Aviso: esta historia no persigue fines lucrativos, sólo tratar de
entretener a los fans del manga y anime. Los personajes de esta historia
son los de Rurouni Kenshin que son propiedad de su autor, salvo los creados
por mi para este relato.
Prólogo
La tormenta de aquella noche era una de las más violentas que jamás había visto. Los truenos rugían ferozmente rompiendo así el penetrante silencio de la noche, mientras los numerosos relámpagos iluminaban con su resplandor el ennegrecido cielo. El fiel acompañante de la tormenta estaba presente una ocasión más, el viento, quien golpeaba con una desmesurada fuerza su cara impidiendo así que sus ojos permaneciesen abiertos. A la vez, sin clemencia alguna el frío se deslizaba escalofriante por su cuerpo penetrando con dureza por cada uno de los poros de su blanca piel.
En aquel instante el viento pareció ceder ligeramente permitiendo a sus ojos explorar a su alrededor para comunicar al resto de su cuerpo cuál era su ubicación; pudo contemplar ante él un pequeño estanque de cristalinas aguas arremolinadas por el temporal y a la izquierda de este un viejo pozo que resultaba familiar a sus ojos, poco a poco en su mente pudo verse a si mismo junto a aquel pozo, intentando hacer la colada mientras dos pequeñas se colgaban de su delgado cuello suplicándole que se uniese a sus matutinos juegos. Y en su cabeza resonaron unos gritos de mujer dirigidos a un joven muchacho, que corría todo lo que sus piernas le permitían, también pudo ver a un hombre joven tumbado en el dojo con los ojos cerrados intentando escapar de los gritos de la mujer y encontrar un poco de paz en su interior; entonces reconoció aquel lugar.
Estaba situado justo en medio del patio del dojo Kamiya, el dojo que se había convertido en su hogar temporalmente, pero aquel pequeño periodo que había decidido pasar en aquel lugar, se había alargado más de lo que pensaba. Lo cierto era que en aquel preciso instante se estaba percatando del tiempo que había pasado en él y que no sólo aquel lugar, sino las personas que se relacionaban con él se habían convertido en parte importante de su ser, se habían convertido en su familia; había encontrado un lugar al que llamar hogar.
Entonces deshaciéndose de los pensamientos que surcaban ahora su mente se percató de algo; la tormenta no sólo había traído consigo lluvia y viento sino que acompañándola había llegado un sujeto.
Aquel sujeto hacía que un escalofrío recorriese continuamente su espalda, todo su cuerpo pedía a gritos alejarse corriendo de aquel lugar, pero su mente luchaba con su cuerpo para que este ni siquiera temblase. Hacía mucho tiempo que no había tenido aquella sensación de desamparo. Desde que era niño no había sentido al miedo intentando apoderarse de él en una batalla; pero la verdad era que a su mente cada vez se le hacía más difícil controlar su cuerpo y no entendía el por que. Él ya había luchado en cientos de ocasiones y con personas más crueles o siniestras de lo que su supuesto contrincante semejaba.....
-es cierto, ni tan siquiera lo había pensado-se dijo a si mismo-¿cómo he dejado que el miedo se apoderase así de mi? Puede que no desee enfrentarse a mi-
En realidad aquel sujeto parado frente de él no había ni confirmado ni desmentido sus ocultos pensamientos; pero su figura infundía respeto, no el mismo respeto que impone un valiente guerrero o el defensor de una justa causa sino el respeto, la sumisión que infunde la sola idea de la muerte. Y no era de extrañar, puesto que su apariencia recordaba a dicha figura: la temida e imponente Parca ; puesto que salvo sus ojos, todo su cuerpo estaba cubierto de negro azabache, su mirada era fria y desafiante, y el viento soplaba ahora más fuertemente hondeando sus ropas, haciendo su efigie más pavorosa aún.
-Por fin te encuentro Battusai-su tétrica voz inundó el lugar.
Kenshin lo miró directamente a los ojos y durante unos instantes de profundo silencio pudo ver en ellos negras sensaciones: odio, furia, sed de sangre, cólera.....y nuevamente aquel odioso escalofrío recorrió su espalda, esta vez lentamente.
Aún así el vagabundo no podía dejar de mirarlo fijamente a los ojos, aquellos ojos que le atraían cada vez más, que lo arrastraban como en un embrujo hacía el fondo de estos. Aquel momento, incómodo para cualquiera, parecía confortable para el guerrero. Aunque la atmósfera de aquel lugar parecía cargada y difícil de respirar, y el cielo repleto de negras y grises nubes que se encargaban de descargar violentamente litros y litros de agua, haciendo semejarse el lugar a las puertas del mismísimo Hades, aquel momento parecía trasmitirle calidez. Pero desde que había posado su mirada en aquellos ojos una sensación parecía irradiar de ellos, una sensación que se fundía con su corazón, con su alma y era extrañamente una sensación de inmensa paz.
Paz......era una palabra que hacía mucho tiempo había perdido su significado para él, era cierto que había vuelto a sentir cierta alegría cuando estaba cerca de Kaoru y sus amigos; pero le faltaba algo, algo que había perdido ya mucho tiempo atrás, algo que sabía perfectamente que jamás sería capaz de recobrar, y tal vez por la tristeza de su ausencia o porque el mismo se lo había autoimpuesto, no volvería a sentir la felicidad jamás.
-Ahora vas a pagar todo el sufrimiento y dolor que me has infringido Batusai-la voz de aquella figura le sacó repentinamente de sus pensamientos- vas a conocer el infierno que yo he conocido durante años.Te quitare lo más importante para ti, tal y como hiciste tú conmigo.
Aquellas palabras de amenaza contrariamente al efecto que deberían de haber causado, hicieron que el corazón del rurouni se llenase de júbilo; pero no habían sido las palabras sino la voz que les había dado vida, aquella voz que sonaba dulcemente en sus oídos y él no sabía el porqué.
Repentinamente la extraña figura alzó en el cielo su mano, sujetando firmemente una espada de brillante filo, acto seguido desapareció de su vista y cuando reencontró la siniestra figura corría hacia Kaoru, Sanosuke y Yahiko.
-Noooooo¡¡¡¡-fue lo único que pudo pronunciar al ver los cuerpos sin vida de sus amigos y compañeros caer pesada- mente sobre el suelo-
Se despertó completamente bañado en sudor, con los pavorosos gritos de sus amigos resonando aún en su cabeza, el corazón acelerado y por primera vez en años, temblando involuntariamente.
Hécate-notas: Hola a todo el mundo! Lo primero es dar las gracias a todos los que han leído esta modesta historia y después prometer que el capitulo 1º estará listo muy pronto y será más largo que este pequeño prólogo.
Oh si! También quiero dedicar esta historia a mis amigos de Portal, que últimamente los tengo un poco abandonados(por culpa de los estudios UU).
Por favor dejad vuestros comentarios, buenos o malos(de todo se aprende), sobre mi pequeño fanfic
Prólogo
La tormenta de aquella noche era una de las más violentas que jamás había visto. Los truenos rugían ferozmente rompiendo así el penetrante silencio de la noche, mientras los numerosos relámpagos iluminaban con su resplandor el ennegrecido cielo. El fiel acompañante de la tormenta estaba presente una ocasión más, el viento, quien golpeaba con una desmesurada fuerza su cara impidiendo así que sus ojos permaneciesen abiertos. A la vez, sin clemencia alguna el frío se deslizaba escalofriante por su cuerpo penetrando con dureza por cada uno de los poros de su blanca piel.
En aquel instante el viento pareció ceder ligeramente permitiendo a sus ojos explorar a su alrededor para comunicar al resto de su cuerpo cuál era su ubicación; pudo contemplar ante él un pequeño estanque de cristalinas aguas arremolinadas por el temporal y a la izquierda de este un viejo pozo que resultaba familiar a sus ojos, poco a poco en su mente pudo verse a si mismo junto a aquel pozo, intentando hacer la colada mientras dos pequeñas se colgaban de su delgado cuello suplicándole que se uniese a sus matutinos juegos. Y en su cabeza resonaron unos gritos de mujer dirigidos a un joven muchacho, que corría todo lo que sus piernas le permitían, también pudo ver a un hombre joven tumbado en el dojo con los ojos cerrados intentando escapar de los gritos de la mujer y encontrar un poco de paz en su interior; entonces reconoció aquel lugar.
Estaba situado justo en medio del patio del dojo Kamiya, el dojo que se había convertido en su hogar temporalmente, pero aquel pequeño periodo que había decidido pasar en aquel lugar, se había alargado más de lo que pensaba. Lo cierto era que en aquel preciso instante se estaba percatando del tiempo que había pasado en él y que no sólo aquel lugar, sino las personas que se relacionaban con él se habían convertido en parte importante de su ser, se habían convertido en su familia; había encontrado un lugar al que llamar hogar.
Entonces deshaciéndose de los pensamientos que surcaban ahora su mente se percató de algo; la tormenta no sólo había traído consigo lluvia y viento sino que acompañándola había llegado un sujeto.
Aquel sujeto hacía que un escalofrío recorriese continuamente su espalda, todo su cuerpo pedía a gritos alejarse corriendo de aquel lugar, pero su mente luchaba con su cuerpo para que este ni siquiera temblase. Hacía mucho tiempo que no había tenido aquella sensación de desamparo. Desde que era niño no había sentido al miedo intentando apoderarse de él en una batalla; pero la verdad era que a su mente cada vez se le hacía más difícil controlar su cuerpo y no entendía el por que. Él ya había luchado en cientos de ocasiones y con personas más crueles o siniestras de lo que su supuesto contrincante semejaba.....
-es cierto, ni tan siquiera lo había pensado-se dijo a si mismo-¿cómo he dejado que el miedo se apoderase así de mi? Puede que no desee enfrentarse a mi-
En realidad aquel sujeto parado frente de él no había ni confirmado ni desmentido sus ocultos pensamientos; pero su figura infundía respeto, no el mismo respeto que impone un valiente guerrero o el defensor de una justa causa sino el respeto, la sumisión que infunde la sola idea de la muerte. Y no era de extrañar, puesto que su apariencia recordaba a dicha figura: la temida e imponente Parca ; puesto que salvo sus ojos, todo su cuerpo estaba cubierto de negro azabache, su mirada era fria y desafiante, y el viento soplaba ahora más fuertemente hondeando sus ropas, haciendo su efigie más pavorosa aún.
-Por fin te encuentro Battusai-su tétrica voz inundó el lugar.
Kenshin lo miró directamente a los ojos y durante unos instantes de profundo silencio pudo ver en ellos negras sensaciones: odio, furia, sed de sangre, cólera.....y nuevamente aquel odioso escalofrío recorrió su espalda, esta vez lentamente.
Aún así el vagabundo no podía dejar de mirarlo fijamente a los ojos, aquellos ojos que le atraían cada vez más, que lo arrastraban como en un embrujo hacía el fondo de estos. Aquel momento, incómodo para cualquiera, parecía confortable para el guerrero. Aunque la atmósfera de aquel lugar parecía cargada y difícil de respirar, y el cielo repleto de negras y grises nubes que se encargaban de descargar violentamente litros y litros de agua, haciendo semejarse el lugar a las puertas del mismísimo Hades, aquel momento parecía trasmitirle calidez. Pero desde que había posado su mirada en aquellos ojos una sensación parecía irradiar de ellos, una sensación que se fundía con su corazón, con su alma y era extrañamente una sensación de inmensa paz.
Paz......era una palabra que hacía mucho tiempo había perdido su significado para él, era cierto que había vuelto a sentir cierta alegría cuando estaba cerca de Kaoru y sus amigos; pero le faltaba algo, algo que había perdido ya mucho tiempo atrás, algo que sabía perfectamente que jamás sería capaz de recobrar, y tal vez por la tristeza de su ausencia o porque el mismo se lo había autoimpuesto, no volvería a sentir la felicidad jamás.
-Ahora vas a pagar todo el sufrimiento y dolor que me has infringido Batusai-la voz de aquella figura le sacó repentinamente de sus pensamientos- vas a conocer el infierno que yo he conocido durante años.Te quitare lo más importante para ti, tal y como hiciste tú conmigo.
Aquellas palabras de amenaza contrariamente al efecto que deberían de haber causado, hicieron que el corazón del rurouni se llenase de júbilo; pero no habían sido las palabras sino la voz que les había dado vida, aquella voz que sonaba dulcemente en sus oídos y él no sabía el porqué.
Repentinamente la extraña figura alzó en el cielo su mano, sujetando firmemente una espada de brillante filo, acto seguido desapareció de su vista y cuando reencontró la siniestra figura corría hacia Kaoru, Sanosuke y Yahiko.
-Noooooo¡¡¡¡-fue lo único que pudo pronunciar al ver los cuerpos sin vida de sus amigos y compañeros caer pesada- mente sobre el suelo-
Se despertó completamente bañado en sudor, con los pavorosos gritos de sus amigos resonando aún en su cabeza, el corazón acelerado y por primera vez en años, temblando involuntariamente.
Hécate-notas: Hola a todo el mundo! Lo primero es dar las gracias a todos los que han leído esta modesta historia y después prometer que el capitulo 1º estará listo muy pronto y será más largo que este pequeño prólogo.
Oh si! También quiero dedicar esta historia a mis amigos de Portal, que últimamente los tengo un poco abandonados(por culpa de los estudios UU).
Por favor dejad vuestros comentarios, buenos o malos(de todo se aprende), sobre mi pequeño fanfic
