-No puedo. Tienes una hermosa vida por delante, en la cual serás amada por un hombre que pueda darte lo que yo nunca podría... Una vida feliz.- dijo Draco mientras gimoteaba amargamente.

-Me hablas de felicidad, Draco? Dios mío! Que injusto eres!. Draco, tú muy bien sabes dónde y con quién está mi felicidad. Solamente contigo... con nadie más. Acaso es mucho pedir? Un poco de compasión de tu parte?-

-Entiende, yo por mi daría lo que fuese por llevarte conmigo. Pero si hice lo que hice fue por tu felicidad, no puedo echar todo al desperdicio. Si te llevo conmigo te privaré de las maravillas que te esperan, y no puedo hacerte eso. Pero te juro, Hermione Jane Granger, que te amaré por siempre.

Show me the meaning of being lonely
So many words for the broken heart,
its hard to see in a crimson love,
so hard to breath,
walk with me and maybe
nights of light so soon become
wild and free I could feel the sun
your every wish will be done they tell me

-No me digas más eso. Si tanto me amaras como dices no me hubieses dejado sola. Tú muy bien sabías lo que yo sentía por ti. Pero no te importó y te marchaste. Te fuiste dejándome sola en el olvido..-

Dicho esto Hermione cayó al suelo de bruces. Se había desmayado. Draco, en su auxilio, se arrodilló junto a ella y comenzó a zamarrearla en busca de signos vitales. Pero nada, ni siquiera chistaba. Comenzó a preocuparse, no podía ser lo que él pensaba. Posó su oído derecho en el corazón de la desvalida pequeña, y logró escuchar lo que quería. Sus latidos aún estaban prominentes, lo cual quería decir que sus sentimientos más temidos eran erróneos. La abrazó con todas sus fuerzas, pero se dio cuenta que era peor. Su cuerpo le proporcionaba frío al de su amada, él no tenía calor corporal, él era un espectro que había tomado contextura humana gracias a un hechizo. Lloró de nuevo, no podía creerlo. Pero, cómo era posible? Si al momento de besarla sintió muy bien ese calor ya reconocido que inundaba su cuerpo. No entendía nada. Se encontraba en un mundo desperdiciado de esperanzas. Quería llevársela, quería tenerla por siempre a su lado. Pero no, no debía ser cruel. Debía solo vigilarla y cuidarla desde lo alto, sin importar si se fuera con otro. Pero, cómo podría? Si la amaba tanto! Quería protegerla contra todo mal, hacerla feliz, morir junto a ella. "Ja, ya estoy muerto", dijo sarcásticamente. Dumbledore le había dicho lo que debía hacer.

-Draco, si te estoy dando esta oportunidad es para que la consueles. Trata de no descontrolarte tú, ella necesita mucha comprensión y explicaciones de parte tuya. Si hago esto es para volver a ver a la señorita Granger que todos conocimos alguna vez. No me agrada y me entristece ver a una Hermione en la penuria, ensimismada en un mundo sin sentido. Así que, te daré media hora. Nada más-

Hermione no despertaba. Sería así el final de todo? En diez minutos más desaparecería para siempre, sin haberle dicho por última vez cuánto la amaba. Comenzó a llamar a Albus, en busca de auxilio. Pero nada.

Show me the meaning of being lonely
is this the feeling I need to walk with
tell me why I can't be there where you are
there's somethin' missin' in my heart
Verse 2
Life goes on as it never ends
eyes of stone observe the trend
they never say forever gaze, if only,
beauty roams to an endless love
there's no control are you with me now
your every wish will be done they tell me

-Hey! Tú, si tú idiota!-

Draco se volcó bruscamente. Miró por todos lados, sin encontrar cuerpo alguno.

-En el cuadro inepto! Eres igual de despistado que mi tataranieto.- gruñía Phineas Nigellus.

-Y usted? Qué demonios hace acá? Qué quiere? – dijo despectivamente Draco.

-Jóvenes de hoy! No tienen modales. Claro, si yo fuese el director to...

-Puede irse?!?!?!?! Me hace perder tiempo!.- vociferó Draco, interrumpiendo al ex director de Hogwarts.

-Idiota. Dumbledore me mandó, porque créeme que yo no ven..

-Puede apurarse?- comenzó a impacientarse el fantasmagórico chico.

-Claro, claro. Y después ni las gracias dan. Solamente me mandó en tu auxilio. Por si tenías preguntas o alguna duda o qué se yo. Me dijo que te había oído llamarlo. Así que dime, en que te puedo ayudar? Aunque créeme no me agr...

-Yo, puedo sentir? Ella, puede sentirme?- lo interrumpió Draco. El tiempo era corto, no debía desaprovecharlo en las barbaries que decía el tatarabuelo de Sirius Black.

-Claro. El hechizo te hizo tomar forma humana. Dejar de ser un espíritu, pero aún así eres frío al tacto. Verás, no todo puede ser perfecto. Si lo fuese, mi estúpido tataranieto Sirius no hubiese mu...

-Cómo puedo despertarla?-

-Qué? Acaso crees que soy medimago? Espera, ya se despertará... Bueno, otra pregunta?

-Sí, la última. Dumbledore está presenciando cada momento o suceso ocurrido acá?- preguntó temeroso el blanquecino, casi platinado, muchacho.

-Claro. No quiere que cometas estupideces. Tú sabes bien para qué viniste acá. Bueno, ahora me voy, debo ir a vigilar la mansión Black.

Phineas había desaparecido. Dumbledore los vigilaba. Hermione no despertaba. Y Draco, desesperado porque el tiempo se agotaba. Miró a sus alrededores, sí, debía llevársela con él. No podía dejarla, no se lo perdonaría jamás. Todo estaba en sus manos. Pero, y si Dumbledore se entrometería? No, no podía hacerlo. Era mucho riesgo. Por otro lado, era privarla de la vida. Pero, ella quería. Se lo había pedido.

Sólo quedaban cinco rapidísimos minutos. Era ahora o nunca. Se paró, sin importar lo que sucediera, y se dirigió al escritorio del anciano. Buscó en los cajones, y nada. No había nada que lo ayudara a llevarse a su princesa a su reino. Se dirigió a una arcaica gaveta situado en un rincón. Comenzó a buscar; libros, bolas de cristal, pergaminos, plumas, una navaja, calderos, plumas, escarabajos embotellados. Un momento, sí! Eso le servía, la navaja. La tomó con su temblorosa mano y corrió junto a su bella amada que yacía aún sin discernimiento. La miró, se veía bellísima. Tocó su mano, en busca de pulso. Tocó su corazón, en busca de latidos. Lamentablemente los había. Pero no por mucho, él haría que fuese así.

-No puedo- se dijo. Le era imposible asesinar a su adorada Hermione. Pero sentía una necesidad de hacerlo, de verla morir y reunirse junto a él en la otra vida. Juntó su mano, sosteniendo la navaja, junto al pecho de Hermione. Comenzó a presionar, pero no. No podía. La soltó. Solo dos minutos le quedaban. Y se iría sin un adiós, sin un beso, ni una caricia. Se iría sin nada.

There's no where to run I have no place to go
surrender my heart body and soul
how could it be you asking me to feel things you never show

-Hazlo. Draco, por favor llévame contigo.- susurró Hermione.

Como un obediente canino que obedece a su amo, el chico de cabellos dorados volvió a adjuntar la navaja al corazón de la chica de cabellos enmarañados.

Poco a poco vio como su amada niña distorsionaba su cara, haciendo una mueca de profundo dolor.

-Hazlo rápido.-

Dumbledore veía todo lo que ocurría, pero no podía impedirlo. El amor que ambos se tenían era demasiado puro, demasiado grande. Miró como la alumna más inteligente que Hogwarts tenía se iba poco a poco. Aunque sus ojos se llenaron de lágrimas, pronunció una leve sonrisa. Sabía que eso era lo que Hermione quería, lo que la podía salvar de aquella tortura que vivía.

-Duele, duele mucho. Pero estoy feliz Draco. Estaremos juntos por siempre. Nada ni nadie nos podrá separar. Nunca, te lo juro. Te seguiré si es necesario más allá de la muerte.- sollozaba una feliz Hermione.

-Te prometo, amor mío, que nunca más te dejaré sola. Nunca más.-

Draco posó sus labios en los de Hermione, esperando el momento final. Sus latidos se hacían la nada, ya no se sentían.

-Oh, Draco. Estoy viendo una luz, tú también la viste?- preguntó sin aliento ya la pequeña.

-No mi vida. No la vi, y tú tampoco la estás viendo aún. Esa luz que ves es la luna.-

-La luna? Pero si no había salido en un mes! Exactamente desde el momento en que tú te fuiste!-

-Qué no entiendes? Estamos juntos. La felicidad de la luna depende de nosotros. Quiere decir, que esta vez esta vez estaremos juntos siempre- dijo Draco llorando, de felicidad.

Y era cierto. Al momento en que Hermione se fue junto a su idolatrado Draco, la luna brilló más que nunca. Era tanto el resplandor que provocaba, que el que la mirase quedaba encandilado. La luna estaba feliz, feliz de ver que los sentimientos más puros existentes jamás, se unirían para siempre.