Epílogo

Habían pasado dos años desde la lucha épica de la Hermandad de la Niké para lograr la Resurrección del mundo mágico. Todos los magos habían trabajado juntos para que el mundo mágico alcanzara realmente el cambio que necesitaba. Ahora, la mayoría de las operaciones se realizaban en la Atlántida, sede de la Hermandad de la Niké y del Ministerio de Magia.

Josh Price andaba sobre una bicicleta recorriendo las calles a toda velocidad, agradeciendo a todos los dioses que no hubiera semáforos ni mucho menos coches para arroyarlo. Definitivamente el mundo mágico le gustaba muchísimo más que el muggle. Después de un rato, Josh llegó a su destino: el Hospital "Neville Longbottom" de la Atlántida. Apurado, aventó la bicicleta y corrió por los pasillos del hospital arroyando a cuanta enfermera se le ponía en frente. Por fin llegó a donde estaban todos. Arthur Weasley charlaba con Draco Malfoy sobre su trabajo como Ministro de Magia y no dejaba de ofrecerle trabajo en el ministerio. Molly Weasley, ayudada de la magia, tejía un nuevo suéter para su nieto Oliver, el primer hijo de Bill (que años atrás se había casado con Fleur Delacourt). Ron y Hermione estaban sentados en los sillones junto a Molly, Hermione cargaba un pequeño bebé de unos cuántos meses de nacido con la cabellera roja, signo característico de los Weasley.

- Hola a todos... vine lo más pronto que pude ¿Cómo están? – dijo Josh saludando a los presentes

- Hola Josh, estamos angustiados – respondió Molly

- ¿Hay alguna complicación? – preguntó asustado Josh

- No hay complicaciones mamá, no lo asustes – contestó Ron – todo está bien, es solo cuestión de tiempo.

- ¿Es Roger? – preguntó asombrado Josh a Hermione

- Si, ha crecido mucho desde la última vez que lo viste – expresó Hermione

- No quisiera alejarme mucho del mundo mágico, pero la graduación no me deja mucho tiempo – dijo Josh tratando de excusar sus ausencias

- No te preocupes, nosotros entendemos. ¿Quieres cargarlo? – preguntó Hermione

- Er... no... mejor no... ¿y si lo tiro?

- ¡¡Vamos Josh!! – sonrió Ron – si yo no lo he tirado, tú menos

Josh recibió al pequeño Roger con mucho cuidado. Lo observó dormir y se dio cuenta de que se parecería mucho a su madre. Tenía la misma nariz de Hermione. Mientras Josh abrazaba al menor de los nietos de los Weasley, otra cosa atrajo la atención de quienes esperaban en el hospital. Harry salió con algo envuelto en mantas.

Nadie respiraba, no se movían, observaban a Harry moverse lentamente hasta llegar a ellos. Los ojos verdes de Harry brillaban con una extraña chispa. Era orgullo.

- Les presento a la primera de la dinastía Potter y la menor de la dinastía Weasley por el momento. Ella es Athena Kathelene Potter.

El bebé dormía sin darse cuenta de que todos lo observaban. Draco sentía una revolución de sentimientos encontrados en su cabeza. Jamás se imaginó ver a la pequeña Athena el mismísimo día de su nacimiento. Los señores Weasley felicitaron a Harry y la familia Weasley- Granger hicieron lo mismo. Cuando fue el turno de Josh de acercarse a ver a Athena sintió como le temblaban las piernas.

- Es raro verla tan pequeña – dijo Josh que tenía a Roger aún en brazos

- Bueno, al menos ya sabemos cómo será de grande... ¡¡Y que va a parecerse a Ginny!! – sonrió Harry

- ¿Por qué el nombre Harry?

- ¿Athena Kathelene?

- Si... por qué Kathelene.

- Cuando Ginny estaba embarazada, me dijo que si era niña quería que tuviera el nombre de Kate. Dijo que cuando Athena y Kate estuvieron juntas parecían como si fueran una sola alma, un solo ser. Es extraño de explicar, pero cuando lo pensé bien me di cuenta de que Gin tenía razón. Por eso optamos por ponerle Kathelene. Y Athena pues era más que obvio, ella nos dijo su nombre.

Media hora después, Josh se encontraba en el balcón del hospital contemplando la magnífica cuidad que se había edificado sobre las cenizas y los escombros de la Atlántida que él había conocido. No quedaba rastro alguno sobre la batalla con Salazar, solo en las mentes de aquellos que lo habían vivido. Josh cerró los ojos y dentro de su cerebro apareció el rostro de Slytherin, con esa fría y calculadora sonrisa que siempre lo caracterizaba, asesinando sin compasión a Tom y Neville.

- Estás muy pensativo Josh – dijo Harry que se acercaba hasta Josh

- Admiraba el trabajo que han hecho en Atlántida. Nadie imaginaría que aquí murieron cientos de personas.

- Hay cosas que debemos dejar en el pasado para poder avanzar.

- Harry puedes decirme cómo murió Kate

Harry miró sorprendido a Josh. El chico tenía la vista fija en el monte donde alguna vez había estado la cabaña de Hermond y que ahora albergaba a los cuerpos de los cuatro miembros de la hermandad que habían muerto en la batalla.

- Jamás imaginé que me preguntarías algo as

- Siempre he querido saberlo

- ¿Para qué?

- No lo sé.

- Confórmate con saber que ella dio todo lo que tenía porque nosotros viviéramos.

- Eso ya lo sé. ¿Tú tienes todo el poder del libro Negro verdad?

- Si, ella me lo dio

- Quiero que me hagas un favor. No quiero recordarla.

- ¡¡¡Que!!!

- No quiero recordarla, es muy doloroso para mi saber que está muerta... y cada vez que vengo al mundo mágico, en cada cosa, en cada persona, en cada planta existe Kate, todo me recuerda a ella. Quiero olvidarla, quiero regresar a mi vida normal, antes de que supiéramos que era bruja

- Eso significaría que también tendrías que olvidarte de nosotros.

- Los quiero mucho Harry. Ustedes me han hecho sentir como en casa, son parte de mi familia, pero el dolor que tengo y que siento es insoportable. No hay noche que no despierte llorando y pensando en ella, mucho más ahora que se casaron todos. Hermione y Ron, tú y Ginny... solo faltamos ella y yo.

- Jamás imaginé que te sentías así.

- Solo quiero olvidarlo todo Harry. ¿Puedes hacer algo?

- Si.

El día y la hora pactadas, Harry y Josh estaban en la habitación del chico muggle. Todo estaba listo. Josh se encontraba acostado en la cama mientras que Harry lo miraba detenidamente sin atreverse a decir nada

- Aún estas a tiempo de...

- Ya está tomada la decisión Harry, hazlo

- De acuerdo. Cierra los ojos.

Josh cerró los ojos deseando con todas las fuerzas de su corazón que la pesadilla terminara de una buena vez. Harry colocó la mano izquierda en la frente de Josh y uno a uno fue extrayendo todos los recuerdos de Kate y del mundo mágico. Josh se quedó profundamente dormido mientras que Harry sostenía los recuerdos del chico en una bola de cristal. Harry desapareció de la habitación de Josh.

A la mañana siguiente, Joshua Price se levantó y se alistó para ir a la Universidad, como cualquier chico normal de su edad, pensando que nada extraordinario ocurría en el mundo.