Estación de King Cross, 1 de septiembre

Un día bastante señalado en la comunidad Mágica inglesa, día en el que se reanuda el curso escolar. Cientos de jóvenes se encaminaban hacia el andén 9 y ¾, dispuestos a coger el expreso que los llevaría al colegio de Hogwarts. Debido a la nueva ley provisional impuesta por el ministerio de magia, todos los magos estaban obligados a llevar ropas muggles fuera de sus casas y centros de trabajo, a fin de poder mezclarse mejor con la gente no mágica, ya que estando en plena guerra, cuantas más sorpresas se les pudiese dar a los mortífagos, mejor.

-Oye Ron, comienzo a preocuparme... ¿y si no vemos a Harry? ¿cómo podemos estar seguros de que, como dice Dumbeldore, se fue por su propio pie y que deberá de saber cuidarse el solito?- Le preguntó Hermione a Ron.

-La verdad... no lo sé, pero si se marchó fue porque quiso, es su responsabilidad.- Dijo Ron un poco molesto. No le había gustado nada la actitud de Harry... parecía totalmente independiente a sus escasos 16 años... le envidiaba tantas cosas...

La ya oficial pareja de Gryffindors se encaminó hacia el andén, ella vestida con una corta falda azul celeste y un palabra de honor rojo y una chaqueta por encima, con zapatos de tacón bajo y un bolso con la varita y el baúl reducido (cortesía de los magos adultos). Ron iba con unas deportivas muggles un tanto destrozadas, pantalones vaqueros con remiendos de Mickey Mouse, una camiseta corta con una imagen del pato Donald (a fin de cuentas, los magos no tienen el mismo sentido del ridículo que nosotros, ¿no?) y las cosas reducidas en una mochila Altus que colgaba de su espalda.

Al cruzar la barrera mágica se encontraron con el espectáculo de siempre, los estudiantes despidiéndose de sus padres, otros reunidos en grupos comentando las novedades del mundo deportivo.

-Eh, mira... ¿quién es ése de ahí?

-Ni idea... no lo he visto antes, vamos a ver.-Le contestó a su novia el pelirrojo.

Un delgado y bastante alto (1'85 ó -) tío de pelo negro, largo y ondulado cargaba con un aún más negro baúl, empujándolo camino del vagón más cercano del tren.

-Disculpa... ¿te echamos una mano?

-No, gracias, puedo solo...-Contestó el aludido.- ¿Ron?

-¿Harry? ¿... qué te ha pasado?

-No me ha pasado nada en absoluto... ah... dices por el cambio de "look"... nada, que he visto un poco la luz.- Respondió sonriendo.

Resulta que Harry, además del estirón que había pegado ese verano, y del evidente crecimiento del pelo, llevaba, de arriba abajo: unas Martin's de punta metálica (clasificadas como "arma contundente"), unos pantalones de cuero negro, no demasiado pegados, pero en absoluto anchos, una cadena colgando de un macabro cinturón, posiblemente sujetando algún tipo de llaves del bolsillo en que terminaba la cadena, una camiseta por fuera: negra y con el motivo: "La madurez se llama Gaia" inscrito en la parte delantera y en la trasera diversos mensajes del tipo: "larga vida al rock 'n roll", "dj's, tenéis los días contados", "muere, muere y muere" etc.

-Colega... vaya pintas... pareces un mortífago muggle...- exclamó Ron percatándose de su atuendo.

-Pasaré por alto esa idiotez...-dijo Harry poniendo los ojos en blanco.

-Ron, Harry no es ningún mortífago... creo que va vestido de gótico o algo así... ¿me equivoco?

-Sustancialmente, sí, te equivocas... tenemos nuestras semejanzas, pero os conviene no confundirnos...- Respondió un tanto molesto el ojiverde.

En esto se oye a sus espaldas (uy... peligro...) una arrogante voz:

-¿Qué Potter? ¿No te basta con la raja (evidentemente la de la frente)? ¿Ahora además tienes que vestir como un Dementor para llamar la atención?

Evidentemente, el que había pronunciado tan agradables estrofas, no podía ser otro que Malfoy, acompañado por sus sempiternos gorilas. Al parecer se había inspirado en algún tipo de televisión muggle... ya que la ropa que portaba no podía ser más típica que los mundialmente extendidos pantalones anchos, MUY caídos, con un simbólico cinturón, camiseta por fuera con el logo: "Billabong" rivalizando con el grosero "Reebok" de sus anormalmente anchas zapatillas, que parecían poder abarcar una persona en su interior.

Llevaba el pelo engominado con gel, un piercing en la ceja y otro en la oreja y se reía de forma ostensible de Harry y su ropaje.

La reacción del joven Potter no se hizo esperar, sorprendiendo a todos los presentes, incluido el propio Malfoy hijo: un puño se estrelló contra su nariz, salpicando de sangre, cartílago y mocos a todos los que se hallaban a menos de metro y medio de distancia, consecuencia de lo cual Draco cayó incosciente después de haber recorrido un par de metros de vuelo involuntario. Crabbe y Goyle permanecieron en su sitio, mirando el cuerpo inerte de su "amigo" y preguntándose qué hacer.

Hecho esto, e ignorando completamente a Ron y a Hermione, cogió su baúl, y con total parsimonia, se introdujo en el vagón, y de ahí, en el primer compartimento que encontró vacío.

Para cuando la parejita de oro hubo reaccionado, siguieron el camino recorrido por Harry, a quien encontraron dormido en su compartimento, con los cascos puestos y tarareando en sueños algo que sonaba así como:

"lalala...LALALA... y un buen rato después,

poder llegar a casa antes de que el sol,

me diga que es de día..."

El viaje transcurrió sin más incidentes, los slytherins, sin duda acojonados por lo que le acababa de suceder a su líder, estarían esperando a que pasase el tiempo para poder vengarse de tal atrevimiento, pero por el momento no tenían coraje (y otra cosa) para hacerle frente al bicho raro de las Martin's.

Entre las demás casas aún se comentaba la hazaña, ya que al parecer se había corrido la voz y ahora todos querían saber qué era lo que había ocurrido, llegando incluso a entrar Ernie Mc Millan en el compartimento, tratando de ejercer su cargo de prefecto (¿alguien ha visto gilipollez más grande? ¿darle esa responsabilidad a un adolescente?) castigándole, pero se le quitaron las ganas en cuanto entró y oyó la letra de la canción que tronaba por todo el compartimento:

"wuooooooo.....KILL, KILL, KILL, KIIIIIILLLLL...."

Sin más preámbulos, llegó el tren a Hogwarts (la mítica señora del carrito pasó de largo poco después de Ernie). Nada más bajar del expreso, Harry se encaminó hacia Hagrid:

-Tíoooo... ya te echaba de menos... tú y tus bichitos... ¿qué nos enseñarás este año? ¿Cangrejos emasculizantes? (para el que no sepa lo que es una emasculación, que acuda a una enciclopedia... juesjuesjues)- le dijo palmeándole la espalda.

-Naaaa', eso lo tengo pensado para los cursos inferiores.- Le comentó a voces, para espanto de los más pequeños.- Estaba pensando en algo más nuevo... las ladillas carnívoras por ejemplo.

-¿Ladillas carnívoras? No tenía constancia de la existencia de esas criaturas.- Dijo Harry con perplejidad.- ¿Hagrid? ¿Hagrid!

El semigigante ya emprendía la retirada hacia los alumnos de primero, evitando tener que dar cuentas de las especies que había cruzado ilegalmente en esta ocasión.

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En el banquete de principio de curso

-¿Dónde está Harry?- Preguntó Neville a Hermione.

-No sé, lo dejamos en un vagón, teníamos que acudir a las obligaciones de nuestros cargos de prefectos.- Se pavoneó Ron, ufano.- ¡Ah, sí! Míralo, ahí lo tienes.

Señaló a un rincón de la mesa, en el que descansaba Harry, mirando plácidamente su vacío plato, con el largo pelo ocultando los característicos cicatriz y ojos.

La selección de los nuevos alumnos pasó muy rápido, apenas había nadie y a ninguno de los estudiantes les importaba mucho a dónde iban a parar los nuevos.

-Alumnos, por favor, silencio.- Pidió Dumbeldore desde la mesa de los profesores, curiosamente situada detrás de lo que parecía ser una plataforma con unos curiosos artefactos parecidos a enormes cajas negras en sus extremos.- Queridos alumnos, bienvenidos otra vez a un nuevo curso de Hogwarts, dadme un momento para recordaros que a aquél que se le encuentre fuera de su sala común después de las 9 recibirá un severo castigo, que el bosque prohibido no ha dejado de estarlo, y que éstas y otras muchas normas del colegio las tenéis en el despacho del celador Filch, que gustosamente accederá a enseñároslas.

Esto último contrastaba claramente con la cara del celador, pero Dumbeldore lo pasó por alto.

-Y ahora, y mientras comemos, quiero presentaros a un grupo al que hemos contratado para que nos amenice la cena con una de sus canciones, ya que, ¿qué mejor manera de empezar el curso que con algo de música? No ha habido necesidad de buscar ningún grupo, ellos solos se presentaron aquí, no sabemos porqué, pero al parecer son muggles y están al tanto de todo lo que ocurre en el mundo mágico, esto nos muestra que deberíamos enterarnos mejor de lo que pasa fuera de nuestra comunidad. Por favor, caballeros, suban al escenario.

Esto último lo dijo hacia una puerta cercana al escenario, por donde al poco rato salieron unos cuantos hombres, vestidos cada uno a su antojo: uno de manera similar a la de Harry, otro como Schwarzenegger en Terminator 2, otro con estrafalarias camisas de volantes en plan renacentista, etc., pero todos ellos con el pelo largo, uno rubio y el resto (cuatro más) morenos.

-Vaya...- se oyó susurrar a Harry.- Al final vinieron.

-A ver, ¿se me oye bien?- dijo el rubio.- Déjenme presentarnos, somos un pequeño grupo español... y sí, somos muggles, pero que a nadie se le ocurra tocarnos los güevos, porque se los cortamos. Nos llamamos Andrómetal, y tenemos pensado interpretar uno de los éxitos de otro grupo, más famoso que el nuestro, la canción se llama Iberia, y hace referencia a nuestra tierra. Pero... tenemos un problema... este verano conocimos a una maravillosa persona... y claro, quisiéramos que subiese al escenario, por favor, un fuerte aplauso para Harry Potter, ¡¡¡nuestro cantante y guitarrista estrella durante la gira del pasado verano!!!

Harry se levantó lentamente, como si ya se esperase algo así... arropado por unos cuantos aplausos, más producto de la educación que de otra cosa, ya que la gente se había quedado de piedra.

-Ya te dije que os buscaseis a otro cantante... que a mí me da corte...- Le susurró nada más llegar al escenario, para después arrebatarle el micrófono y coger su guitarra, que estaba apoyada en uno de los baffles.

-Bueno... deciros que he pasado el verano, o la mayor parte de él- aquí fulminó a Dumbeldore con la mirada.- con esta gente, de gira por su país, y que realmente he visto ideales por los que merece la pena morir, y no la mierda que se nos hace creer aquí.

-¡Vaya Potter!- Lo cortó desde abajo Malfoy, sin duda pensando que estaba protegido por la piña de slytherings que le rodeaban.- ¿Ahora además de héroe quieres ser cantante?

La única respuesta del aludido fue un bien dirigido escupitajo, que fue a estamparse en la cara del rubio platino.

-Juajuajua... ¡qué cachondo!- se carcajeaba el batería desde su micrófono.- Venga, va, ¡un, dos, un, dos, tres!

La canción comenzó con un repetitivo repercutir de las cuerdas de la segunda guitarra, para después sumársele la batería y comenzar Harry con un pequeño solo, que al finalizar dio paso a la letra de la canción:

Más de dos mil añooooos, (variando la entonación de la "o")

nos contemplan yaaaa (vibrando exquisitamente la última vocal del verso)

vieja tieeeerra difícil de domaaaaar. (entre verso y verso tañendo su instrumento a distintos ritmos)

Muchos quisieroooon,

ésta conquistaaaaar (alarga la vocal abierta... mmmhhh...)

uno tras otro debieron renunciaaaaaaaar (baja un poco la entonación y la retoma al llegar a la )

Tierra labrada con los huesossss,

de hombres que lucharon por su libertad.

Señores del mundoooo (el segundo guitarra, el rubio de antes, pega un bote y se adelanta acompañando el silencio entre versos con vibrantes acordes)

vinieron aquí (se nota que la voz de Harry, lejos de ser perfecta, acomoda sus tono cascado tanto a las notas altas como a las bajas)

querían riquezas y hallaron su fiiiin.

Grandes imperios (movimiento adelante y atrás de la guitarra de Harry, guiándose por la pauta establecida por el batería)

de tiempo atrás

tuvieron el mundo y esa tierra jamáaaaaas. (el tono se va elevando hacia el final de la frase).

Tierra labrada con los huesossss,

de hombres que lucharon por su libertad.

(El grupo entero):

Nuuuunca jamás,

se nos quitó la libertad

síiii se intentó,

nunca dudamos en luchar.

El cieeeeelo vio:

guerras por tierra y por mar,

aún hay aquí,

hombres dispuestos a luchaaaaaaaar.

(Harry solo, sin dejar de tocar la guitarra):

Ha pasado el tiempo,

la memoria se perdióooouuu.

Ya pocos recuerdan,

el pasado esplendoooor.

No sé de la historia,

sólo cien años atráaaas

¡¡¡la historia de un pueblou,

se escribe en la eternidad!!!

No busco banderas,

ni estandarte, ni blasóoooon,

¡¡¡tan sólo defiendo la tierra

que les crióooooouuuu!!! (en este punto hizo una reverencia, todo lo que le permitía seguir tocando la guitarra, y señaló con el mástil al grupo, que le respondió cada uno en la media que sus instrumentos les permitían).

A continuación comenzó un pequeño solo Harry, retorciendo los dedos sobre las cuerdas, luego tuvieron un doble un poco largo, ejecutando las dos guitarras las mismas notas al mismo tiempo, mirándose y sonriéndose a mitad de éste.

Repitieron varias veces el estribillo, hasta que la canción terminó de forma abrupta, con la última nota salida de la guitarra de Harry.

El público estaba boquiabierto... de hecho, nadie se había movido, la comida estaba intacta y el escupitajo de Harry sobre la cara de Malfoy aún se escurría, colándose en parte sobre la boca abierta de éste, en parte derramando flema y otras inmundicias sobre la esplendorosa túnica del slythering.

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Hale, hasta aquí. La canción, en efecto, es de Warcry, ya meteré de otros grupos. Se titula, como ya he dicho, Iberia.