Llevábamos mas de dos horas encerrados en la casa. El profesor Lupin ya
había regresado de su tercera inspección por el segundo piso. Harry estaba
sentado frente a la chimenea, con una mirada muy extraña y pasándose el
dedo por la cicatriz una y otra vez. Cho parecía haberse hartado y había
optado por mejor echarse a dormir. Era mejor así. Yo también estaba al
punto de la histeria, de estar ahí sin hacer nada.
-Profesor, tenía entendido que vendríamos a buscar mortífagos, no a sentarnos a esperar que ellos nos encontraran.
-Luna, tenemos que vigilar este lugar. desde que abandoné esta casa y desde la última vez que lo pisamos hace 3 años, ninguno de nosotros había vuelto a venir aquí, pero la gente de Hogsmeade dice que este lugar ha tenido mucha actividad recientemente, que se ven luces y a veces se escuchan gritos. Creemos que este es el nuevo cuartel de Voldemort y sus mortífagos, ya que así está mas cerca de Hogwarts. y de Harry.
-Entonces. ¿estamos esperando a que se reúnan de nuevo aquí. para atacarlos?
-Esa es la intención.- Contestó lacónicamente el profesor Lupin.
'Sentarme a esperar la muerte.ja!' - Pensé.
Como si hubiera leído mis pensamientos, Harry levanto el rostro y fijó su mirada en mí. Le sostuve la mirada cuando en eso.
-¿Qué fue ese ruido?- Despertó Cho sobresaltada.
-No lo se. - Dijo Harry al tiempo que sacaba su varita.
-Viene de arriba - Dije.
-Esperen aquí.
-No profesor - Lo interrumpí - Si son ellos lo mejor será estar todos juntos.
Harry me miró como queriendo decirme algo. Me acerqué al profesor Lupin.
-¿No lo recuerda profesor? Mientras más unidos estemos, mas fuertes seremos.
-Eres valiente, muchacha. -Me dijo el profesor. Harry abrió la boca para decir algo pero el profesor prosiguió - Esto será peligroso. Cuídense las espaldas y manténganse unidos. No se separen hasta que sea necesario. Bien chicos. Vamos.
Nos dirigimos a inspeccionar la casa. Cho se veía nerviosa, y se mordía los labios. El profesor Lupin iba al frente, y dijo muy quedo 'Lumos' y su varita se encendió. Harry iba a mi lado y sujetaba fuerte su varita. Yo también me aferraba a mi varita como si fuera un salvavidas en medio del océano.
La casa de los gritos era un lugar de miedo. Las paredes se veían tan maltratadas que parecía que la casa se derrumbaría de un momento a otro. Tenía mucho miedo, pero más que nada era un sentimiento muy extraño, mezcla de curiosidad, miedo, tristeza.
-No puedo morir aquí - Me dije.
Se escuchó un gemido. El profesor Lupin se llevó el dedo a la boca para decirnos que guardaramos silencio. Pero el gemido no se volvió a repetir. Cho ahogó un gritito.
- No hay nada aquí, profesor - Dijo Harry - Quizá aun no lleguen.
- ¿¿¿Y lo que escuchamos??? - dijo Cho llorosa - No me dirán que siempre si está encantada esta casa porque.
- No Cho, no está encantada. Quizá fueron nuestros nervios. además la casa es muy vieja, quizá por eso truena. volvamos a la estancia. - Dijo Remus, aunque no se veía muy convencido. Yo tampoco lo estaba... si bien las paredes podían tronar, no creo que las casas hubieran aprendido a gemir.
Nos fuimos hacia la estancia, mirando a todas partes. En eso:
- Quiero escuchar tu versión - Me dijo Harry, tomándome del brazo y llevándome aparte.
- ¿Perdón?
- Si, quiero que me digas que pasó con Cho. Porque lloraba.
- Ya te lo dijo ella. No hay más que hablar Harry. Tu ya has decidido a quien creerle. Y por favor, vamos con los otros, que este no es ni el lugar ni el momento.
- ¡Si es el momento! Y no digas que ya he decidido a quien creerle. las cosas no son así. quiero que ahora tu me digas la verdad.
- Ja. lástima Harry Potter. porque no va a ser a la hora que tu quieras.
Me di media vuelta cuando de repente se volvió a escuchar ese gemido. Me detuve en seco y Harry se puso frente a mí para protegerme.
- ¿Oíste eso? - Le dije - Ese gemido de nuevo.
- Si, lo escuché. no te preocupes. Lumos.
Al fondo, sobre una escalinata, se apreciaba un bulto que se movía. Harry se acercó con cuidado cuando de repente el bulto rodó y cayó a nuestros pies.
¡Malfoy!
FIN DE LA QUINTA PARTE .
-Profesor, tenía entendido que vendríamos a buscar mortífagos, no a sentarnos a esperar que ellos nos encontraran.
-Luna, tenemos que vigilar este lugar. desde que abandoné esta casa y desde la última vez que lo pisamos hace 3 años, ninguno de nosotros había vuelto a venir aquí, pero la gente de Hogsmeade dice que este lugar ha tenido mucha actividad recientemente, que se ven luces y a veces se escuchan gritos. Creemos que este es el nuevo cuartel de Voldemort y sus mortífagos, ya que así está mas cerca de Hogwarts. y de Harry.
-Entonces. ¿estamos esperando a que se reúnan de nuevo aquí. para atacarlos?
-Esa es la intención.- Contestó lacónicamente el profesor Lupin.
'Sentarme a esperar la muerte.ja!' - Pensé.
Como si hubiera leído mis pensamientos, Harry levanto el rostro y fijó su mirada en mí. Le sostuve la mirada cuando en eso.
-¿Qué fue ese ruido?- Despertó Cho sobresaltada.
-No lo se. - Dijo Harry al tiempo que sacaba su varita.
-Viene de arriba - Dije.
-Esperen aquí.
-No profesor - Lo interrumpí - Si son ellos lo mejor será estar todos juntos.
Harry me miró como queriendo decirme algo. Me acerqué al profesor Lupin.
-¿No lo recuerda profesor? Mientras más unidos estemos, mas fuertes seremos.
-Eres valiente, muchacha. -Me dijo el profesor. Harry abrió la boca para decir algo pero el profesor prosiguió - Esto será peligroso. Cuídense las espaldas y manténganse unidos. No se separen hasta que sea necesario. Bien chicos. Vamos.
Nos dirigimos a inspeccionar la casa. Cho se veía nerviosa, y se mordía los labios. El profesor Lupin iba al frente, y dijo muy quedo 'Lumos' y su varita se encendió. Harry iba a mi lado y sujetaba fuerte su varita. Yo también me aferraba a mi varita como si fuera un salvavidas en medio del océano.
La casa de los gritos era un lugar de miedo. Las paredes se veían tan maltratadas que parecía que la casa se derrumbaría de un momento a otro. Tenía mucho miedo, pero más que nada era un sentimiento muy extraño, mezcla de curiosidad, miedo, tristeza.
-No puedo morir aquí - Me dije.
Se escuchó un gemido. El profesor Lupin se llevó el dedo a la boca para decirnos que guardaramos silencio. Pero el gemido no se volvió a repetir. Cho ahogó un gritito.
- No hay nada aquí, profesor - Dijo Harry - Quizá aun no lleguen.
- ¿¿¿Y lo que escuchamos??? - dijo Cho llorosa - No me dirán que siempre si está encantada esta casa porque.
- No Cho, no está encantada. Quizá fueron nuestros nervios. además la casa es muy vieja, quizá por eso truena. volvamos a la estancia. - Dijo Remus, aunque no se veía muy convencido. Yo tampoco lo estaba... si bien las paredes podían tronar, no creo que las casas hubieran aprendido a gemir.
Nos fuimos hacia la estancia, mirando a todas partes. En eso:
- Quiero escuchar tu versión - Me dijo Harry, tomándome del brazo y llevándome aparte.
- ¿Perdón?
- Si, quiero que me digas que pasó con Cho. Porque lloraba.
- Ya te lo dijo ella. No hay más que hablar Harry. Tu ya has decidido a quien creerle. Y por favor, vamos con los otros, que este no es ni el lugar ni el momento.
- ¡Si es el momento! Y no digas que ya he decidido a quien creerle. las cosas no son así. quiero que ahora tu me digas la verdad.
- Ja. lástima Harry Potter. porque no va a ser a la hora que tu quieras.
Me di media vuelta cuando de repente se volvió a escuchar ese gemido. Me detuve en seco y Harry se puso frente a mí para protegerme.
- ¿Oíste eso? - Le dije - Ese gemido de nuevo.
- Si, lo escuché. no te preocupes. Lumos.
Al fondo, sobre una escalinata, se apreciaba un bulto que se movía. Harry se acercó con cuidado cuando de repente el bulto rodó y cayó a nuestros pies.
¡Malfoy!
FIN DE LA QUINTA PARTE .
