Capítulo 13 "Ecos del final"... no se me ocurrió mejor título. No se me ocurre ningún comentario que hacer.

¿Dedicatoria?

A Gilly una vez más, por haber vuelto, renaciendo de sus cenizas.

A SouYu-J que no va mucho al caso pero que recuerdo que ella estaba esperando algo de este estilo.

A mi beta que : P no me beteó este capi pero cuya labor es muy importante.

Condenados: Capítulo 13

Ecos del final

Sentado cerca de la lumbre incandescente de la chimenea, Blaise comía con desgano una barra de chocolate. Estaba enfundado en una bata color negro, que dejaba entrever a causa del nudo flojo que la sostenía, el pantalón de pijama verde y los músculos torneados de su pecho lampiño. El cabello negro estaba suelto y caía con sutileza hasta sus hombros y cruzaba al azar su rostro. Los ojos verdes parecían sin brillo, mientras que el dulce que sostenía su mano izquierda parecía olvidado.

Por extraño que pareciera hasta para él mismo, estaba preocupado. Sentado en la mullida alfombra oscura de la Sala Común, los engranajes veloces de su mente no dejaban de preocuparse por Harry. Llevaba días cayendo en un abismo al cual no le permitía acercarse, no dejaba que lo ayudara.

Debía hablar con Harry.

Pero claro. Justo ahora que él tenía una cosa seria que decirle, el chico desaparecía como si la tierra se lo hubiese tragado. Ningún rastro. Él, Blaise Zabini, se había arriesgado entrando a hurtadillas a la Torre de Gryffindor, pero sólo se encontró con un amasijo de hechizos protectores que le impidieron acceder a la cama de su amigo. Casi se había puesto a gritar de frustración ahí mismo, pero si lo hacía corría el riesgo de despertar a los otros ocupantes de la habitación y ser linchado hasta morir. Era más que obvio que Harry no estaba ahí.

Ya había dejado de preguntarse obsesivamente sobre donde pasaba ahora las noches el otro chico. Al menos sentía la seguridad secreta de que estaba seguro y eso era más de lo que él mismo podía ofrecerle. Irónicamente, lo que El Chico que Vivió, el Salvador del Mundo Mágico estimulaba en las personas era un instinto de protección. Blaise sentía la imperiosa necesidad de cuidarlo. Verlo tan desvalido, siempre tratando de ser fuerte cuando se estaba desintegrando en lo más hondo, le invocaba una ternura desconocida en él. Ciertamente era más que un hermano para él. Más que un amigo. Más que un amor pasajero. Más que todo, era lo que él quiso ser alguna vez. Su reflejo perdido.

No quería que le pasara nada malo y quería evitar que lo dañasen de cualquier modo. El sentimiento irracional pero ilógicamente puro que habitaba en su corazón lo hizo sonreír. Tenía que proteger a Harry.

Y por eso necesitaba que el endemoniado chico se apareciera de una vez.

Afortunadamente, su padre lo consideraba un inútil y al oír los rumores no había prestado la menor atención. Pero sabía que pronto eso acabaría, cuando el Señor Tenebroso tuviera todas sus maquinaciones pensadas. Y él no quería traicionar a Harry.

Alejarse de él parecía ser la solución.

También quedaba la idea valiente de todos, enfrentarse a la realidad y oponerse al dominio tiránico de su padre y así formar su propia vida. Pero tenía miedo. Era un cobarde y lo admitía.

A veces no le importaba demasiado aquello de que su padre lo torturara y lo matara. Muy pocas veces sus intereses no estaban enfocados en su propia persona y eso era asombroso. Pero había otras tantas veces, como en ese mismo momento, en que tenía mucho miedo. Y también estaba el que su padre sabía ocupar muy bien las diversas situaciones y era capaz de utilizarlo para llegar a Harry. Si se enteraba del tipo de amistad que los unía, era capaz de invocar cualquier clase de hechizo que los unía por sangre y con eso entregar a Harry. Y él no podía permitirlo.

- Maldita sea, Harry. ¿Dónde está el Héroe de todos cuando se le necesita?- farfulló molesto, ansiando una copia del Mapa del Merodeador para sí.

El ruido de pasos marcados y rápidos lo distrajo de sus preocupaciones. Sintiendo en la mano el calor húmedo del chocolate derritiéndose levantó la vista al tiempo que esbozaba su clásica sonrisa pícara, que apenas se curvaba en las comisuras con un brillo travieso en los ojos. Nadie tenía porque saber que estaba preocupado.

Por las escaleras de los cuartos de las chicas, una figura altiva bajaba sin hacer el más mínimo esfuerzo por ser silencioso. Ojos grises del color de la plata brillando torvos en la oscuridad de la noche, cabello platinado enmarcando un rostro frío y soberbio. Draco Malfoy observó a Blaise con clara aversión. Sus ojos se estrecharon mirándolo molestos y los rasgos se endurecieron súbitamente.

- Zabini... – dijo con un pequeño movimiento de cabeza. "Vaya, debería sentirme afortunado. Me saludó."

Blaise se preguntó en silencio si habría estado con Pansy. Por lo que sabía el chico la detestaba, pero eso no quitaba que la chica contara con ciertos encantos femeninos. Aunque claro, él prefería a Susan Bones de Hufflepuff. Y le daba exactamente lo mismo si las serpientes encontraban repulsivos a los de esta casa, al fin y al cabo le había tomado HORAS convencer a la chica para que fuera con él al baile. Pero, claro, nadie se resistía al hechizo casi hipnótico de Blaise Zabini.

- ¿Con quien irá a ir Harry?- se preguntó a media voz. El silencio espectral de la sala común desierta le respondió.

Sin que el chico de cabellos negros se diera cuenta, Draco Malfoy había salido con su paso elástico y elegante, dejando tras de sí la estela perfumada de la presencia Malfoy.

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Algo en el corazón le decía que Harry no había salido corriendo para irse a dormir a su torre. Algo muy dentro le gritaba que lo tenía que encontrar pronto. Y siguiendo esos instintos ciegos de protección hacia el niño, Severus se levantó de un salto. Vestirse y acomodarse una vez más su careta de hombre amargado y cruel fue cosa de segundos. Tenía que encontrar a Harry.

Detestaba sonar como una madre sobreprotectora, pero estaba muy preocupado. No había querido salir corriendo tras él cuando salió, pues sabía que el chico no era de su propiedad. Harry no era ni sería nunca suyo. Pero esas ideas no le ayudaban a sentirse mejor, por el contrario, los nervios subieron de manera preocupante su nivel.

Estaba nervioso. No tenía miedo de que Harry fuera lo suficientemente estúpido como para salir del castillo en plena noche y lo único que esperaba era que tampoco le diera por irse a lugares demasiado alejados. Pero si tenía miedo. Miedo de algo desconocido que le indicaba que de todos modos lo iba a perder. Y dolía saberlo.

Caminó a paso veloz por los pasillos. No sabía por donde buscar. La lógica decía que el chico debía de estar en la Torre Gryffindor junto al resto de los Leones. Pero el corazón no entiende ni de lógica ni de axiomas y se negaba. Harry no estaba allí y tenía que encontrarlo. Pronto. Al llegar al punto en donde el pasillo obscuro sufría una bifurcación, Severus se detuvo. Por segundos creyó haber visto a Harry.

Severus se preguntó que estaba antes: sus problemas amorosos con Harry o sus deberes como profesor. Se decidió por los primeros, no sin antes lanzar una mirada furibunda a las dos figuras que se abrazaban en la oscuridad. Dos amantes nocturnos que se estrechaban en un beso profundo, que destilaban pasión. Tan cercanos que podrían haber sido uno solo. Hundidos en la noche, Severus no los pudo identificar y sólo pasó de largo. Para otro día sería castigar a esos rompe reglas.

Sus ojos negros tropezaron con una figura esbelta que caminaba hacia él y soltó un suspiro largamente retenido. Tampoco era Harry. Pero esta vez no iba a poder pasar de largo. Los ojos dorados parecían desenfocados y miraban la nada, ni por un segundo se detuvieron en el profesor de pociones. A pesar de la evidente debilidad de su cuerpo, que durante el día disfrazaba con su palpitante amabilidad, Remus sonreía. ¿Cómo era posible que a las puertas de la muerte, ese hombre siguiera pareciendo feliz? La sonrisa que se dibujaba en su pálido rostro era sincera, pura y llena de una dicha distante. Incluso cuando cayó desvanecido al suelo parecía estar feliz.

No podía dejarlo ahí. ¿Si se moría? No quería mas muertes en su hoja de vida, le bastaba con las que llevaba cargando. Harry tendría que esperar. Aunque seguía sintiendo que debía encontrarlo, Severus se arrodilló junto al cuerpo de Remus. Rozó apenas el cuello y distinguió fácilmente el pulso lento pero regular. Sólo estaba inconsciente.

Al alzarlo en brazos notó cuan liviano era. Parecía una pluma ligera entre sus brazos, un cuerpo delgado que iba perdiendo calor. Severus volvió a suspirar y caminó en dirección a la enfermería. Vagamente recordó una situación parecida tiempo atrás. Pero en ese entonces, el cuerpo cálido y pequeño que llevaban sus brazos había sido Lily, aunque admitía que el aroma levemente insinuante era muy parecido al que destilaba la piel de la chica.

- Tanto tiempo.

Ya tendría tiempo de hablar con Harry antes de que este se fuera de vacaciones.

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Draco recordó con cierto malhumor esas películas que a los muggles tanto divertían. Aquellas de terror en donde un grupo de hermosos adolescentes vagaban estúpidamente por enormes casonas habitadas por fantasmas. Muchos gritos, un montón de sexo desenfrenado y sangre. Algo en la oscuridad cavernosa y sibilante del castillo le ocasionaba la sensación de estar viviendo en uno de esos malos filmes.

En verdad que por momentos pensó que lo único que hacía falta ahí era un cigarrillo colgando de manera indolente entre sus labios. Ah, claro. Y la sollozante y atractiva muchacha que se protegería tras de él de los monstruos y fantasmas. Draco bufó molesto, dándose cuenta que llevaba un buen rato pensando solamente idioteces. Realmente comenzaba a afectarle la cercanía de Crabbe y Goyle.

Por breves segundos pensó en Sally. La chica era bastante bonita. Un poco tonta y remilgada, pero de todos modos bastante atractiva. Cabello rojo oscuro, casi color vino, cayendo libremente hasta la cintura; ojos de un color que oscilaba entre el negro intensísimo y un morado oscuro. Aunque le molestaban un poco esas pecas atroces. No podía soportarlas, en cierta forma le recordaban al Weasley ese. Y así siempre desembocaba en Harry Potter, aunque este ya no frecuentara la compañía de la comadreja. Se estaba desviando del tema.

Sally. Esa era la misma chica de cuarto año que lo había perseguido por todas partes en los últimos seis meses. No era que fuera algo desacostumbrado, a decir verdad era bastante común encontrarse siempre rodeado por chicas babeantes. Sólo que esta chica tenía una cualidad diferente. No exigía nada. Era sumisa y tranquila. Draco tenía la desagradable sensación que esa chica si era capaz de amarlo de verdad y eso no era precisamente lo que estaba buscando en una chica. Sólo quería diversión, alguien con quien pasar el rato y olvidar a Harry.

Aún así, pasar esas horas con ella lo había distraído. Incluso, comenzaba a considerar la idea de ir con ella al baile.

Cuando el cuerpo de otra persona, que venía corriendo, lo chocó y lanzó brutalmente contra la pared, Draco gruñó. Ahogó un quejido de dolor por su espalda dañada y levantó la vista para clavar sus ojos grises furibundos en el cretino que lo había golpeado. Pero la furia murió rápidamente cuando reconoció el rostro pálido de Harry Potter frente a él. Y dio paso a un nerviosismo que él mismo clasificó como estúpido.

Harry cayó al suelo con inusitada violencia al chocar con la otra persona. Su espalda rezongó y el dolor en su muñeca le indicó que no había quedado en una buena posición. Sentía la vista nublada por el llanto que se resistía a soltar, pero que se balanceaba peligrosamente en la orilla misma de sus párpados. Su brazo había quedado resentido por el golpe y parecía muerto, por lo que moverse fue casi imposible. Por no mencionar su pierna que mantenía flectada bajo todo su peso, apretando dolorosamente su tobillo contra el piso. No iba a llegar demasiado lejos en ese estado. Necesitaría ayuda. Recién entonces recordó que había otra persona frente a él. Levantó la vista al tiempo que dibujaba una sonrisa dulce e infantil (con la clara intención de conmover). Sus ojos se abrieron desmesuradamente al reconocer a la otra persona.

Tal vez si podría llegar solo a la Torre de Gryffindor. Todo con tal de no tener que pedirle al chico rubio que lo ayudara.

- Malfoy... – dijo esquivando hábilmente los ojos grises. Tanto tiempo desde que estuvieron en la enfermería. Tanto tiempo desde que creyó encontrar a un ser diferente.

El sonido cruel de su apellido en labios de Harry lo golpeó. Ya no había más Draco. Había dejado de ser Draco para Harry, la única persona que le importaba. Volvía a ser nadie, un niño odioso creado a semejanza del más leal de los mortífagos. Sólo era eso. Reprimiendo un sollozo que amenazaba con estallar desde lo más profundo de su ser, convirtió su rostro al indiferente de siempre. Era doloroso tener que mostrarle ese Draco Malfoy a Harry.

- Potter.

Debía irse. Darse la media vuelta con elegancia y fluidez, soberbiamente como sólo él podía hacerlo. No mirar atrás. Pero sus ojos se habían perdido en los pozos esmeralda, ahogándose en las dulce profundidades tristes, sin posibilidad de salvación ni deseos de ser salvados. ¿Era su imaginación o el chico estaba a punto de llorar? Tenía que apartar la vista de Harry. Ya no había magia, nunca la hubo.

Un quejido de dolor lo sacó de sus cavilaciones. Desde el suelo, Harry lo miró con ojos suplicantes, al tiempo que mordía con vehemencia su labio inferior. Había tratado de pararse y había fracasado miserablemente.

"Decidiste confiar en la persona equivocada, pequeño."

- ¿Me podrías ayudar?- pidió asumiendo que no iba a poder levantarse solo.

¿Y ahora qué? ¿Debía negarse con la crueldad clásica de su apellido y marcharse? Había sido culpa de él, él había sido el idiota que había estado corriendo por los pasillos a mitad de la noche sin fijarse, no tenía porque ayudarlo. Draco sonrió, pero extendió una mano fina y pálida, que lo sorprendió. Su cerebro malévolo y sádico estaba desconectado de su cuerpo, que en una huelga contra la razón había obedecido a lo que le dictaba su corazón. Y se vio compensado por la más dulce de las miradas, el resplandor de amado verde que tanto había extrañado.

- Gracias... – cogió la mano y pudo sentir cuan fría estaba. Fue un extraño choque la calidez de su propia piel contra la suavidad gélida de la del rubio.

Draco tiró suavemente del chico para ayudarlo a levantarse, sintiendo como de entre los velos desvaídos de su memoria, llegaba un retazo de escenas. Nunca antes había oído una voz más melodiosa que aquella que deleitaba a los ángeles. Por el resquicio de la puerta, Draco admiró la inhumana belleza de su madre, oyendo siempre la voz resplandeciente, ese tono de melancólico romance que llegaba hasta lo más profundo de su corazón. Era una canción en francés y Draco jamás había recibido clases de este idioma, por lo que no sabía que podía significar. De todos modos, era lo más bello que había escuchado en sus siete años de vida, parecía adquirir forma, crearse un cuerpo, volverse luz líquida y a la vez sólida. El niño admiró la grácil figura de Narcissa, que observaba por la ventana frente a ella, al tiempo que cantaba siguiendo los acordes del piano que tocaba solo, dedos invisibles acariciando las teclas. La piel blanca relució al sol y Draco creyó divisar algo parecido a lágrimas en las mejillas tersas de la mujer. Pero sólo fue una impresión. Al siguiente momento ya no había más música. Su madre había dejado de cantar y lo observaba con imperturbable frialdad. Los ojos azules se clavaron duramente en los grises y sin decir nada, se había marchado de la habitación, en un revoloteo de sedas y cabellos dorados. La música del piano seguía oyéndose dulcemente triste, una melodía fúnebre cerca del oído del pequeño que ahora observaba la ventana solitaria.

Él quería olvidar. Sufrir, pero olvidar para siempre esos momentos de tristeza. Aumentó la fuerza en su ayuda hacia Harry y terminó atrayendo demasiado a Harry. Demasiado para su corazón solitario, demasiado para su piel ardiente. Observó de cerca las lagunas silvestres y brillantes y en un rapto de locura pasional besó los labios húmedos e invitadores. Ejerciendo mayor presión en la boca del otro, logró adentrarse con su lengua, acariciando y palpando, conociendo lo que había visitado en sueños. Posó sus manos frías en los brazos del otro, tanto para no dejarlo ir como para sentir que era real y no un sueño. Sintió como Harry correspondía a su beso y dejaba sus manos libres por el cabello rubio en el momento en que percibió movimiento tras de sí. Alguien pasó por el pasillo pero había seguido su camino.

Aspiró hasta el más profundo de los suspiros, se alimentó del néctar dulce y diáfano de Harry, descendió sus manos hasta poder aferrarse a la cintura del otro, buscando mayor contacto, ansiando más calor que dispersara el frío a su alrededor. Nunca más pudo escuchar a su madre cantando. Por más que lo intentó, ella nunca más lo dejó escuchar el lamento musical de su garganta, así como tampoco volvió a verla llorar. Era extraño como había preferido esas lágrimas cristalinas que entristecían y opacaban el bello rostro a esa sonrisa perlada que mostraba en las fiestas o a la hora de la cena junto a su padre. Draco volvió muchas veces a esa habitación. Le bastaba el recuerdo de ese instante para ser feliz, ese momento perdido en que se había sentido extrañamente cerca de su madre, compenetrado en una tristeza que no entendía.

Harry se apartó violentamente del otro, provocando que su tobillo doliera aún más y estuviera a punto de caer de nuevo. El abrazo de Draco lo impidió, manteniéndolo firmemente asido. Con un suspiro de callada resignación apoyó la cabeza en el hombro del otro, sintiendo la mano derecha del otro en su espalda, el cabello rubio entre sus dedos, la otra mano de Draco dibujando caminos por su cuello.

"Decidiste confiar en la persona equivocada, pequeño."

¿Qué más daba ahora si era la persona equivocada? No tenía porque creerle a Tom Riddle, él jamás diría la verdad. Esas imágenes de sangre espesa y muertes eran sólo una ilusión para doblegarlo. Eso no era verdad. ¿O sí?

" ¿Y Severus? ¿Se puede saber que harás con él? Él es una persona con sentimientos, no puedes desecharlo por la ilusión fugaz de algo ficticio. Tú mejor que nadie sabes que estás haciendo esto por despecho. Quieres demostrarte a ti mismo que hay gente que puede amarte y que no se marchara de tu lado. Quieres demostrarle a esa soledad que te persigue donde vayas que la odias y que... "

- ¿Podrías ayudarme a llegar a la Torre?- susurró Harry, en una súplica muda para que no lo dejara. Su rostro aun oculto en las telas oscuras, afirmándose del otro cuerpo, dejándose abrazar y abrazando.

Draco asintió en silencio, moviendo la cabeza ligeramente como si esta estuviera sostenida por un fino resorte. Antes de que el otro chico se diera cuenta, Draco ya lo llevaba en brazos, cargándolo con la delicadeza de quien porta un tesoro extremadamente valioso. La suavidad de sus manos sobre sí mismo le hizo pensar a Harry que lo trataba como si pudiera romperse, como alguien a quien es necesario proteger. Era muy reconfortante sentir eso, no tener que estar él protegiéndolo, sino que era el rubio quien se preocupaba porque nada le sucediera. Se fue acomodando cada vez más contra el pecho del otro chico, sintiendo la voz en pársel que musitaba impúdicamente a su oído. Atormentándolo.

"Aquellos a los que tanto aprecias caerán bajo la mano del mismo al que tú quisiste confiarle tu corazón, pequeño."

- No es verdad... – dijo mientras era dejado cuidadosamente en el pasillo.

- ¿La contraseña?

Harry musitó unas palabras que Draco no alcanzó a captar, provocando que la señora gorda se moviera enfadada de su lugar, alegando en contra de los niños malcriados que no dejaban dormir. Antes de entrar a la Torre, se volvió a mirar al chico rubio. Los ojos verdes relampaguearon en emoción, centellas de color esmeralda cruzando la oscuridad sórdida de la noche. Los labios le temblaban levemente y parecía aún más frágil de lo acostumbrado.

- Gracias, Draco. – Agradeció en voz baja. Se quedó quieto unos segundos, esperando a que Draco lo detuviera, a que dijese algo, a que demostrase lo que pasaba en esos momentos por su mente y corazón. Pero no sucedió. Draco lo miró con una expresión de frialdad y confusión conjuntas y sólo asintió con la cabeza. Instantes después desaparecía por el primer recodo del pasillo.

No sabía que era lo que había esperado de Draco. Desde luego que no esa actitud indiferente que le lastimó el espíritu. ¿Esperaba una declaración de amor? ¿Promesas? ¿Por qué él esperaría semejante cosa de esa serpiente? No podía entender que pasaba con él. Era como sí...

- ¿Harry?

El chico de cabello negro se sobresaltó y buscó a la persona que lo sacaba de sus pensamientos a esas horas de la noche. Se calmó un poco al ver el brillo familiar y coqueto de los ojos color cobalto y su cuerpo abandonó el estado de tensión que había mantenido esos momentos. La chica lo veía con una mezcla de alegría, asombro y preocupación, el cabello color cobre cayendo libremente en una cascada de rizos por su espalda, la bata color rosa ofreciendo una mimetización pálida con su piel nívea.

- Lavender... ¿Qué haces aquí?

- Me dio insomnio y no podía permanecer un segundo más tranquila en la cama. Así que bajé a leer un poco a ver si me da sueño... ¿Y tú?- Harry se sentó junto a la muchacha y observó la portada del libro. No reconoció el título desde el momento que la desgraciada cosa estaba en francés. Sonrió vagamente al darse cuenta que lo que esperaba ver en las manos de Lavender había sido una de esas novelitas rosas con corazones por todos lados.

- Lo mismo. Sólo que yo no pude aguantar la quietud de la Sala Común y salí a caminar un rato.- mintió Harry.

- Ah.- la chica enfocó nuevamente su atención en el libro. Un quejido suave la distrajo.- ¿Qué sucede?

- Ahg, nada.- dijo sonriendo al tiempo que trataba de levantarse. Su tobillo se negó a ayudar.- Es que me lastimé el pie en mi caminata nocturna. Creo que mejor me quedó a dormir aquí.

- Ah.- repitió Lavender sonriendo. Luego se levantó y pasó un brazo cuidadoso por debajo del brazo de Harry tirando de él.- Vamos, yo te ayudo a llegar. No creo que sea buena idea que te quedes aquí, vas a estar incómodo.

Harry trató de soltarse, pero eso provocó mayor malestar en su ya adolorido cuerpo. Se dejó conducir por la chica, atravesaron la Sala Común en silencio, subieron con lentitud extrema las escaleras. Algo mareado, Harry notó que el cabello de Lavender tenía un suave olor a limpio, a flores frescas de temporada. "¿Desde cuándo soy tan cursi? Me ha hecho mal juntarme con Blaise."

- ¿Con quién irás al baile?- dijo de pronto la muchacha.

- ¿Qué baile?

- Ay, eres un despistado.- rió la joven al tiempo que llegaban al dormitorio de los chicos. Harry iba a detenerla, pero ella, sin ningún miramiento entró aún cargándolo. Luego susurró.- El baile de Fin de año.

- Ah. No sé. No lo había pensado.- curiosa e irónicamente el olor era a lavanda. Ese aroma lo estaba confundiendo y ya ni sabía lo que estaba diciendo.- ¿Quieres venir conmigo?

La chica no contestó en ese momento, demasiado ocupada en acomodar a Harry en su cama. Este sabía que en cualquier otra ocasión se habría apenado muchísimo y lo habría impedido, pero ahora estaba muerto de sueño. Muchas ideas en su cabeza. Severus, Daniel, Draco, Lavender. Amor, recuerdos, miedo, lavanda.

- ¿Tú que crees?- dijo la muchacha. Se inclinó sobre el rostro del chico y depositó un beso fugaz en la mejilla de este, un contacto fantasmal que Harry percibió apenas.- Por supuesto que sí, Harry.

Continuará...

Respuesta a los reviews

Gilly: Hey!! No es mi culpa!! Yo soy una pobre e inocente niña!! Ustedes me pervierten!! Tu mensaje me llegó tarde y más encima sin querer borré las imágenes que me habías mandado. Y ahora tu correo está repleto y no recibe nada ¿te importaría eliminar algunas cosas? Tengo un fanart nuevo de Yami No Matsuei y está bellísimo (amo a Tzusuki y a Hisoka). En este capi vimos algo de Draco y más encima tb algo de acción entre esos dos. No sé, no sé, estoy pensando en cambiarle el final muajajaja. Es que estuve leyendo una novela que me recomendó la Faby y... casi muero. No es la típica novelita rosa, al final el protagonista se tenía que ir pues ella perdía la memoria y no quería hacerle más daño. Ayyy, es un libro corto pero es para morirse, en verdad. Espero que estés bien y te hayan gustado estos dos capis (hay que celebrar mi victoria n_n'''). Besos y cuídate (elimina mensajes!!).

María-Jonan: Snif, snif, gracias por el apoyo, es muy emocionante. De verdad que me anima mucho leer tus mensajes y saber que sigues ahí leyendo estas cosas que escribo. Ya ves, en celebración a los eventos favorables de mi vida (agrego a eso haber conocido a Sergio!) Subí dos capis que espero te hayan gustado (o al menos que no quieras matarme por el vuelco que dio la historia aunque seguirá siendo Sev y Harry). Ay, Remus. Aquí vimos que apareció en el momento justo (tal vez de no ser por él Sev habría encontrado a Harry) pero, las cosas suceden por algo. El lobito y Sirius fueron pareja... jejeje, es que cuando me lo comentaste recién me di cuenta que sonaba como si sólo Remus hubiese amado ¡Y eso si que no! Puede que según los dramones trágicos que escribo no se note, pero soy una romántica empedernida y me gustan los finales felices (muy pocas veces los escribo, pero hago el intento). Besos, guapa, y cuídate.

Kat "la gata" Basted: Holap! Me alegra que te haya gustado ese capi (que fue inspirado por un review vuestro) aunque no haya sido lo que se dice algo muy alegre. Lo intenté pero fracasé rotundamente. Creo que el sadismo es una parte de mi ser, me encanta hacer sufrir a los personajes, pero intenté que esta escena tuviera un poquito de romanticismo. Al final me enredé un poco. Daniel va a ir descubriéndose durante la historia... en cada capi irá un pequeño detalle de él y al final supongo que un capi sólo para él. Espero te hayan gustado estos dos capis. Besitos.

Nevichii: Hi!!!! Me anima muchísimo leer tus mensajes, es genial saber que cuento con tu apoyo y que te haya gustado el capi. Espero que estos dos tb. Me está dando por hacerle muchos cambios a la historia... estoy a punto de cambiar el final, es que me llegan ideas nuevas y no puedo resistirme. Si tienes alguna duda o idea o consejo no dudes en decírmela. Gracia por el review. Ya estoy mucho más animada, ando de lo más alegre. Mis problemas no se han solucionado pero SOY FELIZ. Supongo que eso es lo que importa. Besos. Nos estamos leyendo!

Cloe-Clow: La verdad es que yo tb me había imaginado algo más tierno y romántico entre ellos dos, pero estoy desconectada con mis manos que escriben lo que les dicta mi perversa imaginación (con la ayuda de ciertas señoritas que me dan ideas locas). Supongo que me cuesta hacer lemon tiernos, pero te prometo que va a haber unos cuantos más adelante... algo más descriptivos tal vez, pero creo que son más románticos. Jejeje, causa mayor impacto la violencia, el sadismo y el masoquismo... y creo que yo los utilizo bastante. Cuídate. Lo de Daniel se va ir desentrañando lentamente. Besitos.

Meiko: Hola, chica!!! Ya sabes que si tienes algún problema puedes contar conmigo!!! Muchas gracias por el apoyo y por los reviews. Me alegra que te haya gustado el fic Una Noche, cuando lo actualice te lo haré saber, no te preocupes. La pareja es rara, pero me parece que da para fics ligeros. Creo que es lo menos depresivo que tengo aunque es un poco explícito e incoherente. Odio que me pase eso de que no puedo acceder a algún fic, sobre todo porque soy bastante obsesiva y me encapricho mucho. Ten por seguro que no descanso hasta que lo he leído. Y si de nuevo no puedes acceder, yo siempre puedo mandártelos a tu e-mail... no quiero que dejes de leer, siendo que partiste con la sospecha de que puede terminar mal (y sigues leyendo aunque creas eso y no te guste!!) Y que es gracias a ti que ahora puedo estar escribiendo esto. Ese extra era para que se entendiera mejor todo. Bien, mi querida amiga, espero te hayan gustado estos dos capis. Besotes.

Catalina Malfoy: Jejeje, yo diría que mi novio es de lo más guapo y no estoy muy segura de en que estaba pensando. La verdad es que en esos momentos mi cerebro estaba desconectado de mi boca y dije cosas que no iban muy al caso, para después terminar con él sin motivos muy óptimos y coherentes que digamos. Pero las cosas ya se van a arreglar (apenas pueda tragarme mi orgullo e ir a hablar con él). Fue algo sádico ese extra, pero por lo general mis inspiraciones espontáneas son así... intenté que saliera más dulce pero no resultó. Espero te hayan gustado estos capis... has notado que yo tb soy adicta a los puntos suspensivos?

Latifa: Ohhh... te bajo el ánimo. Eso no era mi intención, lo siento. Trataré de hacer de vez en cuando capítulos más alegres o menos oscuros. Menos mal que igual te gustó y... por el momento no te preocupes. Creo que voy a seguir torturándolos con mi historia un buen tiempo, no quiero ver mi correo atacado una vez más con amenazas (jejeje, ahora más encima puedo contar con tus maldiciones). Espero te hayan gustado estos dos capis y besos. Cuídate mucho.

The Kissie Aome: Extrañé tu review, porque de verdad que parece que fue una alucinación o FF.Net nos jugó una mala pasada. Que bueno que te haya gustado el capi... en lo de sádico tienes toda la razón, pero agradezco que hayas pensado que tenía algo de romántico. Al principio tenía más diálogo, pero después empecé a acortarlo y... quedó en eso. Es que me dio la impresión que mucha conversación arruinaría el momento. Espero te hayan gustado estos dos capis y dejes tus comentarios. Besitos!

Ali: Jejeje, creo que es difícil seguir la línea de mi fic, sobre todo por los atormentados personajes. Me encantan tus e-mail, me dan muchos ánimos y son muy graciosos la mayor parte de las veces (me gusta como suena esa frase "mas enredada que ocho pulpos jugando dominó") espero te hayan gustado estos dos capis. Tus súplicas son oídas, sólo que no tengo ninguna idea como para llevarla a cabo en algo que tenga sentido y que pueda ser interesante. Pero yo tb quiero escribir un Sev Harry más alegre, comienzo a sospechar que puede afectarme escribir tantos desastres. Si tienes alguna idea de algo que te gustaría que pasara o sugerencias, te lo agradecería mucho pues a mí no se me ocurre. De Daniel se va a ir entendiendo de a poco. Paciencia!! Besos y cuídate.

Dejen reviews!! Trataré de subir el capítulo 14 pronto, claro a menos que mi compu estallé o de nuevo tenga problemas para abrir los archivos o no quieran que lo suba. Tratará del baile de Fin de Año y de algo muy importante...

Nos estamos leyendo!!

Besos y déjenme un mensaje.