La Gran Paradoja.
Los miembros de la hermandad abrieron los ojos. Habían regresado del pasado, de haber conocido al gran mago Merlín quien les dio el mapa del camino a Avalón y ahora lo que tenían que hacer era ir por Neville y Tom para que los acompañaran en el viaje. Sin embargo, las cosas no salieron como ellos lo esperaban.
No habían aparecido en la Atlántida... no habían aparecido en la cabaña de Hermond... estaban en medio de una ciudad destrozada, desgarrada hasta lo más profundo de sus entrañas. Los chicos estaba horrorizados... esa no podía ser la Atlántida... esa majestuosa ciudad a la que tanto amaba y defendía Hermond con su vida si fuera necesario...¿qué había pasado?
- ¿Qué demonios pasó aquí? – preguntó Draco
- Parece ser que alguien destrozó la ciudad – dijo Hermione
- Probablemente aparecimos en alguna época equivocada... esta no puede ser la Atlántida de Hermond
- Si lo es Ginny...
Todos miraron a Harry. El ojiverde miraba hacia el suelo. Se agachó y de entre los escombros de lo que alguna vez había sido la cabaña de Hermond, Harry sacó el libro de profecías de Hermond y se los mostró.
- ¡¡Es el libro de Hermond!! – exclamó Kate
- Eso solo significa...
- Eso solo significa que fueron atacados Ginny... tenemos que averiguar qué ocurrió aquí y el paradero de Hermond, Neville, Tom, Jack y Josh.
En los ojos de Harry se veía que irradiaba un odio infinito. Quien quiera que hubiera hecho aquel destrozo, iba a tener problemas serios con la Hermandad.
Los chicos bajaron a la ciudad. Por todo el camino lo único que pudieron ver era muerte y destrucción. Centenares de magos habitantes de la Atlántida yacían en el suelo, víctimas del Avada Kedavra y aún sujetando las varitas. Kate, Athena, Ginny y Hermione veían horrorizadas los destrozos que alguien había provocado. La Atlántida era solo una ruina de lo que alguna vez fuera la ciudad mágica más hermosa de todo el mundo mágico. En la mente de Kate impronunciables horrores se formaban cada vez que veía a un cadáver... era muy doloroso para ella ver semejante atrocidad pero no podía dejar de verlos... tenía que verificar que entre los muertos no estaban Jack o Josh...
La hermandad seguía caminando y llegó hasta la que había sido la plaza principal de Atlántida. Los majestuosos pilares que la adornaban ahora solo eran piedras cubiertas por sangre de personas inocentes. La indignación y el odio podía verse en los ojos de cada uno de los miembros de la Hermandad de la Niké... tenía que atrapar al culpable.
De pronto Athena miró hacia el lugar en donde se encontraba el templo principal de la ciudad y ahogó un grito de terror. Se llevó las manos a la boca y empezó a llorar. No podía creer lo que estaba viendo.
- Athena, pequeña ¿qué te sucede? – preguntó Hermione al ver a Athena tan alterada.
Los demás chicos se acercaron hasta donde Hermione tomaba a Athena entre sus brazos. La pequeña seguía en shock. No podía hablar, solo lloraba y miraba hacia el templo. Ninguno de los chicos entendía lo que pasaba.
- Athena... – dijo Ginny acercándose hasta la chica – tranquila por favor y dinos que sucede... qué viste...
Kate miró hacia el lugar en donde Athena no quitaba la vista y lo vio ella también. Sin embargo, para Kate no significaba nada, la imagen no le decía absolutamente nada... Harry también miró y él si entendió perfectamente lo que estaba pasando.
En la única pared que había quedado en pie, había una inscripción en sangre. Eran letras que la hermandad no entendía, era el lenguaje de los habitantes de la Atlántida. Sin embargo, Harry ya había visto esa inscripción antes... y extrañamente sabía lo que significaba.
- Esto no puede ser... – susurró Harry
- ¿Qué no puede ser Harry? – preguntó Ron al ver a su amigo a punto de entrar en la misma crisis que Athena
- La inscripción en la pared... – dijo Harry casi sin fuerzas en la voz
- ¿Sabes qué significa eso Harry? – preguntó Draco
- Si... esa inscripción apareció en mi sueño... el sueño que tuve la misma noche que llegó Athena del futuro... el sueño en donde vi la destrucción del mundo mágico... pero es que no puede ser... esto no debería de estar pasando ahora... no en este tiempo... – Harry miró a Athena, la chica seguía llorando - ¿esto es lo que paso en el futuro Athena?
Athena tomó un respiro y sacó fuerzas desde lo más profundo de sus espíritu. Era hora de terminar de relatar su historia.
- Antes de que iniciara la lucha y de que ustedes desaparecieran, hubo varios presagios funestos a los que no hicimos caso nunca. El primero, el sueño de Harry... el segundo la destrucción de los pueblos netamente mágicos. Mi familia y yo vivíamos en Suttonfolk a unas casas de Sirius Black, cuando la invasión de mortífagos llegó hasta nosotros. El señor Black fue el primero en caer y fue un golpe muy duro para mi padre y mi madre. Cuando nos avisaron que la casa de Sirius había sido la primera, encontramos en una de las ventanas que estaban en el suelo esa inscripción, escrita en lenguaje antiguo... en lenguaje pársel...
- ¿El pársel se escribe? – preguntó Ginny
- Al menos una variante del Pársel – explicó Athena – durante años los habitantes de la Atlántida perfeccionaron una especie de lenguaje. Una mezcla de Latín con pársel... y en esa lengua es lo que está escrito ahí. Esa inscripción dice...
- "... Temed a la furia del Amo y Señor de todas las Artes Oscuras... Salazar Slytherin..." – interrumpió Harry
Los chicos miraron a Harry. Los puños de Harry estaban cerrados. La furia corría por todas las venas de su cuerpo y por cada poro de su piel. Una especie de halo de luz empezó a cubrirle el cuerpo por completo. La magia del Libro Negro estaba a su máxima potencia.
- Harry tienes que tranquilizarte... - dijo Kate acercándose al chico – el odio es el peor de los enemigos de uno mismo, con ese odio, jamás llegarás a ningún lado...
- ¡¡Salazar Slytherin!! – exclamó Ron – Se supone que el tiene que estar...
- ¿Muerto? – dijo una voz grave – pues así debería de ser... pero ustedes me han ayudado bastante a que eso no sea posible
De entre los escombros del templo salió un hombre. La más terrible de las pesadillas que pudiesen haber soñado jamás. Era alto, de piel blanca y ojos negros. La nariz parecía ser de serpiente y el cabello rubio. Tras de él, miles de serpientes lo acompañaban. Era Salazar Slytherin en persona.
Los chicos de la hermandad desenfundaron las varitas. Salazar solo los vio y sonrió sarcásticamente. Sabía que los tenía dentro de sus dominios.
- Es inútil que intenten hacerme algo... jamás podrán contra mi poder... ahora que tengo esto nadie jamás podrá derrotarme... ni tú Jhuen...
De entre la túnica verde, Salazar sacó el triángulo de poder que había desaparecido de Avalón. Los chicos lo miraron sorprendidos. No entendían que era lo que estaba pasando. Kate y Harry estaban invadidos por la furia.
- Por cierto Jhuen... Joshua y Jack te mandan saludos... míralos por ti misma.
Slytherin hizo un movimiento con la varita y desde el centro de la tierra emergieron dos enormes postes a los que venían atados Jack y Josh, ambos inconscientes. Kate no podía creer lo que estaba viendo... su mejor amigo y su pequeño niño estaban sufriendo por su culpa...
- ¡¡Te ordeno que los bajes inmediatamente!! – gritó Kate y amenazó a Slytherin con la varita
- ¡¡No estas en condiciones de ordenarme nada estúpida!!...¡¡Crucio!!
- ¡¡Aestis Fortem!!
Los dos chorros de luz provenientes de las varitas de Kate y Slytherin chocaron en el aire... miles de luces de colores salieron disparadas por todo el lugar iluminando el cielo que estaba tornándose en negro. El anochecer se acercaba y la batalla también.
- Eres fuerte Jhuen – sonrió Slytherin – pero no tanto para poder vencerme ahora que tengo el triángulo. Y todo gracias a ustedes.
- ¡¡A qué te refieres Slytherin!! – gritó Hermione
- Es lógico "Sangre Sucia" – y la furia de Ron y Hermione se desató por completo – ustedes provocaron todo esto. Sus ridículos viajes en el tiempo hicieron que la recta que determina el espacio y el tiempo se rompiera. Además de sus tontas intromisiones en los sucesos históricos. Por ejemplo la pelea que tuvieron en la edad media frente al palacio de la Inquisición en donde liberaron a los muggles... la muerte de uno de los asesores de la Zarina Catalina la grande, Morgana atrapada en el tiempo y la muerte de Nidhogg... y especialmente la muerte de Nidhogg es la que me tiene aquí y ahora con vida...
- ¡¡Tú tienes que estar muerto!! – gritó Athena - ¡¡Encontraron tu cuerpo unos meses antes de que yo viajara en el tiempo!! ¡¡estaba en una de las habitaciones de Hogwarts!! ¡¡Yo lo encontré!!
- Originalmente así era estúpida Potter... pero creo que deben de saber que quien me encerró en esa habitación para poder acabar conmigo fue el idiota de Nidhogg cuando descubrió que iba a traicionarlo. Luego el muy estúpido intentó apoderarse del libro Negro de Jhuen y solo Hermond sabía en donde se encontraba. Nidhogg fue a buscar a Mimir para exigirle que le diera el paradero de la Atlántida, dado que solo él y Merlín sabían en donde se encontraba por la amistad que tenían con el imbécil de Hermond. Mimir obviamente que no le dijo nada y se enfrentaron en duelo... ahí fue donde Nidhogg murió... con el secreto de que me había encerrado en una habitación de Hogwarts... pero ustedes hicieron que todo eso no ocurriera, gracias a la ambición de Nidhogg, sus viajes en el tiempo y las profecías de Morgana.
- ¡¡Pero los libros jamás dicen que Nidhogg escapó a la lucha de Mimir!! – gritó Hermione - ¡¡estas mintiendo!!
- ¡¡NO miento Sangre Sucia!! – gritó Slytherin - ¿es que acaso son tan estúpidos para no entender?... esa batalla, gracias a ustedes jamás se llevó a cabo.
- Es verdad – dijo Hermond desde el otro extremo de la plaza – es verdad todo lo que está diciendo Slytherin.
Los chicos estaban felices de verlo. Al menos uno de los grandes magos aún podría ayudarles. Hermond, cansado por los años y herido del brazo izquierdo caminó lentamente hasta donde estaban los miembros de la hermandad. Los chicos formaron un círculo a su alrededor para protegerlo de Slytherin.
- Pero Hermond como es que...
- Es simple Draco – dijo Hermond y tomó un respiro – Nidhogg descubrió que ustedes iban por las llaves de Avalón gracias a las profecías de Morgana, profecías a las que nadie ponía atención, Nidhogg se enteró que viajarían al pasado por las llaves. Él quería a como diera lugar el Libro Negro de Magia de Jhuen y creyó que si los vencía en el pasado, futuro de Nidhogg, yo cedería a darle el Libro Negro. Pero las cosas no salieron como él quería... ustedes regresaron con las llaves...
- Además de que Morgana está atrapada y Nidhogg está muerto Hermond. Ambos en la época de Diana Andrews. – dijo Ginny
- Lo sé. Como Nidhogg murió antes de que encerrara a Slytherin, y dado que él era el guardián del Santuario, Avalón se quedó sin jefe. Slytherin aprovechó la oportunidad. Fue a Avalón y robó el triángulo de poder. Ahora viene por el Libro Negro...
- ¿Eso significa que nosotros provocamos la destrucción del mundo mágico? – preguntó Ron incrédulo
- No. solo la aceleramos por los constantes viajes en el tiempo – respondió Hermione
- Así es Hermione – dijo Hermond – nosotros solo adelantamos lo inevitable...
- ¡¡Y vengo por el libro!! – gritó Slytherin
- ¡¡Pues llegas tarde!! – grito Kate que estaba muy molesta - ¡¡el Libro Negro es nuestro!!
La energía que despedían Harry y Kate en ese momento empezó a levantar fragmentos de piedras. Todos los miembros de la hermandad e incluso Hermond estaban anonadados por la cantidad de magia que podían despedir ambos chicos juntos. Los ojos de Kate y Harry se tornaron en negro. Ninguno de los dos escuchaba nada ni a nadie que no fuera la voz dentro de sus cabezas que clamaba venganza en contra de Slytherin. Las mentes de Harry y Kate se volvieron una. E iniciaron el ataque
- ¡¡Crucio!! – gritaron Harry y Kate
Slytherin esquivó el chorro de luz, pero aún así paso hiriéndole el hombro izquierdo. Con la mano derecha aferró lo más fuerte que pudo el triángulo de Avalón.
- ¡¡Quieren guerra pues la tendrán!! – gritó Slytherin – ¡¡Mortífagos... acaben con ellos!!
Desde las destrozadas casas de Atlántida, una centena de magos con capucha y máscara emergieron de la oscuridad. La Hermandad se puso en posición de ataque de nuevo. Eran demasiados para ellos solos, pero si era necesario que dieran la vida en el lugar por rescatar el mundo mágico, todos ellos estaban dispuestos a hacerlo.
- Ahora díganme qué harán – sonrió Slytherin sarcásticamente.
- ¡¡Chicos el momento de la batalla ha llegado!! – gritó Hermond
- ¡¡Sin piedad contra aquellos que quieren destruir nuestro mundo!! – gritó Draco
La batalla inició. Los mortífagos atacaban a los miembros de la Hermandad sin compasión alguna, pero los chicos de la Hermandad podían con todos ellos, al menos con los que estaban vivos. Ginny luchaba con un trío de mortífagos cuando se les unió un cuarto a la batalla. Ginny le lanzó la maldición Cruciatus como con los tres que luchaba... pero el chorro de luz lo atravesó. Ginny no podía creer lo que estaba viendo...
- ¡¡Estamos luchando con fantasmas!! – gritó desesperada antes de ser atacada por la Cruciatus por el mismo mortífago que era un fantasma
- ¡¡Así es!! – rió Slytherin de nuevo – el poder del triángulo me ha dado la facultad de traer al mundo de los vivos a todos aquellos magos leales a la magia oscura y al lado maligno de la magia para luchar contra ustedes... la mayoría están llenos de sed de venganza... ustedes mismos los asesinaron
Los chicos de la Hermandad lanzaban hechizos contra los mortífagos vivos que en cuanto morían, se transformaban en fantasmas. Llegó el momento en el que solo luchaban contra mortífagos muertos, luchaban contra magos a los que no se les podía matar de nuevo. Estaban perdidos.
Draco miraba a un par de mortífagos que lo tenían acorralado. Sentía que conocía a ese par de fantasmas. Ambos se quitaron la máscara y empezaron a reírse ante la cara de sorpresa que Draco mostró en ese momento. Macnair y Voldemort estaban frente a él.
- ¡¡Tenemos que hacer algo Harry!! – gritó Ron – ¡¡no vamos a vencerlos si seguimos lanzando solo escudos protectores...!!
La hermandad estaba dispersa por toda la plaza principal de la Atlántida con los mortífagos fantasmas atacándoles constantemente. Lo único que podían hacer contra ellos eran escudos protectores para poderse defender de los hechizos que les lanzaban. No podían hacer más. Cuando ellos lanzaban alguna maldición, el chorro de luz solo traspasaba a los fantasmas. Slytherin presentía que la victoria estaba cerca.
Salazar observaba a la hermandad y a Hermond luchar. No puso mucha atención en los dos magos que se acercaban por la espalda. Pero unos segundos antes sintió sus presencia. Salazar giró lentamente y les sonrió a los dos magos. Neville y Tom, sumamente heridos y aún débiles por haber enfrentado una batalla antes de que los demás miembros de la Hermandad llegaran, estaban frente a él. Salazar levantó la varita y pronunció la maldición que destruyó por completo la moral de la hermandad de la Niké.
- ¡¡Avada Kedavra!!
Fue muy tarde cuando Athena dio el grito que hizo que todos miraran hacia donde estaban Slytherin, Neville y Tom. Abatidos y vencidos por la maldición Avada Kedavra, Neville y Tom solo cayeron muertos ante los ojos atónitos de sus amigos.
Kate y Harry sintieron como la magia obtenida por el Libro Negro encendió una chispa hasta entonces desconocida por ellos. Una enorme fuerza y poder emergió desde lo más profundo de sus almas y el terrible de los dolores.
Ambos miraron a Salazar que reía ante los rostros llenos de dolor que tenían los miembros de la Hermandad.
- ¡¡Vamos no se sorprendan!! – gritó Salazar - ¡¡ustedes serán los siguientes!!.
Athena cayó de rodillas al suelo, vencida por el dolor que provoca una maldición Cruciatus. Harry miró hacia donde la pequeña sufría los terribles dolores, un mortífago la había atacado por traición. Y la batalla continuó. Los mortífagos fantasmas atacaban sin piedad a los miembros de la hermandad que ahora eran víctimas de una redada... los mortífagos fantasmas estaban por todos lados.
Kate y Harry no pudieron soportarlo más. Se miraron y en ese momento ambos supieron qué era lo que tenían que hacer. Levantaron las varitas y extrañas voces empezaron a salir de las bocas de ambos, eran como si hubieran sido poseídos por algo o alguien.
En un idioma desconocido para todos, incluyendo a Harry y Kate, pronunciaron un conjuro que desapareció de inmediato a los mortífagos fantasmas. Los miembros de la hermandad que no estaban muy heridos corriendo a ayudar a los demás chicos, mientras tanto, Kate y Harry miraban a su nuevo objetivo: Salazar Slytherin.
Slytherin los veía y sonreía... el triángulo de poder le otorgaba mucha confianza en si mismo. No tenía idea de los enormes poderes del Libro Negro.
Kate y Harry saltaron hasta donde estaba Slytherin. Rodeándolo con las varitas, le apuntaron esperando que Salazar diera el primer ataque. Y así lo hizo. Inútilmente, con la maldición Avada Kedavra, Salazar lanzó el chorro de luz a los chicos. Sin la necesidad de que alguno de los dos lanzara un hechizo protector, la maldición imperdonable no hizo daño a ninguno de los dos. Hermond estaba asombrado por los poderes del Libro Negro y Slytherin también.
- Has cometido muchos crímenes – dijeron Harry y Kate al unísono – has lastimado a la gente y nos has lastimado y a nosotros... muggles y magos han sufrido por tu culpa... no te lo perdonaremos Salazar... ahora sufrirás el peor de todos los castigos... ¡¡Dark Hollem!!
A los pies de Salazar Slytherin se formó un agujero negro que lo consumió poco a poco. Por más intentos que hizo, ni uno solo de los hechizos fue suficiente para poder salir de la trampa que los poseedores del Libro Negro le habían lanzado. Poco a poco, Salazar Slytherin desapareció en el agujero negro. Kate y Harry volvieron a señalar sus varitas hacia el agujero.
- ¡¡Accio Triángulo de poder!!
Desde las profundidades de la oscuridad del agujero, el triángulo de poder salió volando y llegó hasta las manos de Kate. Una vez que el triángulo estuvo asegurado, Harry selló la entrada a ala otra dimensión a la que habían enviado a Salazar Slytherin. El agujero se cerró para siempre.
Los poderes del Libro Negro desaparecieron y la gran cantidad de energía mágica que Harry y Kate desprendían momentos antes se terminó. Fueron a ver a los heridos, Hermond entre ellos, la batalla con los mortífagos fantasmas había sido muy dura.
- Tenemos el triángulo de poder Hermond – dijo Kate con la voz más dulce que tenía – es momento de que nos digas qué tenemos que hacer...
- Lo único que tienen que hacer ir a Avalón... y cumplir con la misión...
Hermond cerró los ojos, necesitaba descansar. Su respiración era difícil y parecía estar gravemente herido, sobre todo, por la edad del viejo mago.
- Harry no podremos ir todos a Avalón, hay quienes se tienen que quedar a cuidar a Hermond – dijo Kate mirando a sus demás compañeros.
- Kate tiene razón, no iremos todos – señaló Harry – solo iremos cinco.
- ¡¡Cinco!! – exclamó Hermione – son muy pocos...
- Vamos los necesarios Hermione – comentó Kate – bien, es momento de decir quienes irán con nosotros. Harry, por favor...
- Draco, Ron y Hermione. Nadie más.
Athena y Ginny se miraron. No entendían por qué no podían ir con ellos a Avalón.
- Mi querida Gin, no puedes ir porque tus poderes de curación los necesita Hermond en este tiempo – respondió Harry a la pregunta que se hacía Gin en esos momentos en su mente...
- Y tu Athena eres muy pequeña y ya has demostrado tu valor al enfrentarte a las distintas pruebas que el destino ha puesto frente a nosotros – dijo Kate – además, tienes que ayudar a Ginny
- De acuerdo – dijo Ginny – nos quedamos a cuidar a Hermond, pero por favor, tengan mucho cuidado chicos...
- Lo tendremos Gin – respondió Harry – es momento de irnos.
Las llaves de Avalón fueron entregadas a Kate que se colgó las tres llaves al cuello. Después de eso, Hermione, Harry, Ron, Draco y Kate desaparecían de la Atlántida para cumplir con la parte final de la misión de rescate del mundo mágico.
