Disclaimer: A mi no me pertenecen los personajes, situaciones y lugares del libro del Señor de los anillos estos le pertenecen y le pertenecerán a la gran imaginación de JRR Tolkien.
'Tell me how you never felt delicate or innocent…'
/Tatu, "Show me love", CD: 200KM in the wrong lane/
"Show me Love"
Capitulo II: El Príncipe Élfico y la Enigmática Mortal
Los suaves, tenues y pálidos rayos del sol entraban a través de las cortinas de seda entre abiertas de la ventana acariciando suavemente su tersa mejilla y sus parpados diciéndole que debía levantarse para recibir el nuevo día, por supuesto que Eve no quería levantarse pero ese día era el concilio y ella quería estar ahí. Cuando se levanto de la cama una dama élfica entro y la guió a un cuarto para que pudiera tomar un baño, Eve se quedo viendo a la dama un poco extrañada y confundida cuando esta se quedo ahí.
-Umm…Disculpa- Eve dijo tímidamente.
La dama le hizo una pequeña reverencia –Estoy aquí para ayudarla-
-No gracias- Eve estaba sintiendo el agua tibia en su mano –No creo que sea necesario…además no quiero causar problemas-
-No se preocupe- le contesto la elfa mientras cerraba la puerta –No es una molestia, además la dama Arwen quiere que la tratemos como a ella-
Eve la miro extrañamente –Pero…- un poco sonrojada miro al suelo talvez era cortesía de parte de Arwen –Esta bien-
Por supuesto que ella no pensaba que fuera raro que una mujer ayudara a otra a bañarse, Arwen era casi como una princesa y en la realeza las damas siempre ayudaban a la reina o princesa a vestirse y asearse, por eso no lo miraba tan mal, pero si hubiera sido alguno de sus amigos lo primero que hubieran pensado seria que talvez eran lesbianas pero era porque sus mentes eran muy cerradas.
Realmente Eve no pensaba que los elfos tuvieran esas tendencias aunque talvez por su larga vida era obvio que habían experimentado muchas cosas y talvez cabria la posibilidad que incluso podían haber estado con alguien de su mismo sexo y si algunos lo habían hecho talvez por la curiosidad de experimentar algo nuevo…pero ese no era el lugar o momento de pensar en esas cosas. La elfa cuyo nombre era Lalaith también la ayudo a vestirse como la noche anterior era un vestido gris de mangas largas y un pequeño corte en 'V', solo que ese vestido tenia unas cuantas cinceladas en plata, Eve no quiso que le colocaran nada sobre su cabeza solo dejo que le peinaran los largos cabellos que casi le llegaban a la cintura.
Después de agradecer y despedirse de Lalaith, Eve fue a ver por ahí, todavía había niebla que parecía de color plateado esa niebla le demostró que era muy temprano de las horas acostumbradas que tenia para levantarse, los rayos del sol entraban a través de las hojas amarillas de los árboles, el rocío brillaba tenuemente con el sol que se elevaba por las montañas, en verdad Rivendel era un lugar muy hermoso pero aunque fuera muy hermoso nada pudo compararse con lo que vio cuando se dio la vuelta….
Ahí de pie no muy lejos de ella estaba el hombre…no el elfo mas apuesto y hermoso que había visto desde su corta estadía en Rivendel. Tenía hermosos cabellos dorados que brillaban bajo la luz del sol y los hacían parecer de oro, sus ojos eran tan azules como el mar y el cielo, la luz del sol parecía brillar en sus ojos demostrando la larga sabiduría que tenia de su larga vida en ese mundo, como todos los elfos su rostro era imperfecto y apuesto. Eve simplemente no podía creerlo como era posible que alguien fuera tan apuesto, en verdad era horrible saber que alguien era tan apuesto y que tu nunca serias capaz de tenerlo ni aunque sea por un minuto…su corazón empezó a latir mas rápido cuando el empezó a caminar hacia ella.
Imladris la morada de Elrond, el medio elfo, seguía siendo igual de hermosa e imponente, el príncipe del bosque negro en parte agradecía estar ahí dado que en Mirkwood no se podían apreciar los rayos del sol como ahí, el estaba ahí para dar un mensaje de su padre el rey Thranduil, sus pasos llegaron a detenerse cuando vio algo que llamo su atención, una mujer muy hermosa estaba enfrente de el.
Era una mujer tan hermosa como una mañana primaveral, sus largos cabellos se miraban rojos bajo la luz del sol de la mañana, su rostro era hermoso e inocente con una dulzura incomparable, su piel era blanca era casi tan blanca coma la nieve que caía en invierno o las nubes que flotaban despreocupadamente en el cielo, sus hermosos y suaves ojos grises azulados parecían haber capturado el resplandor de la luna, su mirada era misteriosa y demostraba que muy adentro se ocultaba un profundo secreto. Era la primera vez que el miraba una mujer tan hermosa y delicada en todo su largo tiempo de vida, era mas hermosa que todas las damas élficas que su padre le había mostrado para tomar como su futura esposa, pero el destino en verdad era cruel y no podía entender porque Eru había bendecido a una mortal con tanta belleza si llegaría un día en la que esta se acabaría cuando su destino de mortal se cumpliera y partiera a perderse en las estancias de Mandos mientras el seguiría ahí…en verdad era cruel.
-Alasse Aurë vanima tara- el la saludo amablemente.
Ella lo miro con esos hermosos y profundos ojos –Alasse Aurë taru Elda- ella le contesto con una voz tan hermosa como el susurro del Nimrondel.
-Man nalye vanima tari?- Él pregunto
-Umm…Eve Lindórië- ella le contesto – ¿Lya?-
-Nan Legolas- Él se presento a la hermosa dama.
-Legolas- ella repitió su nombre suavemente –¿Tu eres el hijo del rey Thranduil?-
-Si- Él le contesto, después de eso un silencio pacifico cayo sobre ambos seres –Me sorprende que pueda hablar élfico-
Eve rió suave y delicadamente, era el primero que pensaba que no era una elfa –Eso se lo debo a mi Padre- ella lo miro curiosamente –¿Que hace aquí?- la verdad se sintió un poco avergonzada sobre el hecho de que no leyó los libros con tanto cuidado y solo sabia algunas cosas –Por supuesto si puedo preguntar-
-Vengo con un mensaje de mi padre- le contesto ella le sonrió dulcemente y el no pudo evitar el sonreírle de vuelta –Si me disculpa debo buscar al Señor Elrond-
-¡¡¡Pusta!!!- ella le dijo cuando el empezó a irse, era obvio que si iba lo harían parte del concilio y ella también quería estar ahí –Yo lo acompañaré¿espero no le importe?-
-No, claro que no- Él respondió cuando los dos empezaron a caminar uno al lado del otro –A quien no le gustaría tener la compañía de tan hermosa dama-
Eve se sonrojo tanto que miro al suelo para que el no lo notara –Hantalë- ella le respondió suavemente.
Legolas sonrió al notar el fuerte rubor en sus mejillas –Uman na-
Legolas y Eve llegaron al lugar donde se encontraba Elrond reunidos con todos los que formaban parte del concilio, excepto Gandalf, Bilbo y Frodo que todavía no habían llegado, todos estaban con caras graves y preocupadas, Eve sabia la razón de esos rostros(A/N: una de las pocas cosas que sabia). Al principio rodos la vieron algo extrañados, en ese momento Legolas dijo la razón de su visita y como lo imaginaba lo dejo quedarse al concilio luego miro a Eve y le dijo que podía retirarse.
Eve se sintió un poco insultada le había ordenado retirarse como si ella fuera su sirvienta, ella solo lo vio de una manera tan fría y dura que por primera vez desde sus batallas en Mordor Elrond sintió un pequeño miedo correr por su espalda, pero lo que asombro a todos fue cuando Eve le respondió con 'No' a su orden, Elrond trato de convencerla de irse pero al final le dejo quedarse su mirada cambio y se hizo calida y le agradeció dulcemente luego fue a sentarse al lado de Legolas(A/N: No me digan que no se lo esperaban)en ese momento los tres que faltaban llegaron.
-He aquí amigos, al hobbit, Frodo hijo de Drogo- Elrond lo presento a todos los presentes –Pocos han llegado atravesando peligros mas grande o en una misión urgente – luego vio a Gandalf –Este es Boromir un hombre del sur llego esta mañana en busca de consejos así que le pedí que estuviera presente pues preguntas que tiene se responderán aquí- (A/N:algo cambiado)
Y el concilio empezó, a medida este pasaba Eve vio que había sido un error estar ahí la verdad a ella nunca le había gustado ese tipo de cosas pero ese era el castigo a su terquedad por educación no se largo de ahí y no dijo nada también fue cuidadosa con respecto a no mostrar comportamientos que demostraran que estaba aburrida, por el momento lo único que habían dicho era del jinete negro que había visitado a un enano, de lo que paso con el anillo después de que Isildur lo guardo para el, el destino que este había tenido después de esa decisión , del reinado de Gondor, de la ultima alianza entre hombres y elfos, después Boromir empezó a hablar de Gondor y de otras cosas referentes a su viaje a la casa de Elrond.
Una espada cayo enfrente de Elrond, el sonido de la espada chocando contra la mesa la despertó y le hizo poner atención –Aquí esta la espada quebrada-
-¿Y quien eres tu? y ¿que relación tienes con Minas Tirith?- Boromir pregunto viendo a Aragorn con altivismo y asombro.
-Es Aragorn hijo de Arathorn- respondió Elrond -Y a través de muchas generaciones desciende de Isildur el hijo de Elendil de Minas Ithil y es el jefe de los Dunedain del Norte de quienes pocos quedan ya-
-¡Entonces pertenece a ti y no a mi!- Frodo exclamo mientras se ponía de pie
-No pertenece a ninguno de nosotros- Aragorn le dijo al pequeño hobbit - Pero ha sido ordenado que tu lo guardes por un tiempo-
-¡Saca el anillo Frodo!- dijo Elrond solemnemente -El momento ha llegado, muéstralo y Boromir entenderá el resto del enigma-
Hubo un leve murmullo, Eve noto que Frodo estaba un poco avergonzado por todos los ojos que ahora estaban viéndolo intensamente, el anillo resplandeció y centello mientras lo mostraba a todos con una mano temblorosa y a decir verdad ella lo miraba como un simple anillo de oro -de muy poco gusto- pero estaba conciente de los problemas que este podía causar a la vez que pudo notar el extraño destello en los ojos de Boromir mientras miraba el anillo y supo que el poder del anillo lo había tentado. Después siguieron hablando mas sobre el anillo, de Gollum y el escape de este del Bosque Negro y lo que debían hacer con él...pero la paciencia de Eve se agoto y sabría que no podría estar mas horas sentada mientras ellos le daban mas vueltas al asunto cuando ya era obvia la solución, y por su falta de paciencia no pude detener las palabras que salieron de su boca.
-¡Por Dios dejen de darle tantas vueltas al asunto y solo destruyan el maldito anillo y asunto arreglado!- Ella exclamó al fin y un rubor se presento en sus mejillas cuando todos se la quedaron viendo como si estuviera loca en especial Elrond mientras que Glorfindel e incluso Legolas sonreían ante esa actitud no tan típica de una dama -Disculpadme...se que el anillo no puede ser destruido por ninguna arma que elfo, humano o enano posea...así que resumiendo lo que he entendido hasta el momento la única solución que tenemos para destruirlo es devolverlo al lugar donde lo forjaron-
-Me temo que esa es la única solución- Elrond dijo al fin recuperándose un poco del shock que la actitud de Eve le había causado -Pero el camino es difícil y ni la fuerza ni la sabiduría podrían llevarnos lejos-
-Muy bien Señor Elrond- Bilbo, el tío de Frodo, interrumpió a Elrond -Yo empecé esto y es mejor que yo termine estaba cerca de la conclusión para mi libro: 'Desde entonces vivió feliz hasta el fin de sus días' ahora tendré que cambiarlo. ¿Cuando he de ponerme en camino?-
-Por supuesto mi querido Bilbo- Gandalf le dijo a su pequeño amigo -Tu lo empezaste y tendrás que terminarlo. ¡Termina el libro y no cambies el final! Todavía hay esperanzas de que sea posible pero prepárate a escribir una continuación cuando ellos vuelvan-
El hobbit rió suavemente -No recuerdo que me hayas dado un consejo agradable antes, como todos tus consejos malos han sido buenos me pregunto si este no será malo- dijo el hobbit -¿Pero dime a quien te refieres con ellos?-
-A los mensajeros que llevaran el anillo- Gandalf le respondió al hobbit
-¡Exactamente¿Y quienes serna? Eso es lo que el concilio ha de decidir me parece y ninguna otra cosa- Bilbo le dijo al Istari -Los elfos se alimentan de palabras y los enanos están muy fatigados; yo solo soy un viejo hobbit y extraño la comida del mediodía. ¿Se te ocurren algunos nombres¿O lo dejamos para después de comer?-
Nadie le respondió a Bilbo.
Cuando una campana sonó anunciando el mediodía nadie hablo tampoco. Eve empezó a ver a todos los elfos, enanos y humanos ahí presentes que parecían estar en profundos pensamientos -incluso el siempre sonriente Glorfindel- después de ver cada uno de los rostros sus ojos pasaron a Frodo -que también estaba ojeando a todos los presentes- mientras mas miraba el hobbit iba entendiendo que el destino ya tenia predestinado para Frodo el papel de ser el portador del anillo y que todos en el concilio parecían estar de acuerdo con la dedición del destino sobre el pobre Frodo.
El profundo silencio parecía ser respuesta suficiente para la condena de Frodo como el portador y solo parecían esperar a que Frodo aceptara tal condena ella bajo su mirada ante tal injusticia. Sus profundos ojos grises-azulados volvieron a ver a Frodo pero en esta ocasión la vio de vuelta y en ese instante en el que sus ojos se encontraron ella pudo ver el temor en sus ojos.
-Yo llevare el anillo- Frodo dijo al fin apartando su mirada de la de Eve como que si al solo ver a sus ojos le hubiera dado la suficiente valentía para aceptar 'la sentencia' -Aunque no se como-
Elrond miro a Frodo y expuso las razones por las cuales se habían entendido que Frodo debía ser el portador del anillo y que tal acto de valentía le daría un lugar entre los héroes de gran renombre que eran Hador, Húrin, Tuor y Beren, pero a decir verdad a Eve eso no le parecía justo, en ese momento Sam apareció para tratar de salvar a Frodo pero sus intentos terminaron en la decisión que él también fuera con Frodo y resignado Sam se sentó y empezó a murmurar quien sabe que. Eve miro al pobre Frodo de vuelta y sintió lastima y compasión por él y Sam y entre un gran debate entre su corazón y razón.
Ella se puso de pie rápidamente atrayendo la mirada de todos los presentes en el concilio y sin importarle un comino todas esas miradas ella camino hacia Frodo -su corazón aparentemente le gano a la razón- con pasos seguros y firmes y sin tener titubeos -al menos por el momento- de la decisión que acababa de tomar.
Eve se arrodillo enfrente de Frodo para poder ver su cara y tomo una de sus manos -Me imagino que el anillo ha sido una carga pesada para ti y ahora parece que el destino ha agrandado tu carga convirtiéndote en el portador del anillo- Ella le sonrió amablemente -Se que no puedo quitarte la carga que tienes como el portador del anillo sin embargo compartiré tu destino e iré contigo- Las miradas que estaban sobre ella se llenaron de sorpresa
-Umm...pero- Frodo tenia un poco de rubor en sus mejillas y aparto su mirada de la de ella -Pero...-
-Digas lo que digas Frodo yo iré contigo y Sam- Ella se puso de pie después de decir esas palabras y el hobbit regreso su mirada hacia ella -Los ayudare a llegar...y si tengo que sacrificar mi vida para hacerlo...lo haré- claro que esas palabras no se oían tan convincentes en su mente.
-Eve Lindórië- La voz de Elrond la llamo y ella se dio la vuelta para verlo -No creo que sea conveniente que vaya-
-Señor Elrond con todo el respeto que usted se merece por su ayuda y hospitalidad- Eve empezó a caminar aparentemente planeando retirarse -Lamento decirle que usted no es mi señor ni mi rey por eso no puede darme ordenes dado que soy un ser libre de tomar las decisiones que mas me plazcan y he decidido ir con Frodo y Sam, le guste o no- Eve se detuvo y lo vio con una dulce y triste mirada -Le ruego disculpe mi atrevimiento por tales palabras... con permiso-
Eve se fue de ahí dejando a todos muy sorprendidos era la primera vez que alguien le hablaba así a Elrond desde hace muchos años en especial una mujer.
Aunque Elrond debería estar enojado ante tal actitud no lo estaba y es mas admiraba la valentía de esa mujer era una actitud que le había recordado a la ultima persona que le había hablado así que por jugarretas del destino también había sido una mujer y una gran amiga, esa actitud tan decidida le había recordado a Amaurëawen, la única hija de Cirdan y Tindómëwen y la esposa de Celebrimbor. Un poco de tristeza vino a su corazón al recordar a tan valiente y decidida mujer que había peleado junto a él en la última alianza de Elfos y Hombres y que había caído salvando a Glorfindel de una muerte segura. Pero ese no era momento de pensar en eso Elrond sabia que esas palabras que Eve había dicho eran verdad y que él no tenía ningún poder sobre ella.
Legolas solo vio la figura alejándose sus largos cabellos rojos bajo la luz del sol moviéndose con gracia detrás de ella casi como una llama.
-Eve Lindórië ira con Frodo y Sam a Mordor- La voz de Elrond finalmente hablo para la sorpresa de los presentes -El concilio termina aquí-
-Me imaginaba que ibas a dejarla ir- Glorfindel le dijo a Elrond cuando todos empezaban a irse
-¿Y porque imaginabas que esa iba a ser mi decisión?- Elrond le pregunto al elfo de dorados cabellos
-Porque la actitud que acaba de mostrarnos seguramente te recordó a Amaurëawen- Glorfindel le respondió -Pero Eve no es ella Elrond aunque talvez su actitud se parece no es la amiga que perdiste hace mucho tiempo-
-Lo se- Elrond miro al otro elfo de cabellos dorados -¿Deseas algo Legolas?-
Eve estaba sentada en una banca en los jardines oyendo el dulce rumor del agua que caía en una cascada, la fresca sombra de los árboles con sus hojas verdes y el dulce y delicado perfume de las flores podía sentirse en el aire de la montañas nubladas que rodeaban la casa de Elrond. La paz era palpable en ese lugar pero su mente no estaba en paz y seguía sin creer el haberle dicho tales palabras a Elrond -el Señor de Imladris- y él que posiblemente le había salvado la vida y le había dado tanta hospitalidad, talvez ahora el gran Señor Medio-Elfo estaba furioso con ella.
Unos livianos pasos que se acercaban a ella la sacaron de sus pensamientos ella trato de quedarse lo más tranquila que pudo para que no notaran su culpa y su vergüenza. Sin embargo un rubor fue el que se invito a aparecer en sus mejillas cuando el príncipe Legolas se sentó junto a ella pero Legolas no dijo nada porque era obvio que ninguna palabra podría ayudarla en ese momento y los se quedaron sumergidos en el silencio y por extraño que pareciera el silencio era cómodo y no incomodo como lo fue en el concilio.
-Ya se siente mejor Dama Eve- Legolas fue el que al fin rompió el silencio
-No completamente- Eve miro sus manos que descansaban sobre sus piernas y la suave tela del vestido -No puedo creer que le halla hablado así al Señor Elrond...ahora debe estar furioso conmigo-
Legolas miro la desesperada cara llena de culpa de la joven -No lo esta-
-¡¿Que!?- Sus ojos pasaron al príncipe élfico a su lado -En Serio-
-Es cierto que parecía un poco sorprendido pero no parecía enojado- Legolas la miro y sus ojos se encontraron con los de ella -...No te preocupes por eso-
-Umm...Gracias- El rubor en sus mejillas se intensifico un poco -¿Meralyë matië?-
Legolas sonrió y ella le sonrió de vuelta -Ná-
Los dos se levantaron y se fueron juntos hacia el interior de la casa de Elrond. ¿Quién iba a pensar que esos eran los primeros pasos para un gran amor, que tan simple pregunta era el inocente comienzo?
Alasse' aurë - Buenos días
Vanima Tari - Bella Señora
Taru Elda - Señor Elfo
¿Man nályë? - ¿Quién eres?
lya - Tu
Nan - Soy
Pusta - Detente
Hantalë - Gracias
Uman na - De nada
Meralyë matië? - Quieres comer?
Na - Si
-Amaurëawen - Dama del Amanecer
-Tindómëwen - Dama del Crepúsculo Estrellado
-Celebrimbor - Mano de Plata.
No hay muchos cambios en este capitulo pero aun así si quieren saber mas de los demás personajes de mi invención que serán mencionados estén pendientes del fin "Recuerdos de un Principio"
