Merry Christmas I

James se estaba acercando a ella, acababa de apoyar una mano en su
hombro. Lily se preguntaba porque no se estaba moviendo para
esquivarle... podía perfectamente. ¿Por qué demonios no se estaba
moviendo?. Jame estaba cerca muy cerca. Cerró los ojos ¿Por qué estoy
cerrando los ojos? ¡Abre los ojos, idiota! Pero lo único que consiguió
fue que su cuerpo temblara. Notó una sensación suave en su mejilla y pudo
abrir los ojos por fin. ¿De verdad había creído que la iba a besar en la
boca?

Meneó la cabeza para sacudir todos esos pensamientos y se apartó hacia un
lado. James la miraba sonriente.

- Feliz Navidad, Lily

Lily simplemente apretó los labios y le miró con dureza. Luego, le dio la
espalda y se puso a encantar otra vez las velas. James de fue, con las
manos en los bolsillos y muy orgulloso de sí mismo: esa vez él había
ganado a la pelirroja.

- Lils- Kate se había acercado hasta ella también con cara de enfado a
causa del roce con Sirius- ¿Te ayudo?

- Asesina a Potter por mí. Yo no puedo, me da alergia.
Kate sonrió

- A lo mejor le gustas...

- Sí. Es tan probable como que me toque la lotería- ironizó- lo que pasa
es que está picado todavía por lo del Hogwarts Express, no le gustó nada
que le ganaras a un pulso.

- Bien que está enamorado de "su ángel"

- Intercambió tres frases conmigo y me besó. Si eso es amor yo soy
Ministra de la Consejería.

Y a ti... ¿él te gusta?

Kate se ganó un velazo en la cabeza.

- ¡Eh!- se quejó a rubia- ¿Cómo osas?- dijo usando un falso tono de
afectación pegando con otra vela a Lily
en el culo

- ¿Así que te atreves contra mí? ¡Vas a ver!- la pelirroja empuñó la vela
como si fuera una espada- ¡En guardia!

Y las dos chicas empezaron una pelea con sus velas, haciendo gestos y
poses de lo más extraño, hasta que Kate acertó a Lily en el pecho, y
ésta, de una manera muy dramática se tiró al suelo entre gritos de agonía
fingiendo su muerte.

- ¿Qué estáis haciendo?- Elise acababa de llegar y vio como Lily se
convulsionaba en el suelo mientras Kate se reía.

- Nada, resolvíamos nuestras pequeñas diferencias. Se supone que la he
matado

- Ah... A veces se me olvida que vuestros diecisiete años son sólo
físicos...

- ¿Ya has acabado?- preguntó Lily incorporándose

- Sí, esto ya casi está-contestó la morena echando un vistazo al Salón-La
verdad es que quedó muy bonito. ¿Nos vamos a ensayar un poco?

- Id yendo- suspiró Lily- se supone que yo me tengo que quedar hasta que
esté todo...

- Que te sea leve- se despidió Kate.

Bastante cansada ya de tanto adorno, Lily paseó con parsimonia su mirada
por el Salón. La verdad es que Tracy tenía buen gusto para esas cosas.

Distraída se puso a tararear la letra de "Strangers in the night"
mientras recogía las velas y se mecía al ritmo de la letra. Alguien la
cogió de la cintura y empezó a bailar con ella la letra de la canción
suavemente. Ese alguien apoyó la barbilla en el hombro de la pelirroja,
que dejó de cantar.

- Bonita canción- murmuró Remus, que aún no había quitado sus manos de la
cintura de la chica. Se sentía extraño, no quería que se fuera, quería
abrazarla y besarle las trenzas rojas que peinaba ese día... ¿se estaba
enamorando de Lily?

- Sí...- contestó un poco ruborizada y deshaciéndose lentamente de las
manos del chico ¿por qué la había abrazado así? Remus deslizó suavemente
sus manos hasta soltarla

- Es muy romántica

Lily se puso si cabe más colorada y bajó la mirada. En ese momento
recordó el incidente de la enfermería, cuando habían estado punto de
besarse, y se puso aún más nerviosa. ¿Estaba pensando en Lupin como en
algo más que un amigo?

- ¿Qué te pasa?- preguntó el licántropo con suavidad- Tienes mala cara

- No, si estoy genial- dijo dibujando una sonrisa postiza en su cara-
será el calor y todo eso... quizás debería marcharme ya... Creo que ya
está todo acabado- vio como la mayoría de la gente se había ido ya del
Gran Salón y los que quedaban estaban recogiendo- Sólo me queda colocar
estas velas.

- Pues te ayudo- se ofreció rápidamente.

Lily sonrió complacida, pero no tenía muy claro si le gustaba que se
quedara con ella.

Alguien había visto la escena, y no estaba contento. Ese alguien, James,
observó con cierto rencor como Remus ayudaba a Lily a colocar las velas y
luego salía con ella del Gran Salón.
...

- ¿Así que pasarás la Navidad con tus padres?

- Sí- suspiró el licántropo- por supuesto quedaré con Sirius y James,
sino sería muy aburrido. Tú lo pasarás bien con Elise

Habían llegado al retrato de la señora Gorda y Lily se estaba mirando las
puntas de los pies.

- Yo tengo que ir a ensayar- dijo finalmente levantando la vista- Buenas
noches, Remus.

- Buenas noches Lils

Lily volvió a sonreír y se giró para volver al quinto piso, pero Remus la
sujetó por el brazo. Se giró y... Remus la besó. Suavemente, esperando
que ella le diera permiso. Pero Lily no le devolvió el beso. Se quedó
quieta sin saber que hacer y cuando Remus se separó de ella simplemente
echó a correr.

Vio como desaparecía por el pasillo. No podía negar que ya había pensado
que esa sería la reacción de la pelirroja, pero necesitaba aclarar sus
sentimientos. Aunque les había dicho a sus amigos que Lily no le gustaba,
no estaba tan seguro. Ella tenía una parte muy especial de su corazón.
¿Amor? No lo sabía.

Lily corría para no pensar. Remus la había besado.. ¡Oh! ¿Cómo podía
haberse ido corriendo de esa manera? Seguro que ahora el pensaba que era
una idiota... Pero es que hubiera preferido que no la hubiera besado...
se acababa de dar cuenta. No le gustaba Remus de esa manera. De hecho, en
esos momentos, prefería no pensar en nadie así. Tendría que hablar con él
Además estaba Elise... ¡Elise! Nuca había dicho que le gustara Remus,
pero sabía que tenía una cierta inclinación hacia él... Llegó hasta la
puerta del aula anexa a la de estudios muggles y se quedó pensando si
sería mejor no entrar. Respiró profundamente. Resultaría aún más
sospechoso si no iba al ensayo.

- Ya estoy aquí...

Sus dos amigas sonrieron y la miraron, rápidamente su semblante cambió.

- ¿Qué te ha pasado?- preguntó Kate

- Nada- dijo fingiendo naturalidad- ¿Por qué me tendría que pasar algo?

- Porque has venido corriendo y estás blanca en vez de roja- contestó
Elise

Lily no contestó. Se sentó en una banqueta y se miró las rodillas. Luego
levantó la mirada. Los ojos de sus amigas esperaban expectantes.

- Remus me ha besado.

Lily miró rápidamente a Elise, que había bajado la mirada torciendo el
gesto, y Kate las miraba alternativamente a una y a la otra.

- Era de esperar- dijo Elise al final- Creo que no tiene muy claro lo que
siente por ti.

- Pero a ti no te gusta ¿no?- preguntó Kate rápidamente

- No, la verdad es que no, pero no he sido capaz de decírselo. Me fui
corriendo.

- Creo que será mejor que no le digas nada- Elise suspiró tristemente- Al
menos hasta que él no saque el tema.

- ¿Tú crees?- preguntó la pelirroja incrédula, que pensaba hablar con el
licántropo al día siguiente.

- Sí... puede que él se dé cuenta solo. Y entonces querrá hablar contigo.

Lily se pegó en la frente ¿Por qué demonios le tenían que pasar a ella
esas cosas? Estaba bien siendo una tía extraña asexuada para la mayor
parte de la escuela. Además había visto la cara de Elise. Seguramente no
le diría nada pero era casi seguro que Remus le interesaba de manera
"especial"

...

Remus pasó la última semana del primer trimestre sin hablar demasiado. No
les contó nada a sus amigos a pesar de que los otros tres merodeadores le
notaron algo, James, incluso, sospechaba que tuviera algo que ver con la
pelirroja, porque Remus estaba raro desde la tarde en que se fue con
ella.

El licántropo pensaba. Lily había seguido comportándose con él igual que
antes y no había mencionado su beso para nada, pero no se le había
escapado el detalle de que siempre que hablaba on él intentaba no estar
nunca a solas. ¿Significaría eso que quería olvidarlo? Posiblemente. Sólo
quería que llegaran las vacaciones de navidad para pensar con
tranquilidad.

Kate siguió haciéndole el vacío a Black deliberadamente, que hacía
tímidos intentos para hablar con ella, y Tracy adoptaba una pose pavo-
real cada vez que veía a Artemis. Por suerte, esto no parecía afectar al
chico.

El último día de clase, antes de coger el tren, se suponía que Lily y
James con la ayuda de los prefectos tenían que controlar a los alumnos. Y
se suponía porque eso parecía una desbandada de hipógrifos en celo que
atendían al grito de "maricón el último".

Al final a Lily se le hincharon las narices.

- ¡¡¡¡ El que no se calle y no se esté quieto será responsable de la
pérdida de cien puntos para su casa!!!! ¿¿¿ESTAMOS???

En el gran salón se hubiera podido oír en ese momento el ruido que un
cimpiés hacía al caminar. Incluso James se había quedado helado.

- Qué carácter...- musitó. La pelirroja le dedicó una profunda mirada
colérica.

- Y ahora que estamos todos ordenaditos- agregó con voz dulce en
contraste con el berrido de antes- os vais a juntar por cursos y vais a
salir por grupos a montar en vuestros carruajes.- cientos de cabezas
asintieron y se dispusieron a obedecer.

Kate fingía llorar abajo.

- Esta es mi niña, qué dictadora... y parece que fue ayer cuando comía
chocolatinas.

- Fue ayer- le recordó Elise

- Bueno, no fastidies mi momento de realización personal.

El viaje fue tranquilo, relativamente, al menos esta vez no hubo
discusiones por ningún compartimiento, y no hubo peleas, con la pelirroja
patrullando a ver quién era el chulo que se atrevía.

Después de separarse en King's Cross de Kate y Artemis, Elise y Lily
cogieron un taxi para llegar hasta el piso que había comprado la madre de
la morena, en el Londres muggle. El taxista hizo algunas muecas cuando
tuvo que colocar los baúles de las chicas y sobre todo cuando Lily metió
a Betty con ella dentro del taxi.

Llegaron al piso, que resultó estar en un sitio céntrico cerca del
Callejón Diaggon, y se metieron en el ascensor.

- ¿Y para qué sirven todos estos botones?- preguntó con curiosidad Elise

- Para ir al piso que quieras.

- O sea, tú picas y esto va donde tú le dices.

- Sí

- ¡Qué ingenioso! ¿Cómo dices que se llama?

- Ascensor- contestó Lily cansada

- As- cen-sor- repitió y picó a todos los botones

Elise se entusiasmaba y daba palmas cada vez que el ascensor se paraba, y
como el bloque tenía diez pisos y el suyo estaba en el ático...

En el séptimo piso se encontraron a una señora mayor con gafas de culo de
vaso que se quedó mirando muy mal a Elise cuando la oyó gritar "¡Y se
para! ¿Has visto Lily? No se ha equivocado ni una sola vez"

- Es que ha vivido hasta ahora en Tombuctú y no había visto nunca un
ascensor- explicó Lily a la señora. Cuando se cerraron las puertas
susurró a Elise- la próxima vez pica sólo al diez

Elise pareció muy decepcionada pero asintió. Además se animó mucho al
entrar en el piso y descubrir el microondas, la tele y los fogones de
gas. También estuvo un rato jugando con los interruptores de la luz
mientras Lily se daba una ducha.

Era un piso bastante grande, con cuatro habitaciones, dos baños, cocina,
salón y terraza, además la madre de Elise se lo había hecho amueblar.
Elise les había contado que gastó en ese piso parte de lo que ganó
después del divorcio con su padre, y que ahora trabajaba en Bulgaria para
no tenerse que encontrar a ese "cerdo racista dominado por sus padres"
por la calle. Elise echaba de menos a su padre, más que a él a lo que
representaba, pero apoyó a su madre en todo momento porque sabía que
tenía razón. Su padre ni era buen marido, ni buen padre.

- ¿Y todos los muggles viven así?- preguntó extasiada mientras subía y
bajaba el volumen de la televisión- ¡Es genial!

Lily no podía evitar sonreír viendo la más dura de sus amigas cambiando
de canal y gritando de emoción cada vez que aparecía una imagen nueva.

- ¿Te importa que use el teléfono para llamar a mis padres?- preguntó la
pelirroja- Estarán ya a punto de salir para embarcar.

- ¡¡¡No!!! ¡¡¡En absoluto!!!! Tengo muchas ganas de ver como funciona ese
cacharro.

Y se sentó delante de Lily, a mirar atentamente como llamaba a sus
padres.
A petición de Elise, se pasaron los primeros días de vacaciones haciendo
cosas típicamente muggles. Cuando fueron a comprar comida para llenar la
nevera nueva que había en el piso, que no tenía más que los agujeros de
las hueveras, Elise se emocionó profundamente con el mecanismo de las
cajas registradoras. Kate las fue a visitar varios días, la iban a
recoger a la chimenea de la Marmita Chorreante.

Fueron juntas al cine un día y Kate se declaró oficialmente enamorada de
Jeremy Irons.

El día de Nochebuena llegó la madre de Elise. Selene Beaufont, había
vuelto a tomar su nombre de soltera, era una mujer de unos cuarenta años,
no muy alta y castaña. Llevaba gafas y vestía con mucho estilo. Al
hablar, se le notaba un ligero acento mezcla de francés y búlgaro.

- ¡Mi niña!- chilló emocionada al ver en la estación de trasladores a
Elise- ¡Estás guapísima! ¡Y que alta!

- Sí, no sé que hago aquí que no estoy desfilando en la Cibeles- a pesar
de la ironía Elise sonreía muy contenta y abrazaba a su madre- Tú también
estás muy guapa... Mira, mamá, esta es Lily, una de mis mejores amigas.

Lily iba a tenderle la mano, pero la señora Beaufont la abrazó
efusivamente.

- ¡Elise me ha hablado mucho de ti! ¿Y Kate? ¿cómo está?

- No ha podido venir. Ya sabes, sus padres la obligan a ir a todas esas
comidas del Ministerio, pero me ha prometido que vendrá en cuanto pueda a
saludarte.

Selene ya conocía a Kate de antes, su familia y los Black estaban muy
bien relacionados.

- Démonos prisa que Andrómeda y Ted estarán a punto de llegar a casa-
dijo Elise cargando con la maleta de su madre- mamá ¿llevas piedras aquí
dentro o qué?

- Una mujer nunca puede salir de casa mal equipada.

- Una cosa es ir bien equipada otra muy distinta creerte que te vas a la
guerra, mamá

...

La apatía de Sirius iba creciendo exponencialmente a medida que avanzaban
las fiestas. Elise tenía razón, era deprimente pasar la Navidad sin
familia... Los abuelos de James eran geniales y James le intentaba tener
distraído todo el rato, pero no podía evitar sentirse desplazado en las
comidas familiares a pesar de que todos eran muy amables con él.

Y encima ese día era Nochebuena... La casa olía ya a pavo horneado y a
púding de arándanos. Habían empezado a llegar los familiares de James y
él había huido del ruido refugiándose en el jardín. Del frío que hacía
creía que para cuando se quisiera levantar del banco de piedra le iban a
tener que descongelar con agua hirviendo. Metió las manos en sus
bolsillos para entrar en calor, y las puntas de sus dedos rozaron algo.
Lo sacó para ver que era. Una dirección, el papel que Elise le había dado
el otro día. Por mucho que le molestara, tenía que admitir que su primita
tenía razón: necesitaba unas Navidades en familia.

...

- ¡Andrómeda!- gritó Selene al abrir la puerta- ¡Ted!

Abrazó a sus dos sobrinos calurosamente

- Hola- dijo una niña de unos siete años con el pelo peinado en dos
trenzas, saliendo de entre sus padres- ¿Dónde está Elise?

- ¡Nimfadora!- la riño su padre- saluda a tu tía

- Hola tía ¿Dónde está Elise?- su padre la iba a volver a reñir, pero
Selene, riendo le hizo un gesto para que no lo hiciera.

- Está en el comedor, cariño. Me ha dicho que tiene....- pero la niña ya
había desaparecido- Bueno, pasad. Esto no es la casa de los Black, pero
nos servirá.

Andrómeda entró en la cocina con la señora Beaufort para ayudarla con la
cena y Ted se fue al comedor con su hija y a saludar a su prima política.

Andrómeda y Ted eran un matrimonio joven, ninguno de los dos llegaba a
los treinta. Poco después de dejar Hogwarts, Andrómeda entró a trabajar
en el Departamento de Atención y Desmemorización de Muggles. Ted, que era
médico, había sido atacado por las muletas de uno de sus pacientes y
Andrómeda se tuvo que encargar de desmemorizarlo. Luego se encargó de
otras cosas.

Un rato después, cuando Lily y Ted discutían si el Liverpool le iba a
ganar la liga al Manchester y mientras Elise y Nimfadora miraban los
dibujos en la televisión (Nimfadora le estaba explicando a Elise la
complicadísima trama de los Osos Amorosos a la morena), llamaron a la
puerta. La señora Beaufort se asomó desde la cocina.

- Elise, cariño, ve a abrir la puerta. Debe ser tu tío Alphard

Elise echó a correr hacia la puerta para no perderse ni un mili- segundo
de la serie de los ositos con la barriga llena de dibujos, y la abrió de
golpe sin mirar por la mirilla. Cuando vio quien estaba en la puerta se
le olvidó de golpe que el oso con el dibujo del paraguas estaba a punto
de salvar a la Tierra de unas inundaciones.

- ¡Sirius!- gritó sorprendida.

- Bueno... no sé si vengo en buen momento, el caso es que...

- ¡Sirius!- la señora Beaufort y Andrómeda habían salido de la cocina a
saludar al tío Alphard- ¡No sabía que vendrías!

Sirius iba a disculparse, pero Elise le hizo pasar.

- Se ha ido de casa. Yo le invité.

- ¿Tú?- se extrañó Andrómeda- Pero si no os podéis ver. Mis dos primos
fa2voritos y desde que entrasteis en Hogwarts no hubo manera de que os
dijerais dos palabras amables.

- ¡Es culpa suya!- dijeron los dos a la vez señalándose el uno al otro.

- Bueno, parece que ya nos hemos reunido todos los repudiados de los
Black- suspiró Andrómeda.

- No, falto yo- un hombre mayor de rostro bonachón y ojos azules estaba
en la entrada, ya que no habían cerrado la puerta- Ahora estamos la
familia al completo.

- ¡Primo!- Nimfadora había llegado corriendo hasta la entrada y
arrastraba a Sirius y a Elise al comedor- ¿Ha venido contigo ese amigo
tan guapete que tienes?
Elise miró sorprendida a la pequeña.

- ¿James? No, está en su casa- contestó el moreno.

Lily se quedó sorprendida al ver a Sirius allí cuando entraron en el
comedor, pero no dijo nada, sólo le saludó con la cabeza.

A los cinco minutos, Ted y Alphard se habían tenido que refugiar en la
terraza porque Nimfadora, Lily, Sirius y Elise, habían organizado una
guerra al más puro estilo de trincheras usando las pistolas de ventosas
de la niña. Sirius estaba arrinconado detrás del sofá y Lily había
construido un fortín de sillas. Elise llevaba las de perder y Nimfadora
hacía de doble agente constantemente.

- ¡Niños!- la señora Beaufort había salido de la cocina con un rodillo de
amasar en la mano- ¿Qué es tanto escándalo? ¡Y cómo tenéis ahí fuera a
vuestro tío Alpharad, que no está para estos trotes!

Los cuatro la miraron con cara de culpabilidad, y se daban codazos
reprobatorios entre ellos, como echándose la culpa.

- Lo mejor va a ser que os vayáis a dar una vuelta y volváis a las seis,
que cenaremos- dijo Andrómeda saliendo de la cocina también con el
delantal puesto.

Los cuatro chicos no se hicieron esperar y después de coger sus cazadoras
salieron pitando por la puerta y entraron al ascensor.

- ¿Ves Nimfadora?- dijo Elise enseñándole los botones del ascensor- Tú le
das al botón que quieres y este aparato te lleva al piso que tu le pidas.

La niña miró a su prima alzando una ceja

- Se llama ascensor, Elise- le dijo con tono didáctico- tengo uno en
casa.

Sirius y Lily no pudieron evitar reírse del desconcierto de la morena

- ¿Y a dónde vamos?- preguntó Sirius

- Que lo diga Nimfadora, tan lista que es- murmuró Elise

- Vamos a ver a Santa Claus- decidió la niña sin hacer caso de su prima-
Tú te puedes quedar jugando en el ascensor si quieres, Elise

- ¡Qué niña más mona!- contestó aludida masticando las palabras.- ¿Y
dónde vamos a encontrar a Santa Claus, si se puede saber, Nimfadora?

- Yo sólo tengo siete años, ¡Se supone que eso lo tendrías que saber tú!

- Yo os llevaré ver a Santa- dijo Lily ofreciéndole la mano a la niña

- Sé ir sola- dijo mirando a la pelirroja altivamente, cruzando los
brazos

¡Oh! Ya lo sé- contestó ella- es para que me acompañes tú a mí

La niña la miró de reojo con un deje de superioridad

- Bueno, si te da miedo perderte...- condescendió la pequeña dándole la
mano

Lily los llevó a un centro comercial, allí siempre había un Santa Claus
dispuesto a oír las peticiones de los niños por más extrañas o extensas
que fueran. Hicieron cola delante de lo que fingía ser un poblado
navideño, con nieve de poli-xpan y casitas adorables. Mientras esperaban,
Elise y Sirius se pusieron a discutir por quién tenía la culpa de que
ellos dos se llevaran tan mal.

- ¡Pues tú me rompiste mi escoba de carreras!- gritaba el moreno

- ¡Sólo te la pinté de rosa fucsia y fue porque tú me desafinaste el
piano!

- ¡Te desafiné el piano porque teñiste mi oso de peluche de verde!

- ¡Porque tú te comiste mis ranas de chocolate!

- Ei, vosotros- dijo Lily poniéndose en medio- Que es Navidad, no deis el
espectáculo, estáis haciendo llorar a los niños...

Ciertamente algunos niños lloraban, Nimfadora en cambio, los observaba
divertida.

- Si no os pegáis no tiene gracia- dijo sonriendo

Los dos primos se dedicaron miradas rencorosas, pero estuvieron conformes
en llevarse bien en Navidad; pero sólo en Navidad, no fueran a perder su
reputación de relación de odio profundo, tanto como la de Tracy por
cualquier cosa que estuviera "out"

- ¡Qué nos toca!- les avisó Lily- Pasa tu primero Nimfadora.

Nimfadora se sentó en las rodillas del Santa Claus rollizo disfrazado.

- ¿Cómo te llamas?

- Nimfadora- contestó ella solícita

- ¿Y qué me quieres pedir, Nimfadora?- preguntó el hombre dulcemente

- Pues quiero una caja de bombas fétidas, un lote de petardos, más
ventosas para mis escopetas (es que mis primos, que son muy malas
personas, me las han perdido)- dijo señalando a Elise y Sirius, en tono
de confidencia- un tanque con proyectiles de verdad y...

- ¿Una muñeca?- aventuró el hombre, extrañado por las peticiones de la
niña

- No, eso son chorradas. Yo quiero una escopeta de balines- volvió a
decir en tono confidente- pero la tendrás que dejar debajo de mi cama,
para que mi madre no se entere, que sino me la quita ¿Lo has entendido?
Es que yo sé que con la edad se pierde memoria...

- Sí, sí- dijo el hombre riendo- lo he entendido. Te prometo que haré lo
que pueda.
Nimfadora se levantó radiante después de sus peticiones. Entonces fue el
turno de Elise y de Lily, que se sentaron cada una en un brazo de la
butaca del hombre.

- ¿Y qué quieren estas dos preciosidades?-preguntó el hombre jovialmente,
inmediatamente las dos chicas se dieron cuenta de que quién había debajo
de la barba blanca era un chico joven.

- Yo quiero una caja registradora y unas escaleras mecánicas como las del
metro. También una de esas máquinas que metes una moneda y te dan una
lata con bebida dentro...- se apresuró a decir Elise- ¡Ah sí! Y toda la
colección de cintas de video de "El coche fantástico", que lo he visto
anunciado en la telidivisión.

- Televisión- tosió Lily a su lado mientras el chico las miraba extrañado
y como si se hubieran escapado de un frenopático

- Eso Televisión. ¿Has visto ese coche, Lils? Habla y es muy gracioso.

- Bueno- dijo Lily para cortar a la morena, que cuando se arrancaba a
hablar sobre la televisión no paraba- Yo quiero dos gramos de cianuro
líquido. Es para cometer un asesinato. Quiero matar al gilipollas más
grande de todos los tiempos y así de paso hago una obra benéfica.

- Ah- dijo con cara de shock el pobre chico

- Pero como creo que no va a poder ser, por eso de que matar es delito y
tal- continuó la pelirroja- me conformo con el disco nuevo de los
"Rolling". Aunque eso seguramente me lo va a regalar mi madre... mejor
déjalo, yo no necesito nada...

- Esto...- la cortó el chico vestido de Santa Claus, que tenía cara de
susto

- ¿Sí?- contestó Lily, Elise ya se había levantado para encontrarse con
Nimfadora, que estaba sacándole la lengua a los niños de la cola.

- ¿Podrías decirle tu amigo que no ligase con mis elfos?_ Lily se giró.
Una chica vestida de elfo rubia y otra castaña sonreían mientras Sirius
se apoyaba con un brazo en la pared donde estaban recostadas las dos.

Lily suspiró y se levantó, lo arrastró de la oreja hasta la salida

- ¡Eh Santa! Yo me conformo con que me des las direcciones de tus elfos.

En la salida se hicieron una foto: Sirius haciendo el signo de victoria
con los dedos y ladeando la cabeza porque Lily le estiraba de la oreja,
Nimfadora con la lengua fuera y Elise chupando un bastón de caramelo que
le había dado el pobre Santa Claus.

Lily se los llevó a todos de allí cuando vio que Santa Claus hablaba en
privado con un guardia de seguridad del centro comercial señalándolos con
su rechoncha barriga llena de cojines.

Como todavía era pronto, decidieron acercarse hasta la Marmita Chorreante
a tomar un batido. Estaba lleno de gente, pero pudieron encontrar una
mesa. Nimfadora insistía en que le pusieran un whisky doble, pero se tuvo
que conformar con un batido de fresa.

Hicieron tiempo jugando al snatch explosivo y a las seis en punto
entraban en el ascensor del piso.

- Venga, Elise, te dejamos que piques tú, que sabemos que te hace ilusión-
dijo Sirius.

- Ja, ja ¿A que te quedas sin cenar?- pero se apresuró a picar para que
nadie lo hiciera antes que ella

Subieron hasta el décimo piso y llamaron al timbre. La señora Beaufort
fue a abrirles, a la vez que una gran humareda salía por la puerta.

- ¿Por qué huele como si estuvierais carbonizando pavo?- preguntó Lily

Las miradas de culpabilidad que cruzaron Andrómeda y la madre de Elise
les dieron a entender que exactamente eso habían hecho.

- Es que nos pusimos a hablar con Alphard y...

- Y ya sabemos... que se os olvida todo-acabó Elise- ¿Y que vamos a
cenar? ¿Pedruscos de pavo con púding de arándanos?

- Tendrá que ser pavo carbonizado sólo- musitó Andrómeda mientras
entraban en el comedor- el púding se nos paso de dulce...

- ¿Mucho?- preguntó Sirius, que tenía mucha hambre y le daba igual tener
que comer rescoldos si hacía falta.

- A Ted le ha entrado un ataque de diabetes sólo por olerlo- contestó la
señora Beaufort, retorciendo las manos en el delantal

- Resumiendo: No hay cena- se quejó Nimfadora.

Todos torcieron el gesto, menos Lily, que se fue directa al teléfono.

- A grandes problemas, soluciones muggle- dijo marcando un número
mientras todos la observaban- ¿Jardín el Dragón verde Floreado? Sí, llamo
para hacer un pedido a nombre de Lily Evans. Mmmm... serán... un momento-
se despegó el auricular de la oreja y lo tapó con la mano- ¿Os van bien
el pollo al limón? Es lo más parecido que hay al pavo en estos sitios...

- Lily, pide también unos rollitos de primavera- se apresuró a decir Ted-
y algo para beber.

- Sí, y sopa de ancas de rana- dijo Nimfadora

- No se te ocurra pedir eso- la amenazó Andrómeda- las ancas de rana para
las pociones. Qué buena idea Lily- dijo la mujer- no se me había
ocurrido.

Sirius,. Elise y su madre estaban mirándolos muy extrañados. ¿Le estaban
pidiendo comida a un pedazo de plástico rojo?

Lily acabó su pedido por teléfono y dio una palmada.

- ¡Venga! A poner la mesa

Andrómeda mientras les explicó a sus primos, a su tío Alphard y a su tía
Selene en qué consistían los restaurantes de comida a domicilio. Lo que
no entendieron muy bien es que la comida que les fuesen a traer viniera
desde China... ¿No sería más fácil pedirla en algún sitio de Londres?

Una vez hubo llegado su pedido, cenaron alegremente en el salón. Sirius
demostró algún reparo al principio con la comida, pero al final se puso
de arroz tres delicias hasta reventar.

Después de la cena, se pusieron a cantar villancicos, acompañados por la
guitarra de Elise y la zambomba de Nimfadora.

- Bueno, señoritas, señoras, señores y Elise- dijo ya tarde Sirius, su
prima le sacó la lengua- Tengo que irme. Le dije James que volvería a
dormir, y si quiero usar la chimenea del Caldero chorreante tendré que
darme prisa...

En ese momento llamaron con fuertes golpes a la puerta del piso y Selene
fue rápidamente a abrir la puerta. Alguien entró corriendo en el salón.
Un hombre de unos cuarenta años, vestido con un chaquetón negro y un
uniforme verde debajo, con cara de nerviosismo y exaltación.

- ¡¡¡Andrómeda!!! Suerte que estás aquí- dijo muy nervioso- vámonos ,
tenemos trabajo...- se la llevaba arrastrando

- Gary, agradezco que me arrastres, pero es que me gustaría saber adónde
vamos...

- ¿No te has enterado?- gritó el hombre- Un ataque. Ha habido un ataque
en el medio de Londres, seguidores del Innombrable. Los aurores no han
conseguido atraparlos.

Todos en la casa se asustaron, incluso Nimfadora se agarró fuertemente a
la pernera del pantalón de su padre.

- ¿Hay heridos?- se apresuró a preguntar Sirius

Gary lo miró como si acabara de darse cuenta de que el chico estaba ahí.

- Sí, pero pocos y no están graves, tiene toda la pinta de ser una
gamberrada. Lo que pasa es que tenemos centenares de muggles con memorias
para modificar y estamos reuniendo a todo el personal del departamento.
Así que...

- Me quedé sin Nochebuena y Navidad- suspiró Andrómeda- malditos
fanáticos...- se levantó apesaombrada- Ted cariño, tendrás que pasar la
Navidad sólo con la niña...

- ¡Andy! ¡Si yo entro de guardia mañana a primera hora!

Andrómeda cayó en la cuenta, en principio la que iba a pasar el día sola
era ella.

- Tranquilos, Nimfadora se puede quedar con Elise y Lily- dijo a señora
Beaufort- ¿verdad chicas?

- ¿tú no te quedas, mamá?-preguntó Elise

- No, yo también trabajo mañana.- contestó la mujer acariciando el pelo
de su hija que había bajado la mirada- Entonces hecho, que se quede con
ellas dos.

Nimfadora miró recelosa a su prima.

- ¿Vosotros estáis seguros de que se puede hacer responsable de mí? Le ha
pedido Santa Claus unas escaleras mecánicas...- susurró a sus padres-
Además.. ¡Santa Claus no sabe que voy a dormir aquí! ¿Y si no me trae los
regalos?

- Tú por eso no te preocupes, que le enviamos un fax- le dijo su padre,
luego le susurró- en realidad lo que queremos es que tu cuides de Elise y
Lily ¿Crees que podrás?

La niña puso cara qe entender todo por fin y asintió con la cabeza
mientras Sirius se partía de la risa y Elise adoptaba una postura de muy
ofendida.

Ted y Andrómeda se despidieron hasta el día siguiente por la noche,
prometiendo a su angelito que le notificarían a Santa Claus que no estaba
en su casa. Una vez hubo recogido, la señora Beaufort también se dispuso
a marcharse y Sirius decidió esperarla, ya que ella también iba en
dirección al Callejó Diaggon.

Un poco triste por lo corto que se había hecho el día, Elise se despidió
de su madre arrancándole la promesa de que irían de vacaciones juntas en
semana Santa. Sirius le dio un abrazo a Nimfadora y un puñetazo cariñoso
a su prima, que le dio una patada. Luego se quedó en frente de Lily sin
saber muy bien qué hacer.

Lily le tendió a mano.

- Un placer, Black.

- Igualmente... ¿Lily?- dijo el chico sonriendo.

- Sí, Lily está bien, Sirius- dijo ella también sonriendo y comprobando
que al menos otro de los merodeadores no era tan idiota como ella creía.

- ¿Vendrás a vernos mañana?- preguntó Nimfadora.

- No sé... ya me he saltado una comida con la familia Potter. No quiero
hacerles ese feo...- la niña empezó a hacer pucheritos- está bien, si
puedo, te prometo que vendré.

- ¡Vale! Así te enseñaré mi escopeta de balines- susurró la niña

....

Nimfadora descubrió sus regalos de Navidad a las seis y media de la
mañana, desde ese momento, cualquier intento por dormir en el piso
resultó totalmente infructuoso. Si bien la niña se sintió decepcionada
por no recibir la escopeta de balines que había pedido, consiguió el
resto de cosas: el comedor se convirtió en un campo de prueba para el
tanque teledirigido. Lily y Elise también abrieron sus regalos. A Lily
sus padres le regalaron ropa (demasiado femenina para su gusto), el
último disco de los "Rolling Stones" y un par de libros. Petunia no le
había enviado nada y Artemis, Kate y Elise habían hecho bote y le habían
comprado una guitarra que entusiasmó a la pelirroja. Elise tuvo también
muchos regalos, incluso le enviaron una pequeña plancha de piedra escrita
con letras extrañas, un regalo de un amigo de París, le explicó a Lily
antes de guardar cuidadosamente el objeto en su habitación.

Hacia las diez de la mañana, cuando disfrutaban de un chocolate caliente
en el sofá, mientras Nimfadora derribaba latas de coca-cola con el
tanque, llamaron a la puerta.
Lily, aún en pijama, fue a abrir pensando que seguramente era Ted, que
había podido librarse de la guardia en el hospital.

Abrió la puerta y le entraron ganas de chillar: James Potter.

- Feliz Navidad, Evans- dijo sonriendo- Bonitas piernas. Deberías
enseñarlas más a menudo- dijo mirando apreciativamente a la chica.

- Y tú deberías exiliarte para evitar que yo te mate.

- También me alegro de verte

Lily le iba a cerrar la puerta en las narices cuando un pie se interpuso.

- Hola Lily ¡Cuánto tiempo!- exclamó Sirius- ¿Podemos pasar?

Lily miró a los dos chicos con desconfianza y recelosa, pero se retiró y
les dejó entrar. Sirius condujo a su amigo hasta el salón.

- ¿Qué demonios...?- empezó Elise cuando les vio entrar.

- ¡Oh!- chilló Nimfadora emocionada y palmotenado- Nos has venido ver ¡Y
has traído a tu amigo guapete!- James sonrió y le hizo una carantoña a la
niña, Elise y Lily simplemente torcieron la boca ante el comentario

- En realidad, enana- dijo Sirius estirándole de las coletas- hemos
venido a buscaros. Nos vamos a comer a casa de James.

- ¿Nos vamos?- preguntó Elise- ¿Nos vamos incluye a quién, concretamente?
Porque creo que a mí nadie me ha preguntado.

Lily afirmó con la cabeza mientras Nimfadora saltaba emocionada alrededor
de su primo.

- Sirius nos contó ayer por la noche que había estado aquí y que hoy
vosotras seguramente estaríais solas y quería venir a veros- explicó
James- Y mi abuela no ha dejado de insistir para que os viniéramos a
buscar hasta que no hemos salido de casa. Dice que donde caben cincuenta,
cabemos cincuenta y tres.

- Le hemos prometido que vendríais...- dijo Sirius sonriendo.

Lily y Elise se miraron y luego miraron a los chicos desafiantes.

- Vamos ¿tenéis algo mejor que hacer?- insistió Sirius; cuando Elise iba
a replicar dijo- Hacedlo por la niña... habrá niños con los que podrá
jugar..

- Querrás decir los que podrá torturar- Elise señalaba a Nimfadora, que
ahora a causa de la emoción, se había puesto a tirar bombas fétidas desde
la terraza y Lily intentaba disuadirla- No sé, no conocemos a nadie
allí..

- A nosotros- contestó James

- Eso mismo decía yo, a nadie- repitió Elise

Lily volvió de la terraza con Nimfaora colocada como un saco de patatas
en su hombro.

- A mí me da igual, la verdad- suspiró para sorpresa de todos- Si el
diablillo este va a poder liberar adrenalina no puede estar mal...- James
le sonrió pícaramente y ella apartó la mirada- Lo que tu digas Elise.

Todas las miradas, incluso la de Nimfadora, que seguía boca abajo, se
centraron en la morena.

- Está bien- dijo al fin- Pero.. ¿seguro que a tu abuela no le molesta?

- Parece mentira que no la conozcas- suspiró Sirius

- Sí, además dice que no te ve desde hace muchos años y quiere oírte
tocar.- siguió James.

Elise sonrió. Cuando eran pequeños, antes de entrar en Hogwarts, ellos
eran amigos y pasaban muchas tardes en casa de los otros dos. Edna, la
abuela de James, le tenía especial cariño a Elise porque le gustaba la
música tanto como a ella.

- Ah, y también estará Remus.- añadió Sirius

El semblante de las dos chicas cambió de repente.

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Bueno, esto es la primera parte del capítulo. La segunda (es que es
largo) la cuelgo pronto. Pero dejadme reviews por si no os ha gustado
demasiado, puedo cambiar lo que venga después.

El personaje de Nimfadora de niña está inspirada en mi hermana de 14 años
cuando era más enana.

Reviews: (por cierto, que nadie intente asesinarme por lo del beso de
Remus, si lo hacéis, no podré arreglarlo)

Elanor Black: No sé si habré cumplido tus expectativas respecto al
capítulo, espero que este te haya gustado también.

Argie: espero que te queden uñas por comer todavía! Y espero haber
llegado a tiempo de evitar tu muerte por ¿¿Fanakititis??

Sara Fénix black: Sabes eso de para ganarte a una chica, gánate a sus
amigas?^^, yo no digo más. A ver lo de Artemis y Tracy, aunque a lo mejor
por ahí no hay historia... qué malísima soy

Lamister: Hola guapísima! Me alegro de que te gustara. No me despedí el
otro día en el msn, pero es que se me fue la luz T_T

Lily McGonagall: Pues.. no la besó... jejejeje. Tracy y Artemis? Se
parecen como n huevo y una ca2staña, pero todo en esta vida puede
suceder... o no. Elise y Remus.. este capítulo no mejora las cosas, no?
Espero que estudiaras mucho.

Luciana: NO ME PEGUES POR LO DE REMUS, eh? Tranquila, que en el
fondo,fondo, soy buena persona y todo. Espero que te guste este capítulo.

PadmaPatilNaberrie: Sip, lo pasé muy bien en vacaciones, gracias! Este
capítulo a lo mejor si que es un poco más soso, pero es que se me estaba
haciendo muy largo y lo he tenido que cortar. Espero ue te guste!

Lily Granger Po2tter: Sirius es genial, pero tiene algo en la cabeza, que
es el mejor (y aunque sea verdad no debería creérselo tanto). Pero como a
mí también me encanta, no te preocupes que tarde o temprano lo arreglaré.
Espero que te guste!

Persefone_riddle: Me encanta que te encante! Es que me gusta quitar
hierro a la historia amorosa en sí con el humor y el sarcasmo, porque
sino se me hace demasiado dramático y no. Espero que te guste. Por
cierto, ya hay que tener valor para leerse todo el fic seguido!

Syringen: Claro que me puedes llamar Henar, además es más corto. No la
besó, el beso e lo llevó otro, pero as cosas están en caliente...
jejejeje. Nos leemos!

Nympha-da: hola! A lo mejor este capítulo no es tan gracioso, pero espero
que te guste igual.

Ichan: No me grites maldiciones plis! Si me matas no sigo,eh? Es broma.
Me alegro de que te guste. Tracy y Artemis... no sé, no sé... yo no he
dicho nada... jejejeje. La escena final.. al final si que fue una
sorpresa, no?

Helena: WOLA. Por fin te dignas a escribir, personajillo! Ya sé que el
final no te gustó, pero me da igual... y si no te gusta o de Remus.. te
fastidias.Por cierto, mañana vamos al DIR a primera hora ¿eh?

Herm: Es que si lo dejo interesante leéis el próximo capítulo ^^, mira
que soy mala... Bueno, espero tu review!

Kari radcliffe: Al final no hubo cachetada... jejejej. Me la reservo para
más adelante. Yo me preocuparía por lo que pueda pasar cuando James se
entere e lo de Remus... Me alegro de que te guste el fic

Joyce Granger: Oh! Espero que no me pegues por lo del muérdago... yo no
lo hice con mala intención (^_^). Este capítulo no quedó tampoco muy bien
porque lo tuve que cortar, en global, espero que el resultado sea mejor!
Gracias!

Jarlaxe-bregan: al final o hubo puñetazo, pero, qui sait? Me alegro e que
te parezca chulo. Un beso.