientra veía a las chicas infladas, le había parecido graciosa la broma- 50 puntos más para Gryffindor por aplicación práctica de la magia.

- Y si se aburren pueden ir a los terrenos y hacerlas volar como cometas- comentó Elise sonriendo y entre dientes, de modo que sólo la oyeron los tres merodeadores que estaban en tierra.- si se van volando no será grande la perdida...

Sirius y James las asesinaron con la mirada y ellas sonrieron cándidamente.

- ¿Quién dijo que las amebas no volaban?- le preguntó Lily a Elise delante de los chicos

Ella se rió

- Anda, vámonos, el desayuno me esta produciendo sensación de hinchazón... me siento como una enorme pelota de playa con manos...- ironizó dándole una palmadita en el hombro a su primo- lo mejor en estos casos es un paseo al aire libre... ¿por qué no llevas a miss balón de futbol a ver los pajaritos?, con la cuerda la dirigirás bien...

- Sois unas malas p...-musitó Black

- Unas sucias y rastreras- acabó James

Las chicas se encogieron de hombros.

- ¿Tú hiciste algo Elise?

- ¿Yo? No, sólo bajé a la cocina y cambié nuestros tazas... estaban sucias... ya sabes lo impoertante que es la higiene... y ese líquido amarillo no me daba muy buena espina, y loa dejé "por ahí" en la mesa...

- ¿Veis? No hicimos nada.

Y se fueron a buscar a Kate y a Artemis, mientras los profesores devolvían a las ofendidísimas chicas a su estado normal; nada más recuperaron su forma se fueron llorando todas a sus habitaciones pidiendo en bandeja la cabeza de los culpables, seguidas de los merodeadores.

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- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡EVAAAAAAAANSSSSSSSSS!!!!!!!!!!- Tracy bajaba hecha una furia a la sala común de Gryffindor- ¡¡¡Te mato!!!

Lily, que estaba haciendo sus deberes en una de las mesas, levantó la vista justo a tiempo para esquivar un arañazo de la rubia. Artemis corrió rápidamente a ponerse entre las dos chicas, por las escaleras bajaban los cuatro merodeadores y un grupo de chicas aún más enfurecidas que Tracy si se podía.

Todas se lanzaron hacia Lily, pero ella estaba mucho más ágil y las esquivó; Kate y Elise, que estaban en la mesa de al lado, fueron a ayudar a su amiga; en un momento sacaron sus varitas.

- Quietas ahí u os hacemos un apaño en el pelo- amenazó Kate

- Yo también tengo varita, niñata - y las cinco chicas enfurecidas sacaron sus varitas

-Ya, pero no la sabes utilizar, me harías más daño si me atacaras con tu rizador de pestañas, así que tranquilita- advirtió Elise- ¿Qué es eso de atacar a Lily?

- ¡Ella nos ha hecho lo del comedor!- gritó Rachel Ryan

Lily, Elise y Kate intercambiaron miradas de duda.

- ¿Quién os ha dicho eso?- preguntó Lily

- Ellos- contestó Rachel rabiosa apuntando a los merodeadores, y el resto de las chicas puso cara de "a ver, ¿cómo vais a revocar eso".

- ¿A sí?- empezó Artemis frotándose la barbilla- Pues creo que os estáis -confundiendo. No lo hizo Lily

- Pues alguna de vosotras... ¡os juro que os mato!- gritó Tracy

- No, querida, de hecho fueron ellos- Lily señaló con suficiencia a los merodeadores- yo les pediría que os contaran mejor la historia.

- ¡Eso es mentira!

- Cariño... – comenzó James- de hecho, si me hubieras dejado acabar de explicarte... pues es que...

- ¿Fuisteis vosotros?- chilló Gilda, otra de las chicas

- No... bueno, técnicamente sí... - empezó Sirius

Los Gryffis miraban encantados la escena. El cirio que estaba montando el NTCPSP era monumental, y Lily, Elise, Artemis y Kate lo aprovecharon para esfumarse de la Torre de Gryffindor mientras comentaban riéndose la cara de los merodeadores y especulaban posibles venganzas que intentarían. En el quinto piso, Artemis, Kate y Elise se fueron al aula de estudios muggles; en un aula contigua guardaban sus instrumentos y Lily se despidió de ellos para ir a entrenar a la Torre Este. Pero no iba sola.

- Lily- alguien la llamada detrás. Era Remus.

- ¿Sí?

- ¿Puedo hablar contigo?

- Sí... claro. – y se acercó a él

- ¿Por qué lo has hecho?

- ¿El qué?

- Lo de las chicas. Ellas no os habían hecho nada.

Lily se giró y se alejó del licántropo.

- Mis amigas tampoco os habían hecho nada y yo tampoco te lo hice ni a ti ni a Sirius ni a Peter, incluso me atrevería a decir que no hice nada, simplemente. Excepto quedarme con el compartimento que me tocaba.

- Espera- Remus la siguió- ¿pero no ves que has hecho que se enfaden con nosotros, y si a Sirius y a James les dejan sus chicas?

- Ah, claro, según tú me tenia que convertir en una vaca voladora para salvar la relación de tus estúpidos amigos ¿no? Pues lo siento, pero a mí vuestras fantásticas vidas me dan totalmente igual ¿entiendes?

- Pensaba que éramos amigos.

- Yo también lo pensaba. Escuché vuestro plan, no me defendiste en ningún momento. Por detrás eres muy amigo, por delante que nadie piense siquiera que te llevas "con la extraña de la Evans". Lupin, te agradecería que me dejaras de hablar.

Y se fue altivamente. Remus se quedó en la mitad del pasillo, sentía que la pelirroja le había tocado la fibra y... le había hecho daño.

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Gracias a todos por vuestros reviews, soy feliz! Sólo espero que hayáis soportado bien este capítulo, sé que es un poco aburrido, pero es que necesitaba dejar clara la relación entre los personajes. ¿Qué pasará en el próximo capítulo? Sólo os adelanto una cosa: puede que haya algún encuentro tenso Ya sabéis, dejadme algún review que me hacen feliz

Gracias a Deina-Yagami, Paz, Lamister, Syringen, Joyce Granger e Isa, sobretodo gracias por los ánimos.