Sé que se suponía tenía que subir el capítulo ayer, pero me dio todo el ataque en contra de este capítulo y quise cambiarlo. Lo hice unas mil veces y al final me quedé con el original, porque ayer andaba falta de inspiración y no quería demorarme en actualizar. Lleva parte del despertar amargo de Harry y Severus, pero no mucho, repito que, a pesar de mis esfuerzos, no pude mejorarlo. Un poco más de participación de Draco también, pero poquita.

** NADA del mundo maravilloso y mágico de Harry Potter es mío. TODO es de J.K. Rowling, y yo sólo utilizo los personajes por diversión sin ánimos de lucro. **

** Este fic contiene temática slash, con escenas explícitas. Si el tema no te gusta, eres menor de edad y todo eso, no lo leas y así todos seremos más felices. **

Para variar un poco. Si quieren el capítulo 9 para mañana... déjenme reviews... prometo que esta vez si se cumplirá y mis chantajes serán válidos.

Condenados: Capítulo 8

Cenizas de rosas

"Del fuego vino el diluvio

la nave vuelve a partir

y mi alimento son las cenizas

de una noche larga"

Las primeras luces del alba encontraron a Harry yaciendo de espaldas, fatigado, sobre un pupitre de una sala en las mazmorras. El frío era atroz, por no mencionar el primitivo hecho de que estaba desnudo y que la temperatura en esa época del año era insoportable. De no ser por el cuerpo cálido que lo cubría parcialmente, Harry dudaba haber podido dormir toda la noche. Mientras un escalofrío le erizaba la piel, se deshizo suavemente de los brazos que lo tenían atrapado, tratando de salir de ese enredo de calor y frío juntos.

El hombre parecía haber dormido en una posición extremadamente incómoda y Harry sintió compasión y algo de ternura al verlo con el cuerpo torcido, mientras que él había dormido bastante cómodo. Al menos lo más cómodo que se puede esta acostado en una mesa. Y después de una primera sesión de sexo. Harry enrojeció ante el recuerdo de la noche vivida y buscó a tientas por el suelo su ropa. Ya eran cerca de las cuatro de la mañana y él debía estar antes de que sus compañeros despertaran. Además, necesitaba alejarse de aquella sala lóbrega que había amparado sus primeros pasos de adulto, que por siempre le evocaría los gemidos y olor húmedo del sexo.

Se vistió con la mayor velocidad que pudo, tratando de que sus manos inseguras pusieran correctamente el pantalón, enredándose con sus propios movimientos, desesperado por salir del lugar. Una especia de claustrofobia lo atacaba. Antes de abrir la puerta (Harry se preguntaba como era que Snape había pensado en cerrarla) volvió la vista hacia el hombre que dormía. El delgado aunque bien formado cuerpo sudoroso, el rostro semi oculto por una espesa cabellera azabache, los ojos cerrados que escondían relucientes obsidianas, los finos pero marcados rasgos. Nunca antes se había detenido a mirar de esa forma a su profesor. Aunque claro, nunca se había detenido a mirar de aquella forma a ningún hombre. Detrás de todos esos gruñidos molestos y frases sarcásticas, se escondía una persona con sentimientos, con pasiones y deseos. Que manera de descubrirlo. En un arranque de ternura, se deslizó sigilosamente hasta llegar al lado de Severus. Recogió la túnica negra del hombre y lo cubrió con ella.

- Buenos días, profesor.- susurró a la vez que la puerta se cerraba con un ruido sordo.

Apresuró el paso, al tiempo que pensaba en que jamás podría contarle a Blaise sobre lo sucedido. Él no entendería. Pensándolo bien, ni él mismo entendía porque lo había hecho. Lo único que tenía claro era lo libre que se había sentido esa noche durmiendo junto a aquel hombre. Se había sentido seguro, protegido, como si entre sus brazos no le pudiera pasar nada. Tal vez no era amor, pero sí necesidad.

- La necesidad tiene cara de hereje- se dijo a sí mismo, mientras doblaba por una esquina.

En el aula que acababa de abandonar, unos ojos negros se abrieron de inmediato. Severus se sentó lentamente, sin dejar de observar la puerta cerrada. Miró la túnica que lo cubría y de nuevo su mirada revoloteó hasta la puerta.

Se había despertado mucho antes que Harry. La sensación extraña y nueva de tener ese pequeño cuerpecito abrazándolo lo había sacado de sus sueños para traerlo a una realidad mejor. Había pasado largos minutos observando el rostro dormido de su joven amante. Si es que eso era posible, se veía más angelical que de costumbre. ¡Cómo le gustaría amanecer siempre con el chico entre sus brazos!

Al sentir que Harry comenzaba a despertar, dudó entre saludarlo o hacerse el dormido. Debía ser difícil de asimilar el hecho de que tu profesor más odiado hubiera pasado la noche contigo. Mejor esperar un rato a que digiriera del todo la situación. Por lo que cerró los ojos y esperó ver las reacciones del muchacho. Sintió como su cuerpo se tensaba bajo el suyo, quedándose quieto varios minutos en los que Severus supuso se trataba de un análisis a la escena que se proyectaba frente a sus ojos.

Con algo de culpa, Severus se daba cuenta que esa había sido la primera vez del niño. Que de algún modo toda esa fama y ese aspecto de ángel caído habían logrado que nadie traspasara las fronteras de su cuerpo, que de algún modo antes de esa noche él era aún un niño pequeño. Y más encima, el recuerdo que tendría de aquella experiencia, sería el de una gélida sala en las mazmorras, de un hombre que durante el acto jamás le dijo nada ni le calmó con palabras cariñosas, de una pasión que se desbordó antes de que cualquiera pudiera reaccionar. Había robado la inocencia única de Harry. Y, lo peor de todo, es que se sentía orgulloso. "¿Lily? ¿Por qué las cosas no fueron como soñamos? ¿Por qué Dios (si es que existe, dejé de creer en él desde que te fuiste) se empeñó en romper con todo? Ahora sólo quedan nuestras cenizas. Y un amor que es sólo un espejismo, que no puede ser y lo sé."

Se vistió velozmente, sabiendo que pronto los pasillos se abarrotarían de estudiantes bulliciosos que sólo lo ayudarían a confundirse más.

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El tiempo transcurrió sin prisa. Los relojes no parecían tener ningún apuro en hacer correr sus manecillas y el calendario se deshojaba con la tranquilidad de la primavera. La vida no se detenía a pensar en consecuencias y seguía su caudal.

Harry había hecho mil peripecias para no encontrarse a solas con Snape. Se sentía avergonzado de lo ocurrido esa noche hace ya dos meses y acostumbraba escabullirse cuando estaba en presencia de su profesor. Blaise había intentado muchas veces sonsacarle la verdad de lo que le pasaba, pero sólo conseguía una negativa evasiva o a un amigo enfadado que no le dirigía la palabra por varias horas. Terminó desistiendo de saber lo que le pasaba, y se conformó con distraerlo de aquel secreto que tanto lo preocupaba.

Por razones muy distintas, Severus también evitaba al máximo la cercanía del chico Potter. Tenía pánico de que su cuerpo reaccionara sin permiso alguno y el hecho de que por las noches sus sueños fueran particularmente perturbadores con respecto a Harry, no ayudaba. Le costaba mucho hacerle clases al sexto año, pues acostumbraba distraerse en fantasiosas divagaciones mientras veía al muchacho de cabellos negros mantener la vista fija en el pupitre. Pero lo que más aterraba a Severus y era este el principal motivo de que se alejara de Harry, era el de encontrarse con que el chico no quería saber nada de él. De él que le dedicaba cada uno de sus días, que pensaba todo el día en su recuerdo. Un recuerdo que de a poco fue perdiendo realidad, transformándose en un idealismo, en un sueño del que no quería despertar. Temía encontrarse con desprecio y rechazo en las pupilas verdes de Harry. No quería salir lastimado una vez más.

Ante el mundo, seguían siendo los mismos alumno y profesor que se odiaban. Seguían siendo Severus Snape, el amargado jefe de la casa de Slytherin, un ex- mortífago cruel, un hombre que parecía vivir por hacer la vida imposible a sus alumnos, contra Harry Potter, el Chico que Vivió, la esperanza del mundo mágico, el alumno favorito de Albus Dumbledore, el niño que venció al Señor Tenebroso. Seguían siendo sólo dos personas en un mundo devastado. Sólo eran eso, dos desconocidos que se encontraron por error.

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Quidditch. Como amaba la libertad que le entregaba ese deporte. El sentirse un ave, un ser alado que no depende de nadie, que no está atado a nada, que es libre como el viento. Amaba esa sensación única de estar en el aire, con el mundo a sus pies, sin necesidad de tener miedo ni esconderse de las pesadillas. Nunca era tan feliz como cuando estaba en medio del aire.

Siendo capitán, Harry sabía que tenía muchas responsabilidades y que no podía perder el tiempo pensando en las maravillas de volar, pero era un acto inevitable. Fue cosa de tocar el pulido mango de su escoba, para que cada célula de su cuerpo se agitara llena de adrenalina y fuego. Las demás cosas murieron para él cuando la señora Hooch tocó el silbato, indicando que era hora de comenzar. Harry levantó la vista para hundirse en el cielo tormentoso de los ojos grises de Draco. Lo recorrió un escalofrío. No le gustaban esos ojos. Había algo en ellos que lo hacía evocar los más crueles momentos de su infancia, esos días dolorosos de encierro en la alacena. Y era algo que Harry no quería recordar.

Por eso se escapaba por todos los medios de esa mirada penetrante. No le gustaba ver esas pupilas tristes clavadas en él como dagas, como si él tuviera algo que ver con su sufrimiento. Harry aún encontraba sorprendente las muchas emociones dolorosas que se escondían tras los ojos de su archirrival.

Con elegancia y soberbia, Draco extendió la mano. Harry dudó medio segundo antes de hacer lo mismo. Cuidadosamente, como si con sólo tocarse el otro pudiese matarlos, se estrecharon las manos a modo de saludo. Una sonrisa se dibujó en los labios pálidos del rubio, mientras que Harry permanecía con el rostro impenetrable, sin dejar traslucir ninguna emoción.

- ¿Listo para perder, Potter?- susurró Malfoy antes de soltar lentamente la mano de Harry.

- Estaba a punto de preguntarte lo mismo, Malfoy.- respondió Harry al tiempo que un segundo pitido anunciaba que era el momento de elevarse. Una fracción de segundo después, el cielo estaba manchado por catorce motas de color verde y rojo que, veloces, parecían ser llevadas por el viento.

Sobrevolando rápidamente toda la cancha, Harry echó un vistazo a sus compañeros. Todos parecían muy confiados y pagados de sí mismos, se les veía animados a ganar. Eso era bueno, así él no tendría que ir por ahí alentándoles y sólo tendría que preocuparse de la snitch. En la portería, Seamus sonreía con suficiencia mientras miraba a sus contendientes acercarse; los cazadores eran Lavender, Ginny y John Grifflin, un alto alumno de séptimo año; los golpeadores eran Dean y Sarah Damon, de tercer año. Un equipo fuerte, consistente, bastante unido, con el valor clásico en un León. Harry estaba bastante orgullosos de su trabajo como capitán, ya que les había repetido tantas veces la estrategia que le parecía completamente imposible que fallaran. Tal vez lo culpaban de sus estresadas mentes torturadas, pero el esfuerzo valía la pena si era un paso más hacia la Copa de Quidditch.

Aunque había que admitir que la formación de Slytherin era bastante impresionante. Las Serpientes se veían imponentes en sus túnicas verdes, no había ninguna mujer y todos superaban con creces la estatura media en adolescentes. Por otro lado, todos eran de cursos superiores.

- No pienses en eso, Harry. Aunque todos parezcan competidores de lucha libre tienes que ganar.- se repetía el joven, viendo asustado ("¡No estoy asustado!") a un tipo moreno, que fácilmente llegaba a pasarle por unos treinta centímetros y que le sonreía con burla, bate en mano.

Esforzándose por divisar a la esquiva snitch, Harry realizó un par de giros, intentando ver el conocido resplandor dorado. Sabía que Draco seguía todos sus movimientos, pero no estaba de ánimos para discusiones tontas sobre una escoba, por lo que lo ignoró dignamente.

Sus ojos revolotearon hasta llegar a las gradas. En la vociferante y, porque no decirlo, agresiva barra de Slytherin, se encontró con un confuso Blaise. Era evidente que se hallaba dividido entre la alegría de los goles de su Casa con la dicha de ver a su amigo jugar. No sabía muy bien a quien se suponía debía apoyar, por lo que decidió mantenerse en posición neutral, sonriendo tranquilamente. A su lado, Pansy Parkinson gritaba histérica porras a Draco.

En el sector escarlata, pudo ver a Ron y Hermione. Ambos gritaban y reían, lo señalaban y de vez en cuando lo saludaban. Cuanto tiempo había pasado desde la última vez que se sentaron los tres juntos a conversar, a reír sin esos silencios incómodos, sin pausas por no saber que decir.

Antes de que pudiera terminar de deprimirse, percibió a su lado movimiento. Alcanzó a volverse para ver a Malfoy lanzarse en picada, tras la fugitiva pelotita, que brillaba traviesa a escasos centímetros del suelo. Echándose una cantidad considerable de epítetos ofensivos, Harry hizo lo mismo, lamentando el haberse olvidado de su deber. Justo cuando la victoria estaba casi en manos del chico rubio, una bludger pasó rozándole y golpeándole el brazo que extendía hacia la snitch. Draco emitió un leve quejido y frenó en seco la escoba, obligando a Harry a hacer lo mismo, no tanto por honor o preocupación, sino que por la sencillísima razón de que su tesoro dorado había vuelto a desaparecer.

- ¿Estás bien, Harry?- Sarah estaba a su lado, mirándolo con la preocupación grabada en los claros ojos celestes. La chica había sido una de sus fans declaradas desde su primer año en Hogwarts y por eso mismo se había metido al equipo. La verdad es que su fina complexión y el rostro delicado daban una idea equivocada de la clase de jugadora que era. Muy eficiente en su lugar como golpeadora, tenaz y rápida de decisiones. Como ahora que viendo que estaban a punto de perder hizo uno de sus golpes más certeros.

- Sí, gracias Sarah. No te preocupes.

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Su máscara de la indiferencia era ciertamente perfecta. El gesto gruñón de siempre, los ojos negros inexpresivos, todo un actor, haciendo creer que su corazón no saltaba a cada movimiento del muchacho de ojos verdes en su escoba. Trataba de preocuparse de lo que hacía su equipo, pero los ojos parecían tener voluntad propia y no le obedecían. Sólo seguían a aquel joven vestido de rojo.

Nadie era capaz de adivinar lo que pasaba en esos momentos por su cabeza. Bueno, casi nadie. Había tres personas que sabían a la perfección que era lo que sentía Severus Snape. Remus desde hace algún tiempo que lo había descubierto y sonreía complacido al saber que Harry no quedaría solo. Esperaba que aquel hombre tan frío fuera capaz de aliviar a Harry en su dolor. Daniel no conocía todo el historial en la relación de Harry y Severus, pero no le agradaba demasiado el interés que el hombre profesaba por el muchacho. Sentía un instinto protector peor que el de una madre y eso lo preocupaba. Albus Dumbledore se conformaba con mirarlo a través de sus anteojos de media luna, sabiendo que el futuro de su pupilo estaba manchado en sangre. Él era capaz de conocer partes de lo que deparaba el destino, pero no podía conocer los caminos que elegía este para llegar. Esto lo dejaba impotente.

Severus no tenía ni la más remota idea de los tres pares de ojos que lo observaban. Y ciertamente era más feliz así. De ese modo podía mirar a Harry a sus anchas.

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Su brazo se sentía entumecido. Parecía haber perdido toda la vida y Draco vagamente pensó en el accidente de Potter en su segundo año. ¿Así de fláccido había sentido los músculos aquella vez? Esa niña tenía fuerza a pesar del aspecto de estúpida que tenía.

Le comenzaba a costar el mantener su usual equilibrio perfecto en la escoba, pero no iba a demostrarlo. Iban demasiado bien como para permitir que el equipo perdiera por su debilidad. Una de las mejores enseñanzas que Lucius le enseñó, fue la de esconder el dolor. Fingir que era insensible al sufrimiento, ahogarse solo en las emociones. Eso era parte de la cláusula de ser un Malfoy. Tenía que encontrar rápido esa snitch. Algo aturdido por el dolor quemante en el hueso, se preguntó quien había inventado el quidditch. ¿Qué clase de persona tendría el suficiente tiempo libre como para idear semejante deporte?

"Ufff, esto duele." Pensó Draco, mientras trataba de regular su respiración. Un poco más allá, vio como Potter lo miraba. Los ojos verdes clavados en los grises. Preocupación. "¿Cuándo fue la última vez que alguien se preocupó de mí?"

Un aleteo ligero, sólo un zumbido lo distrajo. Giró un poco el rostro, sin ver como Harry se dirigía hacia él. La snitch estaba tentadoramente a un lado de su cabeza. Estirar el brazo y habría terminado todo. Sólo un pequeño esfuerzo.

Levantó la mano y sintió que se le iba el alma a los pies. No iba a poder mantenerse en la escoba. Caería sin remedio al suelo. Un manchón rojo pasaba por su lado, antes de que se desvaneciera, consciente que se llevaba otro cuerpo por delante. Al menos caería en blandito.

Ante cientos de ojos horrorizados, Draco Malfoy y Harry Potter cayeron velozmente, con la snitch aún revoloteando encima de ellos.

De nuevo inspiración brotada de Soda Stereo.

Respuestas a los reviews.

MARIA-JONAN: Aquí está el capítulo siguiente. En futuros llegará a ser mucho más explícito, es sólo que poner demasiados lemon fuertes juntos no va y podría llegar a ser aburridor. Parten suavecitos, pero ya verás a lo que llegaremos. En cuanto a lo de la pareja principal, pues sí, la principal es SS-HP, pero irá modificándose un poco... de todos modos, creo que en esta historia Seve es muy dulce y su papel es bastante tierno. El momento entre Remus y Harry fue más que nada para mostrar algo más de Remus, para que se vea claro que quiere mucho a Harry y como se siente y todo. Harry lleva la muerte consigo... (¿Qué quise decir con eso? Ni idea, pero sonó dramático : P) Besos y cuídate mucho, amiguita (la costumbre).

Latifa: Quise describir la escena de la manera más suave e implícita como dices tú, ya que siendo el primer lemon en el fic no quise exagerar. Además estábamos hablando de una relación que recién comenzaba, de algo que ninguno esperaba (Sev lo deseaba eso sí.) Lo que siente Harry se irá aclarando a medida que avanzamos, pero por el momento lo que siente hacia Severus no es amor. Quizá cambie, para bien o para mal. Gracias por tus comentarios, me levantan mucho el ánimo, espero que te haya gustado este capítulo desastroso. Besos.

Cloe-Clow: Jejeje, te decía sádica a ti, pero después de leer tu review cambie de opinión. Me emocioné mucho al leerlo, vaya, no pensé que te iba a gustar tanto esa escena siendo tan suave. No soy una fanática precisamente del lemon y habrá que perdonarme ciertos errores, pero muchas gracias por tu apoyo. Siento lo de Draco, pero es que tengo que explicar de alguna manera su forma de ser en el fic. Vas por buena pista en lo de Sev y Harry... como explique aquí, por el momento Harry lo ve casi como un desahogo (no me gusta como suena eso) pero su percepción cambiará un poco. Besos a ti tb y espero te guste este capítulo. Soy muy feliz... esta vez me mandaste saludos y no torturas. No han aparecido mucho esos dos, pero ya regresarán pronto. De Daniel y de Blaise sabremos en el capi 9.

Kat "La gata" Basted: Que bueno que te haya gustado!!!!!! Sí, Harry irá recobrando un poco de ánimos, de eso se está ya encargando Blaise y ahora Severus, pero eso no quiere decir que no le vayan a pasar cosas malas (¿Qué sería de yo si no hago sufrir a los personajes?) En cuanto a Remus, quise hacer un encuentro con Harry para demostrar que nuestro licántropo lo quiere mucho, puede que haya alguien que lo vaya a animar (¿Empezará ese nombre con D y terminará con L?) Pero nunca será como antes o al menos eso creo. Espero te haya gustado este desastre de capítulo. Besos.

The Kissie Aome: Gracias por tus comentarios, de verdad que es gratificante saber que te ha gustado esa pequeña escena. Los sentimientos de Harry hacia Severus irán cambiando lentamente, pero cambiarán. Como fue expresado en este capítulo, el chico por el momento sólo busca un refugio a su soledad, pero el amor de Severus puede que cambie en algo esa percepción. Draco... ya viene su protagonismo, no desesperes. Espero que te guste este capi y besos.

Meiko: El sistema que llevas es muy práctico, eso de grabar en disquete... a mí siempre terminan perdiéndoseme, soy muuuuuy desordenada. De todos modos, te agradezco mucho que me dejes tu comentario a pesar de tener poco tiempo con Internet!!!!!! Jijiji, tú nos mantienes en ascuas largo tiempo antes de actualizar, comiéndonos las uñas. Yo también lo haría (mi naturaleza es malvada) pero quiero terminar de publicar el fic rápido por varios motivos: una vez que las clases empiecen no voy a poder escribir ni nada, me desespera tener el fic y no haberlo publicado, este computador es muy inestable y me ha eliminado más de un archivo y me da miedo que elimine estos tb. Otro besazo para ti y espero que estés bien y te haya gustado este cap.

Säru: Ay, este compu no me puso bien tu nombre Sorry! Por otro lado... si estás leyendo todo esto, quiere decir que aún estás viva y eso me alegra mucho... no quiero tener muertes en mi conciencia. Y además, tenías que vivir para leer esta cosa (alias el capítulo) que no me ha gustado nadita ¿Qué opinas tú?. Espero que no me quieras matar ahora, luego de leer el capi por el que casi mueres... gracias por tu review. Me subió mucho el ánimo y me divirtió mucho tb. Besotes!!!!

Moryn: Holap! Que bueno que te haya gustado ese lemon suavecito, es el primero del fic, pero irán subiendo poco a poco de raiting y espero también que suban en calidad. Eso de las metáforas... muchas gracias!! Siempre habrán críticas (unas que ayudan a mejorar y otras malintencionadas), pero supongo que eso es una parte del arriesgarte a publicar. Tu pregunta... aquí en fanfiction tengo publicado sólo de Harry Potter y este es el único fic largo que tengo de HP. Los otros son de un sólo capítulo. He escrito otras cosas (de animé) que están publicadas en otras páginas, pero son historias que no quiero volver a ver en mi vida y que gracias a Dios están publicadas bajo otro nick, desde ahora sólo me dedicaré a HP. Creo que tú has leído otro fic SS-HP que hay aquí en fanfiction, pero para el cumple de una amiga puse otros tres: LM-HP, DM-HP Y SB-HP. Besos y que estés bien.

Artemisa de Black: No te gustan los lemon??? Pues somos dos, ya que hay muy pocas escenas de este tipo que yo puedo pasar. Ahora tú dirás... está niña está loca. Hace lemons y luego dice que no le gustan. Es que hago mis mayores esfuerzos por hacer algo sobre el tema y me machaco la cabeza haciendo las escenas mil veces hasta que sale algo que por lo menos no suene demasiado forzado. No siempre es así, pero no hay mucho que hacerle. Espero lograr hacer cosas que te gusten, pues no quisiera perder tu apoyo, ya sabes que si algo no te gusta házmelo saber, porque así puedo ir mejorando, conociendo los errores de mi historia. El primer capítulo es parte del futuro de la historia, pero no el final en sí. Puede que termine mal, puede que no... ¿Tú que crees? Sev siente que es su culpa lo que sucedió (ya verás que es lo que sucedió) pero en el primer cap. sólo estamos viendo la forma de pensar de él, así que no sabemos si es todo tan así como él lo describe. Besos a ti tb y espero te guste este cap. (¿Es posible eso?)

Catalina Malfoy: Jijiji, holap. Espero que te estés cuidando, porque te prefiero sana antes que en espíritu como dices tú. Yo también amo a Blaise, y sé que en estos capítulos no ha salido mucho más que mencionado. Pero, repito, en el siguiente (que creo está mejor que este) aparece más del chico Slytherin. Espero que te mejores pronto y sigas mi historia. Besitos.

Ya saben. Si quieren el capítulo "La magia existe" mañana, pues dejen reviews con sus opiniones. Y tb espero todas las críticas, quejas y demases que puedan llegar luego de este capi. En el capi 9 habrá un poco más de Draco, y tb más de la amistad Blaise- Harry y tb de Daniel.

Besos y nos estamos leyendo.