No le gustaba recordar aquella época tan infantil. Fueron sus comienzos, cuando entre sus amistades empezaba a ser conocido por Lord Voldemort, no aquel nombre muggle herencia de su padre, el ser que más odiaba.

Al principio las reuniones eran a medianoche, en la Sala de los Menesteres, saliendo a escondidas de los dormitorios, encapuchados, enmascarados y ocultándose como si fueran ratas, todo para practicar magia negra.

Se le escapó una risotada, "¡Pensar que todo comenzó así!", y con la imagen de los que formaban el círculo en aquel entonces vívido en la mente, contempló a sus mortífagos arrodillados rodeándole.