Ron se despertó muy temprano, tan solo eran las 6:30 de la mañana. Pero debía darse prisa, así que se levanto y fue a ducharse, se lavo bien el pelo y se afeito con esmero. Se vistió con la mejor ropa que tenía, y a eso de las 7:00 salió hacia la Sala de los Menesteres. Sabia que contaba con una hora, pues Hermione siempre se levanta a las 8:00.
Le llevo 15 minutos llegar a la sala, y tras pasar 3 veces por delante del sitio indicado, concentrándose en lo que quería, la puerta apareció. En el interior había varias mesas con un montón de ramos. Todos eran diferentes, variaban en el tamaño y cantidad de las rosas. A Ron le llevo su tiempo elegir el ramo que le llevaría a su querida Hermione. Después de observar todos los ramos, una y otra vez, se decidió por uno precioso: tenia 16 rosas hermosas y su tamaño era perfecto para llevarlo cogido, como a un bebe.
A las 7:45 ya estaba de regreso en la sala común, fue una suerte que no se encontrase con nadie pues se habría muerto de vergüenza. Volvió a su dormitorio, se peinó (otra vez) y se echó colonia. Se dio la vuelta y comprobó que todos sus compañeros estaban dormidos, y Neville como siempre, roncaba a pierna suelta.
Sabia que no podía pisar las escaleras de los dormitorios de las chicas, porque se convertirían en una rampa. Como ya lo había pensado, uso un encantamiento levitatorio, apuntándose con la varita a si mismo:
–Levitrium!- dijo, en voz baja
Gracias a este hechizo pudo subir flotando justo por encima de las escaleras. Cuando llegó arriba, sin hacer ruido, dijo:
–Finite incantem!- y pudo seguir su camino con los pies en el suelo.
Como las chicas de 6º eran pocas, cada una tenia su dormitorio. El de Hermione estaba, según le había dicho Ginny, al final del pasillo. Ron caminó silencioso, pasando por delante de muchas puertas, detrás de las cuales dormían todas las chicas Gryffindor.
Por fin llego a una habitación, cuyo letrero rezaba:
Hermione Granger
6º curso
Prefecta
Ron estaba nerviosísimo, le temblaban las piernas. Pero estaba decidido, hoy se iba a declarar aunque se llevase la decepción de su vida.
Llamó a la puerta y esperó. Al instante se oyó una voz femenina:
–Sí, un momento por favor!- dijo Hermione
Unos minutos más tarde Hermione abrió la puerta y se quedo pasmada.
–Felicidades Hermione!- dijo Ron, entregándola el ramo
–Vaya... muchas gracias Ron, son preciosas!- dijo ella cogiendo el ramo
Hermione estaba tan roja que podía haberse confundido con un miembro de la familia Weasley.
–Quieres pasar?- ofreció Hermione
–Eeeeeh... vale.- aceptó Ron
Ron nunca había estado en la habitación de Hermione, así que se entretuvo fijándose en todo. La habitación de estaba muy limpia, tenia su cama con dosel, un montón de estanterías repletas de libros, un armario grande y negro, un escritorio bastante antiguo pero bien conservado, y en él, fotos mágicas de sus padres, de Harry, Ginny, Ron, y gente.
Los 2 se sentaron en la cama y Ron dijo:
–Hermione, he venido a decirte algo que quería contarte hace mucho tiempo.
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Ola otra vez!! q? interesante no? pues os voy a djar cn la intriga hasta mañana, jeje
