1- Esta noche se encuentra usted especialmente guapa
Minerva McGonahal golpeó suavemente en la puerta antes de entrar. Dentro de la habitación el hombre que estaba de pie mirando por la ventana con aire distraído se giró hacia ella.- ¿Profesor Snape?, Filch me ha dicho que quería verme.
- Si, así es, pase por favor profesora McGonahal. Gracias por haber venido tan pronto
Minerva entró en la habitación del profesor de pociones cerrando la puerta tras ella
- ¿Qué ocurre?- preguntó
- Tengo que pedirte un favor- le respondió él serio.
- ¿Cuál?
- ¿Podrías encargarte tu este año de vigilar que no ocurra nada durante el viaje de Potter hasta el colegio?
- Pero....- comenzó a decir la profesora con voz vacilante
- Si, lo sé, no tengo derecho a pedírtelo, y menos aun este año que...
- ¿Y porque no podrás tu?- le interrumpió
Severus Snape se quedo en silencio sin terminar la frase, mirando a la profesora, tras la pregunta. Soltó un casi inaudible suspiro y se giro hacia la ventana antes de contestar.
- No voy a poder estar porque tengo que salir de viaje el fin de semana. Es muy probable que no pueda volver a tiempo para el lunes. Si puedes me gustaría que se lo dijeras a Dumbledore , coméntale que es un asunto familiar. El ya lo sabe claro, pero así será oficial. – intentó darle a estas ultimas frases un tono intrascendente.
Minerva permaneció en silencio, esperando que continuara, pero el sólo añadió
- Tengo que ir Minerva
- ¡Diles que no puedes!, ¡que es el comienzo del curso y no puedes faltar!!- dijo ella alterada
- Eso dije, pero no lo aceptaron e insistieron. Lucius dejó bastante claro que él no aceptará otro retraso.
- ¿No puedes decirle que Dumbledore sospecharía?, ¿que sería peligroso?- le preguntó ligeramente esperanzada
- He usado esa excusa ya muchas veces, ...y lo sabes- dijo rechazando la sugerencia, girándose y mirándola a los ojos- En todas esas ocasiones Malfoy ha podido interceder por mi, pero ahora no.
- ¡Menudo cretino!- estalló sin poderse contener- ¡Es como su estúpido hijo, solo tienes que decirle lo que quiere oír!. Realmente cree que gracias a él he vuelto con los mortífagos, y está orgulloso de haber conseguido para su señor un espía dentro de los muros de Hogwarts.
Tras decir esto se quedó callado y fijó la vista en el suelo. Un incómodo silencio llenó la habitación.
- ¿Te dijo para que tenías que ir? - preguntó la profesora McGonahal finalmente, con visible resignación en su tono de voz
- Para lo que tarde o temprano nos imaginamos que pasaría. El señor tenebroso quiere verme en persona. Supongo que querrá comprobar mi lealtad...
- Severus...- comenzó a decir ella con voz temblorosa
- Si, lo sé - le cortó el de forma algo brusca y sin dejar de mirar al suelo
- ¿No estas asustado?
- Estoy aterrado- dijo en casi un susurro mientras levantaba de nuevo la mirada hacia ella- Pero hay algo que me preocupa mas que, bueno, que mi propia integridad física – la última frase le hizo esbozar una amarga sonrisa.
- La maldición Imperius – añadió Minerva adivinando los pensamientos de su compañero.
- Exacto, si me descubren, quizás en lugar de matarme me conviertan en un títere, como a Crouch.... Entonces si que me convertiré en su espía de verdad. No podré hacer nada por evitarlo, y no tendré manera de alertaros – en su voz se mezclaban el miedo y la frustración.
- Eso no es del todo cierto- dijo McGonahal con un extraño brillo en los ojos
- ¿Qué quieres decir?, ¿sabes una manera de resistirse a la maldición Imperius?- preguntó suspicaz
- Lamentablemente no, pero quizás si haya una manera en que puedas avisarnos
- ¿Cómo? ¡no seré dueño de mis actos!- dijo Snape casi perdiendo la paciencia
- Exacto. Piensa esto, cuando regreses si no ha ocurrido lo que temes me dirás algo. Una frase en clave. Si estás dominado por la maldición no podrás, entonces lo sabremos- dijo casi exultante
- Pero lo averiguarán y será lo mismo- le respondió con pesimismo
- No, no lo averiguarán profesor Snape- dijo con el mismo tono de reproche que usaba en clase, para sus alumnos molestos.
- Si lo harán, de la misma forma que hicieron con la pobre Bertha
- Leer mentes no es tan sencillo como parece. Hay miles de pensamientos y recuerdos. Si no saben lo que están buscando no lo encontraran. Averiguaron lo de Bertha porque le habían borrado la memoria y eso llama mucho la atención. Y tú, precisamente tú, lo sabes mejor que nadie - concluyó
Snape la escuchaba atentamente pero con una mirada algo escéptica, e ignorando contestar a la última reprimenda.
- Si usamos como frase en clave algo banal y poco importante, que sólo tu y yo sepamos lo que significa, no podrán descubrirlo- continuó explicando a su compañero
- ¿Algo banal?- preguntó levantando una ceja con curiosidad
- Si, algo que parezca casual, algo que pueda surgir en una conversación
- Pero si es algo así, ¿cómo sabrás que realmente estoy usando la clave y no ha sido casualidad?- siguió objetando. Minerva se preguntaba si quería molestarla saboteando su idea.
- Porque puedes usar una expresión que no suelas usar nunca, así lo sabré - dijo ella con una sonrisa triunfante. La sonrisa de quien ha dado con la respuesta a un acertijo
- Puedo decir que estás muy guapa- dijo Severus Snape, mirándola a los ojos con una expresión indescifrable.
- Si,..si, puedes decir eso, es algo que no dirías nunca- dijo Minerva sonrojándose levemente pero sin dejar de mirarle a los ojos
- Minerva...
Musitó Snape manteniendo durante unos segundos sus ojos en ella. Pero enseguida desvió la mirada, y fijando su atención en algún punto de su escritorio continuó
- Realmente eso no es lo único que me preocupa- añadió de nuevo con voz preocupada mientras se apoyaba en el borde de la mesa
- Ah...¿no?- preguntó ella con un hilo de voz mientras encontraba también muy interesante los estantes, de componentes de pociones, del profesor Snape
- El señor tenebroso, en la época anterior a su caída, nos comentó un proyecto que tenía en mente. Algo que le ayudaría a vigilar a sus mortífagos más de cerca
- ¿Qué clase de proyecto? - preguntó ella comenzando a asustarse
- Añadir una serie de encantamientos a su marca. De manera que no solo estaríamos vinculados a él, sino que también pudiera oír y quizás ver a través de nosotros. Seríamos sus oídos en todas partes , sus ojos...
Minerva contuvo un grito de horror tras comprender las consecuencias
- ¿Y si ha vuelto a retomar esa idea?, ¿y si lo ha conseguido?- preguntó subiendo el tono de voz hasta casi gritar. Mirándola y sujetándose el antebrazo izquierdo con la mano derecha, como si le doliera.
- Severus, eso es una posibilidad muy remota, y si por desgracia eso ocurre hallaremos la forma de solucionarlo. Dumbledore hallaría la manera. Confía en él ,confía en mi.- intentó tranquilizarlo cogiendo su brazo izquierdo con suavidad entre sus manos y arrodillándose junto a él
- Si, además...¿qué otra cosa puedo hacer?- dijo sonriendo amargamente recuperando el control
Por un momento la profesora McGonahal siento deseos de abrazarlo muy muy fuerte. Tan fuerte como para hacerle daño. Quería confortarle y castigarle a la vez. Pero en lugar de eso mantuvo la mirada unos segundos, luego le soltó el brazo con suavidad y se levantó encaminándose hacia la puerta.
- Voy a ver al director, profesor Snape- dijo mientras abría la puerta- Le diré que tiene que ausentarse unos días por motivos personales. Nos veremos en la cena
Esta ultima frase la dijo en un susurro. El profesor de pociones solo asintió ligeramente con la cabeza y se quedó mirando durante largo rato la puerta que había cerrado ella al salir. Luego, de forma cansina, se incorporó y comenzó a preparar la maleta.
El gran comedor del colegio Hogwarts se hallaba completamente iluminado. Como siempre miles de velas encendidas flotaban llenándolo todo con una luz cálida. Sentada junto al director Minerva McGonahal se sentía especialmente inquieta. Afortunadamente el expreso de Hogwarts había hecho su trayecto anual sin ningún percance pese a lo esperado. Los alumnos de cursos superiores empezaban a llenar el comedor mientras esperaban que Hagrid viniera con los de primero tras cruzar el Lago.
Harry Potter se encontraba entre ellos, hablando como siempre con Hermione Granger y Ron Weasley, sano y salvo. Por fin bajo los protectores muros del colegio. Debería sentirse tranquila de que todo hubiera salido bien. Felicitarse de no haber tenido que intervenir para proteger al joven Potter. Estar contenta. Pero no lo estaba.
Sentía un nudo en el estómago y una creciente aprensión de la que no sabía, o no quería saber el origen. Pero el mismo Harry Potter fue quien le hizo enfrentarse a aquel detalle que pretendía ignorar. El muchacho, con una expresión seria y quizás de preocupación mantenía la mirada fija en el asiento vacío que se encontraba junto a ella. La silla del profesor Snape.
Nunca supo como lo consiguió, pero horas después, tras finalizar la ceremonia del sombrero, se encontraba comiendo y charlando con los demás profesores con naturalidad, como si no pasara nada. Nada. Dumbledore parecía realmente disfrutar de lo lindo del banquete, como siempre, pero de vez en cuando le dirigía miradas y leves sonrisas tranquilizadoras.
Él entró cuando iban por los postres. Vistiendo su sobria túnica negra de siempre y entrando de forma tan discreta que nadie se dio cuenta. Excepto quizás Potter y sus amigos desde la mesa de Gryffindor. El profesor Snape se acercó a la mesa de los profesores. En su cara el mismo gesto huraño de siempre, parecía el mismo Snape de hace unos días,... quizás un poco mas pálido.
Dumbledore se levantó de su asiento y le dio la bienvenida de forma efusiva, como acostumbraba a hacer. Le preguntó por los asuntos familiares que le habían retrasado. Snape contestó de forma escueta a sus preguntas y soportó con paciencia el entusiasmo de su director. Tras disculparse fue a sentarse en su sitio. A esas alturas la profesora McGonahal se estaba poniendo realmente histérica. Sujetaba con tanta fuerza la servilleta entre sus manos que esta peligraba con romperse en cualquier momento. Pese a ello se mantuvo aparentemente serena durante todo ese tiempo, e intentó no mirarlo directamente mientras se sentaba junto a ella.
- Buenas noches profesor Snape, me alegra verlo ya entre nosotros- consiguió decir a una velocidad normal.
- Buenas noches profesora McGonahal....- le contestó tras girar levemente la cabeza y mirarla
Durante unos segundos que parecieron eternos Minerva aguantó la respiración esperando que Snape completara la frase ,temiéndose lo peor.
- ..., esta noche se encuentra usted especialmente guapa
- Mu...muchas gracias profesor, es usted muy amable- respondió ella cuando su corazón volvió a latir, y tras conseguir reprimir la sonrisa que hubiera inundado por completo su rostro
Continuaron la conversación, de la forma usual, sobre lo que había ocurrido en el salón durante su ausencia. Entre frase y frase ella le preguntó con gestos casuales y miradas sobre el asunto que les preocupaba. Él asintió con la cara ensombrecida mientras sujetaba momentáneamente con la mano derecha su antebrazo izquierdo. Volvió asentir tras rozarse ligeramente la oreja, pero negó de forma casi imperceptible cuando se frotó los ojos, como si estuviera cansado y tuviera sueño.
Minerva comprendió, Voldemort no lo había descubierto, de momento. Pero había conseguido manipular su marca, ahora escucharía todo lo que Severus escuchará.
- Bueno- dijo interrumpiéndole en un momento de la conversación- lo importante es que ya está aquí, de nuevo con nosotros.
Y lo miró intentando infundirle animo, que pese a todo hallarían una solución. El sonrió tristemente y asintió mientras le decía
- Cierto, no hay ningún lugar como Hogwarts.
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unas
mini aclaraciones:
El apellido de minerva esta mal
escrito, la primera vez fue equivocación, pero lo mantengo.
Ahora lo uso como excusa de que esta es mi particular versión
de ella, la veo mas joven que en la peli :P
Después de
todo Jo en los libros la describe como una bruja de mirada severa y
cabello negro, no hace ninguna mención a que aparente ser tan
mayor como la ponen en la película.
