La llave del Honor y el Amor

Segunda Parte.

Neville estaba encantado con Diana. Era una chica muy amable que solo los llenaba de atenciones. Sin embargo, dentro de Neville estaba creciendo un terrible sentimiento, el rencor. Diana atendía muy bien a ambos, pero en especial a Harry. Hacía lo que fuera por que Harry estuviera bien. Neville, a quien le gustaba mucho Diana, estaba celoso, tanto como cuando Harry estaba empezando a salir con Ginny... cuando le quitó a la chica que amaba, ahora ocurría lo mismo. Y aunque Harry no mostraba interés alguno por Diana, Neville sentía como una rabia infinita lo invadía cuando la chica casi lo ignoraba por charlar con Harry.

Ahora, Harry estaba sentado en la ventana de la habitación que Diana les había asignado dentro de su casa para descansar. El chico de ojos verdes miraba a la calle, con la esperanza de que cualquier carruaje de los que por ahí pasaban fuera el que llevaba a Ginny. Neville lo miraba. No podía creer lo afortunado que era Harry. Desde que había sido pequeño, con el asesinato de sus padres, fue nombrado por todo el mundo mágico como "El niño que vivió" por sobrevivir a la maldición de Voldemort, durante todos los años en Hogwarts siempre fue el héroe del colegio, tenía la facultad de poder hacer magia sin varita, había sido el brazo derecho de Dumbledore cuando estaba vivo en la lucha contra las resistencias del mundo mágico, él había encontrado a Kate, la bruja muggle la chica que le dio el poder del Libro Negro y tenía a la chica que amaba. La vida de Harry habría podido ser muy sufrida al principio, en le época en la que vivió con sus tíos, pero ahora, las cosas eran distintas. Potter lo tenía todo.

Neville comparaba su vida con la de Harry. Su vida había sido muy diferente. No era huérfano como Potter, pero sus padres aún estaban en la sección de recuperación del Hospital San Mungo gracias a las maldiciones Cruciatus que les lanzaron partidarios de Voldemort después de la caída de su amo, gracias a Potter. Por culpa de Potter su infancia había sido un infierno al lado de su abuela, porque era cierto que sus padres no estaban muertos, pero estaban en un estado muy parecido a la animación suspendida. Era casi un squib, un chico que toda su familia creía que no tenía magia. En el colegio siempre fue el peor de las clases, fue rechazado por Hermione cuando le había declarado que la amaba y por Ginny también años después. Era miembro de la hermandad porque Dumbledore lo había recomendado y aunque era sumamente poderoso, jamás se iba a poder comparar con el poder que Harry tenía. Y ahora, Diana prefería a Harry que estar con él... a pesar de que era su amigo y lo apreciaba mucho porque le había ayudado en incontables ocasiones, Neville no podía dejar de sentir cierta envidia hacia Harry.

Neville estaba sentado en un sillón de la misma habitación en la que estaba Harry. Pensaba en todo lo que Potter había hecho en su vida... era difícil no envidiarle.

Harry había adquirido muchos poderes con el Libro Negro, sin embargo hubiera deseado adquirir uno en especial. Mientras esperaba los carruajes, veía la forma en la que Neville lo estaba observando. Sentía la mirada pesada y llena de energías negativas de uno de sus mejores amigos. A Harry, en esos momentos, le hubiera encantado que Kate estuviera ahí para que le dijera que era lo que estaba ocurriendo, por qué Neville lo miraba de esa manera, como si lo odiara...

El golpeteo de la puerta interrumpió los pensamientos de ambos. Diana entró de nuevo a la habitación. Ya les había llevado un sin número de cosas. Era verdad, Diana complacía en todo lo que podía a Harry, en casi todo, pero lo único que quería el chico era lo que Diana no iba a darle. A Ginny. En esa ocasión, cuando entro de nuevo a la habitación de los chicos, Diana les llevaba algo de fruta

- Les traje algo chicos, para que coman... deben de estar cansados después de todo lo que han hecho... el viaje en el tiempo, los problemas con los guardias de la reina...

- ¿Cuándo vendrá Ginny?

Harry la miraba hasta cierto punto, con desprecio, había algo en ella que no lo hacía confiar plenamente en todo lo que ella les decía. Diana lo miró un poco enojada esta vez. Llevaba toda la tarde preguntando por Ginny...

- ¡Estúpida pelirroja! – pensó Diana y luego sonriendo de nuevo y con la voz más dulce que tenía respondió a Harry – Ginny estará pronto con nosotros Harry, no te desesperes... ¿por qué no vamos a dar un paseo a caballo? – preguntó Diana muy animada

- ¡Es una gran idea! – exclamó Neville - ¿puedo ir verdad?

- Claro Neville, vamos los tres...

- Yo no voy Diana.

Harry volvió a su posición original en la ventana, observando hacia fuera, esperado que llegara el carruaje que traería a Ginny. Diana estaba enojada y Neville feliz. Por fin tendría algo de tiempo con ella a solas.

- Pero Harry... deberías de aprovechar el poco tiempo que tienen aquí... vamos, el paisaje es muy lindo – insistió Diana

- Yo no me muevo de esta habitación hasta que Ginny regrese...

- ¡Pues entonces quédate aquí!

Diana se dio la vuelta muy enojada, más de lo que ya estaba, Neville sonreía. Diana y Neville salieron de la habitación dejando a Harry con su espera.

En cuanto cerraron la puerta, Harry miro a la habitación que ahora solo ocupaba él. Sentía que Diana tenía algo raro y estaba dispuesto a averiguarlo. Buscó entre sus ropas. No tenía la varita. Harry se sorprendió. Ellos no habían utilizado la varita mágica después de que se habían cambiado a ropa muggle de la época, cuando estaban en el sótano de aquella casa. Alguien la había tomado y el chico estaba seguro de que Diana tenía algo que ver en eso. Esperó pacientemente el tiempo que creyó prudente para que Diana y Neville salieran de la casa con los caballos y luego puso en acción uno de tanto poderes que le había otorgado el libro negro.

Harry cerró los ojos y colocó la mente en blanco y luego como si estuviera recorriéndola por su propio pie, examinó la casa con el poder de la mente. No había nadie, era perfecto. Harry levantó la mano derecha y llamó a su varita.

- ¡Accio Varita!

Desde uno de los cajones del escritorio de la biblioteca de Diana, la varita salió volando por toda la casa hasta llegar a la habitación donde se encontraba Harry, hasta las manos de su legitimo dueño. Harry se quedó pensando y pensando muy seriamente ¿cuál era la razón por la que Diana les quitó las varitas?... porque seguramente la varita de Neville también estaba ahí.

- Esto no marcha bien... – pensó Harry

En el otro lado de Londres, en casa de Adam Weasley, una reunión bastante peculiar se estaba llevando a cabo.

- Adam, tienes que estar en un error, Diana se encuentra en su casa con los chicos que fue a sacar de la prisión – dijo una chica de unos 17 años de edad, morena clara y cabello rizado

- Marlene cree lo que te estoy diciendo, Diana solo se está cambiando y viene para acá, está allá arriba con una bruja que viene del futuro – respondió Adam

- ¡¡Una bruja del futuro!! ¡¡Adam debes estar loco!! – exclamó otro miembro de la hermandad de la Niké de esa época un chico alto blanco y de cabello negro - ¡¡de donde sacaste la idea de que una bruja viene del futuro!!

- ¿A caso parece tan descabellado Frank?

Los miembros de la hermandad miraron hacia la puerta de entrada de la biblioteca de Adam y vieron sorprendidos a Diana y a Ginny. Las dos brujas entraron a la habitación y todos las miraban sorprendidos, tanto por los cambios en el rostro de Diana que ahora se mostraba duro e implacable y por la chica que la acompañaba. Las chicas llegaron hasta el centro de la habitación y Diana se dirigió a sus compañeros de la hermandad.

- ¿A caso es tan extraño que en el mundo mágico podamos viajar a través del tiempo?... yo creo que no. Amigos míos, Adam los ha reunido aquí para informarles lo que realmente ha pasado. Un brujo o bruja, a ciencia cierta no lo sé, me capturó y apresó en una de las celdas de la Prisión del Santo Oficio. Estuve ahí por varios días mientras el que me encerró usurpaba mi lugar en esta hermandad. He podido escapar gracias a que Ginny – y diciendo su nombre señaló a la pelirroja – fue apresada también y la pusieron en la misma celda que a mi, pero cometieron el acierto de dejarle la varita mágica y gracias a eso escapamos...

- ¿Cómo sabemos que en realidad tú no eres la que intenta usurpar el lugar de Diana?

- ¡¡¡Edward como te atreves!!! – gritó Adam

- No Adam, está bien, tú mismo tuviste tus dudas... ¿recuerdas? – respondió Diana – bien, hay una forma simple de demostrarlo. Pregunten lo que deseen...

- De acuerdo – sonrió maliciosamente Frank – dinos Diana, ¿cuál es el animal que me aterra y por qué?.

- Eso es fácil Frank – dijo Diana sonriendo – tu le temes horrores a los augureys desde que uno formó un nido cerca de la casa de tu abuelo y a los dos días murió.

- Es mi turno – dijo Marlene – Dime el nombre del hombre del que estoy enamorada... eso solo lo sabe la verdadera Diana...

- Marlene...¿estás completamente segura que quieres que lo diga? – preguntó Diana con precaución en las palabras – me hiciste jurar ante la tumba de mi madre que jamás revelaría el nombre del hombre al que amas... ¿quieres que lo pronuncie en esta sala?

- ¡¡¡NO!!! – gritó Marlene – no quiero que lo digas... sé que eres tú... solo tú sabías sobre el juramento ante la tumba de tu madre... ¡¡Eres tú!!

- Falto yo – dijo con voz dura y firme Edward – es mi oportunidad de ver si eres tú la verdadera Diana. ¿de qué es el núcleo de mi varita?

- Es una varita de oyamel, de 30 cm de largo con núcleo de cabellos de Veela – respondió Diana.

- ¡¡No hay duda alguna!! – exclamó Edward – esta es la Diana original...

- Acabadas las pruebas es hora de que les presente a mi amiga – Diana se dirigió a donde estaba Ginny quién había estado observando toda la situación – esta chicos, es la Señorita Virginia Weasley, mejor conocida como Ginny

- ¡¡Dijo Weasley!! – gritó Adam

- Si Adam, pero no tiene que ver nada con tu familia... mira Ginny ellos son los miembros de la hermandad de esta época: Marlene Dryden, Frank Auden, Edward Mencken y Adam Weasley... Ginny viene del futuro.. pero mejor que se los diga ella.

- Gracias Diana... Bien, mis amigos de la hermandad me conocen como Ginny y así es para ustedes. Vengo del futuro acompañada por mi prometido Harry Potter y mi amigo Neville Longbottom. Los tres fuimos apresados, pero a ellos los liberó la Diana falsa. Venimos aquí en busca de Diana porque necesitamos que ella nos dé la llave de entrada a Avalón... alguien robó uno de los triángulos de poder que se encuentran en esa isla y está desestabilizando al mundo mágico... el mundo mágico de donde yo provengo puede desaparecer si no regresamos el triángulo a su lugar... y para eso necesitamos las llaves... y ahora también a mis amigos que fueron capturados por la otra Diana...

- Tranquila Ginny te ayudaremos – sonrió Marlene – por lo menos la llave la tienes segura...

- Si, pero aún así tenemos que rescatar a Potter y Longbottom de las manos de la otra Diana – aclaró Edward – eso no será tan fácil

- Y menos si se han dado cuenta ya de Diana escapó la de prisión – señaló Frank

- Tendremos que planear algo para desenmascarar a la otra Diana – dijo Adam – eso puede ser fácil...

- Podemos atacar todos juntos de una buena vez en este momento... – comentó Edward – la Diana falsa jamás se imaginaría que vamos a atacarla...

- Esa podría ser la solución – dijo Marlene meditando la opción un poco

Harry estaba de vuelta en la habitación, con la varita en la mano y la varita de Neville en el bolso del pantalón. Ahora definitivamente no entendía la razón por la que Diana les había escondido las varitas y Ginny no llegaba... las cosas se pondrían peor...

Los pensamientos de Harry fueron interrumpidos por el azote de una puerta. Abajo, Diana y Neville regresaban demasiado pronto del paseo a caballo, ambos un tanto molestos: Neville por no haber pasado el suficiente tiempo con Diana y ella por el desprecio de Harry.

- No entiendo porque tuvimos que regresar tan rápido Diana...

- ¡¡Porque era necesario!! – exclamó Diana - ¿puedes llamar a Harry? es la hora de la comida...

- Si claro... a Harry...

Neville subió las escaleras de la casa sumamente molesto por la reacción de Diana y la petición. Diana entró a su oficina, alguien la estaba esperando.

- Tardaste mucho en regresar Morgana – dijo el hombre que estaba sentado en su escritorio – además a ti no te gustan los caballos... no entiendo porqué saliste a ese estúpido paseo...

- Quería que Potter fuera conmigo Salazar – respondió la Diana falsa

- ¿No me digas que te enamoraste de Potter?... siempre he dicho que estas cosas jamás se tienen que dejar en manos de una mujer...

- ¡¡Cállate Slytherin!! ¡¡son más poderosa que tú y no lo olvides nunca!!

- ¿Retándome?... no te metas en problemas Morgana...

- ¡¡Que te calles te digo!!... ¿a qué veniste?...

- A molestarte – sonrió maquiavélicamente Salazar – y a decirte que quien va a derrotar a Potter soy yo...

- Tu heredero murió tratando de matar a Potter ¿recuerdas? – preguntó Morgana – de nada de servirá intentar hacerle algo...

- ¡¡¡TIENE LA SABIDURÍA DEL LIBRO NEGRO Y YO LA QUIERO PARA MI!!!

- Esa magia se queda conmigo Salazar...

- Eso lo veremos Morgana.

Salazar Slytherin desapareció de la biblioteca de Diana dejándola visiblemente molesta... segundos después, un chisporroteo de llamas en la chimenea hizo que Morgana, disfrazada de Diana Andrews, mirara hacia esa dirección.

- Hola Diana...¿estás ocupada?

- ¿Qué quieres Adam?

- Solo preguntar si podemos hacer la reunión en tu casa...

- Si, claro, pueden venir...¿cuándo?

- Ahora mismo nos aparecemos allá... gracias...

La cabeza de Adam Weasley desapareció de la chimenea. Morgana estaba más enojada que nunca, no solo por el desprecio de Potter y la altanería de Salazar, ahora tendría que soportar a los patéticos miembros de la Hermandad de la Niké que iban para su casa. Morgana se acercó al único cajón que tenía cerrado en su escritorio. Sacó la varita y con un toque el cajón se abrió.

- ¡¡DEMONIOS!! – gritó Morgana – Lo que me faltaba... las varitas...

Morgana estaba a punto de sacar la bola de cristal para averiguar quien se había llevado las varitas de Potter y Longbottom, pero el ruido de voces provenientes de la sala se lo impidió, la Hermandad de la Niké había llegado.

Mientras Diana estaba en su despacho discutiendo con Salazar, Neville llegó hasta la habitación en donde se encontraba Harry que lo estaba esperando

- Regresaron muy pronto de su paseo... ¿ocurrió algo malo?

- No Harry, todo bien... pero Diana quiso regresar...

- Es una mujer bastante extraña... Y mentirosa

- ¡¡No te permito que digas eso de Diana!!

- ¡¡Es la verdad!!... ¿qué te sucede Neville?

- Nada... es solo que la mujer no ha hecho más que cosas buenas para nosotros desde sacarnos de la prisión hasta atendernos como reyes... especialmente a ti...

- Diana es la mujer más mentirosa que he conocido en toda mi vida... no es más que una embustera...

- ¡¡Harry te advierto que!!

- ¡Déjame terminar!... ¿Dónde está tu varita?...

- Mi varita está en mi...

Neville se buscó la varita entre la ropa, no estaba... Neville miró a Harry quien sacó la varita de Neville de la bolsa del pantalón.

- Diana las tenía escondidas en su escritorio...

- ¡¡NO es verdad... tú me la quitaste!!... ¡¡lo único que quieres es hacerme creer que Diana es una mala persona para que me olvide de ella y tú te puedas quedar con ella!!

- ¿De qué estas hablando Neville?...

- ¡¡Estoy fascinado con Diana Harry y no me la vas a quitar!!

- ¡¡Neville yo no quiero quitarte nada ni a nadie!!... entiende que Diana no es una buena persona

- ¡¡No es verdad!! Vamos con ella... te voy a desenmascarar frente a ella para que se de cuenta de que eres un embustero... ¡¡Así se dará cuenta de quien Harry Potter realmente!!

Neville salió corriendo de la habitación y con Harry tras de él. Cuando bajaron por las escaleras, se encontraron con algunas personas en la sala, Diana estaba con ellos...

- ¡¡Diana dile a Harry que tú no tenías mi varita!! – exclamó Neville

Diana miró a Neville un tanto extrañada y luego miró a Harry. Las demás personas observaban la situación inmóviles, incluso Harry se había quedado paralizado.

- Supongo que tu debes de ser Longbottom... Ginny me ha...

- ¡¡Harry!!

- ¡¡Ginny!!

Los gritos de los chicos impidió a Diana proseguir. Entre las personas, la inconfundible cabellera de fuego de la menor de los Weasley había dejado paralizado a Harry quien en cuanto estuvo seguro de que era ella y no una visión, corrió hasta donde Ginny lo esperaba con una sonrisa.

- Creí que te habían lastimado, que te habían hecho daño... ¿estás bien corazón?

- Si Harry estoy bien... ¿tú estas bien?... ¿No te hicieron nada malo?...

- No te preocupes Gin... estoy bien.

- Buenas tardes chicos, no los esperaba tan pronto, yo estaba...

Morgana había salido a la sala de la casa y la escena que había encontrado no era precisamente la que esperaba. Los miembros de la hermandad no venían solos. Vio a Harry y a Ginny juntos y a Neville junto con la verdadera Diana Andrews... la habían descubierto, pero no se iba a rendir...

- ¿Qué está pasando aquí? – preguntó Morgana

- Eso mismo exijo que se me explique – sentenció Diana - ¿quién demonios eres tú y con qué derecho te atreves a ocupar el lugar que es mío?

- ¿Tu lugar? – preguntó Morgana en tono burlón – estas equivocada, quien quiera que seas... Mi nombre es Diana Andrews

- Deja ya de jugar al escondite... ninguno de nosotros te cree... – dijo Adam – nosotros sabemos que quien viene con nosotros es la verdadera Diana Andrews.

- ¡¡Mentira!! – gritó Morgana – los ha hechizado para que no puedan ver la verdad... yo soy la verdade...

- ¡¡¡Finite Incantatem!!!

El chorro de luz salió de la varita de Ginny y fue directamente a dar al pecho de Morgana quien regresó a su apariencia original, ante los ojos atónitos de Neville que seguía sin creer en lo que estaba pasando. Con una enorme túnica negra y el cabello del mismo color, Morgana Le fay se levantó después del ataque.

- Creo que no son tan estúpidos como lo imaginé...

- ¡¡Te exijo que me digas quién te ordenó que hicieras todo esto!! – gritó Diana

- Jamás lo entenderías Diana... esto viene desde muchas centurias atrás... Jhuen y su maldito libro... ¡¡Y su maldita reencarnación?

Harry, Ginny y Neville se sorprendieron al escuchar a Morgana hablar de Kate... nadie de esa época conocía de Kate, la Leyenda del Libro Negro era solamente eso, una leyenda. ¿Qué tenía que ver Kate en eso?

- ¿Les sorprende? – preguntó Morgana divertida – ya conocerán la verdad cuando sea necesario... ahora... lamento decirles que yo me voy... ¡¡¡Tempa baxtune hem!!!

- ¡¡Aeternus tempa!!

El tiempo dejó de correr. Incluso Morgana quedó petrificada por el hechizo para detener el tiempo que Harry había lanzado. Potter sonrió y se acercó a ella. Le quitó la varita de la mano y la rompió en dos. Luego regresó el tiempo a la normalidad...

- ¡¡Maldito Potter!! - gritó Morgana mientras Harry la sujetaba del brazo

- Creo que no vas a ningún lado... Morgana... Diana te necesita aquí... – sonrió Adam

- Edward, creo que necesitaremos de tu magia por favor – sonrió Diana

- Con todo gusto Diana... ¡¡Eternare inmovile!!

Morgana no se movió más. Todos los magos de la sala sonreían, extrañamente Neville no y a partir de ese momento no volvería a hacerlo jamás. Sin embargo, la situación estaba casi resuelta.

- Falta algo – dijo Harry

- ¿Te refieres a la llave? – preguntó Diana

- No... Morgana tenía un ayudante, un tal Joseph o algo así... – respondió Harry

- No te preocupes, nosotros lo buscaremos – dijo Frank

Frank, Marlene y Edward desaparecieron de la sala de la casa de Diana. Solo quedaron Morgana petrificada, los miembros de la Niké del futuro y Diana

- Creo que a ustedes no tuve el placer de conocerlos en mejores condiciones – señaló Diana – lamento que todo esto les haya pasado...

- No te preocupes Diana, nosotros entendemos – sonrió Harry

- Supongo entonces que Morgana fue quien nos delató y acusó ante la guardia de la reina – dijo Neville

- Parece ser que si... ¿Ginny tu...

Diana tocó del brazo a Ginny y en ese momento, ambas brujas tuvieron una visión compartida. Un hombre tras de unos arbustos esperaba la llegada de Kate, Athena y Draco que venían caminando por la calle. El hombre iba a matar a Kate... Ginny abrió los ojos de nuevo y miró a Harry llena de terror...

- ¡Harry van a matar a Kate!!... ¡¡Nidhogg va a matar a Kate!!

- ¿De qué estas hablando Ginny? – preguntó Neville alarmando

- Kate... acabamos de tener una visión... ¡¡Kate, Nidhogg quiere matar a Kate...!! – exclamó Ginny alarmada

- Tranquila Gin... no permitiré que eso pase...

Harry tomó el giratiempo en sus manos y colocó en su cabeza la imagen de Kate. Volvió a viajar en el tiempo, a unos años atrás 1 785 en San Petersburgo Rusia. Harry apareció detrás de un mago que tenía la varita desenfundada amenazando a Kate. Nidhogg levantó la varita y la dirigió hacia en el lugar de donde venía Kate caminando.

- No será tan fácil Nidhogg...

La voz de Harry hizo que Nidhogg mirara hacia atrás de él, de donde había provenido la voz. Harry lo miraba con odio y desprecio a través de sus ojos verdes y tenía la varita desenfundada...

- No te permitiré que le hagas daño a Kate...

- ¡No podrás impedirlo! ¡Avada...

- ¡Aeternus Tempa!

Harry detuvo el tiempo. El rostro de Nidhogg representaba la maldad en persona, ni el mismísimo Lord Voldemort tenía la mirada llena de tanto odio en contra de los demás. Harry supo entonces que hacer. Levantó la varita de nuevo y lanzó otro hechizo contra Nidhogg

- ¡Somnus Letalis!

Harry lanzó el hechizo contra Nidhogg instantes antes de que el mago lanzara la maldición imperdonable. El hechizo de Nidhogg se desvió y fue a dar directamente a el hombre mayor que discutía con Dmitri, mientras que Nidhogg caía muerto por los influjos de la maldición del sueño mortal que Harry le había lanzado. Harry tomó el cuerpo de Nidhogg en sus brazos y desapareció del lugar, justo segundos antes de que Kate llegara a investigar quién había lanzado las maldiciones.

Harry regresó a la época de Diana Andrews con el cuerpo de Nidhogg. Diana, Neville y Ginny estaba sorprendidos.

- ¡¡¡Por Merlín!!! – exclamó Diana

- ¡¡Qué demonios haces con Nidhogg!! – preguntó Neville

- Intentaba asesinar a Kate... – respondió Harry

- ¡¡Pero se supone que está muerto!! – dijo Ginny - ¡¡en los libros aparece como muerto en la batalla contra Mimir!!

- Pues parece ser que esa batalla no se llevó a cabo o Nidhogg escapó – respondió Harry

- ¡¡Esto es increíble!! – dijo Diana – lo mejor será que nos deshagamos del cuerpo...

Los cuatro magos salieron al patio trasero de la casa de Diana. Ahí, con un hechizo levitador que hizo Neville, el cuerpo de Nidhogg se elevó por los aires. Harry lanzó el hechizo Quimera que prendió el cuerpo de inmediato. Las cenizas del cuerpo de Nidhogg salieron volando por los aires dispersándose por el ambiente...

- Bien creo que es hora de que partamos... – dijo Neville

- No pueden irse sin la llave – sonrió Diana.

Diana juntó sus manos. De ellas salió un chorro de luz dorado. Cuando Diana abrió las manos, una llave brillaba. En la parte superior esta llave tenía el glifo de una roca en blanco. Diana le entregó la llave a Ginny que le sonreía. Con la llave en su poder, Harry, Ginny y Neville regresaron a la Atlántida a donde se encontraba Hermond y los demás chicos esperando.

- Bienvenidos de regreso chicos, creo que la primera parte de la misión ha sido todo un éxito – sonrió Hermond – ahora, un nuevo grupo tendrá que ir al año 502, con el mago Mimir y con el mago merlín, ellos conocen el camino a Avalón. Pero tengo que advertirles que esta segunda parte es mucho más difícil, porque tendrán que poner a prueba sus habilidades como magos y aurores.

Los chicos se miraron de nuevo. Ninguno se veía cansado ni agotado, pero sabían perfectamente que no podían viajar todos.

- Bien, esta ocasión, yo les diré quiénes no podrán hacer el viaje. Neville y Tom, se quedarán con Josh, Jack y conmigo, los vamos a necesitar.... aquí., los demás, ya saben como viajar en el tiempo. Que tengan éxito y espero que regresen pronto, un minuto después de que se vayan. Ah! Y antes de que se vayan, por favor, díganle a Merlín que se aleje de la dama del lago y envíenle mis saludos a esos dos viejos magos

- De acuerdo Hermond- sonrió Harry

Hermione, Ron, Harry, Ginny, Draco, Athena y Kate partieron de nuevo a cumplir con la segunda parte del plan que habían fraguado para salvar al mundo mágico.