Capitulo Cinco
Después de un almuerzo algo agitado debido a los nervios que lo consumían, logro deshacerse de Ron y Hermione por un rato. Quince minutos antes de la una, salio por el retrato cubierto con su capa. La dama de la pintura no tuvo que hacer un gran esfuerzo por adivinar de quien se trataba.
- Intenta de no meterte en problemas chico- susurro cuando se cerraba - Es igual a su padre.
El último comentario hizo sonreír a Harry, aunque estaba seguro de que su padre no iría a reunirse a escondidas con un Malfoy. Sin embargo había que admitir que Draco tenía sus grades diferencias con su padre.
Allí estaba, en la puerta de la biblioteca y del Slytherin ni la sombra. Tendría que estar en clases en estos momentos, pero definitivamente esto parecía mucho más prometedor que una aburrida clase de Historia. Harry se acomodo en un rincón a esperar que apareciera el otro. No tuvo que esperar mucho, unos minutos después hacía su aparición el rubio.
- Otra vez tarde- se agito molesto el recién llegado. Harry pensó en contestarle pero no pudo, se quedo allí observándolo. Su rostro tenía una mueca de superioridad, pero no era la máscara que siempre usaba. En realidad más parecía que estuviera inquieto. Harry comprobó su reloj. No, aun no era la hora. Volvió a su estudio del rubio. Se sentía extraño, había pasado 6 años de su vida cerca de él y nunca se había detenido a observarlo. No era el color de su pelo o el de sus ojos, ni la forma de sus labios, aunque había que reconocer que se veían tentadores.- ¡¡ Muy bien!! haré de cuenta que yo no pensé eso-
Lo que observaba era sus expresiones. La manera en que se contraía ese músculo al costado de su nariz cuando estaba molesto, o como sus labios se apretaban ligeramente cuando estaba ansioso. La forma en que entrecerraba los ojos cuando estaba profundamente concentrado, como ahora. ¡Un momento, lo estaba mirando directamente! Pero si él era invisible.
- ¿Sabes Potter? Deberías aprender a respirar más despacio.
Harry dejo caer su capa y se quedo allí aún muy impresionado
- Imagino que ya me observaste bastante. Si quieres puedes continuar después. Sígueme.
Harry asintió, tomo su capa del suelo. Se disponía a seguir al Slytherin cuando más que oírlo lo adivino. Se acercaba alguien. En un solo movimiento pego su pecho a la espalda del otro, logrando un grito ahogado de sorpresa, de inmediato cubrió a ambos con la capa.
- Shhhh.... Filch- susurro Harry
En ese momento daba vuelta por el extremo del pasillo el calador, por suerte su gata no estaba con él. Lo más silenciosamente que pudieron salieron de allí a una de las viejas aulas del quinto piso.
- ¿Disfrutaste el paseo amor?- dijo Malfoy una vez que salieron de debajo de la capa.
- Ya Malfoy, deja ese jueguito.
- Esta bien- acepto el otro sonriente, una sonrisa sincera
- Deberías sonreír así más seguido.
- Creí que dejaríamos el jueguito Potter
- No estoy jugando, hablo en serio- dijo el ojiverde encogiéndose de hombros.
- Como sea. Hay una conversación pendiente- contesto suspicaz el otro, no se sentía cómodo con esa actitud del Gryffindor.
- ¿Por que cambiaste Malfoy?
- Yo no cambie- siseo el Slytherin, el cambio abrupto sorprendió a Harry- He sido siempre el mismo, pero nadie se detuvo nunca a saber como era y SOY. ¡Por supuesto! ¿a quien se le va a ocurrir que no soy como mi padre? Después de todo soy un Malfoy.
La serpiente salio dando un portazo.
Camino sin rumbo, estaba furioso. Maldito Potter, se suponía que todo iba bien. Él no se daba cuenta de cuanto había tenido que arriesgar. Ni Potter, ni Severus, nadie se había detenido un momento para decirle una simple palabra: Gracias.
- ¿Quien mierda me va a agradecer? Después de todo no he hecho nada ¿verdad?. Maldito anonimato, maldito Potter, maldito Dumbledore, malditos todos, una y mil veces malditos. Después de todo a quien mierda le importa lo que yo hice y no hice. ¿A quien le importa lo que arriesgue al enfrentarme al Lord? ¡Claro! como nunca fue nada explicito. Mierda, después de todo ¿que puedo esperar? ¿Las gracias? Ni eso, para ellos soy solo un...
- ¡¡Malfoy!!
- ¿Que quieres Potter?- exploto Draco al darse cuenta quien tenía delante de él.- ¿Acaso no puedes vivir sin mi?
Harry casi sonríe ante el sarcasmo del rubio, pero se contuvo justo a tiempo.
- Estoy esperando Potter.
- Viene a.... ¡Merlín, que difícil!- murmuro Harry, inspiro, aclaro su garganta y su voz sonó más clara y decidida- Vine a darte las gracias.
Los ojos de Draco se abrieron sorprendidos.
- Gracias por ayudarme hoy en pociones- continuó Harry- Gracias por la información antes de la batalla, gracias por salvar tantas vidas, gracias por cuidarme la espalda de los mortifagos, gracias por enfrentar a Voldemort, gracias por seis años de tu compañía.
El Slytherin olvido como respirar, y lo que no esperaba es que el moreno tuviera más para decir.
- Gracias Draco, por ser una molestia todo este tiempo, gracias por mantenerme alerta y bien entrenado. Te debo mucho más de lo que crees y aun más de lo que me gustaría.
Harry extendió su mano esperando la reacción del otro. El rubio se quedó observando la mano delante de él, sus ojos vagaban desde la mano a los ojos esmeralda que lo observaban con expectación, ansiedad y.... ¿miedo?.... ¿eso era miedo?. Sí el chico-que-vivio-y-mató lo miraba con miedo. ¿Pero a que le podía tener miedo?
Entonces lo comprendió, Harry estaba solo, tan solo como lo estaba el propio Draco, le estaba ofreciendo más que su gratitud, más que una tregua entre dos rivales. Le estaba haciendo una promesa de amistad, un juramento de que no lo dejaría solo de nuevo.
-¡Que Gryffindor de tu parte Potter!- murmuro Draco, y para su propia sorpresa su voz fue suave, desprovista de la frialdad habitual de su sarcasmo.
Draco estrecho la mano que le ofrecía Harry y una sonrisa franca se dibujo en su rostro, fue el turno del moreno de olvidar de como respirar.
- ¿Estas bien Harry?- dijo Draco con la sonrisa aun en sus labios. Harry solo asintió- Bien, entonces vamos.
- ¿A donde?
- A caminar un rato
Transpusieron largos pasillos, unos más luminosos que otros, atravesaron largas escaleras, unas más empinadas que otras y cuando cruzaron el portal principal de Hogwarts se dieron cuenta de dos constantes: en el todo el camino recorrido la gente los observaba, midiendo cada paso que daban, y sobre todo habían estado allí juntos, los dos. Siempre de alguna manera habían estado uno al lado del otro.
Al acercarse al lago aminoraron el paso, y tomaron asiento bajo un robusto roble. Fue entonces que se dieron cuenta el porque de que cada persona que se cruzaron los observaba con desconcierto. Era bien sabido que eran enemigos acérrimos y el hecho de que caminaran pausada y amistosamente era extraño, pero lo más insólito es que fueran tomados de la mano.
Al darse cuenta de que sus manos estaban entrelazadas se observaron un momento y se soltaron. No fue un movimiento brusco, por el contrario fue sutil, delicado. Permaneciendo cerca, un ligero movimiento y estarían en contacto nuevamente.
Así en silencio se quedaron, uno apoyado en el otro, disfrutando de la cercanía del calor de su compañero.
Draco soltó un suspiro.
- ¿Harry?
- ¿Hum?
- Es tarde.
- ¿Y?
- ¿No tienes hambre?
En ese momento el estomago del ojiverde emitió su protesta, Draco rió suavemente.
- Es la hora de la cena ¿verdad?- murmuro Harry avergonzado
- Aja. Vamos, antes de que mi estomago se ponga a conversar con el tuyo- dijo Draco poniéndose de pie y extendiendo una mano para ayudarlo- ¿puedo hacerte una pregunta Potter?
Harry elevo una ceja desconfiado y se encogió de hombros, invitando al Slytherin a seguir.
- ¿Por que me agradeciste ser una molestia en tu vida?- dijo el rubio cuando llegaban a las puertas del Gran Salón. Harry rompió a reír, era una risa fresca, clara, contagiosa. Los alumnos lo miraban sorprendidos, algunos asustados, otros divertidos. El director Dumbledore sonrió aprobatoriamente y sus ojos brillaron felices.
- Es que gracias a que fuiste un verdadero dolor de cabeza me obligaste a permanecer alerta. Te transformaste en un mal necesario.
- Valla descripción Potter.
- Esperemos que podamos encontrar otra forma de que me mantengas bien entrenado- sonrió Harry de una manera muy
Slytherin, Draco le devolvió la sonrisa y cada uno se fue a su mesa.
Cuando Harry tomo asiento junto a los chicos de sexto, los murmullos contenidos hasta el momento estallaron. Hasta los oídos del moreno llegaban claramente frases como:
-"¿Te diste cuenta? Para mi que le puso una maldición."
-"No puedo creerlo se estaban riendo juntos, JUNTOS!"
- Dicen que los vieron caminando tomados de la mano"
-"¿Crees que este bajo el Imperius?"
- "¡Un Slytherin!"
- "Malfoy tiene que estar grave"
- "¿No será una trampa de tu-ya-sabes-quien?"
- ¡¡SUFICIENTE!! - rugió una voz. El comedor en pleno se sumió en un sepulcral silencio, hasta los profesores aguardaban callados.
Ron suspiro intentando calmarse y comenzó:
- Harry es inmune al Imperius, de que Malfoy tiene un problema no es novedad. Quien-tu-ya-sabes ya no existe y hagan el favor de llámenlo por su nombre Voldemort o Tom o como quieran pero usen su nombre. Ya estamos grandecitos y tenemos una buena idea de lo que hacemos, si a Harry se le ocurre reírse con Malfoy o caminar con él es cosa de Harry. El siguiente comentario idiota que escuche se llevara una maldición ¿De cuando a este día esta prohibido madurar? No se engañen no me cae bien la serpiente esa, pero no es tema que a ustedes les interese con quien se junta o no Harry. ¡Por Merlín! Desde hace 15 años todo lo que se espera de él es que salve al mundo. ¡Les salvo el trasero! como siempre esperaron que lo hiciera, sin nunca poner a pensar que tal ves, si tan solo una vez se uniera la comunidad mágica no hubiera pasado ni la mitad de las cosas que pasaron. ¡¡Pero claro!! Es mucho más fácil salir corriendo a refugiarse y decir "Harry nos salvara" ¡¡¡Por favor!!! tengan un poco de vergüenza, descansaron la responsabilidad de sus vidas en los hombros de un niño esperando que él se hiciera cargo de la situación ¡Ya esta bueno! lo consiguieron. Ya háganse cargo de sus vidas y déjenlo disfrutar de la suya. Hablo en serio, el siguiente idiota que se atreva a cuestionar a Harry por acercarse a Malfoy le echare una maldición.
Ron, con infinita elegancia, volvió a tomar asiento frente a Harry y como si no hubiera ocurrido nada dijo:
- ¿Mione, terminaste la tarea de transformaciones? Porque sigo sin lograr que la pluma cambie. Voy a necesitar un poco de ayuda ¿podrías?
La aludida asintió aún asombrada. El comedor aún no se movía. Todos estaban en silencio asimilando las palabras del pelirrojo.
- Mantén tu varita horizontal todo el tiempo.- dijo Harry volviendo a concentrarse luego en su plato.
- ¡Oh! Así que era eso. Bueno, gracias.
Harry asintió sonriente y el trío de Gryffindor volvió a concentrarse en la cena, mientras los demás alumnos lentamente los imitaban, los profesores se mantenían callados. Alguno con un ligero rubor en las mejillas, la desgarradora verdad es que el joven Weasley tenía razón alguno de los más poderosos se sentaban en esa mesa. Era vergonzoso. La comunidad mágica se escudo detrás de un niño.
- ¿Y ahora que me dirás Harry?- dijo Ginny- ¿Malfoy?
Ron alzo una ceja y deslizo su mano al pliegue de su túnica donde guardaba su varita. No le agradaba la idea pero cumpliría con lo que dijo, el comedor otra vez estaba expectante. Los profesores se tensaron ¿acaso atacaría a su propia hermana?
- ¿Que quieres que te diga Ginny? Tu y yo compartimos las mismas debilidades.
Ginny comenzó a reír y Harry se unió a ella.
- Bueno Potter, yo diría que los Gryffindors estamos perdiendo el estilo.
- No creo- dijo Harry, bebiendo un sorbo de su jugo, haciendo caso omiso al hermano de la pelirroja que lo miraba asombrado- Creo que nos hemos acostumbrado a su presencia, a la de unos más que a la de otros ¿verdad hermanita?
- Bueno "hermanito"- dijo Ginny en el mismo tono burlón- mientras mantengas tu varita alejada de tu-sabes-quien no creo que haya problema.
- ¿Quien es tu-sabes-quien?- pregunto suspicaz Ron mirando alternativamente a Harry y Ginny.
- Más tarde Ron, te prometo que te cuento más tarde- le dijo ella.
- Sí Ron, aquí mi "hermanita" y yo tratamos de aclarar un punto- dijo Harry travieso- ¿como van las cosa con tu-sabes-quien?
- No se da por enterado- murmuro la bruja, al darse cuenta que el comedor completo seguía la conversación.
- ¿Y la astucia de los Slytherin donde te quedó?- dijo Harry mirando en dirección a la mesa de las serpientes pero sin mirar a nadie en particular. Volvió a mirar a Ginny antes de decir- ¿quieres que hable con él?
- No te preocupes Harry, no se donde le quedo su astucia pero se donde tengo el valor de los Gryffindor, me haré cargo.
Y como si eso hubiera sido el punto final de la cena, Harry y Ginny se pusieron de pie.
- ¿Ustedes ya terminaron?- pregunto el moreno mirando a Hermione y Ron.
- Si, ¿vamos a la sala?- propuso Hermione arrastrando a Ron con ella.
- Mira que hemos tenido cenas raras, pero esta...- murmuro Crabbe. El heredero de los Malfoy lo miro en silencio y con toda la elegancia de su linaje abandono el Gran Salón. No tuvo que esforzarse mucho, a medio camino en las escaleras diviso a los Gryffindors unos pisos más arriba.
- ¡Potter!
Harry se asomo por el barandal verificando quien lo llamaba y se volvió a murmúrales algo a sus acompañantes que siguieron subiendo. Él se quedo allí esperando que el rubio lo alcanzara.
- ¿Todavía tienes ganas de dar otro espectáculo Malfoy?
- Mucho más que un espectáculo Potter, después de todo soy tu mal necesario.
