La llave de la Confianza y la Paciencia.
Primera parte
- ....Y ahora, prepárense para viajar, formen un triángulo y tómense de las manos –Ron, Hermione y Tom se tomaron de las manos, mientras que Hermond le daba una vuelta muy despacio al giratiempo que Ron tenía colgado al cuello – recuerden que para regresar tendrán que tomar la misma formación y pensar justo un minuto después de que partan, bien, ahora cierren los ojos y concéntrense. Para a los del siglo XVI, concéntrense firmemente en Londres en el año 1502 ese el mejor año de Alexa. Bien, suerte chicos.
El equipo en donde viajaban Ron, Hermione y Tom desapareció del lugar. Para Tom y Ron la sensación era algo nuevo, inesperado, Hermione ya lo había experimentado antes, muchos años atrás. Ron y Tom sintieron como de pronto, la cabaña de Hermond desapareció y todo se volvió negro, parecía como si volaran o flotaran en el espacio, solo que sin estrellas y cuando se estaban acostumbrando a la sensación, algo los golpeó de pronto. Ahora también volaban, pero a una velocidad extraordinaria y parecía como si lo hicieren hacia a tras. A su alrededor, se veían manchas de colores de todos tamaños y formas... imágenes por todos lados, pero nada en concreto, nada real, todo se veía borroso... era difícil concentrarse en Londres con tantas imágenes, pero sabían que si no lo hacían de forma correcta, podían quedar perdidos en el tiempo. Ron trató de decirle algo a Hermione, pero su boca no emitía sonido alguno. Por fin, Tom y Ron se cansaron de tantos colores y prefirieron cerrar los ojos. Era más fácil concentrarse.
Minutos después, el piso apareció ante sus pies y los dos chicos cayeron pesadamente en el suelo. Cuando Tom abrió los ojos, Hermione y Ron lo miraban divertido. Era el único que seguía en el suelo. Tom se puso rápido de pie y les dirigió una sonrisa también. Ron miró para todos lados. Londres era muy diferente en el 1502... nada comparado al Londres actual.
La ciudad era.... de hecho, no era una ciudad. Londres se encontraba en pleno crecimiento y ciertamente el cambio de pueblo o provincia a gran urbe europea del siglo XVII aún estaba por llegar. Londres se encontraba justo en la transición de la Edad Media al Renacimiento y los contrastes entre ambos movimientos ideológicos, políticos, sociales y culturales de los muggles se hacía notar en cada lugar de la ciudad. Hermione, Ron y Tom aparecieron en un lúgubre callejón del Londres de esa época. La noche caía y toda clase de ruidos extraños y desconocidos para los chicos les hacía poner la piel de gallina.
- Que... diferente es Londres – dijo Tom en voz baja
- Recuerda que estamos en el año de 1502, no vas a encontrar muchos avances modernos en la ciudad Tom, con trabajos está empezando el Renacimiento, es más, Galileo aún no redacta su teoría sobre el movimiento de la tierra
- ¿De qué estas hablando Hermione?
- De historia Tom, ya sabes que Herm conoce muchas cosas, te acaba de dar un panorama de lo que era el mundo muggle en esta época. Bueno, no perdamos más el tiempo, hay que buscar a Alexa Emmerson lo más rápido posible y regresar con Hermond
- Pero primero tendremos que cambiarnos Ron – sonrió Hermione - ¡Cambiare!
Una luz los envolvió. Las ropas de los chicos cambiaron, ya no eran las ropas muggles con las que habían viajado, ahora, traían ropa de la época. Hermione tenía un vestido rojo ocre con encajes blancos en el cuello, largo, de mangas largas, ceñido del pecho, el cabello sujeto por una mantilla y guardó la varita bajo una de las mangas. Ron traía puesto un pantalón que más bien parecían mallas de color azul marino con una especia de suéter muy largo (les llegaba hasta las rodillas) de color rojo ocre (del mismo color que el vestido de Hermione) un sombrero muy similar a una boina azul marino y un cinturón ancho de color café oscuro. Tom traía el mismo tipo de ropa, solo que cambiaban los colores. El pantalón de Tom era verde, el suéter café claro al igual que el cinturón y la boina o sombrero. Ambos chicos se miraron a punto de reírse de su aspecto, si no es por que miraron a Hermione también que se vía muy linda
- Te ves preciosa Hermione!! – dijo Ron sin poder evitar sonrojarse un poco
- Ron tiene razón Hermione, te ves muy linda
- Muchas gracias chicos. Bien creo que ahora que si perecemos gente de la época, de esta forma podremos encontrar a Alexa sin despertar sospechas.
Hermione empezó a caminar y Ron y Tom la siguieron por el oscuro callejón. LA noche estaba más cerca y en el cielo podía verse al sol ocultarse. En las calles había muy poca gente que, a pesar de que los chicos estaban ataviados con ropa de la época, los miraban como extranjeros. No cabía duda de que los tres magos estaban causando demasiada expectación
- Hermione, ¿por qué no buscamos un lugar donde descansar?
- Yo a poyo a Tom Herm
- Tienen razón, debemos de buscar un mesón o algo parecido
- Y también dejaremos de causar tanta incertidumbre entre los vecinos del lugar, porque todos se nos quedan viendo muy raro – dijo Ron en tono bajo
- Esa es otra buena razón para buscar un lugar donde dormir.
- De acuerdo, ya entendí chicos, vamos...
Los magos caminaban por las empedradas calles del Londres medieval, pasando por lúgubres callejones, entre las casa de adobe y disfrutando del rudimentario paisaje del Londres. Hermione tenía mucho cuidado con el acento cada vez que le preguntaban a los escasos transeúntes sobre el mejor lugar para descansar. Thomas y Ron preferían guardar silencio porque su acento podría traicionarlos. Por fin, después de caminar por un largo rato y ya con la noche sobre ellos, llegaron a un mesón donde podían pasar esa noche y tal vez conseguir un poco de información
El lugar parecía una casucha a punto de derrumbarse. Las paredes estaban roídas y la puerta mostraba señales de las termitas. El mesón realmente no tenía buen especto. Segundos antes de que Hermione entrara al lugar, Ron la detuvo colocándole una mano sobre el hombro.
- ¿Qué sucede Ron? – preguntó extrañada Hermione
- Bueno, tendremos que pagar Herm...
- ¿Y eso qué Ron? – preguntó la chica de nuevo
- Pues no creo que los galeones nos vayan a servir de mucho...
- Vamos querido Ronnie – sonrió Hermione - ¿recuerdas con quién estas hablando?... ya lo tengo todo planeado. Al momento en el que transformamos nuestra ropa, el dinero cambió también por lo tanto lo que traes en las bolsas del pantalón, no es el dinero mágico, es el dinero muggles que utilizaban en esta época, así que podremos pagar
- Hermione, me sorprendes!! Eres realmente muy inteligente!!!
- Ah!! Tom, por eso precisamente la adoro
Los tres magos entraron al mesón y Tom sintió un leve escalofrío recorrerle por todo el cuerpo. El lugar por dentro era muy lúgubre. Debido a la falta de electricidad y a la poca luz que proporcionaban las antorchas y velas. Frente a ellos se encontraba una especie de mostrador de madera muy viejo y sucio. Un hombre de aspecto malévolo, ojos completamente negros, pelo negro, nariz aguileña, piel blanca y sin dos dientes les sonrió haciendo que Hermione se tomara fuertemente del brazo de Ron
- ¿Puedo ayudarles? – dijo el hombre con voz cavernosa, como proveniente de un espíritu lejano – Mi nombre es Alfred Parkinson y soy el dueño de este lugar.
- Buenas noches señor Parkinson – sonrió Ron tratando de mantenerse lo más tranquilo que pudiese – buscamos habitaciones para pasar la noche porque...
- Entiendo señor....
- Ronald Weasley
- Entiendo señor Weasley, supongo que querrán dos habitaciones, un apara usted y la señora Weasley y otra para su hermano
- Disculpe pero...
- Si, está en lo correcto – comentó Ron interrumpiendo la protesta de Hermione
- Bien, porque solo tengo dos... son dos coronas por noche con alimento
- Me parece bien – y el decir esto último, Ron sacó un saco con monedas – aquí tiene lo de esta noche y mañana
- Bien, síganme por favor
El viejo Parkinson los condujo por un pasillo muy estrecho y oscuro. En el pasillo habían varias puertas pero de ninguna de ellas salía ruido alguno. Ya casi al final, le mostró a Tom su habitación y frente a la del chico, la de Hermione y Ron
- Qué tengan dulces sueños – dijo el señor Parkinson en un tono que parecía advertencia
- Eso espero – susurró Tom y entró a su habitación
Tom estaba realmente cansado por el viaje, así que solo se quitó los zapatos y se recostó en la cama, sin mirar tan solo un momento la negrura de la habitación en la que se encontraba.
Hermione y Ron entraron a la suya y con Lummus encendieron las lámparas que había en ella. Era muy pequeña. Solo tenía una cama, un tocador, un espejo, una jarra para agua y una ventana por la que se apreciaba la ciudad, obviamente a oscuras.
- Creo que tienes razón en eso de la magia Herm, hay que tenerla restringida, los muggles de esta época podrían capturarnos. Mañana hay que averiguar el lugar en donde se encuentra Alexa para pedirle la llave y... Hermione, ¿me estás poniendo atención?
Ron había mirado hacia la chica que estaba sentada en la cama, observando insegura a Ron, que ahora la miraba sorprendido... Hermione siempre ponía atención a lo que él decía
- ¿Herm? – preguntó Ron y se acercó a la chica. Se arrodillo frente a ella y notó que realmente muy extraña, mucho más de lo usual.
- Ron... ¿ya viste? – preguntó la chica con la voz temblorosa
- Ya vi que...
- Hay solo una cama...
- ¿Y eso qué?... Ah!! Ya entendí – exclamó Ron al ver la mirada de espanto de Hermione – Herm, no tiene nada de malo que durmamos juntos... pero si lo prefieres, yo duermo en el suelo, o me voy con Tom
- No!! – gritó Hermione – no quiero que te vayas... es solo que...
- Corazón, nada va a pasar... nada que tú no quieras... deja de preocuparte por eso y mejor vamos a dormir. Mañana comienza la búsqueda de Alexa y tenemos que estar tranquilos
- De acuerdo Ronnie
Hermione y Ron fueron a la cama, juntos. Ron colocó un brazo bajo los hombros de Hermione y la chica recargó su cabeza sobre el regazo de Ron. Era una sensación muy extraña, pero hermosa. Ron se sentía el hombre más feliz de la tierra; poder dormir y despertar con la mujer que amaba era una experiencia que quería disfrutar por el resto de su vida. Hermione... bueno, a Hermione se le despejaron todos los miedos y dudas que su corazón hubiera podido tener... y solo acertaba en pensar que Ronald Weasley era el hombre con el que quería compartir la vida entera. Con estos pensamientos, ambos magos cerraron los ojos y se dejaron conducir por Morfeo hasta el más dulce de los sueños.
A la mañana siguiente, mientras Ron miraba encantado a Hermione, Tom parecía haber tenido una mala noche. Los tres chicos se alistaron y cambiaron su ropa de nuevo utilizando la magia, para que el señor Parkinson no sospechara nada. Una vez que estuvieron listos, llegaron hasta donde Parkinson los esperaba con los alimentos. Carne seca y algo de frutas a punto de pudrirse. El estómago de Hermione se revolvió todo por completo y el hambre que los tres sentían se esfumó. Ron intentó sonreírle al señor Parkinson, que los miraba esperando que comieran algo.
- Mi mujer, mi hermano y yo no tenemos hambre señor, aunque le estamos agradecidos por el desayuno. Mire, necesitamos algo de información, estamos buscando a alguien... ¿usted a escuchado hablar de Alexa Emmerson?
El rostro de Alfred Parkinson cambió por completo. De un ser ansioso por que sus invitados comieran algo, a una expresión rígida, de enojo y represión.
- ¿Tienen tratos con Alexa Emmerson?
- No – se apresuró a decir Hermione, pero el señor Parkinson la cayó con una mirada de desaprobación
- Lo que mi esposa quiere decir señor es que no tenemos trato con ella, es solo que escuchamos su nombre y nosotros...
- Ah!! – respondió el señor Parkinson más aliviado – vienen a la ejecución, por ahí hubieran empezado...
- Mmmm bueno – dijo Ron un poco extrañado – si, venimos a la ejecución paro antes, quisiéramos verla
- No lo creo posible. La tienen en uno de los mejores calabozos de todo Londres, solo la Santa Inquisición lo sabe
- Y... ¿cuándo es la ejecución? – preguntó Tom
- Es mañana a las 12 del día. Van a quemarla. Mi familia vendrá desde lejos para verla consumirse por el fuego
- Muchísimas gracias por la información señor Parkinson. Ahora saldremos un rato, pero regresamos al anochecer.
El señor Parkinson no dijo nada. Solo emitió un leve gruñido que los chicos interpretaron como un sí. Los tres magos salieron de la posada y se encaminaron hacia el centro de Londres. A los tres se les hacía muy sospechoso que un miembro de la Hermandad de la Niké se hubiera dejado capturar por muggles para ser torturado y luego quemado en la hoguera. Así que decidieron ir a buscarla y de ser posible, ayudarla a escapar.
El edificio de la Santa Inquisición ocupaba el centro de Londres. Era una cárcel. Lúgubre y solitaria. Hermione pensaba que era muy similar a Azkaban, solo que sin los dragones de Charlie que la protegían. Frente a la enorme puerta de madera que cubría la entrada al edificio, había una enorme lista de los condenados y las fechas de ejecución. También había un decreto firmado por el papa que decía que todos los habitantes de Londres y pueblos aledaños tenían que asistir a la s ejecuciones, y quien no lo hiciera, sería acusado también de pactos con el demonio.
- ¡Esto es toda una estupidez! – exclamó Hermione una vez que terminó de leer el decreto - ¿cómo es posible que...
- Recuerda Herm, que en esta época, todo este tipo de situaciones eran bien vistas y permitidas por la sociedad... y efectivamente, quienes no asistían a las ejecuciones eran acusados también, no podemos hacer nada – comentó Tom
- Vaya, si que los muggles eran estúpidos en esta época...
- Shhh!!! Silencio Ron – dijo Tom casi gritando – si alguno te llega a escuchar, tendríamos que liberarte a ti también
- Lo que yo sigo sin explicarme es cómo es que una miembro de la Hermandad haya sido capturada... es inconcebible
- No tanto Hermione – señaló Ron y con eso capturó la atención de sus dos acompañantes – hay una posibilidad
- ¿Qué quieres decir Ron?
- Sucede que... puede haber magos implicados en todo esto
Tom y Hermione miraron de nuevo a Ron. ¿Sería posible que los magos se traicionaran entre si?
- Pero Ron – dijo Tom – No creo que los magos se presten a hacer semejante cosa, traicionarse... sería como negar lo que son
- El poder es el peor enemigo de todos. La codicia y el egoísmo son malos consejeros. No sería extraño que los magos se traicionen por poder. Han existido muchas historias de magos tenebrosos que por querer dominar el reino mágico traicionan a sus mejores amigos, este tal vez sea un caso como ese
- Ron tiene razón – comentó Hermione - el mismo Sirius fue víctima de esas ansias de poder... y que decir de Lily y James Potter, los padres de Harry, que fueron traicionados por alguien a quien ellos consideraban uno de sus amigos.
- Tienen razón, pero... ¿quién sería capas de traicionar a los magos en esta época?, que yo recuerde, en estos años no había magos tenebrosos.
- Eso es porque todos lo creíamos muerto, todos confiamos en que había perecido en la batalla contra Mimir, desgraciadamente no es así.
Los tres magos miraron hacia el lugar de donde había provenido la voz. Una chica de su edad los miraba con detenimiento. Ron Hermione y Tom estaban asustados y sumamente preocupados, no creían que alguien estuviese escuchando su conversación. ¿qué pasaría ahora?, ¿los iban a encarcelar?, ¿serían juzgados ante el tribunal del Santo Oficio?, ¿escaparían con la ayuda de la magia?.
La chica vio la preocupación reflejada en los rostros de los tres jóvenes y sonrió.
- No tienen de qué preocuparse. Soy una bruja también miembro de la Hermandad de la Niké. Mi nombre es Sophie Traint, y ustedes son...
- Mi nombre es Ronald Weasley, ella es Hermione Granger y él es Thomas Hunt. Somos miembros de la Hermandad de la Niké también
- ¡¡¡Eso no puede ser posible!!! – exclamó la chica – yo no los conozco
- Venimos del futuro – explicó Hermione – tenemos una misión que cumplir aquí, y para eso necesitamos a Alexa.
- Entiendo – sonrió Sophie – síganme, este no es un muy buen lugar para hablar, lo llevaré al cuartel de la Hermandad.
Los tres magos siguieron a la misterios chica que les brindaba un poco de consuelo y quien probablemente respondería sus dudas sobre lo que estaba ocurriendo en el mundo mágico.
Shopie los guió rodeando la prisión de la Santa Inquisición. Siguieron por un callejón horrible, con gente mendingando por un mendrugo de pan, niños comiendo fruta podrida, los perros peleando con la gente por la comida, con un olor horrible y nauseabundo, oscuro a pesar de que era de día... uno de los lugares más estremecedores por los que Tom, Hermione y Ron habían caminado antes. Hermione se sujetó fuerte de la mano de Ron y cerro los ojos. No podía creer que existiera tanta maldad en el mundo, tanta como para no proporcionarles algo de comida a los pobres niños.
Sophie se detuvo en una puerta muy pequeña. Los chicos juraban que se parecía muchísimo a la puerta que conducía de Londres al Caldero Chorreante. Y no estaban equivocados. Entraron al Caldero Chorreante, pero no era la taberna que ellos recordaban, era otro mesón.
El hombre de tras del mostrador vió a Sophie y miró que detrás de ella venían tres chicos más.
- ¿Son magos? – preguntó el viejo
- Si lo son, vienen del futuro – respondió la chica
- Que lo demuestren...
Sophie se giró hacia donde estaban los chicos
- Richard quiere que le demuestren que son magos...
Ron, Hermione y Tom sacaron las varitas de entre las ropas muggles y los tres dijeron al mismo tiempo Lummus . Las varitas se encendieron y el señor Richard quedó satisfecho. Sophie los condujo ahora por las escaleras del Caldero Chorreante. Subieron hasta una habitación en donde Sophie tuvo que decir una contraseña para poder entrar. Dentro, los chicos se dieron cuenta de que había tres personas más que se encontraban escribiendo algo sobre los pergaminos.
- Regresé y traje a algo que nos puede ayudar.
- ¿Trajiste a Alexa contigo? – preguntó unos de los hombres sin levantar la vista de lo que estaba haciendo
- No – respondió Sophie
- Entonces nada nos puede ayudar
- Traje más magos
Los dos hombres elevaron la vista y vieron a Ron Hermione y Tom frente a ellos. Ambos magos eran gemelos, de unos 45 años, con el rostro pálido y excesivamente cansados
- Muchas veces te hemos pedido que no traigas más estorbos Sophie – dijo despectivamente uno de los gemelos regresando la vista a su trabajo
- No somos estorbos señor, o al menos no esperamos serlo – respondió Hermione – Mi nombre es Hermione Granger y venimos del futuro, somos miembros de la Hermandad de la Niké del futuro.
- Interesante – respondió el otro mago – Paul, mira, son de los nuestros. Sophie, creo que ahora si podrán ayudarnos.
- Por eso los traje John – sonrió Sophie
- ¿Y qué es lo que quieren aquí? – preguntó Paul, el mago que había bajado la vista.
- Venimos buscando a Alexa Emmerson – respondió Tom – sabemos que es una gran bruja y necesitamos de su ayuda
- ¿Para qué quieren a Alexa? – preguntó de nuevo Paul
- Necesitamos que nos preste por un momento la llave que ella posee de la entrada de Avalón – respondió Ron – tenemos que salvar al mundo mágico de nuestro presente y su futuro
- ¡Esa maldita llave es la que nos trajo todos los problemas! – gritó Paul – Nidhogg también quería esa llave y por eso la atrap
- ¿Nidhogg?... ¿Nidhogg está vivo? – preguntó Hermione
- Así es – respondió John con un dejo de tristeza en la voz – nosotras también creíamos que estaba muerto, que había muerto junto con Mimir, pero no fue así, él está vivo y vino con Alexa para quitarle la llave que ella posee de Avalón. Como Alexa se negó a dársela, una noche la atacó a traición y como trabaja para el Santo oficio, la acusó ante el tribunal y ahora la tienen atrapada, él se hace cargo de ella, pero no podemos entrar a rescatarla, la tiene resguardada con hechizos muy potentes y creemos que hasta dementores... hemos hecho todo lo posible, y solo nos queda esperar a que mañana la podamos rescatar antes de la ejecución
- Eso si no es que ese maldito no la mata primero – dijo Paul
- Nosotros podemos ayudarles, de donde venimos, hemos aprendido hechizos muy poderosos – sonrió Ron
- ¿Creen que ustedes podrán ayudarnos? – preguntó Sophie
- Si, claro que podemos – sonrió Tom
- Pero... ¿quiénes son ustedes? – preguntó John
- Mi nombre es Ronald Weasley, y ellos son Hermione Granger y Thomas Hunt.
- Nosotros somos los hermanos Potter, yo soy John y mi hermano Paul y a Sophie ya la conocen
- Un placer... ¿qué es lo que tienen planeado para rescatar a Alexa? – preguntó Ron
- Aún no lo sabemos bien – dijo Paul – estamos discutiendo entre la posibilidad de un ataque directo y un asalto a la prisión... pero, nosotros seis no podríamos hacerlo solos
- Tal vez podríamos intentar un ataque en la noche ...
Los cinco magos miraron intrigados a Ron que parecía tener una buena idea en mente. Los miembros de la hermandad del pasado y del futuro se quedaron planeando el rescate de una bruja que moriría injustamente.
