Disclaimer: No soy JK Rowling, ya sabéis todo lo que eso implica ¿nop?

AVISO: Algunas sensibilidades pueden ser heridas (creo que pocas, pero yo lo pongo por si acaso)

Pues este capítulo es muy L/J. Lo siento por aquellos a los que les gustan las otras parejas, pero esta es mi favorita y si bien ya son los protas, yo creo que se merecen este capítulo. Un beso

19. LILY Y JAMES

El olor de tostadas recién hechas perfumaba la casa, James se había despertado pronto y caminaba hacia la cocina esperando encontrar a sus amigos desayunando. Abrió la puerta. La única que estaba allí era Lily, vestida con su camiseta del Manchester y preparando lo que parecía ser el desayuno para todos. La pelirroja se giró para saludar jovialmente a quién acababa de entrar, pero al encontrarse con James la sonrisa se congeló en su cara y se volvió a girar.

- Buenos días- dijo mientras seguía preparando algo en el fuego.

James no contestó, se sentó en la mesa a leer el periódico que estaba allí encima, de unos días atrás. A los dos minutos pareció aburrirse

- ¿Quieres que te ayude a algo?- preguntó sin ningún tono de amabilidad en la voz.

Lily siguió sin girarse.

- No, ya está todo... si quieres ir poniendo la mesa- dijo ella también secamente.

James asintió y fue a buscar los platos y los cubiertos.

- Buenos días- Elise entró en la cocina estirando los brazos y sonriendo... – estornudó- Creo que me he constipado.

Lily se giró con una semi-sonrisa en la cara y miró a su amiga.

- Vaya, cualquiera diría que anoche estuviste demasiado tiempo bajo la lluvia- Elise le dedicó una mirada de "qué graciosa" mientras James fruncía el ceño.

- ¿Os ayudo con algo?- preguntó la morena restregándose los ojos.

- Puedes venir a rellenar los crepes- le contestó Lily

Elise se acercó a su amiga, sabiendo lo que le esperaba. Cogió la mermelada y empezó a untar los crepes que Lily había preparado.

- ¿Qué pasó anoche?- susurró la pelirroja para que James no se enterara; demasiado tarde porque el chico había escuchado la pregunta y se acercó hasta el punto de la mesa más cercano a ellas.

- Lily ¿Tiene que ser ahora?- suspiró Elise sabiendo que no se iba a librar.

- ¿Estás saliendo con Remus?- preguntó la pelirroja ignorando su respuesta.

- ¡No!- chilló rápidamente Elise, James seguía intentando escuchar algo, pero no podía. Elise bajó su tono de voz- No. Sólo nos hemos besado Lily.

La pelirroja dejó otro crep en el plato.

- Bien, porque si tú te vas a Francia y el se queda aquí...

- Eso sería lo de menos Lily. Si te pasas la vida preguntándote siempre los resultados de todo acabarías por no hacer nada.

- Eso no es así...

- Sí, sí es así. ¿Por qué no estás con James? Porque dices que te haría daño... sabes que te hará daño antes incluso de darle un oportunidad...¿o no has hecho eso?

- Sí pero...

- Sí pero nada. Vive la vida Lils, no sabes cuanto va a durar- una sombra e preocupación pareció en los ojos e la morena- Voy a despertar a los demás- Elise salió de la cocina.

Lily se giró un poco para ver a James. La estaba mirando. Apartó la vista de nuevo, sonrojándose. ¿Habría oído su conversación?

- ¿me pasas las servilletas?- preguntó entonces el chico. Lily cogió lasa servilletas de papel y se giró para dárselas. Se dio cuenta de que James estaba muy cerca. Demasiado cerca... y mirándola como pidiéndole una explicación.

- Las servilletas- dijo rápidamente antes de girarse y coger la bandeja con los crepes para llevarlos hasta la mesa.

Entonces se oyó un grito. Lily y James se miraron y salieron de la cocina corriendo. Remus y Peter también acababan de salir de sus habitaciones, adormilados y con cara de interrogante. Siguieron a James y a Lily por los pasillos. La puerta de la habitación de Sirius estaba abierta y se asomaron a dentro. Elise estaba pegando a su primo con una almohada mientras él trataba de protegerse y Kate intentaba disuadirla.

- ¡Maldito payaso! ¿Qué le has hecho a mi amiga? ¡Me voy unas horas y te aprovechas de su inocencia!- chillaba la furiosa morena.

- ¡Auch! ¡Qué yo no me he aprovechado de nada!... ¡Quitádmela de encima!

Remus se metió en el lío y sacó suavemente a Elise por el brazo. Lily le ayudó a sujetarla.

- ¿Qué ha pasado?- preguntó bostezando Peter.

- ¡Estos dos estaban juntos en la cama!- chilló Elise.

Automáticamente, todos menos los dos aludidos abrieron tanto la boca que dentro hubiera cupido Hagrid. Kate y Sirius se pusieron rojos.

- ¡Pero estábamos durmiendo!- se defendió Sirius señalándose a sí mismo, que aún llevaba la ropa de la noche anterior, igual que Kate.

- ¡Ya le has vuelto a comer la oreja!- chilló sulfurada Elise- ¡Te juro que como le hagas algo Aníbal Leckter te va a parecer un niño inofensivo a mi lado!

Lily la sujetaba para que no se tirara encima de él.

- Pero... ¿Qué hacíais durmiendo juntos?- preguntó entonces James

- Gracias Prongs. Parecía que la loca de mi prima se había calmado- dijo sarcásticamente Sirius- Ahora vuelve a querer arrancarme la cabeza a mordiscos.

- Eh ¿Y a vosotros que más os da, cotillas?- contestó Kate- Tened vuestra propia vida sexual y dejad de sospechar de la nuestra- guiñó un ojo.

Lily se echó a reír y todos la miraron extrañados.

- Créeme, algunos la tienen ¿verdad?- dijo con cara de inocencia mirando a Elise y luego desapareciendo hacia la cocina.

A Elise se le pasaron las ganas de matar a su primo.

- ¿Qué ha querido decir con eso?- preguntó Kate.

- Vamos a desayunar- contestó ella ignorando la pregunta y dejando con curiosidad a todos menos a Remus.

...

- Entonces Kate... ¿Te quedas?- preguntó Lily antes de subir al coche.

Kate asintió.

- He enviado una lechuza a mis padres y les he dicho que me quedaba con Elise el resto de las vacaciones. Como no tenemos que ir a ningún acto público les ha dado igual- dijo la rubia alzando los hombros y con cara de circunstancias por unos instantes.

Estaban a la puerta de casa, delante del coche de Lily. Peter, James, Remus y la pelirroja listos para marcharse. Sirius y Kate estaban apoyados en el muro de la casa, juntos y vigilados de cerca por Elise que, sin ningún afán por disimular los separó bruscamente poniéndose en el medio con los brazos cruzados.

- Bueno, pues entonces hasta dentro de unos días- se despidió Lily abrazándolas- Os echaré de menos

- Y nosotras a ti- dijo Kate.

- Tú no creo que me eches mucho de menos- bromeó la pelirroja, Kate le dio un golpe para que se callara

Elise y la pelirroja se abrazaron.

- Oh, creo que ya te estoy empezando a echar de menos- dijo la morena.

- ¿Pero vosotras que hacéis en verano cuando no os veis durante meses?- preguntó Sirius mirando la escena- ¿Os echáis a llorar y a moquear las unas sobre las otras? A vuestro lado Romeo y Julieta tiene que parecer una comedia

- Es que sí que nos vemos- contestó Elise- pero como trabajamos juntas no tenemos tanto tiempo para echarnos en falta

- ¿Trabajáis?

- Desde hace dos años. Que tú seas un vago que lo único que hace durante el verano es practicar para ser más idiota aún no significa que los demás no hagamos nada- contestó Elise brevemente.- ¿o no?

Las caras que pusieron los Merodeadores dejaron translucir que ellos tampoco trabajaban en verano, Elise entornó los ojos y suspiró.

- Entonces Sirius, adiós- dijo James con voz afectada- Te echaré de menos

- Y yo a ti

- Escríbeme cada media hora

- Y tú piensa mucho en mí- Sirius fingió limpiarse una lágrima- No sé si sobreviviré

- Vamos tíos, tenéis que ser fuertes- dijo Remus con fingida seriedad dándoles unos golpecitos en los hombros.

Las chicas miraron la escena con los brazos cruzados y encarando las cejas.

- ¿Ah sí?- dijo Elise- ¡Pues esta noche por listo te quedas sin cenar, primito!

- ¡Y el beso de buenas noches se lo pides al vecino!- dijo Kate con pose fingida de ofendida, entrando a la casa. Sirius no tardó ni dos segundos en perseguirla arrodillándose y pidiendo perdón mientras sus amigos se reían a carcajadas.

- Y vosotros vais a Londres en autobús Noctámbulo- Lily se metió en el coche y arrancó dejando a los tres Merodeadores perplejos por un segundo, luego echaron a correr detrás del coche de la pelirroja pidiendo perdón.

...

Lily al final había parado el coche cien metros más allá de la casa y había dejado subir a los chicos. Esta vez fue Remus el que se sentó delante y a pesar de las plegarias de Peter no pusieron la canción de la abeja Maya. Lily prometió grabarle la cinta. La pelirroja los llevó hasta Londres, al Caldero Chorreante, para que desde allí pudieran viajar con polvos Flu hasta sus casas. Lily también entró en la taberna para ir un momento al callejón Diaggon a buscar repuestos para su kit de ingredientes de pociones. En media hora estaba de nuevo en la taberna, se despidió de Tom y salió a buscar el coche, que estaba aparcado un poco lejos. Miró el reloj. Seguramente no llegaría a tiempo de comer en casa.

Cuando llegó hasta donde tenía aparcado el coche, no pudo esconder una exclamación de sorpresa. James estaba sentado sobre el capó, con los brazos cruzados y mirándola con esa expresión que usaba con ella últimamente.

- ¿James?- preguntó extrañada

- No, soy un halagromo.- contestó él

- Holograma- le corrigió la pelirroja- ¿Qué haces aquí?

- Vigilarte el coche- contestó sarcásticamente- Quería hablar contigo.

Lily encaró las cejas.

- Está bien... pero yo tengo que volver a casa.

- Ven a comer a la mía. Mi abuelo ha insistido hasta la saciedad que tiene ganas de verte

- ¿Y mis padres? Se preocuparan

- ¡Usa un feletono de esos!- exclamó el chico exasperado por tantos inconvenientes- Tenemos que hablar- volvió a repetir.

Lily frunció el ceño y suspiró, pero fue a buscar una cabina y llamó a casa. Afortunadamente, no fue Petunia la que cogió el teléfono, sino su padre. Le dijo que llegaría ese mismo día por la noche si no necesitaba el coche. Al principio su padre se opuso un poco, pero nada más Lily le dijo "guapo" y "papaíto" cedió. Seguramente James había dejado pasar a Peter y a Remus delante de él en la chimenea, pensó Lily mientras volvía al coche, así no se enterarían de nada.

Ambos subieron en el coche y Lily arrancó.

- ¿Dónde vives? Espero que sea cerca, sino vamos en polvos Flu.

- Está cerca. Conduce hasta Hartfield y desde allí yo te indico.

Lily asintió y salió de Londres siguiendo la dirección que le había indicado James. Iban en silencio. Eso cabreó bastante a la chica, que había accedido a la propuesta de James primero porque sabía que le debía muchas y segundo porque ella también creía que tenían que hablar. Sin embargo, el chico no parecía dispuesto a abrir la boca.

James la miraba de reojo, disimuladamente, como las últimas semanas. ¡Qué guapa era! ¡Qué bonita sonrisa! Pero sobretodo ¡Qué cruel había sido con él! Y no sabía por qué. No podía creerse esas razones tontas de que no quería sufrir, de que su interés no era de verdad ¿Quién mejor que él sabía que estaba dispuesto a todo por ella? Incluso a dejar el Quidditch. Y ella le había mentido. No sabía si se lo podría perdonar.

- James

- ¿Hmm?

- ¿De qué quieres hablar?- preguntó ella sin mirarle.

- Del fichaje del imbécil de Bagman- contestó él- ¿Tú que opinas?

- Yo opino que podrías dejar de ser tan desagradable. A fin de cuentas quien ha querido hablar conmigo has sido tú.

James la miró taladrándola con sus ojos.

- O sea, que tú no querías hablar conmigo.

- Yo no he dicho eso... ¿Quieres parar ya de irritarte por todo?

- ¿Y me lo dices tú?

Lily inspiró y trató de relajarse.

- Está bien. Empezaré yo. James siento lo que hice, pero te prometo que si llego a saber que el mosquetero eras tú no te hubiera dejado que me besaras. Te lo juro. En ningún momento quise hacerte daño ni pensé que te lo fuera a hacer, simplemente no quería que supieras que yo también había caído en tus redes, eso es todo.

- Es decir, que no me dijiste nada por orgullo- concluyó amargamente- y no querías hacerme daño... ¡Pero sabías de sobra que me lo estabas haciendo!

- James, tenías novia... y sí, fue por orgullo. Es lo único que tengo y no iba a dejar que tú me lo pisotearas...

- Orgullo...- volvió a repetir murmurando James- ¿Y tú no lo sentiste? ¿Nunca? ¿Ninguna de las veces que estuvimos cerca?

Lily tragó saliva.

- ¿A qué te refieres?- dijo ella débilmente.

- Lo sabes.

Otra pausa, Lily entró en Hartfield

- ¿Por donde?- preguntó aliviada por poder esquivar el tema.

James pareció darse cuenta en ese momento de donde estaban.

- Coge el desvío de esa colina.- dijo señalando un lugar donde la carretera se bifurcaba.- Sigue todo recto hasta llegar al pueblo. Ya te diré que casa es.

Lily obedeció mientras James observaba sus maniobras.

- Bueno ¿Me vas a contestar o piensas huir como siempre?

- ¡Yo no huyo! ¿Es que no puedes parar de criticarme?- chilló

- ¡Sí huyes! Huiste de mí después del pulso que me ganaste, después de Halloween y de Navidad, después de que nos besáramos en la Sala de baile... ¡Te has pasado el curso huyendo de mí y esquivando los problemas!

La pelirroja le miró furiosa.

- Yo más bien diría que me estaba ahorrando problemas

- ¡Lo que tú digas! Siempre tienes razón ¿no?

Se volvió a hacer el silencio. Lily penso en las palabras del chico... ¡maldita sea! Tenía razón. Había huido porque no quería arriesgarse a perder nada e igualmente lo había perdido...

- Sí- James la miró perplejo- Sí lo sentí. Y eso me asustó- confesó- Me podía enamorar de ti y ya te he explicado que no quería eso.

El chico no contestó nada y siguió mirando la carretera. Un buen rato después llegaron al pueblo que le había dicho James.

- Entra por esa calle. El Valle de Godric es invisible para los muggles- oír la voz de James después de llevar media hora escuchando el motor y sumida en sus meditaciones fue bastante raro.

Condujo hasta la calle indicada y en ese momento algo muy extraño paso. A medida que iban avanzando, la calle parecía alargarse y ese espacio era llenado por nuevas casas, de aspecto mucho más regio y distinguido que las dos mil casas casi idénticas que componían el pueblo muggle. No hizo falta que James le dijera cuál era la suya. Lily la distinguió perfectamente por los amplios ventanales que tanto la habían fascinado en su visita en Navidad.

Bajaron del coche y James abrió la puerta con un gesto de su varita. Dejo pasar primero a Lily que se encaminó hacia la puerta de entrada, James la abrió con otro gesto de varita. Como si algo la hubiera alertado de su llegada (cosa que era bastante posible) el ama de llaves, Ana, les esperaba a la entrada. Les dio la bienvenida y recogió sus abrigos.

- Anita- dijo James sonriendo, la mujer le devolvió la sonrisa- Avisa a mis abuelos de que he llegado y de que ha venido conmigo la señorita Lily Evans. Comeremos con ellos.

La mujer frunció el ceño

- Lo siento señor, pero sus abuelos no vendrán a comer. Han salido tres días por negocios. Le enviaron una lechuza esta mañana ¿no la ha recibido?

James negó con la cabeza.

- Seguramente ha llegado a casa de Alphard después de que nos fuéramos. Entonces Anita, súbenos la comida al salón de arriba, ya que somos sólo nosotros dos.

El ama de llaves se inclinó y se retiró.

- Siento que no hayas podido ver a mis abuelos. Los dos tenían muchas ganas de hablar contigo. Mi abuelo sobretodo. Dijo algo sobre una conversación pendiente...- James la miró con suspicacia- ¿A qué se refería?

- ¿De verdad piensas que te voy a contestar?- preguntó Lily- No me conoces tan bien como crees.

James frunció el ceño. Y empezó a subir las escaleras. Lily le siguió preguntándose si de verdad se había vuelto a enfadar.

- No me gusta que tengas secretos con todo el mundo menos conmigo- murmuró.

Lily disimuló la risa y se puso a su lado en el pasillo. Luego se acordó de que él seguía enfadado y se le pasaron todaslas ganas de reír. Entraron en un salón pequeño, parecía más bien una sala de estar, con sillones, sofás y muebles llenos de libros que un sitio para comer.

- Cuando Sirius y yo estamos solos preferimos comer aquí- explicó el chico- es muy incómodo comer en el Salón principal. Hay que hablar a gritos para que te oigan desde el otro lado de la mesa.

Lily rió levemente, parada en la mitad de la habitación.

- Puedes sentarte- dijo James en un tono nada educado.

Lily volvió a mirarle mal y suspiró. Se quitó los guantes, la bufanda y el gorro y los dejó sobre un sillón. Pareció dudar y luego también se quitó el jersey grueso, debajo llevaba una camiseta de algodón negra, de las que a veces utilizaba también para entrenar. En el proceso se había despeinado un poco, así que se deshizo la coleta que llevaba y se la volvió a hacer. Entonces miró a James para ver si ya estaba sentado en la mesa. La estaba mirando. ¡Cómo odiaba que hiciera eso! Se sentía incómoda y parecía que le venían a la cabeza todos los defectos que tenía y que seguramente él estaría viendo.

- Te he dicho muchas veces que odio que me mires- dijo sonrojada la pelirroja.

James se acercó hasta ella.

- Yo también odio hacerlo porque me quiero olvidar de ti- la pelirroja bajó la mirada, eso había dolido. Precisamente era lo que había querido escuchar tantas veces y ahora, cuando se lo había dicho, no le había producido ningún alivio, sólo ganas de llorar- Pero eres tan guapa...

Lily se giró y dio unos pasos. Otra vez con eso. Riéndose de ella. Seguramente era su venganza para devolverle lo que ella le había hecho.

- James, si quieres hacerme daño inténtalo por otro método. Sé de sobras que no soy guapa. Precisamente ése es uno de los motivos por los que no soy una chica para ti. No soy guapa, no soy simpática, no sé arreglarme y no soy complaciente. Sólo me falta ser un chico.

James se volvió a acercar hasta ella.

- Y tú lo tendrás que intentar de otra manera si me quieres convencer de esas estupideces. ¿Simpática? Vamos Lily, eres impresionante. Dulce a tu manera. Inteligente. Sensible. Un poco cabezota... – la tomó de un brazo y la obligó a mirarle- ¿Complaciente? Yo no quiero a alguien sin personalidad, tú tienes una de la que me he enamorado- tomó su otro brazo- Respecto a lo de que no sabes arreglarte... a mí me gustas de todas formas porque, sinceramente, como mejor estás sin duda es desnuda.

Lily abrió tanto los ojos que casi se le salieron de las órbitas. ¿Acababa de oír lo que acababa de oír? ¡James estaba hablando sobre ella desnuda! Sus mejillas empezaron a arder. James deslizó sus manos hasta sus hombros y la empujó suavemente hasta un espejo redondo que había en la pared y la giró.

- Y guapa... ¡Qué no eres guapa!- soltó la goma que sujetaba la coleta y su pelo cayó libremente por sus hombros, él lo acarició- ¡Mírate por Dios! Cada vez que bailábamos y sentía tu piel rozar la mía... créeme si te digo que no me he dado tantas duchas frías en mi vida. Me vuelves loco.

Lily se miró en el espejo y se vio como siempre. Como la rarita de Lily, eso sí mucho más roja que habitualmente. ¿De verdad James le estaba diciendo esas cosas a ella? ¿No se estaba riendo de ella? ¿Él la... la deseaba? Sus mejillas aún se pusieron más rojas con esa pregunta. James apartó el pelo de su cara y lo peino hacia atrás.

- Así que no digas chorradas Lily y mírate bien. – ambos seguían frente al espejo- Tu pelo... tus ojos... tu piel...

- Mis pecas...- dijo tímidamente Lily.

- ¡Tus pecas! ¡Si supieras la cantidad de fantasías que he tenido en las que seguía el camino que marcan tus pecas hasta tus pechos!

Lily le volvió a mirar alucinada. No se lo creía.

- James no...

- Déjame hablar. Estaba hablando de tu piel- dijo él con un tono autoritario- Y si no te gusta pues te callas y te quejas al final. Por una vez me vas a dejar decir todo lo que tengo que decir. Te recuerdo que tengo motivos para estar muy enfadado contigo, aunque me resulte difícil no perdonarte sin que me lo pidas cuando te veo tan triste- Lily le miró agradecida pero e chico la obligó a mirar el espejo y llevó las manos a su cintura. Levantó su camiseta un palmo- Mira esto- dijo pasando su mano por su vientre y luego acariciando sus costados y sus brazos, ella se puso tensa pero no le apartó- ¿Sabes lo que es esto? Un cuerpo hecho para mi tortura mental- bajó las manos hasta sus caderas- mejor tampoco te cuento mis fantasías al respecto- subió una mano hasta justo por debajo de su pecho, Lily arqueó la espalda- Así que Lily, no digas que no eres guapa- volvió a deslizar sus manos hasta su cintura.

LilY entonces se giró para mirarle a la cara. Le estaba diciendo la verdad, no podía ser tan cruel de aguantar hasta esos extremos... siempre se la había dicho. Él seguía manteniendo las manos en su cintura. Lentamente Lily también las llevó allí. James se preparó para que la pelirroja le apartara, pero no sucedió tal cosa. La chica cogió sus manos y las posó sobre su camiseta, respirando nerviosamente. Luego tímidamente levantó los brazos, sin dejar de mirarle a los ojos.

James parpadeó y comprendió al instante. No se lo hizo decir dos veces, le quitó la camiseta por la cabeza y dejó al descubierto el cuerpo de la chica que observaba tímidamente su reacción. Su cara era como la de aquél que tiene una caja llena de bombones deliciosos y no sabe por donde empezar. Sus manos fueron lentas pero decididas a sus hombros y apartaron los tirantes blancos del sujetador. Luego rápidamente la atrajo hacia sí y empezó a besar sus hombros y a acariciarlos. La oyó gemir suavemente y ladear aún más la cabeza. Lily llevó las manos a su pecho y empezó a desabrochar la camisa que llevaba, con las manos torpes por la premura que sentían. y una vez se deshizo de ella se apretó contra él, sintiendo el contacto de sus pieles cálidas que pedían encontrarse.

El chico pareció dudar unos instantes y la miró a los ojos. Había en ellos algo parecido al miedo pero también una determinación total. La cogió en brazos y la llevó hasta el sofá más próximo donde la tumbó suavemente. Luego se puso encima de ella, intentando abarcar toda su imagen y por primera vez en mucho tiempo la besó en los labios. Un beso pasional y lleno de deseo que enseguida se hizo más profundo. Él tampoco pudo evitar gemir de placer. Llevó las manos hasta su espalda y buscó el cierre del sujetador. Ella se arqueó y le acarició el pelo, mientras enroscaba sus piernas alrededor de las de él. James abrió el cierre y le quitó el sujetador. Lily se quedó quieta un instante, segura de que James ahora estaría decepcionado porque no era como se había imaginado.

- Oh Dios mío- murmuró el chico antes de enterrar la cabeza entre sus pechos y empezar a besarlos y a lamerlos. Lily volvió a gemir, esta vez más fuerte, con menos control sobre sí misma. James, besó el camino que llevaba de sus pechos a su ombligo mientras acariciaba dulcemente todo su cuerpo. Cuando llegó al cierre del pantalón tejano de la chica la volvió a mirar y ella le devolvió la mirada, incorporándose como si le hubiera tocado n resorte, con un pudor repentino. Él se quedó perplejo

- Mmmm... James yo nunca... no he... bueno... Soy virgen, James- dijo al final bajando la mirada y escondiendo su desnudez con las piernas.

Esta vez al que casi se le salieron los ojos fue a James.

- ¿Cómo es posible?- murmuró

Lily frunció el ceño preocupada, la verdad es que se esperaba un poco más de comprensión por su parte.

- Bueno... si no quieres nada conmigo por eso... no pensaba que fuera un problema tan grande...- suspiró al final aún escondiendo la cara.

James sacudió la cabeza muy rápido entonces.

- ¡No es eso Lily! Sólo que no sé en qué demonios estaban pensando los chicos con los que has salido...- murmuró- tienes un cuerpo hecho para el placer. No digo que sólo tengas eso- dijo rápidamente- pero... buffff- la miró apreciativamente

Lily volvió a ponerse roja y entonces le miró a los ojos.

- Nunca he salido tanto tiempo con un chico como para llegar a esto James. Además he salido con muy pocos chicos, ya te he dicho que no soy...

- No vuelvas con lo de que no eres guapa porque a mí no me importaría volverte a demostrar que sí lo eres- dijo riendo. Lily también rió débilmente. James la volvió a besar.- No quiero que tu primera vez no sea especial. Lo siento si he intentado llevarte tan rápido.

Lily levantó entonces una ceja y se empezó a reír otra vez. Era gracioso. En ese momento ella estaba segura de lo que quería y era James quién intentaba protegerla ¿no se suponía que tenía que ser al revés? Estaba ahí, semi desnuda n el sofá de una casa ajena, con el chico el que quería alejarse para siempre, e irónicamente no sentía que nada estuviera mal. Quería estar allí. Quería que James la acariciase como había echo hasta hacía nos segundos. Siguió riéndose

- ¿Ahora que pasa?- preguntó él picado.

- Nada... es que... quiero hacer el amor contigo James- se sonrojó- porque esto sí es especial- el chico abrió a boca, seguramente impresionado por ese arrebato de sinceridad- pero vamos, que como veo que no te apetece nos comemos eso que ha aparecido encima de la mesa y que tiene una pinta estupenda- dijo ella muy rápido, como sin creerse del todo lo que acababa de decir y haciendo el ademán de levantarse.

Él la detuvo.

- ¿Tú crees que después de decirme eso yo tengo ganas de pensar en comida?- la volvió a tumbar sobre el sofá suavemente y acarició su cuello y su busto- Aún estamos a tiempo Lily- volvió a decir seriamente, mirándola a los ojos.

Lily negó con la cabeza y para reafirmar su decisión le atrajo para besarle y llevó su mano a la cremallera del pantalón del chico.

...

- ¿Estás bien?- le preguntó James con el semblante preocupado mientras acariciaba mechones de su pelo, ambos seguían en el mismo sofá, bajo una manta que él había cogido de otro sillón.- ¿Te he hecho mucho daño?

La pelirroja negó con la cabeza.

- Sobreviviré, James- se acurrucó sobre su pecho y él la abrazó- Y has estado fantástico, muchas gracias. Sólo siento que tú no lo hayas pasado tan bien... pero es que soy muy torpe para esto... me tienes que enseñar.- dijo con voz adormecida

- Si te enseño más me derretiré tan sólo con que me toques.- susurró él- tú también has estado fantástica.

- James

- ¿Sí?

- ¿Me perdonas?- preguntó con una voz débil

James dejó escapar una risita floja.

- ¿Sabes como se le llama a esto? Manipulación de criterios.

Lily le abrazó y le dio un beso en el pecho

- ¿Entonces me perdonas?- insistió

- No sé- Lily volvió a darle otro beso y ahora estaba haciendo algo con la lengua- venga ale, pero sólo por ser tú- La pelirroja estrechó su abrazo

Lo cierto era que ya la había perdonado hacía mucho. Ella seguramente lo sabía.

- Mmmm... Lily

- ¿Hmm?- la pelirroja estaba con los ojos cerrados, casi dormida

- Tenía yo razón, como mejor estás es desnuda- James había levantado la manta y miraba apreciativamente su cuerpo

Lily pareció acordarse de ese detalle y se despertó de golpe, pegándose la manta al cuerpo.

- ¿Y si viene alguien?

- No vendrá nadie porque no hay nadie... y si viniera pues no haría falta dar muchas explicaciones. Hemos tenido una sesión fantástica de sexo.

- ¡James!- gritó ella molesta- ¡A mí no me hace gracia!

- Tranquila- dijo el riendo- si no se va a enterar nadie, no te preocupes.

Ella lo volvió a mirar desconfiadamente y luego miró el reloj. Dio un brinco increíble del sofá.

- ¡Me tengo que ir ya!- chilló muy nerviosa- ¡Ay dios mío!- Empezó a vestirse recogiendo todas sus prendas esparcidas por el suelo de la habitación mientras James la miraba divertido y se vestía también. Se arregló el pelo y se ajustó el gorro- ¡Me voy!

James la agarró por la muñeca y la obligó a mirarle, muy serio.

- Lily... espero que esto no sea un pronto tuyo de un día...

La pelirroja también se puso seria.

- No lo es. Parece mentira que lo dudes.- luego bajó la mirada- Pero... ¿Podemos tomárnoslo con calma? No quiero llegar a la escuela y que todo el mundo empiece a acosarme sobre si tenemos planes de boda- dijo haciendo una mueca.

James asintió y rió ligeramente.

- Está bien, seremos discretos... pero ¿Puedo ir a verte antes de volver a Hogwarts?- preguntó suplicante- Puedes decir que soy un amigo o no sé...

Lily pareció pensárselo y al final asintió. Tenía tan pocas ganas como él de irse

- Ven.- y le dio un beso rápido en los labios antes de salir disparada por la puerta.

James se volvió a dejar caer en el sofá, con una sonrisa tan amplia que parecía que se le iba a salir de la cara. Todo había salido mejor de lo que esperaba. Había recibido la lechuza de sus abuelos y había visto la oportunidad perfecta para aclarar las cosas con Lily. Sólo pretendía hablar y... ¡madre mía!, no iba a poder volver a sentarse en ese sofá sin ponerse como una moto. Lily... se tapó la cara con las manos... una sensación de euforia y alegría se había adueñado de su cuerpo y sentía que iba a explotar. ¿Sería demasiado precipitado ir a visitarla al día siguiente?

...

Sus padres la regañaron un poco cuando llegó a casa, pero casi no los oyó. Estaba demasiado metida en su propio mundo como para siquiera contestar a la impertinente de Petunia. Ni tenía hambre, y eso que no había comido... estaba flotando. Se dejó caer en el sofá, mirando ensoñadamente el techo ¿Por qué había estado perdiéndose eso desde hacía tanto tiempo?

...

En Hogwarts, donde todos seguían ajenos a la felicidad de James y Lily, los estudiantes llenaban la biblioteca y las Salas Comunes, preparándose para los exámenes. Tracy y Artemis, los únicos que se habían quedado en Hogwarts del "grupo", estaban recostados en un diván, ella apoyada sobre su pecho, pero cada uno con un libro distinto en las manos. Tracy, que no ponía demasiadas esperanzas en los exámenes pero había decidido hacer un esfuerzo, se giraba de vez en cuando para preguntarle algo a su novio. Su novio. Antes esa palabra había tenido un significado diferente para ella, la usaba como si hablara de la propiedad de unos zapato o un sombrero. Ahora tenía pleno significado. Y le gustaba decirla. Le gustaba llamar a Artemis de ese modo cuando hablaba con la gente. Apoyó la cabeza en su hombro y le miró. Él también la miró, sonriendo. Tracy le devolvió la sonrisa, ruborizada. Nunca antes le había pasado eso, que alguien le hiciera sentir siempre cosquillas por dentro y la hiciera poner colorada casi constantemente.

Ambos siguieron estudiando.

El resto de la gente de Gryffindor y también de la escuela se habían sorprendido bastante al verlos juntos. La mayoría no les daba mucho tiempo y atribuían todo a un pequeño capricho de la rubia. Pero eso le daba igual a Artemis, porque estaba convencido de que se equivocaban, y lo importante era tenerla ahí, contra su pecho. Le gustaba esa inquietud casi infantil que tenía Tracy para aprender, para emocionarse con las cosas y la admiraba por haber dado a su vida el sentido que había querido. Seguía siendo Tracy Chambers, guapísima y preocupada por su imagen, sólo que ahora también la inquietaban muchas otras cosas. Le acarició el pelo.

- Miradles- murmuró Gilda destilando veneno por sus pupilas, sentada a unos metros de ellos- Son tan... patéticos.

Algunos de sus compañeros de mesa asintieron, más por que lo había dicho ella que porque lo creyeran.

Rachel también les miraba. ¿Qué le pasaría a Tracy? El chico ese no era feo, pero había chicos mucho más apuestos en la escuela. Ni era popular. ¿Por qué estaba con él? ¿Por qué le miraba con esa cara de boba? Y le había dado por estudiar. Estudiaba todo el santo día. Antes ni se preocupaba por cuando tenían los exámenes. Meneó la cabeza y recordó las palabras que le había dicho en las Tres Escobas. Un día Hogwarts se acabará y nos tendremos que enfrentar al mundo real.

- Se les ve felices- dijo más para ella que para el resto de la gente, pero en voz alta.

- ¿Felices?- replicó Gilda- ¿Cómo se puede ser feliz así?

- Pues algo bueno tiene que tener si Tracy ha escogido estar con él y alejarse de nosotras. Nunca la había visto sonreír tanto- volvió a decir Rachel

- ¿Y quién sabe? Nunca ha estado muy bien de la cabeza. Sólo hay que fijarse en que ahora es amiga de la Evans, que le quitó el novio.

- Pues yo la veo feliz- insistió tozudamente Rachel. El resto de la gente no sabía que posición tomar- Nos guste o no lo que hace, o no.

Gilda la miró con arrogancia y volvió a concentrarse en sus apuntes. No duró ni dos segundos porque enseguida se puso a discutir con otra chica si el color de temporada era el melocotón o el salmón.

...

El anticuario del callejón Diaggon había ido esa misma tarde a recoger los muebles de la casa de Alphard, que quedó casi vacía, con la excepción de lo que habían querido conservar. Así que habían decidido ir al piso de Elise a pasar los cuatro días de vacaciones que les quedaban, bueno, de hecho Sirius volvería a casa de James, pero tenía en mente hacer frecuentes visitas al piso de su prima.

Elise y Kate le despidieron en el Caldero Chorreante y luego fueron a dar una vuelta por el Londres muggle y a comprar algo de comida para esos días. Ambas estaban un poco perdidas en el gran supermercado, pero se las arreglaron bastante bien. El único momento bochornoso lo pasaron cuando tuvieron que pagar lo que habían comprado y no se las arreglaban con los billetes. Le tuvieron que pedir a la cajera que lo cogiera ella misma.

Una vez estuvieron en el piso, se tiraron sobre el sofá, cansadas. Elise apoyó la cabeza en un cojín y miró a su amiga sonriendo.

- Así que vamos a ser familia- murmuró- si mi primo no fuera un cretino me alegraría mucho.

Kate le tiró un cojín a la cara.

- ¡Elise! Creo que te ha demostrado que no es tan cretino.

- ¿Cuándo exactamente? Debía estar distraída.

La rubia la miró arrugando la nariz.

- Creo que esta vez saldrá bien- murmuró- Al menos ya hemos superado la etapa "Sirius Black y el bicho raro". Eso ya le da igual.

- Sí. Ahora te las tendrás que ver con su lado "Sirius Black, el rei de las nenas".

- Ja, ja. No me volverá a hacer daño- aseguró la rubia- Por su integridad física- añadió- Por cierto... tú creeras que soy boba y que no me he dado cuenta... pero ¡¿Qué demonios hiciste con Remus hace dos días?!

- Oh, eso- Elise se hizo la sistraída y apartó la mirada.

Kate gateó por el sofá y la miró con insistencia.

- Sí, eso que estás a punto de contarme ahora.

- No pasó mucho... Nos mojamos con la lluvia y desde ahí todo fue... un poco salvaje. Pero sólo nos besamos- explicó Elise con naturalidad.

- Ah- Kate se sentó sobre sus talones- ¿Entonces estáis saliendo?

- No... otra igual que Lily. Sólo nos hemos besado ¿vale? Creo que a ninguno de los dos nos conviene algo que nos ate.

- ¿Por?

- Porque somos diferentes a ti y a Sirius, por ejemplo. Necesito ser la dueña de mi vida por un tiempo aún. Yo no estoy preparada para compartir tanto y creo que él tampoco.

- Pero te gusta

- Sí

- ¿Y le gustas?

- Yo diría que sí.

- ¿Entonces?

Elise suspiró.

- Ya te he dicho que es diferente Kate- sonrió- Pero no te preocupes, no vivo en la negación, como Lily. Sólo tengo que tener otro tipo de relaciones.

La rubia suspiró.

- Tú sabrás lo que haces. Siempre lo sabes. Pero espero que eso de no atarte no te traiga problemas.

Elise encogió los hombros y encendió la televisión. Kate sabía cuando su amiga prefería no hablar de un tema.

- Por cierto Kate, mañana por la mañana no estaré en casa, tengo que salir- dijo Elise unos segundos después, bastante seria.

- ¿Quieres que te acompañe?- se ofreció

Elise negó con la cabeza y Kate vio algo parecido a la preocupación en sus ojos

...

- ¡Prongs! ¡Lo he conseguido! ¿Quién es el jefe?

Sirius acababa de llegar a casa de los Potter y había subido al cuarto de James, que miraba las fotos que se habían hecho en el baile de San Valentín.

- Eres el jefe- le concedió sonriendo James, escondiendo las fotografías debajo de la almohada.

- ¡Sí! Qué día... mola besarla cuando me da la gana... ¡Y cómo besa!- suspiró- Bueno, ¿Y tú que tal con la fierecilla?

James sonrió, ardía en deseos de contarle todo a su mejor amigo, pero pensó en Lily. Le había pedido que se tomaran su tiempo. Se encogió de hombros.

- Bien. Ahora volvemos a estar como siempre.

- ¿Cabreados?- aventuró Sirius.

- No. Somos amigos

- Entonces no es como siempre- concluyó Sirius- eso es nuevo.

James ignoró el comentario y cogió un libro de su mesita de noche.

- Mañana por la tarde no estaré Padfoot. Tengo que salir a llevar una cosa al abogado de mi abuelo.- tenía la vista fija en el libro porque no quería mirar a su amigo a los ojos o le calaría enseguida

- Sí, Anita me ha dicho que no están- murmuró Sirius- Te acompaño, entonces.

- No hace falta- se apresuró a decir James- Seguramente después me tendrá dos horas hablando y no quiero que te aburras tú también.

Sirius asintió.

- Entonces iré a ver a mi prima.- James le miró incrédulo- Kate está con ella- explicó con una sonrisa.

- A lo mejor lo que tendríamos que hacer es empezar a estudiar- propuso James.

El moreno le miró con los ojos abiertos.

- ¿Estas de broma? ¡Aún nos quedan dos meses para los exámenes!

- Sí, pero intuyo que vas a estar más ocupado que otras veces- dijo James- venga, vamos a empezar.

Se levantó de la cama y se sentó en el escritorio. Sirius entornó los ojos y le siguió a regañadientes.

- Espero que esta "fiebre-Evans" se te pase pronto. Estás empezando a hacer cosas raras.

Ocultando su sonrisa James pensó que no podía estar más de acuerdo con la última parte.

...

Lily estaba lidiando con unos apuntes de alquimia desde el medio día. Sólo hacía cuarenta horas (contadas de reloj) que había estado con James, pero ya sabía que aquella tarde estaba guardada para siempre con los pocos recuerdos especiales que una persona guarda a lo largo de su vida. Le volvería a ver antes de ir al colegio, o eso había dicho... El timbre de su casa sonó entonces y ella bajó como una flecha a abrir la puerta con una sonrisa preparada, se había quedado sola esa tarde porque sus padres y su hermana habían ido a cenar a casa de Vernon Dursley, el buldog que se iba a casar con su hermana. La sonrisa desapareció cuando vio quien era.

- ¿Tú?- preguntó entre enfadada e incrédula

0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0o0

Bueno... jejejej... ¿Qué os ha parecido? No, no me he fumado nada antes de escribir esto. Espero no haber herido la sensibilidad de nadie, pero creo que el rating de la historia induce a pensar que puede contener algo como lo que contiene... Ya me diréis que tal!!!

Otra vez gracias por todos vuestros reviews!!! Los voy leyendo, cuando vuelva a lo mejor dedico una parte especial a contestar a las preguntas más frecuentes que me habéis hecho y tal... un sé. Un besote! Os quiero! Y otro besote para Helena!

HELENA: WENOOOOOOOO, sí, sé que soy algo tardona...pero es que de veras que no tengo más tiempo y en caso de que lo tuviera Henar no me deja actualizar antes...es más hoy no debería de actualizar sino mañana pero es que mañana no podré y es preferible hacerlo el día de antes que 2 más tarde porque sé que me mataríais!!

Este chap es muuuuuuuuuuuuuuuu interesante, espero que sigáis dejándole rr a Henar, porque se pone más feliz que un regaliz cada vez que le digo cuantos tiene!

Me dijo que os dijera que siente no poder contestar los rr, pero que cuando vuelva algo hará para daros las gracias.

En fin wapisimos, el próximo no tardará mucho (digo yo ....¬¬)jeje.

UN BESAZO y disfrutad de las vacaciones!! Espero vuestros reviuws