Capitulo Tres
- Definitivamente nada como lo del año pasado - rectificó Ginny saliendo de su ensimismamiento- Pero de todas formas este año vamos a tener más de una sorpresa.
Una risa clara las interrumpió, al darse vuelta se toparon con Blaise Zabini.
- Te pareces a la Trelaweney - dijo entre risas
Hermione muy a su pesar tuvo que admitir que era graciosos y pronto los tres estaban riendo.
Saliendo de la parte trasera de la tienda Draco los miraba con su eterna mueca de superioridad y una platinada ceja arqueada era lo único que delataba su curiosidad. Zabini se acerco a él y apoyo una mano en su hombro mientras decía:
- Parece que Virginia esta entrenando para ser la próxima profesora de Adivinación.
- Primero beso un Malfoy- espetó con asco Ginny, lo que provoco que los demás rieran, menos el rubio.
- Eso quisieras tu- siseo Draco
Antes de que Ginny pudiera contestarle, el empleado de la tienda se acerco con una gran sonrisa.
- ¡JEFE! ¡JEFE! No lo puedo creer... ¡Oiga Jefe!- gritó emocionado- ¿Adivine quienes están aquí? Las Señoritas Granger y Weasley están aquí!!
Aquello basto para que los clientes que se encontraban allí se acercaron con murmullos de sorpresa y felicitaciones.
Hermione suspiró resignada y luego de algunos minutos diplomáticamente dijo:
- Ustedes sabrán disculpar pero Ginny y yo necesitamos terminar nuestras compras.
La gente poco a poco fue despejando el paso y pronto volvieron a quedar solo los cuatro jóvenes.
- ¿Disfrutando un poco de fama?- bufó Malfoy indignado- ¿tanto tiempo al lado del cabeza rajada por fin las afecto?
- ¿Celoso Malfoy?- murmuro Hermione
- ¡Ja! Sí como no, ¿quien quiere estar junto a San Potter todo el día?
- No lo decía por eso Malfoy- aseguro la bruja con una sonrisa burlona.
- ¿Que?... Ah! Ya veo- la voz de la rubia serpiente se volvió más fría- ¿Crees que me importa la medallita que te dieron?
- ¿Medallita? Bueno Draco, tienes que admitir que no es una medallita- murmuro Blaise. A Ron, Hermione, Ginny, Blaise, Pansy y por supuesto a Harry les habían concedido la Orden de Merlín Primera Clase por los sucesos del último curso.
Hecho que no solo había dejado furiosos a los Malfoy sino también a cierto profesor de pociones.
Ginny y Hermione haciendo soberanos esfuerzos por contener la risa intentaban concentrarse en las túnicas que tenían frente a ellas. Mientras Zabini era objeto de la mirada más asesina que Draco había expresado nunca.
Queriendo pasar por alto lo que ocurría Ginny le comento a su amiga:
- ¿Harry te dijo lo del tatuaje?
- ¿Que tatuaje?- pregunto Hermione colgando y descolgando perchas
- La calavera que se tatuó- fue la respuesta despreocupada de Ginny- Yo también me la hice.
Tres pares de ojos se posaron sobre la pelirroja.
- ¿Que?- pregunto con aire inocente
- Harry...... tu........ Harry y tu......- logro decir entre jadeos Hermione. Los Slytherin guardaban silencio pero su sorpresa era igual o mayor.
- ¿Que?- volvió a cuestionar inocentemente. La palidez del rostro de su amiga la hizo apiadarse- ¡Caíste Herm!
- ¡¡¡Como eres Ginny!!!
- Soy una Weasley, hermana de Fred y George ¿que esperabas de mi?
- Ginny, no juegues con algo así, ¿me entiendes?¿Como vas a decirme que tu y Harry se hicieron la marca tenebrosa?
- En primera yo nunca dije que nos tatuamos la marca tenebrosa, dije c.a.l.a.v.e.r.a. y en segunda para que te quedes tranquila ni fue una calavera ni usamos magia, nos tatuamos a la manera muggle.
- Weasleys no tienen remedio- se resigno Hermione- ¿y que se tatuaron y donde?
- Yo me tatué una luna y un sol, aquí - dijo Ginny señalándose el hombro derecho un poco por debajo de la clavícula - Y no sé que se tatuó Harry, no me quiso decir y cuando le pedí que me lo mostrara se ruborizo tanto que pensé que se prendería fuego, me dijo que no podía mostrarme donde se lo hizo.
Fue el turno de Hermione de ruborizarse violentamente.
- ¿No creerás que...?- comenzó a decir
- Yo prefiero no creer- concluyo Ginny- ¿Nos vamos? No encuentro nada que me guste.
- Si vamos.
Los dos Slytherin que escucharon en silencia la conversación de las chicas partieron poco después en la dirección opuesta.
Draco iba sumido en sus pensamientos cuando Blaise lo agito por el brazo.
- ¡¿Pero que te pasa!?- le gritó el rubio soltándose
- ¿A mi? Hace rato que te estoy llamando y nada.
El heredero de los Malfoy estuvo a punto de soltarle una frase mal sonante, pero Zabini se le adelanto.
- ¿Que es lo que te tiene así?
- Demasiadas cosas en poco tiempo- murmuro el rubio
- ¿No será que la conversación con las chicas te perturbo?- comento el otro
¡Merlín! si las miradas mataran Blaise hubiera caído fulminado, pero como buen Slytherin siguió sin inmutarse.
- Así que es eso. En verdad estas celoso.
Draco paro su marcha de golpe y con un único movimiento su varita esta apoyada en medio del pecho de su compañero.
- Vuelve a repetirlo- siseo Malfoy- si te atreves
- ¿Hijo? Parece que la discreción no es tu fuerte- el tono de Lucius era calmado y pausado, lo que no auguraba nada bueno.
- No se preocupe señor Malfoy, es un pequeño juego ¿verdad Draco?
- ¡Cállate Blaise!- mascullo Draco guardando su varita
- Sí, en una ocasión también jugamos así, ¿lo recuerdas Severus?
El aludido se acerco un poco más al grupo y saludo a los jóvenes con un alzamiento de cejas, pero no dijo nada. No era tonto, no caería en el juego de su antiguo compañero de colegio.
- Vamos Lucius, la audiencia comenzara pronto- dijo Snape
Los tres se tensaron visiblemente pero se pusieron en camino. Hacia más de dos meses que la familia Malfoy estaba en averiguaciones. El único motivo de que Lucius Malfoy no estuviera en Azkaban era la oportuna y extraña intercesión de un misterioso testigo que el ministerio se negaba rotundamente a revelar su identidad. Ni siquiera sus "amistades" dentro del ministerio le habían dicho algo a Lucius.
Los Slytherins se dirigieron al ministerio rodeados de un tenso silencio. En cuanto pusieron un pie en el vestíbulo de entrada fueron rodeados por seis aurores que después de llevarlos para que se registraran los escoltaron hasta la sala donde se llevaría a cabo la audiencia.
A los menores los hicieron esperar afuera y de igual modo Severus tuvo que permanecer al otro lado de las pesadas puertas hasta que fuera llamado para emitir su declaración.
Los minutos corrían angustiosamente lentos y cuando Lucius salio de la sala la endurecida mirada que sus ojos reflejaban no clamaron en nada a Draco.
Nada fue dicho, no era necesario. Blaise se acerco a su compañero y no lo dejo solo ni a sol ni a sombra durante el resto del día.
Severus acompaño a Lucius a la mansión después de dejar a los muchachos en el expreso que los llevaría al colegio.
- ¡¡Draco!!- chilló Pansy cuando entró al compartimiento donde estaba el rubio junto a Blaise, amos con la mirada en la ventana.
Zabini le dirigió una mirada de reproche pero ella hizo caso omiso abalanzándose sobre el rubio prácticamente ahogándolo. Con algo de brusquedad Draco la tomo de los brazos apartándola.
- No estoy de humor Parkinson- masculló antes de volver su atención al exterior.
La chica bufó molesta.
- ¡Pero Draco yo...
- Detente Pansy- la cortó Ginny desde la puerta.
- Pero yo...
- Nada.
- Él...
- ¡Ya!
- Pero...
- ¡Nada!
- No es justo que...
- Ven conmigo.
- Pero yo quiero...
- ¡Ahora!
- ¡Ginny!
- ¡Pansy!
La Slytherin salió del compartimiento bastante ofuscada, seguida por la Gryffindor. Hasta ese momento ninguno de los Slytherin se habla dado cuenta que Potter estaba detrás de la chica Weasley y observaba todo con cara de total asombro y algo de preocupación.
Cuando las chicas se fueron él les dedico una mirada de desconcierto y una pequeña risa escapo de sus labios.
- ¡Mujeres!- murmuro resignado antes de dirigirse a su compartimiento.
Los Slytherin se miraron asombrados y con un brillo de diversión en sus ojos pero no dijeron nada.
El resto del viaje fue tranquilo, si no se toma en cuanta que Neville provoco que el carrito de los dulces se estrellara y las ranas de chocolate escaparan creando un revuelo general.
