Radical? yu?... hay qué bien me ha cazado mi hadita... pero bueno, con el fic no pretendo ofender a nadie, al que no le guste, le da para atrás y que se lea una de esas tiernas historias en las que el licántropo sodomiza al animago o del revés (y todos sabemos a qué historias me estoy refiriendo).
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Una pareja de adolescentes retozaban en uno de los sofás de Grimmauld Place, al parecer estaban solos en la casa, lo sabían y disfrutaban de ello: la chica encima del joven pelirrojo, que recostado, dejaba que ella llevase la iniciativa, hasta que ella detuvo el beso:
-Oye, ¿tú crees que Harry estará teniendo un buen verano?- le preguntó la castaña al pelirrojo.
-¿Y eso a qué viene ahora?- Pero viendo que ésa no era la respuesta que deseaba oír su compañera, el chaval ideó otra estrategia.- Sí, esos muggles estaban acojonados cuando Moody los amenazó... no se atreverán a tocarle un pelo a Harry.
-Ya... pero eso de que Dumbeldore haya dirigido todos sus efectivos de la orden del fénix hacia las misiones confiando únicamente en los encantamientos que tiene la casa... no sé, pienso que por lo menos tendría que habérselo explicado a Harry, ahora únicamente sabemos que está encerrado en la casa esa, no piensas que deberíamos haberle escrito? ... debe de sentirse fatal sin hacer nada...
-Naaaa'... ya verás como no- la calmó su novio mientras jugueteaba con los rizos de la preocupada chica, viendo como se iba tranquilizando.- Se lo debe de estar pasando bomba, sin hacer nada en todo el verano... además, ya le escribiremos mañana, tranquila, sólo ha pasado una semana y poco más desde que acabó el colegio.
-Está bien... pero llevas con eso de la semana un montón de tiempo...- le reprochó en broma Hermione.- Mañana sin falta le escribimos.
Y dicho esto, volvieron a sus anteriores menesteres, y es que Hermione y Ron se habían hecho novios al poco de salir de Hogwarts, la razón por la que no se lo habían dicho a Harry era porque a ambos les daba vergüenza y no sabían cómo reaccionaría éste... no sabían si a Harry le gustaba Hermione y además, tenían todo su tiempo ocupado el uno con el otro, como para desperdiciarlo para contárselo a Harry, ya lo harían cuando estuviesen en Hogwarts!
En esas andaban, Ron acariciando las piernas de su novia, cuando escucharon un chasquido proveniente del recibidor, seguido de una exclamación de enfado:
-¡¡¡Joder!!!- una voz áspera y llena de enfado los sorprendió a ambos.- Sí que eran fuertes las condenadas barreras... Aishhh.... ¡cómo quema!...
Había un cuerpo arrodillado en el suelo de la entrada, humeante su silueta. El individuo se levantó, aferrando un par de paquetes y colocándose en su sitio las gafas de sol.
-¡¡¡EXPELLIARMUS!!!- sonaron a coro dos voces provenientes de la puerta del salón.
Ambas maldiciones de desarme se dirigieron hacia la espalda del recién incorporado hombre, le impactaron de lleno... y no le hicieron nada en absoluto. Se giró mirando curiosamente a aquellos que le habían atacado.
-¿Ron, Herm?
-¿Harry?- balbuceó Hermione mientras se arreglaba un poco la falda y la blusa (arreglar, por no decir volver a poner).
-Eeeeehhh. ¿sí?- respondió el interpelado.- ¿Es normal este tipo de recibimiento? ¿es una nueva costumbre?
-Es que pensábamos que eras un mortífago... un momento, ¿cómo es que has entrado aquí? ¡no puedes aparecerte en este lugar!
-Bueno... antes de responder a esa pregunta, quisiera haceros yo otra... ¿conserváis las cartas que me habéis estado mandando? Es que sospecho que el cabrón de mi tío espantaba a vuestras lechuzas a escopetazos, ¿me las podríais dar ahora?
Ambos un poco azorados, tartamudearon un par de incongruencias hasta que Ron, muy astutamente, respondió:
-Es que las quemamos, pensábamos que no las querías.
En ese momento comenzó a sentir algo en su interior... un odio como el que sentía cuando Voldemort intentaba poseerle... pero era diferente... ese sentimiento le pertenecía a él... era suyo... nonono...... ¬¬ sísísí... le gustaba... no iba a hacer nada por parar ese sentimiento... mmmhhh... cálido y confortante...
-¿Harr- harry?- se acercó temblorosa Hermione.- ¿Qué es lo que te ha pasado?
-¿Pasado? Nada hombre, nada...- se burló mientras le tomaba el pulso a Tonks y la dejaba en una butaca.- Únicamente que mis dos mejores amigos se han olvidado de mi cumpleaños, que mi tío y mi primo casi me matan a palizas o de hambre, que la orden se había olvidado completamente de mí... cosas que pasan, no le des más importancia.
Pero el tono que imprimía a sus palabras indicaban claramente que su opinión era otra... de hecho, la marca que tenía en la frente comenzaba a brillar de nuevo, moviéndose las lucecitas una detrás de otra...
-Harry?- preguntaron por enésima vez en lo que iba de día, esta vez un grupo de voces proveniente de la entrada.
Estaba intentando no cabrearse...pero la verdad es que no había cosa que desease más que partirles la cara a todos... a todos ellos... incluido el viejo canoso de pelo largo que ahora lo miraba confundido...
Mientras comenzaba a almacenar poder, algo en su interior se colapsó, en lugar de liberarlo hacia fuera, podríamos decir que le estalló dentro de su cuerpo... Intentó coger aire, mierda, se estaba abrasando vivo, era como tener alquitrán líquido en los pulmones...
-Harry, Harry, Harry...- estaba otra vez rodeado de la música, con esa voz tocándole los cojones otra vez.- Te dijimos que fueses tú mismo... no que te dejases llevar por el odio y la venganza... ¿Sabes que has estado a punto de matar a tus mejores amigos?
-¿Amigos?... sí... y un güevo... se han pasado el verano follando y si a mí mi tío no me violó fue porque aún conservaba su heterosexualidad...
-Lo sabemos... pero tus tíos ya han pagado... Tienes algo en tu interior con lo que no habíamos contado... te estás consumiendo en tu propio odio... tendrás que liberarte de él ¿sabes? te vamos a... recortar los poderes, está claro que estás un poco desequilibrado.
-¿QUÉ?
-Lo que has oído... por el momento te vamos a dejar siendo el mismo de antes.
-Y una mierda... no esperéis que me quede con los brazos cruzados.
De entre la bruma multicolor comenzó a distinguir las figuras de siete hombres y siete mujeres dejando de cantar. Todos ellos eran bellísimos pero al mismo tiempo estaba claro que no eran humanos... desprendían poder por cada uno de sus poros y parecían capaces de todo. En el momento en que dejaron de cantar, habló el que se sentaba en el medio, en un trono que asemejaba una enorme montaña:
-Tulkas, por favor, sujétamelo.
Un increíblemente fornido ser de ésos se levanto pesadamente de su trono, tenía el pelo y loa barba dorados, la piel rojiza, una estatura ampliamente superior a la de sus congéneres y, como ya he dicho, una musculatura inhumana. No obstante, si bien levantó de forma lenta y pausada de su asiento, antes de que Harry pudiese darse cuenta ya lo tenía aferrado por detrás, trató de romper el yugo de sus manazas, pero era imposible, la presa no le dolía en absoluto, pero tampoco le dejaba ninguna libertad de movimientos. Intentó emplear su poder, pero lo único que consiguió fue quedarse casi sordo con las carcajadas que comenzaron a resonar en sus oídos.
-Venga, cuanto antes terminemos con esto, mejor.- El que parecía que daba las órdenes se dirigió a otro de los presentes, más concretamente a la mujer que compartía asiento a su lado.- Varda, querida, haz tú los honores.
La belleza de esta mujer es imposible de describir, ella era la Dama de las Estrellas, conocedora de todo lo que sucede en la tierra, ella simbolizaba la tierra en su máximo esplendor. Se levantó de forma pausada, y una vez estuvo delante de Harry le dijo:
-No intentes resistirte, puede que te duela
Y dicho y echo le colocó las manos alrededor de la cabeza y comenzó con un cántico individual.
Harry no entendía qué le estaban haciendo, pero no les iba a dejar salirse con la suya... no le dolía, o por lo menos, no hasta que intentó querer conservar su poder. Entonces la agonía aumentó hasta límites inimaginables, miles de agujas ardiendo perforaban sus globos oculares y le traspasaban el cerebro... se retorció en los brazos de Tulkas, no intentando escapar, sino de puro dolor. No obstante, mantuvo su empeño, les iba a demostrar que prefería estar muerto antes que con la vida que había llevado hasta el momento.
-Manwë...- la voz de Varda sonaba preocupada.- Si sigo lo voy a matar... lo está aferrando con todo su ser... no lo dejará ir si no es con su vida.
-Sabes que no es digno de portar el don de las estrellas.- Contestó sereno el capataz.- Sigue intentándolo, pero si ves que no hay otro modo, habremos de matarlo.
Matarle... hablaban de matarle... y un cojón de mico... luchó, revolviéndose en su mente, agarrándose a una forma de poder que ni entendía ni le pertenecía por nacimiento, pero que no pensaba dejar ir después de haber visto de lo que era capaz.
-Dime Manwë...- sonó una voz cavernosa desde detrás de ellos, cavernosa pero igual de melodiosa que el resto.- ¿No crees que os estáis pasando?
-Vete de aquí Melkor, hace tiempo que se te prohibió el acceso a nuestros dominios.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, Harry consiguió levantar la mirada: un ser igual de majestuoso que el resto se erguía a pocos pasos de Tulkas, en lugar de desprender poder, éste lo absorbía... era la antítesis de lo que representaban los Valar, pero no por ello menos poderoso.
-Míralo... pobre chaval... ¿no veis que quiere continuar con sus poderes?
-No tenemos porqué dejárselos durante más tiempo, ha demostrado dejarse llevar por los sentimientos más bajos del hombre, con el tiempo, llegaría a ser a los hombres lo que tú a nosotros.
-Sea pues. Matadlo si tantas ganas tenéis, luego me llamáis a mí monstruo.
En ese instante los brazos de Tulkas aflojaron un poco su presa, sin duda meditando lo dicho por Melkor... ¿se estaría rebajando al sujetar a un pobre humano?
Harry intentó escapar, pero no contaba con Varda... ésta no se había movido de su sitio, y con las manos aún en sus sienes, intentó extraerle de golpe todo lo que apenas hacía 24 horas le habían dado.
El consiguiente dolor y la descarga cerebral lo dejaron inconsciente casi al momento... lo último que oyó, medio cercado por la bruma, fue:
-Rápido, bórrale la memoria, antes de que se nos vaya... por lo menos ahora no seguirá los pasos de Morgoth.
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-¿Harry?- Sonó una voz femenina en su oído.- ¿Harry?
No alcanzaba a ver bien... tenía encima una pila de discos de Metallica... pero algo, alguien, se movía entre estos, evidentemente tratando de averiguar su estado.
-¿Qué... qué es lo que ha pasado?- inquirió totalmente confuso... no recordaba nada, nada salvo los acordes de la canción que había escuchado horas antes, incluso ignoraba cómo es que había ido hasta allí...
-Harry... ¿qué haces aquí?- fue Dumbeldore el que le habló, con la mirada muy seria. Ahora no sabía muy bien el motivo, pero tenía unas ganas de saltarle al cuello y desgarrarle la yugular...
-No... no lo sé... ¿cuándo he llegado?
-Harry... lo lamento, pero alguien atacó la casa de tus tíos... sé que esto será muy duro para ti... pero no hemos podido ni encontrar los cadáveres... de hecho, no hemos encontrado ni la casa, estalló o se perdió en el espacio... Lo que aún no entendemos es qué haces tú aquí...
-Ya les he dicho que no recuerdo nada... sólo sé que he pasado el peor verano de mi vida... lo último de lo que tengo consciencia es de que mi tío se dirigía hacia mi con una barra de metal... se han pasado el verano golpeándome y ustedes ni se han enterado, ¿cómo pretende que me apene su muerte? lo único que lamento es que quien haya sido no los hubiese hecho morir de forma más lenta.
La respuesta los pilló a todos por sorpresa...
-Bueno... eso ya lo discutiremos más adelante... de momento el ministerio exige tu presencia para que declares ante un tribunal sobre los hechos... si no te importa, nos podrías acompañar.
-Eeeehhh... me está diciendo que se me acusa de haber asesinado a los únicos parientes que me quedaban?... aunque bien mirado, tampoco es tan descabellada la idea.- Añadió después de pensárselo un rato.- ¿Voy yo solo o me acompañarán Ron y Hermione?
-Mejor si vas solo... será cosa de un momento, unas preguntitas y de vuelta.
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Esta vez no lo llevaron a la misma cámara de siempre, en lugar de ello le iban a hacer las preguntas de rigor en el despacho del ministro.
-Pase, por favor.- Le invitó la voz del, por poco tiempo más, presidente Fudge.- Espero que no le importe responder a unas preguntas sobre el reciente asesinato de sus tíos... Lucius, pásame ese frasco por favor.
-Eeeehhh... profesor Dumbeldore...- preguntó Harry un poco molesto.- esto es necesario hacerlo con Veritaserum? es que no se fían de mí?
-No es por insultarte Harry, pero resulta, en el mejor de los casos, sospechoso, que no sólo seas el único superviviente, no recuerdes nada, y aparezcas a miles de kilómetros del lugar del crimen.
-Venga, Harry, tómatelo para que se queden tranquilos...- Le instó Dumbeldore.
-Hazte a la idea de que lo tomo, pero no porque me lo digas tú, despojo de la tercera edad.
Y acto seguido se echó al coleto el insípido brebaje.
-A ver Harry, por qué le has insultado a Dumbeldore?
-Cornelius, no creo que sea el momento...- comentó el insultado.
-Porque gracias a él este último verano ha sido el peor de mi vida, que por cierto, también ha sido un infierno.
-Bueno... creo que ése no es el tema a tratar... a ver Potter, has tenido participación alguna en el asesinato de tus tíos?
-Que yo recuerde, no.- Dijo Harry honestamente.
-¿Cómo que que tú recuerdes?- Inquirió Fudge, arquendo una ceja, nadie había dado nunca una respuesta de ese tipo.
-Ya le he dicho a Dumbeldore, que no guardo ningún recuerdo desde antes de mi última paliza.
-Suficiente, no crees Fudge, el chico ya ha declarado que no tuvo participación alguna y que no guarda ningún recuerdo de eso, nosotros nos vamos que tenemos prisa.- Dijo el apurado director de Hogwarts, si se descubría las condiciones en las que había dejado a Harry, seguramente se le iba a caer el pelo.
Harry miró con sorna a Dumbeldore, estaba en un aprieto... pero no le convenía forzar la situación.
Una vez llegaron al cuartel de la orden del Fénix, mediante un transportador, Harry, sin darle cuentas a nadie, agarró sus bolsas, las redujo (realmente había dejado de importarle la prohibición del ministerio, además está el hecho de que en esa casa no le iban a detectar), se dirigió a la chimenea, y en un descuido, agarró el bote de polvos Floo y gritó:
-¡KAOS!
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Bueno, hasta aquí el pescado vendido, no se olviden de reír... ¿qué digo?... ay qué mal me han sentado las aceitunas... Bueno, a ver, lo del KAOS, me parece que una de las lectoras ya lo conoce, ya lo explicaré más adelante (no es que tenga ninguna relevancia pero... ¿cómo decirlo?... ¿no me sale de los cojones?... juejuejue... na', no se ofendan... ya se lo diré).
A ver... yo, muy inteligentemente, he borrado los mails de en los que me informaban de los rrs, así que... yaaaaaaa los responderé.... eso no quiere decir que no los aprecie, todo lo contrario, muchas gracias, tenía pensado seguir escribiendo aunque no recibiese ninguno, pero animan.
