La Luz de la Esperanza.

Ron apareció arriba de un árbol. A punto de caerse, el pelirrojo se sujetó fuertemente pensando que a Kate no se le había ocurrido otro lugar mucho mejor para hacerlo aparecer. Miró hacia todos lados y entre las ramas de algunos árboles descubrió lo que estaba buscando, el segundo pilar. Era una especie de torre con terminación en triángulo, se veía de color blanco y Ron supuso que era mármol. No había nadie alrededor que pudiera darle información sobre la torre, incluso llegó a pensar que estaba abandonada por completo. Ron bajó con cuidado del árbol y desenfundó la varita, no podía dejar de ser precavido solo porque no había nadie que lo estuviera vigilando. El pelirrojo empezó a caminar con rumbo a la torre que tampoco tenía entrada. De pronto, cuando estaba a unos pasos de llegar al monumento, un círculo de fuego se prendió encerrando a Ron. Las llamas eran de color azul y medían casi dos metros de altura, el chico estaba completamente atrapado.

Una carcajada sonó por todo el lugar, era una risa estridente, capas de hacer temer hasta el más valiente de los hombres. A la par de la carcajada, en la torre comenzaron a suceder cosas extrañas, de la nada se abrió un hueco de luz que permitía la entrada y la salida de la gente del templo. De entre la oscuridad de la torre emergió una mujer que vestía una túnica negra, de cabello color azul y ojos negros. Parecía la mismísima muerte. La mujer caminó hasta donde las llamas envolvían a Ron que no había podido realizar ningún hechizo para poder librarse de ellas, como si las llamas fueran un escudo que impidiera la realización de hechizos.

- Bienvenido extranjero al Templo de la Soledad – dijo la voz cavernosa de la mujer – mi nombre es Sidhe, la protectora del segundo pilar.

- Vengo en paz. Mi nombre es Ron Weasley y necesito de tu ayuda

- ¡¡Mi ayuda!! – exclamó la mujer divertida - ¿A caso parezco una bruja que ayuda a sus semejantes?... pobre de ti, de mi no obtendrás más que la muerte si te atreves a desafiarme

- ¡¡Entiende que si no activamos tu pilar todo el mundo mágico será destruido!!

- ¡¡No me importa!! Avalón no pertenece al mundo mágico. Jhuen tuvo la excelente idea de aislarnos de cualquier cosa que ocurra en su mundo... si ustedes se destruyen, nosotros gobernaremos la tierra, se lo debemos a Nidhogg

- ¡¡Como puedes ser tan insensible!!

- He estado sola toda mi vida... no amo a nadie y nadie me ama.. nadie me importa por lo tanto, me da igual lo que le pase a tu mundo.

- ¡¡No puedes ser tan fría!!

- ¡¡Claro que si!! Y tú no eres nadie para...

Sidhe guardó silencio de pronto y se quedó quieta por unos segundos, después giró la cabeza rápidamente a todos lados buscando algo o alguien. Finalmente miró a Ron con odio infinito. El pelirrojo pensó que nadie jamás lo había visto así en toda su vida

- ¡¡Tú sabes en donde está!! – gritó Sidhe

- ¿Quién?

- Te exijo que me digas en donde demonios est

- En donde está quien!!

- ¡¡JHUEN!!... acabo de sentir su energía... está por aquí y juré vengarme de él en cuanto regresara a esta isla... ¡¡Por su culpa estamos encerrados sin ninguna opción de salida!!

- ¡¡Jhuen jamás haría eso con ningún mago del mundo mágico!!

- ¡¡Claro que lo hizo!!... él sabía que éramos mejores que él. Por eso cuando asesinó al amo Darkthen a nosotros sus seguidores nos encerró aquí en esta maldita Isla cuidando el tesoro más precioso del mundo mágico... ¡¡Juré venganza y voy a obtenerla!!

- ¡¡A dónde vas!! – gritó Ron al ver que Sidhe caminaba alejándose de él

- A buscar a Jhuen

- ¡¡Entonces me dejarás la entrada libre a tu torre!!

- ¡¡Pobre idiota!!... ¿crees que tienes oportunidad de salir de mi campo de energía?... jamás saldrás de ahí y morirás de hambre y de inanición.

- ¡¡Eso jamás!!, tengo una misión que cumplir y voy a hacerlo... ¡¡Finite incatatem!!

El hechizo que realizó Ron dio directamente en las llamas azules abriendo un pequeño hueco por donde Ron salió del hechizo. Sidhe no podía dar crédito a lo que estaba viendo, segundos después recuperó la cordura

- ¿Es un reto? – preguntó en tono de burla – ríndete basura, no podrás hacer nada en mi contra

- Eso lo veremos Sidhe... ¡¡Crucio!!

- ¡¡Crucio!!

Los hechizos salieron y se impactaron en el aire. Sidhe sonreía mientras que Ron se notaba un tanto asustado. La bruja era demasiado fuerte para él, tendría que tramar un plan realmente bueno para lograr vencerla y activar la energía del pilar. Esa había sido la misión que le habían encomendado Kate y Harry, e iba a cumplirla aunque tuviera que morir en ello.

Hermione apareció en las riberas de un río muy caudaloso, con agua cristalina y rodeado de muchas hierbas que ellas jamás había visto jamás en su vida. La chica miró para todos lados y sintió un leve escalofrío en todo el cuerpo. No veía nada que se pareciera a un templo, ninguna construcción que le indicara que había alguna pirámide templo o algo que se le pareciera. Sin embargo, algo le decía que estaba cerca. Trató con varios hechizos localizadores y hasta empezó a dudar de Kate, probablemente por algún error la había mandado a un lugar completamente distinto a donde tenía que aparecer, pero siguió buscando. De pronto por instinto miró el agua. En el agua ocurría algo realmente sorprendente: estaba inmóvil.

- ¡¡No es posible!! – exclamó Hermione - ¡¡es un río, se supone que el agua debe de correr!!... a menos que...

- Este hechizada.

La voz de un hombre interrumpió a Hermione en su asombro. De entre las profundidades del río se formó un remolino. Del centro emergió un hombre completamente vestido de negro. El cabello y los ojos tenían el mismo color que la túnica. En la mano izquierda llevaba un báculo con una esfera de agua en la punta. Hermione miró sorprendida que dentro de la esfera había algunos peces en movimiento, como si la esfera fuera su hogar.

- Bienvenida al templo de las Ondinas, las guardianas protectoras del agua en todo el mundo mágico – dijo el hombre mientras flotaba hacia la orilla en la que se encontraba Hermione – mi nombre es Doppel y soy el guardián a cargo de este templo.

- Mi nombre es Hermione Granger y soy miembro de la hermandad de la Niké. Vengo a activar la energía de tu templo.

- Eso me temo que será imposible – respondió aún sonriendo Doppel – no voy a permitírtelo.

- ¿Por qué?

- El hecho de que hayas llegado hasta aquí solo puede significar que nuestro amo Nidhogg guardián del templo central ha muerto... y yo clamaré venganza por su muerte

- ¡¡Entiende que si no activo la energía de tu pilar el mundo mágico perecerá!!

- ¡¡A mi no me interesa lo que le pase a tu mundo!!... Avalón está desconectada del mundo mágico.

- ¡¡¡¿Qué?!!!... ¿Entonces por qué los pilares...?

- Eso es culpa del estúpido de Jhuen... cuando nos encerró aquí hace millones de lunas atrás nos dejó un tesoro: los triángulos de poder. Ellos son los que mantienen el equilibrio del mundo mágico y precisamente para que nosotros no pudiéramos destruirlos cuando lo deseáramos encerró en la cápsula de energía a Avalón, de esa forma nosotros no podemos salir de la isla y ningún mago podría entrar...

- Pero Nidhogg y Slytherin...

- Ellos no son cualquier cosa. Nidhogg fue encerrado aquí por Mimir, Merlín y Hermond para evitar que se apoderara del mundo mágico, sin embargo, Nidhogg siembre ha sido un mago sumamente poderoso y quería el Libro Negro... halló una forma y se fue a buscarlo con la promesa de que cuando volviera nos quitaría de este encierro. Ustedes son los culpables de que nosotros estemos aún aquí sufriendo este maldito exilio... van a morir todos...

- ¡¡No sabes lo que estás diciendo!!... ¡¡Jhuen viene con nosotros!!

- Mucho mejor... nuestra venganza tendrá más sabor...

- ¡¡No voy a permitirlo!!... ¡¡activaré tu pilar y vamos a salvar a nuestro mundo!!

- Eso está por verse... ¡Avada Kedavra!

- ¡Aestis Fortem!

La batalla entre Hermione y Doppel empezó. A unas cuantas millas de ahí, Harry y Kate miraban sin inmutarse una enorme pirámide. Justo en la punta se encontraban un par de triángulos grabados en la roca. Harry miró a Kate que tenía la vista fija en los triángulos.

- ¿Sucede algo malo? – preguntó Harry

- No, es solo que no todos los días te encuentras con el origen de tu vida. Ese par de triángulos son los mismos que yo tengo en las manos Harry

Kate mostró las manos a Harry y el chico de ojos verdes comprobó lo que Kate estaba diciendo. Era su destino, era el origen de su vida.

- Las cosas saldrán bien Kate, no te preocupes

- Los chicos están peleando duro – dijo Kate aún con la mirada fija en los triángulos grabados en la pirámide – Ron tiene un poco de dificultades, pero hará las cosas bien.

Ron estaba en el suelo, tenía heridas en los brazos y en las piernas. Había una más en una mejilla. Sidhe lo miraba impresionada, el joven estaba demostrando estar a su altura, ser digno de un combate con ella. No cualquiera la lastimaba y ese chico le había herido el brazo derecho de donde estaba sangrando abundantemente, además la había dejado prácticamente sin energía, estaba agotada y respiraba con dificultad desde que Ron le había lanzado un hechizo paralizador justo al centro del pecho. Sidhe miró más sorprendida a Ron, el chico se estaba levantando de nuevo aferrándose a la varita con todas las fuerzas que aún le quedaban.

- Me sorprendes, no cualquiera me lastima – dijo Sidhe mostrando un poco de respeto por Ron

- Te dije que tenía una misión que cumplir y voy a hacerlo

- ¿Estás conciente que vas a morir?

- Haría cualquier cosa por que mi familia, mis amigos y todos aquellos a quienes amo estén bien, no me importa morir en el intento.

- ¿Cómo puedes ofrecer tu vida por otras personas?... es asombroso

- Tu misma lo dijiste cuando apareciste, tú jamás has amado a nadie, no puedes entenderme y no creo que lo hagas a menos que sientas cariño.

- ¿Tan fuerte es el sentimiento?

- Tanto que me da fuerza para levantarme y seguir luchando en tu contra.

Sidhe observó a Ron. El chico con mucho trabajo podía sostenerse en pie, se ayudaba colocando la mano en una de las paredes de la torre, las heridas de los pies y de los brazos le sangraban abundantemente y a pesar de todo, tenía la varita apuntándole firmemente y en la mirada se le notaba una determinación y confianza que jamás había visto en nadie más. Dentro del alma de Sidhe, una transformación se estaba suscitando.

- Eres muy noble – dijo Sidhe bajando la varita – no puedo luchar contra eso.

- ¿Qué?

- Es verdad, jamás he amado y por eso mismo Nidhogg me dio el templo de la Soledad. Mi dolor por estar sola lo transformé en odio infinito en contra de Jhuen, esperando el tiempo de la venganza... y ahora vienes tú a dar tu vida por aquellos a quienes amas, incluso por Jhuen... no te importan tus heridas ni lo que pueda pasar contigo... jamás había visto a nadie así. No puedo seguir luchando contra ti.

Ron vio como una lágrima traviesa rodaba por la mejilla de Sidhe. El pelirrojo caminó con las pocas fuerzas que le quedaban hasta donde la bruja se había quedado inmóvil y la abrazó.

- Gracias por entender. Todo el mundo mágico te querrá por esto.

Sidhe se derrumbó y comenzó a llorar fuerte, tanto que Ron alcanzó a comprender perfectamente que estaba sacando todo el dolor que la soledad le había hecho sentir. El chico la consoló sin decir palabra alguna y luego le dio un beso en la frente.

- Todo saldrá bien – sonrió Ron – ahora vamos a tu pilar.

Los dos magos se encaminaron hacia el centro de la torre. Sidhe estaba tranquila y sonreía a pesar de que en cuanto se activara la energía de su pilar ella tendría que morir.

Hermione y Doppel lanzaron una maldición Cruciatus al mismo tiempo. Los chorros de luz chocaron en el aire y se esparcieron por todo el lugar. La pelea había sido muy devastadora para ambos. Tenían heridas y sus energías estaban casi agotadas pero ninguno de los dos se daba por vencido.

- Será mejor que te rindas pequeña, jamás podrás vencerme...

- ¡¡Juré activar tu pilar y voy a lograrlo aunque sea lo último que haga en esta vida!!

- Entonces morirás en vano... No hay esperanza para el mundo mágico

- ¡¡Si la hay, siempre hay esperanza!!... ¡¡Nosotros somos la esperanza del mundo mágico!!...

- ¡Avada Kedravra!

- ¡Morthenat!

La luz verde y la luz negra chocaron de nuevo, sin embargo Hermione fue más fuerte que Doppel. La Luz negra dio directamente en el pecho de Doppel. El mago solo cerró los ojos antes de emitir gritos desesperantes, luego cayó muerto. El Avada Kedavra que le había lanzando a Hermione se desvió dando a uno de los árboles cercanos al lugar de la pelea y secándolo inmediatamente.

Hermione se acercó a Doppel. Después de contemplarlo por unos segundos, hizo aparecer una manta y lo cubrió. Luego se paró a la orilla del río.

- Debe haber una forma de entrar... tal vez si...

La chica se dio valor y empezó a caminar sobre el agua sin mirar hacia abajo. Podía sentir firme y sólido sobre lo que estaba pisando, no parecía agua y se concentró en que no lo fuera. Una vez que llegó al centro del río, el mismo remolino que había hecho aparecer a Doppel apareció llevándose a Hermione a las profundidades del río. La chica no entendía del todo que era lo que estaba sucediendo, pero eso no la detuvo. El remolino la llevó hasta el salón central del pilar de las Ondinas. La chica miró la impresionante arquitectura (en forma de torre) con la que estaba conformada el pilar. Al final del salón había un altar que tenía el glifo del agua y a un par de hadas volando alrededor de ella. Hermione supo inmediatamente qué era lo que tenía que hacer. Se acercó al altar y vio que justo a la mitad del glifo había una pequeña abertura, la entrada de la llave. Sin pensarlo más, la chica introdujo la llave. El altar y el templo entero comenzaron a estremecerse. De la punta de la torre, una luz color azul salió dirigiéndose al centro de la isla. Hermione respiró satisfecha, su misión había sido cumplida, ahora tenía que ir al templo central para encontrarse con los demás miembros de la hermandad de la Niké.

Por su parte, Ron y Sidhe estaban ya dentro del templo de la soledad. Era un lugar frío, casi sin vida. A Sidhe por primera vez en su vida le dio pena que alguien entrara al templo del que minutos antes estaba sumamente orgullosa. Ahora le parecía un lugar tan álgido que le provocaba escalofríos de solo estar ahí. Al final del pasillo por donde habían entrado al templo se encontraba el altar de la soledad. No tenía glifo y no tenía grabado nada. Solamente había una estela de piedra sin nada más.

- Era la forma de recordarme que siempre estaría sola – dijo Sidhe mirando la roca a la que antes adoraba – en el centro de la roca hay un orificio, ahí es en donde tienes que introducir la llave.

Ron se encaminó a la roca pero la mano de Sidhe lo detuvo.

- Espera un momento Ron

- ¿Sucede algo malo? – preguntó extrañado Ron

- No... es solo que quiero darte las gracias por enseñarme el significado de amar.

- Ya podrás ponerlo en práctica cuando regresemos al mundo mágico. Kate, la reencarnación de Jhuen es una buena chica. Ella te perdonará y hará hasta lo imposible por sacarte de Avalón

- Gracias Ron - sonrió Sidhe tristemente – ahora ve a cumplir con tu misión.

El pelirrojo siguió con su camino. Sidhe se sentó a esperar lo inevitable. En cuanto Ron activara la energía del pilar ella tendría que morir. Así lo había preparado Nidhogg para obligar a los guardianes a defender los pilares dado que su vida estaba empeñada en ello. Sidhe había preferido no decírselo a Ron, no era necesario que el chico se enterara que ella moriría por cumplir su misión, así que se sentó y lo observaba caminar rumbo al altar. Ron se quitó la llave del cuello y la introdujo al orificio de la roca. En el mismo momento que la luz de color rojo salió de la punta del pilar, Ron giró para descubrir que Sidhe estaba tirada en el suelo. Corrió a su auxilio pero con terror en los ojos entendió que estaba muerta. No comprendía qué era lo que le había pasado ni mucho menos cuál era la causa de la muerte. Con lágrimas en los ojos, Ron cargó a Sidhe y la colocó en el altar. Después de guardar un momento de silencio, salió con rumbo al pilar central a encontrarse con Hermione y Draco.

Kate y Harry vieron como al mismo tiempo, tres luces de colores salían disparadas hacia el cielo juntándose todas en un solo punto.

- Ya es hora – dijo Kate con una sonrisa.

La luz se transformó en un solo chorro de luz de color plateado y descendió desde los cielos para llegar a la punta del pilar central.