LAGRIMAS SOBRE SANGRE, BARRO Y LLUVIA
El prolongado llanto de un bebe rompía la languidez y el tedio del ambiente y se perdía en la oscuridad de una casa cerrada, sin luz ni calor, en un pueblo también cerrado, también sin luz y también sin calor... Era un dicho popular de aquellas tierras que estaba tanto en boca de niños como de ancianos, "Nuestro pueblo esta cerrado al mundo, pero son los de fuera quienes tienen la llave". El recién nacido estaba siendo examinado por el medico de la pequeña villa, quien también ejercía de carnicero a tiempo parcial ante la falta de hombres jóvenes. A pesar de la pobreza y el hambre que sufrían tras innombrables guerras pasadas, en las que siempre habían apoyado al bando perdedor, el nacimiento de un niño siempre aportaba calidez y gozo, aunque fuera pasajero a esa maltrecha localidad enterrada en las montañas... Esa misma alegría sentía la madre del pequeño, quien bañada por un sudor tibio tras el largo parto, se impacientaba con los brazos en el aire a que le dieran al fruto de su vientre...
-Vamos, Doctor... déjemelo un ratito... si no caeré dormida y no veré la cara de mi hijito bonito hasta mañana...
-Esto... esto, vaya, me resulta muy extraño... No, n-no se lo que puede ser...
-Fukatsu, ¿qué farfullas? ¿No lo pasara algo a mi hijo verdad...?
-De eso se trata...
-¡Dios misericordioso! ¿No... no le faltara nada a mi hijo verdad...?- exclamo la madre, con un deje de pánico en los ojos y con el rostro tenso y totalmente blanco como la cera.
-Minoru... dime... ¿has hecho algo... algo, bueno, algo anormal durante el embarazo... o antes del parto?
-¿Q-que? N-no... no, ya sabes que no... tu has estado conmigo todo este tiempo, ya te habrías dado cuenta...
-Claro... entonces... se trata de algo que desconozco...-el confuso medico, claramente abrumado por lo que estaba pasando puso delicadamente al bebe en manos de su madre, como si tuviese miedo de que pudiera romperse. Ella examino a su retoño de arriba abajo: Era incapaz de encontrar nada extraño, ningún indicio de aquello que había alterado el sereno rostro que habitualmente mostraba su amigo. Casi llorando y empezando a notar un extraño frió en la boca del estomago, exigió una respuesta, algo que detuviese el torrente funesto de sensaciones que ahora le invadían.
-¿Qué tiene...? ¿Qué tiene, por favor...?
-La verdad... no se ni como puede respirar... este... este niño n-no, no... no tiene sangre en el cuerpo. Ni una sola gota de sangre...
El pequeño se movió entre los brazos de su madre y, sin querer, le cogió con ternura el dedo pulgar de la mano.
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Hinata se encontraba recostada contra una pared de ramas, hojas muertas y barro, en una improvisada cabaña en lo alto de un árbol milenario, justo en el corazón del bosque, en su mismísimo centro. La rustica vivienda tan solo tenia paredes y techo, ni tan siquiera tenia suelo, pero eso no parecía importarles lo mas mínimo a sus ocupantes. El secuestrador de Hinata acababa de despertar de un rápido sueño de unos pocos minutos y creía haber visto en él una habitación parecida a aquella. Se echo la capucha por encima, para ocultar nuevamente su rostro. Se paso un dedo por la comisura de los labios para limpiarse un fino hilo de sangre, oscura y densa y reparo en su invitada. La kunoichi parecía una muñeca de porcelana, totalmente inmóvil y en una postura muy rígida y poco natural. Su tez tenia un color mortecino y sus ojos, mas blancos de lo habitual, permanecían abiertos sin que un solo pestañeo rompiera ese rictus demente. El cruel villano entorno los ojos malévolamente e inicio una conversación con ella.
-Seguramente, querida... pienses que estoy actuando de forma cruel e inhumana y que, oh, dicha desdichada, porque tubo que pasarme esto a mí, yo que soy tan buena, tan guapa y tan amable con perros, gatitos y otros infraseres... Y puede, pero tan solo puede, que tu diminuto cerebro haya llegado a la cavernícola deducción de que yo soy un mal tipo... un indeseable podría decirse... un bastardo, un mal nacido, en definitiva: el mayor hijo de puta que hay sobre la faz de la tierra... ¿Verdad...?
El misterioso ninja, oculto bajo aquellos ropajes negros levanto la mano derecha y movió el dedo índice hacia adelante y atrás y, como si unos finos hilos invisibles les conectaran, Hinata empezó a asentir quedamente, sin cambiar de expresión.
-Lo suponía querida, era predecible, no te avergüences... Y, bueno ¿sabes que? Que la verdad es que tienes mucha, mucha razón...
Ni siquiera la penumbra del lugar pudo ocultar la sibilinosa sonrisa que apareció en el rostro del secuestrador. Intentaba evitarlo, pero aun así estaba regodeándose en su propia malicia y perversidad. Levanto un poco el brazo en dirección a la joven Hyuga y empezó a mover sus dedos, finos y blancos, similares a lombrices para manipular el cuerpo de la chica. Esta se levanto del suelo, avanzo unos pasos hacia el centro de la cabaña y, con la misma expresión de vacío que había mantenido hasta ahora empezó a subirse la blusa, lentamente...
-La verdad es que me provoca cierta repugnancia hacerlo con alguien a quien aun le late el corazón... Y, para ser totalmente franco, me provocas un poco de asco, como todas las mujeres que pasan de los seis años... Pero para seguir con mi plan he de hacer... estos pequeños sacrificios...
"Te matare, vas a morir no lo dudes... Crees conocer muy bien la sangre que corre por mis venas pero la verdad es que no me conoces en absoluto. Esa es la realidad, yo soy un vengador, un temerario, un asesino frió y despiadado... He sido bendecido con una barrera de sangre fuera de lo común... Mi pupila giratoria es la pesadilla de mis enemigos, una Némesis de la que no pueden escapar... Mi apellido es Uchiha, toda la villa oculta de la hoja reconoce a mi clan como él más poderoso que existe... Yo soy su heredero, su patriarca y su único miembro... No, hay otro mas... Hay otro mas..."
Sasuke tuvo que detenerse para recobrar el aliento cuando llego al claro del bosque. Se flexionaba sobre sus rodillas mientras respiraba aparatosamente. Había corrido a tal velocidad que el estomago le dolía como nunca, las piernas le temblaban y el sudor le empañaba la vista. Poco a poco fue recobrándose y empezó a examinar el lugar. Se encontraba justo en medio del área de entrenamiento, no tenia ninguna duda. A pesar de que aun deberían faltar un par de horas para el atardecer, la penumbra invadía todo aquel espacio. A su alrededor se alzaban enormes e inalcanzables árboles, todos parecidos entre sí, con lo que costaba diferenciarlos. Aquella especie de muralla arbolada se detenía en un perímetro tan precisamente delimitado que costaba imaginar que no fuera artificial. Mas allá de los árboles, en el claro que ahora pisaba, había una gran extensión de tierra muy húmeda, casi fango. Era de una fuerte tonalidad negra y espesa como el crudo, tanto que costaba andar sobre ella. Ni tan siquiera a la orilla del lago se permitía la tierra una tonalidad más luminosa. En contraste con el resto de aquel paraje, el lago situado justo en el centro del claro era el único elemento con un poco de vida. El agua era increíblemente cristalina de modo que incluso se podía ver el fondo. A pesar de que no corría ni la más mínima ráfaga de viento, la superficie del lago mantenía un vaivén lento pero constante. El instinto había llevado a Sasuke hacia aquel lugar y la percepción enfermiza que le ofrecía aquella parte del bosque le decía que había acertado de lleno. Ni un solo ruido de animal, ni de insecto cruzaba el aire con lo cual lo único que el joven ninja oía era su propia respiración entrecortada...
-Sal de tu escondite, sé que estas aquí...- dijo Sasuke quedamente, intentando que su tono de voz no se viera alterado por el calor que surgía de la boca de su estomago. No tuvo que esperar mas que un par de segundos, cuando su enemigo dio el primer signo de vida. Muy delicadamente, como si se tratara de una flor naciendo de la tierra, el misterioso ninja salió a la superficie envuelto por un fino manto de barro que desapareció como por arte de magia. Como en su primer encuentro iba totalmente cubierto de ropajes negros, unidos entre sí, muy holgados y que llegaban a tocar el suelo. En esta ocasión pero, llevaba un tocado en la cara bastante peculiar: una mascara totalmente roja, con dos ojos blancos almendrados pintados en ella, que le cubria el rostro.
-Parece ser que por fin has decidido prestarme un poco de atención, Sasuke Uchiha...-expreso el encapuchado, con voz burlona tras la mascara. Los ojos de Sasuke se afilaron hasta el extremo, como la cuerda de un arco en tensión. El calor que incendiaba sus entrañas había subido rápidamente hasta su cuello y le nublaba el pensamiento. Con gran esfuerzo, pero, empezó a calmarse y transformo esa ira contenida en un elemento mas a su favor. Una furia asesina oculta, que se agazapaba bajo el frió rostro del ninja de grado inferior.
-No he venido aquí para tratar ningún asunto contigo,- argumento pausadamente.- Tan solo he venido para cobrarme la venganza en nombre de mis subordinados...
-Y para ello te has expuesto a la obvia trampa que tu enemigo te ha tendido... Muy loable, Sasuke querido... Digno de un Uchiha...
-¡No pronuncies ese nombre! ¡No eres digno de hacerlo! Tus sucios labios no merecen el honor de tener el apellido de mi clan entre ellos...
-Orgulloso... arrogante... Y completamente seguro de su fuerza... Ju, ju... Dime, querido Sasuke... Si yo me equivoco... ¿entonces cual es el verdadero motivo por el que has venido?-tercio el misterioso ninja, mientras desenfundaba una katana que había permanecido oculta hasta ese instante. Clavo el acero en la mullida tierra y el filo de la espada empezó a sangrar copiosamente. Un intenso silencio se apodero de ellos durante mucho rato... Pasaron varios minutos... Fue en ese instante cuando el enigmático ninja noto por primera vez el aura del joven Uchiha, que lo rodeaba... Una presencia poderosa, similar a la de un gran guerrero de la antigüedad...
-¿No es obvio...?-dijo Sasuke, rompiendo aquel silencio sepulcral.- Vine a matarte...
Ni siquiera el propio aire lo noto pero una fracción de segundo después de que el joven Uchiha hablara, un shuriken voló hacia el misterioso ninja y se clavo suavemente y sin hacer el menor ruido en medio de la mascara carmesí. Sasuke tenia el brazo levantado hacia su enemigo pero este no le había visto moverlo. Pero cuando noto que el chico transpiraba con fuerza, como si hasta ese momento hubiese estado ciegamente concentrado y vio que sus ojos habían activado la pupila giratoria, empezó a percibir que había sido atacado. Encontró el shuriken en su mascara y lo desclavo. No solo había perforado su tocado si no que también le había perforado la frente unos pocos centímetros. El misterioso ninja convirtió en polvo el shuriken apretándolo con ira en su puño. Arranco su espada ensangrentada del suelo sin decir ni una palabra, mientras un leve hilo de sangre, oscura como el plumaje de los cuervos, se perfilaba y goteaba en su mascara. Adopto la postura de envite, sosteniendo la katana al estilo Takakura Ken, con la punta hacia abajo y se puso en completa tensión, dispuesto a matar como un resorte asesino. Ya no reía, ya no parloteaba y había perdido el hilo de la conversación y el tono dominante que le caracterizaba. Sasuke puso los brazos en cruz, quedando totalmente desprotegido y se dirigió al misterioso ninja con un tono en parte burlón, en parte desafiante, pero siempre sereno:
-Ven...
Que era un enemigo fuera de lo común era algo que Sasuke sabia a la perfección. Que estaba tratando con alguien mas fuerte, rápido y poderoso que él era algo que ya había notado por si mismo. Que cabía la posibilidad de que si cometía el más leve error acabaría muerto era algo de lo que ya era consciente. Así que no le sorprendió que le atacara con una furia asesina única, no le sorprendió que en un simple parpadeo ya tuviese a su enemigo a un simple metro y no le sorprendió tampoco ver el brillo de la katana del ninja misterioso relampaguear hacia él y quedarse a medio centímetro de su cuello. Absorto por la superioridad de su oponente, Sasuke logro reaccionar antes de que le asestara el golpe de gracia. Doblo la cintura hacia atrás, flexionando todo el cuerpo y dejando que la espada con el filo ensangrentado silbara por encima suyo. La fuerza de la estocada había sido desmesurada y al no haber encontrado freno en el cuello de su rival, ahora el ninja enmascarado había perdido el equilibrio y se encontraba en desventaja. Sasuke formo como un relámpago los sellos con sus manos y se dispuso a atacar por la espalda a su adversario con la bola de fuego. Un tremendo dolor en el hombro le hizo cesar en su empeño. Un kunai se hallaba clavado en su hombro derecho y de él manaba la sangre a borbotones, tiñendo su oscura indumentaria de rojo. Sasuke se giro precipitadamente y se encontró cara a cara con Hinata.
-T-tu eres la chica Hyuga...
-...
-Ah, claro... Ya me dijeron que estabas en el bando de este psicópata...
-...
-¿No me dices nada? ¿Acaso no estabas en el grupo de Naruto? Oye, que te estoy hablando...
-No te molestes, pequeño y dulce Sasuke,-dijo fríamente el enmascarado, quien había recuperado al parecer su temple olvidada instantes atrás. Saco un pañuelo de seda con un bordado de motivos florales y se limpio el fino hilo de oscura sangre que caía por su mascara carmesí.- La joven y delicada Hinata no podrá escucharte... No pensé que tendría que venir a mi ayuda en esta fase tan primeriza del combate... Si, quizás me altere demasiado, perdona cariño... Pero es que logras sacarme de quicio, tesoro...
-¿Qué le has hecho?- exclamó Sasuke alarmado. Tenia un mal presentimiento respecto a Hinata, algo funesto y horrible.
-Aaaah... Aun es pronto para que te lo cuente, Sasuke querido,-tercio entre dientes y con una débil risita nasal, el misterioso ninja.-Sin embargo... creo que será divertido verte luchar con ella...
A una señal de su enemigo, Sasuke vio como la inmutable Hyuga se abalanzaba sobre él. Se enzarzaron en un cuerpo a cuerpo en el que el joven Uchiha se sorprendió de la rapidez y contundencia de los ataques de la kunoichi. No tardo, sin embargo, en darse cuenta de ciertos patrones casi automáticos en sus envites, así que poco a poco fue esquivándola con mayor facilidad... Pero, al confiarse, Sasuke bajo la guardia y Hinata lo aprovecho para cambiar su ataque: adoptando una postura casi anti-natural, desenfundo un kunai y lo lanzo a pocos centímetros de la cara de Sasuke, provocándole un leve corte en la mejilla. Esto cogió por sorpresa al chico del Sharingan, quien instintivamente aparto a Hinata con el cuerpo tirandola al suelo y se lanzo hacia ella para contratacar. La tensión del combate había hecho enfurecer a Sasuke y el odio que sentía hacia el misterioso ninja y que guardaba cuidadosamente había aflorado hacia la kunoichi. Pero no pudo tocarla. Porque en ese momento llego el protagonista de la historia... Un muchacho que apenas levantaba dos palmos del suelo, de pelo rubio y revuelto, con unas extrañas marcas en la cara a modo de bigotes y un fulgor de genio y absoluta confianza había entrado en escena...
-¡Condenado Sasuke, ni se te ocurra ponerle un dedo encima a la Jefa!-ladro Naruto echando fuego por la boca. Acaba de llegar hacia unos pocos segundos y ya estaba sermoneando al personal y dando ordenes a diestro y siniestro. Sasuke se quedo perplejo: Hace un instante estaba luchando a muerte con Hinata y entonces el estúpido de su compañero apareció de la nada pisándole la cabeza y undiéndole los morros en el fango. Por las pintas que traía debía haber estado corriendo salvajemente por el bosque durante horas (puede que incluso días) ya que tenia la cara marcada de arañazos, la ropa hecha unos zorros y le faltaba el aliento. Dando grandes zancadas se apresuro a acercarse al lado de Hinata. Sasuke recupero el habla de repente, una vez recuperado del "shock" que le supuso el recuentro con Naruto.
-¡¡¡Ptgh, puaf!!! ¿Na-Naruto, que leches te crees que estas haciendo?-dijo el joven Uchiha mientras escupía el barro que había tragado.
-¿Pues tu que crees? Defender al líder de mi escuadrón,- exclamo muy ufano el chico de los bigotes de zorro.-Es que se te tiene que explicar todo, hijo...
-¡¡¡Eres tú el que nunca se entera de nada!!!-grito fuera de sí Sasuke, quien había perdido los papeles nada mas encontrarse con Naruto. Ese chico tenia una habilidad única para tocarle las narices a base de bien...
-Si, si, lo que tu digas, ¿eh?-tercio Naruto por toda respuesta, mientras revolvía el pelo de Hinata cariñosamente y le rascaba la barbilla como si se tratara de un cachorrillo.-Que suerte que no te hayas muerto Hinata ¡Anda que no me tenias preocupado!-dijo mientras soltaba una gran y prolongada risotada.-Pero ahora que me fijo... ¿No estas más pálida de lo habitual? ¿Es que no has comido bien estos días? Eo, Hinata, que te estoy hablando, eooo...-parloteaba mientras chasqueaba los dedos ante la mirada perdida de la fantasmagórica kunoichi.
-Inútil... ¿Es que no te das cuenta?- le recrimino Sasuke con la paciencia agotada. Naruto había empezado a hacerle cosquillas a su compañera para ver si reaccionaba.
-Ju, ju, ju... Tendrías que haberle permitido a Sasuke liberarla de su dolor, Naruto Uzumaki...-intervino desde las sombras el ninja misterioso. Había vuelto a adoptar su papel de completa autoridad y se podía adivinar una malévola sonrisa debajo de aquella horrible mascara. Naruto cambio rápidamente su mirada y clavo sus ojos llenos de rabia en su enemigo.
-¡Ah, ah! ¡No me mires con esa cara tan feroz, pequeño Naruto, que me das mucho, mucho miedo...!,- dijo en tono burlón el enmascarado.-Veras, creo que hasta alguien como tú debería haberse dado cuenta ya: tengo a la dulce chica Hyuga poseída.
-¿Poseída?
-Eso he dicho...
-¿Cómo?
-Veras, es más sencillo de lo que podría parecer-dijo quedamente el ninja, dándose aires.- Hay muchas técnicas ilusorias que permiten controlar la mente de un enemigo... Pero debo decir, aunque suene pedante por mi parte, que lo que yo hago esta en un nivel superior... Puede que unas mentes tan poco desarrolladas como las vuestras no puedan entender en toda su magnificencia la complejidad de mi técnica así que intentare haceros un breve resumen, apto para todas las edades...
Naruto escupió al suelo, asqueado por el discurso de su oponente. La verdad es que no había entendido ni jota, pero cada palabra que salía de la boca del ninja misterioso le provocaba un principio de arcadas.
-Por decirlo de una forma sencilla: yo controlo la sangre de Hinata...
-Ah, menos mal que nos lo has explicado de forma sencilla...
-No se impaciente, Señorito Uchiha... Haga el favor de serenarse y controlar su mal temperamento... Esta historia es larga y no espero que lleguen a entenderla del todo, pero si que les pido un poco de paciencia para que pueda explicarla... Al fin y al cabo, os concierne tanto como a mí... Y seria una lastima que murierais sin saber porque os quiero matar...
-¿Por qué nos quieres matar? ¿Hay un motivo autentico a parte de tu demencia?-susurro levemente Sasuke.
-Te tenia por un chico más perspicaz, Sasuke precioso... Ahora que todos los actores de este drama compartimos escena puedo narraros la pesadilla que nos une...
"Tengo un don ¿sabéis? Un don que me fue otorgado al nacer... Un don que ha sido mi bendición y mi estigma durante mi larga y despreciable vida... Nací en un poblado de campesinos y ganaderos en un lugar remoto, en un país muy al norte de aquí... Mi familia no era nada del otro mundo, "Madre" solo fue la persona que me dio a luz, una mujer vulgar y corriente... A "Padre" no llegue a conocerle, pero no creo que fuera gran cosa en un pueblucho como aquel... Yo estaba destinado a brillar por encima de todos ellos, a subir mas alto de lo que ellos me podían ofrecer... Al darme cuenta de que el poblado donde nací me privaba de potenciar mi don... Bueno, creo que ya nos conocemos lo suficiente como para que adivinéis cual fue el final de esa pobre gente. Ju, ju, ju... Si, Naruto Uzumaki, si... "Monstruo" era como solían llamarme en aquella época y solo por que no eran capaces de apreciar mi talento... Yo era único, un humano que nace una vez cada diez años... "Semilla de sangre", nos llaman... Je, je... Deduzco por tu expresión, querido Sasuke que ya estas familiarizado con el termino, pero ten un poco de paciencia para que pueda explicárselo a tu confuso amigo... Veras, Naruto, una "Semilla de sangre" es aquel miembro originario que nace con el don de las técnicas de "Barrera de Sangre"... ¿Acaso creías que surgían de la nada, así sin mas? No dulzura, no, siempre hay un miembro original, un patriarca del clan, cuyos descendientes reciben la bendición de su progenitor. Tenia por delante un futuro de gloria y me dispuse a entrenar mi "barrera de sangre" al limite... La verdad es que no deja de ser irónico, que les llamen "barreras de sangre"... Ju, ju, ju, al fin y al cabo, eso es precisamente lo que yo tengo, lo que domino... Cuando nací, lo hice sin sangre... ¿Cómo podías estar vivo entonces, os preguntareis? Bueno, ni yo estoy muy seguro del porque autentico... Lo único que se es que no necesito sangre para vivir, mis vasos sanguíneos son radicalmente diferentes a los de cualquier otra persona... Pero mi talento no se detiene solo ahí, je, je, je... Cuando empecé a profundizar mas y mas en mis habilidades, descubrí que también podía "controlar" la sangre de los demás... Bueno, no hace falta que pongáis esa cara, relajaos que intentare reducir la complejidad de la explicación: Básicamente, yo "extraía" la sangre de mi oponente (no tenia necesidad de acercarme a él para ello) y con ella en mi cuerpo... Podía ejecutar todas las técnicas que mi adversario poseyera, todas... Incluso, ju, ju, ju... Incluso las técnicas de "Barrera de sangre"... Por desgracia, una vez muerto el "recipiente" al que robaba la sangre yo no podía seguir utilizando esas técnicas... Aun así, gracias a ciertos contactos, logre dominar una técnica que se me antojaba como definitiva... "El sello de unión de sangre"... Con ella, podía almacenar la sangre de un adversario, su chakra y su espíritu y usarlo en mi beneficio aunque el "recipiente" original falleciera... Pero claro, había un importante "pero" en esta utópica técnica... Yo jamás volvería ser quien antaño fuera, si no que tan solo me restaría vivir con la sangre y el chakra de mi victima... ¡Qué tragedia, pobre enmascarado...! Seguramente debéis pensar esto ahora mismo, pero tranquilos niños... tranquilos... Mi técnica era la técnica soñada por "ellos"..."
-¿"Ellos"?,- intervino Sasuke, quien había estado aguantando la respiración durante casi todo el discurso del misterioso ninja. Sus ojos estaban totalmente abiertos y la tenue luz del lugar le daba a la pupila giratoria un aspecto de irrealidad. Un poco mas apartado, Naruto había agachado la cabeza y había escuchado en silencio e inmóvil todo el monologo de su enemigo. A pesar de mostrarse cabizbajo no apartaba la vista de su adversario, quien no parecía percatarse de la furiosa mirada del joven ninja inferior.
-"Ellos", si...-volvió a intervenir el enmascarado tras una breve pausa.- Je, je, je... "Ellos", unos completos bastados, eso es lo que son.
-¿Pero quien demonios son "ellos"?-grito enervado Sasuke, avanzando un paso.
-No os lo puedo decir...
-¿Qué? ¿Y porque no?
-Por que es la verdad: No puedo...-dijo el extraño encapuchado con un deje de desidia en su voz.- El día en que me repudiaron... El fatídico día en que deje de serles útil... No se contentaron con matarme, no... Eso hubiese sido demasiado fácil... Me sellaron. Me sellaron, si... Sellaron la mitad de mi chakra, sellaron gran parte de mis antiguos poderes y sellaron mi vida... Entre otras cosas, con esta técnica de sellado, "Ellos" me impiden pronunciar su nombre... ¿Curioso verdad? Tampoco soy capaz de pronunciar mi propio nombre, aunque eso carece de importancia... En mi mente puedo decirlo, puedo nombrar uno a uno a sus miembros... Pero cuando las palabras suben por mi garganta y quieren salir solo me sale este estúpido "Ellos"...
-¿Qué quieres decir con eso de que "sellaron tu vida"?- dijo Sasuke sin mostrar ningún tipo de piedad hacia aquel malnacido.
-Bueno, querido Sasuke... un chico tan cultivado como tu ya se lo podrá imaginar, ¿No?- espeto el ninja con un tono meloso en su voz.-Estoy condenado a muerte... El sello que me impusieron me permitía seguir viviendo mientras no intentara utilizar mis técnicas de barrera de sangre...
-Pero las utilizaste...-indico atentamente el joven Uchiha.-¿Por qué?
-No merecía la pena vivir la vida como una persona vulgar y corriente... ¿Acaso tu podrías vivir sin tu Sharingan? Ju, ju, ju... No iba a permitir que se saliesen con la suya, claro que no... Veréis...
Antes de que pudiera decir nada el ruido de un golpe seco les sorprendió. Justo al lado del ninja misterioso se hallaba ahora su brazo izquierdo, que se había caído solo sobre el húmedo suelo. Un espeso y prolongado chorro de sangre, viciada y oscura, surgió del hombro del enmascarado quien al parecer no mostró signo de dolor alguno ante tal espectáculo.
-Vaya por Dios, que indecoroso...-dijo quedamente mientras suspiraba. Lentamente, unos finos hilos de sangre empezaron a enhebrarse desde el hombro hasta el brazo caído y poco a poco fueron reconstruyendo la siniestra extremidad del ninja encapuchado. El resultado quizás fuera un tanto chapucero, pero a simple vista no parecía que hace un instante ese brazo estuviera amputado.
-Que bonito...-escupió Sasuke.
-Ah, mil disculpas mis pequeñas presas... Como veis no me queda mucho tiempo de vida... El utilizar mis técnicas secretas y el controlar mentalmente a la putita que tenéis detrás acorta mi tiempo en este mundo...
-¿Y por que no sueltas a Hinata entonces?-espeto Sasuke, quien al momento intuyo la funesta respuesta.
-Ju, ju, ju... Eso es lo mejor, precioso Uchiha... Veréis... Cuando yo muera... La chica, bueno, ya os lo imagináis ¿no?... La chica también morirá...
-¿QUÉ?-estallo de repente Naruto, quien no había mediado palabra durante toda la conversación. Estaba ido y cerraba con tanta fuerza sus puños que estos empezaron a sangrar, goteando lentamente en el pesado silencio que se acababa de crear en aquel solitario páramo.
-¿Por qué?-susurro sin ningún tipo de tono Sasuke.-¿Por qué quieres matarnos?
-"Y entonces, el villano les revelo la verdad a los inmaculados héroes"... Por que fui traicionado por alguien de "Ellos"... Alguien a quien no puedo nombrar... Pero sin embargo...
El encapuchado alzo la mano y señalo fríamente a Sasuke quien entendió en el acto. Lo entendió, vaya si lo entendió... Lo entendió perfectamente.
-Ju, ju... Fui traicionado por esa comadreja... Y ahora tu morirás en su nombre... Yo era su juguete, su marioneta, su niña bonita... Tenia que haber servido como recipiente para un chakra muy especial... Me tenia que convertir en el recipiente para la sangre de un ser monstruoso, con un chakra horriblemente demoníaco... Un ser de leyenda...
El encapuchado alzo la mano y señalo fríamente a Naruto quien entendió en el acto. Lo entendió, vaya si lo entendió... Lo entendió perfectamente.
-Por eso os odio, mis pequeños, por eso debéis morir... Desvió mi anhelo de muerte hacia vosotros, por que vuestra muerte será el mayor dolor y castigo para aquellos que me condenaron a una vida de mediocridad... Comparado con el divino placer que supondrá saber que "ellos" os han perdido... El dolor y el sufrimiento eterno en el infierno será un juego de niños, un edén desde donde vanagloriarme de esos estúpidos que, despreciándome, sellaron su propia desgracia y fatalidad...
Una eterna carcajada inundo todos los rincones de aquel tenebroso lugar. Fría como el miedo, cada risotada se clavaba como una fina aguja en el encogido corazón de los dos ninjas de la hoja. Ambos compañeros se miraron de refilón. Ambos conocían los motivos de aquel loco para querer verles morir, pero... ¿Qué tenia que ver su compañero de equipo con esto? Observándose abiertamente, respirando con dificultad, Naruto empujo todo lo que pudo una cosa pesada y húmeda que le subía desde el estomago. Torció una tímida sonrisa en su ensangrentado rostro y le dirigió una muy significativa mirada a Sasuke. El joven Uchiha se mostró dubitativo durante medio segundo. Después, le devolvió la media sonrisa y los dos se giraron hacia el oscuro ninja sin nombre.
-¿Y que?-dijo Naruto, poniendo fin a la atronadora risotada de su enemigo. Este les miro perplejo, sin saber que contestar.
-¿Y que...? ¿Cómo que y que?
-Todo eso que nos has contado...Incluso alguien como yo es capaz de entenderlo y esta muy bien, es muy interesante, felicidades... pero ¿Y que?
-Lo que Naruto trata de decirte... Es que nos importa una mierda tu vida, nos importa un carajo tus motivos para querer matarnos y nos importa esto...-dijo Sasuke haciendo un gesto con los dedos que venia a decir "bien poco".-... que quieras vengarte de vete tú a saber quien...
-Lo único que ahora nos importa es que te vamos a machacar y de eso si que no hay vuelta de hoja...
El ninja sin nombre se mostró brevemente confuso. Después respiro hondo, se calmo y se dirigió hacia sus enemigos claramente decepcionado. Cuando hablo, lo hizo con una voz de ultratumba, una suerte de alarido abismal más cercano al otro mundo que a este.
-Debí imaginar que unas criaturas tan simples no entenderían esta encrucijada del destino... Fui engendrado con la sangre viciada de tus crímenes... Naruto Uzumaki... Yo soy tu Némesis, aquello que te supera, aquello que fue dispuesto para acabar contigo y vivir de tu carroña...
-No sé que quieres decir, tío... Pero hay una cosa que tengo muy clara: ¡Tu y yo no tenemos ninguna relación! ¡Hablas como si el destino hubiera hecho que nos encontráramos pero yo solo he venido a pegarte una paliza de órdago y a rescatar a Hinata!
-¡¡JA-JA-JA!! Infelices, pobres infelices... vosotros mismos caváis su tumba y enterráis a vuestra querida amiga... ¿No lo entendéis? Yo la he poseído. Yo tengo su sangre. Yo soy ella... y... si yo no muero en menos de una hora... la chica exhalara su ultimo suspiro...
Los ojos de Naruto no podían abrirse mas, su boca estaba en tensión y todo su pelo se había erizado, como cuando un animal salvaje se dispone a atacar. Sasuke no podía permitir que el ninja pelo-pincho perdiera los estribos.
-¿Y que? Con eso tan solo nos das mas motivos para matarte...
-Ju, ju, ju... Vuestra inocencia casi roza lo patético, Sasuke querido... Es cierto que me estoy muriendo... También es cierto que mi poder original ha menguado ostentosamente... Pero aun así, dos simples ninjas inferiores de esta villa de blandengues no son mas que un pequeño aperitivo para mí... Nunca podréis matarme y de ese modo, la chica se vendrá conmigo...
Naruto dio un paso al frente pero Sasuke levanto el brazo y le detuvo. El joven Uchiha sabia que su enemigo no había acabado y que aun tenia cosas que decir. Le encantaba oírse hablar, ponía un frenesí enfermizo en cada palabra que enervaba aun más a Sasuke quien intentaba fulminarlo con la mirada.
-Buen chico... Evidentemente, no lo tenéis todo perdido, claro... No seria justo por mi parte dejaros sin ningún tipo de oportunidad en este enfrentamiento. Tenéis dos opciones para vencerme... La primera: matar a la chica. Si ella muere, el vinculo de posesión que nos une, nuestra sangre mutua hará que yo también perezca. Fácil, ¿verdad? ¿No tienta esta opción a la sangre de asesino que recorre tus venas, pequeño Sasuke? Por favor, no hace falta que respondáis aun, dejad que os explique la segunda opción (mi favorita): Uno de los dos matara al otro. No hace falta que lo decidáis a suertes o algo así, podéis simplemente luchar a muerte... Una vez que el cadáver de uno de vosotros yazca a mis pies, liberare a la chica y esperare a que llegue mi hora...
-...
-Dadme el placer de veros matar... Matadme a mí, o mataos entre vosotros... No importa como ni a quien... Los tres moriremos en este paraje, solos y abandonados...
-Creo que no conoces demasiado bien la esencia de los ninjas de la hoja,- exclamo Naruto, con la voz temblorosa y la mirada llena de fuego, de ardiente cólera, mientras desenvainaba un kunai. A su lado, Sasuke torcía el cuello para hacer crujir sus vértebras, mientras su Sharingan giraba endiabladamente, impaciente por empezar a luchar.- Los ninjas de la hoja no luchamos por nosotros o por nuestra supervivencia... ¡Luchamos para proteger a nuestros seres queridos!
-Y puede que tu seas mas fuerte que nosotros...-dijo Sasuke.
-Y puede que nos mates, puede que estemos arriesgando la vida demasiado, que no conozcamos nuestros limites...
-Pero... ¿Y que?
-A pesar de eso... A pesar de todo ello... ¡¡¡Seguiremos luchando hasta derrotarte y ni la muerte podrá impedir que te matemos!!!
Las ultimas palabras del joven Uzumaki resonaron fuertemente entre los árboles que les asediaban y muy lentamente fueron diluyéndose en el aire mientras su eco aun permanecía en los oídos de los allí presentes. Naruto noto un pequeño impacto en la punta de su nariz, algo húmedo que le rozo la cara. Pequeñas gotas de lluvia caían en silencio sobre ellos, mientras fuertes truenos estallaban con furia muchos kilómetros por encima de sus cabezas. El débil aguacero dio paso casi al instante a un terrible torrente que empapo en pocos segundos de pies a cabeza a los ninjas de la hoja. La húmeda tierra del lugar se torno fango y el repicar de las gotas en el lago se clavaba en la cabeza con una monotonía cruel. La lluvia hacía aun más difícil ver a su enemigo, en aquel ambiente tan oscuro y cerrado. De todas formas percibieron que se les acerco, cuando una silueta se paro a pocos metro de ellos y hablo con voz ahogada y muerta.
-He aquí que habéis elegido el camino más arduo y difícil, el camino del dolor, el camino de la muerte... Sea pues vuestra voluntad complacida, puesto que tal necedad no es merecedora si no de un castigo a su altura... La vida de la mujer caerá, la vida del chico Uchiha desaparecerá y la vida de Naruto Uzumaki seguirá su mismo camino hacia la desolación del infierno... Tales son vuestros pecados y tal la sentencia que tenéis que pagar para expiarlos... Voto a tal que seré yo quien ejecute esta sentencia y ponga fin a estas tres vidas que nunca debieron ser... Adelante...
Hinata, quien había permanecido en un silencio sepulcral durante todo aquel rato, salto con ligereza sobre Naruto, quien esquivo su ataque por muy poco. Sasuke opto por dejar a su compañero bregando con la kunoichi y salió al enfrentamiento con el ninja sin nombre. Sin embargo, antes de que pudiera golpearle, algo detuvo su envite: unas extrañas manos hechas con sangre surgieron del suelo y le apresaron por los pies y los tobillos. En un instante el enmascarado se planto delante suyo y le lanzo sin compasión una lluvia de golpes directas al estomago. Sasuke no había sido golpeado antes con tanta furia y enseguida noto que un par de costillas se le habían roto. A causa de los golpes vomito una gran cantidad de sangre y pudo oír perfectamente mientras doblaba las rodillas sobre el fango como su enemigo reía con una risa histérica y endiablada. Sasuke reacciono. Arrodillado en el suelo, saco un kunai que llevaba oculto en una de sus muñequeras y se lo clavo a su enemigo en el dorso del pie derecho. En cuanto la sangre empezó a brotar a borbotones, Sasuke giro el arma para que la herida no pudiera cicatrizar. El misterioso ninja no emitió ningún grito de dolor, a lo sumo un pequeño gruñido salvaje que resonó debajo de la mascara carmesí. Sin embargo, sin darle tiempo a reaccionar, propino un extraordinario puntapié en la cara de Sasuke que lo hizo volar unos diez metros. A pesar de tener la nariz rota y del fuerte dolor en el costado, el joven Uchiha no pudo reprimir una sonrisa al ver que su enemigo estaba fuera de sus casillas. Por desgracia, todo empezó a ir mal, muy mal. De repente le faltaba el aire, el oxigeno no le llegaba a los pulmones. Intento respirar abriendo como pudo la boca, como un pez fuera del agua. Pero era inútil. El joven ninja lo entendió rápidamente: su enemigo le había lanzado una técnica ilusoria realmente potente que le hacia creer que no respiraba. Sasuke se calmo y se sentó en el barro con las piernas cruzadas a esperar. Sabia que aquella técnica era muy difícil de contrarrestar pero también sabia que mientras se ejecuta, el agresor no puede mover su cuerpo.
-Aaah... realmente eres una preciosidad de chico, Sasuke, un ninja realmente talentoso... Pero veras, este no es un combate en el que te puedas permitir unas tablas ¿Sabes?
Sasuke sabia perfectamente que el tiempo corría en su contra y desvió la mirada. En aquel instante solo podía confiar en Naruto para tener la ventaja de una superioridad de dos contra uno. Así pues, se sorprendió sobremanera cuando vio que su compañero estaba siendo apalizado por Hinata. En vez de luchar, Naruto se acercaba lentamente a la kunoichi con las manos levantadas e intentaba razonar con ella. La joven Hyuga descargó una violenta batería de golpes en Naruto. Este, con el labio y la ceja derecha partida, le sonreía y volvía a la carga con palabras conciliadoras. Hinata le propino un golpe seco en la garganta y un rodillazo en la boca del estomago que le hizo caer de bruces al húmedo fango.
-Caray... Pegas fuerte para ser una chica (¡Ups! No le digas a Sakurita que he dicho esto que si no me despelleja)... Te felicito "Jefa", je, je, je...- rió Naruto desde tierra mientras escupía un diente. Sasuke no podía creer lo que estaban viendo sus ojos.
-¡Animal! ¿Qué se supone que estas haciendo? ¡Hinata no te escuchara, debes dejarla inconsciente!
-Condenado Sasuke, yo hago las cosas a mi manera... Eh, Hinata, tú ni caso... ¿Por qué no lo dejas ya, eh?-dijo Naruto otra vez de pie frente a la líder del grupo de la rana, mientras enseñaba su mejor cara de niño bueno. Por toda respuesta, la joven ninja de cabello negrizo y ojos nevados prosiguió con su ataque indiscriminado. Esta vez Naruto cayo de espaldas sobre el barro, tosiendo violentamente una copiosa cantidad de sangre. Sin embargo, no tuvo ninguna prisa en volver a levantarse y se entretuvo un buen rato intentando arrancarse un diente que tenia medio suelto.
-Hmm, visto lo visto quizás debería callarme pero me esta poniendo este recital de ostias... A lo mejor cuando volvamos a la villa te pido una sesión privada :P- tercio burlonamente mientras trataba de sacarse un moco con la lengua. El enmascarado sin nombre interrumpió las chanzas de Naruto intentando quebrar su sempiterna moral.
-¡Paleto ignorante! ¿Acaso crees que esta zorrilla puede oírte? ¡Yo la he poseído! No tienes ninguna oportunidad de liberarla de mi técnica... La chica morirá conmigo, ju, ju, ju... ¡Hazle un favor y libérala de este sufrimiento poniendo fin a su vida!
-Cállate tu también, enmascarado de mierda... Y no subestimes a los ninjas de la villa oculta de la hoja... o te llevaras una gran sorpresa... ¿Qué Hinata, dejas de machacarme y entre los dos nos cargamos a ese tipo malo o que?- dijo Naruto muy jovial, mientras la kunoichi le giro la cara con un sonoro bofetón.
-¡Uy...! ¿Eso es un "no"?
-¡Estoy harto de oírte hablar pequeño engendro del demonio! ¡Chica! Ya que tanto confía en que despiertes y en la nula resistencia que adopta... ¡Acaba con su engañosa vida clavándole un kunai en el corazón!
Pero Hinata no se movió. Se mantuvo quieta, aferrando con fuerza el kunai entre sus pequeñas manos de porcelana, con la misma expresión sin vida en su rostro. Pero igualmente no se movió. Esto cogió por sorpresa a todo el mundo y por un instante en aquel paraje solitario tan solo se escucho el sonido de la lluvia cayendo sobre las cabezas de los ninjas. Naruto arqueo una ceja y se dirigió con cautela hacia su amiga.
-¿Hinata?- susurro con ternura. Los suaves labios de la kunoichi se entreabrieron delicadamente, pero no emitieron ningún sonido.
-Ju, ju, ju... ¿Qué es esto, qué es esto?- exclamo sórdidamente el enmascarado, mientras señalaba con su dedo índice a su sien.-Hmmm... ¿Este desagradable pinchazo que noto en mi lóbulo frontal eres tu, pequeña? Ah, claro... lo mismo hiciste la otra vez, ya decía yo que me parecía que me habías repudiado cuando intente forzarte...
-¿Qué hiciste QUE?- aulló Naruto, fijando su vista en el ninja sin nombre. Por un breve instante sus ojos relampaguearon y su pupila brillo del azul claro al rojo intenso.
-Tal y como lo oyes, decidí castigaros un poco mas robando la pureza de tu novieta, Naruto... Pero la llegada de Sasuke Uchiha y la resistencia de la chica me impidieron darme un gusto... Ah, antaño me hubiera sido tan fácil... supongo que también me auto condicioné un poco, ya que no me atraía para nada la idea de desvirgar a una chica tan vulgar...
-¡Cabrón!... Acabas de cometer el peor y ultimo error de tu vida, maldito bastardo...
-¡Oh, yo que tú no me distraería demasiado mirándome! ¿Sabes? La voluntad y la resistencia de la chica no son ni mucho menos eternas...
-¿Eh?
El apagado acero del kunai relució entre las enormes gotas de lluvia que asolaban aquel solitario páramo. Lentamente fue hundiéndose en la carne de Naruto y la sangre mancho la cara y la ropa de Hinata Hyuga. Su cara temblaba de miedo y su respiración era entrecortada y desesperada. Parecía al borde del desmayo, pero también parecía otra cosa: parecía mas viva. Eso dibujo una enorme sonrisa en el rostro del ninja más revoltoso y problemático de toda la villa. Con el kunai aun atravesándole la mano, aferró los hombros de la dulce kunoichi haciendo caso omiso a la fuerte hemorragia que ahora tenia.
-¿Hinata? ¿Puedes... puedes oírme?
-¡Estúpida mujer! ¡Te dije en el corazón! ¡En el corazón! ¿Hacia donde apuntabas?
-Je, je, je... Aquí el único estúpido que hay eres tú, maldito enmascarado de mierda sin nombre...
-¿Qué?
-Ya te dije... Que te llevarías una gran sorpresa... Si subestimabas... A los ninjas de la villa oculta de la hoja...
Unas pequeñas, cristalinas y húmedas lagrimas empezaron a nacer en los ojos inmóviles de Hinata. Lagrimas ensangrentadas recorrían su rostro hasta llegar a la barbilla y caer temblorosas al suelo, confundiéndose entre las irregulares gotas de lluvia que caían impasibles, una detrás de otra. Una de esas lagrimas de la kunoichi cayo en el dorso de la maltrecha mano de Naruto y resbalo por la herida hecha por el kunai hasta caer por el otro lado. A Naruto le sobrecogió una nueva sensación, un extraño sentimiento que no había tenido nunca hasta entonces y que le provocaba un claro escalofrió en la espalda, que recorría vértebra a vértebra y hacia bombear con fuerza su corazón... Y es que el atolondrado ninja de cabello rubio, ojos azules, bigotes de zorro y expresión de pocas luces se sentía como una flor apunto de ser deshojada, como un infante justo antes de nacer...
CONTINUARA...
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Daily Konoha, el periódico de los ninjas:
Bueno, me imagino que ya sabéis lo que voy a poner, ¿verdad? ^_^U Como escribir por escribir me aburre, podéis hacer una cosa: revisad cualquiera de los anteriores capitulos y buscad la excusa que más os guste que para el caso ya cumplira :P La verdad es que, si bien mi legendaria vagancia ha sido una de las culpables del retraso del capitulo VIII, no ha sido el único motivo... Para empezar la temática del capitulo era más oscura de lo habitual (no era plan de hacer una coña en cada línea cuando le tocaba "rajar" al malo maloso), con lo cual me costaba encontrarle el "feeling"... También la culpa la han tenido mis amigos, que en vez de dejarme tiempo para escribir me han llevado por ahí a ver películas malas (¬¬) y a beber, que son dos días (Y claro, con resaca va escribir Rita...). Y ya como Handicap final, decir que el capitulo lo acabe varios días atrás pero que por culpa de una caída de la red telefónica no pude conectarme y subirlo a la red... ¡Ahí si que no pude hacer nada! (toma ya, la culpa pá los otros, ea...). En fin, esta vez no prometo el siguiente capitulo para ninguna fecha: Este es un fic interactivo, así que sed vosotros los lectores quienes pongáis fecha para el fic y quien se acerque mas a la fecha en que me salga de los cojo... er, a la fecha en que los hados quieran que salga el capitulo IX, se llevara un premio... (no canjeable por dinero, ya sabéis)
Venga, nos leemos... ;-)
Sylvian
TRAILER DEL EPISODIO IX
"En este capitulo no hay trailer, en parte por que no se me ocurre nada, en parte por que adelantar demasiado seria contraproducente ^^"
El prolongado llanto de un bebe rompía la languidez y el tedio del ambiente y se perdía en la oscuridad de una casa cerrada, sin luz ni calor, en un pueblo también cerrado, también sin luz y también sin calor... Era un dicho popular de aquellas tierras que estaba tanto en boca de niños como de ancianos, "Nuestro pueblo esta cerrado al mundo, pero son los de fuera quienes tienen la llave". El recién nacido estaba siendo examinado por el medico de la pequeña villa, quien también ejercía de carnicero a tiempo parcial ante la falta de hombres jóvenes. A pesar de la pobreza y el hambre que sufrían tras innombrables guerras pasadas, en las que siempre habían apoyado al bando perdedor, el nacimiento de un niño siempre aportaba calidez y gozo, aunque fuera pasajero a esa maltrecha localidad enterrada en las montañas... Esa misma alegría sentía la madre del pequeño, quien bañada por un sudor tibio tras el largo parto, se impacientaba con los brazos en el aire a que le dieran al fruto de su vientre...
-Vamos, Doctor... déjemelo un ratito... si no caeré dormida y no veré la cara de mi hijito bonito hasta mañana...
-Esto... esto, vaya, me resulta muy extraño... No, n-no se lo que puede ser...
-Fukatsu, ¿qué farfullas? ¿No lo pasara algo a mi hijo verdad...?
-De eso se trata...
-¡Dios misericordioso! ¿No... no le faltara nada a mi hijo verdad...?- exclamo la madre, con un deje de pánico en los ojos y con el rostro tenso y totalmente blanco como la cera.
-Minoru... dime... ¿has hecho algo... algo, bueno, algo anormal durante el embarazo... o antes del parto?
-¿Q-que? N-no... no, ya sabes que no... tu has estado conmigo todo este tiempo, ya te habrías dado cuenta...
-Claro... entonces... se trata de algo que desconozco...-el confuso medico, claramente abrumado por lo que estaba pasando puso delicadamente al bebe en manos de su madre, como si tuviese miedo de que pudiera romperse. Ella examino a su retoño de arriba abajo: Era incapaz de encontrar nada extraño, ningún indicio de aquello que había alterado el sereno rostro que habitualmente mostraba su amigo. Casi llorando y empezando a notar un extraño frió en la boca del estomago, exigió una respuesta, algo que detuviese el torrente funesto de sensaciones que ahora le invadían.
-¿Qué tiene...? ¿Qué tiene, por favor...?
-La verdad... no se ni como puede respirar... este... este niño n-no, no... no tiene sangre en el cuerpo. Ni una sola gota de sangre...
El pequeño se movió entre los brazos de su madre y, sin querer, le cogió con ternura el dedo pulgar de la mano.
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Hinata se encontraba recostada contra una pared de ramas, hojas muertas y barro, en una improvisada cabaña en lo alto de un árbol milenario, justo en el corazón del bosque, en su mismísimo centro. La rustica vivienda tan solo tenia paredes y techo, ni tan siquiera tenia suelo, pero eso no parecía importarles lo mas mínimo a sus ocupantes. El secuestrador de Hinata acababa de despertar de un rápido sueño de unos pocos minutos y creía haber visto en él una habitación parecida a aquella. Se echo la capucha por encima, para ocultar nuevamente su rostro. Se paso un dedo por la comisura de los labios para limpiarse un fino hilo de sangre, oscura y densa y reparo en su invitada. La kunoichi parecía una muñeca de porcelana, totalmente inmóvil y en una postura muy rígida y poco natural. Su tez tenia un color mortecino y sus ojos, mas blancos de lo habitual, permanecían abiertos sin que un solo pestañeo rompiera ese rictus demente. El cruel villano entorno los ojos malévolamente e inicio una conversación con ella.
-Seguramente, querida... pienses que estoy actuando de forma cruel e inhumana y que, oh, dicha desdichada, porque tubo que pasarme esto a mí, yo que soy tan buena, tan guapa y tan amable con perros, gatitos y otros infraseres... Y puede, pero tan solo puede, que tu diminuto cerebro haya llegado a la cavernícola deducción de que yo soy un mal tipo... un indeseable podría decirse... un bastardo, un mal nacido, en definitiva: el mayor hijo de puta que hay sobre la faz de la tierra... ¿Verdad...?
El misterioso ninja, oculto bajo aquellos ropajes negros levanto la mano derecha y movió el dedo índice hacia adelante y atrás y, como si unos finos hilos invisibles les conectaran, Hinata empezó a asentir quedamente, sin cambiar de expresión.
-Lo suponía querida, era predecible, no te avergüences... Y, bueno ¿sabes que? Que la verdad es que tienes mucha, mucha razón...
Ni siquiera la penumbra del lugar pudo ocultar la sibilinosa sonrisa que apareció en el rostro del secuestrador. Intentaba evitarlo, pero aun así estaba regodeándose en su propia malicia y perversidad. Levanto un poco el brazo en dirección a la joven Hyuga y empezó a mover sus dedos, finos y blancos, similares a lombrices para manipular el cuerpo de la chica. Esta se levanto del suelo, avanzo unos pasos hacia el centro de la cabaña y, con la misma expresión de vacío que había mantenido hasta ahora empezó a subirse la blusa, lentamente...
-La verdad es que me provoca cierta repugnancia hacerlo con alguien a quien aun le late el corazón... Y, para ser totalmente franco, me provocas un poco de asco, como todas las mujeres que pasan de los seis años... Pero para seguir con mi plan he de hacer... estos pequeños sacrificios...
"Te matare, vas a morir no lo dudes... Crees conocer muy bien la sangre que corre por mis venas pero la verdad es que no me conoces en absoluto. Esa es la realidad, yo soy un vengador, un temerario, un asesino frió y despiadado... He sido bendecido con una barrera de sangre fuera de lo común... Mi pupila giratoria es la pesadilla de mis enemigos, una Némesis de la que no pueden escapar... Mi apellido es Uchiha, toda la villa oculta de la hoja reconoce a mi clan como él más poderoso que existe... Yo soy su heredero, su patriarca y su único miembro... No, hay otro mas... Hay otro mas..."
Sasuke tuvo que detenerse para recobrar el aliento cuando llego al claro del bosque. Se flexionaba sobre sus rodillas mientras respiraba aparatosamente. Había corrido a tal velocidad que el estomago le dolía como nunca, las piernas le temblaban y el sudor le empañaba la vista. Poco a poco fue recobrándose y empezó a examinar el lugar. Se encontraba justo en medio del área de entrenamiento, no tenia ninguna duda. A pesar de que aun deberían faltar un par de horas para el atardecer, la penumbra invadía todo aquel espacio. A su alrededor se alzaban enormes e inalcanzables árboles, todos parecidos entre sí, con lo que costaba diferenciarlos. Aquella especie de muralla arbolada se detenía en un perímetro tan precisamente delimitado que costaba imaginar que no fuera artificial. Mas allá de los árboles, en el claro que ahora pisaba, había una gran extensión de tierra muy húmeda, casi fango. Era de una fuerte tonalidad negra y espesa como el crudo, tanto que costaba andar sobre ella. Ni tan siquiera a la orilla del lago se permitía la tierra una tonalidad más luminosa. En contraste con el resto de aquel paraje, el lago situado justo en el centro del claro era el único elemento con un poco de vida. El agua era increíblemente cristalina de modo que incluso se podía ver el fondo. A pesar de que no corría ni la más mínima ráfaga de viento, la superficie del lago mantenía un vaivén lento pero constante. El instinto había llevado a Sasuke hacia aquel lugar y la percepción enfermiza que le ofrecía aquella parte del bosque le decía que había acertado de lleno. Ni un solo ruido de animal, ni de insecto cruzaba el aire con lo cual lo único que el joven ninja oía era su propia respiración entrecortada...
-Sal de tu escondite, sé que estas aquí...- dijo Sasuke quedamente, intentando que su tono de voz no se viera alterado por el calor que surgía de la boca de su estomago. No tuvo que esperar mas que un par de segundos, cuando su enemigo dio el primer signo de vida. Muy delicadamente, como si se tratara de una flor naciendo de la tierra, el misterioso ninja salió a la superficie envuelto por un fino manto de barro que desapareció como por arte de magia. Como en su primer encuentro iba totalmente cubierto de ropajes negros, unidos entre sí, muy holgados y que llegaban a tocar el suelo. En esta ocasión pero, llevaba un tocado en la cara bastante peculiar: una mascara totalmente roja, con dos ojos blancos almendrados pintados en ella, que le cubria el rostro.
-Parece ser que por fin has decidido prestarme un poco de atención, Sasuke Uchiha...-expreso el encapuchado, con voz burlona tras la mascara. Los ojos de Sasuke se afilaron hasta el extremo, como la cuerda de un arco en tensión. El calor que incendiaba sus entrañas había subido rápidamente hasta su cuello y le nublaba el pensamiento. Con gran esfuerzo, pero, empezó a calmarse y transformo esa ira contenida en un elemento mas a su favor. Una furia asesina oculta, que se agazapaba bajo el frió rostro del ninja de grado inferior.
-No he venido aquí para tratar ningún asunto contigo,- argumento pausadamente.- Tan solo he venido para cobrarme la venganza en nombre de mis subordinados...
-Y para ello te has expuesto a la obvia trampa que tu enemigo te ha tendido... Muy loable, Sasuke querido... Digno de un Uchiha...
-¡No pronuncies ese nombre! ¡No eres digno de hacerlo! Tus sucios labios no merecen el honor de tener el apellido de mi clan entre ellos...
-Orgulloso... arrogante... Y completamente seguro de su fuerza... Ju, ju... Dime, querido Sasuke... Si yo me equivoco... ¿entonces cual es el verdadero motivo por el que has venido?-tercio el misterioso ninja, mientras desenfundaba una katana que había permanecido oculta hasta ese instante. Clavo el acero en la mullida tierra y el filo de la espada empezó a sangrar copiosamente. Un intenso silencio se apodero de ellos durante mucho rato... Pasaron varios minutos... Fue en ese instante cuando el enigmático ninja noto por primera vez el aura del joven Uchiha, que lo rodeaba... Una presencia poderosa, similar a la de un gran guerrero de la antigüedad...
-¿No es obvio...?-dijo Sasuke, rompiendo aquel silencio sepulcral.- Vine a matarte...
Ni siquiera el propio aire lo noto pero una fracción de segundo después de que el joven Uchiha hablara, un shuriken voló hacia el misterioso ninja y se clavo suavemente y sin hacer el menor ruido en medio de la mascara carmesí. Sasuke tenia el brazo levantado hacia su enemigo pero este no le había visto moverlo. Pero cuando noto que el chico transpiraba con fuerza, como si hasta ese momento hubiese estado ciegamente concentrado y vio que sus ojos habían activado la pupila giratoria, empezó a percibir que había sido atacado. Encontró el shuriken en su mascara y lo desclavo. No solo había perforado su tocado si no que también le había perforado la frente unos pocos centímetros. El misterioso ninja convirtió en polvo el shuriken apretándolo con ira en su puño. Arranco su espada ensangrentada del suelo sin decir ni una palabra, mientras un leve hilo de sangre, oscura como el plumaje de los cuervos, se perfilaba y goteaba en su mascara. Adopto la postura de envite, sosteniendo la katana al estilo Takakura Ken, con la punta hacia abajo y se puso en completa tensión, dispuesto a matar como un resorte asesino. Ya no reía, ya no parloteaba y había perdido el hilo de la conversación y el tono dominante que le caracterizaba. Sasuke puso los brazos en cruz, quedando totalmente desprotegido y se dirigió al misterioso ninja con un tono en parte burlón, en parte desafiante, pero siempre sereno:
-Ven...
Que era un enemigo fuera de lo común era algo que Sasuke sabia a la perfección. Que estaba tratando con alguien mas fuerte, rápido y poderoso que él era algo que ya había notado por si mismo. Que cabía la posibilidad de que si cometía el más leve error acabaría muerto era algo de lo que ya era consciente. Así que no le sorprendió que le atacara con una furia asesina única, no le sorprendió que en un simple parpadeo ya tuviese a su enemigo a un simple metro y no le sorprendió tampoco ver el brillo de la katana del ninja misterioso relampaguear hacia él y quedarse a medio centímetro de su cuello. Absorto por la superioridad de su oponente, Sasuke logro reaccionar antes de que le asestara el golpe de gracia. Doblo la cintura hacia atrás, flexionando todo el cuerpo y dejando que la espada con el filo ensangrentado silbara por encima suyo. La fuerza de la estocada había sido desmesurada y al no haber encontrado freno en el cuello de su rival, ahora el ninja enmascarado había perdido el equilibrio y se encontraba en desventaja. Sasuke formo como un relámpago los sellos con sus manos y se dispuso a atacar por la espalda a su adversario con la bola de fuego. Un tremendo dolor en el hombro le hizo cesar en su empeño. Un kunai se hallaba clavado en su hombro derecho y de él manaba la sangre a borbotones, tiñendo su oscura indumentaria de rojo. Sasuke se giro precipitadamente y se encontró cara a cara con Hinata.
-T-tu eres la chica Hyuga...
-...
-Ah, claro... Ya me dijeron que estabas en el bando de este psicópata...
-...
-¿No me dices nada? ¿Acaso no estabas en el grupo de Naruto? Oye, que te estoy hablando...
-No te molestes, pequeño y dulce Sasuke,-dijo fríamente el enmascarado, quien había recuperado al parecer su temple olvidada instantes atrás. Saco un pañuelo de seda con un bordado de motivos florales y se limpio el fino hilo de oscura sangre que caía por su mascara carmesí.- La joven y delicada Hinata no podrá escucharte... No pensé que tendría que venir a mi ayuda en esta fase tan primeriza del combate... Si, quizás me altere demasiado, perdona cariño... Pero es que logras sacarme de quicio, tesoro...
-¿Qué le has hecho?- exclamó Sasuke alarmado. Tenia un mal presentimiento respecto a Hinata, algo funesto y horrible.
-Aaaah... Aun es pronto para que te lo cuente, Sasuke querido,-tercio entre dientes y con una débil risita nasal, el misterioso ninja.-Sin embargo... creo que será divertido verte luchar con ella...
A una señal de su enemigo, Sasuke vio como la inmutable Hyuga se abalanzaba sobre él. Se enzarzaron en un cuerpo a cuerpo en el que el joven Uchiha se sorprendió de la rapidez y contundencia de los ataques de la kunoichi. No tardo, sin embargo, en darse cuenta de ciertos patrones casi automáticos en sus envites, así que poco a poco fue esquivándola con mayor facilidad... Pero, al confiarse, Sasuke bajo la guardia y Hinata lo aprovecho para cambiar su ataque: adoptando una postura casi anti-natural, desenfundo un kunai y lo lanzo a pocos centímetros de la cara de Sasuke, provocándole un leve corte en la mejilla. Esto cogió por sorpresa al chico del Sharingan, quien instintivamente aparto a Hinata con el cuerpo tirandola al suelo y se lanzo hacia ella para contratacar. La tensión del combate había hecho enfurecer a Sasuke y el odio que sentía hacia el misterioso ninja y que guardaba cuidadosamente había aflorado hacia la kunoichi. Pero no pudo tocarla. Porque en ese momento llego el protagonista de la historia... Un muchacho que apenas levantaba dos palmos del suelo, de pelo rubio y revuelto, con unas extrañas marcas en la cara a modo de bigotes y un fulgor de genio y absoluta confianza había entrado en escena...
-¡Condenado Sasuke, ni se te ocurra ponerle un dedo encima a la Jefa!-ladro Naruto echando fuego por la boca. Acaba de llegar hacia unos pocos segundos y ya estaba sermoneando al personal y dando ordenes a diestro y siniestro. Sasuke se quedo perplejo: Hace un instante estaba luchando a muerte con Hinata y entonces el estúpido de su compañero apareció de la nada pisándole la cabeza y undiéndole los morros en el fango. Por las pintas que traía debía haber estado corriendo salvajemente por el bosque durante horas (puede que incluso días) ya que tenia la cara marcada de arañazos, la ropa hecha unos zorros y le faltaba el aliento. Dando grandes zancadas se apresuro a acercarse al lado de Hinata. Sasuke recupero el habla de repente, una vez recuperado del "shock" que le supuso el recuentro con Naruto.
-¡¡¡Ptgh, puaf!!! ¿Na-Naruto, que leches te crees que estas haciendo?-dijo el joven Uchiha mientras escupía el barro que había tragado.
-¿Pues tu que crees? Defender al líder de mi escuadrón,- exclamo muy ufano el chico de los bigotes de zorro.-Es que se te tiene que explicar todo, hijo...
-¡¡¡Eres tú el que nunca se entera de nada!!!-grito fuera de sí Sasuke, quien había perdido los papeles nada mas encontrarse con Naruto. Ese chico tenia una habilidad única para tocarle las narices a base de bien...
-Si, si, lo que tu digas, ¿eh?-tercio Naruto por toda respuesta, mientras revolvía el pelo de Hinata cariñosamente y le rascaba la barbilla como si se tratara de un cachorrillo.-Que suerte que no te hayas muerto Hinata ¡Anda que no me tenias preocupado!-dijo mientras soltaba una gran y prolongada risotada.-Pero ahora que me fijo... ¿No estas más pálida de lo habitual? ¿Es que no has comido bien estos días? Eo, Hinata, que te estoy hablando, eooo...-parloteaba mientras chasqueaba los dedos ante la mirada perdida de la fantasmagórica kunoichi.
-Inútil... ¿Es que no te das cuenta?- le recrimino Sasuke con la paciencia agotada. Naruto había empezado a hacerle cosquillas a su compañera para ver si reaccionaba.
-Ju, ju, ju... Tendrías que haberle permitido a Sasuke liberarla de su dolor, Naruto Uzumaki...-intervino desde las sombras el ninja misterioso. Había vuelto a adoptar su papel de completa autoridad y se podía adivinar una malévola sonrisa debajo de aquella horrible mascara. Naruto cambio rápidamente su mirada y clavo sus ojos llenos de rabia en su enemigo.
-¡Ah, ah! ¡No me mires con esa cara tan feroz, pequeño Naruto, que me das mucho, mucho miedo...!,- dijo en tono burlón el enmascarado.-Veras, creo que hasta alguien como tú debería haberse dado cuenta ya: tengo a la dulce chica Hyuga poseída.
-¿Poseída?
-Eso he dicho...
-¿Cómo?
-Veras, es más sencillo de lo que podría parecer-dijo quedamente el ninja, dándose aires.- Hay muchas técnicas ilusorias que permiten controlar la mente de un enemigo... Pero debo decir, aunque suene pedante por mi parte, que lo que yo hago esta en un nivel superior... Puede que unas mentes tan poco desarrolladas como las vuestras no puedan entender en toda su magnificencia la complejidad de mi técnica así que intentare haceros un breve resumen, apto para todas las edades...
Naruto escupió al suelo, asqueado por el discurso de su oponente. La verdad es que no había entendido ni jota, pero cada palabra que salía de la boca del ninja misterioso le provocaba un principio de arcadas.
-Por decirlo de una forma sencilla: yo controlo la sangre de Hinata...
-Ah, menos mal que nos lo has explicado de forma sencilla...
-No se impaciente, Señorito Uchiha... Haga el favor de serenarse y controlar su mal temperamento... Esta historia es larga y no espero que lleguen a entenderla del todo, pero si que les pido un poco de paciencia para que pueda explicarla... Al fin y al cabo, os concierne tanto como a mí... Y seria una lastima que murierais sin saber porque os quiero matar...
-¿Por qué nos quieres matar? ¿Hay un motivo autentico a parte de tu demencia?-susurro levemente Sasuke.
-Te tenia por un chico más perspicaz, Sasuke precioso... Ahora que todos los actores de este drama compartimos escena puedo narraros la pesadilla que nos une...
"Tengo un don ¿sabéis? Un don que me fue otorgado al nacer... Un don que ha sido mi bendición y mi estigma durante mi larga y despreciable vida... Nací en un poblado de campesinos y ganaderos en un lugar remoto, en un país muy al norte de aquí... Mi familia no era nada del otro mundo, "Madre" solo fue la persona que me dio a luz, una mujer vulgar y corriente... A "Padre" no llegue a conocerle, pero no creo que fuera gran cosa en un pueblucho como aquel... Yo estaba destinado a brillar por encima de todos ellos, a subir mas alto de lo que ellos me podían ofrecer... Al darme cuenta de que el poblado donde nací me privaba de potenciar mi don... Bueno, creo que ya nos conocemos lo suficiente como para que adivinéis cual fue el final de esa pobre gente. Ju, ju, ju... Si, Naruto Uzumaki, si... "Monstruo" era como solían llamarme en aquella época y solo por que no eran capaces de apreciar mi talento... Yo era único, un humano que nace una vez cada diez años... "Semilla de sangre", nos llaman... Je, je... Deduzco por tu expresión, querido Sasuke que ya estas familiarizado con el termino, pero ten un poco de paciencia para que pueda explicárselo a tu confuso amigo... Veras, Naruto, una "Semilla de sangre" es aquel miembro originario que nace con el don de las técnicas de "Barrera de Sangre"... ¿Acaso creías que surgían de la nada, así sin mas? No dulzura, no, siempre hay un miembro original, un patriarca del clan, cuyos descendientes reciben la bendición de su progenitor. Tenia por delante un futuro de gloria y me dispuse a entrenar mi "barrera de sangre" al limite... La verdad es que no deja de ser irónico, que les llamen "barreras de sangre"... Ju, ju, ju, al fin y al cabo, eso es precisamente lo que yo tengo, lo que domino... Cuando nací, lo hice sin sangre... ¿Cómo podías estar vivo entonces, os preguntareis? Bueno, ni yo estoy muy seguro del porque autentico... Lo único que se es que no necesito sangre para vivir, mis vasos sanguíneos son radicalmente diferentes a los de cualquier otra persona... Pero mi talento no se detiene solo ahí, je, je, je... Cuando empecé a profundizar mas y mas en mis habilidades, descubrí que también podía "controlar" la sangre de los demás... Bueno, no hace falta que pongáis esa cara, relajaos que intentare reducir la complejidad de la explicación: Básicamente, yo "extraía" la sangre de mi oponente (no tenia necesidad de acercarme a él para ello) y con ella en mi cuerpo... Podía ejecutar todas las técnicas que mi adversario poseyera, todas... Incluso, ju, ju, ju... Incluso las técnicas de "Barrera de sangre"... Por desgracia, una vez muerto el "recipiente" al que robaba la sangre yo no podía seguir utilizando esas técnicas... Aun así, gracias a ciertos contactos, logre dominar una técnica que se me antojaba como definitiva... "El sello de unión de sangre"... Con ella, podía almacenar la sangre de un adversario, su chakra y su espíritu y usarlo en mi beneficio aunque el "recipiente" original falleciera... Pero claro, había un importante "pero" en esta utópica técnica... Yo jamás volvería ser quien antaño fuera, si no que tan solo me restaría vivir con la sangre y el chakra de mi victima... ¡Qué tragedia, pobre enmascarado...! Seguramente debéis pensar esto ahora mismo, pero tranquilos niños... tranquilos... Mi técnica era la técnica soñada por "ellos"..."
-¿"Ellos"?,- intervino Sasuke, quien había estado aguantando la respiración durante casi todo el discurso del misterioso ninja. Sus ojos estaban totalmente abiertos y la tenue luz del lugar le daba a la pupila giratoria un aspecto de irrealidad. Un poco mas apartado, Naruto había agachado la cabeza y había escuchado en silencio e inmóvil todo el monologo de su enemigo. A pesar de mostrarse cabizbajo no apartaba la vista de su adversario, quien no parecía percatarse de la furiosa mirada del joven ninja inferior.
-"Ellos", si...-volvió a intervenir el enmascarado tras una breve pausa.- Je, je, je... "Ellos", unos completos bastados, eso es lo que son.
-¿Pero quien demonios son "ellos"?-grito enervado Sasuke, avanzando un paso.
-No os lo puedo decir...
-¿Qué? ¿Y porque no?
-Por que es la verdad: No puedo...-dijo el extraño encapuchado con un deje de desidia en su voz.- El día en que me repudiaron... El fatídico día en que deje de serles útil... No se contentaron con matarme, no... Eso hubiese sido demasiado fácil... Me sellaron. Me sellaron, si... Sellaron la mitad de mi chakra, sellaron gran parte de mis antiguos poderes y sellaron mi vida... Entre otras cosas, con esta técnica de sellado, "Ellos" me impiden pronunciar su nombre... ¿Curioso verdad? Tampoco soy capaz de pronunciar mi propio nombre, aunque eso carece de importancia... En mi mente puedo decirlo, puedo nombrar uno a uno a sus miembros... Pero cuando las palabras suben por mi garganta y quieren salir solo me sale este estúpido "Ellos"...
-¿Qué quieres decir con eso de que "sellaron tu vida"?- dijo Sasuke sin mostrar ningún tipo de piedad hacia aquel malnacido.
-Bueno, querido Sasuke... un chico tan cultivado como tu ya se lo podrá imaginar, ¿No?- espeto el ninja con un tono meloso en su voz.-Estoy condenado a muerte... El sello que me impusieron me permitía seguir viviendo mientras no intentara utilizar mis técnicas de barrera de sangre...
-Pero las utilizaste...-indico atentamente el joven Uchiha.-¿Por qué?
-No merecía la pena vivir la vida como una persona vulgar y corriente... ¿Acaso tu podrías vivir sin tu Sharingan? Ju, ju, ju... No iba a permitir que se saliesen con la suya, claro que no... Veréis...
Antes de que pudiera decir nada el ruido de un golpe seco les sorprendió. Justo al lado del ninja misterioso se hallaba ahora su brazo izquierdo, que se había caído solo sobre el húmedo suelo. Un espeso y prolongado chorro de sangre, viciada y oscura, surgió del hombro del enmascarado quien al parecer no mostró signo de dolor alguno ante tal espectáculo.
-Vaya por Dios, que indecoroso...-dijo quedamente mientras suspiraba. Lentamente, unos finos hilos de sangre empezaron a enhebrarse desde el hombro hasta el brazo caído y poco a poco fueron reconstruyendo la siniestra extremidad del ninja encapuchado. El resultado quizás fuera un tanto chapucero, pero a simple vista no parecía que hace un instante ese brazo estuviera amputado.
-Que bonito...-escupió Sasuke.
-Ah, mil disculpas mis pequeñas presas... Como veis no me queda mucho tiempo de vida... El utilizar mis técnicas secretas y el controlar mentalmente a la putita que tenéis detrás acorta mi tiempo en este mundo...
-¿Y por que no sueltas a Hinata entonces?-espeto Sasuke, quien al momento intuyo la funesta respuesta.
-Ju, ju, ju... Eso es lo mejor, precioso Uchiha... Veréis... Cuando yo muera... La chica, bueno, ya os lo imagináis ¿no?... La chica también morirá...
-¿QUÉ?-estallo de repente Naruto, quien no había mediado palabra durante toda la conversación. Estaba ido y cerraba con tanta fuerza sus puños que estos empezaron a sangrar, goteando lentamente en el pesado silencio que se acababa de crear en aquel solitario páramo.
-¿Por qué?-susurro sin ningún tipo de tono Sasuke.-¿Por qué quieres matarnos?
-"Y entonces, el villano les revelo la verdad a los inmaculados héroes"... Por que fui traicionado por alguien de "Ellos"... Alguien a quien no puedo nombrar... Pero sin embargo...
El encapuchado alzo la mano y señalo fríamente a Sasuke quien entendió en el acto. Lo entendió, vaya si lo entendió... Lo entendió perfectamente.
-Ju, ju... Fui traicionado por esa comadreja... Y ahora tu morirás en su nombre... Yo era su juguete, su marioneta, su niña bonita... Tenia que haber servido como recipiente para un chakra muy especial... Me tenia que convertir en el recipiente para la sangre de un ser monstruoso, con un chakra horriblemente demoníaco... Un ser de leyenda...
El encapuchado alzo la mano y señalo fríamente a Naruto quien entendió en el acto. Lo entendió, vaya si lo entendió... Lo entendió perfectamente.
-Por eso os odio, mis pequeños, por eso debéis morir... Desvió mi anhelo de muerte hacia vosotros, por que vuestra muerte será el mayor dolor y castigo para aquellos que me condenaron a una vida de mediocridad... Comparado con el divino placer que supondrá saber que "ellos" os han perdido... El dolor y el sufrimiento eterno en el infierno será un juego de niños, un edén desde donde vanagloriarme de esos estúpidos que, despreciándome, sellaron su propia desgracia y fatalidad...
Una eterna carcajada inundo todos los rincones de aquel tenebroso lugar. Fría como el miedo, cada risotada se clavaba como una fina aguja en el encogido corazón de los dos ninjas de la hoja. Ambos compañeros se miraron de refilón. Ambos conocían los motivos de aquel loco para querer verles morir, pero... ¿Qué tenia que ver su compañero de equipo con esto? Observándose abiertamente, respirando con dificultad, Naruto empujo todo lo que pudo una cosa pesada y húmeda que le subía desde el estomago. Torció una tímida sonrisa en su ensangrentado rostro y le dirigió una muy significativa mirada a Sasuke. El joven Uchiha se mostró dubitativo durante medio segundo. Después, le devolvió la media sonrisa y los dos se giraron hacia el oscuro ninja sin nombre.
-¿Y que?-dijo Naruto, poniendo fin a la atronadora risotada de su enemigo. Este les miro perplejo, sin saber que contestar.
-¿Y que...? ¿Cómo que y que?
-Todo eso que nos has contado...Incluso alguien como yo es capaz de entenderlo y esta muy bien, es muy interesante, felicidades... pero ¿Y que?
-Lo que Naruto trata de decirte... Es que nos importa una mierda tu vida, nos importa un carajo tus motivos para querer matarnos y nos importa esto...-dijo Sasuke haciendo un gesto con los dedos que venia a decir "bien poco".-... que quieras vengarte de vete tú a saber quien...
-Lo único que ahora nos importa es que te vamos a machacar y de eso si que no hay vuelta de hoja...
El ninja sin nombre se mostró brevemente confuso. Después respiro hondo, se calmo y se dirigió hacia sus enemigos claramente decepcionado. Cuando hablo, lo hizo con una voz de ultratumba, una suerte de alarido abismal más cercano al otro mundo que a este.
-Debí imaginar que unas criaturas tan simples no entenderían esta encrucijada del destino... Fui engendrado con la sangre viciada de tus crímenes... Naruto Uzumaki... Yo soy tu Némesis, aquello que te supera, aquello que fue dispuesto para acabar contigo y vivir de tu carroña...
-No sé que quieres decir, tío... Pero hay una cosa que tengo muy clara: ¡Tu y yo no tenemos ninguna relación! ¡Hablas como si el destino hubiera hecho que nos encontráramos pero yo solo he venido a pegarte una paliza de órdago y a rescatar a Hinata!
-¡¡JA-JA-JA!! Infelices, pobres infelices... vosotros mismos caváis su tumba y enterráis a vuestra querida amiga... ¿No lo entendéis? Yo la he poseído. Yo tengo su sangre. Yo soy ella... y... si yo no muero en menos de una hora... la chica exhalara su ultimo suspiro...
Los ojos de Naruto no podían abrirse mas, su boca estaba en tensión y todo su pelo se había erizado, como cuando un animal salvaje se dispone a atacar. Sasuke no podía permitir que el ninja pelo-pincho perdiera los estribos.
-¿Y que? Con eso tan solo nos das mas motivos para matarte...
-Ju, ju, ju... Vuestra inocencia casi roza lo patético, Sasuke querido... Es cierto que me estoy muriendo... También es cierto que mi poder original ha menguado ostentosamente... Pero aun así, dos simples ninjas inferiores de esta villa de blandengues no son mas que un pequeño aperitivo para mí... Nunca podréis matarme y de ese modo, la chica se vendrá conmigo...
Naruto dio un paso al frente pero Sasuke levanto el brazo y le detuvo. El joven Uchiha sabia que su enemigo no había acabado y que aun tenia cosas que decir. Le encantaba oírse hablar, ponía un frenesí enfermizo en cada palabra que enervaba aun más a Sasuke quien intentaba fulminarlo con la mirada.
-Buen chico... Evidentemente, no lo tenéis todo perdido, claro... No seria justo por mi parte dejaros sin ningún tipo de oportunidad en este enfrentamiento. Tenéis dos opciones para vencerme... La primera: matar a la chica. Si ella muere, el vinculo de posesión que nos une, nuestra sangre mutua hará que yo también perezca. Fácil, ¿verdad? ¿No tienta esta opción a la sangre de asesino que recorre tus venas, pequeño Sasuke? Por favor, no hace falta que respondáis aun, dejad que os explique la segunda opción (mi favorita): Uno de los dos matara al otro. No hace falta que lo decidáis a suertes o algo así, podéis simplemente luchar a muerte... Una vez que el cadáver de uno de vosotros yazca a mis pies, liberare a la chica y esperare a que llegue mi hora...
-...
-Dadme el placer de veros matar... Matadme a mí, o mataos entre vosotros... No importa como ni a quien... Los tres moriremos en este paraje, solos y abandonados...
-Creo que no conoces demasiado bien la esencia de los ninjas de la hoja,- exclamo Naruto, con la voz temblorosa y la mirada llena de fuego, de ardiente cólera, mientras desenvainaba un kunai. A su lado, Sasuke torcía el cuello para hacer crujir sus vértebras, mientras su Sharingan giraba endiabladamente, impaciente por empezar a luchar.- Los ninjas de la hoja no luchamos por nosotros o por nuestra supervivencia... ¡Luchamos para proteger a nuestros seres queridos!
-Y puede que tu seas mas fuerte que nosotros...-dijo Sasuke.
-Y puede que nos mates, puede que estemos arriesgando la vida demasiado, que no conozcamos nuestros limites...
-Pero... ¿Y que?
-A pesar de eso... A pesar de todo ello... ¡¡¡Seguiremos luchando hasta derrotarte y ni la muerte podrá impedir que te matemos!!!
Las ultimas palabras del joven Uzumaki resonaron fuertemente entre los árboles que les asediaban y muy lentamente fueron diluyéndose en el aire mientras su eco aun permanecía en los oídos de los allí presentes. Naruto noto un pequeño impacto en la punta de su nariz, algo húmedo que le rozo la cara. Pequeñas gotas de lluvia caían en silencio sobre ellos, mientras fuertes truenos estallaban con furia muchos kilómetros por encima de sus cabezas. El débil aguacero dio paso casi al instante a un terrible torrente que empapo en pocos segundos de pies a cabeza a los ninjas de la hoja. La húmeda tierra del lugar se torno fango y el repicar de las gotas en el lago se clavaba en la cabeza con una monotonía cruel. La lluvia hacía aun más difícil ver a su enemigo, en aquel ambiente tan oscuro y cerrado. De todas formas percibieron que se les acerco, cuando una silueta se paro a pocos metro de ellos y hablo con voz ahogada y muerta.
-He aquí que habéis elegido el camino más arduo y difícil, el camino del dolor, el camino de la muerte... Sea pues vuestra voluntad complacida, puesto que tal necedad no es merecedora si no de un castigo a su altura... La vida de la mujer caerá, la vida del chico Uchiha desaparecerá y la vida de Naruto Uzumaki seguirá su mismo camino hacia la desolación del infierno... Tales son vuestros pecados y tal la sentencia que tenéis que pagar para expiarlos... Voto a tal que seré yo quien ejecute esta sentencia y ponga fin a estas tres vidas que nunca debieron ser... Adelante...
Hinata, quien había permanecido en un silencio sepulcral durante todo aquel rato, salto con ligereza sobre Naruto, quien esquivo su ataque por muy poco. Sasuke opto por dejar a su compañero bregando con la kunoichi y salió al enfrentamiento con el ninja sin nombre. Sin embargo, antes de que pudiera golpearle, algo detuvo su envite: unas extrañas manos hechas con sangre surgieron del suelo y le apresaron por los pies y los tobillos. En un instante el enmascarado se planto delante suyo y le lanzo sin compasión una lluvia de golpes directas al estomago. Sasuke no había sido golpeado antes con tanta furia y enseguida noto que un par de costillas se le habían roto. A causa de los golpes vomito una gran cantidad de sangre y pudo oír perfectamente mientras doblaba las rodillas sobre el fango como su enemigo reía con una risa histérica y endiablada. Sasuke reacciono. Arrodillado en el suelo, saco un kunai que llevaba oculto en una de sus muñequeras y se lo clavo a su enemigo en el dorso del pie derecho. En cuanto la sangre empezó a brotar a borbotones, Sasuke giro el arma para que la herida no pudiera cicatrizar. El misterioso ninja no emitió ningún grito de dolor, a lo sumo un pequeño gruñido salvaje que resonó debajo de la mascara carmesí. Sin embargo, sin darle tiempo a reaccionar, propino un extraordinario puntapié en la cara de Sasuke que lo hizo volar unos diez metros. A pesar de tener la nariz rota y del fuerte dolor en el costado, el joven Uchiha no pudo reprimir una sonrisa al ver que su enemigo estaba fuera de sus casillas. Por desgracia, todo empezó a ir mal, muy mal. De repente le faltaba el aire, el oxigeno no le llegaba a los pulmones. Intento respirar abriendo como pudo la boca, como un pez fuera del agua. Pero era inútil. El joven ninja lo entendió rápidamente: su enemigo le había lanzado una técnica ilusoria realmente potente que le hacia creer que no respiraba. Sasuke se calmo y se sentó en el barro con las piernas cruzadas a esperar. Sabia que aquella técnica era muy difícil de contrarrestar pero también sabia que mientras se ejecuta, el agresor no puede mover su cuerpo.
-Aaah... realmente eres una preciosidad de chico, Sasuke, un ninja realmente talentoso... Pero veras, este no es un combate en el que te puedas permitir unas tablas ¿Sabes?
Sasuke sabia perfectamente que el tiempo corría en su contra y desvió la mirada. En aquel instante solo podía confiar en Naruto para tener la ventaja de una superioridad de dos contra uno. Así pues, se sorprendió sobremanera cuando vio que su compañero estaba siendo apalizado por Hinata. En vez de luchar, Naruto se acercaba lentamente a la kunoichi con las manos levantadas e intentaba razonar con ella. La joven Hyuga descargó una violenta batería de golpes en Naruto. Este, con el labio y la ceja derecha partida, le sonreía y volvía a la carga con palabras conciliadoras. Hinata le propino un golpe seco en la garganta y un rodillazo en la boca del estomago que le hizo caer de bruces al húmedo fango.
-Caray... Pegas fuerte para ser una chica (¡Ups! No le digas a Sakurita que he dicho esto que si no me despelleja)... Te felicito "Jefa", je, je, je...- rió Naruto desde tierra mientras escupía un diente. Sasuke no podía creer lo que estaban viendo sus ojos.
-¡Animal! ¿Qué se supone que estas haciendo? ¡Hinata no te escuchara, debes dejarla inconsciente!
-Condenado Sasuke, yo hago las cosas a mi manera... Eh, Hinata, tú ni caso... ¿Por qué no lo dejas ya, eh?-dijo Naruto otra vez de pie frente a la líder del grupo de la rana, mientras enseñaba su mejor cara de niño bueno. Por toda respuesta, la joven ninja de cabello negrizo y ojos nevados prosiguió con su ataque indiscriminado. Esta vez Naruto cayo de espaldas sobre el barro, tosiendo violentamente una copiosa cantidad de sangre. Sin embargo, no tuvo ninguna prisa en volver a levantarse y se entretuvo un buen rato intentando arrancarse un diente que tenia medio suelto.
-Hmm, visto lo visto quizás debería callarme pero me esta poniendo este recital de ostias... A lo mejor cuando volvamos a la villa te pido una sesión privada :P- tercio burlonamente mientras trataba de sacarse un moco con la lengua. El enmascarado sin nombre interrumpió las chanzas de Naruto intentando quebrar su sempiterna moral.
-¡Paleto ignorante! ¿Acaso crees que esta zorrilla puede oírte? ¡Yo la he poseído! No tienes ninguna oportunidad de liberarla de mi técnica... La chica morirá conmigo, ju, ju, ju... ¡Hazle un favor y libérala de este sufrimiento poniendo fin a su vida!
-Cállate tu también, enmascarado de mierda... Y no subestimes a los ninjas de la villa oculta de la hoja... o te llevaras una gran sorpresa... ¿Qué Hinata, dejas de machacarme y entre los dos nos cargamos a ese tipo malo o que?- dijo Naruto muy jovial, mientras la kunoichi le giro la cara con un sonoro bofetón.
-¡Uy...! ¿Eso es un "no"?
-¡Estoy harto de oírte hablar pequeño engendro del demonio! ¡Chica! Ya que tanto confía en que despiertes y en la nula resistencia que adopta... ¡Acaba con su engañosa vida clavándole un kunai en el corazón!
Pero Hinata no se movió. Se mantuvo quieta, aferrando con fuerza el kunai entre sus pequeñas manos de porcelana, con la misma expresión sin vida en su rostro. Pero igualmente no se movió. Esto cogió por sorpresa a todo el mundo y por un instante en aquel paraje solitario tan solo se escucho el sonido de la lluvia cayendo sobre las cabezas de los ninjas. Naruto arqueo una ceja y se dirigió con cautela hacia su amiga.
-¿Hinata?- susurro con ternura. Los suaves labios de la kunoichi se entreabrieron delicadamente, pero no emitieron ningún sonido.
-Ju, ju, ju... ¿Qué es esto, qué es esto?- exclamo sórdidamente el enmascarado, mientras señalaba con su dedo índice a su sien.-Hmmm... ¿Este desagradable pinchazo que noto en mi lóbulo frontal eres tu, pequeña? Ah, claro... lo mismo hiciste la otra vez, ya decía yo que me parecía que me habías repudiado cuando intente forzarte...
-¿Qué hiciste QUE?- aulló Naruto, fijando su vista en el ninja sin nombre. Por un breve instante sus ojos relampaguearon y su pupila brillo del azul claro al rojo intenso.
-Tal y como lo oyes, decidí castigaros un poco mas robando la pureza de tu novieta, Naruto... Pero la llegada de Sasuke Uchiha y la resistencia de la chica me impidieron darme un gusto... Ah, antaño me hubiera sido tan fácil... supongo que también me auto condicioné un poco, ya que no me atraía para nada la idea de desvirgar a una chica tan vulgar...
-¡Cabrón!... Acabas de cometer el peor y ultimo error de tu vida, maldito bastardo...
-¡Oh, yo que tú no me distraería demasiado mirándome! ¿Sabes? La voluntad y la resistencia de la chica no son ni mucho menos eternas...
-¿Eh?
El apagado acero del kunai relució entre las enormes gotas de lluvia que asolaban aquel solitario páramo. Lentamente fue hundiéndose en la carne de Naruto y la sangre mancho la cara y la ropa de Hinata Hyuga. Su cara temblaba de miedo y su respiración era entrecortada y desesperada. Parecía al borde del desmayo, pero también parecía otra cosa: parecía mas viva. Eso dibujo una enorme sonrisa en el rostro del ninja más revoltoso y problemático de toda la villa. Con el kunai aun atravesándole la mano, aferró los hombros de la dulce kunoichi haciendo caso omiso a la fuerte hemorragia que ahora tenia.
-¿Hinata? ¿Puedes... puedes oírme?
-¡Estúpida mujer! ¡Te dije en el corazón! ¡En el corazón! ¿Hacia donde apuntabas?
-Je, je, je... Aquí el único estúpido que hay eres tú, maldito enmascarado de mierda sin nombre...
-¿Qué?
-Ya te dije... Que te llevarías una gran sorpresa... Si subestimabas... A los ninjas de la villa oculta de la hoja...
Unas pequeñas, cristalinas y húmedas lagrimas empezaron a nacer en los ojos inmóviles de Hinata. Lagrimas ensangrentadas recorrían su rostro hasta llegar a la barbilla y caer temblorosas al suelo, confundiéndose entre las irregulares gotas de lluvia que caían impasibles, una detrás de otra. Una de esas lagrimas de la kunoichi cayo en el dorso de la maltrecha mano de Naruto y resbalo por la herida hecha por el kunai hasta caer por el otro lado. A Naruto le sobrecogió una nueva sensación, un extraño sentimiento que no había tenido nunca hasta entonces y que le provocaba un claro escalofrió en la espalda, que recorría vértebra a vértebra y hacia bombear con fuerza su corazón... Y es que el atolondrado ninja de cabello rubio, ojos azules, bigotes de zorro y expresión de pocas luces se sentía como una flor apunto de ser deshojada, como un infante justo antes de nacer...
CONTINUARA...
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Daily Konoha, el periódico de los ninjas:
Bueno, me imagino que ya sabéis lo que voy a poner, ¿verdad? ^_^U Como escribir por escribir me aburre, podéis hacer una cosa: revisad cualquiera de los anteriores capitulos y buscad la excusa que más os guste que para el caso ya cumplira :P La verdad es que, si bien mi legendaria vagancia ha sido una de las culpables del retraso del capitulo VIII, no ha sido el único motivo... Para empezar la temática del capitulo era más oscura de lo habitual (no era plan de hacer una coña en cada línea cuando le tocaba "rajar" al malo maloso), con lo cual me costaba encontrarle el "feeling"... También la culpa la han tenido mis amigos, que en vez de dejarme tiempo para escribir me han llevado por ahí a ver películas malas (¬¬) y a beber, que son dos días (Y claro, con resaca va escribir Rita...). Y ya como Handicap final, decir que el capitulo lo acabe varios días atrás pero que por culpa de una caída de la red telefónica no pude conectarme y subirlo a la red... ¡Ahí si que no pude hacer nada! (toma ya, la culpa pá los otros, ea...). En fin, esta vez no prometo el siguiente capitulo para ninguna fecha: Este es un fic interactivo, así que sed vosotros los lectores quienes pongáis fecha para el fic y quien se acerque mas a la fecha en que me salga de los cojo... er, a la fecha en que los hados quieran que salga el capitulo IX, se llevara un premio... (no canjeable por dinero, ya sabéis)
Venga, nos leemos... ;-)
Sylvian
TRAILER DEL EPISODIO IX
"En este capitulo no hay trailer, en parte por que no se me ocurre nada, en parte por que adelantar demasiado seria contraproducente ^^"
