SU CAMINO DEL NINJA...
En ocasiones a Hinata le daba por intentar recordar cosas del pasado, cosas relacionadas con su niñez. Para ello procuraba sentarse en un rincón apartado de las miradas indiscretas, probablemente en una esquina o cerca de una ventana y entonces cerraba con fuerza los ojos y juntaba sus manos para frotarse ávidamente la sien, como si de aquel modo sus neuronas trabajasen mas deprisa. Se esforzaba tanto en esa tarea que no había forma de llamar su atención. El primer recuerdo que le venia a la mente (tras un buen rato de devanarse los sesos) era el de Mufu, su perro, jugando con ella como si fuese un ovillo de lana, haciendo que diera vueltas sobre el suelo, de aquí para allá. Solía coger a la pequeña Hyuga como si se tratara de su cría, de un cachorro, y la escondía en el rincón más insospechado de la casa. A veces, los padres de Hinata, tardaban horas, días, meses en encontrarla... o eso le parecía a ella, quien solía desgañitarse llorando viéndose perdida... aunque no es que eso fuera demasiado especial: por un motivo o por otro, Hinata se pasaba el día llorando...
Su primer día en la academia ninja no resultaba muy difícil de recordar (mas bien todo lo contrario) pero igualmente saltaba a escena con una claridad y facilidad apabullantes, que no hacían si no inevitable el rememorar uno de los días más vergonzosos de la vida de Hinata Hyuga. A pesar de que ella deseaba con todas sus fuerzas no llamar la atención, el apellido de su clan siempre levantaba cierto revuelo y en pocos minutos las miradas de mas de la mitad de sus compañeros se dirigían hacia ella. A pesar del sobresalto inicial, la curiosidad que despertaba en el resto de la clase no la molestaba del todo y llego a pensar que no pasar desapercibida tampoco era tan grave. Tomando como normal que la gente le dirigiera la palabra, no le sorprendió que un rubito con los ojos cerrados y expresión traviesa le susurrara al oído. El chico le ofreció una extraña bolsa de piel, alentándola a meter la mano y hacerse con parte de su contenido. Hinata, creyendo que le ofrecían dulces, movió la mano sin vacilar, extrayendo de la bolsa un contenido bastante peculiar que empezó a desplazarse por su mano. Siete u ocho gusanos de envidiable salud baboseaban de aquí a allá sobre la piel de la chiquilla. A esta le empezó a temblar la voz y le dirigió una mirada aterrorizada al chico de los gusanos. Este, espero unos instantes expectante a la reacción de la niña y al cabo de un rato se dio la vuelta y se marcho, claramente decepcionado. Por suerte una profesora pudo ayudar a Hinata, quien estaba a punto de desmayarse cuando uno de los gusanos, él más feo y más gordo y más de todo, se le subió (vete a saber como) en la cabeza. Lo más sorprendente es que, durante el resto del día, el chiquillo con pintas de gamberro, no la dejo en paz ni un momento: le tiro piedrecitas, piedras y peñazos grandes como melones; puso una rata muerta en su pupitre; hizo ver que vomitaba durante el almuerzo para quitarle el hambre a la pequeña Hyuga y, finalmente, le lanzo un globo de agua a la salida de la academia. Cuando Hinata se vio empapada de arriba a abajo, no pudo mas y se echo a llorar, como si el agua recibida no hubiese sido suficiente. Fue entonces cuando ocurrió lo más desconcertante del día: El chico rubio abronco a la niña por su "insípida reacción" y se alejo a grandes zancadas (por que el profesor ya se acercaba para zurrarle) mientras gritaba algo así como "¡me esperaba mas de alguien del clan Hyuga!". Aquel fue el primer día en que Hinata se dio cuenta lo que era que alguien te cayera realmente mal. Detestaba aquel chico, le resultaba deleznable y aborrecible. Incluso su nombre le resultaba de mal gusto. "Naruto Uzumaki, tú y yo siempre, SIEMPRE, seremos enemigos... hala...", pensaba la chica, aunque ya sabia que su corta edad y su carácter tímido le impedían hacer frente a los problemas más simples y pequeños, y mucho menos tenérselas con un enemigo con todas las pintas de ser un delincuente en potencia. Entonces, mientras se metía en la cama y cerraba los párpados tras aquel día tan ajetreado, a Hinata le sobrevino un pensamiento extraño, como un susurro pronunciado por otra chica que le resultaba tremendamente familiar.
"Tienes que cambiar, aunque solo sea un poco tienes que intentarlo y cambiar... Y así, hacerte mas fuerte..."
"Naruto... Yo... ¿Cuándo nos conocimos me caías mal? No me acordaba... Yo creía que... que desde siempre me habías gus.. me ha-habías gustado..."
-Hinata...
"Naruto... ¿Por qué me cuesta tanto oír tu voz? ¿P-por qué no soy capaz de verte? ¿Qué es este manto que me nubla la vista, que es esta fuerza maligna que doblega mi voluntad? ¿Es que acaso no he cambiado na-nada? ¿Ni... ni siquiera un poco, un poquito? ¿No podrías decírmelo tu... Naruto? ¿N-no me oyes... Naruto Uzumaki?"
Como si de un recurso poético se tratase, como si el cielo lo hubiese dispuesto caprichosamente y el clima fuese empatico con los sentimientos de los ninjas que luchaban y morían en aquel páramo solitario, la lluvia descargaba con violencia sobre ellos, bañándoles en un espeso manto de barro, agua y sangre. Relámpagos irreales relucían sobre sus cabezas, sirviendo de breve preludio a unos truenos que retumbaban en la distancia como un lamento de ultratumba y árboles cercanos a ellos caían parsimoniosamente, uniéndose a la escena de desamparo y desolación. A ras de suelo, los ninjas se enfrentaban a una batalla que acabaría inevitablemente en un derramamiento de sangre. Tan solo faltaba por ver quien seria el primero y si alguno de ellos seguiría respirando al termino del enfrentamiento. Sasuke Uchiha, heredero del clan Uchiha, se concentraba con las piernas cruzadas sobre el mojado suelo para poder escapar de la técnica ilusoria de la que era victima. Mientras el aire que le llegaba a los pulmones era cada vez más escaso, no dejo que las circunstancias le sobrepasaran y conservo la sangre fría para poder presenciar la escena principal de aquel combate. Su pérfido enemigo, envuelto en sus oscuros ropajes desteñidos por culpa de su propia sangre y la de sus oponentes, y oculto tras su enigmática mascara, observaba incrédulo como una pequeña e insignificante ninja inferior de la villa oculta de la hoja hacia frente a su más poderosa técnica de posesión mental. La chica Hyuga se retorcía y respiraba con dificultad en los brazos de Naruto, quien la sujetaba con firmeza a pesar de su herida en la mano. Parecía una pequeña carpa, en el bote de un pescador dando sus ultimas bocanadas de aire. El corazón de la Kunoichi palpitaba frenéticamente y se dirigía inexorable hacia un dramático clímax mientras Naruto era capaz de sentir el calor apagándose en el pecho de la chica. Y sin embargo, estaba extrañamente tranquilo. Algo le decía que su jefe de grupo no iba a morir allí, de aquella forma, que conseguiría sobreponerse a la técnica del enmascarado y que lucharían juntos contra él. Además, el chico de los bigotes de zorro no era precisamente muy bueno con las técnicas ilusorias, así que lo único que podía hacer era creer en su amiga, confiar en que no se muriese y llamarla con todas sus fuerzas para que despertara de su letargo.
-¡¡Hinata!! ¡Despierta, maldita sea!- grito el joven ninja por enésima vez. Su adversario, a sus espaldas, se reía grotescamente de los dos jóvenes.
-¡Grita, pequeño infeliz, grita! Desgañítate tanto como desees, pero no hallaras recompensa en tu fútil esfuerzo, mi querido y dulce crédulo... La chica, tu amiga rebosante de luz y ternura que hace bombear tu corazón de monstruo, esta a punto de atravesar las puertas del infierno, tal y como yo había dispuesto para ella... Tan solo lo hará unos escasos minutos antes de lo que tenia previsto... ¿Y sabes por qué, mi precioso Naruto? Porque cometió la insensatez de enfrentarse a mí, un ninja infinitamente más poderoso que ella... ¿Creíais que la voluntad, el tesón y el deseo de vivir serian suficientes para doblegar mi técnica maestra? ¡Necia juventud! Tan solo habéis adelantado una muerte ya de por sí inevitable...
-¡Hinata, Hinata, Hinata...!- repetía sin cesar el joven Uzumaki. A su ruego desesperado le había añadido un vaivén constante, con la chica en sus brazos, como una madre cuidando cariñosamente de su retoño.
-Puedes obcecarte tanto como quieras, pero el resultado será el mismo,- gruño el misterioso ninja, mientras limpiaba unas gotas de sangre que afeaban su mascara,- lo cierto es que, incluso tú ya sabes a donde te conducirán estas suplicas y ruegos, ¿No es así, Naruto?
-¡Hinata, contra, despierta ya chica! ¿Es que estas sorda o que? ¡Que no tenemos todo el día!
-¡Ignórame cuanto quieras, pequeño e iluso patán! ¡Ignórame si quieres, pero la única verdad es que esa chica esta muerta, MUERTA! ¡Y esta muerta por que yo la controlo y ni toda su voluntad seria capaz de quebrar el poder de la técnica a la que esta sometida mientras quede un ápice de conciencia en mi ser...!
-Bueno, entonces intentemos ponérselo más fácil... - susurro una voz detrás del amenazante ninja enmascarado, helando sus palabras e interrumpiendo su bramido egocéntrico.
En el tiempo que necesita una mariposa para batir sus alas, un frió acero desgarro la piel del ninja oculto en ropajes de color negro, y se introdujo salvajemente en su interior hasta topar con uno de sus omoplatos, que se resquebrajo a causa de la violencia injerida en la puñalada de Sasuke. El joven ninja se erguía ahora delante de su enemigo con una expresión de ira contenida y una mirada penetrante y sobrecogedora a consecuencia del despliegue del orgullo de los Uchiha, el Sharingan. La pupila giratoria refulgía terrible en los ojos del ninja inferior quien había recuperado su habitual soberbia una vez liberado de su cuenta atrás hacia una muerte por asfixia.
-Puede que no este desarrollado del todo... Y puede que la situación y la tensión del combate no fueran los mejores condicionantes... Pero el Sharingan de mi clan siempre ha sido considerado como él más potente de los Dôjutsus por su, entre otras cualidades, habilidad para contrarrestar técnicas ilusorias... Y la tuya, maldita escoria, no ha sido una excepción...
-Bonito discurso, Sasuke querido... Se nota que estas muy pagado de tu propio clan, claro, pero no quisiera que te preocupases... Siento que mi técnica ilusoria te haya decepcionado, así que si me das tu consentimiento, tratare de solucionar ese problema tuyo relacionado con el hecho de que no te mueras- dijo el ninja de la mascara carmesí, con un imperceptible tono de irritación en la voz. Con un rápido movimiento de manos, el ninja enemigo creo un sello desconocido para Sasuke y unas imponentes armas compuestas por sangre surgieron de la boca de su oponente.- Siento profundamente que aun estés en este mundo, pero si esperas tan solo un momento... Daré fin a tu existencia...
-Ju, ¿acaso cree que va a poder amedrentarme? Me imagino que no escucho muy bien lo que le dijo mi compañero, o si no ya haría tiempo que se hubiese rendido... - tercio Sasuke muy calmadamente y relamiéndose en el fragor de la batalla.
-¿De que me hablas?
-¿No lo recuerda? Se lo repetiré: No... subestime... a los ninjas... de la villa de la Hoja...
-¿Qué se supone que...?-llego a musitar el enmascarado, antes de que todo su cuerpo se estremeciera por completo. Intuitivamente, advirtió un peligro que le acechaba y se giro para ver como Naruto continuaba rogando a Hinata que se despertara. Lo que hizo que la sangre dejase de llegarle al cerebro al ninja del tocado escarlata fue ver como él dialogo de Naruto se había vuelto reciproco y, de los tiernos labios de la joven Hyuga, empezaban a brotar unos suspiros apenas audibles y que, aunque distaban mucho de ser palabras, ensordecían cualquier otro sonido que el chico rubio pudiera escuchar en aquel instante.
-¿Hinata?
-...
-¿¡Hinata!?
-Na... Naruto...
-¡Hinata!
-¡Naruto!
-¡¡Hinata, has vuelto!!
-¡¡Naruto, he vuelto, he vuelto!!
-Tan solo has vuelto para morir, estúpida... -aulló su adversario, tensando el cuerpo y preparándose para lanzar sus armas, fruto de la hemoglobina, en dirección a los dos jóvenes ninjas inferiores, con su mayor envite mortal. Mas algo le detuvo en su acción, paralizándose en medio de su ataque con un extraño rictus y la mirada ensombrecida. Con las manos a la altura de la sien, el extraño enemigo se convulsionaba azarosamente, gimiendo de dolor y maldiciendo a voz en grito hasta que, inesperadamente, freno en seco su lamento y pareció recuperado.
- Ya... creo que ya paso... ¿Pero que demonios ha sido est...?- logro pronunciar, al tiempo que su cabeza estallaba en mil pedazos, haciendo volar su masa encefálica y bañando a los tres ninjas en un rocío de rojo intenso. La impresión dejo sin palabras a Naruto y a Sasuke, quienes se quedaron abstraídos por la muerte del ninja enmascarado y observaban, atónitos, las formas que adoptaba la sangre en su peculiar danza fúnebre. Hinata por su parte, decidió hacer un buen uso de su recién recuperada habla y, al contrario que sus compañeros masculinos, dio rienda suelta a un poderoso y agudo chillido que resonó por todo el bosque hasta el momento en que el cuerpo del ninja abatido, cayo con un ruido sordo al suelo embarrado, como un árbol victima de un buen leñador. Pasados unos pocos segundos, Sasuke se sobrepuso al impacto del brutal desenlace del combate y llamo la atención de su compañero.
-¡Hey, Naruto! Baja de las nubes y comprueba que Hinata este bien, ¿Quieres?
-¿Eh, que? Ah, si, vale... ¿Hinata, todo bien?
-Pu... pues... c-creo que si...- dijo la asustada chica mirándose de arriba abajo.
-¿Estas segura? Puede que estés herida y no se vea a simple vista... Quizás tengas dañado algún órgano interno... A ver, súbete la camiseta que te eche un vistazo...
-¡¡T-te digo que estoy bien!!- tercio una acalorada Hinata que no supo percibir la infantil broma de Naruto. Riendo, el atolondrado ninja le ayudo a ponerse en pie y suspiro aliviado mientras pensaba que todo había acabado por fin. Aunque había recuperado la tranquilidad y se sentía completamente liberado de cualquier ansiedad al ver que su Jefe de escuadrón ya estaba a salvo, una pequeña parte de su cerebro aun permanecía ensombrecida. Y por la mirada distante del chico Uchiha, pronto supo que no era el único con ese sentimiento de desasosiego.
-Eh... Sasuke...- musito quedamente, a modo de saludo y con un movimiento descuidado de cabeza.
-Eh... Naruto...- replico el chico de cabello oscuro al tiempo que el Sharingan desaparecía de su mirada perdida. Los dos se sintieron incómodos después de ese torpe intercambio de palabras y un pesado silencio cayo sobre los ninjas rivales. Un repentino nudo en él estomago anulo cualquier escena obvia de celebración por el triunfo y el jolgorio y la alegría se transformo en un mudo e inesperado velatorio.
-Euh... Na-naruto, creo que... deberíamos ir a bu-buscar ayuda... Y seria bueno que fuéramos a sanarnos las heridas ¿no?- susurro un tanto preocupada Hinata ante la parquedad en palabras de sus rescatadores. Como si la intervención de la chica les hubiese dado fuerzas renovadas, Naruto se dirigió a Sasuke, dejando con la palabra en la boca a su amiga.
-¿No te sientes un poco... raro?
-Ah... ¿Quién, yo? No, ¿por qué lo dices?
-Bueno... es que yo...
-¿Crees que estas decepcionado?
-¿Tu también?
-Si...
-Pensaba... Pensaba que el combate iba a ser diferente... Quiero decir, me alegra él haber ganado, pero... Hubiese preferido...
-Yo también... Hubiese preferido haber vencido por mis propios medios...
-Bueno, quizás el cielo sea misericordioso con vosotros y os dé una nueva oportunidad para ello...- exclamo una lúgubre y fantasmagórica voz procedente del cadáver que yacía a sus pies y que, en ese momento empezó a moverse, movido por una fuerza ingrávida e invisible que lo empujaba hasta recuperar la verticalidad. La tez de los tres ninjas de la villa oculta de la hoja había perdido todo su color. El cuerpo decapitado de su enemigo se erguía ante ellos mientras mascullaba de forma incomprensible y sus extremidades iban, poco a poco, moviéndose esporádicamente. Sasuke intento articular alguna palabra coherente pero era evidente que la escena le superaba. Sin embargo, Naruto (quien no era precisamente un as en coherencia) estaba mucho más hablador y efusivo que el joven Uchiha ante aquel dantesco espectáculo.
-¡Vamos, no me jodas! ¿Pero aun esta vivo el cacho energúmeno este?- dijo, haciendo un extravagante numero de aspavientos y ridículos gestos, que se vieron interrumpidos por el reanudamiento del discurso del cadáver andante.
-Vaya, vaya, debí habérmelo imaginado... Pero claro, ¿cómo saber que la hembra seria capaz de sobrecargar mis ganglios básales mediante su resistencia a la posesión? Jamás imagine que tal presión en el hipotálamo pudiera provocar esta, aunque sin duda impactante, ordinaria escena de sangría cerebral.- Una nueva cabeza humana estaba naciendo en el lugar de la anterior. Primero la estructura ósea y luego el revestimiento muscular, seguido de una piel superpuesta por torpes capas que creaban la sensación de estar viendo un disfraz hecho con pellejo humano poco conseguido.
-Ju, ju, ju... Bueno, son los riesgos que uno corre al utilizar como arma el propio cerebro aunque, debo decir a mi favor, que no fui un imprudente del todo y que, como pueden ver queridos amigos míos, me guarde un muy buen as en la manga... Lo único que lamento profundamente es esta falta de rasgos faciales tras la regeneración: Me hubiese gustado que, antes de pasar a mejor vida, contemplaseis un rostro fuera del abasto del genero humano en perfección y harmoniosa belleza...
-¿¡Pero como has podido volver a la vida!? ¿Que clase de técnica has utilizado?- exclamo exacerbado un Sasuke con un brillo especial en sus afilados ojos.
-Primeramente, como no he muerto no he necesitado "volver a la vida"... Y en cuanto a qué técnica he empleado, francamente, no creo que sea de tu incumbencia él saberlo...
-¿Cómo?- replico sorprendido Naruto.- ¿Nos has explicado toda tu asquerosa vida y ahora nos vas a dejar con el suspense de cómo te has curado de tu "migraña explosiva"?
-Por decirlo de un modo sencillo, si, Naruto... Creo que vuestro fallecimiento será mucho más ruin e insatisfactorio si os elimino desconociendo ese dato...
-¡Hey, pensaba que aquí los crios éramos nosotros!
-No subestimes jamás el nivel de imbecilidad de tu enemigo, Naruto- rió socarronamente Sasuke, al tiempo en que se ponía en guardia.
-Nunca he dudado de la estupidez de este tipo, condenado Sasuke...- respondió el chico de la cara de zorro, mientras imitaba a su amigo- ¡Hay que estar muy mal de la azotea para querer enfrentarse al gran Naruto Uzumaki, el próximo Hokage de la villa oculta de la Hoja! ¡Prepárate para una lluvia de hostias como las de antaño, receta de la abuela!
-Esa ultima bravuconada esta un poco pillada por los pelos Naruto, pero considerando lo machacada que tienes la cabeza, te perdono la falta de ingenio...
-¡Como si tu no hubieses recibido mas palos que una estera! No es que vayas hecho un peine precisamente...
-Un pincel, Naruto. La expresión es "ir hecho un pincel"...
-¡Pues lo que he dicho! Bueno... ¿Le partimos la cara ya o que?
-¡Es-esperad un minuto!-intervino Hinata, poniendo fin a aquel dialogo de besugos.-¡No podéis ha-hablar en serio! Comprendería que quisieras luchar contra un ninja enemigo normal... in-incluso aunque fuera de grado superior... ¡P-pero este adversario no es normal y corriente en absoluto, es un genuino monstruo antinatural! ¿Es q-que soy la única que ha visto co-como le crecía una cabeza nueva o qué? ¿Acaso os divierte arriesgar la vida porque sí? ¿Se trata de algún tipo de demostración de supremacía testicular en la que queréis demostrar lo guais que sois enfrentándoos a un enemigo que os pu-puede hacer papilla en menos que canta un gallo?
-Como raja la tipa...- soltó Sasuke, aprovechando una pausa en la arenga de la kunoichi.
-Ya ves...- agrego quedamente Naruto- De normal es bastante callada y hasta un poco sosilla, pero claro, una mujer será siempre una mujer...
-Bravo por el comentario machista, Naruto- intervino el ninja sin rostro, quien había empezado a exudar sangre a falta de glándulas sudatorias básicas- Veo que, al fin y al cabo, no eres un caso perdido del todo... Pero por una vez, creo que el consejo de la chica es él mas acertado para la ocasión. Huid, huid... Al fin y al cabo, a mí me queda ya poco de vida, apenas unos minutos mas tras el esfuerzo que ha supuesto por mi parte restituir mi cabeza. Si, huir seria lo más sensato, dejarme solo para morir en este páramo abandonado seria ideal... Además, de este modo me daría el gusto de perseguiros una ultima vez en vuestro patético intento por aferraros a la vida y así poder arrancaros el corazón con mis propios dientes, lamentables alimañas inmundas...
-¿Dónde están tus exquisitos modales?
-¡¡AL INFIERNO, VAIS A MORIR AQUÍ MISMO!!
-Permítame discrepar, distinguido extranjero- alcanzo a decir una voz que les llego proveniente del cielo, nacida de una figura que se recostaba en la rama de un árbol que sobrevolaba sus cabezas.
-N-no me lo puedo creer...- titubeo incrédula Hinata, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo. Naruto tampoco cabía en su asombro.
-¡¡Maestro Kakashi!!
Kakashi Hatake, ninja de grado superior responsable del grupo 7, discípulo del 4º Hokage, ex-miembro del cuerpo de asesinos (ANBU) de la villa oculta de la Hoja, poseedor de un Sharingan de origen incierto, conocido como "Ninja copia" por haber mimetizado mas de mil técnicas rivales, aficionado a la novela picante "Paraíso erótico", reconocido pasota y considerado entre los suyos como un autentico genio en el arte del ninjutsu. Vamos, un tipo molón (y además, soltero y sin compromiso ¿a qué esperáis chicas?). Vuelto cabeza abajo en la rama de un árbol cercano, observaba atentamente la situación y respiro aliviado al comprobar que ninguno de sus subordinados había sufrido heridas mortales. A su alrededor, un variopinto grupo de ninjas le servían de refuerzo y era obvio que habían llegado en misión de rescate. El grueso principal de los grupos de la Rana, Serpiente y Babosa se alzaba sobre ellos. Allí estaban Sakura, Lee, Shikamaru, Neji, Chouji, Shino, Tenten, Kiba e Ino, acompañados además por sus respectivos maestros y media docena de ninjas de grado superior. Todos suspiraron a coro al ver que Hinata y Sasuke estaban bien (a Naruto que le den morcillas) y se permitieron un pequeño momento de relajación después de una evidente y agotadora búsqueda contrarreloj.
-Buenas, Naruto y Sasuke... ¿Qué tal señorita Hyuga? Siento mucho llegar tan tarde... Veréis, es que me he entretenido mucho pensando que excusa poneros por mi retraso y...
-¡Pues menudo ninja de pacotilla estas tú hecho! ¿Qué clase de chorrada es esa?- dijo muy mosqueado Naruto, quien al parecer no valoraba demasiado la aparición de su maestro y no le importaba abroncarlo en una situación así.
-Maestro Kakashi- intervino Sasuke antes de que Naruto se fuera por las ramas- ¿Cómo nos has encontrado?
-Oh, ha sido bastante simple, Sasuke...- contesto muy ufano el maestro de los chicos- Después que vuestro compañeros pusieran sobre aviso a la aldea de la intromisión de un ninja externo en la prueba, el Hokage mando un grupo de ninjas superiores al bosque guiado por los ninjas inferiores que intervenían en el ejercicio. Gracias al proverbial talento olfativo de Akamaru (y también del Sr. Inuzuka) hemos podido seguir el rastro que dejaba el olor de vuestra sangre en el aire...
-¡¡Bark!!
-Si, si, Akamaru, ahora lo digo... Cosa que no resultaba demasiado sencillo teniendo en cuenta la distorsión que provocaba en el aire el extraño aura del enemigo, que imposibilitaba un rastreo más eficaz... De ahí que hayamos tardado tanto en dar con vosotros...
-Y si a todo esto le añadimos el considerable berrido que Hinata ha soltado hace unos minutos, pues tocado y hundido, tíos- mascullo cansinamente Shikamaru, quien una vez visto que todo el mundo estaba sano y a salvo se empezó a aburrir nuevamente. El resto de ninjas miraban medio fascinados, medio repugnados la masa informe que era en ese momento el ninja sin rostro. Sakura se debatía entre sus inmensas ganas de saltar hacia Sasuke y abrazarlo hasta dejarle sin aliento y el miedo que le suponía un engendro como aquel. Cuando ya se había decidido a bajar y colmar de carantoñas a su querido Sasuke, el extraño ninja enemigo, tras unos instantes de silencio, arranco a hablar con una gravedad tal que su voz se asemejaba mas a un trueno desgarrador que a cualquier sonido producido por un ser humano.
-Deshechos... Inmundicia... Seres imperfectos, eso es lo que sois... He aquí un ser superior condenado a desaparecer por la voluntad de una gente impronunciable, cuando insectos como vosotros disfrutáis de una vida mediocre e inmerecida... Cuan funesto resultara pues, este día para vosotros también, inconscientes cachorros de humano, que menospreciáis desde vuestra ignorancia el poder con el que he sido bendecido... ¿Un puñado de ninjas superiores malolientes? ¿Un rebaño de pre-pubescentes que aun moja la cama por las noches? ¿Se supone que eso debería asustarme? ¡Infelices! ¡Soy yo quien provoca pavor, soy yo quien esta en una posición privilegiada y con la ventaja en el combate gracias a mi talento y habilidad nata! Sois vosotros los que tendríais que temblar, como la pequeña y patética hoja que sois... ¡Y como esa absurda y débil hoja, arderéis en mi fuego vengador como si mil infiernos se desatasen sobre esta tierra yerma y desolada que se prestara a ser vuestra tumba! ¡¡Morid de una jodida vez!!
Un brillo azulado recorrió fugazmente el cuerpo del furioso ninja mientras la tela de sus maltrechos ropajes entraba en combustión por una temperatura que cada vez se hacia más intensa alrededor suyo. Un resplandor empezó a concentrarse en el abdomen del enemigo y poco a poco fue subiendo por el interior de su cuerpo hasta posicionarse en una garganta que parecía a punto de estallar. Pequeñas venas alrededor de su cuello estallaban de tanto en tanto y la sangre vertida se evaporaba antes de tocar el inestable suelo, cuya capa fangosa parecía hervir sin remisión. Kakashi, subiéndose la bandana que le tapaba la cara y activando su Sharingan, no tardo mas de unos segundos en darse cuenta de lo que pasaba. Alarmado, cogió por el cuello a Sakura y a Shikamaru, que se encontraban a su lado y grito a todo el mundo.
-¡¡Todo el mundo a cubierto!! ¡¡Piensa inmolarse!!
Tras el cese de sonido de la ultima palabra pronunciada por el ninja copia, un haz cegador de luz envolvió todo el páramo y dejo en silencio toda la fauna del bosque entero. Un espectro de chakra surgió de las fauces del ninja sin rostro con la fiereza y fuerza destructora de un volcán en erupción. En pocos segundos el chakra expulsado empezó a arder, generando una onda explosiva que desato un infierno de crecientes llamaradas de un fuego intenso que cubrió una desorbitante extensión de terreno en apenas un abrir y cerrar de ojos. Toda la vegetación circundante se carbonizo al momento y las estructuras de los árboles más grandes a duras penas podían resistir el flamígero envite. Tras la convulsión inicial, un incendio de enormes proporciones empezó a desolar el bosque y mirases a donde mirases solo se veía humo, fuego y árboles gigantescos cayéndote encima. Precisamente uno de estos iba a aplastar a Naruto, pero Hinata pudo apartarlo a tiempo de quedar hecho una pizza humana. El gamberro de pelo rubio se había abalanzado sobre la pequeña morenita antes de la primera oleada de fuego para protegerla y ahora era la chica Hyuga quien le salvaba el pellejo a él. Trabajo en equipo.
-Ay, ay, ay... jooo, ay... ¿E-estas bien, Naruto?
-Ay, no sé... creo que tengo un poco de ardor de estomago...
-¡¡Eso es p-porque estas envuelto en llamas!!
-¿Eh? Ah, pues es verdad... ¡Mierda, ay, ay, quema, ay, quema mucho!
-¡Rueda por el suelo, rueda!
-¿¡Para que, si también esta a rebosar de fuego!?
-Uy, es verdad... ¡Pues espera que te ayude!
-¿Cómo? ¡Ay, uhg, baf! ¡Gran idea Hinata la de hincharme a patadas, bravo!
-¿Sé te o-ocurre algo mejor? Además, así te apago...
-Vale, vale, pero ves con cuidado con los... ¡¡Doh!! Con... con... con los cataplines...
-¡Oh! Lo-lo-lo siento mucho, N-naruto... Yo... este...
-No pasa nada... Ugh... Voy a morir chamuscado y con dolor de huevos, pero no pasa nada...
-Mirad, mejor dejadle esto a los mayores, ¿eh?- dijo Kakashi, aterrizando a su lado. Tenia una herida profunda a la altura del hombro y la cara cubierta de una capa de cenizas, pero parecía estar lo suficientemente bien como para poder burlarse de la desgracia de Naruto.-Bueno, eh... ¿Qué nos dijeron en la academia acerca de "que hacer si tu estúpido alumno tiene vocación de antorcha humana"? Hmm... Vaya, creo que ese día falte a clase...
-Ja, ja, ja, muy gracioso maestro- exclamo Naruto secamente- Pues que sepas que si me muero, volveré del otro mundo para atormentarte y obligarte a llegar puntual a las citas...
-¡Eso si que no!- tercio preocupado de verdad el ninja de pelo gris- ¡Elemento de agua! ¡Látigo del mar!
Un ligero chorro de agua surgió del subsuelo justo donde estaba Naruto, quien al instante quedo totalmente empapado y libre de peligro. Poniéndose serio para variar, el atolondrado ninja se dirigió a Kakashi en búsqueda de información y ordenes que recibir.
-¿Qué ha pasado con el enemigo? ¿Dónde esta Sasuke? ¿Y Sakurita? ¿Y el resto? ¿Qué hacemos ahora? ¿Me invitaras a Ramen cuando salgamos de aquí?
-Eh, eh, un poco de calma... Tanto Sasuke y Sakura...
-Estamos bien- exclamo sin aliento Sakura, aterrizando al lado de su maestro, mostrando un principio de quemadura en el brazo derecho y seguida inmediatamente por Sasuke, quien tenia una herida bajo la ceja y no podía abrir el ojo izquierdo a causa del goteo incesante de sangre.
-Están mas o menos bien, como puedes comprobar... El resto de vuestros compañeros han sido puestos a salvo y ahora mismo se dirigen hacia el exterior del bosque, al igual que nosotros...
-¿Y el enemigo?- pregunto airadamente Sasuke.
-El enemigo...- titubeo un instante Kakashi, algo impropio en él. Tras una rápida mirada de reojo a sus subordinados, dejo escapar un suspiro de resignación y prosiguió su explicación- El enemigo aun se encuentra en el epicentro del incendio... Misteriosamente aun sigue vivo, pero dudo mucho que resista mas que unos pocos minutos...
-...
-...
-¿Naruto?- musito débilmente Hinata.
-¿Sasuke?- susurro tímidamente Sakura.
-Era todo lo que necesitábamos saber- exclamaron al mismo tiempo los dos chicos y al momento se levantaron, con una absoluta determinación que refulgía salvaje en sus ojos.
-Me lo temía...- murmuro tristemente Kakashi.
-Un... un momento, ¿Qué pretendéis hacer? ¿No estaréis pensando en..? No, imposible...
-Lo siento Sakurita, pero es justo lo que estas pensando...
-Si el enemigo aun esta vivo, significa que el combate aun no ha llegado a su fin... Y el clan Uchiha se enorgullece de no haber huido jamás de una batalla...
-¡¡Pero no tiene sentido!! ¡¡No podéis arriesgar la vida así a la ligera después de haber estado a punto de morir!!
-Déjalo Sakura... No... No vas a p-poder convencerles... son más testarudos que una mula... ¿Verdad que, digamos lo que digamos, no nos vas a escuchar, Naruto?- tercio lánguidamente Hinata, quien empezó a dejar brotar unas considerables lagrimas que le inundaban el rostro. Naruto, incapaz de aguantarle la temblorosa mirada, giro el rostro y le dio la espalda a la chica de ojos blancos.
-¡¡Maestro, no saben lo que se hacen!! ¡Páreles los pies antes de que cometan una locura!
Kakashi también se levanto y se quedo de pie, observando fijamente a Naruto y Sasuke y adoptando una postura recriminatoria para con los chicos que les hiciese desistir de sus intenciones. Aunque ya sabia que eso era imposible. Y también sabia cuales eran las palabras que iban a salir de su boca, aunque deseaba con todas sus fuerzas cambiarlas.
-Bueno... No puedo hacerme cargo de todos vosotros en la retirada del bosque... Eh, así que... hmm... Hinata y Sakura, vosotras vendréis conmigo y Naruto y Sasuke nos seguiréis por vuestra cuenta... Lo que significa que no estaréis bajo mis ordenes... Y tendréis libre albedrío para elegir vuestro plan de acción e ir a donde vosotros queráis...
Dichas en otras circunstancias, aquellas palabras de Kakashi no hubiesen tenido mas trascendencia que las de unas ordenes cualquiera, pero en aquel lugar y momento, los cuatro ninjas inferiores entendieron el mensaje que su maestro les estaba dando. Les estaba mostrando su consentimiento y otorgándoles la oportunidad de decidir por si mismos que hacer. Echando un ultimo vistazo a las kunoichis y a su superior, Naruto y Sasuke se dieron la vuelta y se adentraron en el bosque. Hinata avanzo unos pasos y agarro suavemente la chaqueta de Naruto.
-Na... Naruto... Yo...
-Estate tranquila, "Jefa"... Vuelvo enseguida...
-¿Pero por qué hacéis esto? ¿Por qué preferís volver a un enfrentamiento en el que podéis morir... en vez de regresar a la villa con todos los demás?- dijo tristemente Sakura, haciendo claros signos de aguantarse las lagrimas y ocultando el rostro.
-Por que este... es nuestro camino del Ninja...
Los dos chicos habían desaparecido de su vista y en aquel extraño lugar rodeado de un mar de llamas tan solo quedaron los ecos de sus ultimas palabras mencionadas al unísono y la chaqueta de color naranja de Naruto que Hinata sostenía en sus brazos y ondeaba arrastrada por el viento, como si de una enseña de guerra se tratase.
Sobre el lago de aquel páramo del bosque sumido en el caos, se hallaba el misterioso ninja enemigo, relamiéndose en su propia malignidad, fantaseando con las visiones de los cadáveres calcinados de sus presas. Él haber quemado su chakra le convirtió en un sucedáneo de ser humano. Perdido todo raciocinio, ni siquiera se sorprendió al ver a Naruto y Sasuke aparecer entre los incandescentes árboles. Muy despacio, dejando marcadas sus huellas sobre la ceniza que cubría el suelo, se acercaron a su adversario sin quitarle la vista de encima. Él tampoco dejaba de observarlos y, sin pestañear ni una sola vez, se levanto para recibir a sus contrincantes venidos del mas allá. El pie de Naruto cayo sobre el agua y al igual que Sasuke, camino sin vacilar por encima de aquel espejo que les reflejaba a ellos, al ninja sin nombre ni rostro, al bosque moribundo y al cielo estrellado, imperturbable y ajeno a aquella devastación. Se detuvieron a pocos metros de su objetivo. Una ráfaga de aire recorrió el lugar, perturbando la quietud del agua y azotando las lenguas de fuego que se cernían sobre ellos. Un momento de silencio crepuscular antes de la lucha. Los ojos de Naruto. El Sharingan de Sasuke. La sonrisa ida del enemigo. El puño apretado. El cuerpo en tensión. Una gota de sudor recorriendo el rostro. Una mirada. Su replica. El corazón desbocado y acelerando el ritmo. El pulso disparado. La boca seca. Otra mirada. Otra gota de sudor. Una neblina cubriendo la mente. Todos los músculos y resortes de sus cuerpos a punto. El rechinar de los dientes. El goteo de la sangre del puño cerrado. Y por fin, una rama envuelta en fuego atravesando la negrura de la noche y haciendo estallar la superficie del lago, dando comienzo a la batalla.
Naruto y Sasuke golpearon primero pero no fue suficiente para tumbar a aquel manojo de trapos oscuros y carne ensangrentada. Su enemigo escupió unos shurikens de sangre que los muchachos pudieron esquivar a duras penas. Un directo del adversario le rompió el tabique nasal a Naruto, quien lanzo un contraataque tras encajar el golpe. Sasuke paro con las manos el rojizo filo cortante de un arma surgida de la nada. Naruto cayo medio hundido en el lago al recibir una patada en la nuca, pero se volvió a levantar. Sasuke se desplomo sobre sus rodillas, tiñendo el agua de rojo al recibir el impacto de mas shurikens en la pierna derecha, pero la herida no era problema para él y también se levanto. Una marabunta de replicas de Naruto hicieron de pantalla para que Sasuke clavara un kunai en el descubierto estomago del enemigo, pero al acercarse tanto, cayo fácilmente en sus garras y el ninja cubierto de oscuros ropajes, ignorando el apuñalamiento sufrido, empezó a romperle el cuello al joven Uchiha. Una patada seca en la mandíbula, de parte de Naruto le interrumpió el trabajo y le hizo volar unos cuantos dientes. Riendo salvajemente, su enemigo descargo una batería de golpes sobre ellos, fracturándole un hombro a Sasuke y rompiéndole unas cuantas costillas a Naruto. El joven ninja de cabello rubio arremetió otra vez con furia y otra vez se desplomo sobre una fría y húmeda lona. Escupió sangre y se levanto por enésima vez para encarar a su adversario. Su mirada estaba llena de rabia y en su fuero interno rugía sordamente como un animal. Sasuke embistió junto a él. La sonrisa de su enemigo cada vez era más forzada. Las heridas provocadas por aquellos dos niñatos le habían devuelto parcialmente a la realidad. Notaba el calor de las llamas, el dolor de los golpes, los huesos calados por culpa del agua y sobre su cabeza, implacable, notaba su tiempo agotarse. ¿Por qué no morían si se estaban desangrando? ¿Por qué no morían si una y otra vez les golpeaba en sus puntos vitales? ¿Por qué se levantaban una y otra y otra vez? ¿Por qué sus ojos brillaban con aquella intensidad? ¿Por qué no podía vencer a aquellos chicos? Fuera de si, fustigo con fuerza desmedida al aire, sin ningún tipo de control. Y a pesar de ser fácil de evitar, Naruto y Sasuke no apartaron la cara ante aquella agresión. Una herida exactamente igual les adornaba ahora la cara, a la altura de la mejilla, donde su piel se había levantado a causa del latigazo enemigo. Limpiándose la sangre que les recorría el rostro no pudieron evitar sonreír, a pesar de estar al limite de sus fuerzas y notar como sus piernas habían iniciado un temblor incesante, la emoción que les invadía hacia más llevadero el dolor. Estaban en éxtasis.
-¿Estas preparado, estúpido Naruto?
-Siempre lo he estado, condenado Sasuke...
-Muy bien entonces... Acabemos con él...
-Después de ti...
Tras oír las palabras de su aliado, Sasuke formo los característicos sellos del elemento de fuego y pronuncio sin vacilar el nombre de la técnica de la llama del Dragón, avivando aun más si cabe el infierno que era en aquel momento el bosque donde luchaban. El enemigo, incapaz de esquivar la demoníaca bola incendiaria que se le aproximaba, se cubrió lo mejor que pudo para no calcinarse totalmente. La intensidad del fuego era tal, que no podía creer que hubiese surgido de un cuerpo tan pequeño y joven. Pero no era el momento de perderse en divagaciones extrañas. Una avalancha de replicas de Naruto caía desde el cielo hacia él en cuanto las llamas se disiparon. Con una sonrisa desquiciada, arranco a reír cuando unas guadañas de sangre nacidas en sus antebrazos, despedazaron a la avanzadilla de chicos zorro.
-Ríe ahora que puedes, cacho energúmeno...- increpo una voz detrás suyo. Naruto estaba a sus espaldas, listo para atacar. Los clones aéreos tan solo fueron una distracción. Repleto de ira asesina, se giro a una velocidad de vértigo justo a tiempo para hundir sus garras en el pecho del chico y detener su envite a traición. La sangre que se derramo sobre el lago indicaban que no era un clon. Nuevamente, el ninja enemigo estallo en una malsana risotada. Y nuevamente, Naruto mantuvo la fiereza en su mirada y le recrimino, mas chulo que un ocho, su actitud.
-Je, je, je... Quien ríe primero, llora después... demente tonto del capirote...
De bajo la superficie del agua aparecieron cinco copias mas del ninja mas atolondrado de la villa. El ninja innombrable se percato de que había sido victima de un doble engaño, pero cuando quiso escapar no pudo retirar sus zarpas del plexo solar de Naruto, pues este le sujetaba firmemente el brazo. Atrapado, los clones descargaron con furia sus golpes, elevando con violencia hacía el cielo, seguido del ninja inferior que apretaba fuertemente los dientes para no desmayarse.
-¡Gran!
-¡Golpe!
-¡Especial!
-¡Combinado!
-¡De...!
-¡Naruto Uzumaki...!-mascullo dolorosamente el chico...
-¡Y Sasuke Uchiha....!- pronuncio su compañero, cuando los dos jóvenes descargaron un derechazo al mismo tiempo en el cuerpo de su rival. A punto de desvanecerse, el temible enemigo saco su ultimo aliento de fuerza y alimentado por el odio y con los ojos inyectados en sangre volvió su cabeza hacia los inconscientes que osaban enfrentarse a él. Más lo que sus ojos vieron en aquella caída en el vació, le provocaron un terror único que no había sentido en toda su mezquina vida. El chakra de sus adversarios iluminaba la noche y, en la pesada penumbra nocturna, el maltrecho ninja llego a distinguir un brillo rojizo en las pupilas de Naruto y un reflejo violeta en la silueta de Sasuke. Un poder que le oprimía el pecho y que paralizo todo su cuerpo le impidió evitar el definitivo y fulminante puñetazo que decidió el combate.
-¡... Ninjas de la Hoja!-proclamaron en un desgarrador grito los dos jóvenes, hundiendo su brazo en el corazón del ninja sin rostro, sin nombre y sin alma. Y entonces acabo. Aquellos dos chicos habían vencido, pero ni siquiera podían disfrutar de la victoria, por que al caer de nuevo al lago, el impacto brutal con el agua los dejo inconscientes.
-Así que, después de todo, esos dos te han vencido... susurro una voz desde un lugar lejano.
-¿Quién es... quien habla? ¿De quien es esta odiosa voz llena de horrible compasión...?
-Estoy aquí, soy Kakashi Hatake, maestro de Naruto y Sasuke...
-¿Dónde dices que estas...?
-Aquí... ¿No me ves?
-¡Estúpido! ¿No ves que he perdido la vista?
-...
-¿Dónde estamos? Incluso alguien de tu limitado intelecto será capaz de decirme eso...
-Estamos en un recodo del lago... La corriente te debe haber arrastrado hasta aquí...
-¿Y por que demonios estas tú aquí? ¿Acaso has venido a darte el gusto?
-Volví en busca de mis alumnos... Temí que no pudieran contigo... Me alegro de haberme equivocado...
-Tus cachorros han hecho un trabajo pésimo, digno de una villa de blandengues como la vuestra... Por su culpa ahora estoy sufriendo tu insípida conversación... ¡Para esto mejor la muerte!
-La verdad es que, en el fondo, también he regresado por eso...- dijo Kakashi, mientras en su mano se acumulaba un chakra azulado y que cantaba como una bandada de pájaros amenazante.
-Aaah... claro, vienes a completar el trabajo... Tipica actitud de progenitor protector...
-Aunque me parece, que no tendré la necesidad... Si te dejo así mismo morirás igualmente...
-Ju, ju, ju... ¿Eso es un acto de misericordia? Muy solemne y bonito de tú parte... Sr. Kakashi... En parte te estoy agradecido... No hubiese soportado la humillación de caer muerto por unas manos tan vulgares como las tuyas...
-Claro... Tendrás el honor de desaparecer de este mundo de manos de dos simples ninjas inferiores...
-¿Acaso eres idiota o qué? No voy a fallecer por culpa de esos dos mocosos, si no a causa de mi propia voluntad... Tal era mi destino...
-Si eso es lo que quieres creer...
-¿Crees que muero por su culpa, eso es, no? Bueno, pues me daré una ultima satisfacción privándote de ese erróneo pensamiento... Ju, ju, ju... Si... creo que aun podré mantener mi cabeza en alto y abandonar este mundo maldito y enfermo por mi propio pie...
Y con un ultimo esfuerzo sobrehumano, el ninja moribundo irguió el cuerpo, se incorporo parcialmente y concentrando la poca sangre que le quedaba en las venas manifestó una katana que se clavo en el vientre, dejándolo para siempre sin respiración.
-Yo... Yo me llamaba... Y-yo me llamaba...
Un golpe de viento fortuito apagaron las ultimas palabras del encapuchado y acto seguido su cuerpo cayo frió y muerto, descansando inerte en aquel páramo del bosque rodeado de llamas, que pronto desaparecería arrasado por un incendio que él mismo provoco.
-Guardare tu nombre en el recuerdo... Descansa en paz y no nos guardes rencor...
"Este olor... me es muy familiar... Es suave y aterciopelado... Huele a mañana y a verano... Y esta respiración, entrecortada y un poco nasal... También la recuerdo... ¿Entonces, ahora estoy en el regazo de Sakura?"
A una orilla del lago, a cubierto del fuego y las llamas, Sasuke se hallaba sumido en un placentero sueño que dio paso a una sufrida realidad, en que cada una de las numerosas heridas de su cuerpo le despertaron aparatosamente. Junto a él se encontraban Sakura y Hinata, velando por su salud. Sakura le mecía el pelo suavemente y procuraba no entristecerse por el lamentable estado de su idolatrado jefe de escuadrón. Al tener la cabeza en las rodillas de la chica, cuando Sasuke abrió los ojos se encontró con el rostro de la kunoichi de pelo rosado, que estallo de jubilo al ver que ya despertaba.
-¡Sasuke, te has despertado!
-Eso espero, por que si no es el caso que asco de sueño que estoy teniendo... ¡Ay!
-¿Estas bien?
-He estado peor... No te preocupes...
-Oye, que conmigo no tienes que hacerte el duro, ¿eh?
-Te digo que estoy bien...
-¿Seguro?-interrogo Sakura, al tiempo que presionaba levemente con el dedo en las costillas del chico Uchiha.
-¡Ay, Dios! ¡Para joder, que me duele todo! ¿¡Estas ya contenta!?
-Un poco...
-Pe-perdona Sasuke...-interrumpió una preocupada Hinata. La chica no había parado de escudriñar la zona desde hacia un buen rato.- ¿No estaba Naruto contigo...?
-¿Es que no esta aquí?
-Pu-pues no...
-Perdí el conocimiento en el ultimo instante de la pelea... quizás a Naruto también le pasara lo mismo y este en alguna parte del lago...
-En-entonces iré a buscarlo- dijo la chica de ojos blancos justo antes de partir.
-¡Ve con cuidado y suerte!- le grito Sakura cuando Hinata ya se alejaba.
-Ese estúpido no hace mas que darnos problemas... ¡Ugh! ¿Cómo es que habéis vuelto? ¿No estabais con Kakashi?
-En el ultimo momento el maestro se arrepintió de dejaros marchar... Dio media vuelta y salió en vuestra búsqueda... Nos ordeno que saliéramos del bosque por nuestra cuenta y ejem, buuueeeno... Digamos que, je, je, Hinata y yo decidimos que no saldríamos del bosque sin nosotros...
-¡Pero eso es una insensatez! ¡Podríais haber salido malheridas!
-¡Hablo el Sr. Sensato! ¡Como si tú fueras el mejor ejemplo!
-No es lo mismo...
-¿Y por que no, si se puede saber, eh?
-Si tú estas en peligro... Yo... Bueno... Yo estoy, eh, inquieto y... preocupado...
-Oh... ¿De veras?
-¡Tsk! ¡Tampoco mucho, no te creas! Lo... lo-lo normal, vaya...
-Tonto... ¿Y crees que yo no sufro por ti...?
-No quiero que sufras por mí...
-Lo mismo digo...
-¿Sakura...?
-¿Sabes...? En el fondo... sabia que no te pasaría nada... Que aun estarías aquí...
-...
-...
Un árbol de enormes proporciones cayo calcinado a tan solo unos pocos metros de donde se encontraban y la rama de otro mas cayo sobre el agua del lago que salpico a los dos ninjas inferiores.
-Será mejor que nos vayamos de aquí o aun tendremos una muerte a destiempo...
-¿Nos quedamos sin escena romántica?
-Eso parece... venga, salgamos de aquí...
-Anda ven, que te llevare sobre mis espaldas...
-¿Eh, que? No, no, no, quita... Quita te digo, Sakura...
-Pero si no pasa naaaada... Nadie nos va a ver, tranquilo...
-Dios, que vergüenza...
-Tu procura descansar... Y deja que sea yo quien te proteja esta vez...
Pero Sasuke no pudo escuchar aquella ultima frase por que ya se había dejado llevar al reino de Morfeo, dejando caer el cuerpo sobre las espaldas de Sakura y con el rostro acurrucado en los cabellos de la chica inicio un descanso del que hacia mucho tiempo que no gozaba.
No había ninguna duda. Había recorrido todo el perímetro del lago. Había inspeccionado todos los recodos o lugares circundantes. Incluso se había valido del Byakugan para encontrar de una vez por todas a Naruto. Y no había visto ni rastro. La solución, pues, era obvia. El chico a quien Hinata tanto admiraba estaba aun en el lago. Y por mucho que Arquímedes metiera baza en el asunto, el chico Uzumaki no estaba flotando en la superficie. Hundido en las profundidades de aquel pozo sin fondo, seguramente inconsciente, la vida de Naruto pendía de un suave hilo que no tardaría mas de unos minutos en ceder. La negra capa de la extensión de agua apabullaba a la pequeña ninja inferior y frente a aquella basta inmensidad Hinata se sentía insignificante e impotente. Pero el rostro de su subalterno de escuadrón, la sonrisa traviesa del chico por el que su corazón latía tan intensamente, las palabras llenas de seguridad del ninja mas atolondrado de la villa le infundían un valor desconocido hasta ahora en la chica. Sabia de sobras que no era una gran nadadora. Y también sabia que aguantar la respiración no era una de sus mayores virtudes. Pero sin embargo, sabia perfectamente que no podía darle la espalda a su compañero y que se lanzaría a su rescate aunque ello pudiera costarle su propia vida.
-No puedo huir... ¡Este también es... mi camino del Ninja!
CONCLUIRA...
Daily Konoha, el periódico de los ninjas:
Aquí esta de nuevo ante todos ustedes un nuevo capítulo de este irregular Fic Ninja. Este es el penúltimo capítulo como la mayoría de vosotros ya sabéis, con lo cual en el 10 diremos adiós a las desventuras amorosas de Hinata, Sakura, Naruto y Sasuke (Por que os recuerdo que esto era una comedia romántica en un principio, que se me vaya la olla no quita que me olvide de los amoríos :P). He de dar las gracias a la gente que hasta el día de hoy ha estado mandando reviews y espero que así siga siendo en el futuro. Respecto a los temores, dudas o encabronamientos varios debido a la tardanza de este capitulo, os debo una explicación.... Es que ni yo me acuerdo de cuando salió el octavo... Esperad que lo mire... ¡En abril, ni más ni menos! Lo cierto es que empecé a escribir este noveno capítulo a principios de mayo y lo he acabado a finales de septiembre ¿Por qué? Por que en ese espacio de tiempo he estado sin ordenador, mira tú que cosa... TT
Y a día de hoy aun estoy sin Internet, con lo cual cuelgo este capitulo desde casa de un colega (Thanks Miguelon ;-))... Ya sin mas que decir me despido esperando vuestros comentarios, criticas y demás y animándoos a leer seguidamente el ultimo capítulo de esta historia, que como ya le había comentado a ciertas personas, se publica conjuntamente al noveno (algo bueno tenia que tener tanta espera, ¿No? )
Pues eso, que nos leemos pipol... ;-)
Sylvian
PD: ¡Que largo que me ha salido el maldito capítulo! Siempre me pasa lo mismo tras tener un tiempo parado el Fic... U
TRAILER DEL EPISODIO X
"Por fin, tras tanto tiempo esperándolo, los deseos de Hinata... se hicieron realidad"
